Actitudes negativas e interiorización de mitos hacia las personas trans en estudiantes mexicanas de Trabajo Social

Actitudes negativas e interiorización de mitos hacia las personas trans en estudiantes mexicanas de Trabajo Social

Negative attitudes and internalization of myths towards trans people in Mexican Social Work students

Luis Manuel Rodríguez Otero

Universidad Autónoma de Sinaloa, México

Adelaido García Andrés

Universidad Autónoma de Nuevo León, México

Actitudes negativas e interiorización de mitos hacia las personas trans en estudiantes mexicanas de Trabajo Social

Interdisciplinaria, vol. 39, núm. 2, pp. 229-248, 2022

Centro Interamericano de Investigaciones Psicológicas y Ciencias Afines

La revista Interdisciplinaria se publica bajo una licencia Creative Commons BY-NC-SA 4.0

Recepción: 16 Septiembre 2020

Aprobación: 31 Marzo 2022

Resumen: Debido al arquetipo tradicional del género como una construcción binaria, la visibilidad emergente de la comunidad trans sigue siendo una cuestión social cargada de mitos y actitudes discriminatorias. El objetivo de este trabajo fue construir y validar dos escalas, una de actitudes negativas hacia las personas transexuales y transgénero y otra sobre la interiorización de mitos sobre las personas trans. Se trabajó con una muestra aleatoria estratificada de 302 mujeres de la Facultad de Trabajo Social de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) en Monterrey (México). La escala de actitudes está conformada por 26 ítems agrupados en tres dimensiones y la escala de interiorización de mitos hacia la transexualidad, por 25 ítems agrupados en cuatro dimensiones. Ambos instrumentos se diseñaron con formato de respuesta tipo Likert con puntajes de 1 a 5. El ajuste de ambas escalas se probó mediante indicadores de consistencia interna, con valores satisfactorios de alfa de Cronbach en cuanto a la escala de actitudes (transfobia institucional: .878, malestar personal: .882, desviación/cambiabilidad: .745) y para la escala de mitos (conducta y orientación sexual: .739, sistema sexo/género: .638, relacional: .769, aspectos psicológicos y medicalización: .835). Por otro lado, se realizó el análisis de modelamiento por ecuaciones estructurales y se obtuvieron índices de ajuste satisfactorios y relaciones aceptables entre las escalas. Se encontraron puntuaciones más altas en la escala de mitos que en la escala de actitudes; esto se explica en parte por la reproducción de acciones estigmatizantes hacia las personas trans. Se corrobora que las actitudes y los mitos se correlacionan de forma directa entre sí.

Palabras clave: transexual, cisnormatividad, creencias, actitudes, transfobia.

Abstract: Due to the traditional archetype of gender as a binary construction, the emerging visibility of the transgender community (transsexuals, transgender and transvestites) remains as a social issue with myths and discriminatory attitudes. Also, it is generally accepted that social attitudes toward minority groups are related to opinions about policy affecting those groups. After reviewing past literature and existing measures about attitudes towards transgendered people, it is well-known that their construction includes items referring to attitudes, myths and stereotypes.

This study aimed to develop and validate two scales: (1) Attitudes toward transgender scale (attitudes scale); and (2) Myths about transgender individuals (myths scale). Quantitative analysis comes from a stratified random sampling of Social Work undergraduate female students (n = 302) at the Faculty of Social Work of the Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), in Mexico (95 % confidence level and 5 % margin of error).

The attitudes scale evaluates the responses for a total of 38 items (14 inverted) divided into 3-item subscales: institutional transphobia, personal discomfort, and deviance/changeability. The myths scale includes a total of 39 items (13 inverted) grouped into 4-item subscales: sexual behavior and orientation, the sex/gender system, relational aspects (labor issues and social influence), and psychological aspects and medicalization. In this study, undergraduate students completed a survey containing both scales and a number of validity-testing variables. Each item took the form of a statement with which participants were asked to rate their agreement on a 5-point Likert-type scale from 1 (strongly disagree) to 5 (strongly agree). Within each half of the questionnaire, items were rotated randomly to minimize potential order effects in participant’s responses. Higher scores indicated greater anti-transgender prejudice, while lower scores indicated less prejudice.

Items in which saturation is similar in two or more factors are excluded from the analysis, and items with greater relevance in the attitudinal scale and better theoretical dimension are maintained. The attitudes scale consists of 26 items and the myths scale, 25 items. Initial test of the scale’s Cronbach’s alpha(s) indicated that sub-scales are highly reliable as follows: for the attitude scale’s alpha(s) (institutional transphobia: .878, personal discomfort: .882, deviation/changeability: .745); and for the myths scale alpha(s) (sexual behavior and orientation: .739, sex/gender system: .638, relational: .769, psychological aspects and medicalization: .835).

Next, the hypothesized structural model was tested to evaluate the unique relationships of each scale and its subscales. Overall, fit index values of the structural model were found for the myths scale and the attitudes scale. These results explain the reproduction of stigmatizing actions towards transgender people. Also, it is confirmed that attitudes and myths are directly correlated with each other. In methodological terms, the results demonstrate that the attitudes scale and myths scale, as well as its subscales independently, offer a consistent, valid and useful measure of attitudes toward transgender community.

Based on the results, it is confirmed that ignorance about transsexual and transgender people represent an influential factor for discriminatory attitudes; the deepness of the myths about transgender people are outlined as means of production of stereotypes. Taking into consideration the intolerance towards LGTBI community and especially towards transsexual people, the use of scales to determine the level of aversion and the internalization of myths is particularly important to prevent situations of victimization.

This study contributes to research on anti-transgender prejudice by examining the relations of such prejudice with a number of theoretically relevant constructs. Results from this study suggest that anti-transgender prejudice is more closely related to sexual orientation and gender role-specific attitudes. Future studies are seeking to address other populations such as education and labor institutions, in order to design preventive engagements concerning attitudes about transphobia, transmission of erroneous information and actions to prevent the re-victimization of transgender people in different contexts.

Keywords: transsexual, cisnormativity, beliefs, attitudes, transphobia.

Introducción

Desde la psicología social existen dos modelos explicativos especialmente relevantes para la comprensión de las actitudes. Por un lado, el modelo tridimensional de Triandis, el cual propone que la actitud es “una idea provista de una carga emocional que predispone a poder realizar una serie de acciones ante un determinado tipo de situaciones sociales” (Íñiguez-Santiago, Ferriz, Martínez-Galindo, Cebrián-Sánchez y Reina, 2017, p. 494) y está constituida por los componentes cognitivo (idea), afectivo (emoción asociada a la idea) y conductual (predisposición a la acción). Por otro lado, autores como Moral, González, Landero y Quezada (2021) definen las actitudes desde la teoría de la acción razonada (enfoque unidimensional), haciendo referencia a “la tendencia del individuo a evaluar de forma favorable o desfavorable un objeto, ya sea concreto o abstracto” (p. 135), es decir como respuestas emocionales claramente diferenciadas de las creencias.

El prejuicio sexual hacia las personas trans (erróneamente denominado “transfobia”) refiere a la aversión, el rechazo o el temor irracional dirigido a las personas transexuales o transgénero, e implica tanto una actitud negativa como una aversión comportamental por parte de los sujetos en base a la ruptura que se les presupone que realizan al binarismo sexo/género propuesto por el sistema cisnormativo (Campo-Arias, Lafaurie y Gaitán-Duarte, 2012; Páez, Hevia, Pesci y Rabbia, 2015). La cisnormatividad, tal como señala Bodenhofe (2019), hace referencia “al régimen de dominación que posiciona a las personas cis en una situación de privilegio con relación a las no cis” (p. 103). Este régimen promueve la naturalización social de lo cis y la patologización y dominación de las identidades no cis, es decir, de las personas cuya identidad de género no concuerda con su sexo biológico (antagonismo de la cisexualidad).

Esta situación hunde sus raíces en los procesos de estigmatización, en los cuales las personas trans son identificadas como identidades devaluadas que cuestionan el modelo socialmente establecido, con lo que se favorecen canales de formación y reproducción de los estigmas con objeto de disuadir, excluir y/o invisibilizar a las personas que difieren de la cisexualidad. En este proceso, la socialización y la creación y transmisión de mitos y estereotipos hacia las personas trans (con base en ciertas creencias) son los canales a través de los cuales se transmiten los prejuicios y surgen las actitudes negativas y las aversiones (Rodríguez-Otero y Treviño, 2016).

Como señala Reyes (2007), las creencias son “la probabilidad subjetiva de una relación entre el objeto de la creencia y algún otro objeto, concepto, valor o atributo” (p. 67) y giran en torno a ciertas categorías primarias (las creencias sobre la benevolencia, el sentido del mundo, el control, el azar y la justicia y la dignidad de uno mismo; Páez, Morales y Fernández, 2007). Así, las creencias se generan mediante un proceso con las siguientes etapas: (1) selección de la información existente en el ambiente; (2) moldeamiento de la información en función de los propios intereses y preocupaciones; (3) combinación de la información seleccionada y moldeada con otras informaciones ya acumuladas en la memoria; y (4) producción de una nueva creencia. Por otro lado, los estereotipos refieren a concepciones erróneas o inexactas que se utilizan como clichés respecto a fenómenos, grupos u objetos, se perpetúan a través de mitos y generan discriminación. Asimismo, los mitos son relatos tradicionales sobre pautas de comportamiento y realidades alteradas como consecuencia de la mononormatividad (paradigma heteronormativo) en el caso del colectivo de lesbianas, gays, transexuales, transgénero, bisexuales e intersexuales (LGTBI); estos mitos están presentes en la cultura, el arte, los medios de comunicación, la política, etcétera (Carbajo, 2009; Rodríguez-Otero y Treviño, 2016).

En este sentido, Langarita (2016) indica que la sexopolítica (acción biopolítica basada en el uso del sexo en la normalización de las identidades sexuales) ejerce un papel fundamental en la reproducción del sistema de dominación, en el que la sexualidad se convierte en una construcción social que diferencia una sexualidad socialmente aceptada y otras periféricas. Estas últimas son invisibilizadas por el androcentrismo, la cisnormatividad, la LGTBIfobia, el racismo y el clasismo de la ciencia (Langarita, 2016).

Se han realizado diferentes esfuerzos por visibilizar a muchos de estos colectivos, por ejemplo, detectar este tipo de actitudes a través de escalas que permitan constatar la LGTBIfobia. En este sentido cabe destacar que existen múltiples escalas que miden las actitudes hacia personas transexuales. No obstante, como señalan Páez, Hevia, Pesci y Rabbia (2015), se evidencia un mayor número de estudios respecto a personas homosexuales y bisexuales. Asimismo, como indican Morrison et al. (2017), la mayor parte no están validadas o presentan deficiencias en su estructura.

En el análisis de las escalas existentes en torno a la LGTBIfobia es necesario hacer énfasis en la distinción de tres conceptos clave anteriormente definidos: estereotipos, mitos y actitudes. En el presente estudio se retoma el modelo unidimensinal; por ello en el análisis de la transfobia es necesario considerar tanto las actitudes negativas hacia las personas trans como las creencias hacia ellas.

Teniendo en cuenta que los mitos son creencias irracionales, resulta necesario analizar la transfobia desde las actitudes, pero también desde las creencias (mitos). Cabe destacar que el desconocimiento sobre las personas transexuales y transgénero representa un factor determinante en la existencia de actitudes discriminatorias (García-Barba, Serrano-Moragón, Camañes-Martorell, Ruiz-Palomino y Ballester-Arnal, 2018) y en mayor medida hacia las personas transexuales que hacia las transgénero (Francia-Martínez, Esteban y Lespier, 2017). Estas actitudes se presentan en diferentes espacios: el laboral, el institucional, el de salud, el educativo, el familiar y el legal, entre otros (Ccori, 2018).

Platero (2014) señala que los mitos sobre las personas trans actúan como elementos que dificultan su aceptación. Al respecto, López (2018) menciona la existencia de diez mitos sobre personas transexuales referentes a aspectos psicológicos o psicopatológicos, médico-sanitarios, de orientación sexual, de peligrosidad y de desarrollo humano. Por otro lado, Montoro (2019) y Llerena (2019) exponen 15 mitos relativos a cuestiones psicológicas o psicopatológicas y médico-sanitarias –vinculadas con la actividad laboral –, comportamentales –relacionados con el travestismo y la intersexualidad– y cuestiones asociadas con la peligrosidad. También Garrido, García, Velayos y Garrido (2018) exponen la existencia de nueve mitos relacionados con aspectos médico-sanitarios, de conducta social e individual, de manipulación psicológica, de género, psicológicos o psicopatológicos y de orientación sexual. Asimismo, Navarro (2017) y Platero (2014) incluyen otros mitos vinculados con aspectos educacionales o de socialización, la conducta y la salud sexual, la estética y la realización de conductas asociales o penadas, y establecen una clasificación general de estos mitos con base en nueve grandes categorías referentes a cuestiones de la conducta: sexuales, morales, del sistema sexo-género, expresivo/comportamentales, sobre la orientación sexual, psicológicas, médico-sanitarias o medicalización, laborales y de influencia social o personal.

No obstante, como se evidencia en la revisión bibliográfica realizada por Morrison et al. (2017), las 83 escalas de transfobia existentes versan sobre actitudes negativas hacia el colectivo trans y los mitos son presentados como actitudes hacia las personas LGTBI, lo cual, con base en lo señalado anteriormente, se trataría de un error conceptual (de contenido). Por lo tanto, resulta necesario eliminar dichos ítems para que realmente se midan las actitudes. Por otro lado, según los autores, la mayor parte de las escalas incluidas en la revisión no incluyen la dimensionalidad de la escala, la confiabilidad de las puntuaciones o su validez. Asimismo, cabe destacar que no se han identificado escalas que midan la interiorización de mitos sobre las personas trans.

Tomando en consideración escalas como las de Rodríguez, Lameiras, Carrera y Vallejo (2013), se destaca la diferenciación de tres tipologías de actitudes negativas hacia la homosexualidad: la homofobia institucional, el malestar personal y la desviación/cambiabilidad. También escalas como las de Lozano y Díaz (2010) miden el rechazo familiar, social y personal, mientras que otras como las de Campo-Arias, Lafaurie y Gaitán-Duarte (2012) miden la incomodidad, la honestidad, la corrupción, los derechos, la influencia de la religión y la legalidad. Sin embargo, en la revisión de Morrison et al. (2017) se constata que la mayoría de las escalas de actitudes hacia la transexualidad no incluyen subescalas o dimensiones. Solamente se aprecia en los instrumentos de Carrera, Lameiras, Rodríguez y Vallejo (2014), Hill y Willoughby (2005) y Willoughby et al. (2010), los cuales miden el ataque al género, la transfobia y la ideología de género.

Antecedentes

A nivel internacional, se observan investigaciones que señalan ciertos factores sociodemográficos como determinantes en las actitudes negativas hacia las personas trans, tales como el sexo, la edad, el nivel formativo y las creencias religiosas e ideológicas (Francia-Martínez, Esteban y Lespier, 2017; Iglesias, González y Mena, 2017); también el nivel de sexismo, las actitudes hacia otras identidades LGTBI y la no existencia de legislaciones o medidas preventivas (Rodríguez-Otero y Treviño, 2016). Estos resultados evidencian niveles de aversión medios o medios altos (entre 2.24 y 4.74) dependiendo del contexto (en mayor medida en Latinoamérica que en Europa y Estados Unidos). Asimismo revelan actitudes más negativas en hombres, personas de mayor edad, con convicciones o prácticas religiosas, heterosexuales, de ideología conservadora, de menor nivel formativo y económico y que no conocen a personas transexuales (Carrera, Lameiras, Rodríguez y Vallejo, 2014; Claman, 2007;Francia-Martínez, Esteban y Lespier, 2017; Hill y Willoghby, 2005; Iglesias, González y Mena, 2017; Nagoshi, Adams, Terrel, Hill, Brzuzy y Nagosh, 2008; Páez, Hevia, Pesci y Rabbia, 2015; Willoughby et al., 2010).

Otras investigaciones constatan que este tipo de actitudes contribuyen al deterioro de la salud mental de las personas trans que lo sufren, lo cual incrementa la morbilidad psiquiátrica, especialmente respecto a cuadros depresivos, trastornos de ansiedad e ideas suicidas (Carvajal, 2018; Páez, Hevia, Pesci y Rabbia, 2015). Pero también favorecen los procesos de rechazo, desafiliación y exclusión social, lo cual profundiza el menoscabo de la salud de las víctimas (Rodríguez-Otero y Treviño, 2016).

El contexto mexicano se caracteriza por la escasa producción científica al respecto, no obstante se destaca el estudio cualitativo realizado por del Rocío (2006) con 80 policías de Aguascalientes, en el cual se advierte que existe un fuerte calado de prejuicios hacia las personas trans. Rodríguez-Otero y Treviño (2016) presentan niveles de transfobia medios (2.24) y un mayor rechazo respecto a personas homosexuales y bisexuales en estudiantes universitarios de Nuevo León. Baños (2016) señala que la población de Acapulco presenta niveles de aversión medios (2.93) hacia el turismo transexual. De igual manera en el mismo Estado, Bravo (2009) informa niveles medios en el personal de los servicios de salud, mientras que Quezada, Moral, Ibarraz y González (2018) reflejan la existencia de niveles de estrés elevados en personas trans de México como consecuencia de la transfobia percibida.

En referencia a los mitos sobre las personas trans a nivel internacional, se observan investigaciones cualitativas que exponen de forma teórica las principales categorías asociadas a este colectivo (Garrido, García, Velayos y Garrido, 2018; López, 2018; Llerena, 2019; Montoro, 2019;Navarro, 2017; Platero, 2014). No obstante, no se identifican estudios que aborden la interiorización de tales creencias mediante escalas.

Partiendo de la hipótesis de que a mayor interiorización de mitos sobre las personas trans se generan actitudes más negativas hacia ellas, se propone un estudio con el objetivo de construir y validar una escala de actitudes negativas hacia personas trans y otra sobre la interiorización de mitos sobre las personas trans, que midan tanto la transfobia institucional, el malestar personal y la desviación/cambiabilidad (actitudes), como la conducta y la orientación sexual, el sistema sexo/género, los aspectos a nivel relacional y los aspectos psicológicos y medicalización (mitos).

La mayor parte de los estudios sobre actitudes hacia personas trans contextualizados en México no incluye la variable de género ni el análisis comparativo con base en los géneros (Baños, 2016; Bravo, 2009; del Rocío, 2006; Quezada, Moral, Ibarraz y González, 2018). En el único estudio identificado que realiza dicho análisis en el contexto mexicano, la muestra está conformada mayoritariamente por mujeres (Rodríguez-Otero y Treviño, 2016). Es por ello que, con el objeto de realizar una discusión de los resultados, se torna interesante considerar a la población de mujeres.

Método

Participantes

Las personas participantes en el estudio que se presenta fueron estudiantes de la Facultad de Trabajo Social y Desarrollo Humano (FTSyDH) de la Universidad Autónoma de Nuevo León (México). El universo eran 1 700 estudiantes matriculados en el semestre agosto-diciembre de 2019. Se seleccionaron 40 participantes de cada semestre (80 por curso académico) mediante un muestreo aleatorio estratificado (margen de error 5 % y nivel de confianza 95 %). En la etapa de recolección de datos, se buscó que todas y cada una de las preguntas fueran respondidas por los participantes, de modo que no existieran valores perdidos. Dada la escasa representatividad de la población masculina en la muestra recolectada (19 observaciones que ascienden al 5.9 % de la muestra) las inferencias del estudio se acotan únicamente para la población femenina. La muestra del estudio fue conformada por 302 mujeres (ningún participante se identifica como no binaria respecto al género), con una media de edad de 20 años (DT = 3.07, rango = 16-49), de las cuales 247 (81.7 %) tenían creencias religiosas y 285 (94.3 %) vivían en localidades urbanas. En relación con su conocimiento sobre personas según su diversidad sexual, se observó que 188 estudiantes (62.3 %) conocían a personas bisexuales, 279 (91.3 %) a gays, 227 (75.1 %) a lesbianas y 86 (28.4 %) a personas trans.

Instrumentos

Como técnica de recolección de datos se utilizó un cuestionario autoadministrado compuesto por preguntas sociodemográficas, la Escala de actitudes hacia las personas trans y la Escala de interiorización de mitos hacia la transexualidad.

La Escala de actitudes se construyó a partir de la escala de transfobia de Morrison, Bishop, Gazzola, McCutcheon, Parker y Morrison (2017), las escalas de homofobia de Lozano y Díaz (2010), Rodríguez, Lameiras, Carrera y Vallejo (2013) y Moral y Martínez (2011) y la escala de bifobia de Olvera (2014). La Escala de actitudes evalúa mediante 38 ítems (14 invertidos) la transfobia institucional, el malestar personal y la desviación/cambiabilidad.

Por otro lado, la Escala de interiorización de mitos hacia la transexualidad se diseñó con base en las consideraciones de López (2018), Garrido, García, Velayos y Garrido (2018), Navarro (2017) y Platero (2014). Contiene un total de 39 ítems (13 invertidos) agrupados en cuatro categorías referentes a: (1) la conducta y la orientación sexual; (2) el sistema sexo/género; (3) aspectos a nivel relacional (cuestiones laborales y la influencia social); y (4) aspectos psicológicos y medicalización.

Ambos instrumentos fueron diseñados con un formato de respuesta tipo Likert en una escala de 1 a 5 (1 = totalmente en desacuerdo, 2 = en desacuerdo, 3 = ni en desacuerdo, ni de acuerdo, 4 = de acuerdo, 5 = totalmente de acuerdo), y las puntuaciones mayores fueron consideradas como actitudes más negativas hacia las personas trans y mayor interiorización de los mitos, respectivamente. Por otro lado, se incluyeron indagaciones sociodemográficas sobre el género con el que se identificaba la muestra (hombre, mujer u otra identidad), su edad, semestre que cursaba (de 1.° a 9.°), así como cuestiones dicotómicas relativas a si se identificaban con alguna religión (sí/no) y si conocían a personas trans (sí/no).

Procedimiento

La presente investigación se desarrolló a través del siguiente proceso: (1) revisión de la literatura e identificación de escalas sobre actitudes y creencias sobre las personas trans; (2) construcción de las escalas a partir de la literatura; (3) discusión de las escalas con expertos sobre género de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL); (4) aplicación de un pilotaje de ambas escalas con una muestra de 100 alumnos de la Facultad de Trabajo Social y Desarrollo Humano (FTSyDH; seleccionados por conveniencia en cuatro grupos del 2.° y 4.° semestre en los que impartían docencia los autores de la presente investigación) para analizar la comprensión de cada uno de los ítems; (5) ajustes en la redacción de ambas escalas a partir de los comentarios de los expertos y del alumnado; (6) contacto con docentes de cada uno de los semestres para la entrega de los instrumentos y concretar la fecha de aplicación; (7) aplicación de los instrumentos; (8) codificación de los datos en el programa Stata16 tomando en consideración la totalidad de instrumentos recopilados; (9) pruebas estadísticas de ambas escalas con el objetivo de evaluar la confiabilidad y consistencia interna mediante la aplicación de coeficiente alfa de Cronbach; (10) exclusión de ítems en las categorías en las que la saturación era similar en dos o más factores, y se privilegiaron aquellos que poseían una bidireccional explícita, mayor concreción del objetivo actitudinal y mejor dimensión teórica; (11) eliminación de la muestra de hombres con objeto de realizar cálculos estadísticos confiables; (12) testeo de ambas escalas tras la exclusión de ítems y los participantes hombres; (13) análisis correlacional para todos los ítems de cada escala y análisis de los índices de asimetría, curtosis y test de normalidad de Shapiro-Wilk de los ítems compendiados; (14) estimación de los modelos de ecuaciones estructurales a través del procedimiento de máxima verosimilitud robusto (Huber–White standard error); (15) análisis correlacional entre las variables latentes de las escalas; (16) comparación de medias de ambas escalas en función de las variables sociodemográficas de la muestra (curso académico, creencias religiosas y conocer a personas trans); y (17) discusión de los resultados con los disponibles en la literatura existente.

Aspectos éticos y legales

El cuestionario fue administrado a la muestra de forma voluntaria, con el conocimiento y el consentimiento escrito de cada uno de los participantes, el cual especificaba: el propósito de la investigación, la duración estimada, el derecho a rehusarse a participar, la confidencialidad de los datos, la no remuneración por la participación y los datos de la persona responsable de la investigación. La aplicación del cuestionario estuvo a cargo de docentes de la FTSyDH, previa autorización por parte de la institución, siguiendo así las normas éticas de la American Psychological Association (APA) en cuanto a los principios de beneficencia y no maleficencia, fidelidad y responsabilidad, integridad, justicia y respeto por los derechos y la dignidad de las personas. Se omitieron los datos personales y se codificaron con base en las características sociodemográficas de cada uno de los participantes para respetar la privacidad y la confidencialidad.

Resultados

Análisis de los ítems

Tras realizar el tratamiento de la información, ambas escalas fueron testeadas con objeto de evaluar la confiabilidad y consistencia interna mediante la aplicación del coeficiente alfa de Cronbach. De esta forma se obtuvieron los siguientes valores para la Escala de actitudes: transfobia institucional, .778; malestar personal, .865; desviación/cambiabilidad, .745. Para la Escala de interiorización de mitos los valores fueron: conducta y orientación sexual, .693; sistema sexo/género, .596; relacional, .715; aspectos psicológicos y medicalización, .659. Se excluyeron de las categorías los ítems en los que la saturación era similar en dos o más factores, y se privilegiaron aquellos que poseían una bidireccional explícita, mayor concreción del objetivo actitudinal y mejor dimensión teórica (ver en Anexo los estadísticos descriptivos de ambas escalas). Los ítems excluidos del estudio fueron: en la escala de actitudes, 4, 5, 20, 21, 24, 27, 30, 31, 32, 33, 34 y 36, y en la escala de mitos, 2, 4, 9, 10, 11, 12, 13, 17, 18, 19, 23, 24, 25 y 34.[1]

Luego se encontró que, para la escala de actitudes, los valores de correlación eran positivos para todos los ítems (entre .464 y .793), que iban de un nivel de media a alta correlación. Con respecto a la escala de interiorización de mitos, los valores de correlación se ubicaron entre .291 y .719 (los más bajos corresponden a la categoría de sistema sexo/género); no obstante, se consideró pertinente retener los reactivos en la escala dadas las evidencias de los instrumentos analizados en la revisión de la literatura.

Con respecto a los valores del alfa de Cronbach sin el ítem,[2] en ambas escalas la fiabilidad tendió a mantenerse o bien a disminuir (ver Tabla 1); es decir, la eliminación de cualquier elemento no contribuyó a mejorar la consistencia interna de la escala. Acerca de los valores de alfa de Cronbach total, los resultados fueron, para la escala de actitudes: transfobia institucional, .878; malestar personal, .882; desviación/cambiabilidad, .745. Para la escala de mitos los valores fueron: conducta y orientación sexual, .739; sistema sexo/género, .638; relacional, .769; aspectos psicológicos y medicalización, .835. Estos valores denotan una consistencia aceptable a buena en ambas escalas. La única escala en la que no se obtuvo una consistencia aceptable es en la de sistema sexo/género, lo cual podría deberse a la construcción semántica de las preguntas como mit_15: “Las personas trans constituyen un tercer género”. Posteriormente se calcularon los índices de asimetría, curtosis y test de normalidad de Shapiro-Wilk de los ítems compendiados. Del total de ítems, se encontró que la mayoría presentaba asimetría y curtosis que excedían los valores recomendados; es decir, no se cumplía la normalidad univariante de las variables. Así, el análisis exploratorio sugirió seguir un proceso de máxima verosimilitud (ML) en el análisis confirmatorio de los datos. Si bien la ML exige que las variables estén normalmente distribuidas, este método permite estimar de forma no sesgada los parámetros del modelo y es capaz de garantizar la convergencia de las estimaciones aun en la ausencia de normalidad.

Tabla 1

Estadísticas descriptivas en la escala actitudes hacia las personas trans y escala de mitos hacia la transexualidad

Ítems para cada escala

1

2

3

4

5

M

DT

Alfa de Cronbach sin el ítem

Parte a. Escala de actitudes hacia las personas trans

a.1. Transfobia institucional:

atr 1 Está bien que las personas trans puedan adoptar niños. (R)

36.1

21.9

30.8

4.3

7.0

2.24

1.19

.869

atr 2 Las personas trans no deberían poder enseñar en las escuelas.

61.6

18.2

14.9

3.0

2.3

1.66

0.99

.874

atr 8 Las personas trans deberían ser integradas en la sociedad. (R)

60.3

22.2

8.3

3.6

5.6

1.72

1.13

.871

atr 9 Debería restringirse el ingreso de personas trans a bares.

75.2

13.6

8.9

1.7

0.7

1.39

0.77

.867

atr 10 Las personas trans deberían tener los mismos derechos que el resto de la sociedad. (R)

68.5

18.5

6.6

2.3

4.0

1.55

1.00

.868

atr 11 Si se descubre que un empleado es trans debería ser despedido.

81.5

12.3

4.6

0.7

1.0

1.28

0.67

.871

atr 13 Las personas trans deberían tener prohibida la entrada a las iglesias.

77.8

12.9

8.3

0.3

0.7

1.33

0.70

.872

atr 14 Las leyes deberían ser más duras con las personas travestis y transexuales.

79.1

13.9

6.3

0.3

0.3

1.29

0.63

.871

atr 25 No votaría por un candidato político trans.

59.6

12.9

18.9

3.6

5.0

1.82

1.16

.873

atr 26 Los hospitales no deberían contratar a médicos trans.

66.2

16.9

13.6

2.0

1.3

1.55

0.89

.866

atr 28 Las películas que aprueban la transexualidad me molestan.

63.3

17.6

14.6

1.7

3.0

1.64

0.99

.870

atr 29 Creo que los matrimonios en los que alguno de sus miembros es trans deben ser legales.

44.0

19.2

21.9

4.6

10.3

2.18

1.32

.870

atr 35 Las personas trans son tan capaces como el resto de mantener relaciones. (R)

57.0

20.9

15.9

1.7

4.6

1.76

1.08

.871

a.2. Malestar personal:

atr 3 Sería extraño ver a una persona trans dando un beso.

48.3

18.5

26.5

3.3

3.3

1.95

1.09

.877

atr 6 Evito a las personas trans siempre que me es posible.

68.9

20.5

7.0

2.3

1.3

1.47

0.83

.868

atr 7 Pienso que las personas trans son repugnantes.

77.2

13.6

6.3

1.7

1.3

1.36

0.79

.872

atr 15 Me niego a llamar a una persona trans por el nombre que utiliza, no se corresponde con su sexo.

70.5

13.3

12.6

1.7

2.0

1.51

0.92

.876

atr 16 No me importaría ir a una fiesta a la que asistan personas trans. (R)

65.2

19.5

9.9

1.7

3.6

1.59

0.99

.869

atr 17 No me importaría trabajar con una persona trans. (R)

69.9

19.9

6.3

1.3

2.7

1.47

0.88

.865

atr 18 Estoy abierto/a a nuevos amigos trans. (R)

65.6

17.9

13.3

2.7

0.7

1.55

0.87

.854

atr 19 No dudaría en invitar a la pareja trans de mi amigo a mi fiesta.

66.6

19.5

9.3

2.3

2.3

1.54

0.92

.868

atr 22 Si tuviese hijos/as y me enterase de que su profesor/a es trans los quitaría.

67.2

18.9

8.9

2.0

3.0

1.55

0.95

.872

a.3. Desviación cambiabilidad:

atr 12 Las personas trans deberían ser confinadas para tratar su patología.

62.9

12.9

19.5

2.7

2.0

1.68

1.01

.737

atr 23 Los profesionales de medicina/psicología deberían esforzarse para encontrar una cura.

64.6

19.9

12.3

3.3

0.0

1.58

0.94

.693

atr 37 Los hijos de personas trans deberían recibir tratamiento para evitar que sean trans.

48.0

21.5

23.5

5.0

2.0

1.91

1.04

.663

atr 38 Las personas trans deberían ser canalizadas a los servicios de salud psíquica.

65.2

15.2

15.6

2.3

1.7

1.60

0.95

.647

Parte b. Escala de mitos hacia la transexualidad

b.1 Conducta y orientación sexual:

mit 1 El sexo con una persona trans es natural. (R)

22.9

15.2

45.7

6.6

9.6

2.65

1.18

.728

mit 3 Las personas trans tienden a ser sexualmente promiscuas.

27.5

16.6

49.0

4.6

2.3

2.38

1.01

.706

mit 39 Todas las chicas trans son pasivas y los chicos activos sexualmente. (R)

29.5

15.2

51.0

1.3

3.0

2.33

1.01

.711

mit 22 La mayoría de las personas trans ejercen la prostitución.

44.0

23.2

26.5

4.3

2.0

1.97

1.03

.697

mit 5 Las personas trans son homosexuales disfrazados de mujer u hombre.

31.1

13.9

36.8

11.9

6.3

2.48

1.22

.698

mit 30 Las personas trans son todas homosexuales.

23.8

19.9

46.7

5.0

4.6

2.47

1.05

.699

mit 35 Las personas que se sienten atraídas por personas trans no son heterosexuales.

19.9

14.9

58.0

4.3

3.0

2.56

0.96

.717

b.2 Sistema sexo/género:

mit 6 Las personas trans son malas porque rompen la división natural entre los sexos.

54.6

20.2

20.9

3.0

1.3

1.76

0.97

.584

mit 15 Las personas trans constituyen un tercer género.

30.5

13.3

43.7

8.6

4.0

2.42

1.13

.637

mit 27 Transitar es para ganar privilegios o inmiscuirse en el feminismo y espacios de mujeres.

31.1

15.6

47.0

4.6

1.7

2.30

1.01

.543

mit 29 Las personas trans no refuerzan los estereotipos de género. (R)

13.6

14.9

57.0

8.3

6.3

2.79

0.99

.597

mit 38 Las chicas trans son femeninas y los chicos trans, masculinos.

29.8

24.2

40.1

4.0

2.0

2.24

0.99

.559

b.3 Relacional:

mit 7 Las personas trans son pecadoras.

61.3

17.2

15.9

3.3

2.3

1.68

1.01

.740

mit 21 Las personas trans son personas extravagantes, exhibicionistas.

29.5

24.8

30.1

9.3

6.3

2.38

1.18

.716

mit 28 A las personas trans se les nota que son trans.

16.6

14.6

40.1

18.5

10.3

2.91

1.18

.755

mit 36 Las personas trans son feas y corpulentas.

48.0

27.5

19.9

2.3

2.3

1.83

0.98

.749

mit 16 Las personas que trabajan como drag queens son trans.

27.8

13.6

50.3

5.0

3.3

2.42

1.05

.761

mit 20 La mayoría de las personas trans trabajan en el mundo del espectáculo.

29.8

17.6

35.8

12.9

4.0

2.44

1.16

.726

mit 26 No existen los menores trans, les han metido las ideas en la cabeza los padres.

33.4

15.6

42.4

6.6

2.0

2.28

1.06

.733

b.4 Aspectos psicológicos y medicalización:

mit 8 Las personas trans están confundidas o engañan a los demás.

55.3

16.2

21.9

4.6

2.0

1.82

1.05

.803

mit 14 Las personas trans están mentalmente enfermas.

63.6

19.2

13.9

0.7

2.7

1.60

0.94

.814

mit 31 La transexualidad es un capricho.

44.0

19.9

27.2

4.6

4.3

2.05

1.13

.787

mit 32 Las personas trans odian su cuerpo y quieren cambiarlo.

23.5

14.9

42.7

13.3

5.6

2.63

1.15

.826

mit 33 Las personas trans tienen traumas o malas relaciones con sus padres.

28.8

17.2

40.1

9.9

4.0

2.43

1.12

.800

mit 37 Las personas trans no tienen pareja y son infelices.

56.0

21.9

19.5

2.0

0.7

1.70

0.90

.817

Se indican las frecuencias obtenidas en cada ítem según la escala 1 = totalmente en desacuerdo, 2 = en desacuerdo, 3 = ni en desacuerdo ni en acuerdo, 4 = de acuerdo, 5 = totalmente de acuerdo.

(R) Corresponde a los ítems en escala invertida

Especificación de los modelos

Los modelos de ecuaciones estructurales se estimaron mediante el programa Stata (Software for Statistics and Data Science), siguiendo un procedimiento de máxima verosimilitud robusto (Huber–Whitestandard error). Por lo general, se recomienda el método de máxima verosimilitud a menos que los datos se desvíen sustancialmente de la normalidad multivariada y/o incluyan variables categóricas. Por su parte, el método de máxima verosimilitud robusto permite estimar los errores estándar aun cuando no se asuma normalidad en la información (como es el caso).

Como primer paso, se obtuvieron las estimaciones de cada uno de los tipos de medición de los constructos incluidos para cada escala y, en segundo lugar, se ensambló un modelo para cada escala que incluyó tanto los constructos como sus indicadores. La estructura de covarianzas se conformó del siguiente modo: para la escala de actitudes, 26 ítems en tres subescalas, y para la escala de mitos, 25 ítems en cuatro subescalas, según se derivó del análisis de consistencia interna.

La Figura 1 muestra los resultados de los modelos que satisfacen los criterios de ajuste en la metodología SEM (indicador de ajuste del modelo e indicador de ajuste comparativo). Los óvalos representan las variables latentes (o constructos) y los recuadros indican las variables indicadoras (u observadas) que conforman su dimensionalidad. Las especificaciones de direccionalidad se captan del siguiente modo: las flechas bidireccionales indican la interrelación entre las variables latentes, las flechas unidireccionales indican la influencia de cada subescala de actitudes sobre los indicadores observados y se interpretan como coeficientes de regresión multivariada; y finalmente, los círculos indican los términos de error asociados a cada variable.

Path diagram para la escala de actitudes hacia la transexualidad y la escala de mitos hacia la transexualidad
Figura 1
Path diagram para la escala de actitudes hacia la transexualidad y la escala de mitos hacia la transexualidad

Corresponde a los resultados del modelo de tres factores correlacionados con estimaciones estandarizadas: *p < .10; **p < .05; ***p < .01.

Con el afán de establecer jerarquías entre las variables latentes y observadas, los coeficientes corresponden a los valores estandarizados; es decir, cada coeficiente mide la influencia que ejerce el aumento en una unidad en cada constructo o subescala. De mayor a menor, se muestran los tres indicadores más relevantes en cada modelo. Para el modelo de la escala de actitudes hacia las personas trans tenemos (Figura 1): desviación/cambiabilidad (atr_37: .73, atr_38: .72, atr_23: .65), malestar personal (atr_18: .86, atr_19: .71, atr_7: .69), transfobia institucional (atr_9: .74, atr_28: .64, atr_29: 0.59).

Con relación a las variables latentes del modelo, se encuentran relaciones de influencia estadísticamente significativas (p ≤ .05) en la escala de actitudes hacia la transexualidad. Así se advierte que la variable latente transfobia institucional explica la variable latente malestar personal (.89), y el malestar personal, la desviación cambiabilidad (.81).

Por otro lado, se advierte que la máxima relación en esta escala se dio entre transfobia institucional y desviación/cambiabilidad (.92). Con relación a los indicadores de ajuste del modelo: chi cuadrado (g.l.: 296) = 1 006.48, prob > chi-cuadrado: .000; índice de bondad de ajuste comparativo (CFI): 1.21; raíz del residuo cuadrático promedio de aproximación (RMSEA: .078); índice de Tucker-Lewis (TLI: 1.08).

De manera análoga, para el modelo de escala de mitos hacia las personas trans se obtuvieron los siguientes resultados (Figura 1): conducta y orientación sexual (mit_22: .68, mit_30: .55, mit_5: .53, mit_3: .52); sistema sexo/género (mit_6: .65, mit_27: .63, mit_38: .58); relacional (mit_7: .67, mit_36: .62, mit_21: .61, mit_26: .60); aspectos psicológicos y medicalización (mit_31: .77, mit_8: .73, mit_33: .69).

De manera general se encuentran relaciones positivas entre las subescalas y variables indicadoras según la magnitud estimada en cada coeficiente. Asimismo, se encuentra que las relaciones de influencia más significativas (p ≤ .05) son: relacional a sistema sexo/género (1.09), sistema sexo/género a orientación sexual (1.05) y orientación sexual a relacional (1.04). Con los resultados en los indicadores de ajuste del modelo se advierte: chi cuadrado (g.l.: 269): 1 005.24, prob > chi cuadrado: .000; índice de bondad de ajuste comparativo (CFI): .98; raíz del residuo cuadrático promedio de aproximación (RMSEA): .085; índice de Tucker-Lewis (TLI): .97.

Derivado de ambos modelos (actitudes y mitos), los resultados del análisis confirmatorio indican que el grado de actitud discriminatoria hacia las personas trans es explicado significativamente por las variables latentes contempladas.

De manera complementaria, se muestra la matriz de correlaciones entre las variables latentes de ambas escalas (ver Tabla 2), a través de la cual se evidencian correlaciones directamente proporcionales a nivel (p < .01) entre todas las subescalas aplicadas; se comprueba así que la interiorización de mitos y actitudes se relacionan entre sí y en forma directa.

Tabla 2

Matriz de correlaciones entre las variables latentes de las escalas

Subescalas

(1)

(2)

(3)

(4)

(5)

(6)

(7)

1. Transfobia institucional(a)

-

2. Malestar personal(a)

.803***

-

3. Desviación cambiabilidad(a)

.733***

.690***

-

4. Conducta y orientación sexual(b)

.609***

.575***

.544***

-

5. Sistema sexo-genero(b)

.558***

.506***

.556***

.720***

-

6. Aspectos a nivel relacional(b)

.605***

.589***

.567***

.775***

.733***

-

7. Aspectos psicológicos y medicalización(b)

.683***

.681***

.666***

.697***

.666***

.752***

-

(a) Escala de actitudes(b) Escala de mitos*** p < 0.01

Por último, tomando en consideración las puntuaciones obtenidas en función de las variables sociodemográficas de la muestra (año escolar que cursaba, creencias religiosas y conocimiento de personas trans), se observan diferencias estadísticamente significativas (ver Tabla 3).

Tabla 3

Test de diferencia de medias para las escalas

Escala de actitudes/escala de mitos

Año escolar cursado

Creencias religiosas

Conoce a personas trans

1.º a 4.º año

5.º a 8.º año

Dif. de medias

No

Dif. de medias

No

Dif. de medias

a) Escala de actitudes

Transfobia institucional

1.68

1.61

.07

1.42

1.70

-.28***

1.73

1.44

.29***

Malestar personal

1.59

1.52

.07

1.37

1.60

-.23**

1.63

1.36

.27***

Desviación/cambiabilidad

1.75

1.63

.12

1.47

1.74

-.27**

1.78

1.47

.31***

b) Escala de mitos

Conducta y orientación sexual

2.45

2.36

.09

2.16

2.46

-.30***

2.48

2.21

.27***

Sistema sexo/género

2.39

2.22

.17**

2.12

2.34

-.22**

2.37

2.14

.23***

Aspectos a nivel relacional

2.35

2.21

.14*

2.03

2.33

-.30***

2.37

2.06

.31***

Asp. psicológicos y medicalización

2.11

1.96

.15*

1.66

2.12

-.46***

2.12

1.82

.30***

Dif. de medias: corresponde al resultado en la prueba de diferencia de medias del estadístico t-Student*** p < .01** p < .05* p < .1

Con respecto a las actitudes hacia la transexualidad, el mayor nivel de rechazo se registra en cuanto a la desviación/cambiabilidad (M = 1.69; DT = 0.74), seguido de la transfobia institucional (M = 1.64; DT = 0.62) y el malestar personal (M = 1.54; DT = 0.65). Se observaron actitudes más negativas en el alumnado de los primeros semestres, quienes no tenían creencias religiosas y no conocían a personas transexuales. Por otro lado, en cuanto a la interiorización de los mitos hacia la transexualidad se observó que los mitos con un mayor calado eran los relativos a la conducta y a la orientación sexual (M = 2.40; DT = 0.66), seguido de los vinculados con el sistema sexo-género (M = 2.30; DT = 0.65), los relacionales (M = 2.27; DT = 0.70) y los relativos a aspectos psicológicos y de medicalización (M = 2.03; DT = 0.77). También se registró una mayor interiorización de los mitos en el alumnado de los primeros semestres y en quienes no tenían creencias religiosas ni conocían a personas transexuales.

Discusión y conclusiones

A través de los resultados del presente estudio se realizó un proceso de validación (interno y externo) de la escala de actitudes y de la de mitos hacia la transexualidad. Así se confirmó una versión de la escala de actitudes de 26 ítems y tres subescalas (desviación/cambiabilidad, malestar personal y transfobia institucional) y otra de la escala de mitos de 25 ítems y cuatro subescalas (relacional, sistema sexo/género, orientación sexual y aspectos psicológicos/medicalización).

Asimismo, se ha constatado la relación existente entre los mitos y estereotipos hacia las personas transexuales y las actitudes negativas. De forma que, como señalan autores como Rodríguez-Otero y Treviño (2016) y García-Barba et al. (2018), en los procesos de estigmatización los mitos se articulan como mecanismos de producción y reproducción de los estigmas a través de los diferentes procesos de socialización primaria, secundaria y terciaria. En este sentido, se corrobora la tesis de autores como García-Barba et al. (2018), quienes señalan que el desconocimiento sobre las personas transexuales y transgénero representa un factor determinante en la existencia de actitudes discriminatorias. Así, el calado de los mitos sobre las personas trans se perfila como medio de producción de imaginarios erróneos o estereotipados. De esta forma se constata el modelo unidimensional para el cual tanto las actitudes negativas hacia las personas trans como las creencias hacia dicho colectivo están interrelacionadas (Reyes, 2007).

En cuanto a las puntuaciones obtenidas en cada una de las escalas aplicadas, se observó que el nivel de actitudes negativas hacia personas trans era medio, y las puntuaciones fueron semejantes a las de otros estudios precedentes (Francia-Martínez, Esteban y Lespier, 2017; Rodríguez-Otero y Treviño, 2016), así como superiores a las de otros (Iglesias, González y Mena, 2017; Páez, Hevia, Pesci y Rabbia, 2015; Willoughby et al., 2010). Este resultado denota la existencia de una variabilidad de actitudes y también que la aversión depende de factores socioculturales, políticos y educativos de cada contexto, así como del cronosistema (tiempo/momento histórico). Por otro lado, se destaca que las actitudes más negativas, al igual que señala el estudio de Francia-Martínez, Esteban y Lespier (2017), se registran respecto de la desviación/cambiabilidad, seguido de la transfobia institucional y el malestar personal. No obstante, estos resultados también corroboran los obtenidos en otros estudios en los que, aunque no incluyen la variable de desviación/cambiabilidad, refieren a las otras dos subescalas (Iglesias, González y Mena, 2017). La explicación de estos resultados podría tener base en la interacción del imaginario en cuanto a la expresión macrosocial, lo cual se relaciona con las variables externas (desviación/cambiabilidad y transfobia institucional), frente a la expresión o experiencia personal (malestar personal), en tanto que solamente el 28.9 % de la muestra dijo conocer a personas transexuales. Asimismo, es necesario tomar en consideración el papel que tienen al respecto los medios de comunicación y las políticas públicas y educativas.

Se ha constatado, tal como señalan Páez et al. (2015), Iglesias, González y Mena (2017) y Rodríguez-Otero y Treviño (2016), que el alumnado con menor nivel formativo registró actitudes más negativas (y también un mayor calado de mitos); también quienes señalaron no conocer a personas trans, como evidencian Francia-Martínez, Esteban y Lespier (2017). Esto pone de manifiesto que la educación tanto formal como informal es determinante en las actitudes y en las creencias. Los resultados revelan que el alumnado que declaró no poseer creencias religiosas registró mayores niveles de aversión e interiorización de mitos. Este resultado contradice los expuestos en otras investigaciones (Billard, 2018; Claman, 2007; Francia-Martínez, Esteban, y Lespier, 2017; Nagoshi et al., 2008; Páez et al., 2015; Willoughby et al., 2010), y esto podría explicarse teniendo en cuenta la religión del alumnado participante, o a la existencia de una mayor apertura dentro de la Iglesia Católica en Nuevo León, ya que en la ciudad de Monterrey, por ejemplo, existen agrupaciones católicas de LGTBI. Por este motivo se debería indagar más en el tipo de creencia religiosa.

Por otro lado, también se ha corroborado que el calado de los mitos hacia personas trans se correlaciona con las actitudes negativas hacia ellas. Con respecto a los mitos, los resultados son superiores en cuanto a los aspectos vinculados con la conducta/orientación sexual y el sistema sexo/género, y en menor medida en cuanto a las dimensiones relacionales, aspectos psicológicos y medicalización. En este sentido, no ha sido posible realizar la discusión de los resultados con la literatura científica, debido a que no se han identificado estudios precedentes. Se observa que las puntuaciones son más altas en la escala de mitos que en la escala de actitudes. Este resultado se asocia al proceso de reproducción del estigma, el cual como señalan Rodríguez-Otero y Treviño (2016) está precedido por la producción e interiorización del estigma en los sujetos. De este modo, la objetivación de los mitos y estereotipos son el paso previo a las actitudes negativas.

Tomando en consideración la intolerancia hacia las personas LGTBI (especialmente hacia las personas transexuales), con base en los resultados expuestos, se considera que el uso de escalas para determinar el nivel de aversión y la interiorización de mitos es especialmente importante para prevenir situaciones de victimización que pueden producirse a través de la acción de profesionales de ámbitos como la salud, los servicios sociales, el empleo y la vivienda, la justicia o la educación, ya que estas situaciones favorecen la revictimización y la vulneración de los derechos de las personas trans. En este sentido, como señalan Páez et al. (2015), el desconocimiento, los prejuicios y los discursos demonizantes hacia las personas trans se construyen a partir de la falta de información y, por otro lado, mediante la carencia de contenidos formativos en los currículos tanto de educación básica como universitaria. Es por ello que la aplicación y la validación de ambos instrumentos contribuyen a realizar diagnósticos en las instituciones, tanto educativas como laborales, y a prevenir la discriminación, la victimización y la exclusión de las personas trans.

Limitaciones y líneas de investigación futuras

La variable creencias religiosas se midió como una variable binaria. Puesto que la muestra puede tener creencias de muchos tipos, el análisis realizado presenta una limitación que debería contemplarse en investigaciones futuras. Por otro lado, al estar la muestra constituida por estudiantes de una licenciatura especialmente feminizada (lo cual no permite realizar generalizaciones), tal y como se observa en investigaciones precedentes como las de Morrison et al. (2017), Lozano y Díaz (2010), Rodríguez, Lameiras, Carrera y Vallejo (2013), Moral y Martínez (2011) y Olvera (2014), sería idóneo contemplar estudiantes de otras profesiones e incluir población masculina. Se considera oportuno incorporar otras variables en estudios futuros como la participación en organizaciones sociales, la ideología política y las actitudes hacia las nuevas masculinidades, las cuales también se incorporan en los estudios anteriormente citados. Asimismo, sería conveniente realizar un diagnóstico a nivel educativo universitario tomando en consideración las titulaciones vinculadas a los ámbitos anteriormente descriptos, a fin de llevar a cabo un diseño de medidas preventivas respecto de las actitudes de transfobia, de la transmisión de información errónea y de acciones que favorezcan la revictimización de las personas trans por parte de los futuros profesionales.

Referencias

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Notas

[1] La versión completa de ambos instrumentos se encuentra disponible para su consulta bajo petición a los autores.

[2] Se estimaron los coeficientes delimitándolos a la muestra de mujeres. Los resultados se muestran en el Anexo en la columna de los valores de alfa de Cronbach sin el ítem. Es decir, cómo cambiaría la escala si se excluyera cada uno de los ítems del análisis global. Es parte del análisis exploratorio para verificar la consistencia de los ítems considerados.

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