Artículos
Elaboración de escalas
de valoración de obstáculos y medidas para abordar la violencia de género en
las escuelas
Development
of scales to study barriers and needed measures to addressgender-based violence
in schools
Lorena Saletti-Cuesta lorenasaletti@unc.edu.ar
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Argentina
Lila Aizenberg lila.aizenberg@gmail.com
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Argentina
Eduardo Torres torresedu@gmail.com
Universidad Nacional de Córdoba, Argentina
Lucía
Florencia Sánchez luciasanchez09@gmail.com
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Argentina
Elaboración de escalas de valoración de obstáculos y medidas
para abordar la violencia de género en las escuelas
Interdisciplinaria, vol. 39, núm. 1, pp. 223-239, 2022
Centro Interamericano de Investigaciones Psicológicas y Ciencias
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Recepción:
17 Junio 2020
Aprobación:
07 Octubre 2021
Resumen:
El personal docente cumple un rol clave en la prevención de la
violencia de género (VG) en el ámbito educativo. Este trabajo tiene como
objetivo validar al contexto local dos escalas para indagar cómo el personal
docente y directivo valoran los obstáculos para abordar la VG y conocer su
valoración respecto a las medidas propuestas para mejorar la prevención y la
forma de abordarla. Se realizó un estudio descriptivo, transversal y
multicéntrico con personal docente y directivo de escuelas públicas de Córdoba,
Argentina. Para ello, se utilizó un cuestionario autoadministrado que incluyó
dos escalas, una sobre obstáculos y otra sobre medidas. Se realizó análisis
descriptivo, bivariante, factorial exploratorio y alfa de Cronbach y se
construyó un modelo de regresión múltiple utilizando cada factor como variable
dependiente. La escala validada de obstáculos se compone de diez preguntas y la
escala de medidas incluye trece. Los resultados de regresión múltiple indican
que los vínculos y prejuicios funcionan como obstáculos importantes para el
nivel primario. La importancia otorgada a la ayuda especializada, como medida
para prevenir la VG, se asocia a los equipos educativos que han manifestado
necesidad de formación en este tema. Quienes han realizado actividades de
prevención en las escuelas de nivel primario valoran más la transversalización
de la perspectiva de género como medida. Las escuelas con personal en situación
de VG consideran la formación en VG como medida de gran relevancia. Las escalas
validadas en este estudio son fiables y recogen dimensiones empíricas de las
valoraciones sobre obstáculos y medidas en relación con el abordaje de la VG en
las escuelas.
Palabras clave: escala, sexismo, violencia de género, escuela, estudio
cuantitativo, Argentina.
Abstract: Teachers play a key role in
the prevention of gender violence (GBV) in the educational field. However,
studies evaluating the opinions of teaching and management staff regarding the
necessary measures to prevent GBV or the obstacles they must face when addressing
this problem in the educational field in our context are incipient. This work
aims to validate two scales to know the opinions and evaluations of the
educational personnel on the obstacles and the measures they consider necessary
to tackle and prevent GBV in schools. A descriptive, cross-sectional and
multicenter study was carried out to an intentional non-probability sampling.
The study population was the directing and teaching staff of schools in the
Province of Córdoba, Argentina. The study variables were: sex, years of
experience in the position, age, educational level of the center (initial /
primary / middle / tertiary), area (urban / rural), locality where the
face-to-face training was carried out, prevention activities carried out in the
educational center focused on: students, families, and the educational team;
GBV training activities carried out by the educational team, women and/or
families identified in GBV situation, families with judicial restraining order,
team interventions education before GBV of the students and/or families, staff
of the educational team that has lived or is experiencing a situation of GBV,
meetings of the educational team with local community organizations to
articulate activity to prevent and/or address GBV, need for training on GBV
manifested by the teaching team. To measure opinions on the obstacles and
measures necessary to address GBV in schools, we applied a self-administered
questionnaire with two scales, one on obstacles and the other on measures,
based on Spanish scales. A descriptive, bivariate analysis of the relationship
of all variables with sex, exploratory factor and Cronbach's alpha was
performed. Finally, a multiple regression model was constructed to test the
convergent validity using each factor as the dependent variable. The first
scale of ten items identifies a dimension of obstacles related to family ties
and existing prejudices in the educational community. The second dimension,
values aspects related to the scarcity of resources. For its part, the
thirteen item scale of measurements has three dimensions. The first dimension,
groups measures related to specialized help to address GBV, such as prevention
programs, materials, and coordination with external organizations. The second
groups the measures related to the need to have gender mainstreaming measures
in the approach to GBV at school. The third dimension reflects the importance
of staff training on these topics. Bonds and biases function as major obstacles
for the elementary level. The importance given to specialized help, as a
measure to prevent GBV, is mainly associated with educational teams that have
expressed a need for training in this area. Those who have carried out
prevention activities and primary schools, value more the mainstreaming of the
gender perspective as a measure. Schools with staff who have lived or are
experiencing a GBV situation consider GBV training as a highly relevant
measure. The scales validated in this study are reliable and include empirical
dimensions of the assessments of obstacles and measures in relation to the GBV
approach in schools.
Keywords: scales, gender-based, violence, school, quantitative study,
Argentina.
Introducción
Por su importancia y sus consecuencias, la violencia de género
(VG) es una problemática mundial que impide en el ámbito escolar, especialmente
a las niñas, ejercer su derecho a la educación segura, integradora y de calidad
(Flores Bernal, 2005; Global Education Monitoring Report Team y
United Nations Girls' Education Initiative, 2015; Trucco e Inostroza, 2017). Además, la VG
puede acarrear un mayor ausentismo escolar, malos resultados académicos,
deserción escolar, baja autoestima, depresión, embarazos e infecciones de
transmisión sexual como el VIH, todo lo cual tiene un efecto perjudicial sobre
el aprendizaje y el bienestar (Global
Education Monitoring Report Team y United Nations Girls' Education Initiative,
2015).
En relación con las escuelas, la VG es definida como los actos o
las amenazas de violencia sexual, física o psicológica que suceden dentro y
fuera de la escuela, perpetrados hacia integrantes de la comunidad educativa
como resultado de las desigualdades de género y de poder (Aizenberg, Saletti-Cuesta y Torres, 2019; Global Education Monitoring Report Team y
United Nations Girls' Education Initiative, 2015). Las distintas formas de
VG en la escuela se superponen y se refuerzan mutuamente. Estas formas o tipos
de VG pueden estar asociados a la reproducción de normas y estereotipos de
género, es decir a una violencia simbólica por ejemplo, así como también a
amenazas explícitas o actos de violencia física, bullying, acoso verbal o sexual,
coerción y agresión sexual o violación (Global
Education Monitoring Report Team y United Nations Girls' Education Initiative,
2015). En ese sentido, lo que ocurre en las escuelas no es ajeno a cómo la
VG se manifiesta en otros ámbitos de la sociedad. Así, si bien es útil
diferenciar y distinguir los diversos tipos de violencia, según la Ley Nacional
N.° 26.485 de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la
violencia contra las mujeres en Argentina (Senado
y Cámara de Diputados de la Nación Argentina, 2009), los tipos de violencia
establecidos son: psicológica, sexual, económica y patrimonial, simbólica,
física y política. En la práctica, esta diferenciación resulta artificial
porque, en general, los tipos de VG suelen ocurrir de forma simultánea o
superpuesta (Krebs, Breiding, Browne y
Warner, 2011).
Las instituciones educativas han sido señaladas como un prisma
que refracta la cultura patriarcal de las sociedades (Flores Bernal, 2005; Míguez, 2009; Ruiz-Ramírez y Ayala-Carillo, 2016) y la
VG como un problema de relevancia que atraviesa la vida cotidiana de las
escuelas (Kornblit, 2008; Pinedo González, Arroyo González y Berzosa
Ramos, 2018).
Es reconocido que las escuelas tienen una importancia trascendente
en la construcción de subjetividades y que las experiencias personales de las y
los docentes (a partir de ahora, “los docentes”), como su propia experiencia
escolar, marcan sus prácticas cotidianas en el aula, lo que facilita u
obstaculiza el tratamiento de ciertas temáticas (Kornblit et al., 2014) como podría ser la
VG. La literatura nacional e internacional ha reconocido distintos mecanismos
que conducen a la reproducción de la VG en el ámbito escolar. Se destaca entre
ellos la escasez de recursos destinados a la ejecución de los programas (Díaz Aguado, 2009); la implementación
errática de los marcos normativos sobre prevención de VG en el ámbito educativo;
la dificultad para su abordaje en las aulas (Barredo
Ibáñez et al, 2014; Morgade, 2009)
y la escasez de asignaturas específicas y/o transversales que permitan
reflexionar sobre la naturalización de las diferencias de género (Moreno, 2000). También se ha señalado
que, si bien los docentes reconocen cambios en sus miradas respecto al género,
aún persisten resistencias vinculadas a sus propias trayectorias o biografías
que obstaculizan el desarrollo de estrategias educativas para la igualdad de
género, en general, y para la educación sexual integral, en particular (Faur, Gogna y Binstock, 2015). Se ha
indicado que persisten importantes dificultades para identificar tanto las
desigualdades de género y relaciones de poder producto de ellas, como al
machismo limitante en el desarrollo de una plena ciudadanía, lo que permitiría
la posibilidad de salirse de cánones heteronormativos por parte de los alumnos,
las alumnas y los docentes (Flores Bernal,
2005; Kornblit, Sustas y Di Leo, 2014).
Así como a los espacios educativos se los ha señalado como
ámbitos de re/producción de los procesos de socialización de desigualdades,
también se los ha identificado como agentes clave en la prevención de
violencias e inequidades basadas en el género (Alonso Hernández, Cacho Sáez, González Ramos,
Herrera Álvarez y Ramírez García, 2016; Díaz-Aguado,
2002, 2006; Díaz-Aguado y Carvajal, 2011; Flores Bernal 2005; Moriana Mateo, 2017; Pinedo González, Arroyo González y Berzosa
Ramos, 2018; Ruiz Repullo, 2017).
El fomento de las relaciones cooperativas e igualitarias entre mujeres y
hombres y la implementación de un currículum explícito que eduque en la
no-violencia han sido destacadas como estrategias para prevenir la VG desde las
escuelas (Díaz-Aguado, 2006; Ruiz Repullo, 2017). Para ello,
mayoritariamente, se han elaborado y distribuido materiales y, en menor medida,
implementado programas puntuales sobre coeducación y fomento de la igualdad (Díaz-Aguado, 2006). Los programas
orientados al fomento de la igualdad han demostrado efectividad en la
disminución del sexismo, del acoso entre pares, tanto dentro como fuera de la
escuela, y la mejora de las relaciones con el profesorado (Díaz-Aguado, 2006).
Asimismo, distintos trabajos han señalado el rol protagónico que
tienen los docentes en la prevención y el abordaje de VG en el ámbito
educativo, ya que la formación en perspectiva de género a profesionales es un
aspecto clave para alcanzar la equidad dentro del aula (Bonder, 2010; Morgade, 2009; Morgade, 2011; Pinedo González, Arroyo González y Berzosa
Ramos, 2018; Ruiz Repullo, 2017).
En ese sentido, se ha señalado que la transformación de las estructuras
patriarcales en la escuela no depende solo de la formación reglada del
profesorado, sino de la posibilidad de que los docentes puedan reflexionar
sobre su propio rol como agentes transmisores de valores y conocimientos
tradicionales de género, de las relaciones de poder entre los sexos y de las formas
de disciplinar a los cuerpos, entre otras cuestiones de la práctica educativa (Bonder, 2010; Morgade y Alonso, 2008; Tomasini, 2010; Torres San Miguel, 2010).
Desde la década pasada, Argentina es uno de los países pioneros
en la sanción de leyes vinculadas a la prevención de las VG. Tanto la Ley de Educación Sexual Integral (Ley 26.150)
del año 2006 como la Ley de protección integral para prevenir, sancionar y
erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus
relaciones interpersonales (Ley 26.485) del año 2009 constituyen el marco
normativo que sitúa a las escuelas, junto a otros sectores de la sociedad, como
agentes fundamentales de prevención y abordaje de la VG. En esta línea, el Plan
Nacional de Acción contra las violencias por motivo de género (Ministerio de las Mujeres, Géneros y
Diversidad, 2020) reconoce a la educación como uno de los ámbitos
estratégicos para la prevención de la VG, y define para este sector distintas
líneas de acción, que van desde la revisión con perspectiva de género de los
planes de formación docente y de la currícula de los distintos niveles, como la
implementación de campañas para la deconstrucción de los estereotipos de género,
hasta acciones de sensibilización y capacitación sobre las distintas VG,
incluyendo las cibernéticas. A su vez, provincias como Córdoba han ejecutado
programas específicos para fortalecer la prevención de las VG desde las
escuelas. El Programa Escuelas Libres de Violencias de Género (https://www.cba.gov.ar/escuelas-libres-de-violencia/),
implementado desde 2016 por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos y el
Ministerio de Educación del Gobierno de la Provincia de Córdoba, busca
propiciar y profundizar procesos de sensibilización y capacitación en el
sistema educativo formal a fin de promover la transformación de patrones
socioculturales que naturalizan la VG, a través de capacitaciones a personal
docente y directivo y a futuros profesionales de la educación.
La validación de escalas sobre medidas y obstáculos para el
abordaje de la VG en la población educativa en Argentina cobra particular
relevancia, especialmente a la luz los estudios que ya han señalado la
existencia de una política pública errática en el ámbito educativo (Bonder, 2010), así como de las
resistencias de los docentes respecto a la implementación de programas
destinados al abordaje de la educación sexual integral (Faur, Gogna y Binstock, 2015). Asimismo,
la identificación de obstáculos y medidas –a partir de escalas– resulta
particularmente enriquecedora para complementar el campo de estudio de la VG y
la educación sexual integral en el ámbito educativo en Argentina, el cual ha
estado principalmente orientado a identificar, desde abordajes cualitativos,
las representaciones sociales y experiencias en la implementación de contenidos
y programas (Faur, Gogna y Binstock, 2015;
Tomasini, 2010; Wainerman, Di Virgilio y Chami, 2008).
El objetivo de este trabajo es validar dos escalas para el
contexto local: la primera, diseñada para indagar cómo valoran los obstáculos
para abordar la VG los equipos educativos. La segunda escala pretende estudiar
la valoración de distintas medidas propuestas para mejorar la prevención y el
abordaje de la VG. Estas escalas forman parte de un cuestionario más amplio,
diseñado para monitorear el impacto del Programa Provincial Escuelas Libres de
Violencias de Género de la Provincia de Córdoba en el año 2017, que incluyó
otras escalas como la utilizada para medir opiniones sobre VG (Aizenberg, Saletti-Cuesta y Torres, 2019)
y otros indicadores para conocer la prevalencia de situaciones de VG en las
escuelas.
Método
Se realizó un estudio descriptivo, transversal y multicéntrico.
Participantes
La población de estudio fue el personal directivo y docente de
528 escuelas de la provincia de Córdoba, Argentina. El criterio de inclusión
fue asistir a la primera capacitación presencial organizada en 2017 por el
Programa Escuelas libres de VG. Se realizó un muestreo intencional no
probabilístico. La cantidad total de participantes que contestó la encuesta fue
de 499.
Procedimiento
Antes del inicio de la primera capacitación presencial y durante
la inscripción y presentación de la capacitación, se distribuyó en mano el
cuestionario a los participantes. Se les explicó que el cuestionario era
autocumplimentado, que formaba parte del monitoreo del Programa Escuelas Libres
de VG y que el tratamiento de los datos era confidencial y anónimo, y se
solicitó su consentimiento informado para formar parte del estudio. Si bien el
estudio no contó con la aprobación de un comité de ética, fue autorizado por el
Ministerio de Educación y el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la
provincia de Córdoba. Durante todo el proceso se resguardaron todos los
derechos de las personas participantes y se adhirió a los valores y principios
éticos vigentes. La participación fue voluntaria y las personas fueron libres
de decidir si participar o no y de abandonar en cualquier momento sin tener que
dar explicaciones. Quienes decidieron participar, autocumplimentaron y
entregaron en mano el cuestionario antes de comenzar la capacitación. Por otro
lado, algunas personas lo entregaron al finalizar la capacitación.
Instrumento
Para medir las opiniones sobre los obstáculos y las medidas
necesarias para abordar la VG en las escuelas, se diseñó un cuestionario
autoadministrado que incluyó, además de otras variables, dos escalas, una sobre
obstáculos y otra sobre medidas. Se entendió como obstáculo toda barrera que
dificulta el abordaje integral de las VG en las escuelas y el avance hacia la
igualdad y la prevención de las VG desde la educación, y se entendió como
medidas las herramientas para visibilizar, prevenir y erradicar las VG desde la
educación (Díaz Aguado y Carvajal Gómez,
2011). Para adaptar y validar este contexto en dos escalas, se realizó un
juicio de expertas para valorar la comprensión y claridad, modificar la
redacción de ítems que así lo requerían e incorporar elementos relevantes en
ese contexto. Las expertas fueron seleccionadas por su experiencia y
conocimientos en el tema.
La escala de obstáculos se compuso de diez ítems. Las preguntas
1 y 3 fueron de elaboración propia, ya que lo que interesaba era profundizar en
las relaciones y vínculos como elemento para abordar las VG, tal como es
señalado por Díaz Aguado y Carvajal Gómez
(2011). El resto de las preguntas fueron extraídas y adaptadas de la escala
sobre obstáculos elaborada por Díaz Aguado
y Carvajal Gómez (2011). De dicha escala, se seleccionaron los ítems
pertinentes y adaptables al contexto que se quería analizar, excluyendo por
ejemplo “El sexismo existente en los libros de texto”, puesto que no todas las
escuelas en la provincia de Córdoba utilizan libros de texto –como fue señalado
en el juicio de expertas. La confiabilidad de la escala original es explicada
por tres factores: (1) falta de implicación del profesorado y sexismo escolar,
con α = .79 (IC del 95 %: .78 - .80); (2) falta de implicación y sexismo en las
familias y en los medios de comunicación, con α = .76 (IC del 95 %: .74 - .78);
y (3) obstáculos derivados de la organización escolar, con α = .84 (IC del 95
%: .83 - .85) (Díaz Aguado y Carvajal
Gómez, 2011).
Respecto a la escala de medidas, las preguntas 4, 5, 6 y 7
fueron de elaboración propia, ya que interesó evaluar las propuestas que el
Programa Escuelas Libres de Violencia presentaba para el contexto en estudio.
El resto de las preguntas fueron extraídas de la escala de valoración de
posibles medidas para mejorar la igualdad y la prevención de la VG desde el
centro educativo, elaborada por Díaz
Aguado y Carvajal Gómez (2011) y adaptada al contexto escolar mediante
juicio de expertas. El único ítem no incluido de dicha escala fue “Mejora del
Plan de Acción Tutorial para incrementar su impacto sobre estos temas”, puesto
que no existe dicha estrategia en las escuelas de Córdoba. No se encuentra
publicada la confiabilidad de la escala original. La escala de respuesta de
ambas escalas fue tipo Likert con cuatro opciones: nada, poco, bastante, mucho.
Otras variables de estudio incluidas en el cuestionario fueron:
sexo, años de experiencia en el cargo, edad, nivel educativo del centro
(inicial/primario/medio/terciario), zona (urbana/rural), localidad donde se
realizó la formación presencial, actividades de prevención realizadas en el
centro educativo dirigidas al alumnado (sí / no), a las familias (sí / no) y al equipo
educativo (sí
/ no),
actividades de formación sobre VG realizadas por el equipo educativo (sí / no), mujeres
y/o familias identificadas en situación de VG (sí / no), familias con orden de
restricción judicial (es decir, medidas de protección ordenadas por la justicia
luego de una denuncia para disminuir el riesgo) (sí / no), intervenciones del equipo
educativo ante VG del alumnado y/o las familias (sí / no), personal del equipo
educativo que ha vivido o vive una situación de VG (sí / no), reuniones del equipo
educativo con organizaciones locales de la comunidad para articular actividad
para prevenir y/o abordar VG (sí / no), necesidad de formación sobre VG manifestada por el
equipo docente (sí
/ no).
Análisis de datos
Se realizó un análisis descriptivo, bivariante de la relación de
todas las variables con el sexo y un análisis factorial exploratorio para
analizar la validez de constructo, es decir descubrir la estructura interna de
un número de variables creando nuevos factores que acumulan la varianza común y
que poseen significado interpretativo. Siguiendo las recomendaciones de Costello y Osborne (2005), se analizaron
las saturaciones factoriales de los ítems y se retuvieron aquellos con una
saturación factorial mayor a .35, que el ítem no tuviera una saturación
superior en otro factor y que, además, tuvieran coherencia interna. Asimismo,
se estimó el alfa de Cronbach para evaluar la confiabilidad, consistencia
interna y fiabilidad de cada escala. Finalmente, se construyó un modelo de
regresión múltiple para probar la validez convergente, utilizando cada factor
como variable dependiente y las 26 incluidas en las escalas fueron las
variables independientes. Se utilizó SPSS v.19.
Resultados
La tasa de respuesta al cuestionario fue de 72 % (n = 499), el
90 % fueron mujeres (n = 432). La edad media fue de 47.5 años (mujeres: 47.59
años; varones: 47.17 años). La media de años de experiencia en el cargo fue de
8.91 (mujeres: 9.2 años; varones 6.6 años).
Respecto al nivel educativo de las escuelas, el 25 % eran de
nivel inicial, 43.2 % de primario, 31.6 % de secundario y solo el .2 % de
terciario. El 72.2 % pertenecían a escuelas de zonas urbanas y el 27.8 % al
rural. En el 54.6 % de los casos, el equipo docente había planteado la
necesidad de formarse en temas vinculados a la VG. El 49.4 % participó en
alguna reunión con la comunidad para articular actividades de prevención
relacionadas con la VG. El 72.1 % de las escuelas realizó alguna actividad de
prevención de la VG dirigida al alumnado, el 70 % dirigidas a las familias, y
el 56.9 % al equipo educativo. El 51.1 % indicó que el equipo educativo realizó
actividades de formación sobre VG. El 26.7 % respondió que el equipo educativo
realizó alguna intervención ante VG del alumnado y/o las familias. En relación
con la detección de casos de VG, el 51.1 % indicó que hay mujeres/familias
identificadas en la escuela que viven o han vivido una situación de VG; el 40.1
%, que hay familias con orden de restricción judicial vigente (por ejemplo,
botón antipánico), y el 20.8 % respondió que hay personal del equipo educativo
que ha vivido o vive una situación de VG.
El análisis factorial exploratorio de la escala de obstáculos
identificó dos dimensiones que explicaron el 54.04 % de la varianza. El
factorial de la escala de medidas identificó tres dimensiones que explicaron el
67.50 % de la varianza. La escala final de obstáculos se compone de diez
preguntas y la escala de medidas incluye trece. Las cargas factoriales y el
alfa de Cronbach de los cinco factores aparecen en la tabla 1.
Tabla 1
Ítems / Factores |
|||||
Mala calidad de relaciones entre alumnas y
alumnos |
.701 |
||||
Dificultad de contrarrestar desde la escuela
la influencia de los medios de comunicación sobre este tema |
.547 |
||||
Relaciones conflictivas entre equipo docente
y familias |
.746 |
||||
El sexismo existente en parte del
profesorado |
.611 |
||||
Rechazo del profesorado a trabajar en este
tema, porque cree que no es su función |
.728 |
||||
La falta de formación del profesorado para
tratar estos temas |
.697 |
||||
La insuficiencia de los recursos con los que
dispone la escuela para afrontar este reto |
.726 |
||||
Falta de tiempo para dar todo el temario y
tratar estos temas no incluidos en las asignaturas |
.791 |
||||
Tendencia a tratar estos temas en una fecha
determinada, sin incorporarlos de forma sistemática al currículo |
.737 |
||||
El sexismo existente en la educación
familiar |
.534 |
||||
Disponer de ayuda especializada en este tema
que ayude a incluirlo en el centro |
.472 |
||||
Mayor cooperación con los organismos
encargados de trabajar sobre estos temas |
.637 |
||||
Disponer de materiales que faciliten el
tratamiento de estos temas en las aulas |
.619 |
||||
Mayor implicación de otros programas del
Ministerio de Educación en el seguimiento de este tema |
.685 |
||||
Implantación de programa específico para
prevenir la VG en las aulas |
.681 |
||||
Disponer de recursos profesionales (ej.
Gabinete psicopedagógico) en el centro para abordar la VG |
.838 |
||||
Disponer de un protocolo de actuación para
saber cómo actuar en caso de conocer VG entre el alumnado o en sus familias |
.794 |
||||
Implantación o mejora del Acuerdo Escolar de
Convivencia, incluyendo estos temas de forma sistemática y generalizada |
.609 |
||||
Incluir estos temas, como un más, en los
programas de asignaturas evaluables |
.731 |
||||
Mayor implicación de Inspección en el seguimiento
de este tema |
.656 |
||||
Formación especializada sobre prevención de
la VG |
.801 |
||||
Formación sobre cómo incluir estos temas en
las asignaturas de forma que no vayan en detrimento de los temas que deben
tratarse |
.812 |
||||
Formación especializada sobre prevención de
la violencia desde una perspectiva integral, que incluya la VG y otras
violencias |
.809 |
||||
Alfa de Cronbach |
.748 |
.778 |
.862 |
.624 |
.877 |
F1: Escala obstáculos: factor vínculos y prejuiciosF2: Escala obstáculos: factor escasez de recursosF3: Escala medidas: factor ayuda especializadaF4: Escala medidas: factor transversalización de la perspectiva de
géneroF5: Escala medidas: factor formación en VG.
En la escala de obstáculos, al primer factor se lo llamó
Vínculos y prejuicios e integra cinco preguntas que identifican agentes y
relaciones que influyen en la prevención y el abordaje de la VG en la escuela.
El alfa de Cronbach de este factor fue .748. El segundo factor, Escasez de
recursos, integra cinco preguntas sobre obstáculos comprendidos como factores
que dependen, principalmente, del equipo docente y/o de las escuelas, y se
vinculan con elementos que dificultan la prevención y el abordaje de temas como
las VG. El alfa de Cronbach de este factor fue .778. En cuanto a la
confiabilidad, los alfa de Cronbach obtenidos en nuestra escala son similares a
los de la escala original, por tanto, la inclusión de nuevos ítems no influyó
en este aspecto.
Respecto a la escala de medidas, al primer factor lo se lo
denominó Ayuda especializada e integra siete preguntas sobre medidas vinculadas
a la ayuda y/o intervenciones especializadas para integrar la prevención de la
VG en las escuelas. El alfa de Cronbach de este factor fue .862. El segundo
factor, Transversalización de la perspectiva de género, integra tres preguntas
que reflejan la integración transversal de medidas que incorporen la prevención
de la VG. El alfa de Cronbach de este factor fue .624. El tercer factor es
Formación en VG e integra tres preguntas vinculadas a la importancia de
implementar estrategias destinadas al fortalecimiento de la formación de los
equipos educativos en temas de VG y su alfa de Cronbach fue .877.
Las relaciones crudas y ajustadas de todas las variables
estudiadas con cada factor de cada escala para el conjunto de la muestra se
reflejan en la tabla 2 y la tabla 3.
Tabla 2
Factor Vínculos y prejuicios |
||||||
Variable |
Cat. de referencia |
Cat. de riesgo |
Beta |
IC 95 % |
P |
|
Edad |
-.019 |
-.035; -.004 |
.017 |
|||
Actividades de prevención de la VG
realizadas en el centro dirigidas a las familias |
No |
Sí |
-.349 |
-.619; .078 |
.012 |
|
Familias con órdenes de restricción judicial |
No |
Sí |
.323 |
.080; .566 |
.009 |
|
Nivel |
Otros niveles |
Primario |
-.326 |
-.566; -.086 |
.008 |
|
Años de experiencia en el cargo |
-.019 |
-.034; -.003 |
.021 |
|||
Equipo educativo ha planteado la necesidad
de formación sobre VG |
No |
Sí |
-.277 |
-.515; -.040 |
.022 |
|
Localidad Deán Funes [DF] |
No es de DF |
DF |
.335 |
-.050; .720 |
.088 |
|
Zona |
Urbana |
Rural |
.202 |
-.060; .464 |
.131 |
|
Factor Escasez de recursos |
||||||
Variable |
Cat. de referencia |
Cat. de riesgo |
Beta |
IC 95 % |
P |
|
Zona |
Urbana |
Rural |
.275 |
.034; .516 |
.026 |
|
Nivel |
Otros niveles |
Inicial |
-.353 |
-.645; -.061 |
.018 |
|
Localidad DF |
No es de DF |
DF |
.584 |
.218; .949 |
.002 |
|
Personal del equipo educativo que ha vivido
o vive una situación de VG |
No |
Sí |
.271 |
.000; .543 |
.050 |
|
Nivel |
Otros niveles |
Medio |
.316 |
.066; .566 |
.014 |
|
Mujeres/familias identificadas que viven o
han vivido una situación de VG |
No |
Sí |
.200 |
-.037; .437 |
.098 |
|
Mujeres/familias identificadas que viven o
han vivido situación de VG |
No |
Sí |
.267 |
.043; .491 |
.019 |
|
Actividades de prevención de la VG
realizadas en el centro dirigidas al alumnado |
No |
Sí |
-.276 |
-.570; .017 |
.065 |
|
Actividades de formación sobre VG realizadas
por el equipo educativo |
No |
Sí |
.260 |
.013; .507 |
.040 |
|
Actividades de prevención de la VG
realizadas en el centro dirigidas al equipo educativo |
No |
Sí |
-.186 |
-.439; .067 |
.149 |
Tabla 3
Factor Ayuda especializada |
||||||
Variable |
Cat. de referencia |
Cat. de riesgo |
Beta |
IC 95 % |
P |
|
Equipo educativo ha planteado la necesidad
de formación sobre VG |
No |
Sí |
.255 |
.032; .477 |
.025 |
|
Localidad Villa María [VM] |
No es de VM |
VM |
.214 |
-.075; .503 |
.147 |
|
Participación con la comunidad para
articular actividad de prevención y/o para abordar VG |
No |
Sí |
.170 |
-.052; .392 |
.133 |
|
Nivel |
Otros niveles |
Medio |
-.177 |
-.418; .064 |
.150 |
|
Factor Transversalización de la perspectiva
de género |
||||||
Variable |
Cat. de referencia |
Cat. de riesgo |
Beta |
IC 95 % |
P |
|
Nivel |
Otros niveles |
Primario |
-.447 |
-.653; -.240 |
.000 |
|
Actividades de prevención de la VG
realizadas en el centro dirigidas al alumnado |
No |
Sí |
.406 |
.165; .648 |
.001 |
|
Localidad San José de la Dormida [SJD] |
No es SJD |
Localidad SJD |
-.393 |
-.726; -.061 |
.021 |
|
Localidad Cruz del Eje [CE] |
No es CE |
Localidad CE |
-.360 |
-.647; -.072 |
.014 |
|
Años de experiencia en el cargo |
-.009 |
-.022; .003 |
.139 |
|||
Factor Formación en VG |
||||||
Variable |
Cat. de referencia |
Cat. de riesgo |
Beta |
IC 95 % |
P |
|
Personal del equipo educativo que ha vivido
o vive una situación de VG |
No |
Sí |
.531 |
.270;.792 |
.000 |
|
Sexo |
Mujer |
Varón |
-.338 |
-.694; .018 |
.062 |
|
Localidad VM |
No es VM |
Localidad VM |
.488 |
.191; .785 |
.001 |
|
Nivel |
Otros niveles |
Medio |
.294 |
.044; .544 |
.022 |
|
Participación con la comunidad para
articular actividad de prevención y/o para abordar VG |
No |
Sí |
-.184 |
-.403; .034 |
.098 |
|
Zona |
Urbana |
Rural |
-.214 |
-.470; .042 |
.100 |
El análisis de regresión muestra que el factor denominado
Vínculos y prejuicios funciona como obstáculo importante para el nivel
primario. Para el nivel medio o secundario y para quienes han realizado
reuniones con la comunidad para articular actividades de prevención, la escasez
de recursos tiene gran relevancia. La importancia otorgada al factor Ayuda
especializada como medida posible para prevenir la VG se asocia principalmente
a los equipos educativos que han manifestado necesidad de formación en este tema.
Quienes han realizado actividades de prevención dirigidas al alumnado y las
escuelas de nivel primario valoran más el factor Transversalización de la
perspectiva de género como medida. Las escuelas que tienen, dentro de su equipo
educativo, a personal que ha vivido o vive una situación de VG consideran el
factor Formación en VG como medida de gran relevancia.
Discusión y conclusiones
Este trabajo tuvo como objetivo desarrollar y validar las dos
escalas en el contexto de la provincia de Córdoba. Por un lado, una escala que
permita conocer las opiniones y valoraciones del personal educativo sobre los
obstáculos que identifican para afrontar la VG y, por el otro, una escala que
posibilite reconocer las medidas que consideran necesarias para abordar la VG.
Las escalas validadas son fiables y recogen dimensiones empíricas de las
valoraciones sobre obstáculos y medidas en relación con el abordaje de la VG en
las escuelas.
La identificación de obstáculos denominados Vínculos y
prejuicios surge con mayor fuerza entre docentes que pertenecen al nivel
primario. Esto resultaría coherente, puesto que en este nivel, a diferencia de
los otros, suelen existir vínculos más cohesionados entre las familias y la
comunidad educativa con una mayor participación en la educación (García Sanz, Hernández Prados, Parra Martínez
y Gomariz Vicente, 2016; Gomariz
Vicente, Parra Martínez, García Sanz y Hernández Prados, 2019), lo que
permitiría identificar los obstáculos existentes en los núcleos familiares y, a
la vez, desarrollar estrategias para modificarlos.
En cuanto a la dimensión vinculada a la escasez de recursos como
obstáculo para abordar la VG, solo fue relevante para el nivel medio
(secundaria) y para quienes han realizado reuniones con la comunidad para
articular actividades de prevención. Es importante considerar que el alumnado
que conforma dicho nivel educativo inicia los primeros vínculos amorosos entre
pares, a la vez que la exigencia y la dinámica escolar se modifica (Díaz-Aguado y Carvajal, 2011), lo que
podría evidenciar, aún más, la importancia de los recursos como “Falta de
tiempo para dar todo el temario y tratar estos temas no incluidos en las
asignaturas” o “La falta de formación del profesorado para tratar estos temas”,
por ejemplo ante una situación de VG que ocurra dentro de una pareja en una
clase, incluidos en el factor. Asimismo, el haber realizado acciones para
articular actividades de prevención ha puesto de relieve la importancia de los
recursos para su ejecución. Si bien no se han encontrado estudios que respalden
empíricamente dicha asociación, se reconoce la importancia de los recursos para
la ejecución de actividades de prevención. Por ejemplo, se ha destacado el rol
clave de los recursos para la ejecución, en contextos educativos, de
actividades de prevención de consumo de sustancias psicoactivas y violencia en
jóvenes (Posada, Moreno y Jaramillo, 2012).
Díaz Aguado (2009) también destaca que,
a pesar del reconocimiento de la prevención y el rol del sector educativo, los
recursos destinados para erradicar la VG en las escuelas son insuficientes.
Al indagar sobre qué medidas fueron valoradas como importantes
para responder a esta problemática, se mencionó la necesidad de contar con la
ayuda especializada en la escuela que, particularmente, facilite el abordaje de
casos, por ejemplo, materiales pedagógicos, gabinete psicopedagógico o
protocolo de actuación. No es casual que esto haya resultado importante para
quienes demandaron mayor formación en el tema, quizás porque son quienes más
necesitan conocer los recursos disponibles y apoyarse en ellos. La falta de
formación del profesorado en la detección de violencia de género ha sido
destacada (Pinedo González, Arroyo
González y Berzosa Ramos, 2018).
En relación con otras medidas, como la necesidad de contar con
estrategias que contemplen la transversalización de la perspectiva de género,
ha sido relevante en particular para las escuelas de nivel primario y para
quienes habían realizado actividades de prevención con el alumnado previamente.
En este sentido, experiencias previas de actividades llevadas a cabo en la
materia (como charlas de sensibilización para docentes o familias, o talleres
vivenciales con alumnado) permiten identificar la importancia de contar con
abordajes pedagógicos desde una mirada que visibilice las desigualdades de
género como forma de deconstruir conocimientos y aproximaciones universales (Valls Carol, Torredo Egido, Colás Bravo y
Ruiz Eugenio, 2009). Otros elementos característicos del sistema educativo,
como métodos tradicionales de enseñanza, poco participativos, expulsivos de la
afectividad, o escasamente reflexivos y críticos de las propias prácticas del
profesorado han sido señalados como un obstáculo a la hora de implementar la
Ley de Educación Sexual Integral (Faur,
Gogna y Binstock, 2015; Kornblit et al., 2014).
La interiorización desde el inicio de la infancia de comportamientos que
reproducen modelos de socialización diferencial entre niños y niñas ha sido
ampliamente señalada y, por ello, la importancia de introducir la perspectiva
de género en la actividad docente desde los primeros años de educación inicial
(Moreno Sánchez y Márquez Vázquez, 2016).
Por último, la necesidad de contar con mayores espacios de
formación en estos temas se asocia con aquellas personas que tienen entre sus
colegas casos de VG. Se sabe que la formación continua sobre estos temas es
crucial para modificar los patrones socioculturales que naturalizan la VG (Barredo Ibáñez et al., 2014; Ruiz Repullo, 2017), por lo que es
probable que vivirlo de cerca motive a valorar mejor esta medida. Esta actitud
podría encuadrarse en lo que se ha descripto como “espectador de violencia
prosocial”, es decir, quien como testigo de una situación de VG la enfrenta
activamente, por ejemplo, solicitando ayuda (Quintana, Montgomery y Malaver, 2009) o
formación en VG. También en contextos universitarios, la formación ha sido una
medida muy bien valorada para trabajar en la identificación de las situaciones
de VG, especialmente para romper el silencio y desmitificar las situaciones que
se normalizan y no se viven como tales (Valls
et al., 2009), como pueden ser las que vive el propio profesorado. Este
aspecto es importante, especialmente considerando que se ha identificado que
mujeres que han sufrido violencia física por parte de una pareja presentaron
niveles más altos de sexismo benevolente, caracterizado por actitudes sexistas
hacia las mujeres que enfatizan su debilidad y necesidad de protección y las
considera de forma estereotipada y limitadas a ciertos roles tradicionales de
género (Arbach, Vaiman, Bobbio, Bruera y
Lumello, 2019).
Se ha señalado que, en este contexto, tanto para docentes como
para personal directivo de las escuelas, la VG es un tema complejo que demanda
un mayor nivel de comprensión tanto desde el punto de vista de su
conceptualización como de su abordaje (Aizenberg,
Saletti-Cuesta y Torres, 2019; Faur,
Gogna y Binstock, 2015).
El interés de este estudio reside, en primer lugar, en el aporte
al conocimiento sobre la preparación y la actitud hacia la violencia del
personal docente, quienes no solo son responsables de mantener y desarrollar un
clima de convivencia escolar, sino que son clave en la intervención, prevención
(Podestá González, 2019) y ejecución
de políticas públicas (Faur, Gogna y
Binstock, 2015). En esa línea, este trabajo reconoce el rol fundamental de
los docentes y el personal directivo en el abordaje de esta problemática.
Ejemplo de ello son los ítems que indagan sobre el sexismo por parte del
profesorado o la falta de formación sobre estos temas, que apuntan a una mirada
crítica sobre el propio rol y contribuyen a la deconstrucción de la violencia
desde todos los agentes implicados, incluyendo a docentes, agente fundamental
en las complejas dinámicas escolares (Podestá
González, 2019).
En segundo lugar, este estudio contribuye a la medición
psicométrica de la valoración de obstáculos y posibles medidas para mejorar la
igualdad y la prevención de la VG en las escuelas, aspecto poco indagado en el
campo de la educación (Faur, Gogna y
Binstock, 2015; Tomasini, 2010; Wainerman, Di Virgilio y Chami, 2008).
Como limitaciones del estudio se puede destacar el muestreo no
aleatorio que, al no ser representativo de la población estudiada, dificulta la
generalización de los resultados. La muestra no probabilística utilizada lleva
a considerar los resultados de este estudio como datos iniciales y se sugiere
someter la escala a más estudios de validez y confiabilidad.
En segundo lugar, pueden existir dos sesgos vinculados al
contexto de recolección de datos. Si bien la mayor parte de los cuestionarios
fueron autocumplimentados, en el momento de hacerlo, las personas estaban en
grupos y es probable que algunas de ellas hayan consultado a sus pares sobre
las respuestas. Por otro lado, algunas personas entregaron los cuestionarios al
finalizar la capacitación, con lo cual sus respuestas pueden haberse visto
influenciadas por la propia capacitación recibida, y este aspecto no ha sido
controlado en los análisis realizados para este trabajo.
También, aunque se trató de una capacitación obligatoria, el
hecho de que la última decisión sobre quiénes participaron estuvo tomada por
los propios participantes, pudo haber estado influenciado por la identificación
de un perfil más afín al tema.
La inclusión de otras variables, como la motivación docente (Muñoz, Lira, Lizama, Valenzuela y Sarlé, 2019)
o variables de personalidad del profesorado, como las que incluye el modelo big five,
especialmente la afabilidad, es decir la preocupación de tipo altruista y de
apoyo emocional a los demás, o la apertura a la experiencia, a ideas o valores
nuevos (Hendriks, Hofstee y De Raad, 1999)
o la desconexión moral vinculada a la legitimación de la violencia (Martínez González, Robles Haydar, Utria Utria
y Amar Amar, 2014) podrían ser valoradas en futuros estudios mediante la
inclusión de estas variables y el análisis de sus posibles efectos en las
escalas obtenidas en este trabajo.
En conclusión, se validan para el contexto estudiado las dos
escalas fiables que permitirían conocer la valoración de obstáculos y medidas
para abordar la VG en escuelas públicas, y se constituyen como herramientas
factibles para ser utilizadas en este entorno y contribuir al diseño de
estrategias y políticas públicas que mejoren la respuesta de este sector ante
esta problemática.
Agradecimientos
El trabajo que se presenta se enmarca en un asesoramiento
científico técnico realizado para el Programa Escuelas Libres de Violencias de
género del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Provincia de
Córdoba.
Los autores agradecen a todas las personas que participaron
cumplimentando el cuestionario y especialmente, la colaboración de las
compañeras del Programa Escuelas Libres de Violencias de Género del Ministerio
de Justicia y Derechos Humanos de la Provincia de Córdoba.
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