Influencia de los
anuncios publicitarios en redes sociales en la respuesta emocional y la
intención de compra de bebidas lácteas funcionales
Influence
of advertisement on social networks, in the emotional response and the
intention or purchase of functional milk drinks
Carolina Garzón Medina carolinagarzonm@usantotomas.edu.co
Universidad Santo
Tomás, Colombia
Sara Catalina Forero Molina saraforero@usantotomas.edu.co
Universidad Santo
Tomás, Colombia
Wilmer Darío Pineda Ríos wilmerpineda@usantotomas.edu.co
Universidad Santo
Tomás, Colombia
Alejandro Lopera Marín alejandrolopera@usantotomas.edu.co
Universidad Santo
Tomás, Colombia
Influencia
de los anuncios publicitarios en redes sociales en la respuesta emocional y la
intención de compra de bebidas lácteas funcionales
Interdisciplinaria, vol. 38, núm. 2, pp. 167-182, 2021
Centro
Interamericano de Investigaciones Psicológicas y Ciencias Afines
Esta obra está bajo una Licencia Creative
Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.
Recepción: 07 Noviembre 2019
Aprobación: 01 Marzo 2021
Financiamiento
Fuente: El trabajo que se presenta es
resultado del proyecto de investigación titulado “Relación entre los anuncios
publicitarios vistos a través de redes sociales, la respuesta emocional y la
intención de compra y consumo de bebidas lácteas funcionales en jóvenes -
adultos”, aprobado y financiado a través de la XII Convocatoria FODEIN
2018-Universidad Santo Tomás, código 18130050, durante el periodo comprendido
entre febrero y noviembre del año en mención.
Nº de contrato: 18130050
Resumen:
En la actualidad, la salud, el bienestar y la estética son
relevantes para los consumidores y se ven inmersos en la publicidad a través de
las redes sociales. El presente estudio tiene como objetivo determinar la
relación entre los anuncios publicitarios vistos a través de redes sociales, la
respuesta emocional y la intención de compra de bebidas lácteas funcionales en
jóvenes universitarios entre 18 y 35 años de la ciudad de Bogotá, Colombia. La
metodología es de tipo cuantitativo, a través de un diseño cuasiexperimental de
un grupo control, con medición pretest/postest, a partir de la aplicación de
una escala de actitudes y de la toma de registros de electromiografía para las
variaciones en la respuesta emocional, tomando como variable independiente los
anuncios publicitarios vistos en las redes sociales Instagram y Facebook. Los
resultados confirman la relación entre el contenido del anuncio publicitario y
la intención de compra de bebidas lácteas funcionales. Se identifican dos tipos
de consumidores, aquellos que basan sus decisiones de consumo en argumentos
médicos y científicos, y los influenciados por las redes sociales, con premisas
fundamentadas desde lo intuitivo, en el poder que ejercen los grupos de
seguidores, el número de likes y
la influencia de la tecnología.
Palabras
clave: anuncio
publicitario, redes sociales, emociones, intención, alimento funcional.
Abstract: Currently, health, wellness
and aesthetics are relevant for consumers and are immersed in advertising
through social networks. With regard to food and especially the consumption of
functional milk drinks, advertising has specialized in transmitting a series of
messages providing nutritional benefits of these products to improve the
quality of physical and mental life in consumers, mainly acting as an adjuvant
in digestive, immune, and cardiovascular systems. In correspondence with the
above, the advertising of the registered trademarks of these beverages,
supported by social networks such as Facebook and Instagram, is immersed in a
set of dualities associated with self-gratification and pleasure for the
functional food consumed; and, on the other hand, in the formation of premises
and subjective beliefs, associated with feelings of guilt and displacement
against the excessive consumption of calories and fats that are normally
stipulated by medical societies and the same market, to encourage the
consumption of these drinks. The purpose of this study is to determine the
relationship between the advertisements seen through social networks, the
emotional response and the intention of purchase of functional milk drinks in
university students between the ages of 18 and 35 in the city of Bogotá,
Colombia. The methodology was quantitative, through a quasi-experimental design
of a control group, with young students participating from a private university
in Bogotá, with pre and post-test measurement, based on the application of an
attitude scale, who asked about beliefs and attitudes oriented to the
properties of functional milk drinks, knowledge and associated buying and
consumption behaviors. Electromyography records were taken, with the support of
the biofeedback software, to verify the variations in the emotional response,
taking as an independent variable the ads seen in the social networks of
Instagram and Facebook. The analysis of the results was carried out through the
Functional Data Analysis for the understanding of the behavior of the
electromyographic signals and the registered emotional variations, and the
Confirmatory Factor Analysis, to establish the relationships between the
purchase intention and the announcements in the networks social, with support
of statistical software R 3.5.3. The results confirm the influence that the ads
seen on social networks have on the variations in the emotional response of the
consumer of functional milk drinks. These results are consistent with the
technical and empirical postulates that pose the role of facial expression of
emotions as an indicator of adaptation to environmental conditions and the
demands of the digital medium. With reference to the content of the public
announcement as a determining factor in the intention to buy functional milk
drinks, two types of consumers were identified, those who base their
consumption decisions based on medical and scientific premises, and consumers
influenced by social networks. The arguments are based on the intuitive, the
power exerted by the groups of followers, the number of likes and the influence
of technology. From this point of view, the planned action of the behaviors
involved in the purchase intention is influenced by social networks and the
information exposed through them, configuring normative beliefs and
motivational aspects with a representative nutritional hedonic value.
Keywords: advertisements, social networks, emotional response, purchase
intention.
Introducción
En años recientes, el consumidor ha estado inmerso en una fuerte
tensión con respecto al consumo alimentario; por un lado, se enfrenta a dilemas
asociados con lo estético, a partir de creencias vinculadas al cuidado del
cuerpo, y, por otra parte, existen dilemas con lo funcional, en tanto se el
alimento se concibe como una medicina que mejora la salud (Garzón Medina y Barreto, 2013). Frente a
los cambios alimentarios hay una dualidad creciente entre la gratificación y el
placer por el alimento consumido, y la preocupación por la salud, que se
concreta en la presión por verse y sentirse bien (Illanes, 2015). De acuerdo con Naciones Unidas (2013), el consumidor
actual compra productos que cumplen los requisitos deseados: de fácil consumo,
con atributos hedónicos y estatutarios importantes.
En consonancia, la promoción de una vida saludable está de la
mano de adecuadas prácticas alimentarias, partiendo del entendimiento y la
conciencia de los individuos hacia problemas de salud pública como la obesidad
y la anorexia, derivados de inadecuados hábitos (Requero, Cancela, Santos, Díaz y Briñol, 2015)
y los posteriores efectos negativos. Así, en los próximos años la preocupación
principal radicará en adoptar una alimentación saludable; según Angus y Westbrook (2019) se viene
reforzando la tendencia en torno a un consumidor más consciente que se preocupa
por conocer el contenido nutricional de los alimentos. Por ende, el reto de la
industria alimentaria es responder a las motivaciones, emociones, gustos y
preocupaciones del consumidor por una vida saludable (Valenzuela, Valenzuela, Sanhueza y Morales,
2014). En línea con lo anterior, los alimentos funcionales son parte de esa
solución, pues confieren al consumidor ciertos beneficios para la salud, ya sea
porque se les ha adicionado, removido o modificado algún componente (Prieto-Hontoria, 2016).
El mercado de alimentos funcionales ha crecido en las últimas
dos décadas (Santeramo et al., 2018) y
en Latinoamérica, aunque es incipiente, sigue en ascenso. En efecto, es muy
común la preferencia por las bebidas lácteas funcionales (como yogures, leches
enriquecidas y fermentadas) que ayudan a controlar y mejorar el colesterol,
incrementar las defensas, regular la digestión, contribuir al consumo de fibras
dietarias y generar un equilibrio entre talla y peso corporal (Bigliardi y Galati, 2013).
Respecto a la industria láctea en Colombia, el consumo per
cápita se ha mantenido estable en alrededor de 140 litros al año (Asoleche, 2019, citado en La Nota Económica, 2019), por lo que, de
las marcas de productos de consumo masivo en la categoría funcionales
preferidas por los colombianos, Colanta (primer lugar), Alquería (segundo
lugar), y Alpina (séptimo lugar) han evidenciado significativas fortalezas en
este sector (Kantar Worldpanel, 2018).
Un factor determinante en la preferencia por las bebidas lácteas funcionales es
la publicidad expuesta en internet, a través de las redes sociales, en especial
Instagram, Facebook, YouTube y Twitter, las cuales se soportan en los anuncios
publicitarios para generar emociones, sensaciones y expectativas en el
consumidor potencial (Perelló, Muela y
Hormigos, 2016). De acuerdo con el Ministerio de Tecnologías de la
Información y Comunicaciones (MinTIC, 2018),
en Bogotá las redes que más se usan son WhatsApp (89.4 %) y Facebook (86.7 %),
seguidas de YouTube (54.2 %), Instagram (35.2 %) y Twitter (22.8 %).
En correspondencia, el estudio de Siegrist, Stampfli y Kastenholz (2008)
destaca el impacto del uso de las redes sociales sobre los beneficios
potenciales de los productos; por el contrario, Mink, Evans, Moore, Calderón y Deger (2010)
evidencian los desequilibrios nutricionales que se generan ante la exposición
de mensajes publicitarios ambiguos y contradictorios, lo que desde luego tiene
impacto en lo emocional. Por su parte, Morillo
(2013), así como Arboleda y Villa
(2016) justifican que la publicidad en la alimentación está influyendo en
la elección de los alimentos y la salud, mediada por la valoración del
contenido de los mensajes publicitarios vistos en redes sociales.
Por su parte, Shang, Wu y
Sie (2017) refieren que, dentro del entorno en línea, los consumidores
normalmente se ven más influenciados por los comentarios u opiniones publicados
en las redes sociales antes de tomar una decisión de compra, por lo que a mayor
resonancia (reacción) de los consumidores ante una publicación, tiene un efecto
positivo en la intención de compra. En esa misma línea, Rovirosa, Zapata, Gómez, Gotthelf y Ferrante
(2017) determinan la influencia de la publicidad en medios alternos a la
televisión en la frecuencia, la duración y la calidad nutricional en niños y
adolescentes. En cuanto a la influencia persuasiva, Chance, Gorlin y Dhar (2014) destacan el
papel de la dualidad intuición-razón en la elección de alimentos saludables,
mediado por aspectos tales como la publicidad, el ambiente social, la condición
psicológica y las posibilidades ofertadas por el mercado.
Desde la Teoría de la Acción Planificada, se puede establecer
“los factores que inciden en conductas concretas, teniendo en cuenta la
relación actitud-conducta” (Ajzen, 2002,
citado en Garzón Medina, Barreto y
Sandoval-Escobar, 2018, p. 240). Así, la acción planificada de las
conductas involucradas en la intención de compra de bebidas lácteas
funcionales, tomando como factor elicitador la publicidad vista en redes
sociales, implica en palabras de Castro
(2002) la disposición a realizar diversas acciones, influenciada por
aspectos tales como la actitud hacia la conducta, la norma subjetiva y el
control percibido para la ejecución de dichas conductas.
En ese sentido, la intención de compra depende de la actitud, la
norma social subjetiva y el control percibido, que hace referencia a la presión
social que recibe el consumidor de su entorno más próximo. Esto incluye las
creencias normativas y la motivación por complacer: la primera hace referencia
a las creencias que tiene el consumidor respecto a lo que las personas de su
entorno esperan que haga y la segunda, la disposición por parte del consumidor
para acomodarse y complacer la opinión de personas que son importantes para él
(Fishbein y Ajzen, 1975).
Asimismo, frente al control percibido en la intención de compra
de bebidas lácteas funcionales por redes sociales, de acuerdo con Ajzen (1991, citado en Puelles, Llorens y Talledo, 2014) es
importante denotar la percepción del individuo sobre la facilidad o dificultad
de realizar un determinado comportamiento, por lo que distingue dos niveles
jerárquicos: por un lado la creencia de autoeficacia (facilidad o dificultad de
realizar un comportamiento) y la creencia de controlabilidad (hasta qué punto
la realización del comportamiento depende del individuo). Al respecto, Toigo Giehl, Gattermann, Dutra y Hoffmann
(2018) constatan que a mayor claridad y conocimiento de la información
nutricional incluida en la etiqueta de los alimentos funcionales, se
incrementan las razones favorables de quererlos comprar y consumir, por lo que
las diferencias individuales y otros factores personales son determinantes en
la formación de creencias frente al control percibido (Godoy et al., 2018).
Así, la intención es previa a la ejecución de conductas de
compras saludables, ya que, aunque una persona pueda tener la intención para
orientar un comportamiento saludable basado en criterios contextuales y
actitudinales, en el plano de la ejecución de la conducta esta no siempre es
contingente (Sandoval-Escobar et al., 2019).
Por lo anterior, no hay una relación directa entre la actitud y el
comportamiento efectivo de alimentos funcionales, ya que, de acuerdo con González e Ibáñez (2008), existe una
relación dinámica y compleja entre el conocimiento sobre alimentos funcionales,
las actitudes favorables hacia estos y la intención de consumirlos.
Asimismo, Tuorila y
Cardello (2002, citados en Krystallis,
Vasallo, Chryssohoidis y Perrea, 2008) sustentan que la información acerca
de los beneficios de salud de un alimento que se ve en diferentes medios de
comunicación puede incrementar la probabilidad de su consumo, reafirmando lo
expuesto por Herring, Cruice, Bennett,
Davey y Foster (2014) sobre la eficacia de la tecnología y las
comunicaciones frente al control dietario y el sobrepeso. En línea con lo
anterior, Flórez, Góngora, Pacheco y
Ortegón (2014) evidenciaron que el impacto publicitario de los alimentos
funcionales se encuentra dado a través de atributos aspiracionales,
informativos y por percepción publicitaria persuasiva; estos resultados
confirman lo evidenciado por Annunziata y
Vecchio (2013) acerca de la influencia de variables contextuales e
informacionales frente a la acción de compra alimentaria.
En correspondencia con la influencia de la norma subjetiva y el
control percibido en la intención de compra de bebidas lácteas funcionales y de
las redes sociales en la formación de actitudes, se destaca el papel de las
emociones como agente elicitador. Así, las emociones están ligadas con la
sobrevivencia misma, lo cual da cuenta de un proceso evolutivo, acompañado de
respuestas comportamentales automáticas, que generalmente incluyen sentimientos
privativos, de excitación psicológica, expresiones faciales o corporales,
generados por estímulos externos, asociado a comportamientos de recompensa o de
castigo (Rovira, 2017).
Desde la visión psicobiológica, se considera a la emoción como
un patrón observable específico y limitado de respuestas desencadenadas por la
interpretación de una situación u objeto que tienen que ver con la
supervivencia (Deigh, 2010). Este
patrón incluye respuestas fisiológicas y expresivas producidas por la actividad
neurológica (Lazarus, 1991; Ekman, 1999). En los diversos trabajos
transculturales de Ekman (Eckman, 2016;
Ekman y Friesen, 1971; Ekman, Sorenson y Friesen, 1969; Oster y Eckman, 1981) un componente
importante del estudio de la emoción subyace en las expresiones faciales como
la ira, el desagrado, la alegría, la tristeza, el miedo y la sorpresa, ya que
son universalmente compartidas, aunque su contenido y la fuente que origina su
expresión varíe de un contexto a otro.
Actualmente hay razones para cuestionar dichas aseveraciones, ya
que se ha comprobado que no siempre la expresión emocional es un indicador de
cambios en la valencia afectiva (Benítez-Quiroz,
Wilbur y Martínez, 2016). Al respecto, Barrett
(2006, citado en Lindquist y Barrett,
2008) destaca la relación existente entre el contenido de la emoción y sus
consecuentes comportamientos. Por su parte, Kassam
y Mendes (2013) constatan la relación inversa entre la identificación de
una variedad de emociones, como el orgullo, la molestia, la frustración, la
satisfacción, el enojo, entre otras, y un aumento menor en la frecuencia
cardíaca, en relación con aquellos que no habían identificado dichas emociones.
Al respecto, el estudio de Zhi,
Cao y Cao (2017) confirma la relación entre expresión facial, gustos
perceptivos hedónicos e influencias culturales, en ese sentido las mediciones
realizadas con electromiografía destacan las relaciones de significancia entre
sabores amargos y emociones asociadas con el disgusto o el enojo por parte de
comensales occidentales, y de gratificación y alegría en comensales asiáticos. Hwang y Matsumoto (2016, citados en Danner y Duerrschmid, 2018) destacan la
relación entre expresiones faciales de agrado o desagrado con respecto al
consumo de alimentos saludables y la situación de interacción social asociada.
Para Prescott (2017) existe una
relación significativa entre la respuesta fisiológica (de tipo galvánico, y de
frecuencia cardíaca) y los cambios en términos de la expresión emocional bajo
mediciones de electromiografía, por lo que variaciones en algunos de estos
canales se asocian con la expresión emocional correspondiente.
En línea con los anteriores postulados, modelos más recientes
desde la perspectiva apreciativa como el planteado por Gross y Feldman-Barret (2011, citado en
Gómez y Calleja, 2016) “considera a la emoción como una respuesta producida por
la interpretación o análisis cognitivo de un evento significativo para el
individuo, que lo prepara para desarrollar y ejecutar acciones adaptativas y
funcionales” (p. 97). Desde el Modelo Multimodal de la Emoción (MME) propuesto
por los autores anteriormente mencionados, la emoción “surge primero cuando las
personas atienden o se ocupan de una situación y la ven como relevante para sus
intenciones, metas u objetivos. Las metas que apoyan esta evaluación pueden ser
duraderas o transitorias” (Gross y
Thompson, 2007, citado en Mestre y
Guil, 2012, p. 23).
Con base en el papel regulador de las emociones, el estudio de Mestre, Palmero y Guil (2004) confirma la
influencia persuasiva del anuncio ante la presentación del modelo fitness en una
condición física ideal, así como el incremento de la culpa ante una situación
de consumo hipercalórico que, en palabras de Lazarus y Lazarus (2000), empuja a
corregir o enmendar el agravio realizado. Por lo tanto, la culpa como emoción
autocastiga positivamente al individuo por no estar haciendo lo que debería
hacer y, con base en esto, el estudio de Sobhanifard
y Balighi (2018) confirma el papel que tiene el marketing viral en la intención
de compra de productos saludables, ya que, al elicitar emociones como la
alegría y la sorpresa, tiene un efecto positivo en el valor social percibido a
través de las redes.
Estos hallazgos, en correspondencia con lo planteado por Achar, So, Agrawal y Duhacheck (2016),
confirman la estrecha relación entre la regulación emocional vista a través de
los anuncios publicitarios de alimentos y los sentimientos de culpa y
arrepentimiento por parte del consumidor. Asimismo, Blissett, Haycraff y Farrow (2010)
evidencian el papel regulador de las emociones entre el consumo de alimentos grasos
y dulces ante la ausencia de hambre, lo que refuerza aún más las emociones
negativas como la culpa o la aversión.
Estudios recientes como el de Tan, Ng, Omar y Karupaiah (2018) destacan
que del 100 % de la publicidad de alimentos dirigida al segmento infantil y
adolescente, vista en redes sociales como YouTube, tan solo el 8.5 % hace
referencia al consumo de alimentos saludables y la comunicación de los
beneficios para la salud. En correspondencia con estos hallazgos, Klassen et al. (2018) identificaron que
en redes sociales como Facebook, los sujetos asocian con emociones positivas
enlaces alusivos al cuidado de la imagen corporal, más que al contenido del alimento
funcional o la imagen de un famoso; en Instagram el consumidor asoció con
emociones negativas mensajes publicitarios relacionados con la pérdida de peso.
Por su parte, Dabbous y Aoun (2020) a
través de sus hallazgos alientan a las empresas a invertir en la producción de
contenido de alta calidad en sus páginas de redes sociales, incentivando el
conocimiento de marca de los alimentos funcionales por parte de los
consumidores, no solo por valores hedónicos, sino por el respaldo científico
que hay detrás de estos.
En concordancia con estos hallazgos, el objetivo de la
investigación fue determinar la relación entre los anuncios publicitarios
vistos a través de redes sociales y la respuesta emocional y la intención de
compra y consumo de bebidas lácteas funcionales en jóvenes adultos de entre 18
y 35 años de la ciudad de Bogotá. Se plantearon las siguientes hipótesis: (1)
el anuncio publicitario visto a través de redes sociales influye en la
variación de la expresión emocional del consumidor de bebidas lácteas
funcionales; y (2) el contenido del anuncio publicitario visto a través de
redes sociales es determinante en la intención de compra de bebidas lácteas
funcionales.
Método
Participantes y muestreo
La investigación se realizó en una universidad privada de
Bogotá. Se determinó un muestreo no probabilístico de tipo intencional (Hernández, Fernández y Baptista, 2014)
compuesto por 40 sujetos de las carreras de psicología y cultura física
adscritas a la sede donde se encuentra el laboratorio de experimentación. Los
criterios de inclusión fueron: conocimiento de bebidas lácteas funcionales y
uso frecuente de redes sociales. El 50 % de los participantes fueron hombres y
el 50 %, mujeres. Con referencia a la edad, el 45 % tenía entre 18 y 22 años;
el 22 %, entre 23 y 26 años; el 20 %, entre 27 y 31 años y el 13 %, entre 32 y
35 años. Con respecto a la red social, el 47 % frecuentaba Instagram, el 32 %,
Facebook y el 15%, Twitter.
Diseño
Se llevó a cabo un diseño cuasi experimental de un grupo control
no equivalente, con medición pretest/postest (Campbell y Stanley, 2012), tomando como
variables dependientes la intención de compra y consumo de bebidas lácteas
funcionales (medidas a través de encuesta) y la respuesta emocional (con
mediciones electromiografías), y como variable independiente, los anuncios
publicitarios vistos en redes sociales (Instagram y Facebook).
Instrumentos y materiales
La evaluación de la respuesta emocional se realizó mediante seis
(6) anuncios publicitarios, en formato video e imagen, de bebidas lácteas
funcionales de las marcas Alpina y Colanta, visualizados a través de las redes
sociales Instagram y Facebook. Se tuvieron en cuenta criterios como la
circulación permanente de los anuncios en la redes sociales que promocionan
mensajes alusivos al mejoramiento de una función orgánica.[1]
Para llevar a cabo la medición, se empleó el software Biofeedback 2.0, con un
canal de electromiografía.
Para establecer un perfil actitudinal se adaptó el cuestionario
de comportamiento proambiental en hogares bogotanos de Sandoval y Barreto (2014) al contexto de
intención de compra de bebidas lácteas funcionales, compuesto por 45 ítems con
opción de respuesta tipo escala Likert de 6 grados, que evaluaron creencias
alimentarias (15 ítems), normas subjetivas alimentarias (15 ítems) y reporte
del control percibido alimentario (15 ítems). En el presente estudio se obtuvo
un Alfa de Cronbach de .90, valor muy similar al del estudio original de Sandoval y Barreto (2014) de .883.
Procedimiento
El experimento se realizó en una sala de laboratorio de
psicología, controlando variables como el sonido y la temperatura. A través de
voz a voz, se contactó a los estudiantes de la sede universitaria que
cumplieran con los criterios de inclusión establecidos; para motivarlos, se les
otorgó un incentivo posterior a su participación (refrigerio saludable).
Inicialmente se explicó el propósito de la investigación y se procedió a la
firma del consentimiento informado. Luego, se aplicó la primera parte del cuestionario
(10 minutos) enfocada en estudiar las creencias y normas subjetivas
alimentarias. Posteriormente, se realizó la conexión de los electrodos en el
rostro (músculo orbicular de los ojos y la comisura de los labios), se los
ubicó frente al computador en el que previamente se guardaron los anuncios
publicitarios y se partió con la proyección de una línea de base (video
aleatorio, no relacionado con la investigación). A continuación, se presentaron
los estímulos (30 segundos de visualización cada uno y un intervalo de
estabilización de cinco segundos entre estímulos). Finalmente, se aplicó la
segunda parte del cuestionario, relacionada con el reporte de acciones
alimentarias (10 minutos).
Análisis de los datos
Se realizó el Análisis de Datos Funcionales y Análisis de
Componentes Principales Funcionales para Datos Dispersos (ACPF-D) para la
comprensión del comportamiento de las señales electromiográficas y un Análisis
de Correspondencias Múltiples para el establecimiento de relaciones de
clústeres específicos de consumidores a partir de las variaciones emocionales.
Para el Análisis Factorial Confirmatorio, se calculó el índice de KMO con
respecto a la escala de intención de compra de bebidas lácteas funcionales para
establecer las relaciones entre intención de compra y anuncios en redes
sociales, con apoyo del software estadístico R 3.5.3.
Resultados
Intención de compra de bebidas lácteas funcionales
A partir del Análisis Funcional Confirmatorio pretest/postest,
por medio del cálculo del índice de KMO se identificó el mejor conjunto de
ítems que se ajustaran a cada uno de los factores (creencia de compra, norma
subjetiva y control percibido), con una ponderación mayor a .6 para ser
agrupados respectivamente. Al respecto, se evidenció que las creencias que mejor
definen la actitud de compra de bebidas lácteas funcionales son la disposición
para realizar actividades que promuevan hábitos y estilos de vida saludables (M
= .9), el deseo de consumirlas con el fin de tener una mejor salud (M = .7), la
importancia del contenido de la etiqueta nutricional como base de la elección
alimentaria (M = .7) y la promoción en redes sociales (M = .6).
Con respecto al factor de norma subjetiva de bebidas lácteas
funcionales, aspectos asociados con la responsabilidad legal que tienen las
empresas frente a la comunicación publicitaria de la información alimentaria (M
= .9), la evidencia científica que soporta el consumo de bebidas lácteas
funcionales (M = .8), el apoyo del ejercicio y la sana alimentación (M = .8),
el acceso a información nutricional (M = .7), la existencia de organismos
internacionales que propendan por controlar la publicidad engañosa en torno a
las bebidas lácteas funcionales vista en redes sociales (M = .6) y la difusión
de información confiable en los anuncios publicitarios vistos en redes sociales
(M = .6) definen los criterios y fundamentos de decisión y elección de compra y
consumo de las bebidas lácteas funcionales.
Por último, las acciones que mejor fundamentan la compra de
bebidas lácteas funcionales en términos del control percibido son el
seguimiento en redes sociales de las promociones de las marcas de bebidas
lácteas para luego comprarlas (M = .8), el pertenecer a grupos en redes
sociales con una finalidad saludable (M = .7), el sentimiento de culpa por
haber consumido un alimento alto en calorías después de ver un anuncio en redes
sociales (M = .7), el número de likes en las redes sociales (M = .7), el comprar la bebida
láctea saludable para parecerse a la imagen del modelo fitness del anuncio publicitario
(M = .6) y la compra de la bebida láctea por las bondades del anuncio
publicitario en las redes sociales (M = .6).
Estos resultados se validan con el Análisis de Componentes
Principales (ver Figura 1), en el que la representación del
primer plano factorial conserva un 31.4 % de la varianza de los dos primeros
ejes y la del segundo plano factorial conserva el 38.1 % de la varianza. El eje
1 se denomina “respaldo médico” ya que se encuentra asociado a consumidores que
sustentan sus intenciones de compra influenciados por criterios médicos
(opinión de los expertos, sellos gremiales, etiquetas nutricionales y estudios
científicos). El eje 2 se denomina “redes sociales” cuyas acciones de compra y
consumo se ven significativamente persuadidas por los comentarios, el número de
likes y
el seguimiento en redes sociales de los anuncios publicitados.
Figura 1
Plano factorial
relacionado con la intención de compra de las bebidas lácteas funcionales.
Elaboración
propia.
Anuncios publicitarios, redes sociales y respuesta emocional
A partir del Análisis de Componentes Principales Funcionales
para Datos Dispersos (ACPF-D), la carga de las variaciones de las ondas EMG se
redujo al 97.1 % concentrados en dos (2) componentes principales (ver Tabla 1), lo que evidencia que los principales cambios con
respecto a la excitación emocional estuvieron sobre los últimos estímulos
presentados, asociados con imágenes y mensajes alusivos al cuidado del corazón
y de las defensas.
Tabla 1
Resultados de ACPF-D señales
electromiográficas
COMPONENTE |
||||
1 |
2 |
3 |
4 |
|
Valor propio |
241.5 |
56.4 |
7.6 |
1.4 |
Proporción |
78.7 |
18.4 |
2.5 |
.4 |
Proporción acumulada |
78.7 |
97.1 |
99.6 |
100.0 |
Elaboración propia.
El primer clúster, denominado “indiferente”, comprende a
aquellos individuos cuyas variaciones de las ondas EMG se mantuvieron
constantes a lo largo de las respectivas mediciones, sin que se evidenciaran
niveles altos de excitación a lo largo de la presentación de los estímulos (M =
8 ms). El segundo clúster, denominado “activo”, son aquellos individuos cuya
excitación emocional se presenta en los estímulos 1, 2 y 3 (anuncio de
Instagram de Regeneris –Alpina–, anuncio de Facebook de Disgestive con Fibra –Colanta–
y anuncio de Instagram de Yox con Defensis –Alpina–), con una disminución
progresiva de la actividad en los últimos estímulos (M = 26 ms).
La relación entre anuncios vistos en redes sociales y la
variación emocional a partir del Análisis de Correspondencias Múltiples de la
clasificación de clúster de las ondas EMG evidencia que el factor 1 conserva el
36.5 % de la varianza de ambos factores (ver Figura 2), por
lo que sobre este eje se ubican los consumidores activos, cuyas respuestas se
orientan por valencia hedónica, o agrado de un estímulo y por el otro, la
excitación o la intensidad que genera dicho agrado. Así, en el factor 2
conserva el 10.6 % de la varianza, ubicándose los consumidores analíticos cuyas
reacciones se orientan en torno a la utilidad percibida y los beneficios
asociados con la influencia de mensajes persuasivos como “saludable”, “bajo en
grasa” o “mejora la salud”.
Por otra parte, se evidencia que en los consumidores cuya
intención de compra se orienta por información del contexto sobre los usos y
beneficios de las bebidas lácteas desde un punto de vista más racional, sus
opiniones y reacciones son más intuitivas en términos de las variaciones
electromiográficas guiadas por señales persuasivas de las redes sociales.
Figura 2
Plano factorial
clasificación clúster de las ondas EMG.
Elaboración
propia.
Discusión
Se comprueba la hipótesis acerca de la influencia que tienen los
anuncios vistos en redes sociales en las variaciones de la respuesta emocional
del consumidor de bebidas lácteas funcionales. Estos resultados son
consistentes con los postulados teóricos que plantean el papel de la expresión
facial de las emociones como indicador de adaptación a las condiciones
ambientales (Ekman y Friesen, 1971; Ekman et al., 1969; Oster y Eckman, 1981). Al respecto, es
importante denotar cómo las variaciones positivas en las ondas electromiográficas
asociadas con expresiones faciales de alegría y felicidad son indicadores de
agrado y satisfacción respecto al contenido de los mismos anuncios. De la misma
manera, y en línea con lo que plantea Prescott
(2017) desde el plano fisiológico, se confirma una estrecha relación entre
la señal electromiográfica y la respuesta emocional que acompaña dicha
reacción.
Por otra parte, el análisis de varianzas representadas a través
del plano factorial confirman lo planteado por Zhi, Cao y Cao (2017), Hwang y Matsumoto (2016, citados en Danner y Duerrschmid, 2018) y Klassen et al. (2018), quienes convergen
en la relación estrecha que existe entre la expresión facial y los gustos
perceptivos hedónicos en redes sociales como Instagram y Facebook. Al respecto,
se destaca la influencia que tiene el contenido del mensaje del anuncio
publicitario visto en estas redes sociales, en términos de que es “bajo en
grasa”, “activa las defensas”, “mejora la salud”, en las variaciones
emocionales positivas, asociadas con satisfacción, y negativas, asociadas con
sentimientos de culpa y arrepentimiento.
Estos resultados corresponden con lo que plantean Achar et al. (2016), quienes confirman la
congruencia entre el contagio emocional del anuncio y la expresión emocional
correspondiente, así como lo evidenciado por Blissett et al. (2010) con respecto al
papel regulador de las emociones en el consumo de alimentos hipercalóricos, el
reforzamiento de emociones negativas y la experimentación de emociones
asociadas con la culpabilidad y el autocastigo (Mestre et al., 2004) lo que persuade la
intención de compra de bebidas lácteas funcionales (Dabbous y Aoun, 2020).
Del mismo modo, se pudo constatar la relación entre la
influencia que ejercen las redes sociales en la intención de compra, en las
decisiones de consumo, mediada por valencias afectivas que han permitido
establecer dos grupos de consumidores: aquellos que basan sus decisiones de
consumo bajo premisas de lo favorable que es alimentarse de manera saludable,
sustentado en criterios médicos y nutricionales, y por otro lado consumidores
que soportan sus decisiones influenciados por las redes sociales, con premisas
fundamentadas más desde lo intuitivo, en el poder que ejerce el contexto
tecnológico, desde donde se confirma la capacidad de autorregulación de las
emociones (Gross y Feldman, 2011; Sobhanifard y Allah Balighi, 2018).
En esta dirección, los resultados del Análisis Funcional
Confirmatorio permitieron aceptar la hipótesis frente a la relación
determinante entre el contenido del anuncio publicitario y la intención de
compra de bebidas lácteas funcionales, lo que se corresponde con los
planteamientos de Fishbein y Ajzen (1975),
ya que la intención de compra depende, en gran medida, de las creencias del
individuo frente a los mensajes persuasivos del anuncio en redes sociales y de
la norma social subjetiva, es decir, las presiones sociales que recibe el
consumidor del entorno, entre el deseo de comer un producto rico y la cognición
frente al reconocimiento de perjuicios y beneficios de una bebida láctea
funcional. En línea con lo evidenciado por Toigo
Giehl et al. (2018), se constata que a mayor claridad y conocimiento de la
información nutricional incluida en la etiqueta nutricional de los alimentos
funcionales, esto influye en la decisión de compra.
Dichas evidencias confirman lo planteado por Ajzen (2002, citado en Garzón Medina et al., 2018) ya que la
acción planificada de conductas involucradas en la intención de compra se ve
determinada por el control percibido, asociada con la facilidad o dificultad de
realizar un determinado comportamiento. En ese sentido, las redes sociales en
estos tiempos se han convertido en un control social muy representativo,
moldeando creencias de autoeficacia, en términos de la tensión generada por la
dificultad de tomar una decisión de compra, basado en los comentarios y número
de likes en
redes sociales y el nivel de controlabilidad, sustentando en las premisas y
demandas del contexto, frente a las evidencias científicas, el respaldo de
sociedades médicas y la influencia de la publicidad (Ajzen, 1991, citado en Puelles et al., 2014; Castro, 2002).
Igualmente, se confirman los hallazgos de González e Ibáñez (2008) respecto a la
relación entre el conocimiento de los componentes y beneficios de las bebidas
lácteas funcionales, la actitud favorable e intención de consumirlos. Sin
embargo, se cuestiona la veracidad del mensaje y de la información a través de
las redes sociales, ya que en palabras de Herring
et al. (2014) no es lo suficientemente contundente para orientar un consumo
saludable. Asimismo, en línea con lo planteado por Sandoval-Escobar et al. (2019), una
persona puede tener la intención para orientar un comportamiento saludable
basado en criterios contextuales y actitudinales, pero en el plano de la
ejecución dichas intenciones pueden afectar el comportamiento efectivo.
En conclusión, los hallazgos de esta investigación ponen de
manifiesto la mutua relación entre el mercadeo, la psicología y las
neurociencias del consumidor, ya que sus nexos permiten la comprensión, la
explicación y la intervención del comportamiento y el poder de las redes
sociales y la tecnología en las decisiones de compra y consumo en el ámbito
alimentario. Como expresan Peatfield et
al. (2012), en estos tiempos de cambios vertiginosos, estudiar la estrecha
relación entre el anuncio publicitario visto a través de las redes sociales y
la conexión emocional que se genera entre marca y consumidor se convierte en un
arma persuasiva con implicaciones en las preferencias y futuras elecciones de
consumidor, cuya premisa no siempre está fundamentada en lo saludable, sino en
valores estéticos y de belleza promovidos por la sociedad consumista.
Una de las principales limitaciones se enfocó en la expresión
facial de la emoción a partir de la electromiografía, ya que en palabras de Danner y Duerrschmid (2018) se recomienda
contrastar con otras pruebas de medición objetiva, como la frecuencia cardíaca,
la presión galvánica de la piel y otras técnicas de neuroimagen, que precisen
mediciones mucho más complejas en términos de la valencia, la activación y el
control emocional, así como test y cuestionarios para el registro subjetivo.
Futuras investigaciones se deben enfocar en la comprensión de
las estrategias persuasivas que ejercen youtubers e influencers en el posicionamiento
social y la identificación con grupos de referencia mucho más representativos
en lo que respecta al consumo de alimentos funcionales. En línea con los
concomitantes fisiológicos implicados, es importante tener en cuenta la
eficacia de los mensajes persuasivos de los anuncios vistos en redes sociales y
las variaciones emocionales asociadas, ya que una de las críticas a los
estudios planteados por Eckman (2016) es
el hecho controvertido de la existencia de emociones básicas, expresadas
universalmente como un hecho innato. Sin embargo, es destacable la influencia
de aspectos diferenciales, asociados con los rasgos de personalidad, la edad,
el género, la ocupación (Godoy et al. 2018),
así como las prácticas culturales en la intención de compra de alimentos
saludables.
Agradecimientos
Los autores agradecen a los estudiantes Francy Milena Mora,
Daniel Guio Ballesteros y Carolina Rodríguez de la Facultad de Mercadeo de la
Universidad Santo Tomás, por su aporte y apoyo en la recolección de
información.
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Notas
[1] Se relacionan algunos
links de los anuncios publicitarios:
Benecol (Facebook): https://www.facebook.com/ColantaOficial/videos/1174965689227411
Yox (Instagram): https://www.instagram.com/p/BiAqX8Cn0KO/?igshid=1ducm2xsduv5j
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