Artículos
Propiedades
psicométricas de la Escala de Impulsividad (UPPS-P) en una muestra de adultos
argentinos
Psychometric
properties of the Impulsivity Scale (UPPS-P) in a sample of Argentine adults
Karen Pinter karenpinter@gmail.com
Universidad Argentina de la Empresa, Argentina
Pablo
Christian González Caino pablo.cg.caino@hotmail.com
Universidad Argentina de la Empresa, Argentina
Santiago Resett santiago_resett@hotmail.com
Universidad Argentina de la Empresa, Argentina
Propiedades psicométricas de la Escala de Impulsividad (UPPS-P)
en una muestra de adultos argentinos
Interdisciplinaria, vol. 39, núm. 1, pp. 91-112, 2022
Centro Interamericano de Investigaciones Psicológicas y Ciencias
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Recepción:
11 Mayo 2020
Aprobación:
27 Agosto 2021
Resumen:
Este estudio tiene como objetivo explorar las propiedades
psicométricas de la Escala de Impulsividad (UPPS-P) en su versión breve en una
muestra de adultos argentinos. Se exploró su estructura factorial y
consistencia interna, y su validez convergente con los estilos de pensamiento
experiencial y racional, así como con la psicopatía. A su vez, se exploró la
relación de la impulsividad con el narcisismo y maquiavelismo, controlando los
puntajes en psicopatía. Para ello, se seleccionó una muestra intencional de
adultos argentinos (n = 517) de entre 18 y 60 años (54 % femenino, edad media
27), reclutados mediante diversas redes sociales. Los participantes
respondieron de forma online a
dicha escala, a un inventario sociodemográfico, así como al Inventario
Experiencial Racional y a la Escala de Personalidad Oscura. Los resultados
obtenidos se procesaron con el programa SPSS 23, Factor 8.10 y AMOS 16.0. Un
análisis en paralelo, sumado a análisis factoriales confirmatorios, revelaron
una estructura de cuatro factores: urgencia, búsqueda de sensaciones, falta de
premeditación y falta de perseverancia. El factor urgencia incluyó tanto la
urgencia positiva como la urgencia negativa de la escala UPPS-P. La estructura
factorial revelada se asemeja al UPPS, escala de impulsividad previa al UPPS-P,
conformada por cuatro factores. Se conservó la totalidad de los ítems de la
escala breve. Dos ítems presentaron mayor carga en un factor distinto al que
pertenecían en la adaptación. Los valores del alfa de Cronbach fueron
adecuados, lo cual aseguró la consistencia interna. El alfa de Cronbach de la
escala total fue .79. La escala reveló validez convergente con los puntajes de
psicopatía y del Inventario Experiencial Racional. Se observaron correlaciones
parciales significativas entre maquiavelismo y narcisismo, y diferentes
dimensiones de impulsividad, controlando psicopatía. Se demuestra que la escala
de impulsividad en su versión breve mantiene adecuadas propiedades psicométricas
en una muestra de adultos argentinos.
Palabras clave: propiedades psicométricas, impulsividad, UPPS-P, Argentina.
Abstract: This study aimed to explore
the psychometric properties of the Impulsive Behavior Scale (UPPS-P) in its
short version in a sample of Argentinean adults. Its factor structure and
internal consistency were explored, as well as its convergent validity with
experiential and rational thinking styles, along with psychopathy. At the same
time, the relationship of impulsivity with narcissism and Machiavellianism was
explored, controlling the scores in psychopathy. An intentional sample of
Argentinean adults (N = 517) between 18 and 60 years old (54 % female, mean age
27) was selected. Participants responded on-line to this scale, a sociodemographic
inventory, as well as to the Rational Experiential Inventory and the Dark
Personality Scale. The results obtained were processed with the programs SPSS
23, Factor 8.10, and AMOS 16.0. The sample was randomly divided into two groups
of n = 217 and n = 300. An exploratory factorial analysis was first performed
on the first group, as a calibration study. After that, a confirmatory analysis
was performed on the second group, as a replication study, since there are no
previous studies on this subject in Argentina. A parallel analysis was first
carried out with the Factor 8.10 program. A number of replications = 100 and
percentile representation of simulations = .95 were used. Regarding the
exploratory factor analysis, The Unweighted Least Squares method was used along
with a Promin rotation. The final solution showed a structure of four factors:
urgency, sensation seeking, lack of premeditation, and lack of perseverance,
explaining 56 % of the variance. Each of these factors explained 16 %, 24 %, 10
%, and 6 % of the variance, respectively. The urgency factor included both the
positive and negative urgency of the UPPS-P scale. The factor structure
revealed is similar to the UPPS, a scale of impulsivity prior to the UPPS-P,
made up of four factors. All items on the short scale were retained. Two items
loaded better on a different factor. Cronbach's Alphas were adequate, ensuring
internal consistency. Cronbach's α of the full scale was .79. Internal
consistency was analyzed, resulting in Cronbach's α values of .76 for
Emergency; .75 for Sensation Search; .69 for Lack of Premeditation, and .74 for
Lack of Perseverance. The resulting Cronbach α values are similar to those of
the Spanish version, which presented internal consistencies between .61 and
.79. Subsequently, based on the factor structure found, confirmatory factor
analysis was carried out on the second group sample. A relatively good fit was
found for the model, with CFI and TLI values above .90 and the SRMR and RMSEA
below .05. The authors' original model, which includes five factors, was also
tested. The fit was less satisfactory compared to the previous model, because
of the CFI, TLI, SRMR, and RMSEA indicators, and the difference in ∆ from the
models, which was statistically significant at the p < .001 level. Finally,
a second-order model was tested with all four dimensions as first-order latent
variables and impulsivity as second-order latent variables. The fit was
relatively satisfactory, with CFI and TLI above .90 and SRMR and RMSEA below
.05. Thus, the present adjustment revealed a second-order factor, as did the
English short version of the UPPS-P (Cyders et al., 2014). The scale revealed
convergent validity with the scores of psychopathy and the Rational
Experiential Inventory. Psychopathy resulted positively related to impulsivity.
In turn, the correlations between the dimensions of impulsivity and those of
the Rational Experiential Inventory were negative with the rational thinking
style -excluding sensation seeking- and positive with the significant ones of
the experiential style. Significant partial correlations were observed between
machiavellianism and narcissism and different dimensions of impulsivity,
controlling psychopathy scores. It is demonstrated that the impulsivity scale
in its short version maintains adequate psychometric properties in a sample of
Argentinean adults.
Keywords: psychometric properties, impulsivity, UPPS-P, Argentina.
Introducción
La impulsividad ha sido extensivamente incluida en modelos de
personalidad, y se ha abordado como un constructo multidimensional, formado por
rasgos que involucran la tendencia a decisiones rápidas, a actuar sin pensar y
a involucrarse en conductas riesgosas (Cándido,
Orduña, Perales, Verdejo-García y Billieux, 2012). La impulsividad se
relaciona con diversas psicopatologías y demuestra su importancia en variadas
formas de ellas, así como en distintos comportamientos problemáticos en
población clínica y no clínica (Whiteside,
Lynam, Miller y Reynolds, 2005), tales como personalidad antisocial y
límite (Hahn, Simons y Hahn, 2016),
alcoholismo (Whiteside y Lynam, 2003),
dependencia de sustancias (Verdejo-García,
Bechara, Recknor y Pérez-García, 2007), comportamientos sexuales de riesgo
(Curry, Luk, Trim, Hopfer, Hewitt,
Stallings y Wall, 2018), trastornos alimenticios (Claes, Vandereycken y Vertommen, 2005) y
juego patológico (Savvidou, Fagundo,
Fernández-Aranda, Granero, Claes, Mallorquí-Baqué y del Pino-Gutiérrez, 2017).
Whiteside y Lynam (2001)
desarrollaron un modelo multidimensional de la impulsividad compuesto por
cuatro dimensiones: la urgencia, la búsqueda de sensaciones, la falta de
planificación y la falta de perseverancia. La urgencia es la incapacidad para
controlar los impulsos en condiciones de afecto negativo, con elevada
emocionalidad, e implica dificultad para resistir tentaciones y deseos fuertes
(Whiteside et al., 2005). La búsqueda
de sensaciones involucra la tendencia conductual hacia objetos y experiencias
placenteras y emocionantes, así como la apertura a experiencias nuevas de este
tipo, que pueden involucrar riesgos. La falta de planificación fue definida por
los autores como la dificultad de proyectar consecuencias futuras de un acto
antes de realizarlo, mientras que la falta de perseverancia implica la
dificultad para mantener el foco en una tarea que puede ser aburrida,
dificultosa o larga. Esto conlleva a dificultades para resistir estímulos
distractores y a complicaciones para completar proyectos (Whiteside et al., 2005).
La Escala de Impulsividad UPPS original (Whiteside et al., 2005) presentaba las
cuatro dimensiones anteriores. Para su desarrollo se utilizó una muestra de 122
participantes (90 % caucásicos) reclutados de salas de espera de un hospital,
grupos de apoyo y centros de tratamiento. Se incluyeron individuos con
trastorno límite de la personalidad, abuso de alcohol y jugadores patológicos,
además de población comunitaria como control. Posteriormente, una quinta
dimensión fue sumada al modelo, la urgencia positiva, que es definida como la
tendencia a actuar de forma apresurada bajo afectos sumamente positivos (Cyders, Smith, Spillane, Fischer, Annus y
Peterson, 2007). De este modo, la dimensión previamente denominada urgencia
procedió a ser denominada urgencia negativa, lo que reveló una estructura
factorial de cinco factores y dio origen al instrumento UPPS-P (Lynam, Smith, Whiteside y Cyders, 2006).
Luego, este fue desarrollado en su versión corta en francés (Billieux, Rochat, Ceschi, Carré,
Offerlin-Meyer, Defeldre y Van der Linden, 2012), en inglés (Cyders, Littlefield, Coffey y Karyadi, 2014),
en portugués (Nogueira Sediyama, 2014),
en italiano (D´Orta et al., 2015) y en
alemán (Schmidt et al., 2008). También
fue adaptado al español por Cándido et al.
(2012) en su versión breve, para lo cual se utilizó una muestra de 189
participantes, de entre 18 y 45 años, que eran estudiantes universitarios con
idioma español nativo o fluido.
El modelo propuesto por la UPPS-P presenta la ventaja de que las
distintas facetas de la impulsividad se han asociado a una variedad de
trastornos mentales (Cándido et al., 2012).
Por otra parte, la UPPS-P presenta una versión larga y otra breve. Sin embargo,
es importante destacar que existe un solapamiento conceptual e instrumental
entre la impulsividad y la búsqueda de sensaciones (Steinberg, Albert, Cauffman, Banich, Graham y
Woolard, 2008). La impulsividad se refiere a las deficiencias en la
inhibición y falta de autocontrol que conllevan a comportamientos no
planificados. La búsqueda de sensaciones, por su lado, implica la búsqueda de
experiencias elevadamente estimulantes, variadas y novedosas, así como la
voluntad de correr riesgos para obtenerlas (Zuckerman,
1979). La impulsividad y la búsqueda de sensaciones se encuentran
moderadamente relacionadas (Zuckerman,
1979), a tal punto que componen un factor de personalidad llamado búsqueda
de sensaciones impulsiva no socializada en una temprana investigación de rasgos
de personalidad de Zuckerman, Kuhlman y
Camac (1988). El Cuestionario de Personalidad de Zuckerman-Kuhlman (ZKPQ; Zuckerman, 2002) empleó análisis
factoriales de escalas e ítems de distintos cuestionarios utilizados en
estudios de temperamento o personalidad (Zuckerman,
2002). Una de estas cinco subescalas de esta escala más reciente persiste
combinando la impulsividad y la búsqueda de sensaciones, y se denomina búsqueda
de sensaciones impulsiva (ImpS) (Zuckerman,
2010). La forma final del ZKPQ consiste de 99 ítems verdadero-falso que se completan
en 15 a 20 minutos. Una de sus subescalas es la búsqueda de sensaciones
impulsiva (ImpSS), que fue dividida en un subfactor para impulsividad y en otro
para la búsqueda de sensaciones (Zuckerman,
2008). Aquellos ítems de la subescala impulsividad describen la tendencia a
actuar rápidamente sin pensar y la falta de planificación. Aquellos de búsqueda
de sensaciones comprenden necesidad de novedad y cambio, excitación y elevada
emoción, además de preferencia por situaciones impredecibles (Zuckerman, 2002). Además, Zuckerman
planteó una búsqueda de sensaciones miltidimensional en su Escala de Búsqueda
de Sensaciones (SSS; Zuckerman, Eysenck y
Eysenck, 1978) en la que una de sus cuatro subescalas, denominada
desinhibición, ya involucraba un componente de la impulsividad, que se observa
en un menor control del comportamiento o desinhibición (Steinberg et al., 2008).
Sin embargo, según Steinberg
y otros (2008), la impulsividad y la búsqueda de sensaciones no implican el
mismo constructo. Es importante considerar que no toda búsqueda de sensaciones
es realizada de forma impulsiva, ni toda impulsividad conlleva a experiencias
estimulantes (Steinberg et al., 2008).
Si bien Zuckerman (2010) los combinó
en un solo constructo, otro estudio demostró, mediante un análisis factorial
confirmatorio, que un modelo de dos factores resultaba más apropiado que un
unifactorial, lo cual implica que la impulsividad y la búsqueda de sensaciones
representan constructos diferenciados (Magid,
MacLean y Colder, 2007). Además, un estudio ha encontrado diferencias de
edad en la búsqueda de sensaciones y en la impulsividad de individuos entre 10
y 30 años de edad. Por un lado, la búsqueda de sensaciones se incrementa entre
los 10 y 15 años y disminuye o se mantiene estable luego, y está relacionada
con la pubertad. En contraste, la impulsividad no se relaciona con la pubertad
y presenta una caída lineal desde los 10 años en adelante (Steinberg et al., 2008). Según Verdejo-García y otros (2010), la
asociación de la búsqueda de sensaciones con las medidas de rasgos y estados de
la impulsividad debería ser explorada más a fondo para mayor comprensión de sus
roles diferenciados en el desarrollo de comportamientos desadaptativos.
La Impulsive
Behavior Scale (UPPS-P), por su parte, incluye la búsqueda de
sensaciones como un factor de la impulsividad (Whiteside y Lynam, 2001). Este factor de
la UPPS-P fue compuesto a partir de escalas que evaluaban la búsqueda de
aventura y excitación, entre las se incluían algunas como la desinhibición de
la Sensation-Seeking-Scale
(SSS; Zuckerman, Eysenck, y Eysenck, 1978),
la impulsividad funcional de Dickman (DII; Dickman,
1990) y la faceta de búsqueda de excitación del inventario de personalidad
NEO-PI-R (NEO-PI-R; Costa y McCrae,1992;
Whiteside y Lynam, 2001).
Otro estudio ha desarrollado una escala de impulsividad dentro
de un marco de personalidad al igual que lo ha hecho Zuckerman (2002). Buss y Plomin (1975) incluyeron la
impulsividad dentro de un modelo de cuatro factores del temperamento, junto a
la emocionalidad, la actividad y la sociabilidad. Definieron la impulsividad
como un temperamento con falta de control inhibitorio, poca habilidad de
retrasar un comportamiento y de considerar consecuencias antes de tomar una
decisión, tendencia a aburrirse y a buscar estímulos nuevos, y dificultad para
mantenerse involucrado en una tarea frente a tentaciones (Whiteside y Lynam, 2001). Estos autores
desarrollaron la escala de impulsividad Emotionality, Activity, Sociability,
Impulsivity (EASI-III; Buss y
Plomin, 1975) con 20 ítems ordenados en cuatro subescalas de impulsividad:
control inhibitorio, tiempo de decisión, búsqueda de sensaciones y
persistencia.
Otra escala que surgió relacionada a rasgos de personalidad como
la extraversión, así como a la búsqueda de sensaciones, fue la Escala de
Impulsividad de Barratt (BIS-11; Patton,
Stanford y Barratt, 1995), conformada por tres subescalas: impulsividad
atencional, impulsividad motora e impulsividad de falta de planificación. Esta
escala fue implementada en poblaciones de estudiantes universitarios, población
penitenciaria, pacientes con abuso de sustancias y pacientes psiquiátricos (Stanford, Mathias, Dougherty, Lake, Anderson,
y Patton, 2009). Mediante un análisis de componentes principales, también
se extrajeron seis factores de primer orden: atención, motricidad, autocontrol,
complejidad cognitiva, perseverancia e inestabilidad cognitiva (Patton, Stanford y Barratt, 1995). Sin
embargo, mientras que la escala BIS-11 desarrolla la impulsividad como un
constructo multidimensional, Stanford y
otros (2009) expresan que la mayoría de los estudios que utilizan el BIS-11
ignoran las subescalas de primer y segundo orden, reportando únicamente el
puntaje total. Otra escala que evalúa el constructo es la Escala de
Impulsividad de Dickman (DII; Dickman,
1990). Sin embargo, dicha escala solo incluye dos dimensiones en su
concepción de impulsividad: la impulsividad funcional y la impulsividad
disfuncional (Dickman, 1990). La
dimensión funcional implica la tendencia a la rápida toma de decisiones con
riesgo calculado, significando un beneficio personal. La dimensión
disfuncional, por su parte, incluye la toma de decisiones imprecisas y rápidas,
sin reflexión, con consecuencias negativas (Pérez,
2009).
La UPPS-P presenta una solución a las numerosas
conceptualizaciones y escalas de impulsividad, que resultaron en un uso
inconsistente del constructo y producían resultados variados (Cyders et al., 2014). En este sentido, el
modelo UPPS fue instaurado para resolver las limitaciones que implicaban la
existencia de escalas de impulsividad que parecerían estar evaluando distintos
constructos (Verdejo-García, Lozano, Moya,
Alcázar y Pérez-García, 2010). De esta forma, crea una especie de síntesis
más actualizada, además de un punto de encuentro entre todas estas escalas de
impulsividad comúnmente utilizadas, comprendiendo la impulsividad dentro del
marco de un modelo general de la personalidad. Su versión breve constituye un
ahorro de tiempo para un uso más pragmático en la práctica clínica e
investigación. Además, la escala original UPPS demostró responder por un
porcentaje considerable de la varianza en ciertas psicopatologías,
particularmente para el trastorno de personalidad límite y el antisocial (Whiteside et al., 2005)
La relación entre la tríada de personalidad oscura y la
impulsividad ha sido explorada previamente (Jones
y Paulhus, 2011). La tríada de personalidad oscura es un constructo
elaborado por Paulhus y Williams (2002)
que reúne tres tipos de personalidades malévolas socialmente las cuales
presentan cualidades como baja amabilidad, deshonestidad, frialdad emocional,
agresividad y tendencias hacia la autopromoción (Paulhus y Williams, 2002). Dichas
personalidades son el maquiavelismo, el narcisismo y la psicopatía. Es
importante reconocer que se trata de personalidades socialmente aversivas, pero
no patológicas (Furnham, Richards y
Paulhus, 2013).
La relación entre las distintas personalidades oscuras y la
impulsividad fue explorada en un estudio de Jones
y Paulhus (2011) en el cual el maquiavelismo no presentó relación con la
impulsividad. El narcisismo, por su parte, demostró relacionarse con la
impulsividad funcional, mientras que la psicopatía se vinculó con la
impulsividad disfuncional. Por otro lado, un estudio reveló la impulsividad
únicamente en las personalidades narcisista y psicópata (Malesza y Ostaszewski, 2016) y otro la
relacionó también con el maquiavelismo (Crysel,
Crosier y Webster, 2013). También se destaca la importancia del valor
explicativo de la impulsividad sobre ciertos comportamientos de los miembros de
la tríada oscura. La conducta de autosabotaje de los narcisistas, consistentes
en su comportamiento hostil en las interacciones sociales, discordante con el feedback
positivo que desean, fue explicada por Vazire
y Funder (2006) como falta de autocontrol y preferencia por beneficios a
corto plazo. Por otra parte, la estrategia de explotación de las personalidades
oscuras es alimentada por una estrategia de vida rápida, tendencia a no pensar
en posibles consecuencias y falta de autocontrol (Jonason y Tost, 2010).
Dado que un factor de la impulsividad, según el modelo UPPS-P,
es la falta de planificación, resulta interesante involucrar en este estudio
una variable que evalúe el pensamiento en relación a la impulsividad. Pacini y
Epstein (1999) plantean que existen dos modos paralelos de procesar la
información: el modo racional y el modo experiencial. Dichos modos implican dos
tipos de pensamiento distintos. El pensamiento experiencial es influenciado
emocionalmente, es asociativo, automático y permite solucionar problemas
rápidamente. Además, se encuentra relacionado con la intuición e imaginación.
El pensamiento racional, por su parte, soluciona problemas de forma lógica; es
analítico, consciente, lento y se relaciona con el autocontrol (Norris y Epstein, 2011; Pacini y Epstein, 1999). Si bien ambos
modos operan en conjunto, los individuos suelen inclinarse a utilizar un estilo
de pensamiento de forma predominante (Riding,
Rayner y Rayner, 2000).
Un estudio reveló, indirectamente, ciertas relaciones entre la
impulsividad y el estilo de pensamiento. La urgencia, más allá de su carácter
positivo o negativo –incapacidad de controlar los impulsos bajo emociones
intensas positivas o negativas–, tiende a disminuir la toma de decisiones
racional, resultado parcialmente explicado por una prioridad del foco en
necesidades a corto plazo (Cyders y Smith,
2008). En relación con la personalidad oscura, los individuos maquiavélicos
resultan ser fríos, racionales y estratégicos en la toma de decisiones, y las
realizan de manera impersonal y con desapego afectivo (Czibor, Vincze y Bereczkei, 2014). Sin
embargo, no se han llevado a cabo investigaciones que empleen el instrumento de
estilo de pensamiento Rational
Experiental Inventory (REI; Pacini
y Epstein, 1999) en relación con la impulsividad o personalidad oscura. Un
estudio reciente en juicio moral ha demostrado que la tríada de personalidad
oscura se relaciona positivamente con inclinaciones utilitaristas (Djeriouat y Trémolière, 2014). Además,
emergiendo de un procesamiento más frío y deliberado, los juicios utilitarios
–relacionados con dichas personalidades– resultan ser predichos por el estilo
de pensamiento racional (Bartels, 2008).
Resulta relevante la adaptación de instrumentos de apropiadas
propiedades psicométricas para la evaluación de la impulsividad y sus distintas
dimensiones, aunque, si bien han cumplido con tales requisitos, poseen sus
limitaciones. La adaptación de la UPPS-P al español en su versión breve (Cándido et al., 2012) y al francés (Billieux et al., 2012) fueron
desarrolladas empleando muestras de estudiantes universitarios (Verdejo-García et al., 2010). En este
sentido, resulta acorde a estas limitaciones examinar las propiedades
psicométricas de dicha escala en una muestra conformada por adultos que no sean
estudiantes universitarios y de un rango etario más amplio. Por otra parte, si
bien ya existe una versión adaptada al español de esta escala, la versión breve
ha sido desarrollada sobre una muestra de España. Además, otra limitación de la
escala adaptada al español de la UPPS-P implica el desbalance de sexos de la
muestra –el 92 % estaba compuesto por mujeres– (Verdejo-García et al., 2010). De esta
forma, se rescata la importancia de evaluar las propiedades psicométricas de
dicha escala en una muestra argentina, examinando su validez intercultural, más
balanceada según los sexos. A su vez, se ha destacado la necesidad de aportar
evidencia de validez de constructo mediante la inclusión de correlaciones con
otros constructos teóricamente relacionados con la impulsividad (Verdejo-García et al., 2010). Por otra
parte, la ventaja de dicha escala es que presenta una versión breve de 20
preguntas y, además, es un instrumento ampliamente usado a nivel mundial y
traducido a numerosas lenguas.
Teniendo en cuenta los antecedentes mencionados, la presente
investigación tenía como objetivos:
a) explorar la estructura factorial de la Escala de Impulsividad
(UPPS-P) en su versión breve y su consistencia interna en una muestra de
adultos argentinos;
b) examinar su validez convergente con el estilo de pensamiento
experiencial, el estilo de pensamiento racional y con la psicopatía.
c) determinar las relaciones de la impulsividad con el
narcisismo y el maquiavelismo, controlando la psicopatía.
Método
Participantes
La muestra intencional no probabilística consistió en 517
adultos argentinos de ambos sexos (54 % femenino y 64 % masculino; edad
promedio: 27 años, DE
= 10.55) de edades comprendidas entre 18 y 60 años, nacidos en la Provincia de
Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur (30.4 %), la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires (36.6 %) y la Provincia de Buenos Aires (33.1 %),
todos reclutados mediante diversas redes sociales.
Los criterios de inclusión fueron los siguientes: (a) hombres y
mujeres de población general, de cualquier estado civil y nivel de estudios,
que supieran leer y utilizar computadora o celular inteligente, que tuvieran
acceso a la encuesta online
y aceptaran responderla en su totalidad; (b) de una edad entre 18 y
60 años; y (c) nacidos en Tierra del Fuego, Provincia de Buenos Aires, o Ciudad
Autónoma de Buenos Aires. Por otra parte, se excluyeron participantes nacidos
en otras localidades, personas que no supieran leer y escribir, que no manejen
celulares o computadoras, menores de edad y mayores de 60 años.
Instrumentos
UPPS-P Impulsive Behavior Scale (UPPS-P; Lynam, Smith, Whiteside y Cyders, 2006)
Esta escala fue adaptada al español en versión breve por Cándido, Orduña, Perales, Verdejo-García y
Billieux (2012) y está constituida por 20 de los 59 ítems de la escala
original, agrupados en cinco dimensiones (cuatro ítems por dimensión).
Partiendo de una concepción multidimensional, evalúa la
impulsividad desde cinco factores que pueden conducir a comportamientos
impulsivos: urgencia negativa (tendencia a actuar impulsivamente cuando se
experimenta una situación negativa), urgencia positiva (comportamiento
impulsivo al experimentar una situación positiva), búsqueda de sensaciones
(búsqueda de actividades excitantes y preferencia conductual por objetos
placenteros), falta de premeditación (tendencia a actuar sin pensar en las
consecuencias) y falta de perseverancia (incapacidad para finalizar una tarea)
(Whiteside y Lynam, 2001). Se trata de
un cuestionario de autoevaluación cuyos ítems se basan en la descripción de
rasgos y comportamientos impulsivos, a los que el participante responde según
el grado en que se apliquen a sí mismo. El cuestionario consiste en una escala
Likert de cuatro opciones de grado de acuerdo, desde 1 (Totalmente en desacuerdo) hasta 4
(Totalmente de
acuerdo) (Lynam et al., 2006).
En la versión española, las opciones de grado de acuerdo también son cuatro,
desde 1 (Rotundamente
de acuerdo) hasta 4 (Rotundamente en desacuerdo). Ejemplos de los ítems son:
“Cuando estoy irritado suelo actuar sin pensar”; “Generalmente busco
experiencias y sensaciones nuevas y excitantes”; “Casi siempre termino los
proyectos que empiezo”; “Cuando estoy realmente animado, no suelo pensar en las
consecuencias de mis acciones”, y “Mi manera de pensar es normalmente
meticulosa y centrada” (Cándido et al.,
2012).
La adaptación breve en español utilizada en el presente estudio
(Cándido et al., 2012) se basó en la
adaptación breve francesa de Billieux y
otros (2012) y presenta cuatro ítems por dimensión, los cuales fueron
seleccionados por presentar mayores cargas factoriales en cada dimensión. La
consistencia interna fue satisfactoria, con un alfa de Cronbach de entre .70 y
.84 entre dimensiones, y correlaciones test-retest de entre .84 y .82. Los
análisis factoriales confirmatorios demostraron una estructura de cinco
dimensiones interrelacionadas, así como otro modelo con una estructura con dos
factores de segundo orden: urgencia –integrada por la urgencia negativa y la
urgencia positiva–, y falta de consciencia –que reúne la falta de premeditación
y la falta de perseverancia. Por su parte, la búsqueda de sensaciones
constituyó un factor diferenciado (Billieux
et al., 2012). En la versión española de Cándido
y otros (2012) los valores de alfa de Cronbach oscilaron entre .61 y .81
entre dimensiones, con una estructura factorial que coincidió con el modelo de
cinco factores. Sin embargo, los factores de segundo orden de la adaptación
francesa (Billieux et al., 2012) no
fueron hallados en esta adaptación. De esta forma, la versión breve de la
UPPS-P adaptada al español a partir de una muestra de estudiantes
universitarios demostró adecuada estructura factorial, correcta consistencia
interna y validez de constructo (Cándido et
al., 2012). Previamente, dos jueces independientes expertos en psicología
controlaron la equivalencia entre los términos usados e indicaron cambios
menores y, antes de utilizarla para la presente investigación, se la aplicó a
una muestra piloto de 52 alumnos universitarios. No surgieron dudas al
responder y los valores de alfa de Cronbach resultaron adecuados.
Short Dark Triad (SD3; Jones
y Paulhus, 2014)
Este instrumento fue adaptado al castellano por Nohales Nieto (2015) y evalúa la
personalidad oscura de forma subclínica en tres dimensiones: maquiavelismo,
narcisismo y psicopatía. Su versión original se aplicó a una muestra de 245
estudiantes universitarios. Los valores de alfa de Cronbach para las subescalas
fueron de .71 para narcisismo, .77 para maquiavelismo y .80 para psicopatía.
También se comprobó que cada subescala resultó ser un proxy para cada uno de los
instrumentos que evaluaban personalidades oscuras que buscaban reemplazar. Las
tres subescalas representaron en su totalidad los constructos clásicos (Jones y Paulhus, 2014). Por su parte, la
adaptación al español se desarrolló a partir de una muestra de 243
participantes de entre 18 y 63 años y su consistencia interna fue adecuada, con
alfas de Cronbach similares a los de la escala original: .697 para narcisismo y
mayor a .7 para maquiavelismo y psicopatía. También se reveló fiabilidad
test-retest y se indicaron correlaciones altas entre las dimensiones (Nohales Nieto, 2015).
Se trata de un cuestionario autoadministrado que en su versión
original fue integrado por 27 ítems, con nueve ítems por subescala que evalúan
diferentes facetas del constructo –maquiavelismo, narcisismo y psicopatía. Sin
embargo, en la adaptación de Nohales Nieto
(2015) se eliminaron los ítems 21, 27 y 29 debido a su baja saturación.
Además, el ítem 14 “Me gusta usar argucias para conseguir lo que quiero”, que
integraba la subescala de maquiavelismo, fue incluido en la de psicopatía por
su mejor saturación con este factor. De esta forma, la presente adaptación
resultó constituida por 24 ítems en tres subescalas, correspondientes a cada
una de las personalidades oscuras. Las dimensiones maquiavelismo y narcisismo
contienen siete ítems cada una, mientras que la dimensión psicopatía es
integrada por 10 ítems. Las alternativas de respuesta del cuestionario son
constituidas por una escala Likert integrada por cinco opciones de grado de
acuerdo, desde 1 (Totalmente
en desacuerdo) hasta 5 (Totalmente de acuerdo). Ejemplos de los ítems de la
subescala de psicopatía son: “Es cierto que puedo ser cruel con los demás” y
“Me gusta vengarme de las figuras de autoridad”. Dentro de los ítems de la
subescala de maquiavelismo encontramos “La mayoría de la gente puede ser
manipulada” y “Evito el conflicto directo con otros porque me pueden ser de
utilidad en el futuro”. Algunos ejemplos de la subescala de narcisismo son: “La
gente me ve como un líder natural” y “Muchas actividades en grupo tienden a ser
aburridas sin mí”.
Rational Experiential Inventory (REI; Pacini y Epstein, 1999)
Fue adaptado al castellano por Reyna y Ortiz (2016) y evalúa la
preferencia por el estilo de pensamiento racional o experiencial. En su versión
original se utilizó una muestra de estudiantes universitarios con una edad
promedio de 20 años. Su adaptación al castellano también se realizó con una
muestra de estudiantes universitarios con 395 participantes, en su mayoría de
la Universidad Nacional de Córdoba (Argentina). Este cuestionario
autoadministrado evalúa aquel estilo de pensamiento predominante en el
participante mediante ítems que contienen una variedad de variables de
personalidad, estilo de pensamiento y creencias ideológicas relevantes para los
modelos racional y experiencial. El instrumento se diferencia de otros
instrumentos que evalúan dos maneras similares de procesamiento de información,
al ser el único que los sitúa en un contexto de una teoría global de la
personalidad y evalúa las diferencias individuales por las que una persona
opera predominantemente con el modelo experiencial o el racional. Se encuentra
integrado por 40 ítems y dos dimensiones. La dimensión racional, compuesta por
20 ítems, está constituida por dos subescalas: la habilidad racional –habilidad
para pensar de manera analítica– y el compromiso racional –disfrute al pensar
de forma racional. La dimensión experiencial, también integrada por 20 ítems,
se encuentra compuesta por la habilidad experiencial –habilidad de identificar
intuiciones– y el compromiso experiencial –disfrute al tomar decisiones basadas
en su intuición (10 ítems). En cuanto a la consistencia interna del instrumento
original, es destacable que la escala racional obtuvo un alfa de Cronbach de
.90, mientras que la escala experiencial obtuvo un alfa de .87. La correlación
entre ambas escalas no fue significativa, lo que confirmó la independencia de
estos dos modos de procesamiento de información. Análisis de regresiones
demostraron que ambas escalas implican contribuciones únicas en la predicción
de variables que representan dimensiones básicas de la personalidad. Las
subescalas de habilidad y compromiso también fueron apoyadas, demostrando
validez discriminante. Su versión adaptada al castellano (Reyna y Ortiz, 2016) fue validada en la
Argentina y presentó consistencia interna satisfactoria, con un alfa de
Cronbach de .855 para el factor experiencial y de .814 para el factor racional.
Los análisis factoriales exploratorios y confirmatorios revelaron la misma
estructura de dos factores que la escala original. Las opciones de respuesta se
constituyen como una escala Likert que consiste en cinco opciones de grado de
acuerdo –de totalmente
en desacuerdo a totalmente de acuerdo. Ejemplos de los ítems son “Prefiero
los problemas complejos antes que los simples”; “No soy una persona que piense
de manera muy analítica”; “No me gustan las situaciones en las cuales tengo que
confiar en mi intuición”; “Soy mucho mejor que la mayoría de la gente para
resolver las cosas de forma lógica”, y “No razono bien bajo presión”.
Procedimiento de recolección de datos
Los participantes fueron reclutados mediante diversos medios de
comunicación virtual y los datos fueron recolectados mediante una batería en
formato online, a
través de la plataforma Google Forms mediante redes sociales como Facebook e
Instagram. Se utilizaron escalas de autoevaluación para la valoración de cada
una de las variables incluidas en el modelo. Cada participante respondió a los
cuestionarios en una sola sesión a través de la plataforma mencionada, con la
inclusión de un consentimiento informado, lo cual aseguró el anonimato y
confidencialidad de las respuestas y el cumplimiento de los requisitos por
parte de los participantes. La investigación fue aprobada por la Universidad
Argentina de la Empresa, CABA, Argentina.
Procedimiento de análisis de datos
En primer lugar, se dividió aleatoriamente la muestra en dos
grupos de n = 217 y n = 300. Con el primero se realizó un análisis paralelo con
el programa Factor 8.10 y con el otro un análisis factorial confirmatorio con
el programa AMOS 17.0. Los datos se procesaron en el programa SPSS 23 para
llevar a cabo correlaciones de Pearson con el instrumento racional
experiencial, con el objetivo de evaluar la validez convergente del
instrumento. A su vez, se realizaron correlaciones parciales para explorar las
relaciones de la impulsividad con el narcisismo y el maquiavelismo, controlando
la psicopatía. Dicha necesidad se debió a que, como la relación entre la
impulsividad y la psicopatía ha sido sustentada teóricamente, resultó relevante
explorar las relaciones con las otras dos personalidades oscuras controlando la
psicopatía. De esta forma, evitamos una relación espuria, que las relaciones de
la psicopatía con el narcisismo y el maquiavelismo fueran las responsables de
las relaciones que demuestre la impulsividad con estos dos últimos constructos.
Como se deseaba explorar los factores que emergerían de la
escala, primero se procedió a llevar a cabo un análisis paralelo con el
programa Factor 8.10 (Lorenzo-Seva y
Ferrando, 2013). Se empleó un número de replicaciones igual a .100 y
percentil de representación de simulaciones de .95. Se empleó el método de
implementación clásico de Horn (1965)
para determinar la retención de factores. Para la retención, se compararon los
autovalores empíricos con los aleatorios (medias), seleccionando aquellos que
se encontraban por encima de la media aleatoria (O'Connor, 2000). Con respecto al análisis
factorial exploratorio, se usó rotación Promin debido a que se postulaba que
los factores estarían asociados. Asimismo, dicha rotación permite que los
factores sean oblicuos, facilitando la simplificación de la estructura
factorial (Lorenzo-Seva, 2013). Se usó
el método Unweighted
Least Squares para dicho análisis, debido a la naturaleza ordinal de
los datos y a que las opciones de respuestas eran de cuatro alternativas.
Para el Análisis Factorial Confirmatorio (AFC) y evaluar su
ajuste, se tuvieron en cuenta el Índice de Ajuste Comparativo (CFI) y el Índice
de Tucker-Lewis (TLI), los cuales deben tener valores por encima de .90; como
también el error de aproximación cuadrático medio (RMSEA) y el residuo
estandarizado cuadrático medio (SRMR), los cuales deben presentar valores
menores de .10 (Bentler, 1992; Byrne, 2010). También se tuvieron en
cuenta criterios más exigentes de CFI y TLI mayores de .95 y RMSEA y SRMR
menores de .05 (Hu y Bentler, 1999).
Que el chi-cuadrado (c2) no sea significativo es un criterio muy
exigente y sensible al tamaño de la muestra (Byrne,
2010), por lo cual se dividió el c2 por los grados de libertad
del modelo. Aunque no hay criterios unánimes del valor, se establece
generalmente que debe ser menor a tres. Se puso a prueba un modelo confirmatorio
y, posteriormente, un modelo de segundo orden. Se empleó el modelo Maximum likelihood (ML),
tanto para el análisis factorial exploratorio (AFE) como para el AFC, debido a
que los valores tenían una distribución normal: la asimetría iba de .054 a
1.001 y la curtosis iba de .156 a .878, ya que valores de 3 y 8 son
considerados extremos (Boomsma y Hoogland,
2001; Byrne, 1989; Weston y Gore, 2006). Aunque el formato
de respuestas es ordinal, como en muchos otros tests, su distribución normal
amerita que se trate a los datos de forma continua (Schmidt et al., 2008). Se comenzó por
realizar un análisis factorial exploratorio (un estudio de calibración), para
luego realizar un análisis confirmatorio (un estudio de replicación) debido a
que no existen estudios a este respecto en la Argentina. Se optó por este
enfoque basados en los datos o botton up –primero un exploratorio y luego un confirmatorio–
porque se sabe que las estructuras factoriales de un instrumento pueden variar
de un estudio a otro o cuando se está en un proceso de adaptación de un test (Fehm y Hoyer, 2004; Wells y Davies, 1994).
Resultados
Primeramente, se realizó un análisis paralelo con el fin de
examinar la estructura factorial de la Escala de Impulsividad (UPPS-P) con la
muestra de n = 217. La prueba de esfericidad de Bartlett fue significativa c2(190)
= 3 860.10, p < .0001 y el indicador de adecuación del tamaño de muestra
Kaiser-Meyer-Olkin fue adecuado (.801) para llevarlo a cabo. Al comparar los
autovalores empíricos y aleatorios, los primeros cuatro autovalores empíricos
se hallaban por encima de la media aleatoria, por lo cual se decidió retener
cuatro factores, como se sugiere con este procedimiento (O'Connor, 2000).
Con respecto al análisis factorial exploratorio, al retener
cuatro factores, se explicaba un 56 % de la varianza. Cada uno de ellos
explicaba un 16 %, 24 %, 10 % y 6 % de la varianza, respectivamente. Los
resultados del análisis factorial se presentan en la Tabla 1.
Como se puede observar en dicha tabla, no se replicaba la estructura de cinco
factores postulada por los autores. En cambio, emergía una de cuatro factores y
no existían cargas cruzadas superiores a .30. El primer factor se denominó
Urgencia y se compuso de los ítems 2, 4, 7, 12, 15, 17 y 20 de la escala. El
segundo factor, llamado Búsqueda de Sensaciones, se compuso de los ítems 3, 9,
10, 14 y 18. El tercer factor se denominó Falta de Premeditación y fue integrado
por los ítems 1, 5, 6, 13 y 19. El cuarto factor, llamado Falta de
Perseverancia, se compuso por los ítems 8, 11 y 16 de la escala.
De esta forma, los ítems de urgencia negativa y urgencia
positiva constituyeron un solo factor de urgencia, mientras que los demás
factores mantuvieron su estructura, a excepción de dos ítems. El ítem 10
“Cuando estoy rebosante de alegría, siento que no puedo evitar tirar la casa
por la ventana”, que correspondía a urgencia positiva, presentó mayor carga en
el factor de búsqueda de sensaciones. El ítem 5 “En general me gusta asegurarme
de llevar las cosas a buen término”, que pertenecía al factor de falta de
perseverancia, presentó mayor carga en el factor de falta de premeditación.
Tabla 1
Ítems Impulsividad |
Factor 1 |
Factor 2 |
Factor 3 |
Factor 4 |
||||||
1 |
.727 |
|||||||||
2 |
.449 |
|||||||||
3 |
.669 |
|||||||||
4 |
.824 |
|||||||||
5 |
.446 |
|||||||||
6 |
.695 |
|||||||||
7 |
.702 |
|||||||||
8 |
.941 |
|||||||||
9 |
.676 |
|||||||||
10 |
.332 |
|||||||||
11 |
.790 |
|||||||||
12 |
.721 |
|||||||||
13 |
.879 |
|||||||||
14 |
.669 |
|||||||||
15 |
.397 |
|||||||||
16 |
.503 |
|||||||||
17 |
.606 |
|||||||||
18 |
.874 |
|||||||||
19 |
.417 |
|||||||||
20 |
.396 |
|||||||||
% de varianza explicada |
16 |
24 |
10 |
6 |
||||||
Nota Se omiten las cargas factoriales menores a .30.
Posteriormente, se realizó un análisis factorial confirmatorio a
partir de la estructura factorial encontrada en el análisis paralelo y el
análisis factorial exploratorio con la muestra de n = 300. El modelo a poner a
prueba se expone en la Figura 1. Se encontró un ajuste
relativamente adecuado para el modelo, como se muestra en la Tabla
2, ya que el CFI y el TLI se hallaban por encima de .90 y el SRMR y RMSEA
se encontraba por debajo de .05. Aunque el χ2era significativo, al
dividirlo por los grados de libertad se hallaba por debajo de tres, lo cual es
indicio de un buen ajuste (Cupani, 2012).
También se puso a prueba el modelo original de los autores de cinco factores;
como se muestra en la Tabla 2, el ajuste era menos
satisfactorio, no solo por los indicadores de CFI, TLI, SRMR y RMSEA, sino
porque la diferencia de ∆c de los modelos era estadísticamente significativa a
nivel p < .001. Finalmente, se puso a prueba un modelo de segundo orden con
las cuatro dimensiones como variables latentes de primer orden y la
impulsividad como variable latente de segundo orden. En la Tabla
2 se muestra el ajuste de dicho modelo el cual era relativamente
satisfactorio, ya que el CFI y el TLI se hallaban por encima de .90 y el SRMR y
RMSEA se encontraba por debajo de .05. A su vez, se analizaron las
consistencias internas y resultaron valores α de Cronbach de .76 para Urgencia,
.75 para Búsqueda de Sensaciones, .69 para Falta de Premeditación, y de .74
para Falta de Perseverancia. El α de Cronbach de la escala total fue .79.
Figura 1.
Tabla 2
Estadísticos de ajuste |
χ 2 (gl) |
p |
SRMR |
RMSEA |
TLI |
CFI |
∆c2 |
∆gl |
∆CFI |
Modelo de cuatro factores |
367.112 (164) |
.001 |
.036 |
.048 |
.913 |
.925 |
|||
Modelo de cinco factores |
401.478 (160) |
.001 |
.040 |
.062 |
.881 |
.902 |
34.366 |
4 |
.023 |
Modelo de segundo orden |
363.003 (166) |
.001 |
.039 |
.049 |
.911 |
.923 |
Para analizar la validez convergente, se llevaron a cabo
correlaciones de Pearson entre las dimensiones de la impulsividad y ambos
factores del Inventario Racional Experiencial, como también entre la
impulsividad y la psicopatía. Se hallaron correlaciones significativas de forma
esperada entre todas las subescalas de impulsividad y los factores racionales y
experienciales. La única excepción fue la falta de asociaciones significativas
entre falta de perseverancia y estilo experiencial, como se puede observar en
la tabla 3. Las asociaciones resultaron ser positivas entre
el estilo experiencial y las restantes tres dimensiones de la impulsividad. El
estilo racional presentó una correlación positiva únicamente con la búsqueda de
sensaciones, y mostró asociaciones negativas con todas las restantes
dimensiones de impulsividad. Según dichas relaciones, a mayor puntaje en
impulsividad, excepto en la búsqueda de sensaciones, menor puntaje en estilo
racional.
Al explorar las correlaciones entre impulsividad y psicopatía,
se encontró que se correlacionó de forma significativa y positiva con todas las
dimensiones de la impulsividad. Las asociaciones más fuertes fueron las que se
correspondían con urgencia y búsqueda de sensaciones.
Tabla 3
* p < .05** p < .01
Para la resolución del objetivo que consistió en explorar las
relaciones entre la impulsividad, el maquiavelismo y el narcisismo, controlando
los puntajes en psicopatía, se llevaron a cabo correlaciones parciales. Los
resultados se observan en la tabla 4. El maquiavelismo se
correlacionó de forma significativa y negativa con falta de premeditación. Por
su parte, el narcisismo se correlacionó de forma significativa y positiva con
búsqueda de sensaciones y de forma negativa con falta de perseverancia.
Tabla 4
* p < .05** p < .01
Discusión
La UPPS-P en su versión breve nunca había sido adaptada a la
Argentina. Entre las ventajas del presente estudio está el trabajar con una
muestra de diversas regiones del país. Además, los resultados se detectaron con
una medición multidimensional de la impulsividad y se controlaron los puntajes
de la psicopatía al tratarse de las correlaciones. Otra ventaja es que dicha
escala es una de las más utilizadas para medir la impulsividad a nivel
multidimensional. A su vez, mostró buenas propiedades psicométricas y fue
adaptada a numerosas lenguas y países.
La impulsividad es un constructo multidimensional que resulta de
vital importancia para la caracterización de comportamientos de riesgo y de
desórdenes psicopatológicos que involucran disfunciones en el control de los
impulsos. Si bien existen instrumentos con satisfactorias propiedades
psicométricas para evaluarlo, el uso inconsistente de este término y la
posibilidad de que estas escalas estuviesen evaluando constructos diferentes
han interferido en la evaluación de dicho constructo. El instrumento UPPS-P,
que ha respondido a dichas limitaciones, también ha demostrado sólidas
propiedades psicométricas en su versión original y en sus versiones cortas en
francés (Billieux et al., 2012), en
inglés (Cyders et al., 2014) y en
español (Cándido et al., 2012). Sin
embargo, esta última ha demostrado dichas propiedades en una muestra de
estudiantes universitarios y, en el presente estudio, se revelaron por primera
vez en una muestra argentina.
Los análisis exploratorios y confirmatorios revelaron cuatro
factores para la escala: urgencia, búsqueda de sensaciones, falta de
premeditación y falta de perseverancia. El modelo presentó índices de ajustes
satisfactorios más adecuados con esta estructura de cuatro factores, en
comparación con aquella de las adaptaciones breves ya existentes en francés,
inglés y en español, de cinco factores, que diferencian la urgencia negativa de
la urgencia positiva. En este sentido, la estructura factorial coincide con
aquella del instrumento UPPS original en inglés (Whiteside et al., 2005) que reveló cuatro
factores: urgencia, falta de premeditación, falta de perseverancia y búsqueda
de sensaciones. Sin embargo, presenta los mismos ítems que la adaptación
española por Cándido et al. (2012). A
pesar de ello, el ítem 10 “Cuando estoy rebosante de alegría, siento que no
puedo evitar tirar la casa por la ventana”, que correspondía a urgencia
positiva, ahora forma parte de búsqueda de sensaciones. El ítem 5 “En general
me gusta asegurarme de llevar las cosas a buen término”, que pertenecía al
factor de falta de perseverancia, ahora pertenece al factor de falta de
premeditación. Por su parte, la presente adaptación no reveló un mejor ajuste
con un factor de segundo orden, a diferencia de la versión breve en inglés de
la UPPS-P (Cyders et al., 2014). Por
otro lado, se obtenía un porcentaje satisfactorio de explicación de la varianza
que superaba un 56 %, aunque dos factores explicaban un porcentaje menor de 10
% y 6 %, pero el análisis paralelo indicó retener cuatro factores y el AFC
mostró un ajuste adecuado.
Con respecto a la consistencia interna del instrumento, las α de
Cronbach resultaron adecuadas, con valores de entre .69 y .76 en sus
subescalas, y un α de Cronbach de la escala total de .79. Sin embargo, en
comparación con adaptaciones en otros idiomas, las del presente estudio
resultan ligeramente satisfactorios. La adaptación breve en inglés de Cyders y otros (2014) mostró α de
Cronbach entre .74 y .85. Por su parte, la adaptación francesa de Billieux y otros (2012) reveló valores de
α de Cronbach entre .70 y .84. Sin embargo, los valores de α de Cronbach
resultantes se asemejan a los de la versión española de Cándido y otros (2012), que presentó
consistencias de entre .61 y .79.
Las correlaciones entre las subescalas de impulsividad y las del
Inventario Racional Experiencial también hallaron los resultados esperados:
fueron negativas con el estilo de pensamiento racional –excluyendo la búsqueda
de sensaciones, cuya relación fue positiva– y positivas con el estilo
experiencial –exceptuando la falta de perseverancia, cuya correlación fue no
significativa. De esta forma, la búsqueda de sensaciones fue la única dimensión
que se correlacionó positivamente con ambos estilos de pensamiento. Se indicó
validez convergente al demostrar evidencia empírica sobre esta relación
teorizada en estudios previos. Era esperable que el estilo de pensamiento
experiencial se asociara con comportamientos impulsivos –específicamente la
falta de premeditación–, al ser definido como un pensamiento automático e
involucrar una reacción veloz y emocional en la resolución de problemas (Norris y Epstein, 2011). La asociación
entre el factor racional y la impulsividad también ha seguido el sentido
esperado al aportar consistencia empírica a la descripción de Pacini y Epstein (1999) de dicho modelo
cognitivo, que caracteriza el pensamiento racional como analítico y relativamente
lento y libre de afecto. Además, el procesamiento racional se indica como un
factor protector ante posibles comportamientos de riesgo (Edmond y Marmurek, 2010). El resultado
también presenta congruencia con un estudio previo, que asociaba mayores
niveles de urgencia –ya sea positiva o negativa– a una disminución en el
carácter racional de la toma de decisiones debido a un foco a corto plazo (Cyders y Smith, 2008), lo cual indicó
validez de convergencia de la presente escala.
Por otra parte, el descubrimiento consistente en que la
psicopatía se relaciona con la impulsividad resulta congruente con
investigaciones anteriores (Crysel,
Crosier y Webster, 2013; Jones y
Paulhus, 2011; Malesza y Ostaszewski,
2016) que atribuyen elevados niveles de impulsividad a la psicopatía y la
asocian con falta de escrupulosidad y déficits en el autocontrol (Hare, 1991).
En cuanto a las correlaciones parciales, controlando los
puntajes en psicopatía, se observó que el maquiavelismo se correlacionó de
forma negativa con falta de premeditación. Es importante que también se
encontrara una correlación significativa y positiva con urgencia, aunque fue de
valores mínimos, que no permiten concluir una asociación. De esta forma, dichos
resultados son satisfactorios, al coincidir con estudios anteriores, en los que
el maquiavelismo no demostró relación con la impulsividad (Jones y Paulhus, 2011; Malesza y Ostaszewski, 2016). Por otro
lado, difieren de los estudios de Crysel,
Crosier y Webster (2013), quienes encontraron una relación entre la
impulsividad y el maquiavelismo. Además, la relación negativa con falta de
premeditación sigue la línea de la conceptualización de los maquiavélicos como
manipuladores con autocontrol (Jones y
Paulhus, 2011) que va en línea con su habilidad para realizar cálculos y
desplegar estrategias a largo plazo para su propio beneficio (Vesna, Jelena y Veljko, 2019).
El narcisismo se asoció de forma positiva con la búsqueda de
sensaciones y de forma negativa con la falta de perseverancia. Dichos
resultados coincidieron con un estudio que concluyó que la impulsividad del
narcisista se debe mayormente a rasgos relacionados a la extraversión, como la
búsqueda de sensaciones y a la activación del comportamiento, en vez de a
rasgos relacionados a la desregulación emocional o la escrupulosidad (Miller, Campbell, Young, Lakey, Reidy,
Zeichner y Goodie, 2009). A su vez, los narcisistas estructuran todo su
entorno social alrededor de la volatilidad con el fin de satisfacer su
hedonismo y búsqueda de sensaciones (Jonason,
Valentine y Harbeson, 2011). Sin embargo, aunque en el presente estudio el
narcisismo se asociaría a la perseverancia, Hart,
Tortoriello y Richardson (2018) resumen que los narcisistas presentan mayor
resiliencia, emociones positivas y persistencia frente al fracaso solo ante la
falta de formas alternativas de mantener su autoestima (Wallace, Ready y Weitenhagen, 2009).
Estos resultados indicarían que la escala de impulsividad breve
mantendría adecuadas propiedades psicométricas en una muestra de adultos
argentinos, pero con una estructura factorial distinta, siendo esta más similar
a la versión original del instrumento. No obstante, es necesario ampliar la
investigación, ya que la presente muestra fue recogida de forma intencional.
Entre las limitaciones del presente estudio se encuentra la utilización de una
muestra argentina, que no asegura la validez intercultural del instrumento en
otros países hispanohablantes, así como el método de recolección de datos
intencional y online.
Además, el uso exclusivo de autoinformes implica varianza compartida
debido al método de recolección de datos compartido. La utilización de un autorreporte
para la evaluación de la impulsividad implica una limitación al haberse
planteado que los autoinformes y las pruebas experimentales probablemente
evaluarían diferentes componentes del comportamiento impulsivo (Malesza y
Ostaszewski, 2016). Además, su estructura de cuatro factores deja fuera la
evaluación de la urgencia positiva, cuya incorporación implicaba la diferencia
de la UPPS-P con respecto al UPPS. Se debe considerar que la presente
validación se ha realizado a partir de la adaptación al español en versión
breve y no se han incluido la totalidad de ítems de la escala original. Por
otra parte, aunque los coeficientes de consistencia interna son aceptables,
implican valores menores a los de adaptaciones en otros idiomas, siendo solo
similares a los de la versión española de Cándido
et al. (2012). Futuras investigaciones deberían evaluar si el instrumento
conserva sus propiedades psicométricas al utilizar muestras de distintas
regiones de la Argentina y de otros países hispanohablantes. Sería relevante
evaluar la confiabilidad test-retest, y emplear otras técnicas de recolección
de datos con selección al azar, así como la utilización de otros instrumentos,
además del autoinforme, como pruebas neuropsicológicas. A su vez, es
recomendable examinar las propiedades de la presente adaptación en una muestra
clínica, incluyéndose diversas psicopatologías relacionadas con la
impulsividad, tales como trastorno de personalidad límite, bipolar, de déficit
de atención con hiperactividad, trastornos alimenticios, alcoholismo, juego
patológico, entre otros. Resulta relevante, a su vez, la comparación de la
presente escala con otros modelos multidimensionales de impulsividad, así como
con la escala con la totalidad de ítems –versión no breve– en una muestra
argentina.
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