Artículos
Factores cognitivos,
mórbidos y premórbidos en la formación y sustento de la creencia en lo
paranormal
Cognitive,
morbid and premorbid factors in the development and maintenance of paranormal
beliefs
José Miguel Pérez Navarro josemiguel.navarro@unir.net
Universidad
Internacional de La Rioja, España
Factores
cognitivos, mórbidos y premórbidos en la formación y sustento de la creencia en
lo paranormal
Interdisciplinaria, vol. 37,
núm. 2, 2020
Centro
Interamericano de Investigaciones Psicológicas y Ciencias Afines
Los autores conservan la titularidad sobre sus
trabajos y ceden a la revista Interdisciplinaria el derecho a la primera
publicación de cada uno de sus artículos.
Recepción: 24 Enero 2019
Aprobación: 04 Septiembre 2020
Resumen:
La literatura muestra una amplia gama de teorías y factores que
contribuyen a la formación y mantenimiento de creencias paranormales. En este
estudio se analiza una serie de variables relacionadas con las principales
explicaciones propuestas en una muestra de 184 sujetos. La esquizotipia (rxy
= .23, p < .001), las experiencias inusuales (rxy = .37, p
< .001), la anhedonia introvertida (rxy = .28, p < .001), la
habilidad de razonamiento condicional en tareas con contenido paranormal (rxy
= .23, p = .001), la necesidad de afiliación (rxy = .21, p =
.002) y la vivencia de experiencias extraordinarias subjetivas (rxy =
.35, p < .001) correlacionaron significativamente con la creencia en lo
paranormal. Los resultados son consistentes con la teoría de la compensación de
necesidades de Russell y Jones (1980) e indican que la ideología puede aparecer
asociada a signos premórbidos y/o ser consecuencia de psicopatología. Sin
embargo, sugieren que la creencia en lo paranormal puede no ser consecuencia de
una deficiencia de razonamiento probabilístico y/o condicional. Se sugiere un
modelo integrador basado en el feedback
entre creencia y experiencia.
Palabras
clave: creencia paranormal,
esquizotipia, razonamiento, necesidades, experiencia extraordinaria subjetiva..
Abstract: Paranormal beliefs,
regardless of their veracity, clearly constitute an important dimension of
human psychology. Survey work across the world reveals that around 50 % of
people hold at least one paranormal belief. This figure is surprisingly high
considering the lack of robust scientific evidence in support of the referred
phenomena, and suggests the existence of resilient psychological mechanisms at
the basis of the development and maintenance of such beliefs. Researchers in
the area have proposed a diversity of explanations, exploring a large number of
individual factors. However, despite the generous effort, we have not been able
to develop a comprehensive explanatory model capable of accommodating the body
of empirical findings. With this study we aimed to contribute towards a better
understanding of paranormal belief as a multicausal phenomenon. In order to
achieve this, we explored a set of variables related to the main perspectives
in the literature. We used a sample of 184 subjects of very diverse
nationalities, ages, and cultural backgrounds. We surveyed paranormal beliefs
among our participants and observed that 71 % of the sample showed traditional
religious beliefs, 34 % believed in psychic phenomena such as extrasensory
perception or psychokinesis, 31 % in superstition, 23 % in witchcraft, and 39 %
in anomalous natural phenomena such as astrology or extraordinary life forms.
Eighty four per cent of the subjects responded positively to at least one of
the 26 items of paranormal beliefs evaluated in the scale. A correlation
analysis was conducted between the individuals’ traits and paranormal belief
scores. Schizotypy (rxy = .23, p < .001), unusual experiences (rxy
= .37, p < .001), introvertive anhedonia (rxy= .28, p <
.001), conditional reasoning in tasks with paranormal content (rxy =
.23, p = .001), need for affiliation (rxy = .21, p < .002), and
report of subjective extraordinary experiences (rxy = .35, p <
.001) correlated significantly with belief in the paranormal. These results are
consistent with Russell and Jones' (1980) theory of compensation of basic needs
and suggest that paranormal belief may rise in combination with premorbid signs
of psychopathology. However, they suggest that belief in the paranormal may not
be a consequence of a cognitive deficit in this type of reasoning. A multiple
regression analysis revealed a five variable solution. In the equation,
subjective extraordinary experiences, unusual experiences (from the schizotypy
scale), need for autonomy, need for achievement, and introvertive anhedonia
contributed standardized coefficients of .3, .23, .24, .22 and .13
respectively. The model explained 27 % of the variance. The findings of this
study are consistent with a multicausal conception of paranormal belief. A
model is proposed in which paranormal beliefs can stem from a variety of
factors and, as they develop, a reciprocal interaction between experience and
belief arises, contributing to their definitive accommodation in the
individual’s psychology. The identification and exploration of contributing
factors to the development and maintenance of the paranormal belief has been
very fruitful in the last decades. In addition, the explanatory hypotheses
raised by the researchers do not seem to be mutually exclusive. Therefore, the
simultaneous consideration of these could be a successful approach in future
studies. The elaboration of an explanatory model that contemplates both the
multicausality and the multidimensionality of the phenomenon could provide a
qualitative leap in the area.
Keywords: paranormal belief, schizotypy, reasoning, needs, subjective
extraordinary experience..
Introducción
Muchos científicos pueden preguntarse por qué tantos
investigadores emplean su tiempo analizando las causas y las consecuencias de
creencias aparentemente erróneas. Sin embargo, las creencias paranormales son
altamente incidentes en la población. Encuestas realizadas en todo el mundo
revelan, de manera consistente, que aproximadamente el 50 % de las personas
mantienen una o más creencias paranormales, y aproximadamente la mitad de ellas
cree haber tenido una experiencia paranormal genuina (Irwin, 2009). Independientemente de su
veracidad, estas creencias y experiencias constituyen claramente una importante
dimensión de la psicología humana.
El concepto de “paranormal” hace referencia a una serie de
fenómenos, hasta ahora, inexplicados e inconsistentes con las teorías
científicas actuales (French, 1992).
Un reciente escrutinio realizado en la universidad de Chapman (Bader, Day y Gordon, 2017) con 1 207
participantes reveló que el 52.3 % creía en lugares encantados y fantasmas, el
35 % creía que los extraterrestres habían visitado la Tierra, el 25 % manifestó
creer que algunas personas pueden mover objetos con su mente, el 19.4 %, que
existen adivinos y videntes que pueden prever el futuro, y el 16.2 % expresó su
creencia en la existencia de formas de vida extraordinarias. Estos datos son
sorprendentemente elevados teniendo en cuenta que la evidencia científica para
este conjunto de fenómenos, en general, no es lo suficientemente robusta como
para apoyar estas cifras, lo que sugiere la existencia de un mecanismo
psicológico implicado en la génesis y sustento de las creencias paranormales.
En esta línea, la investigación en el área pone de manifiesto un amplio número
de factores y teorías explicativas, sin pasar desapercibido un considerable
deterioro de la figura del creyente, apelando, la mayoría de estudios, a una
deficiencia de nivel educativo, intelectual y/o de cordura de este. Esto origina
una presión social que hace aún más sorprendentes las estadísticas encontradas
en las encuestas de prevalencia.
Desde el ámbito clínico, la creencia en lo paranormal se
explica, principalmente, como un signo de morbilidad del espectro de la
esquizofrenia y otros trastornos psicóticos. Rose y Barker (1978) argumentan que, en
términos generales, la enfermedad en la población se distribuye a lo largo de
un continuo y que antes de que un trastorno se consolide en el sujeto
(condición mórbida), suele aparecer una serie de cambios no normativos
(condición premórbida) que anteceden a los síntomas típicos del trastorno en
cuestión. Así, en el caso de las psicopatologías, algunos tipos de personalidad
poseen, en mayor o menor grado, síntomas inocuos de ciertas enfermedades
mentales, como la esquizofrenia. En este sentido, la esquizotipia hace
referencia a la dimensionalidad continua entre salud y esquizofrenia. Esta se
caracteriza por una excentricidad acentuada en cuanto a la apariencia, el
comportamiento y el pensamiento. El pensamiento mágico, las creencias y las
vivencias inusuales son características frecuentemente observadas en este tipo
de personalidad. Son frecuentes la superstición y el sentimiento de poseer poderes
especiales que se manifiestan en forma de intuiciones, premoniciones y control
sobre los acontecimientos y las personas (Rubio
y Pérez, 2004). Varios autores ponen de manifiesto una asociación entre la
creencia en lo paranormal y la esquizotipia (Goulding, 2004, 2005; Shiah
et al., 2014). Pueyo, Teixeira y
Álvarez (2001) observaron, en una muestra de universitarios, una fuerte
asociación entre creencias y experiencias paranormales subjetivas, así como
entre ambas y una medida de personalidad esquizotípica. Estos autores apuntan a
que hay personas que presentan manifestaciones propias de la esquizotipia, pero
sin presentar la combinación de factores necesaria para su diagnóstico y
sugieren estudiar la personalidad esquizotípica desde los factores que la
configuran. Otros autores (Dagnall et al.,
2017; Denovan et al., 2018)
afirman que, aunque la literatura muestra una clara asociación entre creencia
paranormal y esquizotipia, esta se debe, en parte, a la superposición de los
constructos. De hecho, uno de los criterios diagnósticos del trastorno de
personalidad esquizotípico se refiere específicamente a creencias extrañas o al
pensamiento mágico. Además, estos autores señalan que está claro que la
investigación seguirá mostrando una asociación, pero la naturaleza direccional
de la correlación entre la esquizotipia y la creencia paranormal es incierta.
En concreto, no está claro si la creencia en lo paranormal produce puntuaciones
altas de esquizotipia, que promueve creencias paranormales o la relación se
explica por una tercera variable común (Hergovich
et al., 2008).
Adicionalmente, y de manera similar a como se ha observado en el
caso de muchas psicopatologías, algunos estudios han encontrado alteraciones
neurológicas asociadas a la creencia en lo paranormal. Persinger (1984) fue uno de los primeros
autores en señalar diferencias funcionales entre creyentes y no creyentes,
señalando una actividad eléctrica alterada en la corteza del lóbulo temporal de
los creyentes en lo paranormal. Esta característica ha sido corroborada con
posterioridad en un estudio independiente llevado a cabo por Britton y Bootzin (2004). Brugger et al. (1993), mediante una tarea
de decisión léxica taquistoscópica lateralizada, observaron que los creyentes
en la percepción extrasensorial no exhibieron una asimetría hemisférica para la
tarea, mientras que los no creyentes exhibieron el dominio esperado del campo
visual y hemisferio izquierdo documentado en la literatura. Los autores
sugieren que la base neurológica de las creencias de tipo delirio puede
implicar una liberación de la función del hemisferio derecho del control del
hemisferio izquierdo. Wackermann y
Allefeld (2007) también observaron una reducción en la asimetría hemisférica
cerebral normal, acompañada de una mayor actividad beta excitatoria en el
hemisferio derecho de los creyentes. En la misma línea, Schulter y Papousek (2008) reportan una
lateralización funcional atípica en los creyentes más convencidos. Pizzagalli, Lehmann, y Brugger (2001) analizaron
los perfiles electrofisiológicos de individuos creyentes y no creyentes, y
observaron que los creyentes mostraron un patrón excitatorio más desplazado
hacia la derecha de la banda β2 (18.5 - 21 Hz), una reducción de las
diferencias interhemisféricas en los valores de complejidad Omega, puntuaciones
más altas en la Escala de Ideación Mágica, un afecto negativo más general y más
imaginería hipnagógica después de un período de relajación. Del mismo modo, y
consistente con la literatura previa, los creyentes en lo paranormal mostraron
una activación del hemisferio derecho relativamente más alta y una asimetría
hemisférica reducida. Los autores argumentan que estos marcadores pueden
constituir la base neurofisiológica para la ideación paranormal y
esquizotípica.
Desde una perspectiva quizá más tradicional se entiende la
creencia en lo paranormal como el resultado del desconocimiento científico y el
escaso nivel educativo. Algunos trabajos muestran que a menor nivel educativo,
mayor aceptación de ideología pseudocientífica y supersticiosa, y que la
creencia en la existencia de habilidades paranormales puede cumplir la función
de ayudar al sujeto a percibir el mundo como menos amenazante y más controlable
(Miller, 1987). Ya en su día, Russell y Jones (1980) apuntaban a que
tanto la aparición como el mantenimiento de estas creencias se puede explicar
mediante una posible función de satisfacción de necesidades psicológicas
básicas. Del mismo modo, Irwin (1993, 2003; Irwin,
Dagnall y Drinkwater, 2013) también explican la manera en la que la
creencia paranormal puede servir como respuesta adaptativa o, incluso,
estrategia de afrontamiento ante la amenaza del entorno al bienestar
psicológico de la persona. En esta misma línea, Drinkwater, Dagnall, Grogan y Riley (2017)
analizaron, mediante entrevista y análisis temático, una muestra de relatos de
experiencias paranormales subjetivas y concluyeron que, en general, la
experiencia y la creencia estaban asociadas con la necesidad de comprender lo
desconocido y una renuencia a aceptar lo incierto. Así, bajo esta perspectiva,
la creencia en lo paranormal podría cumplir una función meramente instrumental
a una demanda de naturaleza mayoritariamente funcional y emocional.
Los resultados de la investigación sobre el papel de la
autoestima en el desarrollo y mantenimiento de creencias paranormales no son
concluyentes. En teoría, las creencias paranormales serían especialmente útiles
en personas con baja autoestima como un instrumento para potenciarse a sí
mismos. Se podría esperar, así, una asociación negativa entre autoestima y
creencia paranormal. Sin embargo, la investigación empírica es confusa y, a
veces, parece apuntar en la dirección opuesta. Tobacyk y Milford (1983) estudiaron la
discrepancia entre la percepción del yo ideal y el real en relación con la
creencia en lo paranormal, y encontraron que la creencia religiosa era la única
dimensión de la creencia paranormal asociada a tal discrepancia, pero mostraba
una correlación negativa; es decir, creyentes religiosos, en comparación con
los no creyentes, percibían su yo real más próximo a su yo ideal. Fitzpatrick y Shook (1994) también
mostraron una asociación positiva entre la creencia paranormal y la autoestima.
Otros estudios muestran que los creyentes paranormales tienen un sentido
grandioso de su propia importancia y singularidad. Tobacyk y Mitchell (1987) mostraron una
correlación positiva entre una medida de narcisismo y la creencia paranormal.
Este hallazgo fue replicado en un estudio más reciente de Roe y Morgan (2002). La investigación, en
general, es confusa. Sin embargo, puede que el error esté en el punto de
partida, es decir, en esperar una asociación negativa entre autoestima y
creencia en lo paranormal. Si creer en lo paranormal es un mecanismo eficaz
para elevar la autoestima del individuo, quizá deberíamos esperar una
correlación positiva. Pero este patrón tampoco se aprecia en la literatura con
suficiente robustez. Dada la complejidad del constructo de la autoestima, y la
diversidad de los factores que la afectan, es posible que en casos de déficit
de autoestima más moderados creer en lo paranormal sea un mecanismo eficaz y no
lo sea en casos más severos. Quizá sea necesaria la inclusión de variables
adicionales para entender la relación entre creencia y autoestima.
Sin embargo, han sido las teorías que postulan un déficit
cognitivo como predisposición a la interpretación paranormal de eventos
cotidianos las que más investigación han generado en las últimas décadas. La
investigación psicológica tradicional ha mostrado que la percepción humana es
falible, nuestra memoria, selectiva y reconstructiva y nuestro razonamiento,
justificativo. En relación con la creencia en lo paranormal, son numerosas las
investigaciones que replican estos resultados, y muestran déficits más acentuados
en creyentes. En un estudio clásico,
Blackmoore y Troscianko (1985) encontraron que los creyentes cometían más
errores en tareas de razonamiento y estimación de probabilidades que los no
creyentes, así como, también, manifestaban una mayor ilusión de control. Wierzbicki (1985) también encontró
resultados similares en otro estudio en el que los participantes creyentes
cometían más errores en tareas lógicas y de razonamiento condicional. Blackmore (1997) explica que el sujeto
puede cometer errores al no apreciar que en una secuencia de eventos aleatoria
pueden darse eventos aparentemente no aleatorios. La memoria selectiva del
sujeto puede ocasionar que este recuerde solamente estos eventos aparentemente
no aleatorios de la serie, manteniendo, así, la creencia paranormal.
Investigaciones recientes muestran que la creencia en lo paranormal está
asociada con una susceptibilidad a cometer errores de sesgo heurístico, de
estimación de probabilidades (Dagnall,
Parker y Munley, 2007; Dagnall,
Drinkwater, Parker y Rowley, 2014; Dagnall,
Denovan y Drinkwater, 2016), así como de falacia de conjunción (Rogers, Davis y Fisk, 2009; Rogers, Fisk y Wiltshire, 2011; Rogers y Qualter, 2016), de razonamiento
lógico (Moritz y Woodward, 2005; Sellen, Oaksford y Gray, 2005) y también
con una tendencia a descartar evidencia no confirmatoria (Buchy, Woodward y Liotti, 2007; Dagnall et al., 2017). Otros autores, sin
embargo, no han observado diferencias de razonamiento entre creyentes y no
creyentes (Denovan, Dagnall, Drinkwater y
Parker, 2018; Parra, 2010).
A diferencia de las perspectivas anteriores, existen autores que
proponen que la creencia en lo paranormal podría surgir a raíz de la vivencia
de una experiencia extraordinaria que al sujeto le resulte inexplicable.
Factores sociológicos y culturales, como la aceptación social, son cruciales ya
que pueden influir en la elucidación y la voluntad del individuo a etiquetarlas
y declararlas como paranormales (Markovsky,
2008; Northcote, 2013; Truzzi, 1971; Woods y Woffitt, 2014). Las encuestas
revelan que las experiencias paranormales subjetivas son relativamente comunes
(Castro, Burrows y Wooffitt, 2014; Irwin, 2009; Schmied-Knittel y Schetsche, 2005). Castro et al. (2014) analizaron los datos
recopilados de 4 096 adultos, mayores de 16 años, a quienes se les preguntó
sobre sus tipos de experiencias, con la siguiente incidencia: precognición
(24.1 %), percepción extrasensorial (12.8 %), experiencias místicas (12.4 %) y
comunicaciones con el más allá (10.4 %). En la muestra de sujetos, el 37 %
afirmó haber tenido, al menos, una experiencia paranormal. Los autores
concluyeron que las experiencias paranormales son comunes y una parte esencial de
la experiencia humana. Sin embargo, a día de hoy, el determinar cuál creencia o
experiencia es la causa y cuál, la consecuencia sigue siendo un desafío. Gran
cantidad de estudios muestran una correlación positiva entre el número de
experiencias paranormales subjetivas y la intensidad de la creencia paranormal
(Dagnall et al., 2017; Glicksohn, 1990; Hergovich, Willinger y Arendasy, 2005; Irwin, Dagnall y Drinkwater, 2013; Lange y Thalbourne, 2002; Rabeyron y Watt, 2010; Rattet y Bursik, 2001; Rogers y Qualter, 2016). No obstante, son
escasos los trabajos realizados con la finalidad de determinar la
direccionalidad de la relación. Glicksohn
(1990) avanzó con la noción de que la creencia en lo paranormal surge, en
parte, de las experiencias personales directas. De manera consistente, Smith (2009), en un estudio de análisis
de regresión múltiple, muestra las experiencias inusuales del sujeto como el
factor más contribuyente en la explicación de la creencia en lo paranormal.
Existen estudios experimentales que aportan pistas sobre la direccionalidad de
la relación, mostrando la importancia de la creencia en lo paranormal en la
interpretación de la experiencia personal. Garrett
y Cutting (2017), en un estudio experimental con estudiantes universitarios,
observaron que las creencias paranormales preexistentes de los participantes
los llevaron a evaluar informes paranormales inventados como científicos y
creíbles. Simmonds-Moore, Rice y O'Gwin
(2017) aplicaron patrones electromagnéticos complejos débiles a nivel del
lóbulo temporal a 67 individuos con el fin de explorar los roles de la creencia
paranormal y las experiencias anómalas previas. Hubo 32 escépticos y 35
creyentes. Los participantes permanecían en una cámara de Faraday durante 30
minutos y, posteriormente, se les administró el Inventario de Fenomenología de
la Conciencia (Pekala, 1991) y fueron
entrevistados para explorar experiencias subjetivas. Los autores encontraron
que los creyentes obtuvieron puntuaciones más altas en algunas dimensiones del
cuestionario e informaron más experiencias extraordinarias que los escépticos.
Sin embargo, puede que la respuesta a esta pregunta sea más de índole cuantitativa
que cualitativa y, además, variable para cada caso particular.
Muchas de las teorías y perspectivas expuestas en la literatura
cuentan con fundamentos convincentes y/o un apoyo empírico respetable. Sin
embargo, a pesar del generoso esfuerzo realizado, la investigación sobre el
origen y mantenimiento de las creencias paranormales está aún a medio camino,
en el sentido en que no se ha conseguido elaborar un modelo comprehensivo capaz
de acomodar la diversidad de factores identificados en la literatura empírica.
Esto puede haberse debido a que las diferentes teorías se han explorado de
manera excluyente, cuando parece evidente que el desarrollo y sustento de las
creencias paranormales implica la participación de múltiples factores.
En el presente estudio se plantea si un análisis simultáneo de
las principales variables expuestas en la literatura podría proporcionar un
modelo explicativo más completo de la creencia en lo paranormal. Con este
objetivo se realizó un análisis de correlación múltiple centrado en las
principales hipótesis explicativas reflejadas en la literatura. En base a la
literatura previa, se hipotetizaron correlaciones positivas entre las cuatro
subescalas del cuestionario de necesidades (necesidad de logro, afiliación,
dominio y autonomía) y una medida de creencia en lo paranormal. De manera
similar, se esperaba observar una asociación positiva entre la creencia en lo
paranormal y la escala de esquizotipia, así como sus subescalas (experiencias
inusuales, desorganización cognitiva, anhedonia introvertida e inconformismo
impulsivo). De acuerdo con la hipótesis del déficit cognitivo, y dada la
robustez de la evidencia, se esperaba también encontrar correlaciones negativas
con todas las medidas de habilidades cognitivas, es decir, razonamiento
probabilístico, razonamiento condicional y razonamiento condicional con
contenido paranormal. También se hipotetizó una correlación negativa entre
autoestima y creencia en lo paranormal. Para estos análisis, los niveles de α
se ajustaron a .01. Este ajuste se eligió en lugar de uno más conservador para
mantener la potencia del análisis y la probabilidad de error de tipo II dentro
de límites aceptables (O’Keefe, 2003),
y se tuvo en cuenta que las variables significativas a este nivel se someterían
a un análisis adicional a través de regresión múltiple para desvelar los
mejores predictores de la creencia paranormal.
Participantes
Se utilizó una muestra de 184 sujetos. Aproximadamente un tercio
de los participantes fueron reclutados mediante el esquema de participación en
investigación de la facultad de ciencias sociales y de la salud de la
universidad. El resto fue reclutado mediante el anuncio del estudio en los
paneles de noticias del campus universitario. La muestra fue muy diversa en
cuanto a nacionalidad y cultura, y consistió en estudiantes, personal académico
y no académico y otros interesados que tomaron parte en el estudio de manera
voluntaria, con un ligero predominio de participantes anglosajones y
estudiantes de psicología. Setenta y ocho participantes fueron varones y 106
fueron mujeres, de edades comprendidas entre 18 y 52 años con una media de 23.6
y una desviación estándar de 3.7.
Diseño
Se realizó un análisis correlacional entre los rasgos individuales
y la creencia en lo paranormal, que fue completado con un análisis de regresión
múltiple con la finalidad de desvelar las mejores variables predictoras.
Materiales
Cuestionario de Evaluación de Necesidades de Heckert et al. (2000)
Este instrumento consiste en 20 afirmaciones a las que el sujeto
debe responder indicando su nivel de acuerdo o desacuerdo en una escala tipo
Likert de cinco opciones. Los ítems están divididos en cuatro subescalas: necesidad
de logro, de afiliación, de poder y de dominio. El rango de puntuaciones
posibles varía de 5 a 25 puntos para cada subescala. Puntuaciones más altas
indican una mayor necesidad en el sujeto. Estudios independientes confirman la
estructura factorial de la prueba, así como una buena fiabilidad test-retest,
entre .75 y .85, y α de Cronbach, entre .62 y .77, para las cuatro subescalas (Avci, Bozgeyikli y Kesici, 2017).
Escala de Autoestima de Rosenberg (1965)
Esta escala consiste en 10 ítems a los que el sujeto debe
responder en una plantilla tipo Likert de cuatro opciones en función de su
nivel de acuerdo o desacuerdo con las afirmaciones. Las puntuaciones de los
sujetos en esta escala pueden variar de 10 a 40 puntos. Puntuaciones más altas
reflejan mayor autoestima. La fiabilidad, la validez y la estructura factorial
del instrumento han sido corroboradas por investigaciones posteriores (Friedman y Mandel, 2012). Estudios
independientes que utilizaron una variedad de muestras mostraron coeficientes α
entre .72 y .87 (Shorkey y Whiteman, 1978;
Silber y Tippett, 1965).
Una serie de 23 tareas de razonamiento compiladas de Blackmore y Troscianko (1985). Estas
tareas están divididas en tres grupos, de razonamiento probabilístico,
condicional y condicional con contenido paranormal. Los participantes reciben
un punto por tarea correctamente completada; así, las puntuaciones varían de 0
a 23, de manera que puntuaciones más altas reflejan una mayor habilidad de
razonamiento.
Escala de Creencia Paranormal de Tobacyk Revisada (2004)
La escala consta de 26 ítems tipo Likert, organizados en cinco
subescalas (creencias religiosas tradicionales, fenómenos psíquicos,
superstición, brujería y fenómenos naturales anómalos), en los que el individuo
debe expresar su grado de acuerdo con una declaración de contenido paranormal.
Las puntuaciones de los participantes pueden variar de 1 a 26. Las puntuaciones
más altas revelan una creencia paranormal más fuerte. Este instrumento es el
más utilizado en esta área de investigación y, aunque ha habido cierto
desacuerdo sobre la naturaleza y el número de las dimensiones de las creencias
evaluadas en la versión previa del instrumento (Lawrence, 1995a, 1995b, Lawrence, Roe y Williams, 1997; Tobacyk, 1995a, Tobacyk, 1995b, Tobacyk y Thomas, 1997), esta escala
parece ser una medida conceptualmente y psicométricamente satisfactoria de las
creencias paranormales, para la cual el autor muestra datos satisfactorios de
fiabilidad, validez y estructura factorial (Tobacyk,
2004).
Escala de Esquizotipia de Mason, Claridge y Jackson (1995)
Esta escala consiste en 44 ítems divididos en cuatro subescalas:
experiencias inusuales, desorganización cognitiva, anhedonia introvertida e
inconformismo impulsivo. Las respuestas a los ítems son tipo sí/no mediante las
cuales el individuo debe expresar su acuerdo o desacuerdo con las afirmaciones.
Las puntuaciones pueden variar de 0 a 44. Mayores puntuaciones indican mayor esquizotipia.
Los autores muestran buenos datos de fiabilidad (coeficientes α de .80, .77,
.62 y .63, respectivamente para cada una de las subscalas) y validez (.94, .93,
.91, .90, respectivamente) en un estudio posterior a la publicación del
instrumento (Mason, Linney y Claridge,
2005).
Además, se incluyó una pregunta en la que los participantes
debían responder si habían tenido “alguna experiencia extraordinaria, a lo
largo de su vida, la cual no podría ser explicada en base al conocimiento
científico actual”. Los participantes respondían sí o no a esta pregunta y
recibían un puntaje de 1 o 0.
Procedimiento
El estudio se anunció mediante un poster tamaño A4 en los
tablones de diferentes facultades y edificios concurridos de la universidad. Se
especificó que el estudio estaba abierto a sujetos de cualquier edad, tanto
estudiantes como personal universitario y otras personas interesadas. Cuando
los participantes se contactaban con el investigador se les daba una breve
explicación del procedimiento y se les citaba para la evaluación psicométrica,
que se realizaba en pequeños grupos, de 4 a 6 personas, en un laboratorio de la
facultad. Esto facilitó que se devolviesen todos los cuestionarios completos,
ya que los participantes tuvieron la oportunidad, in situ, de consultar al
investigador ante cualquier duda surgida. El estudio cumple con la legislación
nacional e internacional y recibió aprobación del comité de ética de la
Universidad de Greenwich previo a su puesta en marcha. Todos los participantes
recibieron un formulario de consentimiento informado y compromiso de
confidencialidad que devolvieron firmado al investigador y conservaron una
copia.
Resultados
La puntuación media de los sujetos en la escala de creencia en
lo paranormal de Tobacyk fue 17.7, con una desviación estándar de 4.6. Un 71 %
de la muestra señaló creencias religiosas tradicionales, un 34 % expresó creer
en fenómenos psíquicos tales como la percepción extrasensorial o la
psicokinesis, un 31 % en la superstición, un 23 % en la brujería y un 39 % en
fenómenos naturales anómalos como la astrología o formas de vida
extraordinarias. Un 84 % de los sujetos respondió de manera positiva a, al
menos, uno de los 26 ítems de creencias paranormales evaluados en la escala, en
contraste con el 50 % estimado en investigaciones anteriores (Irwin, 2009). Sin embargo, este alto
porcentaje se debe principalmente a las respuestas positivas de los
participantes a los ítems sobre creencias religiosas tradicionales. Cuando esta
subescala se elimina del análisis, la cifra disminuye a 59 %. De manera
similar, un 43.8 % de los participantes declaró haber vivido al menos una
experiencia extraordinaria a lo largo de su vida que no podría ser explicada en
base al conocimiento científico actual, una cifra cercana al 37 % observado por
Castro et al. (2014).
En la Tabla 1 se muestran las medias,
desviaciones típicas y correlaciones de los rasgos individuales con la creencia
en lo paranormal. La puntuación media de los sujetos en la escala de
necesidades de Heckert fue de 73.1 con una desviación estándar de 11.8, y
fueron las subescalas de necesidad de logro y necesidad de afiliación las que
registraron las puntuaciones más altas, con medias de 19.6 (3.4) y 20 (3.7)
respectivamente. En la escala de razonamiento los sujetos obtuvieron una media
de 17.7 puntos con una desviación estándar de 3.5. En la escala de esquizotipia,
los sujetos mostraron una media de 12.8 (4.1); fue en la subescala de
experiencias inusuales que la muestra puntuó más alto con una media de 4.6
(2.2). La puntuación media en la escala de autoestima de Rosenberg fue de 33.3
(4.8).
Seis variables correlacionaron significativamente con la
creencia en lo paranormal a un nivel de significación de α = .01. Las
puntuaciones totales de los individuos en la escala de esquizotipia y dos de
sus subscalas (experiencias inusuales y anhedonia introvertida), así como la
vivencia de experiencias extraordinarias subjetivas y la necesidad de
afiliación, tal y como se hipotetizó, mostraron una asociación positiva con la
creencia en lo paranormal (rxy = .23, p < .001; rxy =
.37, p < .001, rxy = .28, p < .001, rxy = .35, p
< .001, rxy = .21 y p = .002, respectivamente). Sin embargo, al
contrario de lo esperado, las puntuaciones de los sujetos en las tareas de
razonamiento condicional con contenido paranormal mostraron una correlación
positiva significativa con las puntuaciones en la escala de creencias
paranormales (rxy = .23, p = .001).
Tabla 1
Variable |
M (DE) |
r(p) |
Cuestionario de evaluación de necesidades |
||
Necesidad de logro |
19.6 (3.4) |
.15* (.02) |
Necesidad de afiliación |
20 (3.7) |
.21** (.002) |
Necesidad de autonomía |
17.2 (3.6) |
-.12 (.05) |
Necesidad de dominio |
16.3 (3.2) |
.06 (.18) |
Total |
73.1 (11.8) |
.14* (.03) |
Cuestionario de razonamiento |
||
Razonamiento probabilístico |
5.7 (1.6) |
-.11 (.06) |
Razonamiento condicional |
5.9 (1.7) |
.001 (.49) |
Razonamiento condicional (contenido
paranormal) |
6.1 (1.7) |
.23** (.001) |
Total |
17.7 (3.5) |
.12 (.05) |
Escala de esquizotipia |
||
Experiencias inusuales |
4.6 (2.2) |
.37** (.000) |
Anhedonia introvertida |
3.3 (1.4) |
.28** (.000) |
Desorganización cognitiva |
2.7 (1) |
.12 (.05) |
Inconformismo impulsivo |
2.2 (.6) |
.11 (.06) |
Total |
12.8 (4.1) |
.23** (.000) |
Otras variables |
||
Experiencias extraordinarias subjetivas |
.43 (.49) |
.35** (.000) |
Autoestima |
33.3 (4.8) |
-.05 (.24) |
* p < 05** p < .01
Se llevó a cabo un análisis de regresión múltiple con las
variables que mostraron un valor de . < .05. Este filtro se usó para
mantener la relación caso a variable dentro de niveles aceptables (Tabachnick y Fidell, 2013). El análisis
reveló una solución de 5 variables tal y como se muestra a continuación.
CP = 3.50 EES + 2.23 EIE – .93 NAu + .85 NLo + 1.38 AI + 29.83 +
ε
En la ecuación, CP es creencia en lo paranormal y EES, EIE, NAu,
NLo y AI son experiencias extraordinarias subjetivas, experiencias inusuales
esquizotípicas, necesidad de autonomía, necesidad de logro y anhedonia
introvertida de la escala de esquizotipia, que contribuyen respectivamente con coeficientes
de 3.50, 2.23, 1.38, -.93, y .85 en la ecuación. Las variables en el modelo
explican el 27 % de la varianza de la creencia en lo paranormal, indicado por
un .. ajustado de .27. A nivel más comparativo, la forma de la ecuación
estandarizada quedaría del modo siguiente:
CP = .3 EES + .23 EIE – .24 NAu + .22 NLo + .13 AI + ε
Esta ecuación revela cómo las experiencias extraordinarias
subjetivas son la variable que contribuye en mayor proporción a la explicación
de la creencia paranormal. También se aprecia una contribución significativa de
dos escalas del cuestionario de esquizotipia (EIE y AI) así como otras dos (NAu
y NLo) del cuestionario de evaluación de necesidades.
Discusión
Los resultados de este estudio son, en su mayor parte,
consistentes con la literatura previa. La creencia en lo paranormal resultó
altamente prevalente en la muestra analizada, aunque las cifras obtenidas son
comparables a las observadas en previos escrutinios como la reciente encuesta
llevada a cabo en la Universidad de Chapman (Bader,
Day y Gordon, 2017). Los participantes mostraron creencias paranormales en
las cinco subescalas del cuestionario de Tobacyk, con un destacado 71 % de
participantes que reportaron creencias religiosas tradicionales, en comparación
con el 34, 31, 23 y el 39 % de los creyentes en fenómenos psíquicos,
supersticiones, brujería y fenómenos naturales anómalos, respectivamente. Esta
notable diferencia podría explicarse por las connotaciones negativas de la
creencia paranormal, frecuentemente asociada a trastornos mentales,
deficiencias cognitivas, etcétera. La creencia en lo paranormal parece más
aceptable cuando se sostiene en el marco de una doctrina religiosa. Por otro
lado, el porcentaje de sujetos que declaró haber vivido una experiencia
paranormal subjetiva fue también superior al informado en la literatura. Esto
pudo deberse a que los sujetos acudieron al estudio de manera voluntaria y por
interés propio, lo que pudo ocasionar que el porcentaje de creyentes y personas
que han vivido experiencias subjetivas extraordinarias en la muestra evaluada
pudo haber sido mayor que el existente en la población general.
La correlación positiva encontrada entre las subescalas del
cuestionario de necesidades de Heckert y la creencia en lo paranormal es
consistente con la hipótesis de Russell y
Jones (1980) de que las creencias paranormales pueden servir al individuo
para compensar ciertas necesidades psicológicas básicas. Tal y como se
esperaba, dos rasgos esquizotípicos (experiencias inusuales y anhedonia)
mostraron una asociación positiva con la creencia paranormal, contribuyendo
significativamente a su explicación en el análisis de regresión. Este hallazgo,
de acuerdo con la literatura anterior, sugiere que la creencia paranormal puede
desarrollarse en el marco de una condición premórbida. Aun así, cabe resaltar
la necesidad de resolver la cuestión de causalidad. Dependiendo del caso, el
desarrollo de una condición mórbida o premórbida puede llevar a creer en lo
paranormal, pero también podría ocurrir que las creencias paranormales
predispongan al individuo hacia la morbilidad. Además, existen cuestiones
conceptuales y psicométricas que deben abordarse, ya que el concepto de
esquizotipia incluye creencias inusuales y, por lo tanto, las escalas para
evaluar el constructo también lo hacen. Este hecho podría explicar la
asociación entre estos dos constructos reflejada en la literatura.
Al contrario de como se esperaba, se observó una correlación
positiva significativa con los resultados de las tareas de razonamiento
condicional en tareas de contenido paranormal, lo cual es inconsistente con la
sugerencia de Wierzbiki (1985) de que
la creencia paranormal puede resultar de un déficit en la capacidad de
razonamiento condicional. Aunque los hallazgos de un solo estudio no son
suficientes para cuestionar el sólido cuerpo de evidencia que apoya la
hipótesis del déficit cognitivo, estos pueden ser relevantes, ya que podrían
estar reflejando un efecto por el cual los creyentes paranormales, conscientes
de su presunta disfuncionalidad cognitiva, realizaron un mayor esfuerzo en las
tareas cognitivas para probar sus habilidades de pensamiento. Es de destacar
que este grupo de sujetos no sobresalió en la prueba paralela de razonamiento
condicional sin contenido paranormal.
El análisis de regresión reveló una solución de cinco variables
representativas de diferentes perspectivas en la literatura. Aunque este
hallazgo es consistente con una concepción multicausal de la creencia
paranormal, esta ecuación no pretende ser una receta universal. De hecho, la
complejidad del fenómeno es tal, que los factores responsables de la formación
y el mantenimiento de la creencia paranormal pueden ser diferentes de un caso a
otro. Aun así, cabe señalar que la variable que contribuye en mayor medida en
la ecuación derivada del análisis de regresión es la vivencia subjetiva de
experiencias extraordinarias. No obstante, queda la duda de si estas
experiencias dan lugar al desarrollo de una creencia en lo paranormal o si una
creencia previa lleva al sujeto a interpretar como extraordinario aquello que
no lo es. Quizá las creencias paranormales se desarrollen en base a una
diversidad de factores como los tratados en este estudio y, conforme estas van
surgiendo, aparezca una interacción recíproca entre experiencia y creencia que
contribuya a su acomodación definitiva en la psicología del sujeto.
La identificación y la exploración de factores contribuyentes al
desarrollo y mantenimiento de la creencia paranormal han sido muy fructíferas
en las últimas décadas. Además, las hipótesis explicativas planteadas por los
investigadores no parecen ser mutuamente excluyentes, por lo que la
consideración simultánea de estas podría resultar un enfoque acertado en
futuros estudios. El desarrollo del área se encuentra en un momento en el que
la elaboración de un modelo explicativo, que contemple tanto la multicausalidad
como la multidimensionalidad del fenómeno, podría proporcionar un salto
cualitativo. Es decir, un modelo que tenga en cuenta que la creencia en lo
paranormal puede aparecer como el resultado de la acción e interacción de una
diversidad de variables, y que esta puede ser conceptualizada y examinada en
base a diferentes factores constituyentes. También resultaría interesante
atender en mayor medida las implicaciones prácticas de creer en lo paranormal,
ya que no es lo mismo que el individuo sustente creencias paranormales como
parte de una doctrina religiosa moderada, por estar familiarizado con la
investigación en parapsicología o como parte de una psicopatología. De la misma
manera, no es lo mismo creer en lo paranormal sin más implicaciones que el placer
de leer y compartir un interés con los amigos de manera sana, que poner las
decisiones importantes de nuestra vida y la salud en manos de adivinos,
espiritistas, curanderos y demás. Quizás futuros estudios puedan analizar el
fenómeno en mayor profundidad, teniendo en cuenta su aparente multicausalidad y
su multidimensionalidad y así trazar líneas nítidas entre salud y morbilidad de
un elemento cognitivo, según las encuestas, presente en más de un tercio de la
población.
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