Artículos
Estimulación de las
funciones ejecutivas y su influencia en el rendimiento académico en escolares
de primero básico
Stimulation of the executive functions and their influence on academic performance of students of first grade of elementary school
Francisca Bernal-Ruiz1 fbernal@upla.cl
Universidad de Playa
Ancha de Ciencias de la Educación, Chile
Montserrat Rodríguez-Vera2 montserrat.rodriguez@upla.cl
Universidad de Playa
Ancha de Ciencias de la Educación, Chile
Alonso Ortega3 alonso.ortega@uv.cl
Universidad de
Valparaíso, Chile
1Psicóloga. Doctora en
Psicología y Magíster en Pedagogía Universitaria. Docente e Investigadora de la
Facultad de Educación de la Universidad de Playa Ancha de Ciencias de la
Educación, Valparaíso, Chile. E-mail: fbernal@upla.cl
2Psicóloga. Máster en
Neuropsicología y Magister en Psicología Social. Coordinadora Programa PACE,
Universidad de Playa Ancha de Ciencias de la Educación, Chile. E-mail:
montserrat.rodriguez@upla.cl
3Psicólogo. Doctor en
Ciencias y Magíster en Psicología. Docente de la Escuela de Fonoaudiología,
Investigador del Centro de Investigación del Desarrollo en Cognición y Lenguaje
(CIDCL) de la Universidad de Valparaíso, Chile. E-mail: alonso.ortega@uv.cl
Estimulación
de las funciones ejecutivas y su influencia en el rendimiento académico en
escolares de primero básico
Interdisciplinaria, vol. 37, núm. 1,
2020
Centro
Interamericano de Investigaciones Psicológicas y Ciencias Afines
Los autores son titulares de los derechos
sobre sus producciones y ceden a la revista Interdisciplinaria el derecho a la
primera publicación de cada uno de sus trabajos.
Recepción: 08 Marzo 2018
Aprobación: 07 Enero 2020
Financiamiento
Fuente: Esta investigación fue
financiada por el Convenio de Desempeño CD/PMI UPA 1203 de la Universidad de
Playa Ancha y fue realizada en la Escuela Naciones Unidas D-245 de la comuna de
Valparaíso, Chile.
Resumen:
El estudio de la estimulación de las funciones ejecutivas (FE)
en la infancia ha generado un creciente interés investigativo en la última
década, especialmente por su relación con el desempeño académico y éxito
escolar. De acuerdo a esto, el presente estudio tiene por objetivo estudiar el
efecto de un programa de estimulación de las FE sobre el desempeño ejecutivo y
el rendimiento académico de una muestra de 43 estudiantes de primero básico de
la comuna de Valparaíso (Chile), de edades entre 6 y 7 años. Para ello, se
implementó un diseño factorial mixto. La intervención duró 12 semanas y se
llevó a cabo en el aula, dirigida por un educador diferencial y con el apoyo de
la profesora del curso. Los resultados evidencian la existencia de un efecto
significativo del programa implementado en la mejora del desempeño ejecutivo de
los participantes, particularmente del grupo experimental. Tales efectos no
fueron replicados en el rendimiento académico, lo que podría encontrar una
posible explicación en los factores contextuales relacionados con las
condiciones de precariedad de la institución educativa. Se observó además un
efecto diferenciado del programa sobre el componente de control inhibitorio.
Los hallazgos generales ponen de manifiesto la relevancia de la estimulación de
las FE en la infancia temprana y los beneficios que esto puede reportar en
contextos educativos. Además, sugiere el potencial aporte de la incorporación
de este tipo de intervenciones en las prácticas docentes cotidianas.
Palabras
clave: funciones
ejecutivas, rendimiento académico, estimulación temprana, desarrollo cognitivo,
diseño factorial mixto..
Keywords: executive functions, academic
performance, early stimulation,
cognitive developement, mixed factorial design.
Introducción
Durante la última década se ha observado un creciente interés en
el estudio de las funciones ejecutivas (FE), principalmente en la infancia, por
su asociación con competencias cognitivas y sociales (Clark, Pritchard y Woodward, 2010) y por su relación con el rendimiento
académico (Diamond y
Lee, 2011). La evidencia muestra que un buen desarrollo de las FE en
la infancia permite predecir el éxito escolar (Canet, Andrés, García, Richard’s y Burin,
2017; Portellano,
Martínez y Zumárraga, 2009). Por ejemplo, se ha asociado la flexibilidad
cognitiva y el control inhibitorio con la predicción del desempeño matemático
temprano (Clark et al., 2010; Fitzpatrick, McKinnon, Blair y Willoughby,
2014) y la inhibición cognitiva con el desarrollo de habilidades lectoras (Escobar et al., 2018), lo que puede
proveer ventajas comparativas a los niños que han sido estimulados
tempranamente (Bernal y Rodríguez, 2014;
Blair y Diamond,
2008; Röthlisberger,
Neuenschwander, Cimeli,
Michel y Roebers, 2012). Cabe destacar que al
estudiar los efectos de las FE sobre el desempeño académico es importante
considerar el rol mediador del nivel socioeconómico (NSE), encontrándose que a
mayor NSE mejor desempeño ejecutivo (Escobar
et al., 2018; Ghiglione,
Arán, Manucci y Apaz, 2011).
De acuerdo con lo anterior, el desarrollo precoz de las FE puede favorecer el
éxito escolar, período en el que las diferencias personales comienzan a incidir
en las habilidades y trayectorias académicas (Best, 2012). Por lo que, estimular en el
instante apropiado es fundamental para que tales capacidades funcionen de
manera óptima.
Al establecer criterios para estimular las FE, resulta relevante
comprender el constructo y situarlo en un modelo
explicativo, dado que no existe consenso respecto a su definición (Wiebe et al., 2011).
Esto puede deberse a que las FE dependen de múltiples procesos cognitivos, lo
que dificulta determinar cuáles son sus componentes básicos y cómo se organizan
en el cerebro (Van der Ven, Kroesbergen, Boom y Leseman, 2013).
Una forma de comprender las FE es considerar sus sustratos neuroanatómicos, los que se asocian principalmente a vías
neuronales que involucran regiones corticales y subcorticales del lóbulo
frontal. Estas conexiones neuronales se desarrollan paulatinamente desde la
niñez a la adultez (Wiebe
et al., 2011). La red neuronal involucrada en el funcionamiento de
las FE incluye tres vías (Nigg y Casey, 2005): a) fronto estriada, b) fronto
límbica y c) fronto cerebelosa.
La vía fronto estriada está implicada en la habilidad
de inhibir conductas y atender cuando se presentan distractores, favorecer el
uso adecuado de la memoria de trabajo y permitir la estructuración de objetivos
y planes. Ha sido asociada al denominado factor frío o cognitivo del circuito
neural de las FE. Por otra parte, la vía fronto
límbica subyace a los aspectos emocionales y motivacionales del comportamiento,
considerando el control de impulsos o tendencias agresivas. Se asocia con el denominado
factor caliente o emocional de la red de las FE. Por último, la vía fronto cerebelosa provee los
circuitos neurales necesarios para el normal funcionamiento de las respuestas
motoras y la distribución del tiempo, favoreciendo la organización de la
conducta y el aprendizaje de rutinas y hábitos. Ha sido asociada con los
aspectos psicomotores de la red neural de las FE.
Cabe resaltar la importancia de comprender la estructura de los
circuitos neuronales de las FE a comienzos de la etapa escolar, con el fin de
desarrollar propuestas eficaces de prevención, estimulación e intervención para
niños con dificultades incipientes en esta dimensión cognitiva (Diamond, Barnett, Thomas y Munro,
2007).
Las funciones ejecutivas: aspectos generales
En términos generales, las FE incluyen múltiples funciones que
ordenan y dirigen la totalidad de las operaciones cognoscitivas y conductuales.
Integran la destreza para la iniciación de una tarea, inhibir comportamientos,
elegir las acciones necesarias para alcanzar objetivos, elaborar estrategias
apropiadas para resolver conflictos difíciles, diversificar la utilización de
estrategias, analizar y juzgar el propio comportamiento y para ordenar y
dirigir los procesos de memoria (Betancur,
Molina y Cañizales, 2016; Isquith, Gioia y Espy, 2004; Richard’s et al., 2017).
Como se señaló anteriormente, no existe consenso absoluto sobre
la definición de las FE (Wiebe
et al., 2011). No obstante, para los efectos del presente estudio se
adopta la perspectiva genético-cultural de Alexander R. Luria y el paradigma
histórico-cultural de Lev Vygotsky, quienes coinciden en describir el
funcionamiento mental no solo desde una perspectiva biológica, sino también
sociocultural (Vygotsky, 1978). Bajo
este paradigma, las FE son concebidas como habilidades mentales de orden
superior, autorreguladas, esenciales para el desarrollo y mediadas por el
aprendizaje. Una de las principales bases de la perspectiva histórico-cultural
es que el desarrollo mental de los niños no ocurre solo por instinto o
maduración, sino más bien por la existencia de procesos objetivos de
interacción comunicativa con su entorno (Luria,
1976). Por lo tanto, se hace fundamental entender la organización y
funcionamiento cerebral desde sus etapas más tempranas.
Otros autores entienden las FE como una familia de procesos
mentales top-down, fundamentales para la concentración,
atención y situaciones donde las respuestas automáticas no resultan ser del
todo eficaces (Diamond,
2013; Miller y Cohen 2001).
Por su parte, como se señaló anteriormente, las FE pueden ser clasificadas en
frías y calientes (Zelazo
y Müller, 2002). Las FE frías están relacionadas con tareas que
demandan poco control emocional, como la resolución de problemas, y las
calientes, con tareas que requieren de reacciones y control emocional.
Pese a los múltiples conceptos que definen las FE, existe
consenso en tres puntos centrales, observados en el modelo de Miyake et al.
(2000), los que consideraron la unidad y separabilidad de estas FE, incluyendo
tres factores: a) memoria de trabajo, b) control inhibitorio y c) flexibilidad
cognitiva. La primera se refiere a un componente implicado en la manipulación
de la información entrante, su adaptación y manipulación mental. La segunda, a
la capacidad para ignorar los estímulos irrelevantes y suprimir las respuestas
prepotentes. Finalmente, la flexibilidad cognitiva implica procesos de atención
en diferentes demandas de tareas, operaciones y juegos mentales (Miyake y Friedman, 2012).
Las dimensiones descritas subyacen a tareas más complejas, tales como
planificación, resolución de conflictos y razonamiento (Collins y Koechlin,
2012).
En el contexto escolar estas habilidades se hacen necesarias,
dado que los estudiantes deben ser capaces de concentrarse, ignorar
distracciones, atender a sus profesores, seguir las reglas de la clase,
interactuar de manera positiva con sus compañeros, esperar recompensas e inhibir
impulsos de jugar o agredir a otros. Por ello, no es sorprendente que las FE se
consideren una herramienta clave para la preparación para la escuela y se
relacionen con el desempeño escolar (Bernal
y Rodríguez, 2014; Bernal, Rodríguez,
González y Torres, 2018; Blair y Razza, 2007; Diamond, 2013; Diamond y Lee, 2011).
Estrategias de estimulación de las funciones ejecutivas
Nigg
y Casey (2005) describen la organización neuroanatómica de las FE sobre la base de tres circuitos
cerebrales diferenciados (i.e., fronto-estriado, fronto-límbico y fronto-cerebeloso),
los que pueden ser estimulados de manera específica considerando el rol
diferencial que cumple cada uno de ellos (i.e., cognitivo, emocional,
psicomotor).
Estrategias de estimulación del componente
cognitivo de las FE
El programa conducido por Espinet, Anderson y Zelazo (2013)
para fomentar la reflexión en el procesamiento de la información a edades
tempranas ha demostrado ser exitoso durante los primeros años escolares. Tal
programa se basa principalmente en el uso de la memoria de trabajo para la
formulación, selección y mantenimiento de ideas. En particular, el ejercicio
que ellos proponen es ordenar tarjetas bivalentes, donde una primera dimensión
corresponde a color y otra a forma, por ejemplo conejos rojos y barcos azules.
Considerando esto, se establecen reglas jerárquicas que resuelven el conflicto
de los estímulos bivalentes. De este modo, los menores deben reflexionar sobre
el criterio de organización (i.e., forma o color), antes de iniciar la tarea.
Tras la intervención, los autores observaron resultados positivos en la
capacidad de reflexión de los estudiantes, especialmente en aquellos que
recibieron feedback inmediato
para corregir errores. Lo anteriormente expresado evidencia que la
retroalimentación favorece la reflexión espontánea y pone de manifiesto por qué
esta habilidad se considera esencial para el desarrollo temprano de las FE (Espinet et al., 2013).
El programa Stop, Think, Do (Detente, Piensa,
Actúa; Petersen,
1995) es otra estrategia de estimulación de FE que ha demostrado ser útil
para desarrollar habilidades de autocontrol, percepción y comunicación (i.e., Stop),
habilidades cognitivas para resolver problemas (i.e., Think) y
habilidades conductuales (i.e., Do). Este programa tiene como principal objetivo suprimir
las emociones de todas las áreas problemáticas (e.g.,
conductuales, de aprendizaje, sociales y de ánimo) y redirigir la energía hacia
la resolución de problemas. En la etapa Stop, las emociones se identifican
y se expresan tempranamente, asegurándose que el cerebro tenga la oportunidad
de pensar acerca de las opciones para resolver el problema, con el fin
posterior de llevarlas a la acción. El Programa Stop, Think, Do
incorpora señales visuales, auditivas y táctiles para recordarle al niño que se
detenga, además de estrategias de autocontrol para ayudarlos a pensar, y
redirección conductual para llevar a cabo estas estrategias en el hacer (Petersen, 1995).
Otra estrategia innovadora para la estimulación del componente
cognitivo es la de meditación/relajación, cuyo objetivo es fortalecer la
percepción y las capacidades atencionales, favoreciendo la conciencia
sensorial, del entorno y de los otros (Diamond y Lee, 2011). El modelo de
educación Montessori es un ejemplo de este enfoque, el que incentiva la
concentración profunda, la integración cuerpo-mente y las prácticas de rutinas
de atención plena, tales como the silence,
caminar en una recta o caminar con un libro en la cabeza (Lillard, 2011). El objetivo de
estos ejercicios es fortalecer las capacidades atencionales, con fases de
concentración focalizadas en una tarea que sea atractiva y que implique un
desafío para los estudiantes, favoreciendo así su atención sostenida. Estas
prácticas cobran sentido cuando los estudiantes toman conciencia de sus
vivencias sensoriales (e.g., texturas, olores,
sonidos, sabores, movimientos corporales, entre otros) intentando así poner en
contacto la mente y el cuerpo (Lillard, 2011). Otro ejemplo en
esta misma línea es el de Oros (2008),
quien empleó diversos métodos de relajación infantil que en su mayoría aluden
al componente cognitivo, tales como técnicas de distracción cognitiva mediante
estrategias de modelado, reforzamiento positivo, ensayo conductual, análisis de
costos-beneficios, búsqueda de alternativas, juego de planificación, entre
otros. Estos ejercicios buscan disminuir la aparición de respuestas agresivas
frente a situaciones de tensión, ejercitando la reflexión infantil, trabajando
el control de impulsos y la toma de decisiones (Oros, 2008). Los resultados evidenciaron
que, pese al corto tiempo de intervención (i.e., 6 sesiones de 45 minutos), se
obtuvo un impacto positivo en los niños, incrementando la relajación y
reduciendo en un 40 % las conductas agresivas en el contexto escolar.
La práctica budista constituye otro ejemplo en que la meditación
posibilita la estimulación de funciones cognitivas como la atención, en tanto
la persona se centra en una sola idea, experimentando su respiración y con esto
fortaleciendo su capacidad de atención visoespacial (Jha, Krompinger y Baime, 2007).
Estrategias de estimulación del componente
emocional de las FE
El programa Herramientas de la Mente fundado en el enfoque de
Vygotsky y Luria, que permite desarrollar conductas autorreguladas, es un buen
ejemplo de cómo estimular el componente emocional de las FE (Bodrova, Leong y Akhutina,
2011). Este programa enfatiza el uso del juego como una acción
primordial en los estudiantes, utilizando tareas didácticas y una valoración
diaria activa. Una de las cualidades diferenciadoras de esta propuesta es la
integración de componentes cognitivos y socioafectivos
de las FE, mediante actividades simbólico-imaginarias que forman parte del
currículum académico, con el objetivo de practicar la autorregulación y
favorecer aprendizajes académicos, como las matemáticas, la lectoescritura y
las habilidades sociales y emocionales (Bodrova et al., 2011).
Una de estas prácticas han sido los mediadores externos, que
incluyen tarjetas con las palabras oído y boca, las que son utilizadas por los
estudiantes para señalar su rol en el juego y un mediador que los ayuda en su
proceso de autorregulación de dos formas complementarias. Por una parte, los
niños les recuerdan a sus compañeros qué rol están ejerciendo y con esto los
regulan, y por otra, utilizan los mediadores como un recordatorio de sus
propios papeles. El programa, a su vez, parte de la premisa que los docentes
cuentan con las habilidades necesarias para realizar evaluaciones dinámicas e
individualizadas que consideren y respeten las formas de aprendizaje de sus
estudiantes (Bodrova et
al., 2011).
Otro programa de estimulación del componente emocional de las FE
en el aula, muy similar al Stop, Think, Do de Petersen, es el PATHS (trad. Promoción Alternativa Pensando
en la Estrategia; Riggs, Greenberg, Kusché y Pentz, 2006), que consiste en capacitar a los docentes
para fortalecer competencias de autorregulación, reconocimiento emocional y
resolución de conflictos interpersonales en los estudiantes. Su principio base
es que los niños experimentan y responden a sus emociones previo a conseguir
regularlas, muchas veces de manera impulsiva y sin control top-down,
debido a lo cual proponen como estrategias educativas la expresión emocional y
el ejercicio del control consciente. Lo dicho anteriormente puede ser llevado a
la práctica, por ejemplo, a través de un modelo de semáforo en el que la luz
roja indica Stop!-
detente, instando a los estudiantes a realizar una larga y profunda
respiración, e identificar el problema y sus emociones asociadas. Análogamente,
la luz amarilla representa slow down…piensa,
donde los estudiantes deben analizar el problema, identificar las soluciones
posibles y elegir la mejor alternativa. Finalmente, la luz verde invita a los
estudiantes a poner en práctica la solución previamente seleccionada y evaluar
su funcionamiento, incentivando la expresión verbal y la identificación de sus
emociones, con el objetivo de fortalecer más aún la regulación emocional (Bernal y Rodríguez, 2014).
Estrategias de estimulación del componente
psicomotor de las FE
Existe evidencia que sugiere que el ejercicio aeróbico mejora
sustancialmente la activación de la corteza prefrontal y las FE (Chaddock, Pontifex, Hillman y
Kramer, 2011). Asimismo, se ha reportado que el movimiento cumple un
rol esencial en el desarrollo cognoscitivo (Best,
2012) y que tanto las tareas motoras tempranas como las de atención
sostenida, son fundamentales para el posterior desarrollo de las FE. Un ejemplo
de ello son los juegos aeróbicos de los niños, que implican la interacción de
múltiples FE, entre ellas el pensamiento estratégico orientado a un objetivo,
cuyo sustrato neuroanatómico se encuentra asociado a
circuitos neurales del lóbulo frontal. A su vez, estas actividades aeróbicas
generan no solo cambios fisiológicos generales en el cuerpo (e.g., aumento del flujo sanguíneo) sino también cambios
específicos en el cerebro (Best, 2012).
El trabajo reciente de Martin
et al. (2015) pone de manifiesto la relevancia de estimular el componente
psicomotor de las FE, luego de observar los efectos positivos de un programa de
actividad física en la memoria de trabajo y la flexibilidad cognitiva en un
grupo de adolescentes. Previamente, Lakes y Hoyt (2004)
reportaron mejoras en las capacidades de autorregulación, habilidades prosociales y autoestima, asociadas a la práctica de artes
marciales versus actividad física tradicional. La evidencia descrita sugiere
que la práctica de ejercicios que enfatizan habilidades de autocontrol y
disciplina, tales como las artes marciales o el mindfulness,
favorecen el desarrollo de las FE (Diamond y Lee, 2011; Jha et al., 2007;
Lakes y Hoyt, 2004; Oros,
2008).
Con todo, es posible evidenciar que el contexto escolar es un
espacio favorable para la implementación de programas de estimulación temprana
con los estudiantes (Diamond,
2013; Diamond
y Lee, 2011), requiriendo cambios mínimos y de bajo presupuesto para
fortalecer los múltiples componentes de las FE, utilizando el juego (Bodrova et al., 2011),
el razonamiento (Espinet
et al., 2013), la relajación y meditación (Lillard, 2011), el uso de
pensamiento estratégico (Riggs, et al.,
2006) y las técnicas de entrenamiento psicomotor (Lakes y Hoyt, 2004).
A la luz de estos antecedentes que confirman la importancia que
tiene el desarrollo y estimulación temprana de las FE, la presente investigación
tiene por objetivo estudiar el efecto de un programa de estimulación de las FE
sobre el desempeño ejecutivo de estudiantes de primero básico y su eventual
relación con el rendimiento académico. En particular, se espera que la
implementación de un programa de estimulación de las FE genere un efecto
significativo en la mejora del desempeño ejecutivo de los estudiantes. Del
mismo modo, se espera que tal efecto sea observado además en la dimensión de
rendimiento académico.
Método
Participantes
En este estudio participaron 43 estudiantes de primero básico de
la Escuela Naciones Unidas de la Comuna de Valparaíso, Chile. El tipo de
muestreo fue no probabilístico e intencionado. En cuanto a la dimensión intergrupo el primer año básico A fue considerado como
condición control (i.e., sin intervención) y el paralelo B asumió la condición
experimental (i.e., programa de estimulación de las FE). Además, al interior de
cada grupo todos los sujetos fueron evaluados en dos ocasiones (i.e., pre y
post), lo que constituye la dimensión intrasujeto. El
grupo control estuvo conformado por 18 estudiantes (mujeres: N = 9; edad: M =
6.3 años, DS = .5; hombres: N = 9; edad: M = 6.7 años; DS = .7), mientras que
el grupo experimental se conformó por 25 estudiantes (mujeres: N = 9, edad: 6.1
años, DS = .3; hombres: N = 19, edad: M = 6.6 años, DS = .9). Los criterios de
inclusión contemplaron: a) ser estudiantes de primer año de enseñanza básica en
un establecimiento educacional (EE) con un índice de vulnerabilidad escolar
alto, b) tener entre 6 y 7 años de edad durante la aplicación del programa de
intervención, c) no poseer diagnóstico previo o actual de algún trastorno del neurodesarrollo. Este estudio contó con la autorización
oficial del EE y además con el consentimiento informado de los padres y los
participantes, y se desarrolló según los lineamientos éticos de la Declaración
de Helsinki para experimentación que involucra seres humanos.
Diseño
El presente estudio considera un diseño factorial mixto donde se
estudia el efecto de un factor intergrupo (i.e.,
grupo control vs. grupo experimental), un factor intrasujeto
(i.e., medidas pre y post intervención) y el efecto combinado de ambos
factores, sobre el desempeño ejecutivo de estudiantes de primer año de
educación básica. Desde la perspectiva del factor intergrupo,
se podría considerar que el diseño es cuasi-experimental, dado que no existe la
posibilidad de aleatorizar los participantes a los
distintos grupos conformados (i.e., control vs. experimental). No obstante, el
estudiar de manera simultánea el efecto de un factor intergrupo
y de uno intrasujeto define al diseño como de tipo
mixto. Más aún, un diseño mixto constituye la opción metodológica apropiada
cuando se busca estudiar la existencia de efectos de interacción (i.e.,
combinados) entre factores intergrupos e intrasujetos (Balluerka y Vergara, 2002). Dada su
naturaleza, los diseños mixtos pertenecen necesariamente a la categoría de
diseños factoriales.
Instrumentos y medidas
Subprueba de Funciones Ejecutivas del Test de Evaluación
Neuropsicológica Infantil (TENI)
Para evaluar las FE de los escolares de la muestra se empleó el
Test de Evaluación Neuropsicológica Infantil TENI (Tenorio et al., 2012). Está compuesto por
ocho subpruebas independientes entre sí, las cuales
se presentan como juegos en una tablet, para evaluar cinco
funciones cognitivas: a) atención, b) desarrollo viso-espacial, c) sistemas de
memoria, d) lenguaje y d) funciones ejecutivas.
El TENI ha sido estandarizado en Chile, manifestando niveles de
confiabilidad que fluctúan entre .80 y .90 (α de Cronbach)
Cronbach’s a = .80 y Cronbach’s
a = .90 para las escalas que han sido contempladas en este estudio. Está
orientado a la norma y ha sido diseñado con una concepción modular funcional de
la cognición. Se puede aplicar a niños desde los 3 años hasta los 9 años 11
meses, y su administración dura aproximadamente 30 minutos.
Particularmente en este estudio se consideró el rendimiento de
los estudiantes en la subprueba de FE del TENI, que
consta de cuatro componentes: a) Memoria de Trabajo (i.e., prueba Torpo el Topo Torpe),
b) Seriación (i.e., prueba La Granja), c) Inhibición conductual (i.e., prueba Bzz! – Inhibición)
y d) Teoría de la Mente (i.e., prueba Trini y Agu).
La sumatoria de las puntuaciones individuales obtenidas en estas pruebas da
origen al puntaje total de la variable Funciones Ejecutivas del TENI de cada
sujeto.
Rendimiento académico
Esta variable se obtuvo a partir de la media aritmética entre
las calificaciones finales semestrales de los cursos de Lenguaje y Matemática
de cada estudiante. Se obtuvieron indicadores correspondientes al primer y
segundo semestre.
Procedimiento
Inicialmente se efectuó una reunión con el equipo directivo de
la escuela a intervenir, explicando los objetivos de la investigación, el
procedimiento a efectuar, los participantes requeridos, la duración y los
resultados esperados. Una vez aprobada la propuesta, se participó de una
reunión de apoderados orientada a explicar el sentido del estudio y obtener su
consentimiento informado.
Todos los participantes del estudio fueron evaluados en dos
ocasiones, la primera antes de llevar a cabo la intervención en el grupo
experimental y la segunda, una vez concluida la intervención. Luego de la
primera evaluación, el grupo experimental (i.e., primero básico B) participó
del programa de estimulación de las FE, mientras que el grupo control (i.e.,
primero básico A) realizó sus clases de manera habitual. El programa fue
conducido por un educador diferencial, con apoyo de la profesora y la asistente
de aula. La duración de la intervención fue de 12 semanas, dos veces por semana
y durante dos horas pedagógicas en aula. En estas sesiones se planificaron
acciones incorporando al currículum académico actividades articuladas que
estimularan las FE en sus tres componentes (i.e., cognitivo, afectivo y
conductual), mediante estrategias de modelamiento, feedback y refuerzo positivo,
meditación, técnicas de respiración, análisis de las experiencias, preguntas
para favorecer la metacognición y juegos. Cada sesión
se planificó considerando los fundamentos de la clase, a saber: a) Inicio,
presentando los objetivos de la sesión, b) Desarrollo, llevando a cabo las
actividades planificadas y haciendo explícitas las estrategias utilizadas para
la estimulación de las FE en cada actividad y c) Cierre, donde se retomaba el
objetivo, intencionándose un proceso metacognitivo orientado a que los estudiantes reflexionaran
sobre su propio funcionamiento y fueran capaces de determinar sus niveles de
logro asociado a las actividades y las FE estimuladas.
Para la estimulación de las FE, se hizo una adaptación del
modelo Stop, Think, Do (Petersen, 1995) y del programa
PATH (Riggs et al., 2006). La
adaptación consideró cinco pasos: a) Parar, b) Escuchar, c) Pensar (o hacer un
Plan de Acción), d) Hacer y e) Revisar. Esta dinámica se usó de forma
transversal en todo el proceso de intervención con el objetivo de favorecer
procesos reflexivos en el accionar y procesos metacognitivos
de control de las actividades realizadas. Por lo tanto, se fue mecanizando y
estableciendo dentro de la rutina de la sala de clases, generando que cada vez
que se iniciaba una actividad se realizaban los cinco pasos, creando un
modelamiento en el aula.
El componente cognitivo de las FE se trabajó desde dos aspectos.
El primero relacionado con la propia regulación del comportamiento, potenciando
las capacidades de regulación y monitoreo comportamental en los participantes
del grupo experimental. El segundo aspecto, vinculado con actividades de
inhibición y auto-monitoreo, en que los participantes del grupo experimental
debían buscar de forma personal una regulación cognitiva para iniciar, mantener
y finalizar, junto con monitorear su funcionamiento en cada actividad
propuesta. Por ejemplo, una actividad consistió en que el educador contaba una
historia y, en la medida que esta transcurría, se le pedía a los estudiantes
que fueran inventando e integrando partes, de modo de mantenerlos atentos,
esperando su turno para hablar e ir siguiendo la historia, favoreciendo así el
funcionamiento de la memoria de trabajo. En paralelo, y como segundo eje, se
trabajó desde la metacognición, vinculada a la
habilidad de cada niño para controlar, gestionar los procesos cognitivos y
resolver problemas de manera efectiva. En este eje se buscó estimular las FE de
iniciativa, memoria de trabajo, planificación y monitoreo de la tarea. Cada
actividad tenía un inicio (i.e., luz roja), donde se detenían los trabajos que
se estaban realizando y se daban las instrucciones de la nueva tarea y los
lineamientos escritos y orales, así como también se les pedía a los estudiantes
del curso que verbalizaran lo que habían entendido y debían realizar.
Posteriormente, se procedía a un tiempo para planificar el accionar (i.e., luz
amarilla), en forma personal o grupal según la tarea, para finalmente pasar al
hacer y revisar (i.e., luz verde). Cada momento fue acompañado de carteles que
orientaban la ejecución de la actividad.
El componente emocional de las FE se estimuló basándose
principalmente en el Programa PATH (Riggs
et al., 2006), en torno al uso de estrategias de autocontrol,
autorregulación y de actividades de reconocimiento de emociones y de solución
de problemas interpersonales. Además, se buscó fortalecer en los estudiantes
las capacidades de organización y planificación de diferentes acciones para
resolver tareas y conflictos, eligiendo la mejor alternativa, pero también
recurriendo a otras alternativas si no se tenía éxito en un primer momento.
Esto se trabajó a través de la elaboración de un títere, en la cual mediante la
creación artística los estudiantes podían generar historias, resolver
conflictos, visitar el pasado y anticipar el futuro, conectar su historia con
la de su compañero e incorporar emociones.
Finalmente, el componente psicomotor de las FE, fue estimulado
mediante actividades motoras y/o de relajación/meditación, dependiendo del
nivel de activación de los niños en distintos momentos de la clase,
generalmente al inicio de la jornada, antes de comenzar los quehaceres
escolares, se realizaban actividades para activar el cuerpo y la mente, tales
como saltar abriendo y cerrando las extremidades, correr en el lugar y mover
cosas con peso, entre otras. Luego del recreo, para controlar los impulsos y
disminuir los niveles de activación con que los niños llegaban del patio, se
realizaban actividades de mindfulness, tales como
postura de meditación, enseñándoles a fijar su atención en la respiración, de
escaneo corporal, promoviendo la conciencia sensorial y el juego del silencio
para iniciarse en técnicas de concentración.
El programa de estimulación de las FE aquí presentado, contempló
además, un trabajo quincenal con la profesora y la asistente de aula del grupo
experimental, cuyos objetivos eran, por una parte, entregarles herramientas
para que ellas siguieran con la estimulación a lo largo de la semana, y por
otra, retroalimentar las actividades planificadas por ellas para el trabajo
diario con los estudiantes en aula. Todo esto con el objetivo de integrar en el
quehacer diario de las docentes y los estudiantes el comportamiento regulado y
planificado.
Análisis de datos
Se reportan estadísticos descriptivos (i.e., M, DS) de las
variables dependientes estudiadas, para las medidas pre y post en los grupos
control y experimental, respectivamente. La medida pre permitió establecer una
línea de base para determinar los niveles de desempeño en FE de ambos grupos,
mientras que la medida post permitió comparar el efecto de la presencia o
ausencia del programa de estimulación sobre la línea de base establecida. Lo
mismo ocurre en relación con las medidas pre y post del rendimiento académico,
que corresponden al promedio de las calificaciones finales entre lenguaje y
matemática del primer y segundo semestre, respectivamente.
Para contrastar los efectos principales de los factores intergrupos, intrasujetos y de
interacción, se efectuó un análisis de la varianza mixto (ANOVA mixto). Para
todas las pruebas de hipótesis efectuadas se consideró un nivel de
significancia α = .05. Previo a la realización de los análisis estadísticos
inferenciales se efectuó el respectivo contraste de los supuestos a la base de
las pruebas paramétricas. En particular, normalidad univariada
(Shapiro-Wilk) y homogeneidad de las varianzas (Levene test). La prueba de esfericidad (W de Mauchly) no es requerida, en tanto el factor intrasujeto tiene solamente dos mediciones (pre y post) y
en ese caso especial, el supuesto de esfericidad se cumple siempre.
Se reportan los estadísticos de prueba, sus valores .
respectivos y los tamaños de efecto observados (Cohen, 1988). Todos los análisis
estadísticos fueron realizados con el software JASP Versión 0.7.5.5 (JASP Team, 2016).
Resultados
Las medias (.) y desviaciones estándar (DS) para las FE y rendimiento
académico (RA) son expuestas en las Tablas 1 y 2,
respectivamente. Estos estadísticos descriptivos se exponen para ambos factores
de manera simultánea, es decir, intergrupo (i.e.,
Control vs. Experimental) e intrasujeto (i.e., Pre
vs. Post).
Tabla 1
Factor Intergrupos |
M |
SD |
N |
|||
Pre |
Control |
8.64 |
2.56 |
18 |
||
Factor |
Experimental |
7.97 |
3.39 |
25 |
||
Intrasujetos |
||||||
Post |
Control |
8.64 |
2.19 |
18 |
||
Experimental |
10.83 |
2.38 |
25 |
|||
Tabla 2
Factor Intergrupos |
M |
SD |
N |
|||
Pre |
Control |
5.58 |
1.00 |
18 |
||
Factor |
Experimental |
5.18 |
.84 |
25 |
||
Intrasujetos |
||||||
Post |
Control |
5.59 |
.99 |
18 |
||
Experimental |
5.15 |
1.11 |
25 |
|||
En los análisis estadísticos realizados no se transgredió
ninguno de los supuestos a la base de las pruebas paramétricas, pudiendo
asumirse la existencia de normalidad univariada (Shapiro-Wilk test) y homogeneidad de las varianzas (Levene test).
Respecto de las FE se observa un efecto de interacción entre los
factores intergrupo e intrasujeto,
que resulta ser estadísticamente significativo [F(1,41) = 7.399, . = .010, h..
= 0.153]. Lo anterior permite señalar que el desempeño de los estudiantes en la
medida de las FE resulta ser significativamente mejor en la medición post para
el caso del grupo experimental [F(1) = 17.675, . < .001). Cabe señalar que
la magnitud de las diferencias pre y post en el desempeño de los estudiantes
del grupo experimental en las FE refleja un tamaño del efecto que se considera
grande. Al respecto, los criterios de Cohen
(1988) establecen un h.. = .14 como valor de referencia para determinar que
el efecto de una intervención pueda ser considerado grande. En cuanto al grupo
control, no se observan diferencias entre las medidas pre y post. Este hallazgo
permite sugerir que la estimulación de las FE ejerció un efecto importante en
la mejora de estas funciones en los estudiantes que participaron del programa
anteriormente descrito (Ver Tabla 3 y Figura
1).
Tabla 3
Suma de cuadrados |
gl |
Media cuadrática |
F |
p |
η² p |
|
Factor Intrasujetos |
42.740 |
1 |
42.740 |
7.399 |
.010** |
.153 |
Factor Interacción Intrasujetos
X Intergrupos |
42.740 |
1 |
42.740 |
7.399 |
.010** |
.153 |
Residual |
236.841 |
41 |
5.777 |
Figura 1.
Un hallazgo interesante, que se considera relevante destacar, es
la existencia de un efecto de interacción para el componente de las FE de
Control Inhibitorio (CI) que resulta ser estadísticamente significativo
[F(1,41) = 4.489, . = .033, h.. = .106]. El tamaño del efecto de la interacción
puede ser considerado cercano a grande, de acuerdo con los criterios de Cohen
(1988). Es decir, se observó que el desempeño de los estudiantes en la medida
de CI resulta ser significativamente mejor en la medición post para el caso del
grupo experimental [F(1) = 13.221, . < .01). Este hallazgo será incorporado
y discutido en la sección Discusión.
En contraposición a lo observado para el caso de las FE, el RA
no refleja un efecto de interacción entre los factores intergrupo
e intrasujeto [F(1,41) = .048, . = .828 ns.,
h.. = .001]. Lo anterior permite señalar que no se observan diferencias
estadísticamente significativas en el promedio de las calificaciones finales de
Lenguaje y Matemática del primer versus el segundo semestre (Pre vs. Post),
tanto en el grupo control [F(1,41) = .011, . = .920 ns.]
como en el experimental [F(1,41) = .046, . = .831 ns.].
Los resultados generales sugieren que la participación en el
programa de estimulación de las FE ejerce un efecto importante en la mejora de
este tipo de funciones, pero no así en el RA. En la sección Discusión se
profundizará en los alcances e importancia de estos resultados.
Discusión
Esta investigación evaluó el efecto de un programa de
estimulación de los tres circuitos de las FE en estudiantes chilenos de primero
básico, sobre el propio desempeño ejecutivo y sobre el RA. Los hallazgos
generales sugieren que la estimulación de las FE ejerce un impacto positivo en
el desempeño ejecutivo. Lo anterior se sustenta en los efectos de interacción
observados, donde el grupo experimental manifestó mejoras importantes post
intervención, hecho que no se observó en el grupo control. Tales resultados
satisfacen uno de los objetivos de esta investigación y ponen de manifiesto la
relevancia de la estimulación de las FE en la infancia temprana y los
beneficios que esto puede reportar (Bernal
y Rodríguez, 2014; Röthlisberger,
et al., 2012; Blair y Diamond, 2008). Un detalle metodológico importante es
que la intervención se realizó en el aula, en un contexto en que los
estudiantes tienen sus lecciones cotidianas, lo que le otorga al presente
estudio una excelente validez externa. Ello sirve de argumento para sugerir que
este tipo de intervenciones puedan ser incorporadas por los profesores en sus
prácticas docentes habituales y de ese modo, contribuir a la estimulación
temprana de las FE en sus estudiantes (Puebla
y Talma, 2011).
Los presentes hallazgos están en línea con aquellos reportados
por Arán y Richaud
(2011) y los de Ghiglione
et al. (2011), quienes reportan la eficacia de la estimulación de las FE en
el desarrollo del desempeño ejecutivo y funciones cognitivas generales. Una
implicancia interesante de los estudios recién mencionados es que la
estimulación de las FE resulta apropiada para trabajar con niños en condición
de pobreza y es pertinente al trabajo educativo por la facilidad para adecuarla
a los contenidos curriculares. Lo anterior permite sostener que un programa de
estimulación de las FE como el presentado en este estudio refleja un impacto
positivo en poblaciones de niños en riesgo de pobreza. Este hecho cobra mayor
relevancia si consideramos que es conocida la existencia de una asociación
inversa entre la condición de pobreza y las destrezas cognitivas (Ghiglione et al., 2011).
En cuanto al efecto del programa sobre el RA, los resultados
observados no arrojan evidencia que ponga de manifiesto el beneficio de dicho
programa en el RA (i.e., medido como el promedio entre las calificaciones
finales semestrales de los cursos de Lenguaje y Matemática de cada estudiante).
Si bien este hallazgo resulta contradictorio con literatura reciente que
reporta la existencia de un efecto de la estimulación temprana de las FE sobre
el rendimiento académico (Clark et al.,
2010; Escobar et al., 2018; Fitzpatrick et al.,
2014; Risso
et al., 2015), una posible explicación a este fenómeno es que la medida
empleada como indicador del RA no refleje de buena manera las características
de las FE. Además, el análisis por separado del indicador utilizado (i.e.,
calificación final semestral en matemática y calificación final semestral en
lenguaje) tampoco arroja el efecto hipotetizado. En
este sentido, una explicación que cobra mayor relevancia dice relación con el
Índice de Vulnerabilidad Escolar (IVE) del EE en el que se efectuó la
intervención, el cual alcanza un IVE de 90.5 %, lo que se asocia a elevados
niveles de pobreza de sus estudiantes (Cornejo
et al., 2005). Autores como Escobar et
al. (2018) sostienen que la asociación entre FE y pobreza es compleja,
afirmando que en contextos de mayor vulnerabilidad se observan bajos
rendimientos en pruebas asociadas al desempeño ejecutivo en comparación con
grupos de menor riesgo. Musso (2010), por su parte, señala que el alto índice
de vulnerabilidad está asociado a una disminución del desarrollo neurocognitivo en niños. Lo anterior cobra especial
relevancia si consideramos que las calificaciones semestrales de los
estudiantes (i.e., indicadores de RA) podrían estar influenciadas en mayor
medida por el contexto de precariedad permanente en que se desarrolla su
proceso formativo y no reflejen necesariamente el efecto del programa
implementado, cuya duración fue de solo 12 semanas. Un hecho que apoya esta
tesis es lo reportado por Jadue (2002), quien observó que las calificaciones en
primero básico muchas veces están influidas por múltiples variables que no
necesariamente responden a aspectos propios del estudiante, realidad que se
acentúa en contextos de vulnerabilidad social. Es un hecho demostrado que el
NSE restringe las oportunidades educativas a las que pueden acceder los niños
debido a la alta segregación y selección de los colegios (Escobar et al., 2018; Hernández y Raczynski,
2015; Valenzuela, Bellei
y Ríos, 2014). Una manera de soslayar esta situación sería implementando el
programa aquí presentado en una institución educacional que no presente tales
características de vulnerabilidad. Esta debilidad asociada al presente estudio
puede constituir, sin embargo, un objetivo a estudiar en investigaciones
futuras.
Respecto al análisis por componentes del funcionamiento
ejecutivo (i.e., memoria de trabajo, seriación, inhibición conductual y teoría
de la mente), se observa un efecto diferencial del programa implementado sobre
el control inhibitorio de los estudiantes. Es conocido que, ontogenéticamente,
la región prefrontal del cerebro es una de las últimas en alcanzar su madurez,
entre la segunda y tercera década de vida (Fuster,
2015). En particular, la región orbitofrontal es
la que se encuentra vinculada a aspectos del comportamiento, tales como
inhibición conductual y control de la impulsividad, entre otros, y como ya se
ha mencionado, los contextos de pobreza se asocian a una disminución del
desarrollo neurocognitivo en niños. A la luz de estos
antecedentes, los resultados observados en este estudio ponen de manifiesto el
efecto positivo que posee la estimulación temprana de las FE sobre el control
inhibitorio, lo que impacta positivamente en los aspectos comportamentales
asociados al manejo de impulsos, comprensión de normas, adecuación y adaptación
social. Tales aspectos resultan esenciales para una integración adecuada del
niño al contexto educativo, especialmente en situaciones de vulnerabilidad socioeconómica,
lo que podría constituir un aporte especial del presente trabajo.
En otro ámbito, la mayoría de las investigaciones sobre
estimulación de las FE, han efectuado intervenciones focalizadas en un circuito
único de estas, centrándose ya en lo cognitivo (Diamond y Lee, 2011; Espinet et al.,
2013; Lillard,
2011), ya en lo emocional (Bodrova et al., 2011; Riggs et al., 2006), ya en lo motor (Best, 2012; Lakes y Hoyt, 2004; Martin
et al., 2015). En este sentido, el presente estudio efectúa una
intervención integral en los tres circuitos de manera conjunta, lo que otorga
mayores posibilidades de generalización a los hallazgos reportados. Del mismo
modo, desde un punto de vista práctico, los hallazgos relevan la necesidad de
continuar generando intervenciones para la estimulación de las FE en
estudiantes, especialmente en los inicios de su periodo escolar (Bernal y Rodríguez, 2014). Por otra parte,
se considera beneficioso aumentar los períodos de intervención y la frecuencia
de éstos, con el objetivo de obtener un impacto no solo en los estudiantes,
sino también dotar a los docentes de herramientas necesarias para organizar sus
clases en función de la estimulación de las FE, y con ello, estimular
sistemáticamente a los estudiantes desde la rutina escolar (Raver et al., 2011).
Un área relevante de explorar en estudios venideros sería
recoger información respecto de las prácticas parentales de los padres y
apoderados de los estudiantes, con el fin de conocer qué prácticas son las que
en mayor medida contribuyen al desarrollo de las FE en otros espacios, como el
hogar (Bernal et al., 2018). Además,
otras posibles variables a considerar son el nivel socioeconómico, el
bilingüismo y los contextos culturales (Flores,
Castillo y Jiménez, 2014).
Conclusiones
Este estudio resulta relevante como punto de partida para el
diseño de programas de estimulación de las FE en el ámbito escolar, pues aporta
evidencia que resalta los beneficios de la estimulación temprana de las FE para
los estudiantes y su proceso de aprendizaje escolar (Bernal y Rodríguez, 2014; Blair y Diamond,
2008; Röthlisberger,
et al., 2012). Esta propuesta resulta ser además válidamente ecológica e
innovadora, pues sale del contexto de los estudios tradicionales de
laboratorio. Finalmente, al ser una propuesta que estimula los tres circuitos
neurales asociados a las FE (Bernal y
Rodríguez, 2014) constituye un buen inicio para la incorporación de
elementos neuropsicológicos en contextos educativos (Escobar et al., 2018).
Agradecimientos
Esta investigación fue financiada por el Convenio de Desempeño
CD/PMI UPA 1203 de la Universidad de Playa Ancha y fue realizada en la Escuela
Naciones Unidas D-245 de la comuna de Valparaíso, Chile.
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