Artículos
El habla privada
como una ventana para investigar la motivación en adolescentes con discapacidad
intelectual leve
Private Speech as a
window into motivation research in adolescents with mild intelectual disability
María Cecilia Pandelo ceciliapandelo@hotmail.com.
Universidad Nacional de Luján, Argentina
Juan Antonio Huertas juanantonio.huertas@uam.es.
Universidad Autónoma de Madrid, España
El habla privada como una ventana para investigar la motivación
en adolescentes con discapacidad intelectual leve
Interdisciplinaria,
vol. 39, núm. 3, pp. 225-242,
2022
Centro Interamericano de Investigaciones Psicológicas y Ciencias
Afines
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publicación, con el trabajo registrado con la licencia de atribución, no
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Recepción:
26
Noviembre 2021
Aprobación:
19
Agosto 2022
Resumen:
Este artículo se propone presentar
parte de un estudio realizado en el marco de una tesis de maestría que estudia
las orientaciones de la motivación hacia el aprendizaje en estudiantes
bachilleres con discapacidad intelectual leve (DIL) que asisten a una escuela
privada de Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Argentina). El trabajo intenta
probar la utilidad de los estudios de habla privada (HP) para obtener
información sobre las características motivacionales de los participantes. Para
ello registra, describe y analiza el contenido que aparece en las emisiones de
HP de los participantes durante la resolución de dos tareas con distinta demanda
cognitiva. Durante las sesiones experimentales, se registraron las emisiones de
HP que emitieron los participantes, las cuales se codificaron para determinar
tipos de HP (HP irrelevante para la tarea, HP relevante para la tarea y HP con
contenido motivacional). Las emisiones de HP con contenido motivacional se
clasificaron en categorías y subcategorías (para las que se utiliza el sistema
de clasificación de Montero y Huertas 1999). A partir de la clasificación de
categorías y subcategorías se organizaron según la orientación motivacional que
expresan, lo que permite describir patrones motivacionales. Los resultados
revelaron que los estudios de HP son una herramienta potente para conocer las
características motivacionales de adolescentes con DIL.
Palabras clave: discapacidad
intelectual leve, aprendizaje, motivación, habla privada, educación especial,
enseñanza secundaria.
Abstract: The purpose of this paper is to present part of a research study
carried out within the framework of a master's thesis. The aim of the master’s
thesis is to study the motivational orientations of high school students with
mild intellectual disability (MID) towards the learning process. The work
intends to test the usefulness of ‘private speech’ (PS) to obtain information about
the motivational characteristics of the participants. In order to achieve this,
the content present in the PS emissions of the participants during the
resolution of tasks with different load of cognitive demand was registered,
described and analyzed. During the experimental sessions, the participants’ PS
emissions were registered and then coded to determine three different types of
PS (irrelevant for the task, relevant for the task and PS with motivational
content). Then, the PS emissions with motivational content were classified into
categories and subcategories (using the classification system of Montero &
Huertas, 1999). Following this classification, the information was organized
according to the motivational orientation they expressed; as a conclusion,
motivational patterns can be described. The results reveal that PS studies are
a powerful tool to understand the motivational characteristics of adolescents
with MID.
Keywords: mild intellectual
disability, learning, motivation, private speech, special education, secondary
education.
Introducción
La motivación es un proceso psicológico que direcciona la
planificación y acción del sujeto. Se trata de un proceso dinámico y no un
estado fijo. “Motivación” es una de las palabras que más suenan en los entornos
educativos desde hace tiempo. En el plano de la educación, la orientación
motivacional deseada es aquella disposición positiva para aprender y continuar
haciéndolo de una forma autónoma (Huertas
y Ardura, 2004). Se trata de una variable fundamental para la construcción
de conocimientos, pues es un elemento sustancial en el logro de aprendizajes en
contextos áulicos (Aguilera, 2008). El
análisis de las condiciones para conseguir contextos que lleven a la motivación
por el aprendizaje es de innegable vigencia en las aulas y constituye para
algunos un problema no resuelto (Aguilera,
2015). En la escuela secundaria, muchos docentes plantean la falta de
motivación de sus estudiantes como un problema cotidiano para el aprendizaje (Rodríguez Moneo, 2009).
Existe un amplio desarrollo de trabajos sobre motivación de
alumnos en el nivel secundario a través del abordaje cuantitativo y el uso de
escalas. En Argentina hay estudios que describen metas de aprendizaje,
atribuciones causales y expectativas (Aguilera,
2015; Amadeo, 2010; Cattaneo, Huertas y De la Cruz, 2004;Rizzo y Costa, 2019).
La mayoría de los trabajos de motivación en contextos áulicos se
han hecho sin tener en consideración estricta la diversidad de estudiantes que
conforman las aulas. El presente estudio busca investigar las características
motivacionales de estudiantes secundarios con discapacidad intelectual leve
(DIL). La DIL se caracteriza por limitaciones significativas tanto en el
funcionamiento intelectual como en el comportamiento adaptativo, incluidas
habilidades sociales (Schalock, Luckasson
y Tassé, 2021); las mayores dificultades se presentan en las actividades
escolares, muchos tienen problemas específicos en lectura y escritura y el
rango de cociente intelectual (CI), en general, es de 50 al 69 (OMS, 2018).
No son muchos los trabajos que analizan la motivación por
aprender en personas con discapacidad intelectual (Safari, Wass y Thygesen, 2022). Algunos
lo han hecho a través del uso de cuestionarios a estudiantes y profesores como
la herramienta principal (Flamiatou, 2020;
Gilmore et al, 2015; Maggina, 2011; Moragianni, 2017; Zarifopoulou, 2022; Zisimopoulos, 2015), uso de escalas (Hauser-Cram, Woodman, y Heyman, 2014),
observaciones (Gilmore et al, 2015; Maggina, 2011; Safari, Wass y Thygensen, 2022), y
entrevistas a estudiantes (Hansen, Nordén,
y Ohlsson, 2021; Maggina, 2011; Vlachos, 2020) y docentes (Vlachos, 2020; y Zarifopoulou, 2022). Otro de los
abordajes ha sido a través de la medición de la persistencia en tareas (Gilmore y Cuskelly, 2009). Los resultados
muestran, desde hace tiempo, datos contradictorios entre quienes afirman que
existe una relación entre la discapacidad intelectual y la motivación, y
quienes niegan esta asociación.
La literatura ha mostrado que la motivación es un área de
dificultad para las personas con discapacidad intelectual. Gilmore y Cuskelly
(2009) afirman que los estudiantes con DIL pierden fácilmente la motivación por
aprender (Zisimopoulos, 2015), que
lleva a que los docentes presenten dificultad para despertarla. Stagiopoulos (2015) y Tzivinikou, Charitaki y Kagkara (2021)
afirman que el CI y el nivel de discapacidad afectan significativamente la
motivación y que existen dificultades para interesar a los estudiantes con
discapacidad intelectual, aunque, al lograr generar un entorno amigable,
activan mejor la motivación por aprender (Zarifopoulou,
2022).
Otros autores critican la asociación que vincula la discapacidad
intelectual con déficits motivacionales y afirman que es posible que otras
características asociadas a esta (por ejemplo, la velocidad de procesamiento
más lenta) se interpreten a veces erróneamente como déficit motivacional (Cuskelly y Gilmore, 2014; Gilmore et al., 2015), y defienden que no
hay evidencia que vincule la capacidad de autodeterminación (motivación
intrínseca) con capacidad cognitiva (Gilmore
y Cuskelly 2017). Al mismo tiempo, afirman que la motivación que activan
los estudiantes con DIL depende de la capacidad de los docentes para presentar
propuestas que propicien ese interés (Athanasiadou,
2017).
La motivación es una construcción compleja que no se evalúa
fácilmente en personas con discapacidad intelectual. De manera que los informes
sobre problemas de motivación en estudiantes con DIL difieren según el método
de recopilación de datos. Los estudios de observación que utilizan tareas
estructuradas no suelen revelar diferencias entre estos y los niños
normotípicos de mismo nivel de desarrollo, pero cuando se utilizan
cuestionarios de padres o profesores, los niños con discapacidad intelectual
parecen tener déficits en la motivación (Cuskelly
y Gilmore, 2014). El uso de escalas presenta problemas metodológicos, ya
que evalúa aquello que los estudiantes opinan sobre cómo se comportan
habitualmente en clase y esto representa un esfuerzo complejo que implica un
buen dominio de las capacidades de reflexión sobre uno mismo.
Este panorama de resultados contradictorios, según los sistemas
de evaluación que se usen, hace conveniente continuar profundizando en este
problema metodológico. El uso de los registros de habla privada (HP) se presenta
como una ventana útil para evaluar los procesos motivacionales en el mismo
momento que se está llevando a cabo la actividad y no necesita del
autoanálisis. Por esto, resulta muy pertinente conocer si es posible utilizar
el HP para investigar los procesos motivacionales en esta población.
Se entiende por HP un habla aparentemente carente de intención
comunicativa, audible, autodirigida y que tiene funciones de autorregulación (Berk, 1992); se trata de palabras
aparentemente no dirigidas a nadie, contingentes con la realización de una
tarea, cuyo destinatario es el propio hablante (Berge, 2014). Es posible distinguir la HP
del habla social, ya que esta última tiene como función regular el acto
comunicativo con otros y está dirigida enteramente hacía ese acto (De la Cruz Cabrera y Melián González, 2018).
El lenguaje desempeña un papel fundamental en la organización de
los procesos psicológicos superiores (Vygotski,
1979). Estos procesos se construyen a través de una internalización en la
que los usos que se dan socialmente a estas funciones se van introduciendo poco
a poco en el acervo cognitivo de cada persona. Pasan de una fase
interpsicológica, manifiesta en la actividad exterior con los individuos o con
los objetos, para luego entrar en la fase individual o intrapsicológica. En
dicho proceso, aparece el HP. Vigotsky afirma que el habla interna (o el
pensamiento verbal) se origina en intercambios lingüísticos con otros y pasa
por un estado intermedio de habla autodirigida antes de internalizarse
completamente. Este discurso autodirigido, frecuentemente autorregulador, se ha
conocido como discurso o HP (Gaskill y
Díaz, 1991) y proporciona una ventana al proceso de internalización,
crucial en la formación de formas más altas de cognición (Winsler, Fernyhough y Montero, 2009). A
medida que este proceso va consolidándose, el HP se convierte en habla interna
y deja de ser perceptible para el observador. No se trata solo de un fenómeno
de internalización del lenguaje, sino que posee además la función de mediador
instrumental (Montero y de Dios, 2004).
Así como sucede con el lenguaje, la adquisición y apropiación de
los elementos motivacionales, presentes en la cultura y en la sociedad, se llevan
a cabo en ese mismo proceso de internalización, a través de elementos
mediadores como el lenguaje, y se convierten en el vehículo de transmisión de
las metas e intereses sociales (Montero y
Huertas, 1999). Los diálogos con uno mismo son la base para formar los
motivos propios. Vigotsky afirmó que uno de los estados finales de la
autorregulación mediada verbalmente era la formulación de la motivación (Vigotsky, 1979). El HP, por lo tanto,
media los procesos motivacionales y metamotivacionales, y los procesos
cognitivos y metacognitivos. En este sentido, además de colaborar con la
planificación y organización cognitiva, el HP se encuentra ligada a la
dimensión volitiva, al establecimiento de metas, a la autoevaluación subjetiva
de la acción y a la creación del vínculo entre nuestras intenciones y nuestros
comportamientos, dimensiones todas ellas constituyentes de los proceso de la
motivación humana (Alessandroni, 2017)
Por esto, el HP supone un fenómeno que posibilita conocer el
proceso de desarrollo e internalización de las funciones mentales y, en
concreto, de los procesos motivacionales. Se trata de un fenómeno observable y,
aplicado al estudio de la motivación, permite estudiar el desarrollo de los
factores motivacionales durante la realización de la acción espontánea (Montero y Huertas, 1999).
Hace algunos años, en la Facultad de Psicología de la
Universidad Autónoma de Madrid se inició una línea de investigación en la que
confluyen estas dos áreas de estudio: la motivación en el contexto escolar y
los estudios sobre el HP. En este sentido, el HP supone para esta investigación
el instrumento que facilitará el acceso a las orientaciones motivacionales del
individuo. En esta línea, Chiu y Alexander
(2000), de Dios (2004), Méndez Sánchez (2012), Montero, de Dios y Huertas (2001), Montero y Huertas (1995) y Montero y Huertas (1999) han comprobado
que el HP produce gran cantidad de emisiones con contenido motivacional y han
descripto, dentro de las emisiones de HP de niños, la existencia de un
porcentaje relevante de HP motivacional, que oscila según la edad entre 15 % y
18 % (Montero, de Dios y Huertas, 2001;
Montero y Huertas, 1999) en
condiciones naturales, y aumenta a un 28 % en condiciones de laboratorio (Montero y Huertas, 1999). Además, de Dios (2004), Méndez Sánchez (2012), Montero, de Dios y Huertas (2001) y
Montero y Huertas (1999) han analizado el contenido de dichas emisiones y
encontraron diferentes frecuencias de aparición, con una mayor proporción de
evaluaciones y reacciones emocionales. Otros trabajos (Chiu y Alexander, 2000) destacan la
relevancia del HP cognitiva y metacognitiva en indicadores motivacionales como
la persistencia o el deseo de independencia. Estos trabajos ofrecen además un
procedimiento de análisis y evaluación de la motivación a sujetos de cualquier
edad, especialmente respecto a sujetos con DIL en la que resulta complejo
aplicar otros instrumentos de medida.
Si bien hasta ahora solo se ha mencionado la utilización que
realizan los niños del HP, ante determinados conflictos o desafíos cognitivos
los adultos son capaces de reexternalizarlo (Fernyhough, 2004) con fines de
autorregulación y reorganización de la actividad mental. El campo más abundante
de estudios de HP es la niñez, pero esta continúa siendo una estrategia
cognitiva durante todo el ciclo vital (Duncan
y Tarulli, 2009; Hontou y Moreira,
2015), incluso en sujetos con discapacidad intelectual (Cunningham, Glenn, y Fitzpatrick, 2000).
Existen investigaciones que evidencian HP en la adolescencia (Kronk, 1994; Winsler y Naglieri, 2003), en la adultez
(Duncan y Cheyne, 1999; Duncan y Tarulli, 2009; Kronk, 1994; Winsler y Naglieri, 2003), y revelan que
comparte las características y los patrones del HP infantil. Según San Martín (2004) únicamente el HP lúdica
(habla relacionada con la fantasía, juego o expresiones afectivas) disminuye de
forma significativa con la edad, mientras que el HP con función de
planificación o autorregulación (vinculada a la descripción de acciones dirigidas
a una meta) se mantiene constante. El HP en la adolescencia o en la adultez
surge cuando el sujeto está enfrentado a una demanda cognitiva (Gaskill y Díaz, 1991) o una tarea nueva
(cuando la demanda cognitiva de la tarea supera las habilidades automatizadas
de la persona), con el objetivo de alcanzar mayor dominio y, a la vez, con
función de autorregulación (Sánchez-Medina
et al., 2009). Por lo tanto, el uso del HP no queda restringido al análisis
de cómo se produce una determinada etapa del desarrollo de los niños, sino que
puede ser un indicativo del funcionamiento interno en cualquier momento de la
vida.
Algunas investigaciones (Cunningham,
Glenn y Fitzpatrick, 2000; Lechler y
Hare, 2014; Snorre y Peer, 2007)
muestran la fertilidad del HP para estudiar las características de personas con
discapacidad intelectual. Cunningham,
Glenn y Fitzpatrick (2000) la utilizaron en un estudio con adolescentes con
síndrome de Down, confirmando la universalidad del HP y de sus patrones de
desarrollo. En dicho estudio no se encontró asociación entre HP y problemas de
conducta, dificultades de comunicación o el aislamiento social. Snorre y Peer (2007) examinaron el HP y
los patrones de uso de estrategias para resolver problemas sencillos de
operaciones numéricas (sumas). Encontraron que el uso de HP y estrategias de
resolución parecen converger entre estudiantes primarios con y sin discapacidad
intelectual. Más recientemente, Lechler y
Hare (2014), a través de un estudio observacional, investigaron la forma y
función del HP en un hombre joven con la variante del síndrome de Dandy-Walker
y trisomía 22. Estos autores observaron, transcribieron y codificaron
grabaciones de video para identificar todas las combinaciones de tipo y forma
de HP.
Diversos trabajos demuestran las virtudes del uso del HP como
estrategia metodológica para el conocimiento del desarrollo cognitivo y
motivacional, y cómo se ha aplicado con resultados positivos en personas con
DIL; sin embargo, no se han encontrado antecedentes de estudios sobre el
desarrollo de los patrones motivacionales en personas con DIL a través del HP.
Por ello, el presente trabajo aporta un primer acercamiento a la temática, y se
parte de la hipótesis de que los estudios del HP con adolescentes con DIL
pueden brindar información relevante para analizar las características del
desarrollo de sus patrones motivacionales.
Metodología
El trabajo presentado consiste en un estudio empírico que se
propuso probar la utilidad de los estudios de HP para obtener información
acerca de las características motivacionales de estudiantes bachilleres con DIL
que asisten al nivel secundario de educación especial. Específicamente, se
buscó registrar las emisiones de HP que formularon adolescentes con DIL durante
la resolución de dos tareas: una de contenido escolar y otro un juego de
razonamiento espacial. Luego se propuso discriminar el porcentaje de las
emisiones que corresponde a HP con contenido motivacional y el que corresponde
a HP cognitiva, y posteriormente codificar las emisiones de HP con contenido
motivacional (según el sistema de clasificación de Montero y Huertas, 1999) para finalmente
describir la frecuencia de cada categoría y las diferencias que aparecen en
cada una de las dos tareas.
La muestra se tomó en un colegio privado de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires (CABA). Se trató de una muestra no probabilística. La población
a investigar fueron adolescentes con DIL que concurrían a una escuela de nivel
medio especial (plan bachillerato). La escuela donde se tomó la muestra cuenta
con cuatro planes de estudios de nivel medio: un bachillerato internacional
(escuela común), un bachillerato en comunicación (escuela común), un
bachillerato en comunicación (educación especial) y un plan de formación
laboral (educación especial). Se tomó a los estudiantes de ambos planes de
educación especial para realizar el reclutamiento de la muestra, aunque en el
plan de formación laboral no se encontraron estudiantes que cumplieran con los
criterios de selección. Del total de 127 estudiantes de educación especial se
seleccionó, a partir de la lectura de legajos, a aquellos que tuvieran
diagnóstico de DIL respaldado por la presentación del Certificado Único de
Discapacidad (CUD). Se estableció como criterio de exclusión la existencia de
comorbilidades para reducir variables intervinientes. A quienes cumplían con
esa condición se les invitó a participar del estudio y se les tomó el test
K-BIT (Kaufman) que consiste en dos subtests que miden la inteligencia verbal y
no verbal de sujetos (desde 4 hasta 90 años). Al combinar el resultado de ambos
tests se puede obtener el CI compuesto. De este grupo se seleccionaron a
aquellos que decidieron participar y tuvieran CI entre 50 y 69, según el rango
general de CI enunciado por la clasificación internacional de enfermedades de
la OMS para este diagnóstico. Así quedó conformada finalmente la muestra del
grupo experimental con 12 sujetos. Esta muestra permite, en cierta medida,
atribuir bien los resultados encontrados a las características que muestran las
personas escolarizadas con DIL.
Todos los sujetos seleccionados se encontraban cursando el plan
de bachillerato en comunicación (educación especial), en jornada completa. Su
plan de estudios otorga un título con similar validez al de cualquier
bachillerato, con la diferencia de que se cursa en seis años en lugar de
hacerlo en cinco (como en la escuela común). Las materias son las mismas,
excepto dos de ellas. Los estudiantes son de diferentes barrios de CABA y del
conurbano bonaerense y presentan características socioeconómicas heterogéneas.
Los sujetos realizaron dos actividades de demanda cognitiva,
durante las cuales se registraron las emisiones de HP. Inicialmente se realizó
una prueba de calibración de la dificultad de las actividades para cada sujeto,
ya que las emisiones de HP son mayores en tareas de dificultad moderada (Azmitia, 1992; Berk y Spuhl, 1995; Winsler y Díaz, 1995). Para la
recolección de datos se realizaron dos sesiones experimentales por
participante; en ellas se observaron y videograbaron las emisiones de HP
emitidas durante la resolución de dos tareas: (MATEM y Rush Hour).
Se decidió la utilización de dos actividades con características
diferentes: una con clara identificación con las actividades escolares y otra,
un juego. La primera actividad era conocida y con posibilidad de
retroalimentación diferida, mientras que la segunda era desconocida y brindaba feedback sobre el desempeño de manera inmediata. Se
consideró necesario tomar en cuenta las funciones específicas del HP con
respecto a diferentes aspectos específicos de la tarea (Díaz y Berk, 1992) y que las demandas
específicas de la tarea modulan la naturaleza del HP emergente (San Martín, 2004), por lo que se
propusieron dos tareas con características diferentes para examinar si existían
patrones motivacionales comunes que justificaran su asignación a la DIL.
La primera actividad, denominada MATEM, consiste en un ejercicio
matemático de sumas con diez niveles de dificultad creciente. Cada nivel
presenta sus tarjetas con ejercicios en el sobre, identificado con una letra y
un número (A1, A2, B1, B2, C1, etcétera). En el frente de cada tarjeta se
observa una suma y en el dorso, su resultado. En el nivel A1 se realizan sumas
de un número de un dígito y otro número de un dígito. En el nivel A2 se suma un
número de un dígito y un número de dos dígitos; en el nivel B1 se suma un número
de dos dígitos y otro número de dos dígitos. Así, cada vez que se aumenta el
nivel de dificultad de la tarea se agrega un dígito en una de las cifras de la
suma. De este modo, cada nivel tiene un dígito más que el anterior en los
números a sumar.
La prueba de calibración se inició con el nivel A1 y se
consideró alcanzado el nivel medio de dificultad cuando el estudiante
incorporaba la utilización de un elemento (HP, conteo con dedos, escribir) para
la resolución del ejercicio, es decir cuando no pudiera realizar los cálculos
solo mentalmente. Para la prueba experimental los estudiantes iniciaban en su
nivel medio de dificultad y, para ello, tomaban una tarjeta que tenía una suma
que debían resolver y luego colocar el resultado en un cuadro. Cuando la consideraban
resuelta podían dar vuelta la tarjeta y cotejar el resultado para, de esa
forma, recibir una retroalimentación sobre el desempeño una vez finalizada la
tarea. Si era correcto podían avanzar al siguiente nivel, caso contrario debían
tomar otra tarjeta del mismo nivel. Los cálculos se podían realizar
mentalmente, utilizar el HP, los dedos, o hacer cálculos auxiliares o cualquier
escritura que quisieran hacer en el papel que tenían disponible. La actividad
terminaba cuando así lo solicitaban los participantes o al completar todos los
niveles.
La segunda actividad, Rush Hour, es un juego de lógica. Se
presenta un tablero con un marco y un único espacio de salida para la pieza del
auto rojo; además hay piezas de autos y micros de diferentes colores y tamaños,
que solo pueden deslizarse hacia adelante y atrás. El objetivo consiste en
sacar el auto rojo del embotellamiento de tráfico deslizando los autos que
bloquean el paso. El jugador saca una tarjeta que le indica cómo ubicar las
piezas para iniciar y luego tiene que deslizar las piezas que bloquean el paso
del auto rojo hasta poder sacarlo. El juego presenta 40 niveles de dificultad.
La prueba de calibración se inició en el nivel 1 y se consideró alcanzado el
nivel medio de dificultad cuando el estudiante necesitó empezar a deshacer
movimientos que había realizado anteriormente. Durante la resolución de la
actividad el estudiante sabe que tuvo éxito al sacar al auto rojo y puede darse
cuenta de que sus movimientos no están bien cuando bloquea cada vez más el
paso, por lo cual la actividad produce una clara posibilidad de
retroalimentación durante la ejecución, a diferencia de la anterior.
En cada una de las sesiones experimentales, llevadas a cabo en
días diferentes, cada participante realizó la tarea de nivel medio de
dificultad, en un aula a solas con el investigador, ya que la influencia social
favorece la aparición del HP, y esta es mayor cuando se encuentra con pares o
solo con un adulto (Díaz y Berk, 1992).
En la primera sesión se dio a elegir con cuál actividad querían comenzar, pues
con ello se pretendía crear desde el inicio un ambiente de libre elección para
que el sujeto se encontrara más atraído por la tarea que se le proponía
realizar. Se informó a los participantes que el objetivo era resolver la tarea
con la mayor exactitud que lograran conseguir. Se les dijo que podían afrontar
tantas como quisieran, sin límite de tiempo. Se les invitó a hablar, si lo
deseaban, durante la realización de la tarea, en condiciones de libre emisión,
ya que es cuando se registra una mayor frecuencia de emisiones de HP (de Dios,
2004). En las instrucciones, también se les informó que tenían que realizar la
tarea solos, sin recibir ayuda por parte del experimentador. Aun en el caso de
que durante la ejecución de la tarea solicitaran ayuda, se les animó a
resolverlo solos.
Las situaciones experimentales se videograbaron y luego se
transcribieron para registrar, codificar y analizar las emisiones de HP que
surgieron. Las unidades de análisis fueron las emisiones de HP. Se consideró HP
a toda emisión “que no estuviera claramente y definitivamente dirigida a un
oyente” (Berk, 1986, p. 673). Para
llevar adelante su análisis, se usaron categorías según el sistema de
codificación propuesto por Berk (1986),
desarrollado por Montero y Huertas (1999)
y posteriormente ampliado por de Dios
(2004). El sistema clasifica las emisiones de HP en dos tipos: HP cognitiva
y HP con contenido motivacional. El HP cognitiva es aquella que permite
planificar, orientar, organizar y monitorear la acción, y sirve para guiar la
resolución de problemas. El HP motivacional es aquella que permite la
regulación de los estados afectivos cognitivos que conforman la motivación. El
HP con contenido motivacional se clasifica en: expectativas (positivas y
negativas), evaluaciones (positivas y negativas), emisiones (positivas y
negativas), y atribuciones causales de éxito y de fracaso, que se subdividen en
tres dimensiones: locus de causalidad interna y externa; estabilidad –estable y
variable– y controlabilidad –controlable y no controlable.
A partir del valor que asume cada categoría y sucategoría es
posible reconstruir las orientaciones motivacionales del emisor. Aquellas
emisiones que demuestran interés por la tarea, asunción de riesgos, búsqueda de
ayuda, búsqueda de estrategias cognitivas y atribuciones causales tanto de
éxito como de fracaso internas variables y controlables muestran una
orientación al aprendizaje. Las emisiones que buscan demostrar inteligencia,
intentan generar una buena evaluación o una buena imagen refieren a la
capacidad o rendimiento de sí mismos más que al resultado de la tarea y
realizan atribuciones causales de éxito internas estables y controlables,
mientras que las atribuciones causales de fracaso externas variables y no
controlables muestran orientación al resultado. Las que mostraban evitación de
la tarea, expectativas negativas, emociones negativas, sensación de falta de
competencia, atribuciones causales de éxito externas variables y fuera de
control y atribuciones causales de fracaso internas estables y fuera de
control, o intento de evitar evaluaciones negativas o de quedar mal indican una
orientación hacia el miedo al fracaso. De este modo, es posible obtener
información relevante y establecer comparaciones sobre las características
motivacionales de adolescentes con DIL, para comprobar la hipótesis de que el
HP es una estrategia viable para conocer la orientación motivacional de
estudiantes secundarios con DIL.
Se trata de un estudio transversal y cuasi experimental (Hernández Sampieri et al., 2014), cuya
muestra no es amplia, ni logra ser representativa de la población, pero aporta
informaciones a corroborar en posteriores estudios.
Se contó con el consentimiento de la escuela para realizar el
trabajo de campo. Se solicitó a los participantes y a sus padres, madres o
tutores legales, el consentimiento por escrito para observarlos y
videograbarlos, y se les informó que serían invitados a participar de la
investigación. Asimismo, se comunicó que los datos derivados de esta
investigación se utilizarían con fines exclusivamente científicos bajo la Ley
Nacional 25.326 de protección de los datos personales, y se mantendría el
anonimato de los participantes.
Resultados y
discusión
Al analizar las emisiones de HP se encontró que todos los
participantes de la muestra emitieron HP durante las dos actividades
experimentales, así como en las sesiones de calibración. Además, todos
formularon HP con contenido motivacional.
Se registraron 1 496 emisiones de HP –653 en actividad
matemática y 843 en actividad lúdica– durante las actividades experimentales, y
se discriminaron en tres grupos: emisiones de HP irrelevante; emisiones de HP
con contenido motivacional, y emisiones de HP con contenido cognitivo
(denominadas HP relevante para la tarea). El HP irrelevante, al igual que en
investigaciones previas realizadas con niños (Montero, de Dios y Huertas, 2001),
representa la categoría minoritaria de emisiones, con el 14.07 % de las
emisiones en la actividad matemática (1), y 19.10 % de las emisiones en
actividad lúdica (2). Las emisiones de HP relevantes para la tarea representan
la categoría más numerosa, con el 63.56 % de las emisiones en actividad
matemática y el 45.24 % de las emisiones en la actividad lúdica.
Para el análisis de los datos se ha optado por un análisis no
paramétrico de muestras relacionadas (test de rangos con signo de Wilcoxon). Se
trata de una muestra pequeña, en la que no están garantizadas las condiciones
de un análisis paramétrico. El análisis es intrasujeto porque se comparan las
diferentes categorías de HP dentro de cada participante. Las diferencias entre
el HP relevante con las otras dos categorías de HP en las dos tareas (HP
irrelevante y HP motivacional) es estadísticamente significativa (Wilcoxon, Z:
-2.9 y p = .003 en tarea 1 y Z: -2.4 y p = .015 en tarea 2). El HP con
contenido motivacional representa el 22.34 % de las emisiones en actividad
escolar y el 35.24 % de las emisiones en el juego. Al igual que en
investigaciones anteriores (Montero, de
Dios y Huertas, 2001), es la segunda categoría más numerosa, detrás del HP
relevante para la tarea, significativamente mayor que el HP irrelevante
(Wilcoxon, Z: -1.9 y p = .06 en tarea 1 y Z: -1.9 y p = .05 en tarea 2). En la Tabla 1se pueden observar los porcentajes de
cada tipo de HP en sujetos con DIL para cada actividad.
Tabla 1.
Descriptivos de
clasificación tipos de HP surgidas durante las actividades
Tabla 1. (Cont.)
Descriptivos de
clasificación tipos de HP surgidas durante las actividades
Se puede notar que, en la comparación de los porcentajes entre
las dos tareas, el HP relevante para la tarea, aunque es en ambos casos la
categoría más numerosa, es significativamente menor en el juego que en la
actividad escolar (Wilcoxon, Z: -2.2 y p =. 03), mientras que el HP
motivacional es significativamente mayor en el juego que en la actividad
escolar (Wilcoxon, Z: -2.1 y p =.03). Estos resultados apoyan las afirmaciones
de San Martín (2004), quien expresa
que en situaciones de juego se evidencia mayor presencia de emisiones de HP
relacionada con las expresiones afectivas, junto con una menor presencia de
emisiones de HP con función de planificación estricta de la acción.
En la medida en que se usa el HP como un recurso de evaluación,
como una ventana para conocer cómo se construye la motivación durante la
realización de una tarea, puede resultar interesante comparar los datos de este
trabajo con los obtenidos por niños normotípicos que, aunque tienen menos edad,
también se enfrentan a tareas desafiantes. Además, hay que recordar, como ya se
ha mencionado, que al momento de escribir este trabajo el uso de HP se entiende
como un recurso para enfrentarse, a cualquier edad, a los retos de una actividad.
En este sentido, se ha visto que el HP con función de planificación o
autorregulación se mantiene a lo largo de la vida (San Martín, 2004). También se observa que
los porcentajes de HP con contenido motivacional (22.34 % - 35.24 %) son
superiores a los de investigaciones anteriores realizadas con niños de nivel
inicial y primario, en las que representa un 17 % en situaciones naturales del
aula y del 28 % en situaciones más estructuradas (Montero y Huertas, 1999), y 18.7 % en
situación de investigación (Montero, de
Dios y Huertas, 2001). Da la impresión de que, si los estudiantes
adolescentes con DIL muestran un porcentaje importante de emisiones de HP
motivacional, eso puede indicar que el habla interna funciona como recurso de
ayuda y orientación ante una tarea de cierta demanda cognitiva.
Por otra parte, las emisiones de HP con contenido motivacional
fueron clasificadas y codificadas en categorías que especifican los componentes
típicos que aparecen en un proceso motivacional. En la Tabla 2
se muestran los estadísticos descriptivos de esas categorías.
Tabla 2.
Descriptivo
de la clasificación de categorías de HP con contenido motivacional según
actividad
Nota: Las categorías no son mutuamente
excluyentes, ya que existe solapamiento en algunas de ellas –principalmente en
la carga emocional de las emisiones–, por lo que la suma de las categorías no
es 100 %.
Se puede observar que la carga emocional de las emisiones es la
categoría más numerosa tanto en actividad matemática como en actividad lúdica.
Las expectativas ocupan el segundo lugar en actividad escolar y las
evaluaciones, el tercero. Mientras que, en el juego, el segundo lugar lo ocupan
las evaluaciones, las atribuciones causales ocupan el tercero. Las emisiones de
lucimiento son la categoría con menor frecuencia de aparición en ambos casos.
Las atribuciones causales son mayores en situación de éxito que
de fracaso en actividad escolar y al revés en el juego (Wilcoxon, Z: -1.8 y p =
.05). Se podría pensar que en la actividad matemática los jóvenes sienten mayor
necesidad de explicarse el éxito que el fracaso. Les puede ocurrir que a lo
largo de su desarrollo hayan interiorizado que el fracaso está explicado por la
DIL y, en ese sentido, no tengan que hacer atribuciones explícitas. En cambio,
en el juego sucede lo contrario, lo que podría deberse a que una actividad con
características menos escolares les permitiría mayor posibilidad de salirse del
estigma para explicar los fracasos. Si se compara con trabajos anteriores de Montero, de Dios y Huertas (2001), con
poblaciones de escolares con desarrollo típico y de etapas infantil y primaria,
se observa, en el grupo de jóvenes con DIL, una mayor cantidad de emisiones de
atribuciones causales que los niños normotípicos. Montero et al. (2001) argumentaban que la
baja presencia de atribuciones era un indicador de un desarrollo más tardío del
recurso de hacer atribuciones, que se vería más entrada la educación primaria.
Esto pareciera indicar que las personas con DIL también van desarrollando
evolutivamente la capacidad de hacer atribuciones causales. La mayor proporción
de emisiones de HP con atribuciones en jóvenes con DIL pareciera apoyar dicha
hipótesis, aunque requiere de estudios posteriores para su comprobación
definitiva.
Así, las expectativas representan la segunda categoría más
numerosa en actividad escolar, mientras que representan la segunda categoría
menos numerosa en actividad lúdica (apenas superada por las atribuciones
causales). En la actividad matemática no existen diferencias entre las
expectativas positivas y las expectativas negativas, ya que se manifiesta una
similar expectativa de éxito (21.28 %) como de fracaso (21.01 %), mientras que
en el juego las expectativas negativas (17.74 %) son mayores que las
expectativas positivas (9.29 %) (Wilcoxon, Z: -1.8 y p = .05). Al comparar con
el trabajo de Montero, de Dios y Huertas
(2001), se observa que las expectativas positivas en actividad matemática
son mayores que en el grupo de niños normotípicos –que realizan una actividad
escolar similar– lo que apoya nuevamente la hipótesis de que estos elementos
que implican predecir el éxito académico se desarrollen evolutivamente más
tarde (también en sujetos con DIL). En cambio, en el juego no hay diferencia
entre las emisiones de expectativas respecto a la investigación con niños de
primaria. Parece que este hecho se puede explicar por la naturaleza distinta de
esta actividad, que es lúdica y no escolar, y que no está sujeta a una típica
evaluación externa por parte de las profesoras que llevan frecuentemente al
estudiante a pensar en la calificación que obtendrá.
Las evaluaciones representan el tercer grupo más numeroso en
actividad matemática y el segundo en actividad lúdica. Se puede distinguir que
en la actividad escolar las evaluaciones positivas son significativamente
mayores que las negativas: 29.88 % de evaluaciones positivas y 7.34 %
evaluaciones negativas (Wilcoxon, Z: -2.8 y p = .005). En tanto, en el juego no
existen diferencias entre evaluaciones positivas y negativas (evaluaciones
positivas 24.7 % y evaluaciones negativas 21.5 %). Esta divergencia puede
mostrar que las dos actividades tienen distinto grado de dificultad. Parece más
difícil la actividad lúdica y por eso se equilibrarían los mensajes evaluativos
positivos y negativos. Si se hace una comparación tentativa con los datos sobre
emisiones de evaluación encontrados por Montero
et al. (2001) con estudiantes de primaria con desarrollo típico, se observa
que no hay diferencias importantes respecto de ninguna de las dos actividades.
Y tal como afirman los autores en su texto (Montero
et al., 2001), las evaluaciones no presentan cambios significativos en el
transcurso del desarrollo, ni se aprecian diferencias entre niveles escolares,
aun en sujetos con DIL, aunque con el crecimiento tienden a aumentar las
evaluaciones con carga emocional. La unión de estos elementos supone un
progreso en el desarrollo de la motivación, lo que, sumado al mayor porcentaje
de emisiones con carga emocional en los datos obtenidos en este estudio, apoya
la hipótesis de los autores.
La categoría con aparición preponderante es la de emisiones con
carga emocional en ambas actividades, la cual superó a las otras categorías.
También es superior el porcentaje de emisiones con carga emocional encontrado
en el grupo de jóvenes con DIL que el que se muestra en la investigación con
niños ya nombrada (Montero et al. 2001).
En dicha investigación los autores afirman que las emociones tienden a aumentar
en todos los sujetos y que a lo largo de su desarrollo van incorporando a su
habla mayor cantidad de reacciones emocionales. Una vez más, la evidencia
encontrada pareciera apoyar la hipótesis propuesta por Montero et al. (2001). En la actividad
escolar existe predominio de las emociones positivas (39.13 % de emociones
positivas y 23.91 % de emociones negativas; Wilcoxon, Z: -1.9 y p = .05),
mientras que en la actividad lúdica no hay prácticamente diferencia entre las
emociones positivas y las negativas (23.49 % y 21.71 %, respectivamente). Estos
datos sugieren nuevamente que las emociones juegan un papel influyente en el
modo en que los estudiantes con DIL se adaptan a las características de cada
tarea.
Las emisiones de lucimiento son la categoría menos numerosa
(7.97 % en la actividad 1 y 3.2 % en la actividad 2) e indican, según su
contenido, una tendencia a evitar el fracaso mayor que la tendencia al
lucimiento. No se observan diferencias estadísticamente significativas en el porcentaje
de emisiones de lucimiento entre las actividades (Wilcoxon, Z: -1.7 y p <
.07), y tampoco su incidencia fue mayor que en la investigación con niños
normotípicos, que se usó como referencia. Nuevamente, se llega a pensar que
esto se debe más a la naturaleza de la tarea que al momento de desarrollo de
los participantes.
A partir del registro y la codificación de las categorías y
subcategorías de las emisiones de HP se clasificó cada emisión según la
orientación motivacional que expresaba (Tabla 3). Se tuvo en
cuenta el valor de cada categoría y subcategoría según fueran elemento de una u
otra orientación para así asignarlas a una de ellas. Las orientaciones fueron:
al aprendizaje (OA), al resultado (OR) y miedo al fracaso (OMF). Así, se pudo
establecer, a partir de las emisiones de HP, la orientación motivacional de los
participantes. La incidencia de las tres orientaciones es muy similar en las
dos tareas. Acaso si se aprecia que la orientación al resultado es menor en la tarea
lúdica, al ser comparada con la orientación al aprendizaje y a la evitación
(Wilcoxon, Z: -2 y p = .04 en OA versus OR y
Wilcoxon, Z: -1.9 y p = .05 en OR versus OMF). Al
contrastar las diferencias en cada orientación entre las dos tareas, se puede
apreciar que las orientaciones al aprendizaje son muy semejantes en ambas. La
orientación a la evitación es significativamente mayor en la actividad lúdica
(Wilcoxon, Z: -2.6 y p = .01) y, en cambio, es mayor la orientación al
resultado en la actividad escolar (Wilcoxon, Z: -2.1 y p = .03). Esto sugiere
patrones distintos según las exigencias particulares de cada tarea. En este
sentido los resultados del presente estudio difieren de los reportados por Stagiopoulos (2015), Tzivinikou et al. (2021), Zarifopoulou (2022) y Zisimopoulos (2015), quienes afirman que
hay una relación entre la DIL y los patrones motivacionales que se activan.
Tabla 3.
Orientación de las
emisiones de HP en ambas actividades
Conclusión
La hipótesis de este trabajo sostiene que es posible obtener
información relevante y establecer comparaciones sobre las características
motivacionales de sujetos adolescentes con DIL a través de estudios de HP. Esta
hipótesis se apoya en los trabajos de Montero,
de Dios y Huertas (2001) y Montero y
de Dios (2004) sobre la función motivacional del HP en niños.
El presente trabajo es precursor en estudiar la motivación de
personas con DIL a través del HP, ya que no se encontraron antecedentes
específicos. Al analizar las emisiones de HP expresadas durante las actividades
propuestas, se encontró que todos los sujetos emitieron HP durante su
desarrollo, lo que apoya la hipótesis que afirma que el HP continúa siendo una
herramienta para la resolución de problemas durante la adolescencia y la
adultez (Duncan y Cheyne, 1999; Duncan y Tarulli, 2009; Hontou y Moreira, 2015; Kronk, 1994; Winsler y Naglieri, 2003), incluso en
sujetos con DIL.
El porcentaje de emisiones de HP con contenido motivacional
resultó más importante que el encontrado en estudios anteriores con niños de
desarrollo típico y de etapas escolares anteriores. Esto puede indicar dos
cosas: primero, como se dijo anteriormente, que el recurso al usar el HP para
controlar y ejecutar tareas desafiantes no se pierde e incluso aumenta conforme
avanza el desarrollo. Por otro lado, también permite pensar en una posible
mayor propensión a externalizar esas emisiones de regulación motivacional en
los jóvenes con DIL como lo harían sus compañeros normotípicos. Ambos
argumentos necesitan de posteriores investigaciones para que sean confirmados.
Como muestran los resultados, las emisiones de HP son una
herramienta potente para conocer las características motivacionales de sujetos
con DIL. En este estudio se ha mostrado que las emisiones emocionales son
preponderantes y parecería que el componente afectivo durante la realización de
unas tareas algo complicadas está muy manifiesto en estas personas. También se
ha encontrado mayor número de emisiones con contenido atribucional y de
expectativas que en niños de primaria, que va en la línea de considerar que
este tipo de razonamientos y predicciones necesitan de un mayor desarrollo para
su uso que el que manifestaban los niños de etapas anteriores. Nuevamente se
aclara que estas conclusiones necesitan de más evidencia empírica, dado que la
investigación fue realizada sobre un grupo limitado de estudiantes con DIL (12)
a causa de la dificultad para hallar mayor cantidad de esta población en una
misma institución. Por lo tanto, si se considera el número limitado de la
muestra, los resultados no resultan fácilmente generalizables. Sin embargo, la
información obtenida sobre las características motivacionales de la población
demuestra claramente que el uso de HP es una estrategia viable para el abordaje
del estudio de la motivación.
En este trabajo ha quedado demostrado que las emisiones de HP
motivacional varían según cambia la naturaleza de la actividad y su dificultad.
Se observa que los datos que se aportan dan una visión de la motivación muy
relacionada con las demandas de cada tarea, no circunscrita a un aspecto
intrínseco de la propia discapacidad, tal como sugerían algunos autores (Stagiopoulos, 2015;Tzivinikou et al., 2021; Zarifopoulou, 2022 y Zisimopoulos, 2015). Esto coincide con
aquellos autores que exponían la ausencia de evidencia que vincule la capacidad
de autodeterminación (motivación intrínseca) con capacidad cognitiva (Gilmore y Cuskelly, 2017).
Este hecho permite deducir que el uso del HP es muy sensible al
cambio de actividad y permite ser usado como un buen indicador de los procesos
motivaciones puestos en marcha mientras se realiza una tarea. La variación en
los tipos de HP, las categorías (las atribuciones causales, las evaluaciones,
las expectativas, emociones y consideraciones del tipo de inteligencia) y las
orientaciones motivacionales según la actividad sugieren la influencia del contexto
sobre ellas. A lo largo del trabajo se evidencia cómo dos actividades
diferentes generan patrones motivacionales diferentes a través de HP. Las
diferencias que se perciben entre las actividades son la característica escolar
versus la característica lúdica, el nivel de
desafío de la actividad, la posibilidad de autoevaluación y el nivel de novedad
que representa la tarea. Aunque las diferencias entre actividades podrían
sugerir que estas características se muestran como explicativas de las
orientaciones motivacionales que se activan, es necesario estudiar de manera
más controlada cuál es la influencia que ejerce cada una de ellas. Por otra
parte, es necesario indagar cuáles son las otras características de la tarea
que podrían presentarse como factores explicativos de las orientaciones
motivacionales que se adoptan.
Las conclusiones aportan importantes derivaciones para la
práctica educativa de personas con DIL, ya que, según las características de la
actividad, los participantes con DIL pueden activar un mejor patrón
motivacional. Esta información da pistas a los docentes de cómo generar
contextos educativos más motivadores. Por otro lado, los resultados constituyen
un aporte relevante para el estudio de la motivación de estudiantes con DIL y
ofrecen un abordaje metodológico potente para futuros estudios.
Si se tiene en cuenta que el uso de escalas y autoinformes
utilizados en estudios anteriores (Flamiatou,
2020; Gilmore et al., 2015; Hauser-Cram et al., 2014; Maggina, 2011; Moragianni, 2017; Zarifopoulou, 2022; Zisimopoulos, 2015) presenta problemas
metodológicos no resueltos, ya implican un buen dominio de las capacidades de
reflexión sobre uno mismo. Por lo tanto, se puede afirmar que los estudios de
HP son viables metodológicamente para estudiar las características
motivacionales de jóvenes con DIL. Este procedimiento permite conocer la
motivación en el momento en que se produce, y no de una manera diferida y
basada en el análisis del recuerdo, que es como se responde a cuestionarios o
autoinformes.
Se sugiere la posibilidad de seguir estudiando, con este
procedimiento, la motivación de este y de diferentes grupos, e indagar qué
componentes motivacionales ponen en marcha distintos estudiantes cuando se
enfrentan a actividades escolares diversas.
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