Artículos
Caracterización de
la identidad digital en estudiantes chilenos de ciencias de la salud. Un
estudio de caso según género
Self-discrepancy and
compulsive buying in Chilean university students
Felipe Quintano-Méndez felipe.quintano@ufrontera.cl
Universidad de la Frontera,
Chile
Marianela Denegri-Coria marianela.denegri@ufrontera.cl
Universidad de la Frontera,,
Chile
José Sepúlveda-Maldonado jose.sepulveda@ufrontera.cl
Universidad de la Frontera,,
Chile
Leonor Riquelme-Segura leonor.riquelme@ufrontera.cl.
Universidad de la Frontera,
Chile
Caracterización de la identidad digital en estudiantes chilenos
de ciencias de la salud. Un estudio de caso según género
Interdisciplinaria,
vol. 40, núm. 1, pp. 335-350,
2023
Centro Interamericano de Investigaciones Psicológicas y Ciencias
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Recepción:
11
Enero 2021
Aprobación:
04
Octubre 2022
Resumen:
El consumo se ha instaurado en las
sociedades posmodernas como un medio regulador de las relaciones sociales. En
este contexto, la compra compulsiva se establece como patológica y genera un
malestar psicológico significativo en las personas, al punto de deteriorar el
funcionamiento social y profesional. A esto se suman graves problemas
económicos como producto del endeudamiento. Bajo este escenario, los jóvenes
son particularmente sensibles, ya que con el consumo acceden a objetos
simbólicos que forman parte de su construcción de identidad. Una dimensión
relacionada con la compra compulsiva y el acceso al consumo bajo elementos
simbólicos es la discrepancia del yo, la cual establece la distancia entre
quién soy y quién me gustaría ser de acuerdo a patrones sociales que motivan el
consumo como extensión del sujeto y materialización de la propia identidad.
En base a lo anterior, la presente investigación tiene por objetivo determinar el efecto de la discrepancia del yo sobre las actitudes hacia la compra compulsiva en estudiantes universitarios chilenos.
A través de una regresión lineal múltiple se aprecia que la
discrepancia del yo físico (belleza), económico y el sexo son predictores
significativos de la compra compulsiva. De igual manera, se observa que las
mujeres son un grupo con mayores puntuaciones en cuanto a las compras
compulsivas que los hombres, las cuales pueden verse mayormente afectadas por
el contexto, y las campañas de marketing pueden influir en una mayor brecha
entre el yo real y el yo ideal.
Palabras clave: jóvenes, estudiantes
universitarios, construcción de identidad, consumo, psicología económica.
Abstract: Consumption has been established in postmodern societies as a
means of regulating social relations. In this context, compulsive buying could
be established as pathological, creating significant psychological discomfort
in people, to the point of impairing social and professional functioning,
coupled with serious economic problems resulting from indebtedness. Along the
same lines, in the construction of a social identity and a socially shared
reality, consumption patterns arise that are linked to what the public should
be and what they want to be. Therefore, while compulsive buying has been
conceptualized for decades, it is a substantial threat to psychological and
financial well-being. Few studies have explored the link between
self-discrepancy and compulsive buying within an identity construction context.
In this scenario, it is young people who become particularly sensitive, since
with consumption they access symbolic objects that are part of their identity
construction and a dimension related to compulsive buying. Therefore, it can be
hypothesized that access to the consumption of symbolic elements is
self-discrepancy. That is why this research aims at determining the effect of
the self-discrepancy on attitudes towards compulsive buying in Chilean university
students.
The study uses a quantitative, correlational, and non-experimental cross-sectional design. Study sample was comprised of 1 229 Chilean university students, who responded to the scale of attitudes towards consumption, the self-discrepancy scale, and answered questions for sociodemographic characterization including: gender (male/female), age, geographical area of residence (rural/urban), people with whom they live, and whether they have any bank credit cards.
Prior to data collection, a letter was sent to Faculty Deans and
Program Directors of all the universities associated with the Council of
Rectors of Chile; these letters described the aims of the study, and requested
information and authorization for the distribution of the instrument previously
described. It is important to indicate that, after this, a random sampling
process was initiated, after which each participant was contacted, so that they
could sign an informed consent form, thus ensuring the anonymity ethical
guidelines of the study.
The data was processed through SPSS version 22 software, looking
for the presence of univariate and multivariate outliers through Z-scores and
Mahalanobis distance. A descriptive analysis of the variables was then carried
out based on the dispersion, central trend and shape measurements.
Subsequently, the data was analysed through bivariate statistics through
Pearson correlations, to indicate into empirical relationships between
compulsive purchase as a dependent variable and sociodemographic variables (sex
and bank credit card holding) and the dimensions associated with the
self-discrepancy (intellectual, physical, physical beauty, personal, social,
emotional and economic) as independent variables. Once the behaviour of the
variables was observed, a hierarchical multiple linear regression was
performed.
Regarding the results of this research, multiple linear
regression shows that physical self-discrepancy (beauty), economic
self-discrepancy and gender are significant predictors of compulsive buying.
Similarly, it is noted that women are a group with higher scores in terms of
compulsive purchases than men, which may be mostly affected by the context,
where marketing campaigns can influence a greater gap between the real self and
the ideal self.
Keywords: young people,
university student, identity building, consumption, economic psychology.
Introducción
El consumo en las sociedades modernas se ha instaurado como
medio de interacción social (Castellanos,
Sepúlveda y Denegri, 2016; Denegri y
Martínez, 2004; Denegri et al., 2014a;
Moulián, 1998) y el mercado se ha
establecido como coordinador social (Lechner,
1997). Para Bauman (2004), dicho
consumo dista de ser un acto biológico, sino que posee un anclaje en la
satisfacción instantánea de las necesidades (Bauman,
2007). El consumo no solo ha permitido la mantención de una economía con lógicas
capitalistas (Boltanski y Chiapello, 2002),
sino que también ha generado que las personas asuman riesgos (Beck, 2002;Sennet, 2006) en el mercado de bienes y
consumo, lo cual aumenta los índices de endeudamiento asociados a un consumo
anticipado (Contreras et al., 2006,
citado en Denegri et al., 2010).
Sumado a lo anterior, se establece una orientación al consumo bajo un aumento
de los ingresos, mayor acceso de la sociedad a bienes y servicios y mayores
facilidades de pago asociado al crédito (Aparicio,
2009; Denegri, Gempp, Del Valle,
Etchebarne y González, 2006; Dittmar,
2005).
Según el XVI Informe de Deuda Morosa Primer Trimestre 2017, en
Chile hay un total de 4 335 811 personas morosas, de las cuales el 21 %
corresponde a personas entre 18 y 39 años de edad (Universidad San Sebastián, 2017). Del
mismo modo, el 54.7 % de los jóvenes entre 15 y 29 años expone tener algún tipo
de deuda (INJUV, 2019). Para el caso
de los jóvenes, ellos se han transformado en un grupo de interés para el
mercado, lo que ha incentivado el impulso de estrategias comerciales que
influyen en los patrones de consumo (Denegri,
Barros, Cárdenas, Sepúlveda y Vivallo, 2017a), orientadas a fidelizarlos
como consumidores (Denegri, Cabezas, Del
Valle, González y Sepúlveda, 2012a).
La etapa universitaria es un período en el cual están expuestos
por primera vez a un cierto grado de independencia en el que convergen
comportamientos impulsivos y compulsivos (Chamberlain
y Grant, 2019). Dentro de este contexto, el consumo en los adolescentes es
extremadamente significativo, ya que es parte de su educación, contribuye a los
procesos de sociabilización y posee una influencia considerable en su imagen e
identidad (Badaoui, Lebrum, Su y Bouchet,
2018; Barros, Denegri y Salazar, 2019).
La investigación que se presenta se plantea por objetivo determinar el efecto
de la discrepancia del yo sobre las actitudes hacia la compra compulsiva en
estudiantes universitarios chilenos.
Discrepancia del yo
Durante la etapa universitaria, los jóvenes gozan de una mayor
autonomía asociada al manejo del tiempo y de sus recursos o a la elección de
amistades. Es en este período que las compras se convierten en un vehículo de
construcción de identidades ideales (Islam,
Sheikh, Hameed, Khan y Azam, 2018; Knežević,
Delic y Ptić, 2016; Palan, Gentina y
Muratore, 2010). Para Badaoui, Lebrum,
Su y Bouchet (2018), el consumo en los jóvenes es extremadamente
significativo, ya que es parte de su educación, contribuye a los procesos de
sociabilización y posee una influencia considerable en su imagen e identidad.
Los autores expresan que los jóvenes consumen productos específicos asociados a
sus grupos de pares, los cuales además funcionan como medio de diferenciación
individual.
Para Mead (1973), las
creencias del sujeto sobre el propio individuo provienen del mismo grupo social
en cuanto a un proceso de construcción social de la realidad. En la misma
línea, Araujo y Martuccelli (2012)
expresan que no hay identidad personal sin presencia de identidades colectivas
y, al mismo tiempo, todo perfil identitario colectivo contribuye a la
estructuración de identidades personales. Berger
y Lukcmann (2003) coinciden con lo expresado anteriormente, al indicar que
la construcción de la realidad de la vida cotidiana se presenta como una
realidad objetivada que “se presenta además como un mundo intersubjetivo, un
mundo que comparto con otros” (p. 38).
La construcción de identidades personales se vuelve parte de un
proceso de construcción de la realidad social con el cual se accede a un
universo simbólico (Berger y Luckmann,
2003). Dicha construcción de identidad personal establece una distinción
entre el yo real y el yo ideal en base a las propias normas y las normas
socialmente imperantes (Higgins, 1987).
Concretamente, la discrepancia del yo se define como la diferencia observada
entre la identidad real de una persona (como es) y su identidad ideal (la forma
en la que desearía ser o desearía ser percibida por otros) (Higgins, 1987; Denegri et al., 2014b).
Bajo la definición de la discrepancia del yo, los objetos
materiales funcionan como símbolos de quién es una persona y quién le gustaría
ser (Dittmar, 1992; Dittmar, 2005), lo cual establece un
consumo de elementos simbólicos que se vinculan al momento de expresar una
identidad y buscar un yo mejor (Dittmar,
2001; Dittmar, 2005; Norberg et al., 2019). De este modo, las
empresas pretenden comunicar significados a través de sus productos y
establecer un vínculo emocional con el consumidor con tal de influir en sus
decisiones de compra (Arévalo, 2010).
En concordancia con lo anterior, el yo estaría compuesto por
siete dimensiones: (1) intelectual: hace referencia a las capacidades
cognitivas; (2) física: se presenta bajo una relación de satisfacción de las
personas con sus cuerpos y cómo se sienten con ellos, y se diferencia de la
belleza física porque considera el peso y la capacidad deportiva; (3) belleza
física: establece qué tan atractivo se siente para sí mismo el individuo y para
los demás en las primeras impresiones; (4) personal: se vincula al nivel de
satisfacción de la persona en todos los ámbitos de la vida; (5) social: se
asocia al ajuste de los sujetos en relaciones familiares, amigos y en el
entorno general; (6) emocional: se refiere a la percepción que tienen los
individuos de sus emociones y sentimientos, y (7) económica: posee un
componente simbólico asociado al valor otorgado al dinero, estatus, prestigio y
como promesa futura del cumplimiento de necesidades (Denegri et al., 2012b; Denegri, et al., 2014b; Dittmar, 2005; Nelissen y Meijers, 2011).
En efecto, en la construcción de una identidad social, y al
alero de una realidad socialmente compartida, se establecen patrones de consumo
que se vinculan con quién se debe ser y con quién se quiere ser. Dichos
patrones culturales se evidencian en el estudio realizado por Denegri et al. (2014b), en el que se
demuestra que en la población universitaria chilena existen correlaciones
positivas estadísticamente significativas entre las dimensiones de discrepancia
del yo físico, intelectual y económico, y las actitudes impulsivas y
compulsivas hacia la compra. Del mismo modo, Denegri et al. (2017b) expresan que
existe una correlación positiva estadísticamente significativa entre la
discrepancia del yo y una actitud hacia el endeudamiento hedonista en
estudiantes de pedagogía chilenos. Los mismos autores indican que las mujeres
presentan una actitud más austera frente al endeudamiento, lo cual se asemeja a
los estudios que avalan el rol histórico de la mujer en cuanto a la administración
de los recursos financieros (Zelizer, 2011).
Actitudes hacia la compra compulsiva
Para Dittmar (2005) la
autoimagen es importante en las compras motivadas psicológicamente; esto se
relaciona con una autoevaluación general más baja en los compradores
compulsivos, lo que sugiere que poseen una mayor discrepancia entre quiénes son
y quiénes quieren ser en comparación con los compradores comunes. Para Dittmar et al. (2007), la relación entre
la discrepancia del yo y la compra compulsiva se vincula a elementos
emocionales correspondientes a la construcción de la identidad, en la que la
adquisición de bienes materiales es una estrategia para reparar o mejorar las
emociones y la identidad.
Las actitudes hacia la compra corresponden a juicios evaluativos
hacia el mismo consumo, que pueden ser positivos, negativos o neutrales (Denegri, Sepúlveda y Godoy, 2011). Una
actitud puede ser racional, compulsiva o impulsiva (Denegri et al., 2011). En términos
weberianos, la acción racional establece una relación medio a fin (Atria, 2014) en la que, en un contexto
de consumo, la persona considera los impactos a futuro de la compra, lo que
conlleva a una posición más austera frente al uso del crédito (Denegri et al., 2011). Por otro lado, la
impulsividad se refiere a tendencias hacia el comportamiento que son
excesivamente apresuradas, riesgosas y que conducen a resultados negativos a
largo plazo (Chamberlain y Grant, 2019).
En concordancia con lo anterior, Loudon y
Della Bitta (1986) arguyen que la compra impulsiva puede ser definida como
un deseo repentino y súbito, un estado de desequilibrio psicológico, un
conflicto psicológico de corto o largo plazo, una reducción de la evaluación
cognitiva de las características del producto y una escasa consideración de
consecuencias futuras.
En cambio, la compra compulsiva se distingue por ser una compra patológica
que provoca un malestar psicológico profundo y afecta considerablemente el
funcionamiento social y profesional. Esto se traduce en problemas económicos (Castellanos et al., 2016) y en el aumento
de los niveles de depresión, ansiedad o trastornos de adaptación (Díez et al., 2018; Mowen, 1999). Por su parte, McElroy et al. (1994, citado en Díez et al.,
2018) la definen como un comportamiento desadaptativo o preocupación por la
compra que interfiere con las rutinas diarias y que puede causar problemas
financieros. Este concepto se condice con lo expresado por Edwards (1992, citado en Mowen, 1999),
quien definió el comportamiento de compra compulsiva como una necesidad
incontrolable y sistemática de compra, sin considerar las consecuencias futuras
del acto. Dittmar (2005) alude a la
compra compulsiva como una compra adictiva que hay que entender como parte de
los principales cambios que han transformado el comportamiento del consumidor
en las economías desarrolladas occidentales. También Dittmar (2004, citado en Dittmar, Long y
Bond, 2007) describe tres características principales de la compra
compulsiva: (1) experimentar los impulsos como irreversibles; (2) perder el
control sobre el comportamiento de compra; y (3) continuar con compras
excesivas a pesar de las consecuencias. En este sentido, estas definiciones
comparten elementos comunes vinculados a un patrón de conducta irreflexiva e
incontrolable de compra que posee efectos negativos en las interacciones
sociales, laborales y en el aumento del endeudamiento.
Denegri et al. (2011) y
Dittmar (2005) expresan que existen
distintos hallazgos que vinculan al sexo, la edad, el nivel socioeconómico, los
valores materiales y la conducta efectiva como variables relevantes al momento
de estudiar las actitudes hacia la compra. En específico, indican que las
diferencias de sexo se materializan en la elección de los productos (Wu y Chalip, 2014). Para los hombres, lo
importante es poseer el objetivo, lo cual se puede vincular a elementos
asociados a la construcción de lo masculino (Borrás et al., 2019); en cambio, para las
mujeres la compra es parte de un proceso más allá de la acción de compra o
adquisición del objeto es una experiencia más sofisticada y psicológicamente
significativa (Denegri et al., 2011).
Diversos estudios expresan que existe una relación positiva
estadísticamente significativa entre las compras compulsivas con los niveles de
materialismo, en la que el acto de compra establece un sentimiento de felicidad
(Castellanos, Denegri y Salazar, 2020;
Denegri et al., 2014a; Pradhan, Israel y Jena, 2018). En este
contexto, los actos de compra compulsivos, impulsivos y racionales se refuerzan
ante estímulos situacionales inmediatos como la oferta, influencia de pares,
publicidad y estado emocional, al cual las mujeres suelen ser más sensibles (Denegri et al., 2014a). Mueller et al. (2011a) expresan que las
mujeres poseen una mayor tendencia, en comparación con los hombres, a realizar
compras impulsivas como forma de regular sus emociones y para aliviar
sentimientos negativos a través de experiencias que consideran como positivas.
Lo anteriormente descripto se condice con lo informado por Ching, Tang, Wu y Yan (2016), al reportar
que las estudiantes universitarias en población china obtuvieron puntuaciones
mayores en la escala de compra compulsiva. Un estudio reciente muestra
resultados similares, según los cuales el género funciona como mediador entre
las compras compulsivas y el materialismo, y las mujeres obtuvieron
puntuaciones más altas que los hombres (Bhatia,
2019).
A diferencia de los resultados anteriores, la investigación de Zampieri et al. (2012) encontró una
relación estadísticamente significativa positiva entre el materialismo y la
compra compulsiva; los hombres que presentaban un mayor nivel de materialismo
mostraron una mayor tendencia a las compras compulsivas en comparación con las
mujeres. Los productos de marketing, considerados como superfluos o novedosos,
lograban una mayor atención de los hombres.
En el contexto chileno, Denegri
et al. (2011) expresan que, en el contexto de mujeres estudiantes
universitarias de pedagogía y mujeres docentes en ejercicio, estas presentan
una puntuación ambivalente entre una actitud hacia el consumo racional e
impulsivo, es decir que no existe una consistencia en las respuestas. Este
resultado inesperado que las mujeres se encontrarían más sensibles y permeables
a influencias del entorno social en el que están insertas en comparación con
los hombres (Denegri et al., 2011).
En la misma línea, el estudio realizado por Godoy et al. (2018) a titulados
universitarios chilenos indica que no se evidencian diferencias
estadísticamente significativas entre hombres y mujeres para las actitudes
hacia la compra impulsiva, pero sí en la medición de las actitudes hacia la
compra compulsiva, en la que las mujeres registraron puntuaciones más altas que
los hombres.
En definitiva, si bien la compra compulsiva ha sido
conceptualizada hace décadas y representa una amenaza sustancial para el
bienestar psicológico y financiero, son pocos los estudios que vinculan la
discrepancia del yo con la compra compulsiva dentro de un contexto de
construcción de identidad. Por esa razón, la presente investigación tiene por
objetivo determinar el efecto de la discrepancia del yo sobre las actitudes
hacia la compra compulsiva en estudiantes universitarios chilenos.
Método
Participantes
El diseño de investigación es de corte transversal no
experimental cuantitativo de tipo correlacional (Hernández, Fernández y Baptista, 2006).
Se llevó a cabo un muestreo bietápico que consideró, en una primea instancia,
la generación de estratos de igual tamaño, considerando los siguientes
criterios de control: estudiantes universitarios chilenos que al momento de la
aplicación del cuestionario estuvieran cursando entre segundo y cuarto año en
carreras de Pedagogía en Educación Media en universidades chilenas del Consejo
de Rectores de Chile, con una relación directa en la formación económica dentro
de sus planes formales de estudio. En específico, estudiantes de las carreras
de (1) Pedagogía en Historia, Geografía y Educación Cívica; (2) Pedagogía en
Castellano y Comunicación; y (3) Pedagogía en Matemáticas. También se
consideraron las zonas geográficas (norte, centro y sur), además del sexo
(hombre y mujer). De las características anteriores, surgen 18 combinaciones
posibles que fueron ponderadas en función del tamaño real de los estratos
poblacionales. Posterior a ello, se solicitó la lista de matrículas a las
universidades del Consejo de Rectores de Chile para las carreras nombradas, con
el fin de establecer un muestreo aleatorio.
Finalmente, la muestra fue de 1 229 estudiantes, el 42.6 % eran
hombres y el 57.4 % mujeres. A su vez, el 43.4 % correspondía a la zona sur, el
41.1 % a la zona centro y el 15.5 % a la zona norte del país. Por otro lado, el
53.9 % estudiaba en una universidad estatal y el 46.1 % en una universidad
privada. Asimismo, el 33.3 % pertenecía a un nivel socioeconómico bajo o
medio-bajo, el 32.9 % a un nivel medio y el 33.8 % se posicionaba en un nivel
socioeconómico entre medio-alto y alto. Finalmente, resulta interesante relevar
que el 18.9 % de los participantes era titular de al menos una tarjeta de
crédito.
Instrumentos
Escala de Discrepancia del Yo
Diseñada por Dittmar,
Beattie y Friese (1996), y posteriormente revisada y adaptada por Luna-Arocas y Quintanilla (1999), esta
escala mide el nivel de cercanía de un individuo con sus metas personales.
Consta de 7 ítems que abarcan las dimensiones intelectual, física (peso),
física (belleza), social, personal, emocional y económica. Los ítems fueron
redactados en sentido directo y con una escala de medición ordinal en formato
Likert con cuatro opciones de respuesta, desde 1 (Como soy)
hasta 4 (Mucho mejor que como soy). Se establece
que a mayor puntaje existe una mayor discrepancia del yo. Este instrumento ha
presentado un alfa de Cronbach igual a .79 (Denegri
et al., 2014b).
Escala de Actitudes hacia el Consumo (Luna y Fierres, 1998)
Esta escala consta de 18 ítems cuyas opciones de respuesta van
en una escala Likert de seis puntos, desde Completamente
en desacuerdo hasta Completamente de acuerdo.
Las tres dimensiones que forman el constructo teórico son racionalidad,
impulsividad y compulsividad y presentan un adecuado alfa de Cronbach según el
estudio realizado por Denegri et al.
(2011) (racionalidad: .87; impulsividad: .79; compulsividad: .95).
Finalmente, y en forma simultánea a la administración de las
escalas mencionadas, se procedió a la realización de preguntas acerca de las
características sociodemográficas de los participantes, como el sexo
(hombre/mujer), la edad, la zona geográfica de residencia (rural/urbano), las
personas con las que vivía y la tenencia de alguna tarjeta de crédito bancaria.
Procedimiento y resguardos éticos
Se envió una carta a los decanos de las facultades y directores
de carrera de todas las universidades asociadas al Consejo de Rectores que
incluyeran las carreras descriptas con anterioridad, en la que se explicó el
objetivo de la investigación y se solicitó la autorización para su aplicación.
Luego, se solicitó la base de datos con los listados de los
estudiantes con el fin de preparar el proceso de muestreo aleatorio. Los
estudiantes fueron contactados personalmente, se les solicitó la firma de un
consentimiento informado y se aseguraron los resguardos de identidad como
garantía de una participación anónima dentro de la investigación. El
cuestionario fue aplicado por encuestadores entrenados.
Procesamiento de la información
Los datos fueron procesados por medio del software
SPSS versión 22. Se buscó la presencia de casos atípicos univariantes y
multivariantes a través de los puntajes Z y la distancia de Mahalanobis (Martínez-Arias, 2008;Myers, 2011). Después se procedió a
realizar un análisis descriptivo de las variables con base en las medidas de
dispersión, tendencia central y forma. Posteriormente, se analizaron los datos
a través de estadística bivariante por medio de correlaciones de Pearson con tal
de indagar en relaciones empíricas entre la variable dependiente y las
independientes. Una vez observado el comportamiento de las variables, se
realizó una regresión lineal múltiple jerárquica (Dugard, Todman y Staines, 2010).
Posterior a esto y una vez comprobados los supuestos de normalidad,
independencia de las variables y colinealidad (Hair, Anderson y Tatham, 1999), se
ingresaron como variables independientes en el primer bloque las
características sociodemográficas (sexo y tenencia de tarjeta de crédito
bancaria), y en el segundo bloque las dimensiones asociadas a la discrepancia
del yo (intelectual, física, belleza física, personal, social, emocional y económica).
La variable sexo fue ingresada como variable dummy,
según la cual 0 indicaba hombre y 1, mujer, al igual que la variable tenencia de tarjeta de
crédito bancaria, para la cual 0 correspondía a no
y 1, a sí. La compra compulsiva se estableció como
la variable dependiente.
Resultados
Análisis exploratorio
En la Tabla 1 se observan los estadísticos
descriptivos de las dimensiones asociadas a la discrepancia del yo y de la
variable dependiente, tanto para los totales como para la segmentación de
hombre y mujer. Para los datos totales, se aprecia que la media y la mediana se
encuentran cercanas, lo que evidencia una baja dispersión de los datos. Esto se
observa con mayor detalle en el estadístico de dispersión, que se encuentra
cercano a 1. La asimetría para las variables independientes y dependiente
muestra que los datos se posicionan a la izquierda de la media; de igual forma,
la curtosis negativa establece que hay un menor grado de concentración en los
valores centrales de la variable. Al realizar la comparación entre sexos, se
evidencian puntuaciones más altas para las mujeres en la compra compulsiva; en
cambio, los hombres presentan mayores puntuaciones para la discrepancia del yo
social.
Tabla 1
Estadísticos
descriptivos para discrepancia del yo y actitudes hacia la compra compulsiva
N |
Media |
Mediana |
Desviación estándar |
Asimetría |
Curtosis |
|||
Válido |
Perdidos |
|||||||
Hombre |
Actitudes hacia la
compra (compulsividad) |
518 |
0 |
1.65 |
1.28 |
1.00 |
2.38 |
6.37 |
Discrepancia del yo:
intelectual |
512 |
6 |
2.58 |
2 |
1.12 |
.030 |
-1.41 |
|
Discrepancia del yo:
físico (peso) |
511 |
7 |
2.41 |
2 |
.98 |
.313 |
-.92 |
|
Discrepancia del yo:
físico (belleza) |
510 |
8 |
1.79 |
2 |
.92 |
1.03 |
.20 |
|
Discrepancia del yo:
social |
511 |
7 |
1.75 |
1 |
1.00 |
1.10 |
-.03 |
|
Discrepancia del yo:
personal |
508 |
10 |
1.86 |
1 |
1.07 |
.98 |
-.38 |
|
Discrepancia del yo:
emocional |
510 |
8 |
1.87 |
1 |
1.08 |
.91 |
-.55 |
|
Discrepancia del yo:
económico |
511 |
7 |
2.26 |
2 |
.96 |
.37 |
-.78 |
|
Mujer |
Actitudes hacia la
compra (compulsividad) |
698 |
0 |
1.98 |
1.57 |
1.09 |
1.23 |
.99 |
Discrepancia del yo:
intelectual |
685 |
13 |
2.48 |
2 |
1.05 |
.26 |
-1.18 |
|
Discrepancia del yo:
físico (peso) |
687 |
11 |
2.50 |
2 |
.98 |
.20 |
-1.01 |
|
Discrepancia del yo:
físico (belleza) |
685 |
13 |
1.96 |
2 |
.95 |
.77 |
-.31 |
|
Discrepancia del yo:
social |
687 |
11 |
1.65 |
1 |
.90 |
1.22 |
.47 |
|
Discrepancia del yo:
personal |
684 |
14 |
1.70 |
1 |
.95 |
1.23 |
.46 |
|
Discrepancia del yo:
emocional |
686 |
12 |
1.86 |
2 |
1.00 |
.93 |
-.28 |
|
Discrepancia del yo:
económico |
687 |
11 |
2.23 |
2 |
.94 |
.42 |
-.68 |
|
Total |
Actitudes hacia la
compra (compulsividad) |
1229 |
0 |
1.84 |
1.42 |
1.07 |
1.61 |
2.43 |
Discrepancia del yo:
intelectual |
1210 |
19 |
2.53 |
2 |
1.08 |
.15 |
-1.30 |
|
Discrepancia del yo:
físico (peso) |
1210 |
19 |
2.47 |
2 |
.98 |
.24 |
-.98 |
|
Discrepancia del yo:
físico (belleza) |
1208 |
21 |
1.89 |
2 |
.94 |
.87 |
-.14 |
|
Discrepancia del yo:
social |
1211 |
18 |
1.7 |
1 |
.95 |
1.17 |
.23 |
|
Discrepancia del yo:
personal |
1205 |
24 |
1.78 |
1 |
1.00 |
1.12 |
.04 |
|
Discrepancia del yo:
emocional |
1209 |
20 |
1.87 |
2 |
1.03 |
.92 |
-.40 |
|
Discrepancia del yo:
económico |
1211 |
18 |
2.25 |
2 |
.95 |
.39 |
-.74 |
Elaboración propia.
En la Tabla 2 se observan las relaciones
entre las variables a través de una correlación de Pearson. Los resultados
indican que existe una asociación positiva estadísticamente significativa entre
las actitudes hacia la compra compulsiva y las dimensiones de la discrepancia
del yo, con excepción de las dimensiones intelectual y personal, esta última
por presentar un valor de . mayor a .05.
Tabla 2
Correlaciones
bivariadas entre discrepancia del yo y actitudes hacia la compra compulsiva
Discrepancia del yo:
intelectual |
Discrepancia del yo:
físico (peso) |
Discrepancia del yo:
físico (belleza) |
Discrepancia del yo:
social |
Discrepancia del yo:
personal |
Discrepancia del yo:
emocional |
Discrepancia del yo:
económico |
||
Actitudes hacia la
compra (compulsividad) |
Correlación de
Pearson |
-.004 |
.057* |
.152** |
.092** |
.025 |
.081** |
.131** |
Sig. (bilateral) |
.903 |
.046 |
.000 |
.001 |
.391 |
.005 |
.000 |
|
N |
1 210 |
1 210 |
1 208 |
1 211 |
1 205 |
1 209 |
1 211 |
|
Discrepancia del yo:
intelectual |
Correlación de
Pearson |
.369** |
.248** |
.302** |
.366** |
.285** |
.220** |
|
Sig. (bilateral) |
.000 |
.000 |
.000 |
.000 |
.000 |
.000 |
||
N |
1 207 |
1 204 |
1 207 |
1 202 |
1 205 |
1 207 |
||
Discrepancia del yo:
físico (peso) |
Correlación de
Pearson |
.563** |
.294** |
.283** |
.261** |
.286** |
||
Sig. (bilateral) |
.000 |
.000 |
.000 |
.000 |
.000 |
|||
N |
1 204 |
1 207 |
1 201 |
1 205 |
1 207 |
|||
Discrepancia del yo:
físico (belleza) |
Correlación de
Pearson |
.371** |
.283** |
.315** |
.308** |
|||
Sig. (bilateral) |
.000 |
.000 |
.000 |
.000 |
||||
N |
1 206 |
1 200 |
1 204 |
1 207 |
||||
Discrepancia del yo:
social |
Correlación de
Pearson |
.577** |
.485** |
.279** |
||||
Sig. (bilateral) |
.000 |
.000 |
.000 |
|||||
N |
1 203 |
1 207 |
1 209 |
|||||
Discrepancia del yo:
personal |
Correlación de
Pearson |
.649** |
.220** |
|||||
Sig. (bilateral) |
.000 |
.000 |
||||||
N |
1 203 |
1 203 |
||||||
Discrepancia del yo:
emocional |
Correlación de
Pearson |
.249** |
||||||
Sig. (bilateral) |
.000 |
|||||||
N |
1 207 |
Elaboración propia.* La correlación es significativa en el nivel .05 (bilateral).
Modelo de regresión lineal múltiple
Para el análisis de regresión lineal múltiple se reporta un
estadístico de Durbin-Watson de 1.941, lo que indica que las variables son
independientes entre sí. Asimismo, se evidencia una baja asimetría para todas
las variables, considerando un rango de 2 a -2; esto significa que los datos
presentan una distribución normal (Field,
2009; Gravetter y Wallnau, 2014; Trochim y Donnelly, 2006). Finalmente, el
estadístico de FIV, registrado en la Tabla 3, denota la
ausencia de multicolinealidad al presentar un estadístico inferior a 4 para
todas sus variables.
Con respecto al modelo de regresión lineal múltiple, sus
estadísticos son: gl = 9.991, p < .001, R2 = .053, R2
ajustado = .045, F = 6.217. Las variables consideradas fueron actitud hacia la
compra (compulsividad) y discrepancia del yo y sus dimensiones intelectual,
física (peso), física (belleza), social, personal, emocional y económica.
Tabla 3
Coeficientes de
regresión lineal múltiple para discrepancia del yo y actitudes hacia la compra
compulsiva
Coeficientes no
estandarizados |
Coeficientes
estandarizados |
t |
p |
Estadísticas de
colinealidad |
|||
B |
Error estándar |
Beta |
Tolerancia |
FIV |
|||
Actitud hacia la
compra: compulsiva |
1.329 |
.123 |
10.806 |
.000 |
|||
Discrepancia del yo:
intelectual |
-.064 |
.034 |
-.066 |
-1.880 |
.060 |
.775 |
1.290 |
Discrepancia del yo:
físico (peso) |
-.029 |
.043 |
-.027 |
-.689 |
.491 |
.609 |
1.641 |
Discrepancia del yo:
físico (belleza) |
.119 |
.044 |
.107 |
2.701 |
.007 |
.605 |
1.653 |
Discrepancia del yo:
social |
.050 |
.044 |
.046 |
1.141 |
.254 |
.599 |
1.670 |
Discrepancia del yo:
personal |
-.057 |
.047 |
-.055 |
-1.211 |
.226 |
.459 |
2.177 |
Discrepancia del yo:
emocional |
.053 |
.043 |
.053 |
1.256 |
.209 |
.539 |
1.855 |
Discrepancia del yo:
económico |
.118 |
.037 |
.107 |
3.213 |
.001 |
.861 |
1.162 |
Sexo |
.278 |
.067 |
.131 |
4.181 |
.000 |
.973 |
1.027 |
Tarjeta bancaria |
.045 |
.084 |
.017 |
.533 |
.594 |
.996 |
1.004 |
Elaboración propia.
La Tabla 3 deja en evidencia que existe un
efecto estadísticamente significativo en las actitudes hacia la compra
compulsiva en las mujeres, seguido de un efecto positivo estadísticamente
significativo de la discrepancia del yo físico (belleza) y económico. La
posesión de tarjetas bancarias no se establece como una variable que afecte en
la variable dependiente, tampoco la discrepancia del yo en la dimensión
intelectual, física (peso), social, personal y emocional.
Discusión y
conclusiones
La presente investigación tuvo por objetivo determinar el efecto
de la discrepancia del yo sobre las actitudes hacia la compra compulsiva en
estudiantes universitarios chilenos. De acuerdo a los resultados obtenidos, las
variables que predicen significativamente la compra compulsiva son la
discrepancia del yo física (belleza), discrepancia del yo económica y el sexo.
Con respecto a este último hallazgo, las mujeres puntuaron más alto que los
hombres en la escala de compra compulsiva, resultado que coincide con el de
investigaciones previas (Bhatia, 2019; Ching et al., 2016;Denegri et al., 2011; Godoy et al., 2018; Mueller et al., 2011a). Estos estudios
señalan que las mujeres poseen una actitud contradictoria hacia la compra, es
decir, presentan actitudes racionales, impulsivas y compulsivas, es decir, son
más sensibles al contexto y por lo tanto son influenciadas por elementos
inmediatos como la oferta, la influencia de pares, la publicidad y el estado
emocional. Bajo esta interpretación, la relación entre la discrepancia del yo y
la compra compulsiva estaría mediada por factores emocionales e identitarios (Dittmar et al., 2007), en el sentido de
que la adquisición de bienes materiales es una estrategia para regular las
propias emociones e identidad (Islam et
al., 2018;Knežević et al., 2016; Palan et al., 2010).
Lo anterior se vincula además con la relación estadísticamente
significativa entre la discrepancia del yo física (belleza) y la compra
compulsiva. La construcción de una identidad social en los jóvenes es
extremadamente significativa, ya que a través del consumo acceden a elementos
simbólicos que les permiten la sociabilización dentro de su grupo de pares (Badaoui et al., 2018; Barros et al., 2019). Esto se puede vincular
a que, en un período en el que los jóvenes buscan la aceptación de su grupo de
pares, el acceso a elementos materiales se relacionaría con mayores niveles de
felicidad, fenómeno que podría ser más marcado en mujeres, considerando que
este grupo se ve mayormente afectado por situaciones contextuales como el
estado emocional, la publicidad y la oferta (Denegri et al., 2014b). Bajo este
escenario, la publicidad enfocada en segmentos jóvenes puede vincularse a la
creación de una identidad social que establece una mayor distancia entre el yo
real y el yo ideal. Esto conllevaría a un aumento del consumo como medio para
disminuir la brecha con la imagen que se desea proyectar (Higgins, 1987). En este período entonces,
las estrategias comerciales asumen una gran importancia ya que a través del marketing se proyectan campañas agresivas con tal de
fidelizar a la población joven como consumidora para la instauración de
prácticas de consumo duraderas (Denegri et
al., 2012; Denegri et al., 2017a).
Los procesos de integración social, marcados por la presión en
cuanto a los patrones de belleza ideales y una mayor sensibilidad frente al
contexto, pueden estar influenciando la relación entre la discrepancia del yo
económica y la compra compulsiva. Esto dotaría al dinero de un componente
simbólico que otorga un valor de estatus y prestigio que, a su vez, permitiría
el cumplimiento de necesidades futuras en la búsqueda de un yo mejor (Denegri
et al., 2012b; Denegri, et al., 2014b; Dittmar,
2005; Nelissen y Meijers, 2011)
que se acople con los ideales socialmente aceptados. Esto coincide con lo
expresado por Denegri et al. (2014a),
quienes indican que existe una correlación significativa entre la discrepancia
del yo económico y una actitud hacia la compra compulsiva enfocada en el
significado simbólico del dinero como medio de acceso e integración al grupo de
pares.
Los resultados del presente estudio son preocupantes, pues
evidencian una relación entre el sexo y las actitudes hacia la compra
compulsiva, según la cual las mujeres obtendrían puntuaciones más elevadas de
compra compulsiva que los hombres. Esto sugiere que las presiones, ya sea
dentro del grupo de pares o en la construcción mediática de la mujer, tienden a
la instauración de pautas de comportamiento en las mujeres, a una edad
temprana, que se proyectan como acciones constantes en la edad adulta. Además,
esto podría estar asociado a elevados niveles de ansiedad y depresión por el
estrés que genera la búsqueda de una imagen socialmente aceptada (Claes, Müller y Luyckx, 2016; Mueller et al., 2011b).
Una de las limitaciones de este estudio es que no aborda la
relación o influencia de los medios publicitarios y tampoco hace referencia a
las campañas de marketing que establecen una
construcción mediática del yo ideal en población joven. Otra limitación es que
no se estudia una relación entre la compra compulsiva y la población joven
universitaria de carreras que no poseen dentro de sus procesos formativos
educación financiera, hecho que puede estar relacionado con el nivel de
actitudes hacia la compra.
Como conclusión, el presente estudio presenta evidencia de la
relación que se establece en la población universitaria chilena entre elementos
identitarios y la distancia entre los patrones socialmente establecidos, y cómo
eso puede estar mediado por una actitud hacia la compra compulsiva. De igual forma,
se evidencia que las mujeres son una población con una mayor tendencia a la
adquisición de una actitud favorable hacia el consumo que puede estar gatillada
por presiones sociales en cuanto al yo ideal de belleza y generar en ellas
mayores niveles de frustración, ansiedad y depresión por la búsqueda de
aceptación social, en una etapa del ciclo vital en la que se instalan pautas de
consumo duraderas.
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