INTERDISCIPLINARIA, 2018, 35, 2, 511-525
Ahorro, consumo y endeudamiento en titulados
Actitud hacia el consumo, ahorro y endeudamiento en titulados de una universidad pública del sur de Chile*
Attitudes toward purchase, saving and indebtedness in university
graduates from a public university of southern Chile
María Pía Godoy**, José Sepúlveda***, Lorena Araneda****, Rubén Canario*****, Javier Fonseca****** y Carlos Sáez*******
*Esta
investigación está adscrita al proyecto de investigación DIUFRO DI13-0034
**Magister en Psicología. Académico del Departamento de Psicología e
investigador del Núcleo Científico y Tecnológico en Ciencias Sociales y
Humanidades de la Universidad de La Frontera. E-mail: mariapia.godoy@ufrontera.cl
***Magister en Psicología. Académico del Departamento de Psicología e
investigador del Núcleo Científico y Tecnológico en Ciencias Sociales y
Humanidades de la Universidad de La Frontera.
****Licenciada en Psicología. Estudiante de la Carrera de Psicología de la
Universidad de La Frontera.
*****Licenciado en Psicología. Estudiante de la Carrera de Psicología de la
Universidad de La Frontera.
******Licenciado en Psicología. Estudiante de la Carrera de Psicología de la
Universidad de La Frontera.
*******Licenciado en Psicología. Estudiante de la Carrera de Psicología de la
Universidad de La Frontera.
Universidad de la Frontera (UFRO). Temuco, Chile.
Resumen
La presente investigación tiene por objeto comparar las actitudes hacia el ahorro, consumo y endeudamiento en titulados de una universidad pública del sur de Chile, a partir de su género, nivel socioeconómico y facultad de procedencia. Cuenta con un diseño cuantitativo, no experimental, ex post facto, de alcance descriptivo-correlacional y de tipo transversal. Se administraron la Escala de Actitudes hacia el Endeudamiento, la Escala de Actitudes hacia el Ahorro, la Escala de Actitudes hacia la Compra y la Escala de Evaluación del Nivel Socioeconómico ESOMAR. Además, se aplicó un cuestionario de preguntas de clasificación sociodemográfica, que fue respondido por 120 titulados universitarios de una universidad pública del sur de Chile contactados mediante el método bola de nieve. Se realizaron análisis descriptivos, pruebas de comparación de medias y medianas para dos muestras independientes para las comparaciones según género, nivel socioeconómico y facultad de procedencia (pruebas tpara muestras independientes y pruebas U de Mann-Whitney),y pruebas de correlación r de Pearson para identificar posibles asociaciones entre las distintas escalas y subescalas. Los resultados permiten concluir un perfil esperable en cuanto a actitudes hacia el ahorro, endeudamiento y la compra, en titulados universitarios. En relación a las comparaciones, si bien se encontraron algunas diferencias significativas en cuanto a género y nivel socioeconómico de los participantes, resultaron más bien bajas. Finalmente, se hallaron asociaciones entre actitudes hacia el ahorro con austeridad y con racionalidad en la compra. También se encontraron asociaciones entre compulsividad en la compra con austeridad (inversamente) y con impulsividad en la compra, lo que apunta a una coherencia teórica de los constructos y sus dimensiones. Limitaciones del estudio incluyen el uso de medidas de autorreporte, lo que restringe la extrapolación de resultados a contextos fuera del presente estudio. Otra limitación corresponde al método de muestreo utilizado (bola de nieve) y tamaño muestral, lo que no permitiría generalizar los resultados a la población. A partir de los hallazgos y limitaciones, se realizan sugerencias para futuras investigaciones en alfabetización económica.
Palabras clave: Actitudes; Ahorro; Consumo; Compra; Endeudamiento; Titulados universitarios.
Abstract
Since the decade of 1970 onward in Chile,there
has been a substantial change in terms of economic behaviour,
which stems mainly from the installation of a neoliberal socioeconomic model.
The profound consequences of this change for the Chilean society can be seen to
this day, 40 years later, and these consequences include: broader access to
goods and services for segments of the population that were previously excluded
and/or that were a privilege of the economic elites; the assignation of new
meanings to the concepts of purchase; and saving and indebtedness. These are
all key concepts for the development and comprehension the neoliberal model.
Complementary, the study of university graduates’ behaviour
is especially relevant in this area, considering that higher education is often
thought to play a substantial role in social mobility. In the Chilean context,
the transformations of the educational system have favoured
the expansion of the admission numbers up to the point that seven of ten
Chileans that pursue a graduate degree are the first members of their family to
reach this educational level.
Considering the above, the present study aims to compare attitudes towards purchase,
saving and indebtedness in graduates from a university in southern Chile, by
gender, socioeconomic level and faculty.
The study follows a quantitative, cross-sectional, non-experimental,
ex-post-facto design, with a descriptive-correlational scope. A questionnaire
was completed by 120 participants contacted via snowball method. The
questionnaire included: the Attitudes toward Indebtedness Scale; Attitudes
toward Saving Scale; and Attitudes toward Purchase Scale, a scale that
evaluates the participants’ socioeconomic level and other sociodemographic
information to help describe the sample. Descriptive analyses were carried out,
along with mean and median comparisons for gender, socioeconomic level and
faculty (t tests for independent samples and Mann-Whitney U tests). Finally,
correlation tests with Pearson’s r test were carried out to test associations
between the scales and subscales.
Results showed a profile that is desirable in university graduates in terms of
attitudes towards saving, indebtedness and purchase, that is: favourable attitudes toward saving, austerity (a subscale
of attitudes toward indebtedness) and rationality (a subscale of attitudes
toward purchase), as well as negative attitudes toward hedonism (a subscale of
attitudes toward indebtedness), and compulsivity and impulsivity (subscales of
attitudes toward purchase). In terms of comparison, differences were found when
comparing participants by gender in terms of attitudes toward compulsivity, and
by their socioeconomic level by attitudes toward austerity in the indebtedness.
Both these differences, although significant, were low when considering their
effect size. No differences were found when comparing the faculty to which
participants belonged in terms of attitudes toward saving, indebtedness and
purchase. Finally, results showed associations between attitudes toward saving
and austerity and with rationality, and between compulsivity and austerity
(inversely) and with impulsivity. These results highlight the need to
strengthen the attitudinal aspect in higher education environments where
economic literacy is carried out, aiming to prepare students for their
insertion into the workforce and their role as active citizens.
Limitations of this study include the subjective self-report measurements used,
which are susceptible to the effect of social desirability. This limitation
hinders the extrapolation of the results in terms of attitudes into actual behaviour in the real world. Another limitation comes from
the sampling method used (snowball) and sample size, which does not allow to
generalize the results to the population. Drawing from both findings and
limitations, suggestions for future research in the subject of economic
literacy and related issues are outlined.
Key words:
Attitudes; Saving; Consumption; Purchase; Indebtedness; University graduates.
Introducción
En Chile existe un antes y un
después en el comportamiento económico y social a partir de la década del 70
(Carrillo, 2010). De acuerdo con Tironi (1999), este
cambio se debería, en gran medida, a la instalación del modelo económico
neoliberal que produjo profundos cambios en la sociedad chilena, como la
ampliación en el acceso a bienes y servicios a gran parte de la población que
hasta ese momento estaban vedados o eran privilegio de las elites económicas.
En palabras de Ortiz (2002), este nuevo modelo trajo consigo una oportunidad de
consumo nunca antes observada, tanto por los civiles como por las autoridades
de la época.
Un análisis más profundo de la instalación del modelo económico neoliberal en
Chile permite esclarecer los cambios sociales asociados a dicho fenómeno cuyas
consecuencias, incluso 40 años después de iniciado dicho proceso, se viven en
el día a día. De acuerdo con Denegri y Martínez (2004), una de las
consecuencias de la instalación de este nuevo modelo económico es la ampliación
del significado de las prácticas de consumo, ahorro y endeudamiento, desde una
forma de satisfacer necesidades básicas a su instauración como articuladores de
significaciones culturales y sociales, reguladores de emociones y formas de
construir estatus en un entorno crecientemente cambiante.
De manera similar, Lipovetsky (2002) afirma que de la mano del modelo económico
neoliberal, se ha instaurado una nueva era del consumo que involucra
transformaciones en la sociedad actual, en cuanto a la vida personal y familiar
como en los procesos de socialización y educación de los nuevos miembros de la
sociedad. Esta era del consumo se caracteriza por la generación y difusión de
una cultura sustentada en las necesidades e informaciones, modificando lo
estable y cotidiano, permitiendo la expansión de valores hedonistas y relegando
conductas económicas predominantemente austeras. Como cualquier cambio cultural,
esto implicaría cambios en el modo de relacionarse con el entorno, con los
otros y con uno mismo, aceptando el nuevo paradigma como parte inherente de la
vida de las personas.
En este contexto, resulta relevante explorar las actitudes que personas inmersas
en este modelo económico sostienen en cuanto a ahorro, compra, consumo y
endeudamiento, conceptos clave para la correcta administración de recursos
personales y la disminución del riesgo en operaciones financieras.
Consumo, ahorro y endeudamiento
Existen tres conceptos clave
para la instauración y comprensión del modelo neoliberal: ahorro, compra o
consumo y endeudamiento. Dichos conceptos son clave pues se refieren a la
administración de los recursos que permiten a los sujetos acceder a bienes y servicios.
El consumo y/o compra estaría referido a la adquisición y uso de bienes y/o
servicios a cambio de recursos; complementariamente, el ahorro permite la
acumulación de recursos, ya sea con fines específicos o para eventualidades,
haciendo referencia a una preparación para el futuro (cierto o incierto),
mientras que el endeudamiento hace referencia al uso de recursos en nombre de
otra persona o institución, usualmente con el fin de adquirir bienes o
servicios. El estudio de estos conceptos resulta relevante por cuanto permite
describir el comportamiento de los sujetos en este ecosistema neoliberal.
Catalán (2010) señala que el consumo coordina y posee un rol trascendental en
la reproducción sistémica, en la integración, estratificación social, formación
y construcción de las identidades, así como en la selección y consecución de
prácticas socialmente relevantes. La prevalencia de la socialización de los
jóvenes por medio del ambiente externo a cambio del tradicional familiar,
ocurre por medio de nuevas formas de interacción social donde la publicidad, la
moda, la constante generalización de la educación, el impacto de los medios de
comunicación de masas media y el aumento del capital adquisitivo, alcanzan
especial importancia en sus concepciones y proyectos de vida.
De esta forma, el consumo en la sociedad chilena adquiere una gran relevancia
en las formas de vida como en el desarrollo social de la juventud y se expresa
en el incremento de las deudas de los jóvenes en los últimos años (INJUV, 2003,
2007, 2009). Una posible explicación para esta tendencia es el vínculo
percibido entre éxito personal y profesional con el acceso a bienes y servicios
por medio del consumo (Duarte, 2009). En esta propuesta, el consumo de bienes y
servicios serían percibidos como indicadores de logro y realización de cada
persona, lo que explicaría en parte la instauración de la era del consumo
propuesta por Lipovetsky (2002).
En cuanto al ahorro, existe cierta indefinición teórica sobre cuál es la
conducta que se podría esperar a lo largo de la vida. Una posible
caracterización de dicho modelo es la Teoría del Ciclo Vital propuesta por
Modigliani (1966, 1986), la cual presupone un nivel preferido o deseado de
gasto, que es estable en el tiempo, y para una renta real del trabajo
igualmente estable a lo largo del período de actividad laboral. Bajo estos
supuestos, los hogares ahorrarían al inicio y mitad de la vida laboral, con
objeto de acumular riqueza que sería utilizada en la etapa de retiro cuando la
renta laboral es nula. Bajo este modelo, sería esperable que las personas
jóvenes realicen un esfuerzo de acumulación de activos, mientras que los
retirados actuarían en sentido contrario.
En cuanto al endeudamiento, si bien la flexibilización del concepto y actitudes
hacia el endeudamiento ha permitido un mayor consumo y desarrollo económico, al
mismo tiempo ha aumentado el riesgo de las operaciones financieras
especialmente en las poblaciones más vulnerables como son los sectores de
menores ingresos y particularmente la población joven, donde se observan
comportamientos más consumistas (Denegri, Iturra, Palavecinos
& Ripoll, 1999; McElprang, Haskell & Jenkins,
2009; Vidal, 1997). En la juventud, y producto de la necesidad de consolidación
de la identidad, el consumo se convierte en una vía de acceso a un conjunto de
símbolos y signos que favorecen la autorrealización y posibilitan la
incorporación a una comunidad de iguales y por lo tanto, participa fuertemente
de los procesos de construcción de identidad (PNUD/INJUV, 2003). De esta forma,
el endeudamiento se ha convertido en un fenómeno de amplia aceptación social,
donde los nuevos formatos que ha adquirido el dinero, unidos a nuevos patrones
de consumo, han llevado incluso a proponer la existencia de una cultura del
endeudamiento (Lea, Webley & Levine, 1993).
Una forma de abordar el estudio del consumo, ahorro y endeudamiento es a través
de las actitudes. De acuerdo a lo planteado por Luna-Arocas (1998), las
actitudes serían un factor relevante en el complejo proceso del acceso al
consumo por medio del endeudamiento y estarían relacionadas con las
características personales del consumidor, incluyendo el manejo del dinero y su
relación con el tipo de decisiones del consumidor frente a la compra. Las
actitudes personales hacia la deuda establecerían lo que se denomina propensión
a la deuda, lo cual antecede a la conducta real de deuda. En este plano se
describen dos estilos actitudinales hacia el endeudamiento, uno caracterizado
por una actitud más bien austera, marcada por el ahorro y, por otro lado, un
estilo actitudinal marcadamente hedonista, en el que predominan actitudes
positivas hacia el uso del crédito y el endeudamiento (Denegri, 1998).
En resumen, resulta interesante explorar las actitudes hacia el consumo, ahorro
y endeudamiento, considerando el impacto que podrían tener en la comprensión
del mundo económico que rodea y del que son parte las personas.
Profesionales universitarios y consumo
El estudio de la población
universitaria resulta especialmente relevante teniendo encuenta
que la educación superior es considerada un factor sustancial en la generación
de movilidad social (Espinoza & González, 2010). En el caso de Chile, las
transformaciones del sistema de educación superior han favorecido su expansión
a tal punto que siete de cada diez jóvenes que estudian una carrera
universitaria provienen de familias en las cuales ninguno de sus miembros tuvo
esa oportunidad (Armanet, 2005) y el 80% de los
estudiantes de educación superior ha logrado superar el nivel educacional conseguido
por sus padres (Meneses, Rolando, Valenzuela & Vega, 2010).
En la investigación del ahorro, consumo y endeudamiento en población
universitaria, estudios previos en estudiantes universitarios chilenos
evidencian una compleja relación entre la comprensión de la economía a nivel
conceptual y la instalación de competencias para un comportamiento económico
eficiente (Ayllón, Vallejos & Yánez, 1999; Baeza, Durán & Vargas, 1999;
Medina, Méndez, Pérez & Quezada, 1999). Ello indica que la educación económica
conceptual resulta insuficiente por sí misma para modelar hábitos y actitudes
hacia el consumo (Denegri, Gempp, Del Valle, Etchebarne & González, 2006).
En este mismo sentido, datos de la VI Encuesta Nacional de la Juventud (INJUV,
2009) revelan que los jóvenes chilenos presentan un importante nivel de
endeudamiento, presentando los mayores índices jóvenes pertenecientes a niveles
socioeconómicos medios. Un ejemplo claro es que en los jóvenes que declaran
ingresos propios, en los niveles de endeudamiento alcanzan niveles
preocupantes, debido a los elevados montos promedio de lo adeudado. Asimismo,
su participación en el mercado se ha construido en base al endeudamiento, de
modo que jóvenes con ingresos propios de sectores más pobres muestran magnitudes
de deuda en algunos puntos comparables con los de grupos más ricos, siendo que
éstos disponen de mayores recursos para cubrir esas deudas. Es importante
señalar, dentro de esta misma línea argumentativa, que jóvenes titulados
universitarios se encuentran endeudados no solo por sus necesidades diarias,
sino también por el gasto en su educación. Estadísticamente, el número de
deudores y el monto aumentan considerablemente cada año; mientras que en el
2009 había 292.000 deudores con una suma de 901 millones de pesos, al 2013 el
número de deudores ascendió a 481.000 y la deuda alcanzó los 1.820 millones de
pesos (Toro, 2014).
Otro aspecto importante a considerar son los antecedentes expuestos por López y
Schneider (2007) sobre los niveles de endeudamiento en estudiantes de la
Universidad de la Frontera, evidenciando que un 52.2% de los participantes
utilizaban medios de pago distintos al efectivo, como tarjetas de crédito de
casas comerciales (79.5%) y que 4 de cada 10 jóvenes de la muestra estaba
endeudado, de los cuales las mujeres se encontraban levemente más endeudadas
(50.3%). Los resultados generales indicaron un 47.5% de endeudamiento, lo que
constituye una cifra superior a la informada por el estudio del INJUV para el
mismo año.
Siempre en el estudio de jóvenes estudiantes y titulados universitarios, la
variable género debe ser tomada en consideración, pues antecedentes teóricos la
vinculan a valores asociados al consumo (Borrás, 2007). Esta asociación apunta
al imaginario social que la racionalidad a la hora de comprar es patrimonio
casi exclusivo de los hombres. Asímismo, López y
Schneider (2007) en un estudio realizado en la Universidad de La Frontera,
señalan que las mujeres poseen un endeudamiento levemente mayor por sobre el de
los hombres.
Otra variable a considerar en el estudio de actitudes hacia el ahorro, compra y
endeudamiento en jóvenes estudiantes y titulados universitarios es el nivel
socioeconómico. Diversos autores plantean la existencia de prácticas
transversales como el consumo reflexivo y el uso de tarjeta de crédito como
método principal de endeudamiento (Ariztía, Melero & Montero, 2010;
Denegri, Cabezas, del Valle, González & Sepúlveda, 2012); sin embargo, se
ha descrito que en los niveles socioeconómicos altos existen mayores índices de
ahorro, asociados justamente al ingreso real per cápita (Loayza, Schmidt-Hebbel & Servén, 2001), lo
que apoyaría lo reportado por Denegri et al. (2012), quienes indican que el
tipo de deuda y el nivel de endeudamiento en estudiantes universitarios difieren
significativamente según el nivel socioeconómico.
En cuanto a la formación académica asociada al comportamiento económico, es
importante señalar que algunas carreras ligadas a los ámbitos de la economía,
negocios o administración pueden entregar ciertas herramientas para
desenvolverse con ventaja en estos ámbitos como lo demuestran estudios en
Israel y Uruguay (Caffera, Zipitría
& Arboleya, 2011); sin embargo, en un estudio
realizado con jóvenes universitarios chilenos (Medina et al., 1999) señala que
no habría diferencias significativas en las actitudes hacia el endeudamiento ni
en función de la facultad a la que pertenecían ni del género de los
participantes. De manera similar, un estudio con universitarios colombianos
(Amar, Abello, Denegri, & Llanos, 2007) no se encontraron diferencias
significativas entre variables como valor y circulación del dinero, emisión y
acuñación monetaria respecto al programa deformación
académica de distintos estudiantes de carreras de Derecho, Psicología e
Ingeniería.
En consideración de lo expuesto, resulta relevante explorar las actitudes que
personas inmersas en un modelo económico neoliberal sostienen en cuanto a
ahorro, compra, consumo y endeudamiento, especialmente en el grupo de titulados
de educación superior.
Pregunta, objetivos de investigación e hipótesis
Considerando los antecedentes empíricos expuestos, el objetivo de la presente investigación fue comparar las actitudes hacia el ahorro, el consumo y el endeudamiento en titulados de una universidad pública del sur de Chile, a partir de su género, nivel socioeconómico y facultad de procedencia. Para ello, se buscó responder la siguiente pregunta de investigación: ¿Existen diferencias en cuanto a las actitudes hacia el ahorro, consumo y endeudamiento en titulados de una universidad pública del sur de Chile, a partir de su género, nivel socioeconómico y facultad de procedencia? Para responder a la pregunta de investigación se plantea como objetivos específicos: (1) caracterizar las actitudes hacia el ahorro, consumo y endeudamiento de los participantes; (2) identificar si existen diferencias significativas entre las actitudes hacia el ahorro, consumo y endeudamiento a partir de su género, nivel socioeconómico y facultad de procedencia; (3) caracterizar las relaciones entre actitudes hacia el consumo, ahorro y endeudamiento de los participantes.
Método
Diseño y procedimiento
El presente estudio contó con un diseño cuantitativo, no experimental, ex post facto, de alcance descriptivo-correlacional y de tipo transversal (Hernández, Fernández & Baptista, 2010). Los participantes fueron contactados mediante el método bola de nieve, invitándolos a responder una serie de instrumentos online, y en los casos en que los participantes lo solicitaron, se les hizo llegar una versión impresa. En ambos casos, se les enviaba el formulario de consentimiento informado donde se señalaba la voluntariedad de su participación y el anonimato y confidencialidad de la información provista. El estudio no contempló gratificación material o económica. La recogida de datos se llevó a cabo en un período de 6 meses.
Participantes
En el presente estudio se utilizó un muestreo no probabilístico mediante el método bola de nieve1, alcanzando un total de 120 participantes (hombres: 46.7%; mujeres: 53.3%) titulados de una universidad pública del sur de Chile en los últimos 7 años. En razón de la facultad de la que egresaron, se distribuyeron de la siguiente forma: 72 de la Facultad de Educación, Ciencias Sociales y Humanidades (60%); 13 de la Facultad de Ciencias Agropecuarias y Forestales (10.8%); 22 de la Facultad de Ingeniería, Ciencias y Administración (18.3%) y 13 de la Facultad de Medicina (10.8%), siendo las últimas tres reagrupadas en una sola categoría con el fin de crear dos grupos de comparación más o menos equivalentes. En cuanto a nivel socioeconómico, 57 participantes pertenecían al nivel socioeconómico alto (47.5%) y 63 al nivel socioeconómico medio (52.5%). La edad promedio de los participantes era 27.1 años (DE = 3.4).
Instrumentos
Los instrumentos administrados
fueron la Escala de Actitudes hacia el Ahorro, la Escala de Actitudes hacia el
Endeudamiento y la Escala de Actitudes hacia la Compra. Se incluyeron además
preguntas de clasificación sociodemográfica y la Escala de Evaluación del Nivel
Socioeconómico ESOMAR (ADIMARK, 2000). Estos instrumentos fueron seleccionados
por su amplio uso en investigaciones previas en población chilena, arrojando en
distintas oportunidades niveles aceptables de confiabilidad y validez (e.g. Denegri et al., 1999; Otto & Webley, 2009;
Luna-Arocas & Fierres, 1998).
La Escala de Actitudes hacia el Ahorro (Otto & Webley, 2009) permite
evaluar las actitudes hacia el ahorro a partir de 30 ítems, midiendo las
tendencias actitudinales hacia el ahorro y tres aspectos del ahorro: el ahorro
como algo necesario, el ahorro como algo positivo y el ahorro como algo difícil
de conseguir. La presente investigación utilizó una versión abreviada de 15
ítems en formato Likert que va desde 1 (completamente en desacuerdo) hasta 6
(completamente de acuerdo). Los índices de confiabilidad α para esta escala en
estudios previos fueron entre .66 y .78, según lo reportado por Otto y Webley
(2009), mientras que en el estudio que se informa, el índice de confiabilidad α
fue .75.
La Escala de Actitudes hacia el Endeudamiento (Denegri et al., 1999) permite
evaluar la actitud de las personas frente a las deudas que posee como
individuo. Contiene dos subescalas: una mide estilo actitudinal austero
(propensión hacia el uso cauto del dinero, orientación hacia el ahorro y
evitación del crédito) y otra mide estilo actitudinal hedonista (tendencia
hacia uso del dinero como medio para el logro de satisfacciones, orientación
hacia el uso de crédito y al endeudamiento). La escala total consta de 11
ítems, 7 corresponden a la subescala de austeridad y 4 a la de hedonismo, en
formato de respuesta tipo Likert que va desde 1 (completamente en desacuerdo)
hasta 6 (completamente de acuerdo). Estudios previos (CEPEC & CDS, 2012)
reportan índices aceptables de confiabilidad para las subescalas de austeridad
y hedonismo (α = .89 y α = .57, respectivamente). En la presente investigación,
los índices resultaron levemente más bajos, aunque aún dentro del rango
aceptable (α = .75 para austeridad y α = .65 para hedonismo).
La Escala de Actitudes hacia la Compra (Luna-Arocas & Fierres, 1998) está
compuesta por tres subescalas que evalúan creencias y estilos de consumo y
actitud hacia la compra: racionalidad, compulsividad e impulsividad en la
compra. La escala consta de 18 ítems de los cuales 4 corresponden a la
subescala de racionalidad, 7 a la de compulsividad y 7 a la de impulsividad en
la compra. Los ítems siguen un formato de respuesta tipo likertque
va desde 1 (completamente en desacuerdo) hasta 6 (completamente de acuerdo).
Estudios previos reportan coeficientes de confiabilidad adecuados: .83 para
racionalidad, .91 para compulsividad y .79 para impulsividad en la compra
(CEPEC & CDS, 2012). En la presente investigación se obtuvieron
coeficientes similares: .83 para racionalidad, .92 para compulsividad y .82
para impulsividad en la compra.
Plan de análisis
En primera instancia se realizaron análisis descriptivos con el fin de caracterizar la muestra en cuanto a variables sociodemográficas y a sus respuestas en las escalas de actitudes hacia el endeudamiento, el ahorro y el consumo. Se calcularon los índices de confiabilidad para cada una de las escalas y subescalas de actitudes mediante Alpha de Cronbach, se evaluó la distribución normal de las variables para cada subgrupo mediante la prueba Kolmogorov-Smirnov y se realizaron pruebas de comparación de medias y medianas para dos muestras independientes según correspondiera para las comparaciones según género, nivel socioeconómico y facultad de procedencia (pruebas tpara muestras independientes y pruebas U de Mann-Whitney). Para identificar posibles asociaciones entre las distintas escalas y subescalas, se realizaron pruebas de correlación r de Pearson.
Resultados
Para responder al objetivo
específico que busca caracterizar las actitudes hacia el ahorro, el consumo y
el endeudamiento de los participantes, se calculó la media de las puntuaciones
obtenidas por los participantes en las diferentes escalas y subescalas.
Puntuaciones sobre el punto medio de la escala (3.50) fueron consideradas como
actitudes favorables, mientras que debajo de ese punto fueron consideradas
desfavorables.
En cuanto al ahorro, la muestra presenta una actitud favorable (M = 4.45; DE =
.60), indicando una tendencia a evaluar positivamente la acumulación de
recursos propios en beneficio de un uso futuro a mediano o largo plazo.
Con respecto al endeudamiento, los participantes presentan una actitud
desfavorable hacia el endeudamiento hedónico (M = 3.03; DE = 1.00), indicando
una tendencia a evaluar negativamente el endeudamiento con fines de satisfacer
necesidades momentáneas. En referencia a la subescala de austeridad, la muestra
presenta una actitud favorable hacia el endeudamiento responsable, concienzudo
y sistematizado (M = 5.23; DE = .73), lo que a la larga favorecería la
situación financiera de quien planifica sus compras.
Los participantes demostraron una acti-tud favorable
hacia la compra racional (M=4.07;de= 1.18), indicando una tendencia aevaluar positivamente la planificación y se-guridad al consumir. Asimismo, demostraron una actitud
desfavorable hacia la compra impulsiva (M = 3.28; DE = .99), indicando una
evaluación negativa hacia la compra mediada por el impulso y sin planificación,y hacia la compra compulsiva (M = 1.88; DE = 1.02),
evidenciando una actitud desfavorable hacia compras que no se asocian a una
necesidad real, pero que demandan una excesiva preocupación por comprarlas por
parte de las personas. Para un resumen de las puntuaciones medias en las
diferentes subescalas, referirse a la Tabla 1.
Tabla 1. Confiabilidad
y correlaciones
Para
responder al segundo objetivo específico que busca identificar si existen
diferencias significativas entre las actitudes hacia el ahorro, el consumo y el
endeudamiento a partir del género, nivel socioeconómico y facultad de
procedencia de los participantes, se realizaron comparaciones de medias para
datos paramétricos y no paramétricos, con pruebas t para muestras
independientes y U de Mann-Whitney, respectivamente. Como paso previo, se
evaluó la distribución normal de dichas variables a través de la prueba Kolmogorov-Smirnov (p ≤.05).
En cuanto a las comparaciones según nivel socioeconómico, es preciso mencionar
que la escala utilizada para medirlo utiliza para su cálculo el nivel
educacional y el tipo de trabajo de quien aporta el principal ingreso económico
en el hogar. Considerando que esta investigación consideró solo titulados
universitarios, el nivel socioeconómico tendió a los grupos alto, medio-alto y
medio, los que debieron ser recodificados en dos grupos (alto y medio) para
poder hacer estas comparaciones con grupos equivalentes en tamaño, pues no se
contaban con suficientes sujetos en todos los subgrupos para hacer los
análisis. De manera similar, para facilitar las comparaciones según la facultad
de origen de los participantes, se recodificó en dos grupos: titulados en la
Facultad de Educación, Ciencias Sociales y Humanidades y titulados en otras
facultades (Ingeniería, Ciencias y Administración, Medicina y Ciencias
Agropecuarias y Forestales). Esta recodificación se realizó a fin de contar con
grupos de comparación más equilibrados en cuanto a su tamaño.
La escala de actitudes hacia el ahorro se ajusta a una distribución normal
(D(120) = .073; p = n.s.), sin encontrarse
diferencias estadísticamente significativas según género (t(118) =
-.61; p = n.s.), ni según nivel socioeconómico (t(118)
= -.72; p = n.s.), ni según facultad de procedencia
(t(119) = -.52, p = n.s.).
La escala de actitudes hacia el endeuda-miento, subescala de hedonismo, no seajusta a una distribución normal (d(120)=.082; p< .05)
sin encontrarse diferencias es-tadísticamente
significativas según género (U = 1690; p = n.s.),
nivel socioeconómico (U = 16190,5; p = n.s.), ni
facultad de procedencia (U = 1561; p = n.s.). En
forma similar, la subescala de austeridad tampoco se ajusta a una distribución
normal (D(120) = .183; p < .001). Al comparar por nivel socioeconómico, se
encontraron diferencias significativas (U = 1353,5; p < .01), donde los
participantes de nivel socioeconómico alto obtuvieron puntuaciones más altas
(Me = 5.57; DE = .58) que los participantes de nivel socioeconómico medio (Me =
5.29; DE = .84), aunque el tamaño del efecto para dicha diferencia fue pequeño
(η2 = .01). No se encontraron diferencias estadísticamente
significativas según género (U = 1718; p =n.s.) ni
facultad de procedencia (U = 1622; p = n.s.).
Respecto a la escala de actitudes hacia la compra, la subescala de racionalidad
en la compra no se ajusta a una distribución normal (D(120) = .082; p <
.05). No se encontraron diferencias estadísticamente significativas según
género (U = 1502; p = n.s.), nivel socioeconómico (U
= 1776; p = n.s.), nifacultad
de procedencia (U = 1585.5; p =n.s.). En cuanto a la
subescala de impulsividad en la compra, las puntuaciones se ajustan a una
distribución normal (D(120) =.072; p = n.s.), sin
encontrarse diferencias significativas por género (t(118) = -1.07; p =n.s.), nivel socioeconómico (t(118) = .58; p =n.s.), ni facultad de procedencia (t(119) = -1.183; p = n.s.). Finalmente, en la escala de compulsividad en la
compra, las puntuaciones no se ajustan a una distribución normal (D(120) =
.194; p < .001), encontrando diferencias estadísticamente significativas al
comparar por género de los participantes (U = 1380; p < .05), donde las
mujeres obtuvieron puntuaciones significativamente más altas que los hombres (Me
= 1.79, DE = 1.01; Me = 1.29, DE = 1.04, respectivamente), aunque el tamaño del
efecto para dicha diferencia fue pequeño (η2 = .04). No se hallaron
diferencias estadísticamente significativas según nivel socioeconómico (U =
1537; p = n.s.) ni facultad de procedencia (U = 1605;
p = n.s.).
Para responder al objetivo específico que busca caracterizar las relaciones
entre actitudes hacia el consumo, ahorro y endeudamiento de los participantes,
se realizó la prueba r de Pearson (ver Tabla 1), que resultó significativa en las
siguientes correlaciones: actitudes hacia el ahorro y austeridad en la compra
(r = .19; p < .05), y actitudes hacia el ahorro y racionalidad en lacompra (r = .21; p < .05) -en ambos casoscon correlaciones débiles-, entre compulsividad en la
compra y austeridad con una correlación moderada (r = -.32; p < .001), y
entre compulsividad en la compra e impulsividad en la compra con una
correlación fuerte (r = .66; p < .001).
Tabla 1. Confiabilidad y
correlaciones
Discusión
El objetivo general del
presente estudio fue comparar las actitudes hacia el ahorro, consumo y
endeudamiento en titulados de una universidad pública del sur de Chile, a
partir de su género, nivel socioeconómico y facultad de procedencia. Para la
consecución de dicho objetivo general se plantearon tres objetivos específicos
cuyos resultados se discutirán a continuación.
Respondiendo al primer objetivo específico, es posible destacar los niveles
favorables de actitudes hacia el ahorro, hacia la subescala de austeridad
(actitudes hacia el endeudamiento) y hacia la racionalidad en la compra
(actitudes hacia el consumo), y desfavorables hacia el hedonismo (actitudes
hacia el endeudamiento), compulsividad e impulsividad en la compra (actitudes
hacia la compra). Estos resultados permiten caracterizar a esta muestra como
individuos que, en general, tienden a ahorrar su dinero, invertirlo
racionalmente en bienes o servicios y endeudarse solo en caso que resulte
necesario.
Los resultados para este primer objetivo específico se contraponen con los indicadores
que entrega el INJUV (2003, 2007, 2009), que señalan que los jóvenes son uno de
los sectores etarios más endeudados del país. Esta diferencia podría apuntar a
una diferencia entre las actitudes reportadas hacia el ahorro, compra y
endeudamiento (como fueron evaluadas en el presente estudio), versus lo
reportado por los sujetos en medidas más directas y/u objetivas (como fue el
caso de los estudios del INJUV). Esta discrepancia puede deberse a una
disonancia actitudinal/conductual y/o al efecto que la deseabilidad social
pudiera haber tenido en las respuestas de los sujetos en la presente
investigación, cuya no consideración constituye una de sus limitaciones.
Respondiendo al segundo objetivo específico, es posible concluir que no existen
diferencias de género en las actitudes hacia el ahorro, actitudes hacia el
endeudamiento (austeridad y hedonismo) y la compra (racionalidad e impulsividad
en la compra). Sí se encontraron diferencias significativas en cuanto al género
para la subescala de compulsividad en la compra, similar a lo reportado por
López y Schneider (2007). Este resultado apunta a que las mujeres tendrían
actitudes más positivas hacia el consumo compulsivo, aunque, considerando el
tamaño del efecto, dicha diferencia es leve.
Con respecto a las comparaciones según nivel socioeconómico, se encontraron
diferencias en la subescala de austeridad, lo que indicaría que el nivel
socioeconómico alto presenta una mayor tendencia al uso cauto del dinero,
orientado hacia el ahorro y evitación del crédito, versus el nivel
socioeconómico medio. Estos resultados corroboran lo reportado por la 6ta
Encuesta Nacional de la Juventud (INJUV, 2009) donde se reportan diferencias en
el endeudamiento entre quienes poseen ingresos propios en el nivel socioeconómico
medio y alto, en la misma dirección que la presente investigación. Una posible
explicación para estos resultados se refiere a la capacidad de los niveles
socioeconómicos altos para pagar sin necesidad de endeudarse, lo que terminaría
internalizándose como una actitud más favorable hacia la austeridad. Encontraste, el nivel socioeconómico medio, que también
aspira a similares objetos y beneficios que el nivel alto, se vería en la
necesidad de gastar más allá de sus recursos monetarios (Denegri et al., 2012),
lo que generaría la internalización de actitudes menos positivas hacia la
austeridad como justificación a su propio comportamiento.
Por otro lado, no hubo diferencias estadísticamente significativas entre las
escalas de actitudes respecto de la facultad de egreso de los titulados. Esto
coincide con lo reportado por Medina et al. (1999), quienes reportan no haber
encontrado diferencias significativas entre estudiantes universitarios de
diferentes carreras y facultades en cuanto a sus actitudes hacia el endeudamiento
y sus subescalas. Esto permitiría concluir que la formación que reciben los
jóvenes universitarios no afectaría sus actitudes hacia el ahorro, consumo y
endeudamiento, más allá de los conocimientos teóricos que pudieran recibir.
Estos resultados coinciden con los de Amar et al. (2007), quienes no
encontraron diferencias significativas entre variables como valor y circulación
del dinero, emisión y acuñación monetaria respecto al programa de formación
académica de distintos estudiantes de carreras de Derecho, Psicología e
Ingeniería, y también por lo reportado por Sepúlveda et al. (2017), que
informan que la educación formal tendría un impacto más bien limitado en cuanto
a alfabetización económica, lo que indicaría la necesidad de fortalecer la malla
curricular de carreras universitarias para propender a la entrega de contenidos
teóricos y al desarrollo de comportamientos económicos responsables,
racionales, que los preparen para la inserción al mundo laboral (Denegri,
Martínez & Etchebarne, 2007) y su participación
activa como ciudadanos (Amar et al., 2007).
Respondiendo al tercer objetivo específico, es posible concluir que la actitud
hacia el ahorro está asociada con la austeridad (subescala de actitudes hacia
el endeudamiento) y con la racionalidad en la compra (subescala de actitudes
hacia la compra). De manera similar, la compulsividad en la compra (subescala
de actitudes hacia la compra) está inversamente asociada con la austeridad
(subescala de actitudes hacia el endeudamiento) y directamente asociada con la
impulsividad en la compra (subescala de actitudes hacia la compra). Estos
resultados coinciden con el sustento teórico de las escalas, pues es de esperar
que una actitud positiva hacia el ahorro esté asociada con un comportamiento
tendiente al uso cauto y racional del dinero, orientado hacia el ahorro y
evitación del crédito, mientras que un consumo compulsivo estaría asociado a un
consumo altamente dependiente de las claves contextuales, variables
situacionales y un uso poco planificado de herramientas de endeudamiento.
En resumen, estos resultados permiten concluir un perfil esperable en cuanto a
actitudes hacia el ahorro, endeudamiento y la compra, en profesionales
universitarios, aunque no queda claro hasta qué punto dichos resultados se
pudieran deber a la influencia de la deseabilidad social en las respuestas de
los participantes. Si bien se encontraron algunas diferencias significativas en
cuanto a género y nivel socioeconómico de los participantes, estas diferencias
son más bien bajas, lo que puede deberse a la homogeneidad de la muestra en
cuanto a nivel socioeconómico y experiencias de vida asociadas a la formación
universitaria y vida profesional. Finalmente, se hallaron asociaciones entre
actitudes hacia el ahorro con austeridad y con racionalidad en la compra.
También se encontraron asociaciones entre compulsividad en la compra con
austeridad (inversamente) y con impulsividad en la compra, lo que apunta a una
coherencia teórica de los constructos y sus dimensiones.
Estos hallazgos sugieren la necesidad de fortalecer la formación actitudinal de
los estudiantes universitarios y futuros profesionales en cuanto a
alfabetización económica. Esta implica la adquisición de conductas económicas
racionales y prepara a los estudiantes universitarios para la inserción en el
mundo laboral (Denegri et al., 2007) y para participar activamente como
ciudadano (Amar et al., 2007). Resulta crucial que los jóvenes universitarios
reciban esta formación considerando que, tras su titulación y muchas veces la
obtención de su primer empleo, se hacen cargo de su propia solvencia económica
sin supervisión formal de los padres. En este contexto, actitudes negativas
hacia el ahorro, la austeridad y el consumo racional podrían implicar
consecuencias sociales y legales asociadas al endeudamiento y consumo que
pueden arrastrar por años.
Una primera sugerencia para futuras investigaciones es incorporar mediciones
externas respecto al comportamiento de los sujetos en cuanto a ahorro,
endeudamiento y compra. Al incorporar estas mediciones sería posible comparar
el aspecto actitudinal con el comportamental, pudiendo establecer de esta forma
en qué medida las actitudes son un buen predictor del comportamiento de los
sujetos en el medio real. De manera similar, se sugiere incorporar una medida
de deseabilidad social que permita esclarecer en qué medida las respuestas de
los sujetos están siendo influenciadas por la deseabilidad social.
Una de las limitaciones del estudio es la relativa homogeneidad de la muestra,
que se ve reflejada en la distribución por nivel socioeconómico tendiente a
niveles altos y que se explicaría al menos en parte por el método de muestreo
utilizado. Otra limitación proviene del uso de medidas indirectas (eg. escalas actitudinales) susceptibles a deseabilidad
social de los participantes en vez de medidas objetivas/directas. Por otra
parte, al utilizar un muestreo no-probabilístico por bola de nieve, se estaría
violando el supuesto de aleatoriedad necesario para la utilización de pruebas
t, lo que afectaría la validez de los resultados de estos análisis. Finalmente,
la limitación correspondiente al uso de un diseño correlacional, junto a las
limitaciones ya mencionadas, dificultaría la generalización de los resultados y
su comparación con otras muestras.
Con estas limitaciones en consideración, se sugiere que futuros estudios
amplíen el espectro de la muestra mediante la utilización de un método de
muestreo aleatorio, aumentando el tamaño de la muestra y estableciendo cuotas
equivalentes en tamaño por carreras y/o facultades. Esta sugerencia busca
enriquecer la comprensión de las actitudes económicas en titulados
universitarios, más allá de la experiencia de un grupo delimitado de
participantes, como pudiera ser el caso de la presente investigación. Para la
implementación de estas sugerencias es necesario contar con el apoyo
institucional para contactar a los titulados a través de vías formales de
comunicación, a la vez que se diversifica el grupo de posibles participantes.
Por otra parte, el establecimiento de cuotas equivalentes por carrera y/o
facultad permitiría la comparación de dichos grupos sin la necesidad de
reagruparlos en nuevas categorías y la consecuente pérdida de información que
conlleva dicha recodificación.
Notas:
1. Originalmente, el estudio contemplaba muestreo por autoselección (voluntarios) con establecimiento de cuotas según género, nivel socioeconómico y facultad de los titulados, con el objetivo de obtener una muestra representativa. Sin embargo, debido a complicaciones con el acceso a la muestra, se optó por un muestreo mediante bola de nieve.
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Recibido: 9 de marzo de 2017
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de septiembre de 2018
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