Artículos
Inteligencia,
funciones ejecutivas y rendimiento académico de adolescentes de 13 y 14 años de
Resistencia (Chaco, Argentina)
Intelligence,
Executive Functions and Academic Achievement in Adolescents of 13 and 14 years
old
Álvaro
Federico Muchiut alvaro_muchutti@hotmail.com
Fundación Centro de Estudios Cognitivos, Argentina
Paola Vaccaro paolavaccaro1987@gmail.com
Fundación Centro de Estudios Cognitivos, Argentina
Marcos
Luis Pietto marcos.pietto@gmail.com
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas
(CONICET), Argentina
Inteligencia, funciones ejecutivas y rendimiento académico de
adolescentes de 13 y 14 años de Resistencia (Chaco, Argentina)
Interdisciplinaria, vol. 38, núm. 3, pp. 83-102, 2021
Centro Interamericano de Investigaciones Psicológicas y Ciencias
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Recepción:
27 Enero 2020
Aprobación:
13 Mayo 2021
Resumen:
El ámbito educativo, indudablemente, puede beneficiarse de los
aportes de las neurociencias, enfoque desde el cual, en este estudio, se
plantearon los objetivos de explorar la relación existente entre la capacidad
intelectual (CI), las funciones ejecutivas (FE) y el rendimiento académico (RA)
en adolescentes; analizar si la CI y las FE constituyen variables predictoras
del RA, e indagar el funcionamiento ejecutivo de la muestra según la CI fuera
baja o alta. Para ello, se realizó un estudio no experimental, transversal,
descriptivo-correlacional, en el que participaron 36 sujetos de 13-14 años. Los
instrumentos de evaluación utilizados fueron WISC-IV, BANFE-2 y el registro de
calificaciones provisto por la institución educativa. Los datos obtenidos
fueron sometidos a análisis descriptivos, de correlación y de regresión. Los
resultados arrojaron correlación positiva significativa entre las variables CI
y FE, y entre la prueba WISC-IV y RA, determinándose el CI como variable
predictiva del RA, mientras que en relación con las FE evaluadas con BANFE-2
solo se encontró asociación estadísticamente significativa con las subpruebas
correspondientes al área prefrontal anterior. Además se observaron diferencias
significativas entre los grupos de alta y baja CI en las FE de planificación,
memoria de trabajo (MT) y fluidez verbal, en favor del grupo de alto desempeño
intelectual. La conclusión se centra en la importancia de involucrar los
hallazgos sobre los diferentes procesos cognitivos en el diseño de las
estrategias pedagógicas para favorecer al máximo el RA del estudiante.
Finalmente, las limitaciones versaron en relación con el tamaño muestral, y se
proponen futuras líneas de estudio que posibiliten generalizar los resultados.
Palabras clave: neurociencias, inteligencia, funciones ejecutivas, rendimiento
académico, adolescentes.
Abstract: The study of the
relationship between executive functions, intellectual abilities, and academic
achievement plays an important role in the field of cognitive neuroscience,
particularly for their implications in the educational field. Intelligence has
been linked to executive functions. In fact, core aspects of intelligence, such
as reasoning, problem-solving and planning, are often included in the wide
range of frontal lobe functions and over laps with the so-called higher-level
executive functions. In addition, executive functioning abilities are
associated with skills put in play when participating in learning activities at
school. In this sense, different studies have demonstrated that a lower
performance on executive function measures typically is associated with a lower
performance across different academic areas. The aim of this work was focused
on the relationship between intelligence and executive functions, and their
ability to predict academic achievement. In the present study, a
non-experimental, transversal and descriptive-correlational design was
implemented to explore the relationship between intellectual abilities, executive
functions, and academic performance in a sample of 37 adolescents (17 girls)
aged 13-14 years. The information was collected through the school reports of
participants, and their performance on tests BANFE-2 (neuropsychological
battery of the executive functions and frontal lobes) and WISC-IV (Wechsler
intelligence scale for children 4th Ed.). Also, adolescents were classified
into two groups (high- and low performers) based on their performance on the
general intelligence score. Participants with IQ scores below the median were
assigned to the low-performing group, while participants with IQ scores above
the median were assigned to the high-performing group. The data obtained were
subjected to descriptive, correlation and regression analyses. Results showed a
pattern of positive and significant correlations between executive functions
variables (BANFE-2) and intelligence scores (WISC-IV). The 69 % of significant
correlations indicated a moderate – strong degree of association (i. e., 49
Keywords: neurosciences, intelligence, executive functions, academic
performance, teenagers.
Introducción
Las neurociencias se definen como un campo interdisciplinar que
proporciona información sobre cómo funciona el cerebro, en su desarrollo normal
y patológico, posibilitando una mayor comprensión de la conducta humana. Por
ello, el ámbito educativo no debería mantenerse ajeno a dicha información, pues
el cerebro constituye la base del aprendizaje y todo aprendizaje transforma el
cerebro (Portellano, 2018).
El procesamiento cognitivo complejo se vincula al desempeño
óptimo de la corteza prefrontal, asiento de las funciones ejecutivas (en
adelante, FE) que conjuntamente con otras habilidades cognitivas sustentan y
fortalecen la inteligencia. En este sentido, la asociación entre FE y capacidad
intelectual (en adelante, CI) ha sido analizada en una multiplicidad de
estudios, entre ellos, los que reportan correlación FE y CI como la
investigación efectuada por Arán-Filippetti
et al. (2015) en la que participaron niños (7-10 años) y adolescentes
(11-15 años), quienes hallaron que las FE se asocian tanto con la inteligencia
cristalizada como con la inteligencia fluida de modo selectivo, dependiendo de
la etapa del desarrollo evolutivo. De este modo, las correlaciones entre CI y
FE resultaron entre bajas y moderadas en adolescentes, mientras que en los
niños no solo fueron bajas, sino que se presentaron solamente en algunas
funciones. Por su parte, Artigas-Pallarés
et al. (2007), bajo la suposición de que los test de inteligencia
involucran tareas de FE, plantearon que es razonable comprender que al menos
una parte de los pacientes diagnosticados con capacidad intelectual límite
(CIL, es decir, CI entre 71 y 84) pueda presentar un rendimiento menor en este
tipo de pruebas. Esta hipótesis fue corroborada tras un estudio con 51
pacientes con CIL, quienes evidenciaron un marcado patrón disejecutivo con
afectación en la totalidad de las actividades que evaluaron FE, y con una
afectación aún mayor en la memoria de trabajo (en adelante MT), la
planificación y la metacognición. Asimismo, Luque
et al. (2014) hallaron evidencias de un menor desempeño en MT y la
velocidad de procesamiento en niños con CIL, evaluados con la Escala WISC-IV.
En otro estudio realizado con sujetos de 8 a 15 años con CI alto, se
encontraron diferencias estadísticamente significativas en las FE de
flexibilidad e inhibición, no así en la MT, lo cual sugiere que el perfil cognitivo
de superdotación presenta un mejor funcionamiento ejecutivo en tareas que
implican flexibilidad e inhibición (Sastre-Riba
y Viana-Sáenz, 2016); en este punto se aprecia que CI y FE se encuentran
ligadas.
Las FE se destacan junto a las funciones cognitivas de
percepción, memoria, atención, lenguaje, razonamiento, etcétera, debido a que
han evidenciado una estrecha relación con el rendimiento académico –en
adelante, RA– (Pardos y González, 2018).
Al respecto, Tamayo et al. (2018)
hallaron una asociación estadísticamente significativa entre el desempeño de FE
y el desarrollo de competencias escolares de estudiantes que egresan del nivel
secundario. Por su parte, Korzeniowski
(2018) expuso la existencia de una relación estrecha entre las FE y el RA,
corroborada mediante estudios neuropsicológicos que han identificado
predictores cognitivos específicos ligados a competencias académicas
específicas. Relacionado con ello, Londoño-Ocampo
et al. (2019), en un grupo de estudiantes de 7 a 14 años, observaron una
relación estadísticamente significativa entre el RA bajo y un desempeño pobre
–con exceso de errores y omisiones– en las pruebas neuropsicológicas que
evaluaron las FE de planificación, automonitoreo, autocorrección y resolución
de problemas, mientras que Bestué (2019)
encontró que cuanto menor es el déficit en FE de adolescentes (12 a 18 años),
el RA mejora. En la misma línea, Gordon et
al. (2018) reportaron la influencia de la velocidad de procesamiento en el
desempeño de tareas de FE como predictor de logro académico en escolares,
mientras que, en población adolescente, Ramos-Galarza
et al. (2017) documentaron que a mayor déficit en las FE, mayores
dificultades conductuales asociadas significativamente con un RA bajo. También
en estudiantes adolescentes, Cancela et al.
(2019) hallaron relación estrecha entre las FE y la aptitud física, y
determinaron la influencia de ambas variables sobre el RA.
La evidencia ha puesto de manifiesto las FE como variables
predictoras del RA, lo que tiene sentido si se considera que los procesos
subyacentes al funcionamiento ejecutivo –como las capacidades de organizar,
planificar, dirigirse a una meta, pensar soluciones ante determinados
conflictos o actividades, inhibir respuestas inadecuadas (emocionales o
cognitivas), etcétera– se asocian directamente a aptitudes puestas en marcha
constantemente cuando se realizan las tareas académicas o escolares. Muestra de
ello, la revisión bibliográfica realizada por Stelzer et al. (2019), que permite
visualizar cómo los factores cognitivos en estudiantes de primaria y secundaria
van ligados a las actividades y aprendizajes académicos, como el conocimiento
de las fracciones. De este modo, la atención predice este conocimiento a nivel
conceptual y procedimental. Asimismo, en la etapa inicial de la enseñanza
sistemática, el lenguaje y la inteligencia fluida posibilitan su conocimiento
conceptual, mientras que en años de escolaridad avanzada, el ejecutivo central
resulta predictor de dicho conocimiento. Asimismo, Magalhães et al. (2020) identificaron la
flexibilidad cognitiva como componente clave para el RA, principalmente en
estudiantes mayores (correspondientes a 4.° y 6.°), en los que se obtuvieron
asociaciones significativas entre el desempeño en tareas de flexibilidad y
resultados académicos. En otro estudio, García-Madruga
et al. (2014) reportaron correlaciones positivas y significativas entre la
FE de MT y la inteligencia fluida con la comprensión lectora, y detectaron
ambas variables como predictoras del RA en una muestra de escolares de 3.°. Por
su parte, Montes et al. (2020), tras
una revisión sistemática de los estudios que vinculan las variables del RA y
las FE, documentaron una producción variable entre los años 2000 y 2018, con un
incremento considerable en los últimos años, con un predominio de estudios
empíricos en los que se corroboran correlaciones significativas entre el
constructo de FE con otras variables, como: Matemáticas, Lenguaje, Inglés,
Ciencias, y las variables objeto de la presente investigación: Inteligencia y
RA. Sin embargo, la revisión de los antecedentes derivó en el hallazgo de solo
un estudio en el que se asociaron el RA, las FE y la inteligencia, de la que se
consideró el plano emocional. En una muestra de escolares de 10 y 11 años, Mejía (2019) reportó asociación entre la
inteligencia emocional y las FE, y entre las FE y el RA en matemáticas. En base
a lo expuesto, ya que se observa una falta de estudios en adolescentes en los
que se contemplen las variables de FE, CI y RA de forma conjunta, es que esta
investigación se planteó los objetivos de: (1) explorar la relación existente
entre CI, FE y RA; (2) determinar si la CI y las FE constituyen predictores del
RA en adolescentes de 13 y 14 años de edad; y (3) analizar la muestra con alto
y bajo desempeño en el WISC-IV en relación con el funcionamiento ejecutivo, a
fin de proveer datos que posibiliten pensar las prácticas educativas y las
estrategias pedagógicas para el nivel secundario, a la luz de nuevos aportes
neurocientíficos.
Conforme a los objetivos, teniendo en cuenta la evidencia
teórica y empírica hallada, se plantearon las hipótesis directrices de este
estudio: (1) se presume asociación positiva entre CI, FE y RA; (2) las
variables CI y FE evaluadas con WISC-IV y BANFE-2, en sus puntuaciones totales,
constituyen predictivos del RA en adolescentes de 13-14 años; y (3) los
estudiantes con alto desempeño en CIT (WISC-IV) presentan un mejor rendimiento
en las tareas de FE, mientras que el grupo de bajo desempeño en CIT evidencian
un rendimiento menor en relación a FE.
Inteligencia- Capacidad Intelectual (CI)
La inteligencia puede definirse como la “capacidad de un
individuo para actuar con una finalidad, pensar racionalmente y relacionarse
adecuadamente con el entorno” (Wechsler,
1944, p. 3). En la actualidad, los estudios confluyen en la aceptación de
que la inteligencia presenta una estructura jerárquica con aptitudes más
específicas agrupadas en dominios más amplios; en este punto, la inteligencia
es concebida como una entidad global, que involucra la conducta del sujeto como
un todo, y es –al mismo tiempo– específica al componerse de diferentes
elementos o habilidades, tales como la comprensión verbal, el razonamiento
abstracto, la organización perceptual, la memoria, la velocidad de
procesamiento. Esta entidad global se encuentra representada por la CI (Wechsler, 2011).
Funciones ejecutivas (FE)
Conocer la estructura de las FE permite diseñar intervenciones
preventivas eficaces para la estimulación cognitiva de niños que evidencian
dificultades tempranas, orientar las intervenciones y evitar dificultades en
relación con el RA y las habilidades sociales (Tirapu-Ustárroz et al., 2018). Las FE
comprenden un conjunto de capacidades que permiten controlar, regular y planear
las conductas y los procesos cognitivos, mediante las cuales se pueden
desarrollar actividades independientes, propositivas y productivas (Lezak, 1994). Tirapu-Ustárroz et al. (2018)
conceptualizan las FE como un conjunto de habilidades involucradas en
actividades que son novedosas para la persona e implican una resolución
creativa. Cada FE presenta una trayectoria evolutiva diferente, aunque en su
mayoría los estudios coinciden en que el punto máximo lo alcanzan todas entre
los 6 y 10 años de edad, continuando su desarrollo en edades posteriores. La
inhibición y el control atencional maduran tempranamente, mientras que memoria
de trabajo, planificación, categorización, metacognición, resolución de
problemas, control de interferencia y fluidez verbal evolucionan en la
adolescencia con auge entre los 15 y 19 años. Estos hechos
evolutivos-madurativos representan la coordinación entre los diversos procesos
cognitivos que, en simultáneo con cambios estructurales, funcionales y
neuroquímicos de las redes neurales (sustrato de las FE), desembocan en un
mejor desempeño (Korzeniowski, 2018).
Rendimiento académico (RA)
En el ámbito educativo, es frecuente el uso de términos como
“RA”, “desempeño académico” y “capacidad académica” como sinónimos. Las
diferencias entre sí se presentan en un plano semántico y su empleo indistinto
va ligado a la complejidad conceptual que involucra definir RA. Cardona et al. (2016) han conceptualizado
el RA como “la valoración cuantitativa y cualitativa del logro de competencia
alcanzado en el proceso de enseñanza-aprendizaje, dentro de un contexto de
desempeño específico” (p. 428) y, asimismo, plantean la existencia de múltiples
factores que repercuten en el RA. En este punto, Villegas (2015), tras un análisis
exhaustivo de las variables influyentes en el RA, observó que el mayor impacto
lo presentaron las variables relacionadas con factores psicológicos, sociales,
familiares, económicos, características del profesor y laborales.
Conforme a lo establecido por
Garbanzo (2014), las notas académicas constituyen el mejor indicador para
estimar el RA, pues representan los logros en los diferentes componentes del
aprendizaje. En este sentido, el presente estudio toma, como referencia de RA,
las calificaciones de los estudiantes.
Metodología
Se realizó una investigación no experimental, transversal,
descriptiva-correlacional con fines exploratorios.
Participantes
La muestra se estableció por conveniencia y estuvo constituida
por 37 adolescentes: 20 varones y 17 mujeres de 13 y 14 años de edad,
estudiantes de 1.°, 2.° y 3.° de una institución de nivel secundario de
educación, de gestión privada, en la Ciudad de Resistencia, Chaco, Argentina.
Instrumentos
Escala de Inteligencia para Niños de Wechsler - WISC-IV (Wechsler y Kodama, 1949; Wechsler, 2011)
Instrumento de aplicación individual para la evaluación de la
capacidad cognoscitiva de niños desde los 6 años y 0 meses a 16 años y 11 meses
de edad. Consta de 15 subpruebas y puntuaciones compuestas que representan el
funcionamiento intelectual en dominios cognitivos específicos, así como una
puntuación compuesta que representa la capacidad intelectual general.
Proporciona una medida de CI total (CIT), un índice de comprensión verbal
(ICV), un índice de razonamiento perceptivo (IRP), un índice de memoria
operativa (IMO) y un índice de velocidad de procesamiento (IVP).
En el estudio de baremación local (Taborda et al., 2011), los coeficientes
de fiabilidad de consistencia interna mostraron valores buenos y altos. Los
coeficientes se encontraron dentro del rango .74-.88 para los subtest, mientras
que oscilaron entre .86 y .95 para las puntuaciones compuestas. Los
coeficientes de la estabilidad test-retest obtenidos mostraron valores buenos y
adecuados. Los coeficientes se encontraron dentro del rango .70-.86 para los
subtest, mientras que para las puntuaciones compuestas oscilaron entre .76 y
.89. Por último, los coeficientes referidos al acuerdo entre calificadores
independientes resultaron ser elevados (.96-.99).
Batería Neuropsicológica para evaluar las Funciones Ejecutivas y
Lóbulos Frontales – BANFE-2 (Flores et al.,
2014)
Se trata de un instrumento que agrupa un número importante de
pruebas neuropsicológicas de alta confiabilidad y validez para la evaluación de
los procesos cognitivos que dependen, principalmente, de la corteza prefrontal
en sujetos de 6 a 80 años de edad. Está compuesta por 14 subpruebas, agrupadas
según las bases neuroanatómicas-funcionales en las que se asientan: las que
evalúan funciones complejas que dependen de la corteza orbitofrontal y de la
corteza prefrontal medial (por ejemplo, control inhibitorio, capacidad para
determinar relaciones riesgo-beneficio, toma de decisiones, capacidad para
respetar límites y seguir reglas), de la corteza prefrontal dorsolateral (MT
visoespacial, flexibilidad mental, planeación, planificación, secuenciación
inversa, fluidez verbal), y de la corteza prefrontal anterior (productividad,
capacidad de abstracción, capacidad de selección de sentido abstracto,
metamemoria). La batería provee un índice global del desempeño y un índice para
cada una de las tres áreas prefrontales evaluadas (orbitomedial, dorsolateral y
prefrontal anterior). El instrumento tiene una concordancia entre aplicadores
de .80, y una validez convergente y clínica (Flores
et al., 2014).
Registro anual de calificaciones
En este documento la institución educativa asienta las
calificaciones obtenidas por los estudiantes en cada uno de los espacios
curriculares, detalladas por trimestre. En este estudio se consideraron las
calificaciones correspondientes al primer trimestre del ciclo lectivo 2018, período
coincidente con la administración de WISC-IV y BANFE-2. Las calificaciones
varían de 1 a 10: un RA de excelente a muy bueno se corresponde con notas de 8 a 10; un RA regular o promedio
involucra notas de 6 y 7, y un RA pobre, calificaciones de 5 a 1.
Procedimiento
En primera instancia, se mantuvieron reuniones con el equipo
directivo de la escuela secundaria para explicar los alcances de la
investigación y, una vez obtenidas las autorizaciones correspondientes para el
ingreso al local escolar, se solicitaron los consentimientos informados a los
tutores de los estudiantes. Luego, se procedió a la administración de las
pruebas por parte de personal capacitado quienes, en el transcurso del horario
escolar, administraron BANFE-2 y WISC-IV en jornadas diferentes. Posterior a
ello, se realizaron las correcciones de las pruebas administradas y se elaboró
una base de datos con las puntuaciones totales y las calificaciones obtenidas
por los sujetos en cada uno de los espacios curriculares, a fin de someterlos a
análisis estadísticos y finalmente interpretar los resultados y establecer
conclusiones.
Aspectos éticos
Esta investigación contempla los artículos correspondientes a la
sección 4 (Investigación) establecidos por el Código de Ética de la Federación de Psicólogos
de la República Argentina (Fe.P.R.A., aprobado en 1999 y modificado en 2013)
y, en específico, los puntos referidos a Divulgación y Publicaciones (sección
6). Al mismo tiempo, se tuvo presente la Ley
de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes N.°
26.061 (2005).
A nivel institucional, se obtuvieron las autorizaciones
correspondientes por parte del personal directivo del colegio, lo cual
posibilitó el acceso y el contacto con docentes, padres y estudiantes. Para la
participación de los adolescentes se obtuvieron los consentimientos informados
de sus tutores. Asimismo, mediante un manejo cuidadoso de la información
personal, se efectuaron las acciones necesarias para respetar los derechos
humanos.
Plan de análisis
Para llevar a cabo los objetivos, se optó por una muestra
pareada, de tal manera que se seleccionó a aquellos sujetos que habían
completado las pruebas WISC-IV, BANFE-2, y de los cuales se habían obtenido las
calificaciones académicas.
Análisis descriptivos
Para caracterizar a la población de adolescentes que
participaron del proyecto, se efectuaron análisis univariados de las variables
sexo y edad. Para ello, se determinaron los tamaños de muestra, medianas,
valores mínimos y máximos. Asimismo, se realizaron contrastes entre los
puntajes obtenidos de ambos sexos para explorar si mujeres y varones tenían
puntuaciones estadísticamente equivalentes. Para ello, se implementó la prueba
no paramétrica . de Mann Whitney para muestras independientes. Por último, se
determinaron las distribuciones de las puntuaciones obtenidas en los distintos
rangos preestablecidos en cada prueba (i. e., WISC-IV y BANFE-2).
La muestra quedó conformada por 36 adolescentes (entre los que
había 17 mujeres) y se optó por eliminar un caso dado que había obtenido una
puntuación total en la batería WISC-IV inferior a 2 desvíos respecto a la media
(Tabla 1). La edad media de varones y mujeres fue de 13.4
años (Mujeres: DE =
.71, Mín-Máx = 12-14; Varones: DE = .96, Mín-Máx = 12-16). Los puntajes totales obtenidos
en ambas pruebas resultaron ser similares entre varones y mujeres (WISC-IV: Z =
1.33, p = .183; BANFE-2: Z = 1.89, p = .59.
Con respecto a la distribución de las categorías a partir de las
puntuaciones totales obtenidas en las pruebas WISC-IV y BANFE-2, se observó que
la mayoría de los participantes se ubicaron por debajo de la categoría media.
En cuanto a BANFE-2, la mayoría de la muestra (61 %) se ubicó entre las
categorías alteración severa (44 %) y leve (17 %), mientras que la parte
restante (39 %) entre las categorías normal (33 %) y normal alto (6 %). En
WISC-IV se observó que el 33 % obtuvo una puntuación en la categoría medio,
mientras que el 67 % obtuvo una puntuación inferior: medio bajo (22 %),
inferior (22 %) y extremadamente bajo (17 %); por último, solo el 6 % obtuvo
puntuaciones por encima de la categoría medio: medio alto (3 %) y superior (3
%).
Tabla 1
Pruebas |
|||
BANFE-2 |
|||
Área Orbitomedial |
88.47 |
24.21 |
43 - 129 |
Prefrontal Anterior |
87.17 |
20.86 |
50 - 128 |
Dorsolateral (MT + FE) |
80.42 |
22.33 |
46 - 128 |
Total FE |
77.81 |
22.80 |
44 - 124 |
WISC-IV |
|||
ICV |
91.22 |
18.96 |
56 - 130 |
IRP |
84.86 |
14.59 |
54 - 113 |
IMO |
93.75 |
19.11 |
55 - 132 |
IVP |
78.89 |
18.37 |
50 - 113 |
CIT |
85.06 |
15.44 |
55 - 121 |
Elaboración propia.M: mediaDE: desvío estándarMín-Máx valor mínimo-valor
máximo.
Análisis de correlación
Se realizó un análisis de correlación entre las variables
relacionadas con diferentes pruebas: (i. e., WISC-IV vs BANFE-2) con el objetivo de identificar el
grado de asociación entre ellas. Asimismo, se realizó un análisis de
correlación entre las puntuaciones de las variables de RA (i. e., notas de
las materias). Debido a las características no paramétricas en la mayoría de
las variables incluidas, se ejecutó una correlación de Spearman.
Análisis de regresión
Los análisis de regresión simple se efectuaron con el objetivo
de predecir el RA a partir de los puntajes en las distintas subpruebas de
BANFE-2 y WISC-IV. Es decir, se generaron modelos utilizando el RA (e. g., nota en
matemáticas) como variable dependiente y el desempeño cognitivo (e. g.,
puntuación en CIT) como variable independiente o predictora.
Análisis del funcionamiento ejecutivo según el desempeño en CI
El objetivo de este análisis fue explorar el funcionamiento
ejecutivo de los participantes según su desempeño alto o bajo en el CI. En
primer lugar, se seleccionaron y agruparon diferentes variables de las pruebas
que integran BANFE-2 según un criterio de dominio cognitivo: planificación,
flexibilidad mental, inhibición, MT, metamemoria y fluidez verbal. De este
modo:
a) Planificación. Incluyó las pruebas Laberintos y Torre de
Hanoi: Laberintos (atravesar), Laberintos planeación (sin salida), Laberintos
(tiempo), Hanoi tres discos (movimientos), Hanoi tres discos (tiempo), Hanoi
cuatro discos (movimientos), Hanoi cuatro discos (tiempo).
b) Flexibilidad mental. Incluyó la prueba Clasificación de
Cartas: Cartas (aciertos), Cartas (perseveraciones), Cartas (tiempo), Cartas
(error).
c) Inhibición. Incluyó la prueba Stroop: Stroop A (aciertos),
Stroop A (error), Stroop A (tiempo), Stroop B (aciertos), Stroop B (error),
Stroop B (tiempo).
d) MT. Incluyó las pruebas de Resta Consecutiva y MT Verbal, Ordenamiento
Alfabético (Ordenamiento alfabético): Resta A (aciertos), Resta A (tiempo),
Resta B (aciertos), Resta B (tiempo), Ordenamiento alfabético 1, Ordenamiento
alfabético. 2, Ordenamiento alfabético 3.
e) Metamemoria. Incluyó la prueba Curva de Metamemoria:
Metamemoria errores (+), Metamemoria errores (-).
f) Fluidez verbal (FV). Incluyó la prueba Generación de Verbos:
FV aciertos, FV perseveraciones.
Una vez generadas las variables, se evaluaron los supuestos de
normalidad y homocedasticidad. Al verificarse el no cumplimiento de tales
supuestos para la mayoría de las variables, se procedió a implementar análisis
no paramétricos. A fin de reducir el número de variables inicialmente
generadas, se hizo una selección de ellas. Para ello, se realizó un análisis de
correlación entre las variables según dominio cognitivo (i. e., las correlaciones fueron
internas a cada dominio) mediante la prueba de Spearman. A pesar de la
posibilidad de una redundancia en la información, se decidió no cruzar las
correlaciones entre dominios debido al tamaño muestral bajo y a la
imposibilidad de generar modelos complejos de análisis. Se identificaron
aquellas variables con un alto y significativo grado de asociación (coeficiente
de Spearman [rho] ≥ .50 y su valor de significación [p] < .05). En dichos
casos, se seleccionó una sola de las variables asociadas en función a la que
estaba mayormente asociada con las demás.
En segundo lugar, los participantes del estudio fueron
clasificados en base a su puntuación total (i. e., alta o baja) en WISC-IV.
Aquellos que habían obtenido una puntuación por encima de la mediana fueron
asignados al grupo alto desempeño, mientras que aquellos que tenían puntuación
por debajo de la misma fueron asignados al grupo bajo desempeño. Por último, se
contrastó el desempeño de ambos grupos (i. e., alto y bajo) mediante la
prueba no paramétrica para muestras independientes Mann Whitney. Todos los
p-valores fueron sometidos a la corrección false Discovery rate (FDR – q
< .05, función de Matlab fdr_bh.m) de Benjamini-Hochber (Benjamini y Hochberg, 1995) para controlar
la proporción esperada de falsos positivos entre todos los contrastes
considerados como significativos.
Resultados
Análisis de correlación
Los resultados de correlación entre las subpruebas de BANFE-2 y
WISC-IV mostraron correlaciones significativas entre la mayoría de las
subpruebas (Tabla 2). En todos los casos se encontraron
correlaciones significativas positivas. El 69 % de las correlaciones
significativas (p < .05) resultó tener un grado de asociación
moderada/fuerte (i. e., 49 < r(35) < 73), mientras que el resto de las
correlaciones mostró un grado de asociación débil (i. e., 37 < r(35)<
50). Asimismo, las subpruebas que estuvieron menos relacionadas con el resto de
las subpruebas fueron las involucradas en el Área Orbitomedial, seguida por las
incluidas en IMO e IRP. Por otro lado, tanto la puntuación total de la prueba
WISC-IV como la de BANFE-2 mostraron ser las que mayormente se asociaron con
las subpruebas de la BANFE-2 y de WISC-IV, respectivamente. Mientras que las
puntuaciones totales (i. e., CIT y Total FE) mostraron tener mayor cantidad de
asociaciones.
Tabla 2
BANFE-2 |
WISC-IV |
||
Área Orbitomedial |
ICV |
.42 |
.010 |
IRP |
.14 |
.429 |
|
IMO |
.09 |
.585 |
|
IVP |
.27 |
.106 |
|
CIT |
.31 |
.064 |
|
Prefrontal Anterior |
ICV |
.50 |
|
IRP |
.24 |
.150 |
|
IMO |
.37 |
.027 |
|
IVP |
.43 |
.008 |
|
CIT |
.53 |
.001 |
|
Dorsolateral (MT + FE) |
ICV |
.58 |
< .001 |
IRP |
.54 |
< .001 |
|
IMO |
.21 |
.209 |
|
IVP |
.62 |
< .001 |
|
CIT |
.73 |
< .001 |
|
Total FE |
ICV |
.64 |
< .001 |
IRP |
.50 |
.002 |
|
IMO |
.31 |
.060 |
|
IVP |
.47 |
.004 |
|
CIT |
.70 |
< .001 |
Elaboración propia.r: valor del índice de
correlación (rho)p: valor de significaciónNota: En negrita se
destacan aquellas asociaciones cuyo índice de correlación (r) fue ≥ .50.
Los resultados de correlación en el RA entre las distintas
materias mostraron correlaciones significativas entre la mayoría de las
disciplinas (Tabla 3). En todos los casos se encontraron
correlaciones significativas positivas. El 72 % de las correlaciones
significativas (p < .05) resultó tener un grado de asociación moderada,
mientras que el resto de las correlaciones mostró un grado de asociación débil.
Por otro lado, Educación Artística resultó ser la disciplina que se
correlacionó de menor manera con el resto. En particular, Educación Artística
mostró una correlación significativa solo con Educación Física, espacio
curricular que más se asoció con el resto.
Tabla 3
r valor del índice de
correlación (rho) p
valor de significación |
|||||||||
1 |
1 1 |
.74 < .001 |
.62 < .001 |
.29 .085 |
.56 < .001 |
.54 < .001 |
.66 < .001 |
.55 < .001 |
.53 < .001 |
2 |
1 1 |
.73 < .001 |
.14 .402 |
.58 < .001 |
.63 < .001 |
.72 < .001 |
.55 < .001 |
.60 < .001 |
|
3 |
1 1 |
.16 .337 |
.52 .001 |
.52 .001 |
.64 < .001 |
.58 < .001 |
.53 < .001 |
||
4 |
1 1 |
.39 .017 |
-.08 .653 |
.24 .158 |
.15 .383 |
.31 .067 |
|||
5 |
1 |
.47 .004 |
.63 < .001 |
.41 .014 |
.51 .001 |
||||
6 |
1 1 |
.60 < .001 |
.48 .003 |
.37 .027 |
|||||
7 |
1 1 |
.61 < .001 |
.48 .003 |
||||||
8 |
1 1 |
.40 .016 |
|||||||
9 |
1 1 |
Elaboración propia.1: Lengua y Literatura2: Matemáticas3: Lenguas Extranjeras4: Educación Artística5: Educación Física6: Historia7: Biología8: Construcción Ciudadana;9: Educación Tecnológica
A continuación, se reportan los modelos que resultaron ser
significativos y que cumplieron con los supuestos de independencia,
homocedasticidad y normalidad (Figura 1). En general, los
resultados mostraron un grado de asociación lineal mayor entre RA y WISC-IV,
respecto a la relación del RA con la BANFE-2. Asimismo, se encontró que todas
las relaciones lineales resultaron ser positivas, es decir que el desempeño
cognitivo se relacionó positivamente con el RA. Las subpruebas de WISC-IV y
BANFE-2 que mostraron predecir el RA se muestran en la Tabla 4.
Figura 1.
Elaboración
propia.
Tabla 4
ß |
t |
IC 95% |
R2 |
F |
p |
|
Educ. Física ~ Pref. Ant. |
.025 |
2.88 |
.007 - .043 |
.20 |
8.3 |
.007 |
Educ. Física ~ ICV |
.027 |
2.81 |
.008 - .047 |
.19 |
7.9 |
.008 |
Educ. Física ~ IMO |
.026 |
2.75 |
.007 - .046 |
.18 |
7.6 |
.010 |
Educ. Física ~ CIT |
.033 |
2.74 |
.008 - .057 |
.18 |
7.5 |
.010 |
Soc. Historia ~ IMO |
.040 |
3.07 |
.014 - .067 |
.22 |
9.4 |
.004 |
Cs. Soc. Historia ~ CIT |
.048 |
2.91 |
.014 - .081 |
.20 |
8.5 |
.006 |
Cs. Nat. Biología ~ IVP |
.039 |
3.17 |
.014 - .064 |
.23 |
10.0 |
.003 |
Const. Ciudadana ~ ICV |
.045 |
2.89 |
.013 - .077 |
.20 |
8.4 |
.007 |
Educ. Tecnológica ~ CIT |
.043 |
3.06 |
.015 - .072 |
.22 |
9.3 |
.004 |
Elaboración propia.VD: variable dependienteVI: variable independiente.
Funcionamiento ejecutivo según el desempeño en WISC-IV-CIT
Seguidamente se muestran los análisis descriptivos y de
contraste (véase Tabla 5) según grupo de estudio (i. e.,
alto y bajo desempeño). A partir de los análisis de correlación de Spearman las
variables de BANFE-2 seleccionadas e incluidas en el presente análisis fueron
las siguientes: Laberintos (atravesar), Laberintos planeación (sin salida),
Laberintos (tiempo), Hanoi tres discos (movimientos), Hanoi cuatro discos (movimientos)
- Planificación; Clasificación cartas (perseveraciones), Clasificación de
cartas(tiempo), Clasificación de cartas (error)- Flexibilidad mental; Stroop A
(aciertos), Stroop B (aciertos), Stroop B (tiempo) - Inhibición; Resta A
(aciertos), Resta A (tiempo), Ordenamiento alfabético 1, Ordenamiento
alfabético 2 - MT; Metamemoria errores (+), Metamemoria errores (-)
-Metamemoria; FV aciertos, FV perseveraciones -Fluidez verbal.
Tabla 5
Bajo desempeño |
Alto desempeño |
||||||||||
Variable |
Mín. |
Máx |
n |
Mín |
Máx |
||||||
Lab. (atravesar) |
17 |
1 |
0 |
6 |
18 |
0 |
0 |
6 |
.34 |
.821 |
.057 |
Lab. plan. (sin salida) |
17 |
2 |
0 |
12 |
18 |
2 |
0 |
10 |
.42 |
.821 |
.071 |
Laberintos (tpo) |
17 |
38 |
18 |
67 |
18 |
34 |
18 |
115 |
1.12 |
.560 |
.190 |
Hanoi 3 discos (mov.) |
17 |
8 |
5 |
27 |
18 |
10 |
6 |
19 |
.35 |
.821 |
.060 |
Hanoi 4 discos (mov.) |
17 |
25 |
7 |
42 |
18 |
23 |
0 |
59 |
.56 |
.779 |
.095 |
Clasif. cartas (persev.) |
17 |
11 |
2 |
28 |
18 |
4.5 |
1 |
21 |
2.43 |
.047 |
.411 |
Clasif. cartas (tpo) |
17 |
458 |
45 |
600 |
18 |
486 |
232 |
600 |
.02 |
.987 |
.003 |
Clasif. cartas (error) |
17 |
0 |
0 |
4 |
18 |
1 |
0 |
3 |
.11 |
.967 |
.018 |
Stroop A (aciertos) |
16 |
83 |
54 |
84 |
18 |
83 |
76 |
84 |
.86 |
.678 |
.147 |
Stroop B (aciertos) |
17 |
84 |
54 |
84 |
18 |
84 |
82 |
84 |
1.11 |
.560 |
.188 |
Stroop B (tpo) |
17 |
93 |
78 |
196 |
18 |
94.5 |
59 |
125 |
.79 |
.678 |
.134 |
Resta A (aciertos) |
17 |
9 |
1 |
13 |
18 |
12.5 |
4 |
20 |
2.62 |
.033 |
.444 |
Resta A (tpo) |
17 |
93 |
44 |
212 |
18 |
52.5 |
29 |
108 |
3.20 |
.014 |
.541 |
Orden. alfab. 1 |
17 |
3 |
1 |
5 |
18 |
1 |
1 |
4 |
2.76 |
.027 |
.467 |
Orden. alfab. 2 |
17 |
5 |
3 |
5 |
18 |
3 |
1 |
5 |
3.19 |
.014 |
.539 |
Metam. errores (+) |
17 |
2 |
0 |
14 |
18 |
1.5 |
0 |
8 |
.92 |
.678 |
.156 |
Metam. errores (-) |
17 |
3 |
0 |
12 |
18 |
2 |
0 |
11 |
1.42 |
.421 |
.240 |
FV aciertos |
17 |
7 |
3 |
16 |
18 |
14 |
7 |
19 |
2.97 |
.019 |
.501 |
FV persev. |
17 |
0 |
0 |
1 |
18 |
0 |
0 |
1 |
.68 |
.725 |
.115 |
Elaboración propia.Notas: TE: tamaño de efecto;
MW: Mann-Whitney; n: tamaño de la muestra; Mdn: mediana; Mín: puntaje mínimo;
Máx: puntaje máximo; z: puntaje tipificado z; p: valor de significación; r:
valor de tamaño del efecto. En negrita se destacan aquellas variables cuyo valor
de significación (p) fue ≤ .05.
Los resultados de los análisis de contraste arrojaron
diferencias significativas entre los grupos de estudios en algunas de las
variables de los dominios cognitivos planificación, MT y fluidez verbal (Figura 2). De manera particular, para la variable de
clasificación de cartas (perseveraciones), la mediana del grupo bajo desempeño
fue significativamente mayor a la del grupo alto desempeño. Por otro lado, para
la variable de MT resta A (aciertos), la mediana del grupo bajo desempeño fue
significativamente menor respecto a la del grupo alto desempeño. Asimismo, para
las variables resta A (tiempo), ordenamiento alfabético 1 y 2 se encontró que
la mediana en el grupo bajo desempeño fue significativamente mayor respecto a
la del grupo alto desempeño. Por último, en cuanto a la variable de fluidez
verbal FV aciertos, se encontró que la mediana fue significativamente menor en
el grupo bajo desempeño respecto a la del grupo alto desempeño.
Figura 2
Elaboración
propia.
Discusión
Conforme a los objetivos de este estudio, se exploraron las
relaciones existentes entre CI, FE y el RA de adolescentes de 13 y 14 años; se
estudiaron las variables CI y FE como posibles predictoras del RA y se analizó
el funcionamiento ejecutivo de la muestra agrupando los participantes según su
desempeño fuera alto o bajo en WISC-IV.
La primera hipótesis involucró la presunción de asociación
positiva entre la CI, las FE y el RA. Al respecto, los resultados mostraron una
correlación positiva de moderada a fuerte entre las variables CI y FE, lo que
supone que el incremento o la disminución en una de ellas involucraría un alto
o bajo desempeño en la otra, respectivamente.
Se observó que el rendimiento en tareas que ponen en marcha las
FE de planificación, MT y flexibilidad cognitiva se hallan principalmente
ligadas al CI de los adolescentes de la muestra. Seguidas por aquellos dominios
involucrados en la metacognición y que se vinculan con aspectos cognitivos del
lenguaje. Por último, las vinculadas a la inhibición y toma de decisiones. Los
resultados son congruentes con estudios que documentan dicha relación en la
infancia y en la adolescencia tanto en poblaciones no clínicas (Arán-Filippetti et al., 2015; Injoque-Ricle et al., 2017; Sastre-Riba y Viana-Sáenz, 2016) como
clínicas (Artigas-Pallarés et al., 2007;
Luque et al., 2014). Por ejemplo, como
el realizado por Sastre-Riba y Viana-Sáenz
(2016) con sujetos superdotados intelectualmente, cuyo perfil cognitivo se
vinculó a una ejecución óptima de actividades que involucraron las FE de
flexibilidad mental e inhibición. Asimismo, un estudio con niños con CIL
comprobó que aquellos con CI bajo presentaron un rendimiento pobre en tareas de
MT y velocidad de procesamiento (Luque et
al., 2014); con anterioridad y en sintonía Artigas-Pallarés et al. (2007)
relacionaron CIL con disfunciones ejecutivas. Resultados interesantes
obtuvieron Arán-Filippetti et al. (2015),
quienes asociaron inteligencia fluida y cristalizada con los dominios
ejecutivos, y sugirieron que la inteligencia y las FE son componentes de la
cognición diferenciados, debido a que las correlaciones fueron bajas. Además,
concluyeron que las FE serían un dominio cognitivo relativamente independiente
en sujetos de 6 a 12 años; en tanto que en los adolescentes mostraron relación
con las habilidades intelectuales, por lo que el desarrollo evolutivo sería una
variable determinante. En sintonía, en otro estudio determinaron el poder
predictivo de la edad y de la inteligencia en la FE planificación, en
estudiantes de 6 a 13 años (Injoque-Ricleet
al., 2017). Se ha abordado la relación entre inteligencia y FE en
poblaciones de diferentes franjas de edad, por ejemplo, Maureira (2018) tras una revisión de 14
estudios empíricos realizados en sujetos sanos, reportó que en el 93 % de
dichos estudios se presentó algún grado de relación o predictibilidad entre los
constructos en cuestión; de este modo en escolares, adolescentes,
universitarios, adultos y gemelos se exponen relaciones variables entre CI y
FE; entre CI y planificación, inhibición y MT. Resultados diferentes se
reportan en otros estudios en los que no se encontró asociación
estadísticamente significativa entre la inteligencia y las FE (Montoya-Arenas et al., 2018).
Jara y Villegas (2016)
consideran que el desarrollo esperable de las destrezas y habilidades escolares
es paralelo al correcto funcionamiento de las FE. En este punto, explorar aquí
las variables CI y FE como posibles predictoras del RA pusieron en escena
resultados interesantes, confirmando tan solo parcialmente la hipótesis 2, en
tanto que se observó un grado de asociación lineal mayor entre RA y WISC-IV,
respecto a la relación entre RA y la BANFE-2, no pudiendo afirmarse que tanto
FE (evaluadas con BANFE-2) como la CI (evaluadas con WISC-IV) son predictivas
del RA, como podría esperarse. Conforme a lo expuesto, la CI sería una variable
predictiva del RA en mayor medida que el desempeño de las FE, siendo mejor
índice predictor la puntuación en CIT, seguido de ICV, IMO e IVP pertenecientes
a la prueba WISC-IV, mientras que de la prueba BANFE-2 solo las pruebas
incluidas en la subescala prefrontal anterior (i. e., metafunciones que
involucran funciones ejecutivas más complejas tales como el razonamiento
abstracto, planificación, predicción y monitoreo del desempeño) resultaron
indicadores asociados al RA. Este resultado es consistente con lo hallado por Tamayo et al. (2018) que estudiaron las
FE con BANFE-2 en adolescentes en relación a las competencias académicas; los
resultados arrojaron correlación significativa baja entre las variables,
evidenciando algún grado de asociación entre RA y FE. Mientras, en edad
escolar, Fonseca et al. (2016)
observaron correlaciones variables entre FE y RA, según diferentes rangos de
edad, e informaron correlaciones fuertes entre asignaturas y MT, fluidez,
planificación y flexibilidad en escolares de entre 6 y 9 años, y con inhibición
en escolares de 10 años. Pero en niños de 7, 8 y 12 años las correlaciones
fueron moderadas entre memoria, atención, planificación e inhibición con varias
materias en cada edad. En este punto, Londoño-Ocampo
et al. (2019) comprobaron la existencia de relación estadística
significativa entre FE y edad, e informaron la asociación de un bajo RA con un
desempeño por debajo en tareas que involucraban automonitoreo, planificación y
resolución de problemas.
Por su parte, Villagómez et
al. (2017) evaluaron MT, inhibición y habilidad verbal en relación al éxito
académico en matemáticas, lenguaje, biología e historia en adolescentes,
reportando correlaciones entre estas tres últimas y MT, y entre inhibición y
lenguaje e historia. En congruencia, Korzeniowski
(2018) analizó cómo determinadas FE se vinculan a ciertos dominios de la
currícula, exponiendo que matemáticas se asocia a MT, inhibición, planificación
y resolución de problemas, a la vez que las FE, en general, cumplen un papel
esencial durante la adquisición y la comprensión de la lectura, además de
propiciar el control cognitivo y la autorregulación del proceso de escritura.
En relación a esto, una investigación con estudiantes universitarios ha
reportado diferencias estadísticamente significativas en el funcionamiento
ejecutivo dependiendo de su RA: aquellos cuyo RA fue alto, presentaron mejor
desempeño en FE de fluidez verbal y flexibilidad, en contraste con quienes
tuvieron RA promedio o bajo. Mientras, en las FE de MT y control inhibitorio,
no se hallaron diferencias consistentes (Jiménez-Puig
et al., 2019). En un grupo de adolescentes, Rojas-Rincón y Rincón-Lozada (2015)
hallaron diferencias estadísticamente significativas entre el grupo de alto RA
y el de bajo RA, en las FE fluidez, planeación y organización, observando que
resultados favorables en las pruebas se asociaron a buenos resultados en RA. La
vinculación entre el FE y el RA se ha estudiado ampliamente, quedando
demostrada en poblaciones de diferentes nivel educativo, por ejemplo, en
estudiantes de primaria (García et al.,
2014; Gordon et al., 2018; Magalhães et al., 2020; Mejía, 2019) y de secundaria (Bestué, 2019; Cancela et al., 2019; Ramos-Galarza et. al., 2017;Rojas-Rincón y Rincón-Lozada, 2015).
En cuanto a la hipótesis 3 de este estudio, se comprobó que las
diferencias en el desempeño entre el grupo de CI alto y CI bajo se presentaron
en los dominios de FE (i. e., prefrontal dorsolateral) que estuvieron
mayormente asociados con CI, a saber: MT, flexibilidad y fluidez verbal. En
particular, se observó que en tareas de flexibilidad el grupo de bajo desempeño
cometió mayor número de errores de perseveración que el de alto desempeño.
Asociado a MT dicho grupo mostró mayor cantidad de aciertos (i. e., recuerdo de
listas con mayor cantidad de elementos) y menor tiempo de ejecución, mientras
que el grupo de bajo desempeño demoró más y los aciertos resultaron ser menores
que el de alto desempeño. Con respecto a la fluidez verbal, la mediana fue
significativamente menor en los sujetos del grupo de bajo desempeño en
contraste con los de alto desempeño. En un estudio se reportaron resultados
similares, López y Calero (2018)
estudiaron FE en menores con CI alta y CI dentro del promedio, encontrando
diferencias significativas entre estos grupos en MT, planificación y fluidez
verbal; funciones cuyo mejor desempeño fue en los sujetos con CI alta; mientras
que la FE flexibilidad no reveló diferencias intergrupales, de igual modo que
en esta investigación. Además, los autores aclararon que el potencial de
aprendizaje no presentó diferencias entre los grupos evaluados, aspecto ligado
al RA que resultó vinculada a la CI de los participantes de este estudio.
Asimismo se observó que el desempeño en MT resultó ser el más
relevante para diferenciar los adolescentes con alto y bajo CI, dado que se
hallaron diferencias significativas en dos pruebas distintas (ordenamiento
alfabético y resta consecutiva), y en diferentes aspectos como la cantidad de
aciertos y los tiempos de ejecución. Este resultado es consistente con lo
hallado por otros estudios tanto en adultos (Friedman et al., 2006) como en
adolescentes (Duan et al., 2010; Arán-Filippetti et al., 2015) que muestran
asociaciones más fuertes entre FE y CI en el componente MT, y otros que
sugieren un rol explicativo central de la MT respecto de las dificultades
encontradas tanto en niños y adolescentes con CI bajo (Artigas-Pallarés et al., 2007; Luque et al., 2014).
En concordancia con Korzeniowski
(2018), se considera que tener claridad sobre el rol que tienen los
diferentes procesos cognitivos, tanto los ligados a CI como a FE y demás
dominios sobre las competencias académicas particulares a cada etapa de la
educación, se constituye en punto de partida para la integración de las
contribuciones de las neurociencias al ámbito educativo para, desde allí,
potenciar prácticas educativas que deriven en la creación de ambientes
cognitivamente estimulantes, considerando que favorecerían un mejor desarrollo
de las FE (Londoño-Ocampo et al., 2019),
y transversalmente, conforme a los resultados expuestos, al desempeño
intelectual y académico.
Conclusión
Esta investigación procuró contribuir al estudio de las
relaciones existentes entre FE, CI y RA en una muestra de adolescentes de una
institución educativa de nivel secundario, intentando cubrir una parcela de
conocimiento poco abordada, en tanto que la evidencia no ha arrojado resultados
satisfactorios en el abordaje conjunto de las tres variables en población
adolescente. En este sentido, se destacan los resultados, entendiendo la importancia
de conocer la asociación entre CI y FE, para favorecer el RA en estudiantes de
nivel secundario y, a la luz de ello, pensar las prácticas
educativas/pedagógicas desde diseños curriculares basados en aportes
neurocientíficos.
Siendo conscientes de las limitaciones en relación al número
muestral, se insta al desarrollo de nuevas líneas de investigación que
contemplen un mayor número de participantes, que permitan generar modelos
complejos de análisis (e.
g., modelos de mediación múltiple, modelos mixtos), y posibiliten un
análisis más preciso y riguroso, en tanto que se observó que el desempeño ha
sido inferior al promedio -tanto en WISC-IV como en BANFE-2- en gran porcentaje
de la muestra participante pudiendo interferir en los resultados obtenidos.
Además, cabe resaltar que los resultados ligados a la totalidad
de BANFE-2 no evidenciaron ser predictores del RA, mientras que la bibliografía
actual ha establecido asociaciones entre algunas FE y el éxito académico, por
lo que se considera que este aspecto también puede constituirse de interés en
estudios venideros.
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"wxcamudrpb" (2022-05-14)