Artículos
Estudio de caso de
narrativas infantiles en videollamadas: Aportes al análisis de interacciones
mediadas por tecnología
Case study of
children's narratives in videochats: contributions to the analysis of
technology-mediated interactions
María Laura Ramírez ramirezlaura91@hotmail.com
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas
(CONICET), Argentina
Macarena Sol Quiroga macarenasolquiroga@gmail.com
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas
(CONICET), Argentina
Estudio de caso de narrativas infantiles en videollamadas:
Aportes al análisis de interacciones mediadas por tecnología
Interdisciplinaria,
vol. 39, núm. 3, pp. 35-55,
2022
Centro Interamericano de Investigaciones Psicológicas y Ciencias
Afines
Los autores/as
conservan los derechos de autor y ceden a la revista el derecho de la primera
publicación, con el trabajo registrado con la licencia de atribución, no
comercial, compartir igual de Creative Commons
Esta obra está bajo una Licencia Creative
Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.
Recepción:
12
Enero 2022
Aprobación:
25
Agosto 2022
Resumen:
El aislamiento social preventivo y
obligatorio por la pandemia del SARS-CoV-2 condujo a las familias a buscar
alternativas para mantener el vínculo con sus parientes no convivientes. Una de
ellas fue la videollamada, cuyo carácter audiovisual habilita nuevas maneras de
comunicación (Ames et al., 2010; Ballagas et al., 2009; McClure y Barr, 2017)
que podrían modificar las interacciones en las que adultos/as y niños/as
participan y colaboran en la construcción de distintos tipos de discursos. La
narración constituye una de las primeras y más relevantes formas de discurso en
la infancia que permite reconstruir y comunicar la propia experiencia. En este
trabajo se realizó un análisis de caso de 31 narrativas que tuvieron lugar en
cinco videollamadas en las que participaban una misma niña residente de la
Ciudad de Buenos Aires y sus familiares, pertenecientes al corpus “Contextos
naturales de interacción en los hogares en los que los/as niños/as usan
tempranamente tecnología”[1], a fin de caracterizar las interacciones que
contribuyen a la configuración de las narrativas infantiles en contextos
mediados por tecnología. Los resultados mostraron una mayor presencia de
narrativas personales y de futuro, frente a pocas de ficción; mientras que
estas últimas fueron en su totalidad autorreguladas, la cantidad de narrativas
hetero y autorreguladas fue similar para los otros dos tipos de narrativas. Se
identificaron distintas estrategias a las que, en el marco de videollamadas, la
niña recurrió para participar en la construcción de narrativas.
Palabras clave: narrativas,
videollamadas, interacciones mediadas por tecnología, estudio de caso, lenguaje
infantil.
Abstract: The preventive and compulsory social isolation established in
Argentina due to the SARS-CoV-2 pandemic led families to look for alternatives
to maintain the bond and communicate with their non-cohabitant relatives. One
of these alternatives was the use of videochat. Videochat enables new ways of
audiovisual communication (Ames et al., 2010; Ballagas et al., 2009; McClure
& Barr, 2017) that could affect the interactions in which adults and
children collaborate in the construction of different types of discourses.
Narratives are one of the first and most relevant forms of discourse, it allows for the reconstruction and communication of one’s experience and is one of the ways in which thought is configured. In this work, a case study was conducted of the narratives produced during videochat conversations of a four-year-old girl with non-cohabiting relatives. The aim was to characterize the interactions that help in the configuration of children's narratives during technology-mediated situations. The research question were: (a) how do technology-mediated interactions allow the child to narrate about past and future events and to create fictional narratives?; (b) how does the child participate in the construction of those narrative in the context of these technology-mediated situations? Five videos of videochat interaction belonging to a single four year old girl were selected from the corpus “Contextos naturales de interacción en los hogares en los que los/as niños/as usan tempranamente tecnología”. This corpus gathers different technology-mediated interactions collected during daily activities in the home of children aged 0 to 6 years. First, 31 narratives in which the girl participated were identified. Subsequently, used the constant comparative method was used (Strauss & Corbin, 1998) as well as analysis tools developed within the framework of interactive sociolinguistics (Gumperz, 1982, 1984); also, concepts developed in previous research (Arrúe et al., 2014; Labov, 1972; Rosemberg et al., 2010; Stein et al., 2020) were heuristically recovered to answer the research questions.
Of the 31 narratives produced in the interactions, 14 were
related to personal experience, 13 were of future events, and 4 were fiction
narratives. Regarding the posed questions, results showed that children do in
fact create personal, future and fictional narratives in technology-mediated
interactions with adults. Technology also enables children to decide how much
they want to participate in interactions: they can lead the narrative, or they
can back off to a yes-or-no answer kind of participation. The child relies on
the possibility to share visual information, beyond audio, to provide both
events and context information. This interactive and multimodal aspect of videochats
was also found to enable the girl to turn to present adults both to scaffold
her narrative production and to resolve doubts about unknown words. Even though
there are methodological limitations to this study, this first approach to
narratives in technology-mediated interactions shows the richness that this
type of interaction can have for the development of children’s language.
Keywords: narratives, video
chat, technology-mediated interactions, case study, child language.
Introducción
El aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO) decretado
en Argentina en marzo de 2020 (Decreto 297/2020)
para contener el contagio del SARS-CoV-2 modificó las formas de vinculación
entre personas no convivientes. En este contexto, una investigación realizada
por el equipo de Comunicación, Política y Seguridad (CPS) del Instituto Gino
Germani en el Área Metropolitana de Buenos Aires y la Provincia de Buenos Aires
reportó que el 48.2 % de los niños y las niñas usaban celulares, tabletas y
computadoras por más de 4 horas diarias (Calzado
et al., 2020). La Sociedad Argentina
de Pediatría (2020) señaló la digitalización de las relaciones sociales
como uno de los motivos del incremento de horas del uso de pantallas, más allá
del entretenimiento y las necesidades educativas.
En esta línea, el informe del CPS refirió que el 49.1 % de sus
participantes comenzaron a realizar videollamadas a partir del establecimiento
del ASPO, esto da cuenta de la proliferación de este tipo de tecnologías.
Numerosos trabajos han señalado que las videollamadas se diferencian de las
llamadas telefónicas por su carácter audiovisual, que habilita nuevas maneras
de comunicación (Ames et al., 2010; Ballagas et al., 2009; McClure y Barr, 2017). Esto podría
modificar las interacciones en las que niños y niñas colaboran con otras
personas en la construcción de distintos tipos de discursos.
Los modelos psicolingüísticos actuales (Nelson, 1996, 2007; Tomasello,
2003) que retoman los enfoques socioculturales (Vigotsky, 1964) plantean una
interdependencia entre el desarrollo cognitivo y el desarrollo lingüístico.
Ambos se dan en el marco de la interacción social con la mediación de las
herramientas culturales que la comunidad les provee (Borzone y Rosemberg, 2000; Nelson, 1996; Tomasello, 2003).
Desde esta perspectiva, el desarrollo del lenguaje implica la
adquisición de la competencia comunicativa, esto es, la habilidad de usar el
lenguaje con distintos objetivos en distintas circunstancias (Gumperz, 1982). Estos usos del lenguaje
se ven enriquecidos por distintas estrategias adultas que apoyan el desarrollo
lingüístico. Por ejemplo, colaboran en la especificación del vocabulario por
medio de la reconceptualización de los conceptos, la denominación de los
elementos presentes, el ajuste, la generalización y la expansión de las
definiciones infantiles, y la ejemplificación (Rosemberg y Manrique, 2007; Menti y Rosemberg, 2013). El uso de un
vocabulario más específico se retroalimenta a partir de la construcción de
formas discursivas cada vez más complejas.
Estas interacciones tempranas crean una matriz para el
desarrollo lingüístico infantil, en la que tienen lugar las primeras
producciones discursivas complejas, como las narraciones –secuencias de eventos
organizados en un marco espaciotemporal–, las explicaciones –secuencias en las
que un hablante da cuenta de un fenómeno que el otro desconoce– y las
argumentaciones –secuencias en las que se oponen puntos de vista que requieren
fundamentación (Stein et al. 2020).
Uccelli (2009) define
las narrativas como una unidad discursiva conformada por al menos dos emisiones
contiguas temáticamente relacionadas que refieren a un evento desplazado en el
tiempo. Estas emisiones, retomando la adaptación de Peterson y McCabe (1983)
del trabajo de Labov (1972), pueden
estar vinculadas a los eventos (acciones que desarrollan el relato), con el
contexto (setting) (información referencial acerca
de los personajes, el contexto temporo-espacial e información general) o con
las evaluaciones (perspectiva de quien narra acerca de lo que está narrando).
Este tipo de discurso cumple un rol clave en la organización de la memoria y
del pensamiento (Nelson, 1996). Al
tiempo que construyen estos discursos más complejos, niños y niñas comienzan a
utilizar el lenguaje para codificar su experiencia más allá de lo inmediato,
principalmente en formato narrativo. Esto les permite integrar modelos mentales
del funcionamiento del mundo (Rosemberg y
Borzone de Manrique, 1998).
Un aspecto central de las narrativas es la temporalidad (Labov y Waletzky, 1997), en ese sentido,
la literatura sobre narrativas las ha clasificado en narrativas de experiencia
personal o de futuro, en función de la ubicación temporal de los eventos
narrados, o de ficción, en el marco de cuentos o de juegos (Labov, 1972). Las narrativas de experiencia
personal se construyen a partir de la identificación por parte del niño o la
niña de eventos únicos que se alejan de su cotidianidad y le permiten enfocarse
en aquello que cambia. Este tipo de narrativa implica una descontextualización
que debe ser expresada con nuevos recursos lingüísticos que muestran el
desplazamiento temporal (Sebastian y
Slobin, 1994; Uccelli, 2009). Ese
mismo reconocimiento de lo cotidiano es lo que le permite al niño o a la niña,
a partir de los 3 años, anticiparse a lo que podrá ocurrir, lo que da lugar a
la construcción de narrativas de futuro (Sachs,
1983;Nelson, 1989;Atance y O’Neill, 2005). Las narrativas de
ficción, por su parte, suelen implicar el planteo de una escena, una serie de
episodios que pueden desencadenar eventos, reacciones internas y consecuencias
por parte de los personajes.
Dominar estas formas discursivas es un aspecto fundamental en el
proceso alfabetizador, ya que les permite a los niños y las niñas apropiarse de
la diversidad de géneros que circulan en su comunidad (Stein et al., 2020). Por ejemplo, la
producción de narrativas organizadas de forma clara está asociada con ciertas
prácticas escolares de la cultura escrita como la lectura de cuentos (Carmiol et al., 2020). En esta línea,
algunas investigaciones han encontrado que la habilidad narrativa temprana es
un predictor de la lectoescritura durante la escuela primaria y secundaria (Griffin et al., 2004; Suggate et al., 2018).
No obstante, existe una gran variabilidad entre niños y niñas en
cuanto al dominio de los recursos expresivos: muchos de los textos que producen
se comprenden gracias al conocimiento del mundo del observador o bien a la
interpretación de la situación comunicativa (Borzone
y Rosemberg, 2000). Además, dado que el desarrollo de estas formas
discursivas emerge a partir de la interacción social, los niños y las niñas
generan narrativas con características acordes a las estructuras valoradas por
sus comunidades (Carmiol et al., 2020).
Por esto, estudiar los contextos naturales es una herramienta enriquecedora
para comprender el desarrollo lingüístico infantil.
En este trabajo se realizó un análisis de caso de carácter
exploratorio de las narrativas producidas en las videollamadas de una niña
argentina de cuatro años con parientes no convivientes durante el ASPO. El
objetivo es caracterizar las interacciones que contribuyen a la configuración
de las narrativas infantiles en el marco de situaciones mediadas por
tecnología.
El lenguaje en el contexto de las narrativas
Alrededor de los 2 años, cuando comienzan a combinar palabras,
los niños y las niñas logran, en el marco de interacciones con otras personas,
realizar sus primeras narrativas (Vygotsky,
1978); el aprendizaje de las distintas tramas discursivas está íntimamente
ligado a los tipos de interacciones de las que participan. Con el andamiaje
adulto que, mediante preguntas y comentarios, guía en la estructuración del
relato (Fivush y Fromhoff, 1988; Peterson y McCabe, 1994), los niños y las
niñas comienzan a verbalizar esos guiones en relatos de la vida cotidiana. Por
un lado, gracias a este andamiaje les es posible rememorar qué sucedió y cómo
se desencadenaron los hechos e insertarlos en un contexto espacial y temporal (Rosemberg et al., 2010). Por el otro,
distintos trabajos han reportado una relación entre el estilo del andamiaje
materno en el marco de conversaciones acerca de eventos pasados y distintas
habilidades lingüísticas infantiles como la comprensión de historias (Leyva et al., 2012; Reese, 1995; Sparks y Reese, 2013).
El uso del lenguaje parece variar también en función del tipo de
narración construida. Distintos trabajos han señalado que el lenguaje utilizado
por las madres durante las narrativas de futuro suele ser más complejo que el
que se suele usar en las narrativas de experiencia personal, porque apunta a un
lenguaje hipotético que el niño o la niña todavía está adquiriendo (Hudson, 2002), y este tipo de narrativas
da lugar a diferencias entre grupos (Rosemberg
et al., 2014). En relación con esto, Stein
(2015) encuentra que son las narrativas de experiencia personal las que más
parecen facilitar la participación infantil en la construcción de la trama
discursiva.
Algunos trabajos que analizaron las intervenciones maternas en
el marco de la construcción compartida de narrativas identificaron, para una
población norteamericana de clase media, dos estilos maternos de conversación:
un estilo repetitivo y otro elaborativo (Fivush
y Fromhoff, 1988). Las madres con un estilo elaborativo acompañan el punto
de vista de sus hijos e hijas mediante preguntas abiertas y afirmaciones, y
agregan información para enriquecer el recuerdo infantil. En cambio, las madres
con un estilo repetitivo brindan poca información adicional, realizan pocas
preguntas abiertas y suelen repetir preguntas ya formuladas (Fivush y Fromhoff, 1988). Sin embargo,
estudios comparativos con poblaciones de distintos países de América Latina
pusieron de manifiesto diferencias con lo reportado para la población
norteamericana. Estos trabajos han dado cuenta de que en las poblaciones
latinas las madres intervienen en favor de incentivar la conversación y dar
lugar a compartir su propia experiencia, mientras que en las poblaciones
sajonas las madres parecían más enfocadas en los aspectos organizativos de la
narrativa: participaban más en la construcción de las narrativas, buscaban que
los niños y niñas se centraran en un solo evento y que pudieran organizar la
información relevante (Carmiol et al.,
2020; Melzi, 2000). Distintos
trabajos han dado cuenta de cómo la relación entre las intervenciones maternas
e infantiles es bidireccional: mientras la madre se ajusta a las habilidades
infantiles, los niños y las niñas responden de forma distinta según el
andamiaje materno (Peterson y McCabe, 1992).
Así, por ejemplo, un estudio sobre interacciones diádicas entre madres latinas
y sus hijos e hijas en edad preescolar ha dado cuenta de que los diferentes
usos de elaboraciones por parte de las madres se podían predecir por las habilidades
lingüísticas y para narrar historias de los niños y las niñas (Schick, Melzi y Obregón, 2017) y
viceversa.
En Argentina, diversos estudios han analizado la construcción de
narrativas en el marco de conversaciones en entornos naturales. Por ejemplo, Stein (2015) estudió longitudinalmente
narrativas producidas colaborativamente entre niños y niñas y sus distintos
interlocutores en situaciones de lectura y durante la narración de eventos
pasados y futuros. Al analizar la participación infantil, observó que había una
mayor participación en las narrativas de pasado y de futuro: en ellas, los
niños y las niñas aportaban información vinculada tanto a los eventos como al
contexto. En cambio, la información evaluativa era mayor en las situaciones de
lectura y de eventos pasados que en las narrativas de futuro.
Al estudiar las narrativas que niños y niñas de entre 4 y 5 años
de edad producían en interacciones naturales en hogares en barrios
urbano-marginados, Rosemberg et al. (2010)
identificaron los distintos grados de participación de los niños y las niñas en
la construcción de estas narrativas en su cotidianidad. Distinguieron entre
narrativas heterorreguladas (el interlocutor además de proponer el tema de la
narración la dirige) y autorreguladas (los niños y las niñas inician y dirigen
la narración con mayor o menor participación de sus interlocutores). Por otro lado,
también reportaron que la mayoría de las narrativas autorreguladas aportaban al
desarrollo del intercambio verbal, lo que daba cuenta de la capacidad de los
niños y las niñas para ser conversadores contingentes. El 36 % de las
narrativas vinculadas con la conversación estaba temáticamente relacionado y el
28 % estaba anclado en otras narrativas.
En el marco de un trabajo semiexperimental, Alam (2015) observó también las distintas
formas de contribuir en la construcción de narrativas de experiencia personal
en el marco de interacciones entre niños o niñas. En estas situaciones
participaban duplas conformadas por un niño o una niña de 4 años y otro u otra
de 12 años. A partir del estudio de sus intervenciones verbales, gestos y sus
actitudes proxémicas, se identificaron distintos roles tanto para los niños y
las niñas más grandes como para los y las de menor edad. Se definieron tres
tipos de roles en función de su participación en la narración: tutor –cuando empleaban
diversas estrategias de intervención tanto verbales como gestuales para
andamiar las intervenciones de su pareja–,narrador –cuando aportaban
verbalmente la secuencia narrativa en sí– y audiencia –cuando solamente
mostraban interés con su mirada pero no realizaban aportes. A su vez, se señaló
que estos roles no eran fijos y podían ir variando a lo largo de la situación.
De forma similar, otros autores han señalado que, para poder
participar en la construcción de narrativas con otras personas, niños y niñas
no solo recurren a estrategias verbales, sino también a gestos. En este
sentido, Demir et al. (2015)
destacaron la importancia de atender a los gestos que niños y niñas usan para
la elaboración de narrativas en su interacción con otras personas. Al trabajar
sobre la construcción de narrativas a partir de imágenes en niños y niñas de 5
años, concluyó que es posible no solo motivarlos a contar, sino también a
mostrar. De esta manera, se observó que, como ya se había reportado en otros
trabajos, el uso de gestos les permite a los niños y a las niñas destacar
información nueva o no accesible para el interlocutor y establecer referentes
discursivos en el espacio que sirvan para construir vínculos de correferencialidad.
A su vez, los trabajos que han estudiado el discurso narrativo
en el marco de las conversaciones naturales en las que participan niños y niñas
de 4 años observaron que estos utilizan las narrativas con distintas funciones,
por ejemplo para argumentar una postura (Arrúe
et al., 2014). En las situaciones familiares de comida, narraciones,
explicaciones y argumentaciones se emplean convergentemente: las narraciones
fueron las que aparecieron de forma más frecuente y las que también más
frecuentemente contenían otras formas discursivas incrustadas (Stein et al., 2020). De esta manera, por
su extendida presencia en el marco de las conversaciones cotidianas, así como
los diversos usos que de esas secuencias hacen en su interacción cotidiana, las
narrativas son un tema central de interés en el estudio del desarrollo
cognitivo infantil. El ASPO generó cambios en las dinámicas interaccionales de
las familias, lo cual abre el espacio para analizar esta trama discursiva en el
marco de un contexto novedoso.
Las interacciones mediadas por tecnología: las
videollamadas
Si bien múltiples trabajos han estudiado la forma en la que se
construyen y estructuran las narrativas en interacciones presenciales, el
contexto de la proliferación de la pandemia del COVID-19 y las medidas
sanitarias empleadas para afrontarlo han dado lugar a la utilización cada vez
más habitual de la tecnología para mantener los lazos familiares y comunales.
El Módulo de Acceso y Uso de Tecnologías de la Información y la Comunicación de
la Encuesta Permanente de Hogares (INDEC,
2021) indicó que para el cuarto trimestre del 2020 el 63.8 % de los hogares
urbanos tenían acceso a una computadora y el 90 % tenía acceso a internet.
Particularmente, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el 92.2 % de la
población de 4 años o más tenía acceso a internet, el 65.9 % a una computadora
y el 93.1 % a un celular. Estas estadísticas indican que la tecnología tiene
una presencia fuerte en estas poblaciones y que ofrece nuevas posibilidades de
comunicación que permiten nuevas formas de interacción más allá del teléfono.
Entre ellas, la que ha ganado relevancia ha sido la videollamada o
videoconferencia con herramientas como Skype, Zoom, Google Meet o WhatsApp.
Distintos trabajos han referido a las diferencias entre las
videollamadas y las llamadas telefónicas. En primer lugar, el uso de internet
reduce los costos y de esta forma habilita duraciones más extensas, pero
también depende de la calidad de la conexión, la cual no siempre es estable y
puede dar lugar a interferencias. En segundo lugar, incorpora información
visual y brinda un panorama más amplio del contexto físico en el que las
personas se encuentran. Las interacciones por videollamada, al brindar la
posibilidad de poner en juego información no verbal, resultan más motivantes y
cautivadoras para los niños y las niñas pequeños quienes pueden hacer gestos o
mostrar elementos para direccionar la atención de sus interlocutores y no
depender exclusivamente de la información verbal cuando aún no tienen un gran
dominio lingüístico (Ames et al., 2010;
Ballagas et al., 2009; Matsumoto et al., 2021; McClure y Barr, 2017; Tarasuik y Kaufman, 2017). Esto supone
una gran ventaja frente a las llamadas telefónicas en las que los niños y las
niñas menores a 5 años tendían a señalar elementos o gesticular sin tener en
cuenta que su interlocutor no podía ver lo que estaban haciendo (Ballagas et al., 2009). Asimismo, quienes
se encuentran junto a ellos o ellas pueden escuchar lo que sucede a ambos lados
de la línea, lo cual permite que más participantes formen parte de la
interacción. Esto redunda en un doble beneficio: por un lado, les brinda a los
niños y las niñas la posibilidad de “entrar y salir” de la conversación,
variando su nivel de participación en función de su propio interés (Ames et al., 2010); por el otro,
posibilita un mayor andamiaje por parte del adulto o adulta presente. La
persona adulta puede cumplir distintos roles en el desarrollo de la
conversación: puede mediar cuando haya fallas en la conexión (McClure y Barr, 2017), reiterar las
preguntas de las personas al otro lado de la línea (Ames et al., 2010; Ballagas et al., 2009; Busch, 2018; McClure y Barr, 2017) y propiciar la
conversación mediante la propuesta de temas (Ames
et al., 2010; Ballagas et al., 2009;
Busch, 2018). Esto último acerca más
las conversaciones por videollamada a lo que ocurre en la presencialidad. En
oposición a esto, en los llamados telefónicos los niños y las niñas deben de
aprender un ritmo de interacción distinto, ya que se trata de interacciones uno
a uno y limitadas a información verbal; esto puede inhibir a los niños y las
niñas de forma tal que regresen a un estadío de responder “sí” o “no” (Ballagas et al., 2009).
Al momento de estudiar el contenido de las llamadas, Forghani y Neustaedter (2014) observaron
que los niños y las niñas menores de 5 años tendían a centrarse en eventos del
pasado reciente o en actividades cotidianas, mientras que quienes eran mayores
de esa edad referían a eventos más alejados en el tiempo. A su vez, en el marco
de estas videollamadas, sus abuelos y abuelas les preguntaban acerca de nuevas
habilidades. Las conversaciones también giraban en torno a eventos inusuales,
en las que sus abuelos y abuelas les relataban tanto historias ficticias como
reales.
Pese a la riqueza de la información existente acerca de las
videollamadas y sus aspectos positivos y negativos, la mayoría de los estudios
señalados fueron realizados por medio de entrevistas y no de la observación
directa de interacciones naturales, lo cual puede implicar una confusión entre
lo que las personas perciben de sus propias interacciones y lo que
verdaderamente ocurre.
Por ello, en este trabajo de carácter exploratorio se realizó un
análisis de caso de las narrativas producidas en las videollamadas de una niña
de 4 años con parientes no convivientes. El objetivo, a partir de las
características reportadas en la literatura para narrativas presenciales, es
estudiar las narrativas infantiles en el marco de interacciones mediadas por
tecnología. Se buscó dar cuenta a las siguientes preguntas:
1) ¿De qué manera las interacciones mediadas por tecnología
habilitan a la niña a narrar acerca de hechos pasados (narrativas personales),
planificar eventos futuros (narrativas de futuro) y construir narrativas
ficcionales?
2) ¿Cómo es la participación de la niña en la construcción de
las narrativas en el marco de estas situaciones mediadas por tecnología?
Método
Corpus
En el marco de un proyecto mayor destinado a estudiar el
desarrollo del lenguaje y el discurso en contextos de crianza en los que el
desarrollo tiene lugar, a partir del ASPO decretado en Argentina (Decreto
297/2020) en marzo de 2020, se conformó el corpus “Contextos naturales de
interacción en los hogares en los que los/as niños/as usan tempranamente
tecnología”[1]. Para ello, se contactó a
distintas familias en las que había niños y niñas de 0 a 6 años de edad para
pedirles que registraran en sus hogares interacciones en las que se empleara la
tecnología. A fin de realizar este estudio de caso, se seleccionaron cinco
videollamadas de distinta duración (total: 30:07 minutos) entre Dani, una niña
de 4 años, y distintos familiares no convivientes.
Procedimiento de obtención de la información empírica
Las familias fueron contactadas por distintas integrantes del
equipo de investigación. Siguiendo los lineamientos para el comportamiento
ético en las Ciencias Sociales y Humanidades establecidos por el Consejo
Nacional de Investigaciones Científicas de Argentina (CONICET, 2006), los
padres y las madres firmaron un consentimiento informado en el que se garantiza
la confidencialidad y anonimato de la información, así como la posibilidad de retirarse
de la investigación siempre que lo quisieran. Se solicitó a las familias que
filmaran situaciones naturales de los niños y las niñas empleando la
tecnología. Estas grabaciones fueron realizadas por alguna de las personas
convivientes por medio de sus celulares o cámaras de video.
Las filmaciones fueron transcriptas con el programa ELAN (Sloetjes y Wittenburg, 2008) que permite
el procesamiento y la codificación de videos. Se creó una tira independiente
para la transcripción del habla de cada uno de los participantes de la
interacción y otra para el registro de la información no verbal: gestos,
movimientos, etc. Tanto los nombres de la niña como de sus familiares fueron
modificados para resguardar su identidad.
Identificación de las unidades narrativas
Siguiendo a Uccelli (2009),
por medio de una nueva tira independiente las dos autoras identificaron todas
las narrativas de las que la niña participaba en estas videollamadas con
familiares. Ambas autoras revisaron las cinco transcripciones y llegaron a
acuerdos en torno a estas. En la Tabla 1 se presenta la
información detallada de la duración de cada video y de la cantidad de participantes
presentes y virtuales.
Tabla 1
Información de
duración y cantidad de participantes por video
Procedimiento de análisis
Luego de la identificación de todas las secuencias narrativas,
se empleó de forma articulada el método comparativo constante (Strauss y Corbin, 1998), herramientas de
análisis desarrolladas en el marco de la sociolingüística interaccional (Gumperz, 1982, 1984), y se recuperaron de modo
heurístico nociones desarrolladas en investigaciones antecedentes que dieran
cuenta de las siguientes dimensiones de análisis, dos de ellas centradas en la
narrativa como un todo y una enfocada en los enunciados que la componen. En la Tabla 2 se presentan las categorías de análisis empleadas para
atender a la construcción de la narrativa como un todo y que fueron empleadas
para dar cuenta de una descripción general de la muestra.
Tabla 2.
Categorías de análisis
Categoría |
Clasificación |
Descripción |
Tipo de narrativa |
Personal |
Se reconstruyen
hechos pasados vividos por el narrador (Sebastian
y Slobin, 1994; Uccelli, 2009) |
Futuro |
Se planifica un
curso de acción (Sachs, 1983; Nelson, 1989; Atance y O’Neill, 2005) |
|
Ficción |
Implican el planteo
de una escena inventada o no real, la elaboración de una serie de episodios
que desencadenan eventos, reacciones internas y consecuencias. |
|
Formas de regulación
Rosemberg et al. (2010) |
Narrativas
autorreguladas |
La niña aportaba por
lo menos un evento de la narrativa. |
Narrativas
heterorreguladas |
La niña colaboraba
con la narrativa respondiendo preguntas, pero no aportaba ningún evento a
esta. |
En la Tabla 3 se presentan las categorías de
análisis empleadas para atender a la contribución que cada enunciado, tanto
infantil como adulto, hacía a la estructura narrativa. Estas categorías se
retoman en el segundo apartado de resultados para dar cuenta de cómo la niña
colabora en la construcción de la narrativa. Para esto, se retomó la adaptación
de Uccelli (2009) a la propuesta de
Peterson y McCabe (1983).
Tabla 3
Categorías de análisis
Categoría |
Componentes |
Descripción |
Estructura narrativa |
Cláusulas de evento |
Incluyen acciones
que permiten el desarrollo de la narrativa |
Cláusulas de
contexto |
Brindan información
sobre los personajes y el escenario |
|
Cláusulas
evaluativas |
Expresan la
perspectiva de los participantes de la interacción acerca de lo narrado |
Resultados y
discusión
Descripción general de las narrativas identificadas en el
corpus
Luego de la clasificación, se estimó la cantidad de narrativas
de cada tipo en cada uno de los videos y el tipo de regulación de cada
narrativa. En estas cinco videollamadas se identificaron en total 14 narrativas
de experiencia personal, 13 de futuro y 4 de ficción. En la Tabla
4 se da cuenta de los valores para la muestra trabajada.
Tabla 4.
Cantidad de narrativas
según tipo y regulación por videograbación
Video |
Tipo de narrativa |
Tipo de regulación |
Total |
|
Heterorregulada |
Autorregulada |
|||
Video 1 |
personal |
- |
3 |
3 |
futuro |
4 |
1 |
5 |
|
ficción |
- |
- |
- |
|
Video 2 |
personal |
1 |
2 |
3 |
futuro |
- |
1 |
1 |
|
ficción |
- |
- |
- |
|
Video 3 |
personal |
2 |
- |
2 |
futuro |
3 |
- |
3 |
|
ficción |
- |
- |
- |
|
Video 4 |
personal |
3 |
2 |
5 |
futuro |
1 |
1 |
2 |
|
ficción |
- |
4 |
4 |
|
Video 5 |
personal |
1 |
- |
1 |
futuro |
- |
2 |
2 |
|
ficción |
- |
- |
- |
|
Total |
15 |
16 |
31 |
Mientras que la cantidad de narrativas de futuro (13) y
personales (14) es similar y ambos tipos se encuentran presentes en todas las
grabaciones, estas superan ampliamente la cantidad de narrativas de ficción
(4). Se interpreta que esto puede estar relacionado con la metodología de
recolección del corpus: así, el hecho de que las narrativas analizadas se hayan
producido en videollamadas cotidianas entre familiares en el marco del ASPO
puede ser la razón por la cual la mayoría de las narrativas se centraba en
relatar experiencias personales o dar cuenta de acciones futuras con los
propios participantes como protagonistas y explicar la baja presencia de
narrativas de ficción.
Por su parte, las narrativas de ficción se produjeron en el
marco de una única interacción. En ella, la tía de la niña le pide que le
cuente las historias de los libros que tiene sobre la mesa. Mientras las
narrativas personales y de futuro producidas en el marco de estas interacciones
son tanto heterorreguladas como autorreguladas, las narrativas de ficción
producidas durante esta conversación fueron todas autorreguladas.
Como señalan Forghani y Neustaedter (2014), en la presente
muestra también se encontraron narrativas personales que refieren a eventos
pasados recientes y narrativas de ficción. Sin embargo, dos elementos resultan
particularmente relevantes. Por un lado, en este corpus las narrativas de
ficción son autorreguladas y es la niña quien, como se ve en el próximo
apartado, lleva la “voz cantante” en la narración y no la adulta con la que
interactúa como se encontró en su trabajo. Por otro lado, algo no reportado por
estos autores e identificado en este corpus es la presencia de narrativas de
futuro en las que, junto con otras personas, la niña planifica o refiere a
futuros cursos de acción.
Análisis de las narrativas
En el siguiente apartado, se analiza e ilustra la participación
de la niña en la construcción de las narrativas a partir de ejemplos de las
videollamadas abordadas para este estudio de caso. En un primer apartado, el
análisis se centra en atender cualitativamente la forma en que la niña
contribuye a la construcción de la narrativa aportando a sus distintos
componentes por medio de estrategias verbales y no verbales. Para esto, se
retomaron las categorías presentadas en el apartado de Metodología, tanto para
las formas de regulación de la narrativa (Rosemberg
et al., 2010) como para la contribución de los enunciados realizados
especialmente por la niña a la estructura narrativa (Uccelli, 2009). En el segundo apartado,
observamos cómo, en el marco de estas narrativas, la niña hace uso de las
posibilidades de las videollamadas cuando se enfrenta a palabras que no conoce,
dando lugar a estrategias adultas para la explicación de vocabulario nuevo. Los
resultados de este análisis son puestos en relación con la literatura
antecedente.
Participación infantil en la regulación y construcción de
la narrativa
Tal como se puede observar en la Tabla 2, la
construcción de las narrativas en videollamadas se realiza con distintos tipos
de regulaciones: en algunos casos, la participación de la niña se ve
caracterizada por una mayor agentividad (narrativas autorreguladas), en otros,
son sus interlocutores quienes ocupan un rol más preponderante en la
construcción de la narrativa (narrativas heterorreguladas). Uccelli (2009) señala que las narrativas
son una unidad discursiva conformada por emisiones temáticamente relacionadas
que refieren a un evento desplazado en el tiempo y donde las cláusulas que las
componen pueden aportar a diferentes partes de la estructura narrativa:
cláusulas de eventos, de contexto y de evaluación (Tabla 3).
En este sentido resulta interesante ver cómo en el marco de las interacciones
mediadas por tecnología la niña aporta a la narrativa con cláusulas que
refieren a distintas partes de su estructura.
En el Ejemplo 1 nos encontramos con una narrativa autorregulada
cuyos diferentes componentes son aportados por distintos participantes. Durante
esta videollamada, la tía –quien participa virtualmente– introduce un nuevo
tema de conversación, para lo cual realiza una pregunta que condensa el tema
propuesto [2], y le pide a la niña que lo desarrolle [3]. A partir de esta
propuesta, Dani introduce una acción [6], es decir, una cláusula de evento. Por
último, la tía cierra la narrativa con una cláusula evaluativa que resulta
ambigua respecto a si se refiere al monopatín o a la situación que le fue
relatada [10].
Ejemplo 1.
1.
[1] TÍA: escuchame una cosa Dani.
[2] TÍA: ¿y cómo anda el abuelo, la abuela?
[3] TÍA: contame un poco.
[4] TÍA: ¿los viste estos días?
[5] DANI: sí.
[6] DANI: y me trajeron mi monopatín.
[7] TÍA: nooo, a verlo.
[8] DANI: mirá
[enfoca con el celular]
[9]DANI: ahí está.
[10] TÍA: ay, ¡me encanta!
De esta manera, a partir de pedidos explícitos de su tía, la niña
recupera las cláusulas de contexto brindadas por esta e introduce verbalmente
una cláusula de evento.
En línea con lo que han reportado otros autores en el marco de
interacciones por videollamada, la niña de esta muestra también emplea el
celular para dirigir la mirada y atención adulta. Tal como señaló Busch (2018)
en su trabajo, ella hace uso de las posibilidades multimodales que la
videollamada le brinda, con el objetivo de compartir el foco de atención con
otras personas. Podemos observar esto en el Ejemplo 1, en el que la niña emplea
el celular para mostrarle el monopatín a su tía, pero también en el Ejemplo 2.
Durante esta segunda situación, la niña acompaña la narración de sus libros de
cuentos direccionando el celular para mostrarle las imágenes a su
interlocutora.
Ejemplo 2.
1.
[1] DANI: y… y mirá.
[2] DANI: el cuento es Blancanieves.
[3] TÍA: ah, ese es de Blancanieves, a ver, contame un poquito.
[4] DANI: había una vez, un día… hace mucho, mucho tiempo,
había… una princesa xxx. [3]
[la niña enfoca las imágenes del libro con el celular y a su vez
las señala]
[5] TÍA: sí, la veo muy bien, sí.
[6] DANI: ¡y mirá!
[la niña muestra las imágenes enfocando con el celular]
[7] TÍA: ¿y entonces?
[8] DANI: el príncipe y la princesa.
[9] TÍA: ajá.
[10] DANI: xxx
[11] TÍA: ¿y qué pasó entonces?
[12] DANI: rescató a un príncipe, y había...
[13] TÍA: ¡qué lindo!
[14] DANI: y había un pajarito.
[15] TÍA: ajá.
[16] TÍA: me encanta ese cuento.
[17] DANI: y mirá ese.
[18] DANI: ¡y mirá!
[la niña muestra con su celular]
[19] TÍA: ¡una bruja!
[20] DANI: ¡sí!
[21] TÍA: ¡uy!
[22] DANI: ¡una manzana bruja!
[23] TÍA: una manzana bruja también, sí.
[24] DANI: sí.
[25] DANI: ¡y mirá!
[26] TÍA: ¡Guau! ¡me asusta!
[se ríe]
[27] DANI: sí.
[28] DANI: y colorín colorado, este cuento ¡se ha terminado!
En el Ejemplo 2, la niña se apoya en las imágenes para
introducir tanto información vinculada con las acciones [4] como con los
personajes [18]. De esta manera, por medio de la cámara del celular, brinda información
que sin esta posibilidad audiovisual de las videollamadas debería verbalizar
mediante cláusulas de eventos y de contexto. Este uso de la cámara para hacer
foco se encuentra en línea con lo hallado por Demir et al. (2015) para los gestos en
interacciones personales. Así, la niña hace uso de las posibilidades que brinda
el celular para dar continuidad a su narrativa y tener una participación más
activa en esta. Este uso de la información visual ya había sido reportado para
interacciones durante videollamadas en las que la cámara se encontraba
mayormente fija (Ames et al., 2010; Forghani y Neustaedter, 2014); de esta
forma, podemos pensar que el celular, si bien aporta por su tamaño un campo
visual más limitado, brindaría nuevas posibilidades de manipulación que niños y
niñas pequeñas pueden aprovechar. Esto le permite a Dani tener una
participación más activa y que la regulación de la narrativa no recaiga
exclusivamente sobre la persona adulta con la que interactúa. Al igual que en
el Ejemplo 2, en el Ejemplo 3, la niña participa activamente de la regulación
de la narrativa.
En este tercer ejemplo, Dani construye la narrativa de forma
autorregulada con su madrina, quien desde la virtualidad propone un tema de
conversación [1;2], y la niña colabora con ella aportando una cláusula de
evento [3]. Luego, como reportara Alam
(2015) en interacciones entre niños y niñas de distintas edades, los roles
cambian, y la narrativa pasa a estar regulada por la adulta. La niña parece
realizar una propuesta de cambio de tema [14] que no es reconocida por su
madrina, su participación se vuelve mucho más pasiva y se limita a responder
sin mayor reelaboración a los turnos de habla: repite lo que dijo [17] o solo
afirma [16, 20, 22, 24]. Al ver limitada su capacidad de direccionar la
conversación, la niña parecería inhibirse y recurrir al tipo de respuestas
sí/no que han sido reportadas para llamadas telefónicas (Ballagas et al., 2009).
Ejemplo 3.
1.
[1] MADRINA: bueno, ¿me contás de Pepa?
[2] MADRINA: Dani, ¿por qué está Pepa en tu casa?
[3] DANI: porque sí, porque me vino a dar una visita.
[4] MADRINA: ah ¡vino de visitas! ¿Y hasta cuándo se queda?
[5] DANI: xxx.
[6] MADRINA: ¿se queda a dormir o se va después?
[7] DANI: se va después.
[8] DANI: se va a dormir.
[9] MADRINA: ah, se va.
[10] MADRINA: no se va a quedar a dormir con vos, xxx.
[11] DANI: y mirá qué, mirá qué linda.
[12] MADRINA: tiene un collar rojo Pepa, me encanta.
[13] DANI: sí.
[14] DANI: sí, ya xxx unas caritas.
[15] MADRINA: creció mucho Pepa en todo este tiempo que no la
vi.
[16] DANI: sí.
[17] MADRINA: como vos y como yo.
[18] DANI: sí, como vos y como yo.
[19] MADRINA: ujum.
[20] DANI: sí.
[21] MADRINA: y se cortó el pelo como vos.
[22] DANI: sí.
[23] MADRINA: estamos hermosas todas ahora.
[24] DANI: sí.
En el Ejemplo 4, vemos cómo para participar de la interacción,
la niña recurre a los adultos y las adultas con los que se encuentra
presencialmente para que andamien su participación en la narrativa. En este
ejemplo en el que se encuentran hablando de los zooms del jardín, cuando su tía
menciona que su prima va a jugar al bingo, Dani mira a su mamá, quien estaba
participando de la videollamada. Ella, al reconocer la intención infantil,
interviene introduciendo una cláusula de evento a una narrativa asociada
temáticamente [19] que la niña repite [20].
Ejemplo 4.
1.
[1] DANI: sí, yo también mañana voy a hacer el zoom.
[2] TÍA: a la mañana y a la tarde.
[3] TÍA: vos cuándo, ¿a qué hora tenés, Dani, mañana?
[4] TÍA: ¿tenés más de uno o uno?
[5] DANI: uno.
[6] TÍA: ah, está bien.
[7] TÍA: claro, mejor.
[8] TÍA: porque nosotros tenemos dos pero vamos a ver.
[9] MAMÁ: mañana tiene de taller.
[10] DANI: de taller.
[11] TÍA: ah muy bien.
[12] TÍA: ¿mañana sabés qué va a jugar Maga?
[13] TÍA: al bingo en el zoom de la mañana.
[Dani levanta la mirada a mira a su papá y su mamá]
[14] MAMÁ: ella jugó ayer al bingo.
[15] DANI: sí, yo también jugué ayer al bingo.
[16] MAMÁ: tuvo bingo.
[17] DANI: sí.
[18] TÍA: ¡super bien!
[19] TÍA: estamos como para llevarlas viste al bingo a algún
tipo de bingo alguna cosa así tipo de jubiladas.
Tal como reportara Busch
(2018) para su trabajo, la participación compartida en esta videollamada
permite que la madre colabore con Dani poniendo en palabras lo que la niña
transmitió con su mirada. Esto, en una conversación telefónica, no habría sido
posible, pues la madre no sabría de qué estaban conversando y,
consecuentemente, no habría podido interpretar el gesto de la niña. Esta nueva
narrativa es retomada por la tía, quien parece realizar, por un lado, una
evaluación de la narrativa de Dani [23], pero, por el otro, también una
evaluación conjunta de ambas narrativas [24].
En este apartado pudimos observar cómo, en el marco de las
narrativas por videollamada, la niña introduce cláusulas que aportan a
distintas partes de la estructura narrativa y que para hacerlo se vale tanto de
estrategias verbales como no verbales. Dani, haciendo uso de la cámara del
celular o recurriendo a otros participantes de la conversación, aprovecha
particularidades de la interacción por videollamada para participar en la
construcción de narrativas.
Estrategias infantiles ante vocabulario desconocido
Tal como mencionáramos en el Ejemplo 4, y en línea con trabajos
anteriores, las videollamadas habilitan la participación de más personas en la
conversación (Ames et al., 2010; Ballagas et al., 2009; Busch, 2018; McClure y Barr, 2017). Esto habilita a la
niña a recurrir a otros participantes con distintos objetivos. Un primer
objetivo señalado en el apartado anterior fue apoyarse en ellos para que
acompañen su participación. Un segundo objetivo identificado en esta muestra es
recibir información sobre palabras que desconoce. En el Ejemplo 5, ante una
palabra cuyo significado no parece conocer (“trampolín”) la niña mira a su papá
quien repone información para ayudarla a comprender.
Ejemplo 5.
1.
[1] TÍA: ¿vos decís que me voy a poder tirar desde el techo y
saltar en la pileta?
[2] DANI: sí.
[3] TÍA: muy bien.
[4] TÍA: llego a tirarme del techo, Dani, ni el piso se salva.
[Dani y su tía ríen]
[5] PRIMA: bueno y yo voy a xxx una pileta como para que mamá ya
no esté ahí y se caiga.
[6] PRIMA: voy a poner un trampolín y ya está.
[7] TÍA: ah, un trampolín, pero necesitamos mucho lugar para
eso.
[8] PAPÁ: ¿un trampolín?
[9] DANI: ¿un trampolín?
[Dani levanta la vista y mira hacia donde está su papá]
[10] PAPÁ: para la pileta.
[11] DANI: sí, para la pileta.
[12] MAMÁ: para saltar, Dani.
[13] DANI: sí, para saltar.
[Dani salta]
[14] TÍA: ¿te gusta lo del trampolín?
[15] DANI: sí.
En este caso vemos cómo tanto el padre como la madre de la niña
ante la mirada y pregunta infantil introducen información sobre el término en
cuestión y cómo la niña repite estas emisiones adultas. Esto le permite
responder a la pregunta de su tía y continuar con la conversación que se estaba
desarrollando con sus interlocutores virtuales.
De igual manera, En el Ejemplo 6, Dani habla con su papá quien
se encontraba en su trabajo fuera del hogar. Frente a una palabra que le
resulta nueva (“roncando”) la niña recurre nuevamente a la adulta presente con
ella: levanta la vista dirigiéndose a su madre y repite la palabra en voz muy
baja, pero modulando muy claramente. Antes de que la madre pueda intervenir, el
padre, quien probablemente haya visto la expresión de la niña por la cámara del
celular, interviene para clarificar el término [5].
Ejemplo 6.
1.
[1] PADRE: ¿dormiste bien anoche?
[2] DANI: sí.
[3] PADRE: ah, cuando yo me fui estabas roncando [con énfasis].
[4] [Dani mira a la mamá que se encuentra grabando]
[5] DANI: ¿roncando?
[la niña lo pronuncia en voz baja]
[6] PADRE: estabas haciendo así, Dani: pipipipi.
[imita un ronquido]
[7] DANI: [ríe]
[8] PADRE: [ríe]
[9] DANI: [ríe]
[10] PADRE: está bien, está bien.
En este caso, si bien quien da respuesta a la inquietud infantil
no es el adulto presente, su padre logra identificar que esta palabra
representa una dificultad al ver su gesto dirigido a la madre.
La presencia de varios participantes en las videollamadas le
brinda a la niña la posibilidad de recurrir a distintos interlocutores cuando
se enfrenta a palabras que desconoce. Para ello, despliega distintas
estrategias no verbales, es decir, emplea miradas, gestos y cambia su tono de
voz para interactuar con los distintos participantes (virtuales y
presenciales). A su vez, en ambos casos esto le permite resolver su duda sin
interrumpir el curso narrativo, ya que siempre recurre no solo al adulto
presente junto a ella, sino a aquel que no está realizando su aporte a la
narrativa en ese momento.
Conclusión
En este estudio de caso observamos que, en el marco de estas
videollamadas durante el ASPO, la niña participaba de la construcción
mayormente de narrativas personales y de futuro, y de muy pocas narrativas de
ficción. A su vez, su participación en la regulación de las narrativas de
futuro y personales era variada, y hubo cantidades similares de narrativas
hetero y autorreguladas. Sin embargo, en las narrativas de ficción la niña
siempre tuvo una participación activa, esto es, fueron todas autorreguladas.
En la segunda parte del análisis, se atendió cualitativamente la
forma en que la niña participaba de las distintas narrativas. Se identificaron
así distintas estrategias, posibles gracias al formato de videollamada, a las
que la niña recurría para contribuir a la construcción de los relatos. En
primer lugar, se observó cómo hacía uso de la cámara del celular para
introducir componentes a la narrativa de forma no verbal. En segundo lugar,
cómo, tanto para requerir ayuda con el objetivo de introducir un tema de
conversación como frente a palabras desconocidas, la niña se apoyaba en sus
interlocutores presentes. De esta manera, en esta primera aproximación se ha
evidenciado que las conversaciones mediadas por tecnología dan lugar a
narrativas que, si bien presentan características que ya han sido reportadas en
los estudios previos en interacciones presenciales, también revisten sus
propias particularidades.
En este estudio de caso se presentan coincidencias con el
trabajo de Forghani y Neustaedter (2014)
quienes reportaron que, en el marco de conversaciones por videollamadas, los
niños y las niñas referían a eventos del pasado reciente y escuchaban relatos
de ficción contados por sus interlocutores. De igual manera, la niña en esta
muestra participó en la construcción de narrativas personales pero también de
futuro. Sin embargo, las narrativas de ficción eran todas ellas autorreguladas
y era la niña y no su interlocutora adulta quien llevaba la voz cantante en el
relato.
Así, si bien en los casos en los que la participación era
marcadamente adulta, la niña recurría a respuestas de “sí” y “no”, como
identificara Ballagas et al. (2009), para las interacciones telefónicas en los
casos en los que perdía el interés. Cuando la niña se encontraba más implicada
en la construcción de la narrativa (narrativas heterorreguladas) recurría a
distintas estrategias para participar. Al igual que en las interacciones en
persona (Demir et al., 2014), empleaba tanto estrategias verbales como no
verbales para hacer sus aportes a la conversación. A su vez, si bien el uso de
estrategias no verbales ya fue reportado para interacciones presenciales, la
materialidad de este tipo específico de conversaciones por videollamada supone
también estrategias específicas.
Así, el “mostrar” para narrar de las interacciones presenciales
(Demir et al., 2015) se concretiza en
el marco de las videollamadas en el uso de la cámara del celular. Por medio de
esta, la niña puede dirigir la mirada y atención adulta (Ames et al., 2010; Ballagas et al., 2009; Matsumoto et al., 2021; McClure y Barr, 2017; Tarasuik y Kaufman, 2017). La niña,
especialmente cuando se apoya en las imágenes del libro de cuentos, direcciona
la cámara para introducir información propia de las cláusulas de evento y
contexto de las narrativas. En este sentido, este primer análisis permitió
observar, por un lado, qué usos pueden niños y niñas darle a la cámara del
celular para andamiar la construcción narrativa cuando aún no pueden depender
exclusivamente a estrategias verbales. Por el otro, se analizó si esta
estrategia de “mostrar” se adapta a nuevos entornos y formas de interactuar, y
de qué forma esa adaptación se lleva a cabo.
Asimismo, tal como fuera estudiado al comparar interacciones por
videollamada con interacciones telefónicas (Ballagas
et al., 2009), la niña también se apoyaba en sus interlocutores
presenciales y en esta posibilidad de “entrar y salir” (Ames et al., 2010). Este primer análisis
permitió observar cómo la niña recurre a las personas presenciales no solo para
remediar fallas en la conexión (McClure y
Barr, 2017) o repetir preguntas (Ames
et al., 2010; Ballagas et al., 2009; Busch, 2018; McClure y Barr, 2017) sino también como
referente ante situaciones con vocabulario nuevo. Se vio cómo en estas
oportunidades la niña levantó la vista del teléfono y recurrió a quienes la
acompañaban para que le brindaran información acerca de eso que ella desconocía
sin interrumpir la interacción con su interlocutor virtual.
Además, en estas situaciones, el análisis permitió ver que no
solamente los adultos y las adultas propician por sí solos la conversación
mediante la propuesta de temas (Ames et
al., 2010; Ballagas et al., 2009; Busch, 2018), sino que la niña también
recurre a ellos para andamiar sus propias iniciativas. Por ejemplo, cuando Dani
escucha que su prima jugará al bingo levanta la mirada y recurre a su madre
para andamiar su propia participación introduciendo su propia narrativa
personal de bingo.
En este ejemplo también se pudo ver cómo, pese a las
dificultades técnicas y a no haber sido, hasta ahora, la forma de comunicación
preferida en los hogares, las videollamadas permitieron el desarrollo de
conversaciones que dieron lugar a entramados textuales ya reportados para
situaciones presenciales cuando se entrelazan dos narrativas temáticamente
relacionadas, tal como fuera reportado para la presencialidad (Rosemberg et al., 2010)
Si bien este trabajo se presenta como una primera aproximación
cualitativa y las posibilidades de generalización de los resultados son
restringidas, es importante señalar sus principales limitaciones. A nivel metodológico,
a pesar de que las videollamadas no fueron especialmente elicitadas a los fines
de la investigación, quienes participaban eran conscientes de la grabación; de
hecho, quienes filmaban eran los padres y madres presentes. Esto podría afectar
el desarrollo natural de las interacciones. A su vez, en las filmaciones, si
bien pueden apreciarse y se han analizado los gestos de la niña, no se pueden
ver los gestos ni las expresiones de quienes filmaban ni el detalle de los y
las participantes virtuales, lo cual, forzosamente, quedó por fuera de las
posibilidades de este análisis. Asimismo, es importante marcar como otra
limitación que, al ser registros de situaciones espontáneas, muchas veces las
grabaciones iniciaban cuando la actividad ya estaba en curso, con lo cual no
siempre se llegaba a registrar la totalidad de la interacción.
Este primer acercamiento al estudio de las narrativas en
situaciones mediadas por tecnología da cuenta de la riqueza que este tipo de
interacciones puede tener para el desarrollo del lenguaje infantil. Es posible
que las videollamadas y las comunicaciones mediadas por la tecnología comiencen
a formar parte del acervo de las herramientas de comunicación propias de estas
comunidades. En ese caso, un trabajo minucioso con un corpus mayor podría
brindar un panorama más amplio e indagar más en aquellos aspectos únicos y
específicos de la construcción de narrativas en interacciones mediadas por
tecnología.
Referencias
Alam, F. (2015). La
construcción interaccional de narrativas de ficción entre niños de distintas
edades: Un estudio con niños de poblaciones urbano marginadas. Interdisciplinaria, 32(1), 31-49.
Ames, M. G., Go, J.,
Kaye, J. J. y Spasojevic, M. (2010, February). Making love in the network
closet: the benefits and work of family videochat. In Proceedings
of the 2010 ACM conference on Computer supported cooperative work (pp.
145-154). https://doi.org/10.1145/1718918.1718946
Arrúe, J.,
Rosemberg, C. y Alam, F. (abril de 2014). Narraciones en la interacción entre
niños pequeños y adultos. Un estudio con niños de sectores
medios y niños que viven en poblaciones urbano marginadas [póster]. Tercer
Encuentro Nacional de Investigadores en Desarrollo Cognitivo y Educación,
Bariloche, Argentina.
Atance, C. M. y
O’Neill, D. K. (2005). Preschoolers’ talk about future situations. First Language, 25(1), 5-18.
Ballagas, R., Kaye,
J. J., Ames, M., Go, J. y Raffle, H. (2009, June). Family communication: phone
conversations with children. En Proceedings of the 8th
international Conference on Interaction Design and Children (pp.
321-324). https://doi.org/10.1145/1551788.1551874
Borzone, A. M. y
Rosemberg, C. R. (2000). Leer y escribir entre dos culturas. El caso de las
comunidades collas. Aique.
Busch, G. (2018) How
Families Use Video Communication Technologies During Intergenerational Skype
Sessions. En S. Danby, M. Fleer, C. Davidson, M. Hatzigianni (Eds) Digital
Childhoods. International Perspectives on Early Childhood Education and
Development, vol 22. Springer, Singapore. https://doi.org/10.1007/978-981-10-6484-5_2
Calzado, M., Lio, V.
y Cirulli, A. (2020). ¿Cómo nos informamos durante la cuarentena? Tecnologías,
noticias y entretenimiento en tiempos de aislamiento por el Covid-19. Comunicación, Política y Seguridad. Recuperado el 16 de
diciembre de 2021 de: https://www.comunicacionyseguridad.com/wp-content/uploads/2020/05/INFORME-CPS-COVID-1.pdf
Carmiol, A. M.,
Kelly, K. R., Ocular, G., Ríos Reyes, M., González Chaves, M. y Plascencia, J.
(2020) Talking about past experiences in two cultural contexts: Children’s
narrative structure and maternal elaboration in dyads from Costa Rica and the
United States. Early Education and Development, 31(2),
234-249. https://doi.org/10.1080/10409289.2019.1651190
Decreto 297/2020,
Ministerio de Salud de la Nación. (2020). Recuperado el 16 de diciembre de 2021
de: https://www.boletinoficial.gob.ar/detalleAviso/primera/227042/20200320
Demir, Ö. E.,
Levine, S. C., y Goldin-Meadow, S. (2015). A tale of two hands: children's
early gesture use in narrative production predicts later narrative structure in
speech. Journal of child language, 42(3), 662-681.
Fivush, R. y
Fromhoff, F. A. (1988). Style and structure in mother–child conversations about
the past.Discourse Processes, 11, 337–355 https://doi.org/10.1080/01638538809544707
Forghani, A. y
Neustaedter, C. (2014). The routines and needs of grandparents and parents for
grandparent-grandchild conversations over distance. En Proceedings
of the sigchi conference on human factors in computing systems (pp.
4177-4186). https://doi.org/10.1145/2556288.2557255
Griffin, T. M.,
Hemphill, L., Camp, L. y Wolf, D. P. (2004). Oral discourse in the preschool
years and later literacy skills. First Language, 24(2),
123-147. https://doi.org/10.1177/0142723704042369
Gumperz, J. (1982).
The linguistic bases of communicative competence. Analyzing
discourse: Text and talk, 323-334.
Gumperz, J. (1984).
Communicative competence revisited. En D. Schiffrin (Ed.), Meaning, form and use in context: Linguistic applications (pp.
278-289). Georgetown University Press.
Hudson, J. A.
(2002). "Do you know what we're going to do this Summer?": Mothers'
talk to preschool children about future events. Journal of
Cognition and Development, 3(1), 49-71.
INDEC (2021). Acceso
y uso de tecnologías de la información y la comunicación. EPH. Recuperado el 20
de diciembre de 2021 de: https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/mautic_05_213B13B3593A.pdf
Labov, W. (1972). Sociolinguistic patterns. University of Pennsylvania
Press.
Labov, W. y
Waletzky, J. (1997). Narrative analysis: Oral versions of personal experience. Journal of Narrative of Life and History, 7(3), 3-38.
Leyva, D., Sparks,
A. y Reese, E. (2012). The link between preschoolers’ phonological awareness
and mothers’ book-reading and reminiscing practices in low-income families. Journal of Literacy Research, 44(4), 426-447. https://doi.org/10.1177/1086296X12460040
Matsumoto, M.,
Poveda, D., Jorge, A., Pacheco, R., Tomé, V., Aliagas, C. y Salgado, M. M.
(2021). Family Mediating Practices and Ideologies: Spanish and Portuguese
Parents of Children Under Three and Digital Media in Homes. En Young Children’s Rights in a Digital World (pp. 29-44).
Springer, Cham. https://doi.org/10.1007/978-3-030-65916-5_3
McClure, E. y Barr,
R. (2017). Building family relationships from a distance: Supporting
connections with babies and toddlers using video and video chat. En Media exposure during infancy and early childhood (pp.
227-248). Springer, Cham. https://doi.org/10.1007/978-3-319-45102-2_15
Melzi, G. (2000).
Cultural variations in the construction of personal narratives: Central
American and European American mothers' elicitation styles. Discourse Processes, 30(2), 153-177. https://doi.org/10.1207/S15326950DP3002_04
Menti, A. y
Rosemberg, C. R. (2013). La enseñanza de nuevas palabras en situaciones de
enseñanza de ciencias sociales. Un estudio en escuelas primarias de Argentina. Cuadernos de Investigación Educativa, 4(19), 53-68
Nelson, K. , (Ed.),
(1989). Narratives from the crib. Cambridge, MA:
Harvard University Press.
Nelson, K. (1996) Language in cognitive development: Emergence of the mediated
mind. Cambridge University Press
Nelson, K. (2007). Young minds in social worlds. Experience, meaning and memory. Harvard
University Press
Peterson, C. y
McCabe, A. (1994). A social interactionist account of developing
decontextualized narrative skill. Developmental Psychology,
30, 937–948. https://doi.org/10.1037/0012-1649.30.6.937
Peterson, C. y
McCabe, A. (1992). Parental styles of narrative elicitation: Effect on
children's narrative structure and content. First Language,
12(36), 299-321. https://doi.org/10.1177/014272379201203606
Reese, E. (1995).
Predicting children's literacy from mother-child conversations. Cognitive Development, 10(3), 381-405. https://doi.org/10.1016/0885-2014(95)90003-9
Rosemberg, C. R.,
Alam, F. y Stein, A. (2014). Factors reflecting children’s use of temporal
terms as a function of social group. Language, Interaction
and Acquisition, 5(1), 38-61. https://doi.org/10.1075/lia.5.1.02ros
Rosemberg, C. R.
& Borzone de Marique, A. M. (1998). Interacción verbal y cognición: el
desarrollo de los niños collas en el entorno familiar y escolar. Lenguas Modernas, (25), 95-113.
Rosemberg, C. R. y
Manrique, M. S. (2007). Las narraciones de experiencias personales en la
escuela infantil:¿ Cómo apoyan las maestras la participación de los niños?. Psykhe (Santiago), 16(1), 53-64.
Rosemberg, C.R.,
Silva, M.L. & Stein, A. (2010). Narrativas infantiles en contexto: un
estudio de hogares de barrios urbano marginados de Buenos Aires. Revista del Instituto de Investigaciones en Ciencias de la
Educación, 28, 135–154.
Sachs, J.(1983).
Talking about the there and then: The emergence of displaced reference in
parent-child discourse. En K. E. Nelson (Ed.), Children’s
language, Vol. 4, Hillsdale, NJ: Lawrence Erlbaum
Schick, A. R.,
Melzi, G. y Obregón, J. (2017). The bidirectional nature of narrative
scaffolding: Latino caregivers’ elaboration while creating stories from a
picture book. First Language, 37(3), 301-316.
Sebastián, E. &
Slobin, D. (1994). Development of linguistic forms: Spanish. En R. Berman &
Slobin (Eds.) Relating events in narrative: A
crosslinguistic developmental study. (Pp 157 -186). Norwood, NJ:
Lawrence Erlbaum.
Sloetjes, H. y
Wittenburg, P. (2008). Annotation by category-ELAN and ISO DCR. En 6th international Conference on Language Resources and
Evaluation (LREC 2008).
Sparks, A. y Reese,
E. (2013). From reminiscing to reading: Home contributions to children’s
developing language and literacy in low-income families. First
Language, 33(1), 89–109. https://doi.org/10.1177/0142723711433583
Stein, A. (2015).
Narrativas compartidas en el hogar. Un estudio longitudinal de la estructura y
el lenguaje evaluativo. Interdisciplinaria, 32(1),
51-71. https://doi.org/10.16888/interd.2015.32.1.3
Stein, A., Migdalek,
M. J. y Rosemberg, C. R. (2020). Narration, argumentation and explanation: a
study of the discourse units in spontaneous conversations at mealtimes
(Narración, argumentación y explicación: un estudio de las unidades de discurso
en conversaciones espontáneas durante situaciones de comida). Culture and Education, 32(4), 705-737. https://doi.org/10.1080/11356405.2020.1819123
Sociedad Argentina
de Pediatría (Mayo de 2020). Uso de pantallas en tiempos del Coronavirus.
Recuperado el 23 de diciembre de 2021 de : https://www.sap.org.ar/uploads/archivos/general/files_uso-pantallas-epoca-covid_1589324474.pdf
Strauss, A. y
Corbin, J. (1998). Basics of qualitative research
techniques (pp. 1-312). Thousand oaks, CA: Sage publications.
Suggate, S.,
Schaughency, E., McAnally, H. y Reese, E. (2018). From infancy to adolescence:
The longitudinal links between vocabulary, early literacy skills, oral
narrative, and reading comprehension. Cognitive
Development, 47, 82-95. https://doi.org/10.1016/j.cogdev.2018.04.005
Tarasuik, J. y
Kaufman, J. (2017). When and why parents involve young children in video
communication. Journal of Children and Media, 11(1),
88-106. https://doi.org/10.1080/17482798.2016.1233124
Tomasello, M.
(2003). Constructing a language: A usage-based theory of
language acquisition. Harvard University Press.
Uccelli, P. (2009).
Emerging temporality: past tense and temporal/aspectual markers in
Spanish-speaking children's intra-conversational narratives. Journal of Child Language, 36(5), 929-966. https://doi.org/10.1017/S0305000908009288
Vygotsky, L. (1964).
Pensamiento y lenguaje. Lautaro.
Vygotsky, L. S.
(1978). Mind in society: The development of higher
psychological processes. Harvard University Press.
Notas
[1] El corpus “Contextos
naturales de interacción en los hogares en los que los/as niños/as usan
tempranamente tecnología” (autoras: Rosemberg, C.R., Alam, F. Ramirez, L.
Lewinsky, V., Sarlé, P., Giordano, C., Franco, A., Ibáñez, M. I., Stein, A.,
Migdalek, M., Martinez, S., De Benedectis, C., Audisio, C. González Lynn, E.)
fue recolectado por el equipo de la Dra. Celia Rosemberg gracias al
financiamiento del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas
(CONICET) de Argentina, mediante los subsidios PIP 702/21, “El lenguaje y el
discurso en la infancia: oportunidades de desarrollo y aprendizaje en los
contextos de los hogares” y P-UE 2018, “El desarrollo cognitivo, lingüístico y
socioemocional en la primera infancia. Variaciones en función de las
experiencias y los contextos en el Área Metropolitana de Buenos Aires”, ambos
bajo su dirección.
[2] Sin incluir a la niña
foco.
[3] Los “xxx” refieren a
palabras que no fueron comprendidas.
HTML generado a partir
de XML-JATS4R por
Refbacks
- No hay Refbacks actualmente.
Añadir comentario