INTERDISCIPLINARIA,
2019, 36, 1, 203-219
Consumo,
deudas, materialismo e influencia pares
Consumo,
actitudes hacia el endeudamiento, materialismo e influencia de pares en
adolescentes rurales del sur de Chile*
Solange
Barros Bustos**, Marianela Denegri Coria***
y Pamela Salazar Valenzuela****
*Estudio
desarrollado con el financiamiento de proyecto FONDECYT 1150665 (Fondo Nacional
de Desarrollo Científico y Tecnológico)
**Magíster en Psicología. Facilitadora del Programa de Acompañamiento y
Acceso Efectivo (PACE), Universidad Católica de Temuco, Chile. E-mail: solange.barrosb@gmail.com
***Doctora en Psicología.
Directora del Centro de Excelencia en Psicología Económica y del Consumo y
Directora del Núcleo Científico Tecnológico en Ciencias Sociales y Humanidades,
ambos de la Universidad de La Frontera. Temuco, Chile. E-mail: marianela.denegri@ufrontera.cl
****Licenciada en Psicología. Asistente de Investigación del Centro de
Excelencia en Psicología Económica y del Consumo de la Universidad de La
Frontera. Temuco, Chile. E-mail: pamela.salazar.v@ufrontera.cl
Universidad de La Frontera. Temuco, Chile
Resumen
En la actualidad, los temas de carácter económico y financiero se han
convertido en tópicos de gran importancia social, considerando los conceptos
teóricos, las habilidades y actitudes que una persona debe poseer para
desenvolverse de manera adecuada en una sociedad dominada por el consumo.
Esta investigación tiene como principal objetivo describir las prácticas de
consumo y endeudamiento informal, actitudes hacia el endeudamiento,
materialismo y susceptibilidad a la influencia de los pares y en adolescentes rurales,
según género y nivel socioeconómico de una comuna semi-rural
de la Región de La Araucanía-Chile. El estudio se realizó en dos etapas, la
primera cualitativa en la cual se realizaron entrevistas grupales y una fase
cuantitativa, en la que se aplicaron instrumentos que medían cada una de las
variables mencionadas; además fueron comparadas con variables
sociodemográficas. Los resultados indican que las fuentes de dinero de estos adolescentes son
principalmente de los padres, becas o trabajos informales. Presentan deudas informales y se
caracterizan por la presencia de emocionalidad positiva vinculada al éxito de
sus conductas de compra y fuertes sentimientos negativos asociados al fracaso
de ello. En relación a diferencias de género, los hombres se muestran más
materialistas e influenciables por sus pares que las mujeres. Los resultados
del estudio reflejan los cambios sociales transversales, ligados al modelo
neoliberal que han tenido que experimentar los adolescentes al insertarse en el
mundo de la economía, independientemente de si provienen del mundo urbano o
rural.
Palabras clave: Actitudes
hacia el endeudamiento; Adolescentes; Alfabetización económica; Materialismo;
Influencia de pares; Chile.
Due to the economic
and technological globalization derived from the incorporation of
the neoliberal model in Latin America and mainly in
Chile, has implied the need to achieve new abilities.
That is how currently economic and financial topics have been considering as social
relevant issues. This points as much to the theoretical concepts as the
abilities and attitudes that a person must have for his development of a
suitable way in a society dominated by the consumption and in the global market.In addition, several authors suggest that
consumption becomes a source for the self’s construction. In this way,
adolescents are being in a process of identity’s definition according to their
evolutionary stage, which is currently linked to consumption, they become big
important subjects for the market, advertising and marketing. Thus, this
research has as main objective to describe the practices of consumption and
informal indebtedness, attitudes towards indebtedness, materialism and
susceptibility to the influence of peers in rural adolescents by gender and socioeconomic
level of a semi-rural commune of the Region of La Araucania-Chile.
The study was conducted in two stages, first a qualitative phase in which group
interviews were conducted with a multiple case design and a quantitative
phase with a correlation-multivariate design, where instruments were applied
that measured each of the aforementioned variables; They were also compared
with sociodemographic variables such as gender and socioeconomic le-vel. The
results were grouped into two phases, the first phase grouped according to
three central nuclei, the first core are consumption practices, this indicates
that the money sources of these adolescents are mainly from parents, scholarships
or informal jobs, this is usually used in personal expenses, leisure and food.
They are also characterized by considering their personal opinion, family and
friends. In relation to the second core refers to the practices of
indebtedness, it is characterized by the presence of informal debts, mainly
with their parents, friends and family. Regarding the third core refers to the
emotions related to the purchase, this is characterized by the presence of
positive emotionality linked to the success of their buying behaviors and strong
negative feelings associated with the failure of it. Regarding the second
phase, it was found that adolescents are characterized by being more austere
than hedonistic and at a gender level; men have a greater average in materialism
and greater influence of their peers than women do. There are no significant
differences according to Socioeconomic Level. On the other hand, there are
positive correlations between materialism and peer influence and between hedonism
and materialism. Finally, there are no significant differences according to
ethnicity. The results show that subjects have high levels of inclusion and
digital access similar to that of urban adolescents. There is also a tendency
towards early debt behavior that is consistent with the national surveys’
numbers. In relation to savings, the adolescents of the study shows that they
give more importance to saving than urban ones, especially in the long term. In
relation to the emotions related to the purchase, are a concern issue, because
of how they could involve the creation of an identity based on consumption, as
well as imply problems in their satisfaction with life and in their mental
health. The results of the study reflect the transversal social changes linked
to the neoliberal model, that adolescents have had to experience when
enter to the economics world, regardless of whether they come from the urban or
rural world.
Key words: Adolescents; Economic alphabetization;
Attitudes toward borrowing; Material values; Susceptibility to peer influence;
Chile.
En las últimas décadas,
Latinoamérica se sumó a los procesos globalizadores de la economía,
incorporando fuertemente los valores del modelo económico neoliberal (Denegri, 2004). Esto llevó a cambios acelerados de
los valores de las sociedades latinoamericanas, transitando bruscamente desde
una cultura más bien de austeridad hacia otra marcada por la búsqueda de
hedonismo y de satisfacción inmediata de los deseos (Denegri, 2004). Chile no
fue ajeno a lo que sucedía en la región e incluso se convirtió en un caso de
estudio por la implantación de un modelo económico neoliberal ortodoxo; este
se caracterizó por la amplitud del papel asignado al mercado, por la
privatización de los medios de producción y por el cambio impuesto sobre la
organización sociocultural del país, centrando el papel del consumo como articulador de la vida
social (French-Davis, 2004). Actualmente, Chile constituye un referente
respecto a la apertura a mercados extranjeros, y en las últimas décadas ha
experimentado importantes cambios a nivel de producción y tecnología, así como a nivel
institucional y social, contribuyendo a generar un contexto sociopolítico y
económico-cultural, complejo y cambiante (Programa de las Naciones Unidas para
el Desarrollo [PNUD], 2012). Este poder inusitado del consumo como motor de la
economía chilena, ha implicado una nueva configuración de los segmentos de
consumidores y de sus necesidades y expectativas, impactando en la
construcción de la identidad personal y social de los individuos (Denegri,
Martínez & Etchebarne, 2007). Así, en lo que
algunos autores identifican como la posmodernidad, el consumo se destaca como
fuente para la construcción del Yo, porque sirve para establecer el sentido de
identidad, el quiénes somos. El individuo consume artículos-marcas para convertirse en lo
que quiere ser, para preservar la idea que tiene de sí y para proyectar una imagen a los otros (Bocock, 1995; Dittmar, 2008).
Estos procesos han sido
especialmente fuertes en las urbes de América Latina en general, y de Chile en
particular, pero también ha impactado al mundo rural, el cual ha sufrido
transformaciones a partir de los procesos de modernización y globalización.
Sin embargo, poco se conoce acerca de las prácticas de consumo y especialmente
los cambios que las generaciones más jóvenes han sufrido en sus procesos identitarios como
producto de esta influencia permanente del mercado en sus vidas y de una sociedad con
fuerte valoración de los procesos de modernización (Castro, 2012).
En este escenario, los
adolescentes constituyen un segmento que resulta cada vez más de interés para
el mercado y muchas de las estrategias de mercadotecnia van orientadas a
influir e impactar en sus patrones de consumo (Zmuda,
2011), porque ellos influyen ampliamente en las decisiones de consumo de su
familia, comienzan a manejar dinero y a tomar decisiones sobre su uso de forma
autónoma a temprana edad (Denegri, Lara, Córdova & Del Valle, 2008),
viéndose reflejado un déficit en la comprensión del mundo económico (Denegri,
Martínez & Etchebarne, 2007; Sepúlveda et al.,
2017). Este hecho es fundamental si se considera la etapa evolutiva de
consolidación de la identidad propia de la adolescencia y el impacto de un
entorno donde el consumo se constituye en un articulador de los imaginarios
sociales (Bauman, 2007), en el cual el acceso al consumo y a la posibilidad de
compra o posesión de bienes deseados, se ha transformado en un acceso a
símbolos y signos que favorecen la autorrealización y la aceptación e
incorporación al grupo de pares (PNUD/INJUV, 2003).
Considerar las
particularidades que tiene el proceso de construcción de identidad, tanto
personal como social y cultural de los adolescentes en el contexto económico neoliberal, juega un
papel clave para comprender la aproximación al consumo en ellos, en quienes se constituye en un
vehículo de construcción de identidades ideales y en una forma de relación con
otros a los que consideran sus iguales (Friedline,
Elliot & Nam, 2012). Estas relaciones con sus
pares influyen en el desarrollo de su identidad e incluso en las expectativas
laborales futuras de los adolescentes (Palomar & Victorio, 2016).
Moschis y Churchill (1978) encontraron que los adolescentes
aprenden los aspectos racionales de consumo de sus padres, y los aspectos
sociales y afectivos, especialmente aquellos relacionados con los valores materiales
(materialismo), de sus pares. Para Richins y Dawson
(1992) el materialismo debe ser entendido como un valor representativo de la
orientación del consumidor respecto al papel que juegan las posesiones en su
vida, el cual guiará las cantidades y las cualidades de los bienes adquiridos.
Por su parte, Belk, (1985) destaca la importancia que
el consumidor da a las posesiones y, en este marco, los individuos más
materialistas juzgarían a los demás en términos de posesiones y preferirían
bienes que puedan ser exhibidos públicamente.
En cuanto a las variables
que han sido estudiadas en relación al materialismo, existen estudios en torno
al género y a la edad. Con respecto a la relación entre materialismo y género,
Cleveland, Laroche y Papadopoulos (2009) en estudios
interculturales encuentran resultados ambivalentes al comparar hombres y
mujeres en Suecia, Chile y Grecia, concluyendo que, en lo que respecta al
materialismo no hay claridad en las diferencias entre sexos. Con respecto a la
edad, Richins y Dawson (1992) afirman que el
materialismo se asocia negativamente con la edad, mientras que Chaplin y Roedder-John (2007) encuentran que esta conexión entre la
edad y el materialismo puede ser débil. En cuanto a la relación entre
materialismo y susceptibilidad a la influencia de pares, un reciente estudio
con adolescentes chilenos indica la presencia de una correlación positiva,
estadísticamente significativa, entre la escala de materialismo para
adolescentes y la escala de Susceptibilidad a la Influencia de Pares en el
consumo (Cárdenas, 2017).
En relación al
endeudamiento juvenil, que constituye el otro aspecto de interés para este
estudio, según el Instituto Nacional de la Juventud en Chile, el 30% de los
jóvenes entre 15 y 29 años declaran tener algún tipo de deuda (INJUV, 2012). A
pesar de estas cifras, existe poca evidencia empírica sobre los factores que
influyen en la tendencia hacia el endeudamiento en la adolescencia. En algunos
de los escasos estudios se ha encontrado que los adolescentes reportan una
comprensión teórica sobre la importancia de la austeridad frente al consumo, considerándola
como una protección ante la deuda, pero que ello no se condice con sus
prácticas de uso del dinero, las que aparecen poco sistematizadas, sin planificación
y con escasa presencia de ahorro (Amar et al., 2003; Denegri, Cabezas, Gaete, Páez, Sanhueza,
Vargas, Zapata & Sepúlveda, 2010; Denegri, Lara, Córdova & Del Valle,
2008). Los mismos estudios indican que no existen diferencias significativas en
las actitudes hacia el endeudamiento entre adolescentes, según nivel
socioeconómico o dependencia del establecimiento educativo.
Un dato relevante según la
Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (CASEN) de 2015 es que un
16.5% de los adolescentes de entre 15 y 17 años realizan alguna actividad
económica o tienen un trabajo que les reporta ingresos, y el mayor porcentaje
de niños y adolescentes que trabaja o realiza alguna actividad económica se encuentra
en el sur de Chile (Ministerio de Desarrollo Social, 2016). Esto indica que los
adolescentes manejan dinero, ya sea obtenido por su trabajo o a través de su
familia, lo cual ya había sido observado en el estudio del Consejo Nacional
de Televisión (CNTV) y McCann-Erickson (2005) donde se afirma que
independientemente del nivel socioeconómico (NSE), la mayoría de los
adolescentes entre 13 y 17 años manejan dinero de forma regular y toman decisiones autónomas
acerca de sus gastos, los cuales se orientan fundamentalmente a snacks, golosinas, música, videojuegos, ropa y accesorios. En este mismo estudio
se observó que los adolescentes regularmente no destinan dinero al ahorro, e
incluso el 55% declaró que le gustaría contar con más dinero para sus gastos.
De acuerdo a los
antecedentes presentados, se desprenden las siguientes preguntas de
investigación: ¿Cuáles
son las prácticas de consumo y de endeudamiento informal de adolescentes que
residen en un ámbito rural? ¿Cuáles son las actitudes
hacia el endeudamiento, valores materiales (materialismo) y susceptibilidad a la influencia de
pares de los adolescentes de un sector rural? ¿Existen diferencias entre las variables planteadas por
género y nivel socioeconómico en los adolescentes participantes del estudio? A
partir de estas preguntas y considerando la literatura precedente, se plantea la
siguiente hipótesis: existirían diferencias significativas en la actitud hacia
el endeudamiento e influencia de pares por género.
En este estudio se planteó como objetivo general, describir las prácticas
de consumo y endeudamiento informal, actitudes hacia el endeudamiento,
materialismo y susceptibilidad a la influencia de los pares y en adolescentes
rurales según género y nivel socioeconómico. En cuanto a los objetivos
específicos, se orientaron a: (1) caracterizar las prácticas de consumo y
endeudamiento en los adolescentes participantes del estudio; (2) describir
actitudes hacia el endeudamiento, materialismo y susceptibilidad a la
influencia de los pares y de los estudiantes participantes del estudio; (3)
establecer si existen diferencias en actitudes hacia el endeudamiento,
materialismo e influencia de pares, según el nivel socioeconómico y el género;
(4) identificar si existe relación, entre las variables, actitudes hacia el endeudamiento,
materialismo e influencia de los pares en los adolescentes participantes.
Se trabajó con dos
submuestras. La primera estuvo compuesta por 17 estudiantes de ambos sexos que
cursaban entre primero y cuarto año de enseñanza media en el único liceo
municipal de la comuna donde se realizó el estudio, con edades que fluctuaban
entre 14 y 20 años. Ellos participaron en la fase cualitativa del estudio. Los
criterios de inclusión fueron: (1) tener más de 14 años para cumplir el
criterio de adolescencia plena, (2) estar cursando enseñanza media, (3) residir
en la comuna donde se realizó el estudio.
La segunda submuestra estuvo compuesta por todos los estudiantes de enseñanza
media que se encontraban matriculados en este mismo establecimiento. Quedó
constituida por 150 estudiantes de primer a cuarto año de educación media, con
edades entre 14 y 19 años y una media de 16.7 años. En cuanto a género y nivel
socioeconómico (NSE), el 41.3% eran mujeres y el 58.7% eran hombres. El 32.7%
pertenecía al NSE bajo, el 48.7% al NSE medio bajo, el 8.7% al NSE medio y el
3.3% al NSE medio alto. Del total de los participantes, el 54% manifestó tener
ascendencia indígena mapuche.
El estudio constó de dos fases, una cualitativa y una cuantitativa.
Fase 1. Se utilizó un diseño de casos múltiples, de tipo
cualitativo-exploratorio, a través del cual se dio respuesta al primer objetivo.
Fase 2. Se trabajó con un diseño
correlacional-multivariado cuantitativo.
Para la recolección de
datos se utilizaron los siguientes instrumentos.
1. Entrevista semiestructurada grupal:
Entrevista colectiva que dispone de un guión (ver Anexo). Se profundizó en elementos
como creencias, actitudes, estilos de consumos, que permitieran identificar el
significado subjetivo que los adolescentes daban al consumo, ahorro y
endeudamiento, su relación con sus propios procesos de construcción de
identidad individual y cómo esto se expresaba en sus prácticas de consumo, ahorro y
tendencia al endeudamiento que ya se encuentran presentes en su vida cotidiana.
2. Ficha sociodemográfica: Cuestionario de autorreporte de 5 ítems que indaga aspectos
sociodemográficos de interés para la investigación, entre los que se encuentran:
género, edad, curso, etnia y procedencia.
3. Cuestionario y Matriz ESOMAR: Escala para definir y
medir los niveles socioeconómicos en Chile, desarrollada originalmente por ESOMAR (World Association of Market
Research) para unificar los criterios de los países
europeos. Ha sido adaptado a la realidad chilena y validado mediante un estudio
empírico realizado por Adimark (2000).
4. Escala de Actitudes hacia el Endeudamiento
(Denegri, Palavecinos, Ripoll, & Yáñez, 1999):
cuestionario de autorreporte de 11 ítems, escala tipo
Likert con cuatro opciones de respuesta. Posee las dimensiones de Hedonismo y
Austeridad. Sus propiedades psicométricas indican que los índices de
confiabilidad por consistencia interna, para cada uno de los factores de la
escala, son adecuados. Los distintos índices de ajuste obtenidos muestran una
estructura bifactorial con dos dimensiones independientes (GFI: .98, RMSEA:
.06) (Denegri et al., 2012).
5. Escala de materialismo para adolescentes
(Goldberg, Gorn, Peracchio
& Bamossy, 2003), compuesta por 10 ítems que
reflejan distintos valores materialistas. La validación original, mediante
análisis confirmatorio, mostró una solución de un factor con chi cuadrado significativo igual a
254.61 (36, ^ 996, p < .0001, bondad de ajuste: .95 y RMSeA: .086).
6.
Escala
de susceptibilidad a la influencia de los pares en el consumo (Bearden, Netemeyer & Teel, 1989): fue adaptada en una versión reducida para
adolescentes por Zhang (2001). Está compuesta por 8 ítems que miden la
susceptibilidad a la influencia normativa de los pares. En el análisis confirmatorio
de la adaptación de Zhang, para adolescentes, obtuvo x2(265)= 387.2,
x2/df= 1.46, p= .000, CFI: .93, RMSEA:
.047 para adolescentes chinos y x2 (265)= 298.1, X2/df= 1.12, p= .010, CFI: .98, RMSEA: .032 para la muestra
canadiense.
En primer lugar, se realizó
un contacto formal con la Directora Comunal de Educación de la comuna
seleccionada, solicitando consentimiento para realizar la investigación; en
segundo lugar, se contactó al director y a la jefa de la unidad técnica pedagógica
del liceo de la ciudad. Una vez obtenidos los permisos institucionales, se procedió
a contactar a los participantes para cada fase. Considerando las implicaciones
éticas del trabajo con menores de edad, se generó y presentó un consentimiento
informado a los padres de los estudiantes y un asentimiento informados a
estos. Cabe considerar que el proyecto, del cual forma parte esta
investigación, fue revisado y aprobado por el comité de ética de la Universidad
de La Frontera.
Fase 1. Las entrevistas
grupales semiestructuradas se realizaron en dos sesiones, una para alumnos de
primero y segundo medio, y otra para alumnos de tercero y cuarto medio. Para
ello, se contactaron directamente con los cursos, buscando voluntarios para
las entrevistas, y a quienes estuvieron de acuerdo se les solicitó la firma de
un consentimiento informado por parte de sus padres y un asentimiento por parte
de ellos. Las entrevistas grupales tuvieron una duración promedio de 60 minutos
y la información se registró por medio de grabación de audio.
Fase 2. Se contactó a los cursos y se explicaron a los alumnos los
objetivos de la investigación, indicando los criterios de confidencialidad y
voluntariedad. A quienes aceptaron participar, se les solicitó la firma de un
consentimiento informado de parte de los padres y un asentimiento informado de
parte de ellos, el cual explica con mayor detalle las características de la
investigación. Posteriormente se aplicó la batería de cuestionarios en sus
propias aulas y en un horario concertado con sus profesores.
En la primera etapa se
realizó un análisis de contenido manifiesto de los relatos grupales con el
levantamiento de códigos, apoyado por el software para análisis de datos cualitativos atlas.ti. A
continuación se realizó una categorización general representada en un dendograma y posteriormente, un sumario porcentual de los
códigos obtenidos que permiten el análisis de frecuencias y pesos relativos de
los datos.
Respecto a la segunda
etapa, los datos fueron analizados utilizando el paquete estadístico IBM SPSS statistics 20. En primer lugar, se depuró la base de
datos y se utilizaron técnicas exploratorias, calculándose la distribución de
frecuencias para las variables categóricas y un diagrama de cajas para
las variables cuantitativas, con el objetivo de comprobar que todos los
códigos de las variables se situaran entre los valores posibles.
A modo de determinar el
puntaje total de las variables materialismo, influencia de pares y actitudes
hacia el endeudamiento, se creó una nueva variable con la suma o promedio (según
correspondiera) de puntajes individuales de los ítems de las escalas.
Posteriormente se procedió a describir los datos obtenidos a través de medidas
de centro, dispersión y forma, para las variables cuantitativas.
Para determinar si existían diferencias significativas entre las variables,
se realizaron pruebas t de Student y ANOVA's según correspondía. Finalmente se utilizó el
coeficiente de correlación de Spearman para identificar el nivel de relación
entre las variables.
Dado que la presente investigación se divide en dos etapas claramente
diferenciadas, se describen los resultados obtenidos en la primera etapa para
proceder a los resultados alcanzados durante la aplicación de las escalas:
En relación al primer objetivo específico, para la primera etapa los
resultados se agruparon en tres núcleos centrales. El primero corresponde a
las prácticas de consumo que presentan los adolescentes, el segundo se refiere a las prácticas de
endeudamiento y el tercero agrupa las emociones asociadas a la compra.
Las prácticas de consumo
comprenden, por una parte, las fuentes de obtención del dinero (12%) y la
frecuencia de estos ingresos (16.3%) y por otro, el uso dado al dinero (35.9%)
y los aspectos que influyen en la decisión de compra de los adolescentes
(35.9%). Dentro de las fuentes de obtención del dinero, los jóvenes reportaron
que son principalmente los padres quienes les facilitan recursos económicos;
luego se encuentran las becas, trabajo personal y aporte de familiares. La
frecuencia con que reciben estos ingresos es mayoritariamente mensual, por
medio de lo que los participantes denominan mesada (Figura 1). Respecto al uso
del dinero, los adolescentes señalaron invertir en gastos personales, ocio y
alimentación; dentro de los primeros, se encuentran gastos en vestimenta,
transporte y tecnología, entre otros. Por su parte, en la categoría ocio se
encuentran las salidas con amigos, alcohol y fiestas. En cuanto a la decisión
de compra, los adolescentes refieren considerar, principalmente, la opinión personal,
la opinión de los padres y la de los amigos. Por otra parte,
en la decisión de compra, los
jóvenes también identifican aspectos a considerar, los cuales están asociados
al producto, asociados al consumidor y asociados a factores externos (Figura
1).
Como prácticas de endeudamiento se encontró que los adolescentes solicitan
préstamos de dinero (57%), cuyas principales fuentes son los padres, amigos,
familiares y otros. Los motivos por los que solicitan los préstamos son para
participar del ocio, cubrir necesidades de transporte, alimentación y otras
compras. Por otro lado, y contrario a las prácticas de endeudamiento, los
adolescentes reportaron llevar a cabo conductas de ahorro (42.9%), dentro de
lo cual se encuentra que los principales instrumentos de ahorro son las tarjetas bancarias y alcancía.
Por su parte, los motivos de ahorro se relacionan con gastos futuros, entre los que se
mencionan estudios superiores, recreación y otro tipo de compras, como regalos,
calzado o tecnología (Figura 1).
Emociones asociadas a la compra.
Los adolescentes diferencian si la compra
fue exitosa (compraron lo que deseaban) o frustrada (no pudieron comprar el
producto deseado). Por lo cual en la compra exitosa (42%) las principales
emociones reportadas fueron la satisfacción al pagar, felicidad y
ambivalencia. Por otro lado, en las compras frustradas (58%) se encontró una
subdivisión que hace alusión a la emoción que les genera (59%) y la conducta
que llevan a cabo (41.2%); respecto a la emoción, se destaca la rabia, pesar y, en menor medida,
la frustración y resignación. Por su parte, a nivel conductual se encontró que
los adolescentes frente a un fracaso en la compra tienden a persuadir a sus
padres u otros para adquirir el producto, compensar con otra compra, trabajar
para juntar el dinero, esperar y admirarlo (Figura 1).
En cuanto al segundo
objetivo específico, se encontraron los siguientes resultados.
En relación a las actitudes
hacia el endeudamiento, se midió a través de una escala tipo Likert de 1 a 4,
con un punto medio de 2.5. Presenta dos dimensiones: Austeridad y Hedonismo;
todos los participantes puntúan en ambas dimensiones. La media alcanzada para
Austeridad es de 3.26 (DT= .4), claramente por sobre el punto medio de la
escala, mientras que para Hedonismo, la media es de 2.37 (DT=.4). Luego de
comprobar los supuestos de normalidad, se realizó una comparación de medias a
través del parámetro t de Student o ANOVA,
según correspondía. No se obtuvieron diferencias significativas según género
ni en Hedonismo (t= -.372; p= .710) ni en Austeridad (t= -1.537; p=
.142) (Figura 2). Tampoco las hubo según nivel socioeconómico en Austeridad f=
-1.785; p= .153) ni en Hedonismo (f= 1.325; p= .269) (Figura 3).
En relación al
materialismo, la escala permite un puntaje mínimo de 1 y un máximo de 6, con
un punto medio de 3.5. El promedio de materialismo de los estudiantes fue de
3.1 con una desviación de .8, es decir el 68.26% de los datos fluctúan entre
2.3 y 3.9. Dado que se comprobaron los supuestos de normalidad de la escala en
relación a cada uno de los grupos, se aplica la prueba de contrastes de media t
de Student. En relación a la comparación según
género, se estableció que existen diferencias significativas (t= -2.374; p=
.019), siendo el promedio para hombres de 3.26 (DT= .88) y para mujeres de
2.93 (DT= -.78). En referencia a la comparación de esta variable según NSE,
se estableció que no existen diferencias significativas entre los NSE f= .761;
p= .518), siendo el promedio para el NSE bajo de 3.14 (DT= .75), para el NSE
medio bajo, 3.05 (DT= .91), para el NSE medio, 3.38 (DT= .70) y para el NSE
medio alto, 3.38 (DT= .96).
En relación a la influencia
de pares, medida con una escala tipo Likert de 1 a 6 puntos y con punto medio
de 3.5, la media alcanzada por los alumnos es de 2.3 con una desviación de 1.0. Dado que la distribución
de la escala según los grupos de comparación es normal, se aplican las pruebas
t de Student o ANOVA
según lo que corresponda. En relación a la comparación de la variable
influencia de pares con las variables sociodemográficas, se estableció que
según el género existen diferencias entre hombres y mujeres (t= -2.542; p=
.012) siendo el promedio para hombres de 2.54 (DT= 1.0) y en mujeres, de 2.09
(DT= 1.0). Mientras que según el nivel socioeconómico no se encontraron
diferencias significativas entre las variables (f= 1.196; p= .315), el promedio de influencia de pares en el NSE bajo es de
2.41 (DT= 1.0), el de NSE medio bajo, 2.24 (Dt= 1.09), el de NSE medio, 2.72 (DT= .81) y el de NSE alto, 2.87 (DT= 1.94).
Para dar respuesta al
último objetivo se calculó el coeficiente de correlación de Spearman, para
identificar la relación existente entre las variables materialismo, influencia
de pares y actitudes hacia el endeudamiento.
Existe una correlación alta
y positiva entre materialismo e influencia de pares (rho= .579; p= .000); por otro lado se presenta una correlación positiva entre hedonismo
y materialismo (rho= .211; p= .010) con un nivel bajo (Tabla 1).
Considerando la alta proporción de estudiantes con ascendencia indígena en
la composición de la muestra, se decidió hacer una serie de análisis, para
establecer si se observaban diferencias en los distintos aspectos evaluados
de acuerdo a la pertenencia étnica. No existen diferencias significativas en
materialismo según la pertenencia indígena de los participantes (t=. -281; p=
.704), con un promedio de 3.12 (DT= .84) para aquellos que se identificaban con
la etnia
mapuche y de 3.07 (DT= .87) para el resto. Sin embargo, se realizó un análisis
por ítem para indagar más a fondo la distribución de la muestra en la escala,
se identificaron diferencias significativas según pertenencia indígena en el
ítem 6.7 (“Prefiero no compartir mis golosinas con otros si eso significa menos para mí”, t= -2.423 p= .017) con una media de 1.78 (DT= 1.257) para aquellos que no
pertenecían a la etnia mapuche y una media de 2.35 (DT= 1.380) para el resto.
Respecto a la influencia de pares, no se encontraron diferencias
significativas (t= -.092; p= .927); el promedio para aquellos que pertenecen a la etnia mapuche fue de
2.31 (DT= 1.0) y para los no mapuches, de 2.30 (DT= 1.1). Resultados similares
ocurren al compararlos según actitudes hacia el endeudamiento: no existen
diferencias significativas según etnia en Austeridad (t= .27; p= .978) ni en Hedonismo
(t= 1.519; p= .131), los promedios de cada uno de los grupos se explican en la
Figura 4.
En primer lugar se
describen los aspectos cualitativos que permiten dar cuenta del primer objetivo
específico para luego continuar con la discusión de los datos cuantitativos
que responden a los objetivos dos y tres.
Es posible afirmar que los
adolescentes rurales que estudian en esta comuna se caracterizan por tener
dinero a libre disposición, provisto principalmente por los padres, pero
también por el trabajo, becas o familia extensa. Ello confirma lo mencionado por
Denegri, Lara, Córdova y Del Valle (2008), quienes afirman que los jóvenes
comienzan a manejar dinero de forma autónoma a temprana edad.
En relación a las prácticas
de consumo, generalmente los adolescentes usan su dinero en gastos personales como tecnología,
vestimenta y regalos, así como en alimentación y ocio. Ello concuerda con los
hallazgos de CNTV y McCann-Erickson (2005), quienes encontraron que adolescentes urbanos
entre 13 y17 años, manejan dinero regularmente y sus compras están orientadas
fundamentalmente a golosinas, snacks, música, videojuegos, ropa y accesorios.
Uno de los hallazgos
relevantes se relaciona con la influencia que tiene internet o la publicidad en la
compra, lo que indica que estos adolescentes poseen altos niveles de inclusión y acceso digital
provisto por la escuela y fundamentalmente por sus equipos celulares, lo cual
se asemeja a los jóvenes urbanos. Además, confirma lo que investigaciones
anteriores han propuesto, en cuanto a que los adolescentes son un segmento que resulta cada vez más
de interés para el mercado, por lo que el marketing va orientado a influir en patrones de consumo impactando afectivamente en
ellos (Zmuda, 2011; Denegri, Lara, Córdova & Del
Valle, 2008).
En términos de riesgos
futuros, se observó una tendencia hacia un comportamiento precoz de
endeudamiento, donde un porcentaje importante de los entrevistados había pedido
dinero prestado incluso en algunos casos, sin devolución prevista. Este dato
parece coincidir con lo reportado por el INJUV (2012) donde afirman que el 30%
de los jóvenes entre 15 y 29 años declaran tener algún tipo de deuda. Si bien
en este caso el endeudamiento es con fuentes informales (familiares o amigos),
revela una naturalización del endeudamiento que podría significar riesgo a
futuro en su vida adulta, ya que incluso manifiestan que en ocasiones piden
préstamos de dinero para solventar deudas anteriores.
Respecto a la capacidad de
ahorro, la mayoría de los estudiantes afirma haber ahorrado, considerando
tarjetas bancarias, alcancías y tenencia personal. Este es un dato importante
que discrepa de los obtenidos en adolescentes urbanos con escasa conducta de
ahorro (CNTV & McCann Erikson, 2005). Así, los participantes del estudio
comprenden la importancia del ahorro, principalmente por la dificultad de sus
padres para comprarles lo que desean. Se destaca el ahorro a largo plazo, primordialmente para la
etapa universitaria, fundamentalmente por su percepción de las dificultades
familiares para poder costear estudios superiores. Ello también es una muestra
del cambio de expectativas acerca de su futuro, lo que coincide con los estudios
que señalan diferencias generacionales en la proyección de los jóvenes rurales
(Castro, 2012)
Uno de los datos emergentes
de este estudio se refiere a las emociones asociadas al resultado de la
compra, especialmente las reportadas de satisfacción y felicidad. Es necesario
poner atención en estos aspectos, ya que se estaría creando un lazo comercial
en una etapa evolutiva en la que se está construyendo la identidad como tarea prioritaria (Bauman,
2007). Ello es porque las emociones influyen fuertemente tanto en las
decisiones de compra, como en la fidelización de los clientes, por lo que
cuando los consumidores sienten emociones positivas, muestran mayor satisfacción y lealtad
hacia los entornos comerciales que frecuentan (Bigné
& Andreu, 2004). Por otra parte, las emociones asociadas a las compras frustradas
se caracterizan por frustración, rabia y pesar, con sentimientos de insatisfacción
e impotencia, que puede llegar a tener un impacto importante tanto en la salud
mental de los menores, como en su satisfacción de vida cotidiana.
En general, si bien se
aprecian en los discursos muchos de los cambios en la construcción identitaria
adolescente, producto del impacto del modelo económico neoliberal, también se
observa una tensión vinculada a nuevas representaciones sociales del mundo rural, donde aun se toman decisiones por ellos de manera cotidiana; que
por un lado los ancla a un mundo rural sin expectativas, pero a la vez la
escuela les alienta a conocer nuevos rumbos sin olvidar su cultura y entorno
rural. Así, la visión de futuro de estos adolescentes incluye sus esfuerzos,
por ejemplo de ahorro, para poder asegurarse mediante el estudio superior, un
acceso a ese mundo de consumo que les seduce.
En relación al
materialismo, se observa que los hombres aparecen más materialistas que las
mujeres, lo cual se contradice a lo mencionado por Cleveland, Laroche y Papadopoulos (2009), para población chilena adulta. En
el presente estudio, son los hombres quienes parecen dar más importancia a las
posesiones materiales que las mujeres, asociando el dinero con la felicidad y
con la expectativa de tener, en un futuro, un trabajo que les aporte mucho
dinero. Esto es nuevamente un reflejo del impacto que ha tenido el modelo
económico neoliberal y sus valores de individualismo y éxito en estos jóvenes,
impacto que parece atravesar transversalmente a las zonas urbanas y rurales, especialmente a la población de menor
edad (Sosa Fuentes, 2012).
Si bien este estudio se
focaliza sólo en una comuna del sur de Chile, también parece reflejar los
cambios transversales que han sufrido los adolescentes en su proceso de
inserción al mundo de la economía; es una primera aproximación al impacto del
consumo en sus vidas y específicamente a los jóvenes rurales, que debería
profundizarse en futuros estudios. Asimismo, se podría considerar para
futuras investigaciones el considerar los aportes entregados en el aula de los
profesores a los adolescentes, puesto que como plantea Díaz, Villalón y
Adlerstein (2015) la importancia de los aprendizajes
significativos de los estudiantes radica en una formación inicial de docentes
en los temas a abordar. Por otra parte, si bien no se observaron diferencias
significativas por pertenencia étnica, también es necesario retomar este
aspecto en futuras investigaciones. En esta misma línea sería adecuado
profundizar más en las emociones asociadas a la compra por su importancia teórica
en la fidelización de clientes comparada según diferencias sociodemográficas.
Tabla 1
Correlación
entre influencia de pares, actitudes hacia el endeudamiento y materialismo
Figura 1. Dendograma
consumo y endeudamiento en adolescentes escolarizados de Lumaco
Figura 2. Actitudes hacia el
endeudamiento según género
Figura 3. Actitudes hacia el endeudamiento según nivel
socioeconómico
Figura 4. Actitudes hacia el endeudamiento según pertenencia
indígena
Anexo
Pauta de
entrevista
1.
¿Qué es la economía
para ustedes? ¿Consideran
importante saber de economía y organización de las finanzas personales?
2.
¿Reciben dinero para sus gastos? ¿Con qué
frecuencia? ¿Cuánto cada vez? ¿Alguno
de ustedes recibe mesada?
3.
¿Qué hacen con su dinero? ¿En qué lo gastan? ¿Planifican sus gastos o sólo
van gastando en lo que quieren?
4.
¿Han pedido dinero prestado? ¿A quién le han
pedido? ¿Para qué han pedido ese dinero?
5.
¿Ahorran? ¿Cómo ahorran? ¿Cuánto
es lo máximo que han ahorrado? ¿Para qué ahorran?
6.
¿Cómo deciden qué comprar? ¿Lo deciden solos? ¿Qué toman en cuenta: precio, calidad, marca, etc.?
7.
¿Qué sienten cuando se compran algo? ¿Con qué frecuencia
necesitan comprar algo? ¿Qué pasa cuando no pueden comprar
lo que quieren?
8.
¿Les ha pasado que compran cosas sin pensar mucho? Por ejemplo, fueron a
pasear al malí y vieron algo y lo
compran sin pensar? ¿Con
qué frecuencia ¡es pasa?
9.
¿Creen que el consumo es importante para ser feliz? ¿Por qué? ¿Qué importancia tiene para ustedes?
10. De las cosas que han comprado en el último mes, ¿qué ha sido lo más importante? ¿Por qué es
importante?
11. ¿Los bienes, las cosas que tengo,
son importantes para mí? ¿Cuál es
la más importante? ¿Por qué?
12. ¿Sus papás los premian con cosas? ¿Y con dinero? ¿Por qué comportamientos reciben
premios?
13. ¿Cómo organizan sus gastos? ¿Hacen alguna planificación? ¿Cómo la hacen?
14. ¿Qué papel cumplen la publicidad en
relación a sus decisiones de consumo? ¿De qué forma
influye? ¿Creen que han comprado algo influidos por la
publicidad? ¿Qué cosas?
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Recibido: 18 de agosto de
2017 Aceptado: 2 de mayo de 2019
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"vhmtbtumwpq" (2022-05-15)