Artículos
Uso pasivo de redes
sociales y malestar psicológico. El rol de la comparación social
Passive use of
social media sites and psychological distress. The role of social comparison
María Laura Lupano Perugini mllupano@hotmail.com
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas
(CONICET), Argentina
Alejandro Castro Solano alejandro.castrosolano@gmail.com
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas
(CONICET), Argentina
Uso pasivo de redes sociales y malestar psicológico. El rol de
la comparación social
Interdisciplinaria,
vol. 40, núm. 2, pp. 543-558,
2023
Centro Interamericano de Investigaciones Psicológicas y Ciencias
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Recepción:
15
Julio 2021
Aprobación:
12
Abril 2023
Resumen:
La presente investigación se focalizó
en los diferentes tipos de uso (activo/pasivo) que hacen los usuarios de redes
sociales y los efectos psicológicos que esto puede conllevar, sobre todo en
aquellos sujetos tendientes a compararse con los demás. Por un lado, se examinó
el poder predictor de variables relacionadas al uso de redes sociales (i. e., tiempo de conexión,
tipo de uso –pasivo/activo–, motivaciones de uso) y la comparación social,
sobre el malestar psicológico percibido (i.
e., depresión, ansiedad, estrés). Por
otro lado, se analizó el rol mediador de la comparación social en la relación
entre el uso pasivo de redes sociales y la percepción de malestar psicológico
percibido. La muestra fue de conveniencia y estuvo compuesta por 420 sujetos de
población general (211 hombres, 209 mujeres), con una media de edad de 40.29
años (DE = 14.93). Se utilizaron los siguientes instrumentos de
recolección de datos: Motives for SMSs use Scale; Iowa-Netherlands Comparison
Orientation Measure (INCOM-E), Depression, Anxiety and Stress Scale (DASS-21) y
una escala diseñada ad-hoc para evaluar el uso activo y pasivo que se hace de
redes sociales. Los resultados obtenidos mostraron que la comparación social es
el principal predictor de malestar psicológico junto con el motivo de uso
relacionado con pasatiempo/exhibicionismo. Además, se pudo comprobar un efecto
indirecto del uso pasivo sobre el malestar psicológico considerando a la
comparación social como variable mediadora. Por lo tanto, usar pasivamente las
redes generaría mayor malestar si el usuario tiende a compararse con quienes
realizan las publicaciones.
Palabras clave: redes sociales, uso
pasivo, malestar psicológico percibido, comparación social, mediación, adultos.
Abstract: The present investigation is framed in the field of
cyberpsychology. It aimed to analyze the predictive power of variables related
to the use of social media sites –SMSs– (i.
e., connection time, type of use –passive
/ active–, motivations for use) and social comparison, on perceived
psychological distress (i.
e., depression, anxiety, stress).
Furthermore, the mediating role of social comparison in the relationship
between the passive use of SMSs and the perceived psychological distress, was
also analyzed. It is important to study these topics since different
international studies have shown inconsistent and contradictory results
regarding the effects of SMSs use on individuals’ well-being (e. g., Frison y
Eggermont, 2015; Kraut et al., 2002; Nie et al., 2015). Consequently, some
studies have focused on understanding whether the manner in which people use
the networks, whether actively or passively, explains how technology impacts on
users’ well-being and/or psychological distress (Verduyn et al., 2015). The
negative impact of passive use of SMSs can be explained by the Social
Comparison Theory (Festinger, 1954), which suggests that people tend to evaluate
themselves in comparison with others. These comparisons might generate negative
effects on the individual (Giagkou et al., 2018) and, according to Lup et al.
(2015), social comparison may be a mediating variable in this association.
Regarding participants of the study, a convenience sample of 420 subjects of
general population was studied (211 men, 209 women). The mean age was 40.29
years old (SD = 14.93). The majority of the participants (n = 278) lived in
Buenos Aires City and surroundings. In terms of variables related to the use of
SMSs, when asked about type of SMSs, most participants reported using more than
one SMS, mainly Facebook (72 %) and Instagram (57 %). Regarding time spent on
SMSs, 60 % of the respondents used their favorite SMS more than three times a
day. The mean daily time engaged on all the SMSs exceeded five hours. Data were
gathered using the Motives for SMSs use Scale (Lupano Perugini y Castro Solano,
2021a), the Iowa-Netherlands Comparison Orientation Measure (INCOM-E) (Buunk et
al., 2005; Gibbons y Buunk, 1999), the Depression, Anxiety and Stress Scale
(DASS-21) (Antúnez y Vinet, 2012; Lovibond y Lovibond, 1995). Furthermore, a
survey to assess individuals’ use of social networks was designed. The first
part explored the most frequently used SMSs, the number and type of
friends/followers, and the time spent on SMSs. The main SMSs were listed and
participants were asked to indicate whether they used them or not, and if they
did, they rated the amount of time spent on SMSs daily. The total amount of
time per day was also surveyed. The second part of the survey was designed
based on The Passive Active Use Measure (PAUM, Gerson et al., 2017) and some
users’ suggestions. This instrument assesses the frequency of certain
activities performed on the networks to find out if participants make active
use (e. g., posting information, commenting) or passive use (e. g., viewing profiles
and posts, scrolling). The obtained results showed that social comparison is
the main predictor of psychological distress. The motivation for use related to
pass time / exhibitionism was also a significant predictor. In addition, an
indirect effect of passive use on perceived psychological distress could be
verified, considering social comparison as a mediating variable. Therefore,
using the social networks passively would generate greater discomfort if the
user tends to compare themselves with those who make the publications. The
results of this study allow both users and healthcare and education providers
to have greater knowledge of the consequences of using social media on
individuals’ overall well-being, and to promote their proper use.
Keywords: social media sites,
passive use, perceived psychological distress, social comparison, mediation,
adults.
Introducción
En las últimas décadas se ha generalizado el uso de redes
sociales y son empleadas tanto por jóvenes como por adultos. Un sitio de red
social es un servicio on-line que permite a los
usuarios crear un perfil, conectarse con otros y ver o navegar por la información
creada por diversos usuarios (Boyd y
Ellison, 2007). Variadas investigaciones dan cuenta de los motivos que
llevan a las personas a usar tanto tiempo las redes sociales (para una
revisión, ver Jiang et al., 2020). En
un estudio previo se halló que las tres motivaciones principales por las cuales
las personas usan redes son: mantenerse en contacto con conocidos, mostrarse y
pasar el tiempo, y búsqueda de compañía. El uso más frecuente se relacionaba
con mantener el vínculo con allegados y de hecho, fue la motivación que se
asoció con más altos niveles de bienestar. Dichas motivaciones se hallan en
consonancia con lo reportado en otras investigaciones internacionales (Lupano Perugini y Castro Solano, 2021a).
Si bien la mayoría de los estudios efectuados sobre redes
sociales se han centrado en Facebook como principal ejemplo (Stoycheff et al., 2017), en los últimos
años se ha comenzado a incluir otras que priorizan la comunicación visual –por
ejemplo, Instagram- ya que generan un mayor interés, especialmente en los más
jóvenes (Shane-Simpson et al., 2018).
Por ello, en la presente investigación se realiza el análisis de las redes
sociales más comúnmente empleadas (e. g., Facebook,
Instagram) (Hootsuite, 2022).
Si bien en estudios previos se encontró que el uso de las redes
para determinadas actividades (e. g., exhibirse) o
su uso durante un tiempo excesivo se asocian con menores niveles de bienestar (Inostroza et al., 2019; Lupano Perugini y Castro Solano, 2019, 2021a, 2021b), las investigaciones a nivel
internacional han mostrado que, en general, los resultados acerca de los
efectos del uso de redes sobre el bienestar suelen ser inconsistentes y
contradictorios (e. g., Frison y Eggermont, 2015; Kraut et al., 2002; Livingstone, 2008; Lup et al., 2015; Nie et al., 2015). Esto ha llevado a
algunos autores a plantear que existiría una relación recíproca, y no
unidireccional, entre el uso de redes y los niveles de bienestar (Zhang et al., 2020). Por tal razón,
muchas investigaciones apuntan al interrogante de si la forma en que las
personas usan las redes, en particular si lo hacen de manera activa o pasiva,
explica cómo la tecnología impacta sobre su bienestar y/o malestar psicológico
(Verduyn et al., 2015).
Los antecedentes sobre el tema indican que la actividad en redes
sociales, en especial Facebook, puede diferenciarse en formas de uso activas o
pasivas (Burke et al., 2010; Deters y Mehl, 2013; Krasnova et al., 2013). El uso activo se
refiere a actividades que facilitan los intercambios directos con otros (e. g., publicar actualizaciones de estado, comentar
publicaciones, dar “likes”); en cambio, el uso
pasivo implica el consumo de información sin intercambios directos (e. g., ver publicaciones, “scrolling”).
Esta distinción es importante porque los estudios transversales realizados han
vinculado el uso pasivo de redes como Facebook con una reducción en los niveles
de bienestar y un aumento de sentimientos de soledad (Burke y Kraut, 2011; Ding et al., 2017), envidia y vergüenza (Krasnova et al., 2013; Lim y Yang, 2015), síntomas depresivos (Lup et al., 2015), entre otros.
Las razones por las cuales las personas usan de uno u otro modo
las redes, parecen estar relacionadas con algunas características de
personalidad (Gerson et al., 2017).
Estudios previos han mostrado una asociación positiva del uso pasivo con el
rasgo neuroticismo del Five Factor Model (FFM) (Ryan y Xenos, 2011). También se lo ha
asociado a personas con altos niveles de ansiedad social ya que ellas suelen
evitar el contacto directo (Kambouropoulos
et al., 2014; Shaw et al., 2015).
Sin embargo, dichos estudios muestran que los tamaños del efecto de las
asociaciones halladas entre rasgos de personalidad y tipo de uso son pequeños.
Estos hallazgos indican que, si bien la personalidad juega un pequeño papel en
la forma en que los usuarios interactúan con Facebook y otras redes, existen
otras variables que pueden tener un mayor impacto en la forma en que las
personas las usan (Gerson et al., 2017).
Verduyn et al. (2015)
sugieren algunas razones por las cuales el uso pasivo de redes podría afectar a
los usuarios. Una de las que cobra más fuerza y necesita de mayor estudio se
relaciona con el tipo de contenidos que suelen publicarse en las redes y las
reacciones que esto genera. Por ejemplo, en redes como Facebook, las personas
tienden a presentarse de un modo excesivamente virtuoso (Kross et al., 2013; Mehdizadeh, 2010; Newman et al., 2011), esto es, resaltan
los aspectos positivos (logros) con mayor frecuencia que los negativos
(fracasos) (Kross et al., 2013). Por
lo tanto, exponerse continuamente a contenidos positivos sobre los demás
tendería a provocar envidia, una emoción comúnmente asociada a malestar y bajos
niveles de bienestar (Salovey y Rodin,
1984; Smith y Kim, 2007). Esto no
se daría de igual modo en todas las personas. En consecuencia, una posible
explicación del impacto negativo del uso pasivo podría explicarse considerando
las premisas de la teoría de la comparación social (Festinger, 1954) que sostiene que las
personas se evalúan a sí mismas en comparación con otras, lo cual suele generar
efectos negativos (Giagkou et al., 2018).
De acuerdo con Lup et al. (2015), esto
llevaría a pensar que la comparación puede ser una variable mediadora. A partir
de estos supuestos, en esta investigación se analiza el rol mediador que puede
tener la comparación social entre el uso pasivo de redes y el malestar
psicológico percibido (i. e., depresión, ansiedad,
estrés).
La comparación social se da cuando los individuos se comparan
con otros en cuanto a sus habilidades y características personales. Festinger (1954) fue el primero en
teorizar que compararse con los demás es una necesidad humana esencial para
obtener información sobre sí mismo. De acuerdo con algunos autores (Buunk y Gibbons, 2007; Steil y Hay, 1997; Wheeler, 2000), ciertas personas se
comparan más que otras, por lo que se hipotetiza que la tendencia a compararse
socialmente puede ser una característica de personalidad. En general, los
individuos que tienden a compararse suelen ser muy sensibles al comportamiento
de los demás, con altos niveles de inseguridad personal y una necesidad
constante de incrementar su autoestima (Bergagna
y Tartaglia, 2018; Buunk y Gibbons,
2007; Gibbons y Buunk, 1999).
La comparación social puede ser ascendente (upwards), que implica que los individuos se comparan con
otros que están en mejores situaciones, o descendente (downwards),
es decir que la comparación es con aquellos que se encuentran en peores
situaciones (Mussweiler et al., 2006; Rozgonjuk et al., 2019).
Esta tendencia hacia la comparación social puede ser facilitada
por las tecnologías modernas, que han transferido muchas relaciones sociales de
la esfera privada a la pública. Dado que los usuarios de redes sociales tienden
a presentarse positivamente realizando publicaciones que suelen mostrarlos en
estados ideales, es probable que la comparación en estos sitios sea ascendente
en lugar de descendente (Qiu et al., 2012).
Investigaciones previas han mostrado que dicho comportamiento se asocia con
rumiaciones que conducen a un aumento de los síntomas depresivos (Feinstein et al., 2013; Tosun y Kaşdarma, 2019), mayor estrés
psicológico y menores niveles de bienestar (e. g., Jang et al., 2016; Lee, 2014; Gerson et al., 2017). Asimismo, como
sostienen Verduyn et al. (2017), si
quien tiende a compararse hace, además, un uso pasivo de las redes, estos
efectos pueden incrementarse. Por tal razón, cobra relevancia analizar el rol
de la comparación social como variable mediadora.
Si bien en estudios previos se han analizado modelos
mediacionales que incluyen a la comparación social como variable mediadora (e. g., Bergagna y
Tartaglia, 2018; Rozgonjuk et al.,
2019), no se ha probado específicamente su rol mediador entre el uso pasivo
y el malestar psicológico experimentado, y además se consideraron las redes en
forma global y no solo la más estudiada (Facebook). Por otra parte, en este
estudio se empleó una muestra de población general que informó usar con
asiduidad redes sociales, y no solo adultos jóvenes o estudiantes.
A partir de lo expuesto se formularon los siguientes objetivos:
1. Establecer el grado en que determinadas variables relacionadas al uso de redes sociales (i. e., tiempo de conexión, tipo de uso –pasivo/activo-, motivaciones de uso) y la comparación social predicen malestar psicológico.
Probar un modelo explicativo en el que la comparación social
fuera mediadora entre el uso pasivo y variables asociadas a malestar
psicológico general (i. e., depresión, ansiedad, estrés).
Método
Participantes
Se trata de una muestra de conveniencia compuesta por 420
sujetos (50.2 % hombres, 49.8 % mujeres) que tenían en promedio 40.29 años (DE = 14.93). Los participantes fueron seleccionados por
alumnos que se encontraban realizando una práctica de investigación en una
universidad. Se empleó el método bola de nieve para ampliar la cantidad de
contactos y reducir el nivel de sesgo (Atkinson
y Flint, 2001).
El 14.3 % de los participantes eran extranjeros residentes en
Argentina; sólo cuatro vivían transitoriamente en el país. Del total de la
muestra, el 66.2 % vivían en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y el 26.4 % en
el Conurbano Bonaerense. El 7.4 % restante residía en el interior del país. La
mayoría de los participantes trabajaban (85.5 %), algunos como empleados (54.3
%), otros trabajaban por su cuenta (17.8 %) o bien se ubicaban en la categoría
de patrón o empleador (3.1 %). Dos participantes manifestaron trabajar (0.5 %) pero
no percibían salario por ello. El resto de la muestra (24.3 %) no eran
trabajadores activos (incluyendo jubilados, desempleados, amas de casa).
En cuanto al nivel de estudios, el 39.8 % refirió tener estudios
universitarios o terciarios completos. Incluso el 13.3 % tenía estudios de
posgrado. Un 27.1 % aludió tener estudios terciarios o universitarios sin
terminar. Un 11.4 % indicó tener el secundario completo. El restante 8.3 %
tenía secundario incompleto o escolaridad primaria completa. La mayoría de los
participantes pertenecían a un nivel socioeconómico medio (59.8 %) y medio-alto
(20.2 %).
A continuación, se detallan algunos datos de la muestra
vinculados a variables relacionadas con el uso de redes sociales.
En cuanto al tipo de redes sociales empleadas, la mayoría de los
participantes eran usuarios de más de una red social, siendo Facebook (72 %) e
Instagram (57 %) las más empleadas. En cambio, redes como Snapchat, Tinder y
Flicker presentaron una frecuencia de utilización menor al 10 %.
Por otro lado, en relación al tiempo de conexión, el 60 % de los
encuestados se conectaba más de tres veces al día a su red favorita. Si se
considera el tiempo promedio diario de conexión a todas las redes utilizadas,
superaban las cinco horas.
Además, se indagó acerca de la cantidad de contactos/seguidores
que los participantes tenían en las redes sociales. Si se selecciona una de las
redes sociales más empleadas por la muestra analizada y más estudiada a nivel
internacional –Facebook-, el promedio de seguidores giró en torno a los 350,
incluso un porcentaje de usuarios (8.5 %) mencionó que tenía más de 1000
contactos. Alrededor de la mitad de los seguidores de las redes sociales eran
mayormente familiares y amigos (45 %), solo el 63 % de los participantes estimó
que menos del 10 % de sus contactos eran desconocidos. El porcentaje de
contactos compartidos entre las diferentes redes era del 40 %. Asimismo, se les
preguntó si les interesaría conocer personalmente a sus contactos de las redes,
a lo que solo un 14 % respondió positivamente, un 45 % dijo que no le
interesaba y el 41 % restante manifestó que le daba lo mismo.
Materiales
Encuesta de uso de redes sociales
A los fines de este estudio, se diseñó una encuesta acerca del
uso que los participantes hacían de las redes sociales. La primera parte
exploraba acerca de las redes sociales más usadas, la cantidad y el tipo de
contactos/seguidores y la intensidad de utilización por parte de los usuarios.
Para ello, en una lista de las principales redes sociales (e. g., Facebook, Twitter, Instagram) los participantes
debían responder en cada una si la utilizaba o no; en caso afirmativo, debían
indicar el tiempo de conexión en una escala con formato de respuesta Likert de
siete opciones (desde Menos de 5 minutos al día
hasta Más de 4 horas). Asimismo, se encuestó sobre
la cantidad de tiempo total al día que los participantes estaban conectados a
su red social favorita. Con estos datos se obtuvo un índice de intensidad de
uso de redes sociales que se denominó Tiempo de uso en Redes Sociales.
La segunda parte de la encuesta fue diseñada en base a la escala
de Gerson et al. (2017), The Passive
Active Use Measure (PAUM), y sugerencias hechas por usuarios. Interroga acerca
de la frecuencia con que los usuarios realizaban ciertas actividades en las
redes con la finalidad de saber si hacían un uso activo (e.
g., “Hacer comentarios sobre estados, publicaciones, fotos”) o pasivo (e. g., “Navegar pasivamente por la red –scrollear- sin
comentar, dar likes o etiquetar nada”). La encuesta
cuenta con 18 ítems con opción de respuesta Likert (desde Nunca hasta Muy
frecuente). A los fines de este estudio los ítems se agruparon en dos escalas:
Uso Pasivo y Uso Activo. La fiabilidad obtenida para esta muestra da cuenta de
valores aceptables (alfa Uso Pasivo = .73; alfa Uso Activo = .88).
Motives for SMSs use Scale (Lupano Perugini y Castro Solano, 2021a)
Esta escala examina los principales motivos de uso de redes sociales.
Se la diseñó sobre la base de la escala construida por Sheldon (2008) y adaptada posteriormente
por Hollenbaugh y Ferris (2014),
Motivations and uses of Facebook. Sobre la versión original se incorporaron
ítems sugeridos por asiduos usuarios de redes y, asimismo, se agregaron otros
referidos a búsqueda de información general en las redes que no estaban
incluidos en la versión original. Consta de 29 ítems con formato de respuesta
Likert de cinco opciones (1: Muy en desacuerdo a 5:
Muy de acuerdo). De acuerdo con los estudios de
validación realizados, los ítems se distribuyen en tres dimensiones: (1)
Mantenimiento de relaciones personales y búsqueda de información (e. g., “…para comunicarme con los demás”, “…para buscar
información sobre servicios y productos”); (2) Pasatiempo y exhibicionismo (e. g., “…para llamar la atención”, “…como pasatiempo”);
(3) Búsqueda de compañía (e. g., “…para encontrar
compañía, para encontrar nuevos amigos”). Para la muestra estudiada, los tres
factores obtenidos presentan alta fiabilidad (alfa Mantenimiento de relaciones
= .75; alfa Pasatiempo = .86; alfa Búsqueda de compañía = .91).
Iowa-Netherlands Comparison Orientation Measure (INCOM-E)
(Gibbons y Buunk,1999; Buunk et al., 2005)
Esta escala mide la tendencia disposicional a compararse con los
demás, es decir, en qué medida los individuos están interesados en los
pensamientos y comportamientos que tienen otras personas en circunstancias
similares a las suyas y utilizan estas comparaciones para evaluar sus propias
características y circunstancias. El instrumento consta de 11 reactivos (e. g., “Siempre me gusta saber lo que harían otras
personas en mi lugar”), evaluados en una escala Likert de 5 puntos, que va
desde 1 (totalmente en desacuerdo) hasta 5 (muy de acuerdo). La versión española fue validada por Buunk et al. (2005). Para esta muestra, el
alfa obtenido para la puntuación global fue de .84.
Depression, Anxiety and Stress Scale (DASS-21) (Lovibond y Lovibond, 1995)
Esta prueba reúne tres escalas de autoinforme, de siete ítems
cada una, diseñadas para medir los estados emocionales de depresión, ansiedad y
estrés. La escala de depresión evalúa disforia, desesperanza, devaluación del
sentido de la vida, autodesprecio, falta de interés, anhedonia e inercia (e. g., “No podía sentir nada positivo”). La escala de
ansiedad evalúa la activación autonómica, la ansiedad situacional y la
experiencia subjetiva de afecto ansioso (e. g., “Me
siento tembloroso/a”). La escala de estrés es sensible a niveles de activación
crónica no específica. Evalúa la dificultad para relajarse y la tendencia a
molestarse e irritarse fácilmente (e. g., “Me costó
mucho calmarme”). La puntuación global de la prueba da cuenta de un factor
común a las tres dimensiones denominado malestar psicológico general (Henry y Crawford, 2005). Para el presente
estudio se adaptaron los ítems de la versión chilena de Antúnez y Vinet (2012). Se responde sobre
la sintomatología percibida durante la última semana, en una escala Likert con
cuatro opciones de respuesta (desde 0: No describe nada de
lo que me pasó o sentí, hasta 3: Sí, esto me pasó
mucho o casi siempre). La fiabilidad para la escala total fue: alfa =
.93, y para las dimensiones: alfa depresión = .87; alfa ansiedad = .81; alfa
estrés = .87.
Procedimiento
Los datos fueron recolectados por alumnos que se encontraban
realizando una práctica de investigación en una universidad privada de la
ciudad de Buenos Aires, Argentina. Los participantes fueron voluntarios y no
recibieron retribución alguna por su colaboración. Además, según lo establecido
por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas en su
Resolución D N.º 2857, el cuadernillo que contenía las encuestas presentaba en
su portada una introducción en la que se solicitaba el consentimiento del
participante, se aseguraba el anonimato de los datos y su uso exclusivo para
investigación. La recolección y carga de datos fue supervisada por un docente
investigador.
Para la carga y el análisis de los datos se utilizaron los
programas estadísticos SPPS 24.0 y AMOS 18.0
Resultados
En primer lugar, se detallan algunos datos descriptivos de las
variables incluidas en el estudio. En cuanto a las relacionadas con el uso de
redes, se observa que la muestra analizada presenta un alto nivel de conexión
promedio que supera las 5 horas (considerando todos los sitios relacionados con
redes sociales). En relación con las motivaciones de uso, se destaca que
mayormente emplean las redes para mantenerse en contacto con personas
allegadas. Además, se observan niveles medios en relación con el uso
pasivo/activo de redes (ver Tabla 1).
En segundo lugar, se calcularon correlaciones entre todas las
variables. Si se analiza la relación entre la comparación social y variables
asociadas al uso de redes sociales (i. e., tiempo
de conexión, motivos de uso, tipo de uso –pasivo/activo–), se observa que se
obtuvieron todas correlaciones significativas entre las variables analizadas.
La correlación más alta fue la obtenida entre la comparación social y el uso
pasivo de redes, seguido por las correlaciones con los diferentes motivos de
uso. La correlación más baja fue la hallada en relación con el tiempo de
conexión. Todas las correlaciones halladas presentan un tamaño del efecto
pequeño (rs < .30) a excepción de la hallada
entre comparación social y uso pasivo, que presenta un tamaño moderado (rs ≥ .30) (Cohen,
1992) (ver Tabla 1).
En tercer lugar, y para responder al primer objetivo que
pretende establecer el grado en que determinadas variables relacionadas al uso
de redes sociales (i. e., tiempo de conexión, tipo
de uso –pasivo/activo-, y motivos de uso) y la comparación social predicen
malestar psicológico, se analizaron los coeficientes de correlación obtenidos
entre las variables involucradas. Como puede observarse en la
Tabla 1, la comparación social presenta las correlaciones más altas tanto
en relación con la puntuación global de malestar como con sus dimensiones
(depresión, ansiedad y estrés). El tamaño del efecto de dichas correlaciones es
pequeño (rs < .30) (Cohen, 1992).
Uso activo, tiempo de conexión y mantenimiento de relaciones fueron las
variables que correlacionaron más bajo con el malestar.
Tabla 1
Correlaciones |
|||||||||||||
M |
DE |
1 |
2 |
3 |
4 |
5 |
6 |
7 |
8 |
9 |
10 |
11 |
|
1. CS |
2.88 |
.78 |
- |
||||||||||
2. T´ |
5.49 |
2.42 |
.19** |
- |
|||||||||
3. UP |
2.69 |
.92 |
.33** |
.39** |
- |
||||||||
4.UA |
2.27 |
.84 |
.16** |
.44** |
.53** |
- |
|||||||
5. MR |
3.69 |
.77 |
.20** |
.38** |
.43** |
.45** |
- |
||||||
6.
P/E |
2.31 |
.84 |
.25** |
.39** |
.56** |
.48** |
.33** |
- |
|||||
7. BC |
1.63 |
.69 |
.20** |
.31** |
.36** |
.37** |
.22** |
.64** |
- |
||||
8. DEP |
.38 |
.52 |
.19** |
.00 |
.06 |
.00 |
-.09 |
.12* |
.16* |
- |
|||
9. ANX |
.30 |
.46 |
.12* |
-.03 |
.05 |
.06 |
-.05 |
.11*
|
.16* |
.60** |
- |
||
10. EST |
.65 |
.62 |
.29** |
.06 |
.14** |
.11* |
.05 |
.29** |
.18* |
.68** |
.68** |
- |
|
11. TM |
.44 |
.47 |
.21** |
.12 |
.11* |
.07 |
-.03 |
.21** |
.19* |
.87** |
.85** |
.91** |
- |
CS: comparación socialT': Tiempo promedio conexiónUP: uso pasivoUA:
uso activoMR:
mantenimiento relacionesP/E:
pasatiempo/exhibicionismoBC:
búsqueda de compañíaDEP:
depresión (DASS 21)ANX:
ansiedad (DASS 21)EST:
estrés (DASS 21)TM:
total malestar (DASS 21).*
p < .05**
p < .01
En cuarto lugar, se realizó un análisis de regresión jerárquica
múltiple considerando la puntuación global de malestar psicológico como variable
dependiente. Primero se introdujeron las variables relacionadas al uso (i. e., tiempo promedio de conexión, uso pasivo y activo,
motivaciones de uso) como predictores del primer bloque y luego, la comparación
social en el segundo bloque.
En todos los casos, las pruebas de multicolinealidad mostraron
valores aceptables de tolerancia cercanos a 1.00. Además, se empleó el
estadístico de Durbin-Watson con el propósito de evaluar la ausencia de
correlación de los residuales y se obtuvieron valores cercanos a 2.00 (Pardo y Ruiz, 2005).
A partir de lo obtenido, se observa que ambos modelos fueron
estadísticamente significativos (p < .001) y la comparación social
incrementó significativamente el cambio en R2. El R2 del
Bloque 1 fue de .049 (p < .001). De todas las variables incluidas, solo
pasatiempo/exhibicionismo resultó un predictor significativo. En el Bloque 2 el
R2 pasó a .069 (p < .001) por lo que la inclusión de la comparación social
agregó un 2.2 % de varianza. Al igual que en el bloque anterior,
pasatiempo/exhibicionismo resultó un predictor significativo; pero el de mayor
significación fue la comparación social (b = .158, p = .003) (ver Tabla
2).
Tabla 2
Malestar psicológico |
R2 |
F(gl) |
p |
b estandarizado |
p |
Bloque 1 (variables
de uso) |
.049 |
4.230(6,413) |
< .001 |
||
Tiempo promedio de
conexión |
-1.108 |
.269 |
|||
Uso pasivo |
.496 |
.620 |
|||
Uso activo
Mantenimiento de relaciones Pasatiempo/exhibicionismo Búsqueda de compañía |
.045 -1.678 2.432
1.569 |
.964 .094 .015 .118 |
|||
Bloque 2 (variables
de uso y comparación social) |
.069 |
4.469(1,412) |
<.001 |
||
p para el cambio de F |
.003 |
||||
Tiempo promedio de
conexión |
-.074 |
.204 |
|||
Uso pasivo |
-.012 |
.862 |
|||
Uso activo
Mantenimiento de relaciones Pasatiempo/exhibicionismo Búsqueda de compañía |
.018 -.108 .178 .090 |
.777 .065 .017 .173 |
|||
Comparación social |
.158 |
.003 |
Según los análisis detallados, se puede observar que, si bien el
uso pasivo correlaciona con el malestar psicológico, pierde poder predictivo al
incluirlo en un modelo que incluye a la comparación social y otras variables
vinculadas al uso de redes. Por lo tanto, a la luz de estos resultados, pero
también de los antecedentes consultados que muestran que este tipo de uso suele
asociarse con consecuencias negativas a nivel psicológico, se hipotetizó que el
uso pasivo podría tener efecto sobre el nivel de malestar psicológico de los
usuarios de redes sociales considerando a la comparación social como una
variable mediadora entre ambas.
Por lo tanto, para cumplir con el segundo objetivo que intenta
probar un modelo explicativo en el que la comparación social sea mediadora
entre el uso pasivo y variables asociadas a malestar psicológico general, se
realizó un modelo de ecuaciones estructurales en el que se incluyó al uso
pasivo como variable predictora, la comparación social como mediadora y la
puntuación agregada de malestar psicológico como variable de resultado. El uso
pasivo es una variable exógena observada, la comparación es una variable
endógena observada y el malestar psicológico es una variable endógena latente
(indicadores: depresión, ansiedad, estrés).
Los parámetros del modelo fueron estimados siguiendo el criterio
de máxima verosimilitud. Los indicadores obtenidos mostraron que los datos se
ajustan óptimamente al modelo (χ2 = 9.862, p < .05; χ2/gl = 2.47;
IFI= .99; NFI = .98; CFI = .99; TLI = .96; RMSEA = .05). El modelo permite
apreciar que no hay un efecto directo del uso pasivo sobre el malestar
percibido (β = .06, ns). En cambio, se observa un efecto directo del uso pasivo
sobre la comparación social (β = .34, p < .01) explicando un 12 % de la varianza
de esta última que, a su vez, influye sobre el malestar (β = .21, p < .01)
explicando el 6 % de la varianza de esta última variable. Por lo tanto, puede
considerarse un efecto indirecto del uso pasivo sobre los niveles de malestar
(.34 x .21 = .07) considerando a la comparación social como variable mediadora.
En la Figura 1 se presentan los coeficientes
estandarizados.
Figura 1
Discusión
El presente trabajo tuvo dos objetivos. Por un lado, examinar el
poder predictor de variables relacionadas al uso de redes sociales (i. e., tiempo de conexión, tipo de uso –pasivo/activo-,
motivaciones de uso) y la comparación social sobre el malestar psicológico (i. e., depresión, ansiedad, estrés), y por otro lado,
analizar el rol mediador de la comparación social en la relación entre el uso
pasivo de redes sociales y la percepción de malestar psicológico percibido.
En relación a los aspectos analizados en el primer objetivo, se
puede apreciar que la muestra analizada está compuesta por usuarios con un alto
nivel de tiempo de conexión y que usan las redes principalmente para mantenerse
en contacto con personas conocidas, dato que coincide con investigaciones
previas (Jiang et al., 2020; Lupano Perugini y Castro Solano, 2021a).
Además, resulta interesante destacar que si bien como resultado del análisis de
regresión efectuado, se comprobó que la comparación social es el principal
predictor (entre las variables incluidas en el modelo de regresión) de malestar
psicológico, otro predictor significativo fue el motivo de uso relacionado con
pasatiempo/exhibicionismo. Esto implica que usar las redes para mostrarse,
hacerse conocido y ganar notoriedad -más que para interactuar con otros- se
asocia con mayores niveles de estrés (entendido como la dificultad para
relajarse y la tendencia a molestarse e irritarse fácilmente). Estos resultados
están en sintonía con lo obtenido en un estudio previo en relación a motivos de
uso y bienestar (Lupano Perugini y Castro
Solano, 2021a).
En cuanto al segundo objetivo, teniendo en cuenta que las
investigaciones previas realizadas arrojan resultados contradictorios en cuanto
a los efectos psicológicos producidos por el uso de redes sociales (Frison y Eggermont, 2015; Kraut et al., 2002; Livingstone, 2008; Lup et al., 2015; Nie et al., 2015), cobra cada vez más
relevancia el análisis de posibles variables mediadoras en la generación de dichos
efectos.
En las correlaciones obtenidas en este estudio se puede observar
que, si bien el uso pasivo correlaciona con los indicadores de malestar
psicológico, dichas correlaciones presentan un tamaño del efecto muy pequeño
con lo cual cabe suponer que existen otros factores intervinientes. En estudios
previos se analizó el papel de los rasgos de personalidad en esta relación,
pero los resultados mostraron que la intervención es menor (Gerson et al., 2017). La tendencia a
compararse socialmente, si bien se relaciona con características de
personalidad, parece activarse más a partir de los contenidos que los usuarios
suben a las redes ya que suelen mostrar imágenes y situaciones idealizadas.
Esto lleva a pensar que mirar sostenidamente este tipo de publicaciones sin
mediar ningún tipo de intervención puede ocasionar efectos perjudiciales en
quienes lo hacen (Kross et al., 2013; Verduyn et al., 2015). En el presente
estudio, de acuerdo a los resultados obtenidos en el modelo analizado, se
permitió comprobar el efecto indirecto del uso pasivo sobre el malestar
considerando a la comparación social como variable mediadora.
Por lo tanto, es posible pensar que usar pasivamente las redes
generaría mayor malestar si al ver los contenidos publicados por los demás, el
usuario tiende a compararse con quienes los publican. Es decir, el efecto sería
mayor en aquellos individuos sensibles al comportamiento de los demás, con
altos niveles de inseguridad personal y una necesidad constante de incrementar
su autoestima (Bergagna y Tartaglia, 2018;
Buunk y Gibbons, 2007, Gibbons y Buunk, 1999). En consecuencia,
la combinación de ambos factores parecería tener un efecto potenciador, ya que
tanto la tendencia a comparase socialmente como el uso pasivo de redes suelen
asociarse a efectos negativos (e. g., Burke y Kraut, 2011; Ding et al., 2017; Giagkou et al., 2018). Esto es importante
de tener en cuenta ya que, en la muestra analizada, se halló que la correlación
más alta fue la obtenida entre uso pasivo y comparación social.
Este trabajo se basó en antecedentes teóricos y empíricos
derivados principalmente de investigaciones focalizadas en análisis de
variables de personalidad relacionadas al uso de redes sociales y dispositivos
tecnológicos. Como todo fenómeno psicosocial, puede ser interpretado desde
múltiples aristas. Por ejemplo, si se efectúa una mirada más global y
colectiva, es dable pensar que el tipo de uso que se hace de las redes y de la
tecnología esté mediatizado por políticas socioeconómicas actuales que tienden
a fomentar el consumismo y la competencia. Para autores como Berardi (2017), la contemporaneidad
implica “habitar en un entorno digital la mayor parte de nuestras vidas” (p.
13). Este entorno (enjambre digital) quita autonomía a las personas y modela la
percepción de sí mismos y los demás (Lenarduzzi
y Samela, 2022). Desde esta perspectiva, se igualarían los efectos de un
uso pasivo o activo de redes. De todos modos, no se trata de rechazar la
tecnología sino de repensar la relación que tienen las personas con ella (Berardi, 2019; Pugliese, 2021).
Fortalezas, limitaciones y futuras líneas de trabajo
Por un lado, se destaca que esta investigación se ha llevado a
cabo en el contexto latinoamericano que cuenta con un menor nivel de
investigaciones en la temática comparado con otras regiones (i. e., Estados Unidos y países de Europa). El estudio de
este tipo de tópicos permite, tanto a los propios usuarios como agentes de
salud y educación, tener mayor conocimiento acerca de las consecuencias que
trae el uso de redes y las nuevas tecnologías a fin de promover un uso adecuado
de las mismas. Que los usuarios conozcan los resultados de este tipo de
investigaciones, permite visibilizar los efectos que el uso de redes sociales
puede conllevar. El hecho de estar insertos en este enjambre digital, como
sostienen algunos autores, puede ocasionar que estos efectos se naturalicen y
no se cuestionen.
En cuanto a las limitaciones del trabajo realizado, puede
considerarse el empleo de medidas de autoinforme que pueden afectar la validez
de los datos. Otra limitación se relaciona con el tipo de muestreo utilizado
(por conveniencia) que influye en la generalización de los resultados. También
debe tenerse en cuenta que en este estudio se analizaron las redes sociales en
conjunto. Por lo tanto, en futuros trabajos podría analizarse si el efecto mediador
de la comparación social difiere de acuerdo con el uso de diferentes redes
sociales (Facebook, Instagram, Twitter, etc.), ya que investigaciones previas
han demostrado que la preferencia por determinadas redes puede estar
determinada por diferencias en los perfiles de personalidad (e. g., Hughes et
al., 2012; Marshall et al., 2020).
Además, ciertos sitios tienden a caracterizarse por subir contenidos visuales
de mayor impacto (e. g., Instagram) que pueden
ocasionar efectos más nocivos en quienes los consumen (Lup et al., 2015).
Por otro lado, como se mencionó en párrafos previos, este
fenómeno puede ser analizado desde múltiples aristas. Un abordaje mixto (Mertens, 2005) que complemente los datos
cuantitativos con información cualitativa (e. g.,
entrevistas en profundidad, focus groups, análisis
de contenidos digitales relacionados al uso de redes -noticias, publicidades-)
permitiría un acercamiento más integral al fenómeno que contemple tanto las
implicancias personales como socioeconómicas que influyen en el modo en que las
personas usan las redes y tienden a compararse con los contenidos que ellas
contienen.
Por último, próximos estudios podrían analizar el rol particular
que cumplen otras variables asociadas a la comparación social. Por ejemplo,
algunos autores han demostrado que la envidia -entendida como una emoción
hostil que puede estimular comportamientos agresivos (Smith y Kim, 2007)- puede verse acentuada
por el uso intenso de redes sociales debido a la tendencia a compararse con
otros de mayor status (e. g., Burke et al., 2010; Jordan et al., 2011). Además, deberían
analizarse diferencias por edad ya que es posible que estos efectos sean más
perjudiciales en adolescentes que en adultos.
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