Caracterización de la identidad digital en estudiantes chilenos de ciencias de la salud. Un estudio de caso según género

Artículos

Caracterización de la identidad digital en estudiantes chilenos de ciencias de la salud. Un estudio de caso según género

Characteristics of the current digital identity in Chilean students. A case study by gender in the area of Health Sciences

Marisol Hernández-Orellana

Universidad Autónoma de Chile. , Chile

Adolfina Pérez-Garcias

Universidad de las Islas Baleares, España

Ángel Roco-Videla

Universidad de las Américas, Chile

Caracterización de la identidad digital en estudiantes chilenos de ciencias de la salud. Un estudio de caso según género

Interdisciplinaria, vol. 40, núm. 1, 2023

Centro Interamericano de Investigaciones Psicológicas y Ciencias Afines

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Recepción: 20 Diciembre 2020

Aprobación: 19 Octubre 2022

Resumen: Las huellas digitales que se dejan al participar de un mundo altamente digitalizado e hiperconectado acompañan a los individuos durante toda su vida y son elementos constitutivos de la identidad digital. Este estudio de caso de tipo descriptivo, no experimental, de corte transversal basado en el paradigma cuantitativo tiene por objetivo describir el yo físico en medios digitales,considerando las diferencias prresentes según el género bajo su conceptualización binaria de hombre y mujer, de manera de identificar conductas estereotípicas que debiesen ser consideradas en el proceso formativo en estudiantes del área de ciencias de la salud chilenos. Se evaluó a 224 estudiantes universitarios a través de una encuesta, para identificar el tipo de información de su yo físico compartido en la red y cuáles son los medios de conectividad que utilizan para ingresar a la red. En términos generales, se concluyó que los universitarios utilizan preferentemente el celular como dispositivo de acceso a internet, son altamente transparentes y veraces al momento de autentificarse en plataformas y redes sociales, pero son las mujeres las más proclives a autentificarse con datos personales fidedignos. Este hecho abre la necesidad de incluir en el proceso formativo de los futuros profesionales de la salud competencias digitales relativas al autocuidado y la gestión identitaria.

Palabras clave: identidad digital, identidad digital declarada, conectividades a redes, yo físico en la red, esteriotipos de género.

Abstract: The fingerprints left by participating in a highly digitized and hyper-connected world accompany individuals throughout their lives and are constitutive elements of their digital identity. This descriptive, non-experimental, cross-sectional case study based on the quantitative paradigm aims to describe the physical self in digital media, according to gender under its binary conceptualization of man and woman, in order to identify stereotypical gender behaviors that should be considered in the training process in students of the Chilean Health Sciences area. From the perspective of the participants, this research considered a non-probabilistic sample of 224 university students (164 women and 60 men) who participated voluntarily.

Nonparametric tests were used since the data is ordinal and one of the advantages of these tests is that they should not fit any distribution and can be applied even if the parametric validity conditions are not met. To look for differences by gender, the Mann-Whitney-Wilcoxon U test was applied (95 %; .05).

Among the relevant results is the fact that men preferably use the internet connection available at home, women choose the one provided by their cell phone (p = .0469 and p = .0404, respectively). Likewise, the cellphone is the main technological device from which both prefer to access the network. From the sample, 79.88 % of women and 76.67 % of men state that they are, at least, 3 hours a day connected to the network.

Women tend to identify themselves on digital platforms more frequently than men, using their real name and surname. Meanwhile, men tend to use nicknames more often than women.

In this research it was concluded that students in the Health Sciences area are highly truthful in relation to the information they share in digital media, leaving data available that allows for a clear identification of their physical self on the internet. In addition, their main means of connection are their cellphones and the data networks that they provide through the use of their phone plans. There is a clear reflection of correspondence between their face-to-face and digital life, maintaining certain behaviors that can be attributed to gender stereotypes, but to a low degree. Finally, there is a clear need to include aspects related to digital competences in the training process that address the importance and proper management of communications in digital media, as well as the development and management of digital identity from a professional ethics perspective, since their actions on the network can involve and affect not only the construction of their own personal and professional digital identity, but also the personal lives of their patients and colleagues.

It is important to note that these conclusions have some limitations, since this research is a cross-sectional study, and the sample was intentional per volunteer subject and not random. This implies that the results obtained are limited to the sample studied and describe its behavior at a given time.

However, according to the purpose of the study, this type of sample manages to build a theoretical body that describes the common elements and the differences inherent in a collective case study, so it can be considered a good approximation to the Chilean reality. From a practical point of view, the conclusions of this research provide higher education institutions with evidence that allows progress towards a comprehensive, solid, and coherent training regarding the digital skills required by a university professional graduating in a highly digitized world. Considering the above, it would be advisable to advance in future studies that consider knowing what digital protection measures are incorporated in the training of university students.

Keywords: digital identity, declared digital identity, network connectivity, physical self in the network, gender stereotypes.

Introducción

El acceso a internet en la última década se ha vuelto algo cotidiano gracias a la baja en los costos de los teléfonos móviles y los planes de transmisión de datos, lo que ha facilitado la participación en la red (Cortés et al., 2020). La brecha de género histórica que existía en cuanto al uso de internet por parte de las mujeres respecto a los hombres a principios de la década del 2010 ha dejado de ser estadísticamente significativa en muchos países, como es el caso de Chile (Delfino et al., 2017; Holicza et al., 2018).

En este escenario de alta participación tecnológica, que se ha visto exacerbada con la pandemia de la COVID-19, las plataformas digitales brindan un gran potencial para difundir ideas, trabajar, estudiar y visibilizar a las personas, y al mismo tiempo influir en ellas en función de sus datos digitales personales que son explotados en este entorno social y político creado por las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) (Lange, 2020).

La actividad en internet del individuo y su círculo cercano deja una serie de huellas digitales registradas en la web con carácter de imperecederas, las que le acompañarán incluso más allá de su vida corpórea (Georges, 2017), se tornan casi imposibles de borrar y afectan las diferentes dimensiones que componen, en su integralidad, la identidad digital del individuo. Uno de esos componentes o dimensiones identitarias es el yo en línea, que corresponde al conjunto de datos digitales que el propio usuario construye y que van representando y configurando su identidad en las redes sociales (Abdallah, 2018; Feher, 2019).

La multidimensionalidad en la construcción de la identidad digital de las personas está estrechamente vinculada a su presencia en los medios digitales (Brandtzaeg y Chaparro-Domínguez, 2020; Çöteli, 2019; Georges, 2012); allí radica la relevancia de estudiarla. Más aún si se considera que la identidad digital se constituye en la web conjugando la identidad personal (mismidad o definición personal) con la identidad narrativa que fusiona el sí mismo y el otro (ipseidad o lo plural y múltiple que hay en el sí mismo), de cuya pluralidad se va constituyendo la narrativa simbólica del individuo en internet (Lima, 2018).

Para Castañeda et al. (2012), la identidad digital está compuesta por el ámbito personal del individuo, en el cual enseña aspectos sobre sí en internet, y el doble componente que considera la red social y la red personal de aprendizaje que posee la persona en internet. Dado el carácter fluido, complejo y multifactorial del concepto de identidad digital, Georges (2009) creó un modelo teórico que indica que la identidad digital está compuesta de tres dimensiones. La identidad declarada es la primera de ellas que entra en acción y se genera por el requerimiento obligatorio de explicitar toda aquella información relevante y específica de la identidad personal del individuo en el mundo analógico dentro del mundo digital y darle existencia al ser online.

Dentro de los componentes que permiten dar forma a la identidad declarada tenemos la autentificación, la definición o estatus social y el perfil fotográfico del yo físico (Feher, 2019; García, 2008). El conjunto de información que estos aspectos entregan, que puede ser catalogada de primer o segundo nivel de acuerdo al grado de privacidad y visibilidad que permiten al momento de abrir una cuentas o perfiles en la web, corresponde al yo físico en los medios digitales (Georges, 2012).

La identidad creada es la segunda dimensión del modelo teórico, la cual considera el reporte de las acciones del usuario respecto de la actualización del perfil (identidad declarada) y las interacciones en que se ve, directa o indirectamente, involucrado en la web por sus amigos o seguidores. Finalmente, la tercera dimensión, la identidad calculada, es la expresión resultante de las dos anteriores identidades y que son valoradas por el propio sistema a partir de dos categorías: (a) variables cualitativas y (b) variables cuantitativas (Georges, 2012).

En la red, la identidad digital declarada ha adquirido varias expresiones y realidades acordes al avance tecnológico y motivaciones de las personas, haciendo popular el uso de los nicknames y avatares (Georges, 2012; T’ng y Pau, 2020). A esto, se ha sumado el hecho de que con la llegada de los teléfonos inteligentes la presencia virtual se ha tornado omnipresente y geolocalizable (Soomro et al., 2019). Este fenómeno plantea al individuo el desafío de gestionar la identidad digital en múltiples plataformas con el fin de mantener su reputación y al mismo tiempo tratar de garantizar la preservación de la privacidad de su información (Adjei et al., 2020).

El desarrollo identitario y tecnológico conlleva, o debería instar, a un cambio en los procesos de enseñanza y aprendizaje. Este desafío se ha evidenciado con la pandemia de COVID-19, que ha sacado de la zona de confort a las instituciones de educación superior y ha evidenciado la necesidad de formar profesionales digitalmente autónomos que sean capaces de actualizar sus conocimientos y competencias frente a las necesidades actuales y futuras (Basantes et al., 2017; López et al., 2016).

Es en este contexto que se plantea la presente investigación, que tiene por objetivo describir los aspectos que componen el yo físico en medios digitales correspondientes a la identidad digital declarada por los estudiantes del área de ciencias de la salud, sus hábitos de conexión y uso de disipativos tecnológicos, y, además reconocer las dinámicas y los patrones de comportamiento digital que pudiesen reflejar conductas estereotípicas de género susceptibles de ser consideradas en el proceso formativo profesional.

Si bien existen investigaciones que buscan la comprensión de la identidad digital en redes sociales vinculadas con la esfera profesional (Brandtzaeg et al., 2020) y otras relacionadas con autorrepresentación digital o privacidad digital en estudiantes europeos y asiáticos (Abdallah, 2018; Çöteli, 2019; Feher, 2019), ninguno de ellas da cuenta de la realidad latinoamericana.

La elección del área de las ciencias de la salud en este estudio se hace relevante a partir del trabajo de Eşkin Bacaksız et al. (2020) que visibilizó información que permite comprender los problemas legales, éticos y morales en que pueden involucrarse al los estudiantes de enfermería compartir contenido no profesional e inapropiado en las redes sociales. Esto hace pensar en la relevancia que tiene la conformación de la identidad declarada en los estudiantes de ciencias de la salud en relación con la autentificación, la definición o estatus social y el perfil fotográfico del yo físico. Todo esto sienta las bases de su identidad digital, y si no es encauzado en el momento adecuado puede llegar a tener efectos negativos no solo en ellos mismo, sino también en sus futuros pacientes.

Ahora bien, como ya se mencionó en un principio la brecha de acceso a la red entre hombres y mujeres hoy en día es inexistente en especial en Chile (Delfino et al., 2017; Holicza et al., 2018), lo que implica que las diferencias que se puedan observar al comparar su identidad digital declarada no son el resultado de un mayor o menor en acceso a la red, sino que son parte de conductas que pueden llegar a develar patrones estereotipados de género. Por lo tanto, el eje género (en su concepción binaria) es un buen punto de comparación para así establecer planes de formación al respecto (Hernández-Orellana, Pérez-Garcias, Roco-Videla, et al., 2021)

Metodología

Diseño

Este es un estudio de caso descriptivo, no experimental, de corte transversal, basado en el paradigma cuantitativo con un enfoque metodológico de análisis mixto, lo cual permite potenciar la comprensión del fenómeno en estudio a través de procedimientos estadísticos y descripciones lógico-cuantitativos. El enfoque cualitativo, aunque no recurre a variables, permite recabar información cuyo análisis establece categorías que se vuelven complementarias y flexibles a lo largo de la propia investigación (Camarero Rioja, 2013).

Asimismo, al ser una investigación de diseño no experimental, transversal y descriptiva, brinda una buena percepción del funcionamiento de un fenómeno, así como de las características generales de la distribución del problema y cómo se comportan las variables y los elementos que lo componen. Esto podría permitir, en el futuro, generar hipótesis al servicio de la planificación y a la toma de decisiones (Díaz-Narváez y Calzadilla-Núñez, 2016).

El propósito final es describir la muestra de la forma más completa y detallada posible a partir de un objetivo general que permita la inclusión de la mayor cantidad de información para una descripción y caracterización eficaz sin llegar al planteamiento de una hipótesis (Hernandez et al., 2010).

Participantes

Desde la perspectiva de los participantes esta investigación consideró una muestra no probabilística de 224 estudiantes universitarios (164 mujeres y 60 hombres) que participaron voluntariamente. Los cuales cursaban una de las 14 carreras universitarias vinculadas al área de ciencias de la salud, distribuidos en tres universidades chilenas que fueron parte de este estudio. Se optó por un muestreo de tipo intencional tanto por acceso como por el hecho de que, al ser sujetos que efectivamente desean participar, era menos probable que respondieran en forma aleatoria o sin reflexión.

Los estudiantes fueron contactados directamente por los coordinadores de sus carreras, sus profesores o los respectivos centros estudiantiles. Recibieron una carta de invitación por correo electrónico. Los criterios de inclusión para esta investigación fueron: (1) tener 18 años o más (edad legal en Chile), y (2) cursar una carrera en modalidad presencial y diurna.

Instrumento

Se utilizó el cuestionario nominado Identidad digital, que está conformado por 12 preguntas de selección múltiple que se dividen en 104 afirmaciones, graduadas en escala tipo Likert de seis opciones (S/CS = siempre/casi siempre; AM = a menudo; AV = a veces; PV = pocas veces; CN/N = casi nunca/nunca; NU/NA = No usa/no aplica). Además, se incluyeron dos preguntas de caracterización de la muestra que incluían una escala de tipo Likert de cuatro niveles (de 0 = no uso a 3 = la más usada) y una de rangos de frecuencia (< 1 hora; 1-2 horas; 2-3 horas; 3-4 horas; > 4 horas) (Hernández-Orellana, Pérez-Garcias, Roco-Videla et al., 2021).

Este instrumento permite describir la identidad digital declarada, creada y calculada en base al modelo teórico de la Dra. Fanny Georges (2012) y contempla cuatro dimensiones denominadas: datos personales; conocimientos y actitudes hacia la identidad digital; conectividad y uso de dispositivos; y definición de identidad digital.

Este instrumento fue validado fue mediante juicio de expertos, utilizando la técnica de grupo nominal (Barroso et al., 2013), conformado por un panel de 12 doctores pertenecientes a universidades europeas y latinoamericanas. El proceso se realizó con base en dos subgrupos, divididos en función de la especialidad de sus participantes: por un lado, los doctores con publicaciones relacionadas especialmente con identidad digital; por otro, doctores con publicaciones en tecnología educativa en general.

La validación métrica de este instrumento fue a partir de una muestra no probabilística de 384 sujetos, con una confianza del 95 % y un error muestral del 5 %. Se obtuvo un alpha de Cronbach de .872 para identidad digital declarada, .913 para la identidad digital creada y un .916 para la identidad digital calculada. En el presente estudio solo se trabajará con la identidad digital declara.

Procedimiento

El proceso de solicitud de recolección de información tuvo una duración de 3 meses (noviembre de 2018 a enero de 2019) y se llevó a cabo utilizando la plataforma de entrevistas Survey Monkey en su versión paga.

En esta investigación se consideraron los criterios de confidencialidad de la información establecidos en la Declaración de Helsinki y las recomendaciones realizadas por el Comité de Ética de la Universidad de las Islas Baleares para sus investigaciones. De modo que antes de que los participantes recibieran el cuestionario, se les envió una carta de consentimiento informado.

Estrategia de análisis

Los datos se codificaron y organizaron en una hoja de cálculo de Microsoft Excel (2016) que fue revisada por grupos independientes para evitar errores erráticos, es decir fallos de digitalización en la codificación cuando se arman las bases de datos para procesar la información, ya sea de numerales o de textos (Abascal y Grande, 2005; Rojas, 2006). Posteriormente, se realizó el análisis estadístico de los datos utilizando el programa Stata en su versión 14 en español.

La interpretación de los resultados se realizó mediante el análisis de la distribución porcentual de las frecuencias de respuesta en cada afirmación. Se buscaron diferencias significativas considerando agrupaciones por género (siguiendo el concepto binario clásico de hombre y mujer). Se utilizaron pruebas no paramétricas dado que los datos son ordinales y que una de las ventajas de estas pruebas es que no deben ajustarse a ninguna distribución y pueden aplicarse, incluso, si no se cumplen las condiciones de validez paramétricas. De modo que para buscar diferencias por género se aplicó la prueba U de Mann-Whitney-Wilcoxon (95 %; .05).

En todos los casos, se consideró que la hipótesis nula (H0) señala que no hay diferencias entre los grupos y como hipótesis alternativa (H1), que existían diferencias significativas entre grupos cuando el valor p calculado era menor o igual a .05.

En este artículo se presentan los resultados obtenidos a partir de las respuestas respecto a la identidad digital declarada en su subdimensión yo físico afecto en medios digitales, y se examinaron los aspectos relacionados con la autentificación del yo físico, la definición o estatus social del yo físico y la definición del perfil fotográfico del yo físico.

Resultados

A continuación, se presenta el análisis de los datos agrupados por género correspondientes a las preguntas más relevantes centradas en la descripción de la muestra y la caracterización de la identidad digital declarada en estudiantes del área de ciencias de la salud.

En la Tabla 1 se describen los datos de conectividad analizándose el medio de acceso a la red, dispositivo usado y tiempo de conexión según sexo. A partir de la Tabla 1 se evidencia que mientras los hombres usan preferentemente la conexión de internet disponible en su casa, las mujeres optan por la que proporciona su teléfono celular (p = .0469 y p = .0404, respectivamente). Asimismo, el celular es el principal dispositivo tecnológico desde el cual ambos prefieren acceder a la red. Un 79.88 % de las mujeres y un 76.67 % de los hombres declaran estar, al menos, 3 horas al día conectados a la red.

Tabla 1

Conectividad según tipo de red, dispositivo y tiempo de conexión

Desde qué tipo de conexión accedes a internet

Sexoa

Distribución de frecuencia porcentual b

0

1

2

3

Wifi gratuito

F

26.22 %

44.51 %

21.95 %

7.32 %

M

31.67 %

40.00 %

28.33 %

.00 %

Wifi de tu casa

F

7.32 %

14.02 %

30.49 %

48.17 %

M

5.00 %

11.67 %

18.33 %

65.00 %

Internet del celular

F

8.54 %

11.59 %

21.34 %

58.54 %

M

10.00 %

21.67 %

25.00 %

43.33 %

Banda ancha móvil

F

71.95 %

16.46 %

3.05 %

8.54 %

M

71.67 %

13.33 %

8.33 %

6.67 %

Desde qué tipo de conexión accedes a internet

Distribución de frecuencia porcentualb

0

1

2

3

Notebook (laptop)

F

4.88 %

15.85 %

60.37 %

18.90 %

M

8.33 %

11.67 %

60.00 %

20.00 %

Teléfono móvil

F

9.76 %

3.05 %

7.93 %

79.27 %

M

6.67 %

3.33 %

11.67 %

78.33 %

Tablet

F

54.88 %

24.39 %

13.41 %

7.32 %

M

63.33 %

28.33 %

5.00 %

3.33 %

PC escritorio

F

51.22 %

29.88 %

10.37 %

8.54 %

M

56.67 %

23.33 %

6.67 %

13.33 %

Horas de conexión

Distribución de frecuencia porcentual b

Hr/día

< 1

1-2

2-3

3-4

4>

F

3.05 %

4.88 %

12.20 %

21.34 %

58.54 %

M

1.67 %

6.67 %

15.00 %

30.00 %

46.67 %

(a) F = femenino; M= masculino.(b) La graduación va de 0 a 3; la opción 0 corresponde a cuando no se usa y 3, la más usada.

En la Tabla 2 se examinan los elementos que componen la identidad digital declarada en cuanto a la autenticación del yo físico, definición del estatus social y perfil fotográfico. En dicha tabla se evidencia que las mujeres suelen identificarse en las plataformas digitales con mayor frecuencia que los hombres usando su nombre y apellidos reales. En tanto, los hombres suelen usar apodos con mayor frecuencia que las mujeres. Por otra parte, tanto hombres como mujeres entregan sin inconveniente información relativa a su género, fecha de nacimiento, orientación sexual y estado civil.

Tabla 2

Autentificación, definición del estatus y perfil fotográfico del yo físico

Autentificación del yo físico Afirmación: Cuando me registro en una plataforma Sexoa Distribución de frecuencia porcentualb Valor-p S/CS AM AV PV CN/N NU/NA Lo hago solo con mi nombre verdadero F 50.61 % 21.34 % 10.37 % 1.83 % 6.71 % 7.15 % .3028 M 38.33 % 28.33 % 16.67 % 6.67 % 10.00 % .00 % Lo hago solo con mi apellido verdadero F 46.34 % 15.24 % 12.20 % 3.05 % 9.76 % 13.41 % .1279 M 28.33 % 20.00 % 21.67 % 11.67 % 13.33 % 5.00 % Lo hago con mi nombre y apellido verdadero F 61.59 % 18.90 % 7.93 % 4.27 % 3.66 % 3.66 % .0040* M 41.67 % 20.00 % 16.67 % 8.33 % 11.67 % 1.67 % Lo hago con mi alias (apodo) F 16.46 % 15.85 % 22.56 % 7.93 % 16.46 % 20.73 % .0200* M 30.00 % 20.00 % 15.00 % 10.00 % 11.67 % 13.33 % Definición o estatus social del yo físico Afirmación: Cuando me registro en una plataforma Distribución de frecuencia porcentualb Valor-p S/CS AM AV PV CN/N NU/NA Declaro mi género cuando se solicita F 84.15 % 5.49 % 4.27 % 1.83 % .61 % 3.66 % .6200 M 80.00 % 15.00 % 1.67 % 3.33 % .00 % .00 % Completo los datos relativos a mi fecha de nacimiento cuando se solicita F 71.34 % 12.80 % 7.32 % 3.66 % 3.05 % 1.83 % .1170 M 58.33 % 23.33 % 10.00 % 5.00 % 1.67 % 1.67 % Aporto información sobre mi orientación sexual cuando se solicita F 48.78 % 9.76 % 6.71 % 5.49 % 10.98 % 18.29 % .2143 M 53.33 % 11.67 % 13.33 % 6.67 % 5.00 % 10.00 % Declaro mi estado civil cuando se solicita F 58.54 % 11.59 % 7.93 % 5.49 % 6.10 % 10.37 % .6513 M 50.00 % 21.67 % 10.00 % 8.33 % 5.00 % 5.00 % Definición del perfil fotográfico del yo físico Afirmación: Cuando me registro en una plataforma Distribución de frecuencia porcentualb Valor-p S/CS AM AV PV CN/N NU/NA En mi(s) perfil(es) publico una fotografía reciente de mi rostro reconocible F 56.10 % 18.29 % 8.54 % 9.15 % 3.66 % 4.27 % .0105* M 30.33 % 20.00 % 16.67 % 5.00 % 13.33 % 6.67 % Pongo en mi perfil fotografías donde salgo con otras personas F 41.46 % 14.02 % 19.51 % 10.37 % 7.93 % 6.71 % .0137* M 20.00 % 23.33 % 21.67 % 10.00 % 18.33 % 6.67 % Pongo en mi perfil fotografías de avatar o personaje que más me representa F 4.88 % 5.49 % 8.54 % 6.10 % 30.49 % 44.51 % .0001* M 10.00 % 13.33 % 18.33 % 11.67 % 23.33 % 23.33 % Pongo en mi perfil fotografías del animal que más me representa F 6.10 % 4.88 % 7.32 % 9.15 % 30.49 % 42.07 % .9922 M 6.67 % .00 % 13.33 % 10.00 % 26.67 % 43.33 %

(a) F = femenino; M= masculino(b) Siempre o Casi siempre (S/CS); A menudo (AM); A veces (AV); Pocas veces (PV); Casi nunca/Nunca (CN/N) y No usa/No aplica (NU/NA)* Significancia p < .05

Por último, las mujeres declaran usar con mayor frecuencia fotos de su rostro reconocible y, en segunda opción, fotos en que aparecen con otras personas, a diferencia de lo que ocurre con los hombres. Respecto de fotos de avatares o personajes, son los hombres los que hacen mayor uso de ellas, aunque, en términos generales, este tipo de fotografías es de baja predilección (hombres S/CS + AM: 23.33 %; mujeres S/CS + AM: 10.37 %).

Discusiones

Enmarcada en un estudio descriptivo, los resultados obtenidos a partir de las respuestas de los estudiantes universitarios del área de las ciencias de la salud evidencian en primer término que, respecto de la conectividad y conexión de los jóvenes chilenos, existe un alto uso de los celulares (H = 78.33 %; M = 79.27 %) sin diferencias estadísticamente significativas por género. Este aspecto es coincidente con los resultados de la encuesta de conectividad y uso de internet de la Subsecretaría de Telecomunicaciones de Chile del año 2017 (Cortés et al., 2020) y los estudios que han realizado en esta materia Ruiz et al. (2016), Barrios et al. (2017) y Li et al. (2019); en ninguno de estos casos el uso de celulares fue inferior a un 70 % del total de preferencias.

Desde la perspectiva del área de formación, el presente estudio no coincide con los resultados obtenidos por la investigación en estudiantes de enfermería y ciencias de la salud de Fiji realizado por Naqvi (2019). Los universitarios de Fiji, a diferencia de los chilenos, se conectaban preferentemente desde computadoras portátiles/notebooks(63.57 %) para acceder a redes sociales y solo un 35.66 % lo hacía desde su teléfono móvil, mientras que en Chile solo el 18.90 % de las mujeres y el 20 % de los hombres del área de las ciencias de la salud hacen uso de notebook para conectarse a internet, y son sus celulares la primera opción (mujeres 79.27 % y hombres 78.33 %). Esto puede dar cuenta, más bien, de aspectos de acceso a la tecnología más que a preferencias reales por dichos dispositivos ya que el mismo estudio de Naqvi (2019) también se declara que solo el 54.9 % de la población tiene acceso a la internet, caso muy distinto al chileno, en donde más de un 70 % tiene acceso a internet a un bajo precio incluso desde sus propios celulares (Cortés et al., 2020).

En este estudio fue interesante observar que existían diferencias significativas relativas al proveedor de conexión a internet (fuente de conexión). Las mujeres estarían viendo al teléfono móvil no solo como una herramienta tecnológica, sino también, como la principal alternativa de conexión a redes, a diferencia de los hombres (H = 43.33 %; M = 58.54 %, p-valor = .0404). Ellos prefieren, mayoritariamente, usar el WiFi de sus hogares (H = 65 %; M = 48.17 %, p-valor = .0469). Este resultado es coincidente con los estudios de López et al. (2016) y Chen et al. (2017) en cuanto a que las mujeres tienden a ser más proclives al uso de teléfonos móviles. Esta diferencia por género nos devela un potencial mayor riesgo en las mujeres de compartir información (fotografías o videos) de forma impulsiva en la red, lo cual si bien es relevante en todos los casos, toma un matiz más preocupante en el caso de los futuros profesionales de la salud dado que en forma involuntaria se podría estar compartiendo información de pacientes.

Sin embargo, es interesante destacar que la creciente sobredependencia y adicción a la constante conexión ha llevado a que tanto hombres como mujeres consideren el celular como una herramienta preferente e indispensable para acceder a la red ubicuamente (Basantes et al., 2017; Oviedo et al., 2019; Soomro et al., 2019). Lo anterior lleva a dar respuesta a la segunda parte del objetivo sobre la identidad digital declarada de los estudiantes de ciencias de la salud y conductas estereotípicas. La masividad en el uso de celulares, así como el estar presente en diferentes redes sociales y hacer uso de diferentes herramientas de comunicación, lleva a los jóvenes universitarios a la necesidad de ser omnipresentes. Ello a cambio de entregar información veraz para que otros los identifiquen fácilmente y les compartan información constantemente, lo cual les permite estar simultáneamente presente en diferentes plataformas. La alta propensión a entregar información veraz en los sujetos estudiados podría deberse a esta necesidad omnipresencia; las redes en cierta forma valoran la honestidad al momento de entregar información de autentificación y se vuelve un factor importante, ya que facilita la participación en múltiples espacios dentro de red, lo que sería la recompensa a la honestidad (Belli et al., 2014; García, 2008). Ahora bien, esta alta honestidad que les estaría permitiendo ser identificados en diferentes redes y ser omnipresentes en la red los expone a una fácil identificación en caso de publicar contenidos inadecuados o que vulneren la privacidad o derechos de otros.

Otra explicación a esta conducta de extrema veracidad es que las personas que han crecido con el libre acceso a internet tienen más probabilidades de compartir información personal/confidencial en línea ya que lo ven como una conducta normal para lograr el necesario acceso a ella (Holicza et al., 2018). Qotb (2020) y Olesen (2020), señalan que la omnipresencia de las tecnologías provocan efectos muy marcados en las conductas de las personas que viven en la cultura participativa de la web; esto las lleva a expresarse en forma asidua, así como a entregar información clave, lo que impulsa una visibilidad cada vez mayor.

Para Yu et al. (2020), esta actitud de compartir información personal y ser altamente veraces no implica que carezcan de preocupación por su privacidad. Sin embargo, tampoco es un factor inhibidor que les impida compartir sus datos, aun cuando puedan verse enfrentados a una serie de riesgos por el mal uso de dicha información personal.

De acuerdo con el estudio de Huang et al. (2018), las personas ven en los sitios de redes sociales una oportunidad única de autopresentación, lo que los lleva a participar pese a que deban preocuparse por su privacidad. Lo anterior es consistente con los hallazgos del presente estudio, en cuanto a la caracterización del yo físico afecto a los medios respecto de su autentificación y a la definición del estatus social del yo físico, lo cual evidencia que los universitarios del área de ciencias de la salud son altamente transparentes.

En lo que respecta a las mujeres universitarias, a diferencia de los hombres, ellas prefieren el uso de su nombre real completo (61.59 %) y comparten fotos en las que son claramente identificables (56.10 %), lo cual es coincidente con los resultados obtenidos con las investigaciones de Huang et al. (2018) y de Shepherd (2016). Esto se explica porque el uso de redes sociales permite encontrar apoyo social, conexión con amigos y con redes sociales presenciales con los que ellos se quieren reconectar o conectar (Clark, Algoe y Green, 2017), por lo cual existe una alta valoración entre las imágenes publicadas y la veracidad de estas (Ahadzadeh et al., 2017).

Esta nueva tendencia de las mujeres a compartir información libremente responde a muchos factores entre los que se destacan los nuevos movimientos sociales como, por ejemplo, #NiUnaMenos en el año 2017. Las mujeres vieron que ser identificables y localizables puede ser una buena herramienta de protección y apoyo ante un mundo que puede resultar muchas veces peligroso para ellas, y esto potencia su identidad y posición ideológica de igualdad ante la sociedad (Piñeiro et al., 2016; Rosales et al., 2018; Sádaba et al., 2019; Trott, 2020).

Así, como para las mujeres la participación en internet es una forma de visibilidad profesional regulada y protección entre pares, para los hombres es una instancia que les permite potenciar su capital social. Se enfocan, preferentemente, en mostrar logros más que fotos de sí mismos con rostro reconocible o de gestionar su privacidad (Huang et al., 2018). Esto hace que la construcción de su identidad digital sea mucho más susceptible de afectar su ámbito profesional, especialmente, si no tienen conductas éticas respecto de las imágenes e informaciones que publican. Este resulta un tema interesante de ahondar y verificar: qué publican los universitarios del área de las ciencias de la salud durante sus prácticas profesionales.

En definitiva, hombres y mujeres construyen su identidad digital de forma diferente: las mujeres comparten más información y son más proclives a mostrar su imagen en las redes sociales que los hombres. De acuerdo al estudio de Hernández-Orellana et al. (2021), las universitarias chilenas se preocupan mayormente de configurar la privacidad de sus sitios al pensar que puede afectarle personal y profesionalmente a futuro.

En el estudio de Naqvi (2019), los estudiantes de enfermería y ciencias de la salud de Fiji hicieron visibles sus perfiles solo para las personas conocidas en cuanto a la visibilidad de su información y publicaciones profesionales al igual que en estudio de Eşkin (2020) con estudiantes de enfermería. Esto abre la discusión respecto de cómo manifiestan su identidad digital creada los estudiantes del área de ciencias de la salud chilenos y cómo entienden su responsabilidad en cuanto a la información que comparten en red. Si son tan altamente veraces en la construcción de la identidad digital declarada, sería muy probable que eso se evidenciara en las otras dimensiones de la identidad digital.

Esto se refuerza si se toma en consideración que para construir la identidad digital profesional es tan importante el despliegue de los procesos lingüísticos tecnodiscursivos al conversar y exponer temas profesionales del ámbito médico en las redes sociales , como los procesos lingüísticos visuales que exhiben aspectos personales. Por ende, ambos planos se nutren mutuamente (Qotb, 2020).

Esto lleva a plantear la necesidad de que, en los procesos formativos de los profesionales del área de ciencias de la salud, se discuta la relevancia en cuanto al manejo de la información que se comparte en medios digitales. Puesto que todo lo que se comparte en las redes, tanto a nivel de imágenes como de información al construir su identidad digital declarada, tiene impacto no solo en su propia vida, sino que también podría impactar en la vida de sus pacientes y colegas. Por esto, la persona debe comprender que publicar información que involucra indirectamente a otras personas es un tema relativo a la ética digital, un elemento clave dentro del proceso de aprendizaje y las competencias digitales.

Siguiendo con la discusión, a partir de los resultados obtenidos también se visualiza que en la construcción del yo en la red se mantienen ciertas conductas estereotípicas de género. Así, en el caso de los hombres, el uso de apodos o alias es una conducta más común en ellos que en las mujeres: si en el mundo presencial son reconocidos con un determinado apodo (alias), lo suelen llevar a los medios digitales. Esta misma tendencia se visualiza en los jóvenes de Malasia (T’ng y Pau, 2020), los cuales utilizaban un avatar y alias para autorrepresentarse (Beranuy et al., 2016).

El hecho de que las mujeres expliciten mayor preferencia por aparecer acompañadas (41.46 %) podría ser otro estereotipo asociado a los perfiles femeninos que sería interesante estudiar para determinar si solo se asocia a que desean mostrarse sociables y populares o lo hacen por seguridad frente al acoso masculino (Wiens et al., 2020).

En síntesis, las informaciones que configuran la identidad digital declarada personal evidencian las competencias digitales de los estudiantes universitarios y conductas que pueden ser consideradas como estereotípicas de género. Una foto del lugar de trabajo o una simple geolocalización puede tener impensables efectos en sus pares y pacientes, lo cual puede dar paso a una mala reputación profesional. Este hecho debe ser incluido en las discusiones dentro de los procesos formativos y abrir la invitación de educar a los universitarios en competencias digitales y autocuidado digital.

Conclusiones

Los estudiantes del área de ciencias de la salud son altamente veraces en relación con la información que comparten en medios digitales, y dejan disponibles datos que permiten una clara identificación de su yo físico en la red. Además, tienen como principal medio de conexión sus teléfonos celulares y las redes de datos que estos les proporcionan a través del uso de sus planes telefónicos. Existe un claro reflejo de correspondencia entre su vida presencial y digital, y se mantienen ciertas conductas que pueden ser atribuidas a estereotipos de género, pero en un bajo grado. Finalmente, se evidencia una clara necesidad de inclusión en el proceso formativo de aspectos relativos a competencias digitales que aborden la importancia y el manejo adecuado de las comunicaciones en medios digitales, así como el desarrollo y la gestión de la identidad digital desde una perspectiva de la ética profesional. Las acciones en la red pueden involucrar y afectar no solo la construcción de su propia identidad digital personal y profesional, sino también la vida personal de sus pacientes y colegas.

Es importante destacar que estas conclusiones presentan algunas limitaciones, dado que esta investigación es un estudio transversal y la muestra fue intencional por sujeto voluntario y no al azar. Esto implica que los resultados obtenidos se limitan a la muestra estudiada y describen su comportamiento en un momento dado.

No obstante, acorde a la finalidad del estudio, este tipo de muestra logra construir un cuerpo teórico que describe los elementos comunes y las diferencias propias de un estudio de caso colectivo, por lo que se puede considerar una buena aproximación a la realidad chilena (Hernandez et al., 2010).

Desde un punto de vista práctico, las conclusiones de esta investigación proporcionan a las instituciones de educación superior pruebas que permiten avanzar hacia una formación integral, sólida y coherente respecto de las habilidades digitales requeridas por un profesional universitario que se gradúa en un mundo altamente digitalizado.

Teniendo en cuenta lo anterior, sería aconsejable avanzar en futuros estudios que consideren explorar qué medidas de protección digital son incorporadas en la formación de los universitarios.

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