Artículos
“Mi viaje”: Procesos
de revelación y aceptación de la orientación sexual en las familias
“My journey”:
Processes of disclosure and acceptance of the sexual orientation in families
Linda Teresa Orcasita ltorcasita@javerianacali.edu.co
Pontificia Universidad Javeriana Cali, Colombia
Laura Correa-Moriones lauracm@javerianacali.edu.co
Pontificia Universidad Javeriana,, Colombia
Natalia Murillo Tapasco nataliamurillo@javeriancali.edu.co
Pontificia Universidad Javeriana, Colombia
Stefanny Ortega Sánchez stefanny1001@javerianacali.edu.co
Pontificia Universidad Javeriana, Colombia
Juan Sebastián Rueda-Toro sebastianrueda@javerianacali.edu.co
Pontificia Universidad Javeriana, Colombia
“Mi viaje”: Procesos de revelación y aceptación de la
orientación sexual en las familias
Interdisciplinaria,
vol. 40, núm. 1, pp. 261-279,
2023
Centro Interamericano de Investigaciones Psicológicas y Ciencias
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Recepción:
17
Febrero 2021
Aprobación:
04
Diciembre 2022
Resumen:
Según el informe realizado por la
Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex
(ILGA) en el año 2017, menos del 25 % de los territorios del planeta reconocen
a la población Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales e Intersexuales
(LGBTI+) y, de igual forma, aún hay numerosos países, en su mayoría del
continente africano, que penalizan, discriminan y rechazan la homosexualidad.
Además, diferentes estudios han evidenciado que para muchas familias es difícil
separarse de la tradición heteronormativa y aceptar la orientación sexual de un
hijo gay o una hija lesbiana o bisexual. Esta investigación buscó comprender el
proceso de revelación y aceptación de la orientación sexual en 15 familias con
integrantes gays, lesbianas y bisexuales en Cali-Colombia, a través de una
entrevista semiestructurada y una línea de tiempo denominada Mi viaje en la que
los participantes plasmaban sus narrativas en dibujos. En el presente estudio
participaron 15 familias, las cuales estuvieron conformadas tanto por hijos/as
entre los 19 y 26 años como por padres/cuidadores entre 41 y 64 años. A partir
del análisis temático de las entrevistas realizadas de manera individual, se
evidencia que los procesos de revelación de la orientación sexual se generan
durante la adolescencia temprana, media y tardía, y la madre fue aquella
integrante de la familia a quien le revelaron en un primer momento. Además, se
presentan las formas a través de las cuales se dio la revelación, que fueron
directas o indirectas y en algunos casos derivaron en secretos familiares. Se
concluye que los procesos que atraviesan las familias frente a la revelación y
aceptación de la orientación sexual de un hijo gay o una hija lesbiana o
bisexual cuentan con fases dinámicas que pueden presentarse en distintos
momentos y de diferentes formas, según las características particulares de cada
familia y su contexto.
Palabras clave: hijos gay, hijas
lesbianas, hijas bisexuales, familias, orientación sexual.
Abstract: According to the report carried out by the International
Lesbian, Gay, Bisexual, Trans and Intersex Association (ILGA) in 2017, less
than 25 % of the territories of the planet recognize Lesbian, Gay, Bisexual,
Transgender and Intersex (the LGBTI + population) and, in the same way, there
are still numerous countries, mostly from the African continent, who penalize,
discriminate and reject homosexuality. In Colombia, between the years 2016,
2017 and until February 2018, 139 homicides of LGBTI+ people were reported.
Additionally, in several of its cities, among which are Barranquilla, Medellín,
Bogotá and Cali, there has been violence by the National Police against LGBTI+
people because of their sexual orientation and gender identity. In this regard,
21 cases have been reported between 2008 and 2017, of which two were against
gay men and three against lesbian women. In addition, in Valle del Cauca, 195
homicides were reported up to the year 2017 which were related to the sexual
orientation and gender identity of the victims, specifically located in the
city of Santiago de Cali, in which nine murders were reported, four of which
were gay men, two lesbian women and three trans women (Colombia Diversa, 2018).
Furthermore, different studies have shown that it is difficult for many
families to separate from the heteronormative tradition and accept the sexual
orientation of a gay son or a lesbian or bisexual daughter. This research
sought to characterize the process of disclosure and acceptance of sexual
orientation in 15 families with gay sons and lesbian and bisexual daughters in
Cali-Colombia, using a semi-structured interview and a timeline called My
Journey in which the participants reflected their narratives in drawings. The
research was qualitative, with a narrative design by topics (Hernández,
Fernández & Baptista, 2014). The results are articulated to the macro
project called “Family dynamics in the process of disclosure and acceptance of
the sexual orientation of gay sons and lesbian daughters in the city of
Cali-Colombia” In the present study, 15 families participated, which were made
up of both children and parents / caregivers. From the thematic analysis of the
interviews carried out individually, the descriptions made by the families of
the moment in which the sons and daughters revealed their sexual orientation
are mentioned. This moment corresponds to early, middle and late adolescence,
and the mother was the one to whom the sexual orientation was revealed at
first. In addition, the forms through which the revelation was given are
presented, which were direct or indirect and, in some cases, led to family
secrets. It is concluded that the processes that families go through in the
face of the disclosure and acceptance of the sexual orientation of a gay son or
a lesbian or bisexual daughter have dynamic phases that can occur at different
times and in different ways depending on the particular characteristics of each
family and its context. It is recommended to promote associations of families
and friends united in favor of gender diversity, in such a way that they are
configured as elements for decision-making in public policies and actions,
which generate care routes for other families that require guidance in any of
the stages they are going through and that can provide social support to gay
sons, lesbian daughters and their families. From the field of health
professionals who accompany families in affirmative processes, it is necessary
to strengthen training with a gender perspective and in future studies address
the experiences of families with transgender members, taking into account their
specific needs and from an intersectional perspective.
Keywords: gay sons, lesbian
daughters, bisexual daughters, family, sexual orientation.
Introducción
Cuando en algún grupo social, bien sea dentro de una familia,
grupo de amigos u otro entorno, se visibiliza una característica o situación
que rompe con aquello que se ha construido e impuesto social y culturalmente
para cada sexo (entendido como lo heteronormativo), se produce una situación
difícil de asimilar y aceptar. Ante esto, se ha evidenciado que la reacción
predominante suele ser negativa y da lugar a la estigmatización, la exclusión,
el rechazo y todo tipo de señalamientos hacia las personas que se identifican
como Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales, Intersexuales (en adelante
LGBTI+) y con orientaciones sexuales e identidades de género distintas a la heterosexual
y cisgénero (Henríquez y Tamarit, 2012; Solís, 2014). Sin embargo, es necesario
precisar que, en algunos casos, estas personas suelen encontrar apoyo en sus
redes más próximas y manifestaciones positivas ante esta situación (Luján y Tamarit, 2012; Vargas, Ripoll, Carrillo, Rueda y Castro,
2011).
El estudio realizado por Larrain,
Mollo-Torrico y Garaigordobil (2020) indica que la discriminación que
sufren día a día las personas LGBT, así como la dificultad de encontrar su
sitio en una sociedad heteronormativa, afectan negativamente variables tan
importantes como el bienestar psicológico, la felicidad, la satisfacción con
la vida y la autoestima, con el impacto que estas tienen en la adaptación
personal y social de las personas.
El estigma hacia estas personas puede darse en diversos
contextos, como el educativo, laboral, social y familiar y, en muchas
ocasiones, suele ir acompañado de violencia psicológica y agresión física.
Resultan preocupantes las altas tasas de exclusión y abuso que viven las
personas LGBTI+ a nivel mundial, lo que ha dado lugar a la realización de distintas
investigaciones que dan cuenta de la violencia que experimenta esta población
en medio de un mundo globalizado, con grandes avances sociales y en materia de
derechos, en especial, en relación con el reconocimiento de los derechos
humanos sexuales y reproductivos (Bregman,
Malik, Page, Makynen y Lindahl, 2013; Colombia
Diversa, 2018; Barrientos et al., 2012;
Mendoza, Hernández, Roman y Rojas, 2015;
The Statistics Portal, 2017).
Para muchas familias es difícil generar una ruptura de la
tradición que los cobija y aceptar alternativas de vida que algunos miembros
experimentan frente a su orientación sexual e identidad sexual y de género (Fernández y Vásquez, 2015; Jadwin et al., 2014; Solís, 2014). Esto, en función de lo
mencionado en diferentes estudios alrededor del tema en los que se afirma que
la percepción intrafamiliar y social de los padres y madres, respecto a la
homosexualidad de sus hijos, está influenciada por mitos, prejuicios,
estereotipos y exigencias socialmente estipuladas (Solís, 2014), así como también por
creencias y opiniones religiosas y sociopolíticas por parte de los padres (Jadwin, Pingel, Harper y Bauermeister, 2014).
Lo anterior ha dado lugar al estudio de las dinámicas familiares frente a la
revelación de la orientación sexual de personas homosexuales. Sin embargo, gran
cantidad de estudios se han enfocado únicamente en la experiencia de los hijos
e hijas que se definen como gays y lesbianas, y se dejó de lado la experiencia
de los padres y madres (Andersen y Blosnich,
2013; Fernández y Vásquez, 2015; Jadwin et al., 2014; Libson, 2012; Solís, 2014).
Según el informe realizado por la Asociación Internacional de
Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex (ILGA) en el año 2017, algunos países, en
su mayoría del continente africano, penalizan, discriminan y rechazan la
homosexualidad, a la que consideran como un problema que debe ser erradicado.
De igual forma, según dicho informe menos del 25 % de los territorios del
planeta reconocen a la población LGBTI+, que representa un índice muy bajo y,
por lo tanto, preocupante para las condiciones de vida de estas personas.
Asimismo, la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (2015) reportó que las personas LGBT son
más vulnerables a la falta de vivienda, que en los Estados Unidos un estimado
entre el 20 % y 40 % de la población joven que no tiene vivienda forma parte
del colectivo LGBT, y que la mayoría de estos jóvenes fueron expulsados de sus
hogares en razón de su orientación sexual o identidad de género. Esto concuerda
con lo reportado por el National Coalition for the Homeless (2009) respecto
de que el 20 % de los jóvenes sin hogar del mundo se reconocen como personas
LGBTI+ y que, a menudo, estos presentan grandes dificultades para encontrar
refugios debido a que no los aceptan ni respetan a causa de su orientación
sexual e identidad de género.
En Colombia, entre los años 2016, 2017 y hasta febrero de 2018,
se reportaron 139 homicidios de personas LGBTI+. Adicionalmente, en varias de
sus ciudades, entre las cuales se encuentran Barranquilla, Medellín, Bogotá y
Cali, se ha presentado violencia por parte de la Policía Nacional hacia las personas
LGBTI+ a causa de su orientación sexual e identidad de género. Al respecto, han
sido reportados 21 casos entre los años 2008 y 2017, de los cuales dos fueron
hacia hombres gays y tres hacia mujeres lesbianas. Además, en el Valle del
Cauca se reportaron 195 homicidios hasta el año 2017, los cuales estaban
relacionados a la orientación sexual e identidad de género de las víctimas,
específicamente ubicadas en la ciudad Santiago de Cali, en la que se reportaron
nueve asesinatos, de los cuales cuatro fueron hombres gays, dos mujeres
lesbianas y tres mujeres trans (Colombia
Diversa, 2018).
En la Encuesta Nacional de Demografía y Salud (ENDS) de 2015,
realizada por Ministerio de Salud y Protección Social y Profamilia, se consultó
a las familias sobre el apoyo hacia sus hijos homosexuales y el resultado fue
que el 16.7 % de las mujeres y el 23.1 % de los hombres expresaron orientar y
aconsejar a un/a hijo/a homosexual, mientras que dos de cada 11 hombres y dos de
cada 13 mujeres no sabrían qué hacer ante el proceso de revelación de hijos/as
gays o lesbianas, y que llevarían a su hijo/a al psicólogo (3.6 % de hombres y
3.4 % de mujeres). Del total de encuestados, el 42.3 % de los hombres afirmaban
que defenderían a una persona LGBTI+ de una agresión, mientras el 33.7 % de los
hombres y el doble de mujeres tendrían una actitud indiferente frente a esta
situación (Minsalud y Profamilia, 2015).
En el mismo estudio, se encontró que frente a la frase “prefiero
tener un(a) hija(o) delincuente que homosexual”, el promedio de aceptación
sobre la premisa obtenida a nivel nacional fue de 4 % de las mujeres y 11.1 %
de los hombres. Es importante mencionar que el 13.5 % de las mujeres
encuestadas no tenían un nivel educativo formal y entre los hombres fue el 18.9
% con 7.8 puntos porcentuales mayor que la media nacional. De manera adicional,
se evidenció que al 32.7 % de las mujeres y al 44 % de los hombres no les
gustaría ver a un hombre con actitudes asociadas a lo femenino y, de igual
manera, al 38.7 % de las mujeres y al 45.7 % de los hombres no les gusta ver a
las mujeres con actitudes asociadas a lo masculino (Minsalud y Profamilia, 2015).
Se observa así que, tanto en Colombia como en el resto del
mundo, las personas con una orientación sexual homosexual se encuentran en una
notoria situación de vulneración en sus diferentes entornos de socialización,
ya sea laboral, académico, familiar o social. Ahora, se presentan algunos
referentes conceptuales y teóricos que orientaron la investigación.
La familia es uno de los principales agentes de socialización y
educación de los individuos por lo que constituye el espacio en el que las
personas encuentran los primeros recursos para su desarrollo y, por ende, juega
un papel fundamental en la formación de la identidad de los individuos. En ese
sentido, este grupo adquiere gran relevancia frente al desarrollo de la
personalidad y de la identidad de sus integrantes, especialmente de
adolescentes y jóvenes (Luján y Tamarit,
2012). En relación con esto, en el proceso de desarrollo de su identidad,
la persona construye de manera reflexiva una narrativa personal que le permite
comprenderse a sí misma. Su identidad se verá influenciada y determinada por la
cultura y el lugar en el que se desenvuelva, debido a que es una construcción
de sentido que se desarrolla a partir del contexto (Giddens, 2002; Giménez, 2004). Es por ello que la
concepción que el sujeto, su familia y su entorno tengan acerca de la
orientación sexual homosexual tendrá gran influencia en los procesos que
atraviesa el individuo.
Es común observar cómo muchos jóvenes, a lo largo de su proceso
de formación de identidad, necesitan del apoyo de su red familiar, ya que los
progenitores suelen ser las personas más importantes para brindar herramientas,
ayuda y apoyo a la hora de afrontar situaciones difíciles (Solís, 2014). Entre esas situaciones se
pueden encontrar la aceptación y revelación de la orientación sexual
homosexual, a causa de las distintas representaciones sociales que conlleva el
ser gay o lesbiana en un contexto heteronormativo y patriarcal como el
colombiano.
Es necesario considerar que la revelación y aceptación de la
orientación sexual es un acto de autoafirmación de la propia identidad, el cual
implica atravesar un proceso tanto para el individuo como para su familia. Si
bien no todas las personas atraviesan estrictamente por las mismas fases en sus
procesos y presentan diversas reacciones, pensamientos y sentimientos, la
característica más destacada en el proceso de revelación de la orientación
sexual de personas gays y lesbianas es que al principio suelen existir
reacciones negativas y se manifiesta un rechazo abierto y un ocultamiento de
esta realidad. Conforme pasa el tiempo, se puede presentar la adecuación y el
mejoramiento de las relaciones familiares, aunque las familias pueden tener
dificultades para aceptar en diferentes momentos (Luján y Tamarit, 2012).
Así, la revelación es entendida como el proceso de salir del
espacio íntimo, privado o secreto que no se comparte con nadie o solo con
algunos de confianza (Vargas et al., 2011).
Este proceso de revelación puede ocasionar conflictos de la persona consigo
misma, así como también llevar al deterioro de elementos sociales o externos de
la persona que impliquen la aceptación o no aceptación por parte de la familia,
quienes viven una serie de etapas de acuerdo con sus características particulares
(Guardarrama y Alfonso, 2012).
De esta manera, esta investigación buscó caracterizar el proceso
de revelación y aceptación de la orientación sexual en 15 familias con hijos
gays e hijas lesbianas en Cali-Colombia, y tomó como objetivos específicos el
poder describir el proceso de revelación y aceptación de la orientación sexual,
e identificar las reacciones familiares frente al proceso.
Método
Tipo y diseño de investigación
La investigación fue cualitativa y se centró en un proceso
inductivo para acercarse a la realidad de las familias con hijos gays e hijas
lesbianas y bisexuales que proporcionó interpretaciones a partir de la
literatura científica en el tema (Hernández,
Fernández y Baptista, 2014;Bonilla y
Sehk, 1997). El diseño fue narrativo por tópicos, dado que se exploraron
las experiencias sobre la revelación y aceptación de la orientación sexual (Sorókina y Lutz, 2011). El artículo se
circunscribe en la línea investigativa de familias, género y sexualidad.
Participantes
El estudio se realizó con 15 familias (30 participantes en
total, es decir, 15 hijos/as y 15 padres/cuidadores) de la ciudad de
Cali-Colombia. Se realizó un muestreo intencional por bola de nieve que
permitió encontrar a los participantes, a partir de informantes clave que le
brindaban al equipo investigador el nombre de personas que cumplían con los
criterios de inclusión y, a su vez, cada participante proporcionaba el nombre
de otro posible candidato, y así, hasta completar la muestra (Atkinson y Flint, 2001). Los criterios
de inclusión fueron: a) familias con hijos gays o hijas lesbianas y bisexuales
mayores de 18 años; b) el hijo o hija que se reconocieron como homosexual o
bisexual, como mínimo tres años antes; c) el hijo o hija que reveló su
orientación sexual a su familia hace mínimo un año, y d) el familiar
seleccionado para participar debía haber convivido al menos cinco años con el
hijo o hija.
Instrumentos
Se empleó una entrevista semiestructurada que permitió
profundizar en las experiencias personales de cada participante de manera
flexible y adaptativa al relato (Vargas
Jiménez, 2012). Además, se utilizó una técnica interactiva conocida como
línea de tiempo que se denominó Mi viaje (ver figura 1), la
cual es una propuesta original del equipo investigador que permitió, tanto a
los hijos/as como a los padres/cuidadores de manera individual, plasmar una
narración visual a través de dibujos, colores y frases. Así se abordaron los
diferentes momentos por los que puede atravesar una familia durante el proceso
de revelación y aceptación de la orientación sexual de un hijo/a. En este
sentido, facilitaba explorar y profundizar los significados que emergían en sus
narrativas verbales (Ketelle, 2010).
Cabe resaltar que ambos instrumentos fueron validados por seis jueces expertos
y mediante dos pruebas piloto con familias que cumplían con los criterios de
inclusión.
Figura 1.
Línea de tiempo Mi viaje
elaboración
propia
Procedimiento
La investigación se llevó a cabo en cinco fases: (1) revisión de
la literatura: se revisaron bases de datos especializadas tales como Scopus,
Ebsco, APA PsycARTICLES, ProQuest, NCBI, SciELO, Redalyc, Dialnet, Taylor &
Francis y Google Académico. A partir de ellas se redactaron los antecedentes,
el planteamiento del problema y los objetivos; (2) búsqueda de participantes:
se contactó a los participantes por medio de informantes clave; (3) trabajo de
campo: se realizaron encuentros privados de dos horas con cada miembro de las
familias en los que, primero, se firmaba un consentimiento informado y se
acordaba un pseudónimo para proteger la identidad y, después, se realizaba la
entrevista que era audiograbada y se diligenciaba la línea de tiempo que era
fotografiada, mientras que el participante se quedaba con el original; (4)
organización y análisis de la información: las entrevistas fueron transcriptas
y la información analizada y reorganizada en temas que se distribuyeron en las
categorías teóricas sobre el proceso de revelación y aceptación y las
consecuentes reacciones familiares, de acuerdo con lo planteado por Mieles, Tonon y Alvarado (2012) y, así,
revisar la emergencia de posibles nuevas categorías para la que se utilizó el
software Atlas Ti Versión 8.0. y se realizó un proceso de triangulación de
técnicas (entrevistas-línea de tiempo realizadas a hijos/as y padres/cuidadores
de manera individual), fuentes de información (padres y madres y
madres-hijos/as) y consenso por investigadores (interdisciplinariedad
psicología-sociología); y (5) resultados y discusión: se redactaron los
resultados, discusión y conclusiones.
Consideraciones éticas
La investigación se enmarcó en la ley 1 090 de 2006 del Congreso de la República, por
medio de la cual se establecen las normas frente a aspectos científicos,
técnicos y administrativos de la investigación en Psicología en Colombia, que
protege los datos personales de los evaluados y cumple con los artículos 9 y 36
sobre el ejercicio de la profesión de Psicología. Adicionalmente, se basó en la
resolución N.° 008430 de 1993 del
Ministerio de Salud que establece los aspectos éticos de la investigación
con seres humanos y en el proyecto que fue avalado por el comité de ética de la
Pontificia Universidad Javeriana Cali.
Resultados
Las familias participantes
Las 15 familias, con un total de 30 participantes, estuvieron
conformadas por diadas de padres-madres o cuidadores con sus hijos gays e hijas
lesbianas y bisexuales. Las edades de hijos e hijas oscilaban entre los 19 y 26
años y la de padres-madres y cuidadores entre los 41 y 64 años. En cuanto al
estrato socioeconómico de las familias, una pertenecía al 2 –bajo–; siete al 3
–medio bajo–; cinco al 4 –medio– una al 5 –medio alto–, y una al 6 –alto. La
mayoría de los padres y madres dijeron ser católicos, cristianos o evangélicos
(ver tabla 1).
Tabla 1
Caracterización
familias participantes
Familia participante |
Rango de edad |
Estrato
socioeconómico |
Creencias |
|
Hijos |
9 hijos gays |
19 – 26 años |
2 (1 familia) |
Católica, cristiana
y evangélica |
4 hijas bisexuales |
3 (7 familias) |
|||
2 hijas lesbianas |
4 (4 familias) |
|||
Padres/cuidadores |
13 madres |
41 – 64 años |
5 (1 familia) |
|
1 abuela |
6 (1 familia) |
|||
1 padre |
Elaboración propia
Fuente: Elaboración propia
Proceso de revelación y aceptación de la orientación
sexual
Lugar de revelación
Se encontró que dos de las hijas y seis de los hijos revelaron
su orientación sexual en sus hogares, mientras la familia estaba almorzando o
conversando. Como lo mencionó Isabel (40 años, madre de Erika): “Una tarde me
sentó en la mesa y me dijo “necesito contarte algo” y yo “¿Qué pasó?”, me dijo
“Mami lo que pasa es que a mí me gustan las niñas, no los niños”.
Para cuatro de los hijos, Facebook fue un medio a través del
cual sus familias descubrieron su orientación sexual, bien sea porque la
familia pudo observar alguna publicación o conversación que les dio indicios o
porque leyeron algo en el perfil de sus hijos que les indicó su orientación
sexual. En palabras de Andrew (19 años, hijo de Carlos): “Yo subí una foto con
un vestido de mi mamá y unos tacones y mi papá vio eso por el Facebook, ese día
me llamó y me dijo cuanta cosa se le ocurriera, me trató super feo y me dijo
que cómo me hacía eso”.
Para tres hijas, la revelación se dio cuando iban con sus padres
en el carro. En palabras de Graciela (23 años, hija de Catalina): “Yo me
acuerdo íbamos como por aquí, íbamos como a echar gasolina o no, o íbamos
camino a la universidad, no me acuerdo y le dije así re casual como ve má mira
que me está gustando una niña”.
En el caso de un hijo homosexual la revelación se dio en el
colegio, un día en el que un profesor contactó a las familias. En palabras de
Teresa (57 años, madre de Esteban): “Un profesor cogió un papel que él escribió
(…) lo leyó, bueno me dijeron en el colegio que lo había pasado a las
directivas y que ellos lo habían leído, en el que mostraba como interés en un
niño”.
Edad de revelación
Respecto de la edad que tenían los hijos e hijas cuando se dio
la revelación, se encontraron tres momentos: la adolescencia temprana, media y
tardía. Se evidenciaron rangos de edades variables para los hijos e hijas; sin
embargo, se contempló que para la mayoría de las hijas la revelación se dio en
la adolescencia temprana, mientras que para los hijos se dio en la adolescencia
media o tardía.
En tres de las familias la revelación se dio en una etapa
temprana de la adolescencia y por su propia iniciativa, como lo narró Isabel
(40 años, madre de Erika): “[Ella] tenía 14 años”. Por otra parte, dos familias
expresaron que la revelación tuvo lugar cuando sus hijas se encontraban en la
adolescencia media, como lo relató Daniela (20 años, hija de Ariagna): “Estaba
a punto de cumplir los 16”. Finalmente, cuatro hijos revelaron su orientación
cuando atravesaban la adolescencia tardía, por ejemplo, Martina (50 años, madre
de Jacobo) señaló: “Ya había empezado la universidad, tenía como 17-18, eso
hace como 6 años”.
Primera persona a quien se revela
Un elemento importante fue la elección del familiar al que se
hizo la revelación por primera vez, frente a lo que tanto los hijos como las
hijas dijeron que fue a la madre, como lo expresó Santiago (20 años, hijo de
Lucía): “Yo no sabía cómo decírselo realmente, a mi mamá (…) hasta que llegó el
momento en el que ella me dijo a mí ¿Usted tiene algo que decirme a mí? Yo
simplemente no le expliqué mucho, solo le dije, el que viste es mi novio”.
Tres hijos revelaron primero a un familiar distinto de la madre,
como una prima, un hermano menor y al padre. Se destaca que esta situación se
dio solo en el caso de los hijos y no para las hijas. Como lo manifestó Diego
(20 años, hijo de Yanina): “De las personas de la familia que yo les conté fue
primero a mi hermano menor, porque habíamos salido a pasear un día y yo ya
llevaba tiempo, y yo no le había dicho a nadie, ni a mi mamá, entonces mi
hermano ya estaba creciendo y nuestra relación era muy distinta, (…) yo decidí
contarle, él se quedó impactado en el momento, pero fue como no, yo lo entiendo
y yo lo apoyo”.
Formas de revelación
Las formas de revelación se refieren a los medios, formas,
emociones y actitudes que adoptaron los hijos e hijas al momento de revelar su
orientación sexual ante sus familias. La sensación de temor estuvo presente en
dos hijas y cuatro hijos, tal como lo refiere Andrew (19 años, hijo de Carlos)
que expresó: “Fue de una ruptura, una ruptura de un temor terrible”.
La sensación de temor condujo, en el caso de dos hijos, a la
omisión de información, pues evitaron mencionar situaciones, manifestaciones o
expresiones que pudieran levantar sospechas de sus familiares acerca de su
orientación sexual y, posteriormente, se dieron secretos familiares cuando las
madres descubrieron su orientación sexual y se la escondieron a los padres.
Adicionalmente, para dos hijos y una hija, el temor fue acompañado por
evitación de hablar y aceptar verbalmente su orientación sexual, como lo señaló
Sara (24 años, hija de Olga): “Yo tomé así una actitud como a salirme de la
tangente” (…) me dijo ¿Y cuándo le vas a decir a tu papá? y me puse a llorar
horrible, (…) yo no le quiero decir a mi papá”.
Mientras hablaban sobre las formas de revelación, los hijos e
hijas interactuaron con la línea de tiempo y resaltaron imágenes que
representaban a un joven al interior de una botella o con signos de
interrogación alrededor de su cabeza (figura 2), lo que
relacionaron con los temores, inseguridades, miedos y emociones negativas que
la revelación había traído para ellos. Así, algunos manifestaron optar por una
actitud de encerramiento y frustración, sentir que habían decepcionado a sus
padres y cohibirse anticipándose a las posibles reacciones que ellos tendrían,
tal y como lo represento Esteban (22 años, hijo de Teresa) en su línea de
tiempo:
Figura 2
Línea de tiempo de Esteban, sección formas de revelación
Por otro lado, se observó que dos hijos prefirieron revelar que
eran bisexuales en lugar de homosexuales para asegurarse de que el entorno
recibiría bien su orientación sexual, como lo expresó Miguel (24 años, hijo de
Nana): “A la primera persona que le conté, yo creo que fue a mi mejor amiga,
uno empieza tanteando el terreno ‘como ve soy bisexual’”.
En la mayoría de las familias, la revelación se dio de forma
directa, es decir, que las madres y padres o los hijos o hijas tuvieron la
iniciativa de preguntar o de revelar. Desde lo narrado por Olga (53 años, madre
de Sara): “Fue difícil esa etapa hasta que yo tomé la decisión de hablar con
ella y preguntarle, de decirle que si no me iba a contar de una niña y entonces
ella se quedó como, sí”.
En cinco familias la revelación se dio de forma indirecta, es
decir, a causa de una fuente externa o a través de una carta. En palabras de
Laura (42 años, madre de Monti): “Ella estaba en el colegio y una familiar, una
niña (…) le comentó a la mamá sobre algo que pasaba con Monti sobre una novia,
o algo así, entonces yo cogí a Monti, ella me contó y la senté en el comedor y
pues le dije como que mira es que Camila dijo esto entonces qué es cierto de
esto, entonces ella me dijo que estaba confundida, ella no sabía (hizo
referencia al comentario de la familiar)”.
Reacciones familiares frente a la revelación
Entre las reacciones de las familias frente a la revelación de
la orientación sexual de los hijos e hijas se encontraron el choque inicial, el
engaño, la decepción, el rechazo, la culpa y los temores, la rabia, la búsqueda
de apoyo, el alivio y la aceptación, y algunos elementos asociados al estigma y
la discriminación. Vale la pena mencionar que no todos los familiares
expresaron vivir estas sensaciones en el mismo orden, pues algunos no
atravesaron todas y otros se sintieron estancados en alguna.
Respecto del choque inicial, el estigma y la discriminación,
siete familiares expresaron sentir un profundo dolor y tristeza debido a sus
creencias heteronormativas, prejuicios y valores y concepciones sobre la
familia, como lo reconoció Carlos (42 años, padre de Andrew). La entrevistadora
preguntó: ¿Usted recuerda ese día? Ante la pregunta, Carlos contestó: “La
verdad no lo recuerdo porque me dolió muchísimo”.
Dos madres mencionaron la sensación de engaño al momento de la
revelación de la orientación sexual de sus hijos e hijas, debido a que
consideraban que les habían estado mintiendo, Ariagna (41 años, madre de
Daniela), por ejemplo, le dijo a su hija: “Ah y nos has estado engañando
durante tanto tiempo (…) te vas a quedar sin celular por un mes porque mentiste
durante mucho tiempo”.
La decepción apareció en la experiencia de una familia, en la
que la madre manifestó su rechazo ante la orientación sexual de su hija, por la
que ignoró la situación y mantuvo una postura de ocultamiento. De la mano con
esta reacción, dos padres se cuestionaron qué habían hecho mal o en qué habían
fallado para llegar a esa situación, por lo que experimentaron sentimientos de
culpa y vergüenza. En palabras de Carlos (42 años, padre de Andrew):
“Simplemente me hacía las preguntas ¿Por qué yo? ¿Yo qué he hecho? Yo lo único
que he hecho es trabajar, tratar de darle las mejores cosas, de darle lo que yo
no tuve, porque carajos, o sea, yo decía ¿Por qué carajos me toca esto a mí?
(…) Sentía como un poco de vergüenza”.
Catalina (57 años, madre de Graciela) manifestó haber vivido un
sentimiento de decepción tan intenso que quiso terminar con su vida. Sostuvo
que, inicialmente, negaba la orientación sexual de su hija, sentía culpa y cayó
en una crisis de depresión, en la que su creencia en Dios y recurrir a
medicación psiquiátrica, psicoterapia, libros y tiempo para ella fueron
fundamentales para aceptar la orientación sexual de su hija. En sus palabras:
“Entonces los procesos de negación, los procesos de culpa, todos, yo creo que
yo viví todos los benditos procesos, tengo un libro que me regaló una amiga, en
mis momentos de crisis, porque de verdad que fue muy duro, mi única hija(…) yo
decía Dios en qué fallé, qué hice mal (…) me dio tanta depresión y tanto dolor
que entonces yo prefería morirme, no atento contra mi vida, ni atenté en ese
momento contra mi vida, porque soy creyente, entonces lo que yo le pedía a Dios
es no, sácame, sácame ya, déjame, no quiero vivirlo, porque para mí fue muy
duro”.
Otra reacción fue el sentimiento de rabia que se produjo en dos
familiares. Ante ellos, Ariagna (41 años, madre de Daniela) optó por imponer
medidas restrictivas con el fin de controlar la orientación sexual de su hija:
“Claro, cuando yo me di cuenta de que Dani era gay, que Dani me dice, hice
muchas cosas, primero me fui a hablar con los papás de la otra niña (…) entonces
cogimos entre nosotros y les prohibimos a ellas, las separamos de grado”. Ante
esto, Daniela (20 años) plasmó la situación, a la que se refiere su madre y que
para ella fue muy angustiante, en su línea de tiempo con palabras como
prohibición y castigo (Figura 3).
A causa de las reacciones negativas por parte de sus padres,
Daniela fue la única de los hijos e hijas que manifestó arrepentimiento de
haber revelado su orientación sexual: “En ese momento dije “Ah, para que mi
mamá entienda qué es lo que está pasando y por qué me estoy encerrando, le voy
a contar! Ahí tuve un pensamiento optimista y dije “Yo sé que esto va a salir
bien” y pum conté y me arrepentí de haber contado. A los tres años me arrepentí
esta vida y la otra de haberle dicho (…) Juepucha, la cagué, me arrepentí de
haber contado y del frasco, me jodí, ya todo se fue para donde no quería”.
Figura 3.
Línea de tiempo de Daniela, sección reacciones frente a
la revelación
Otra reacción de las madres y padres fue la de buscar apoyo y
valerse de recursos, debido a que no sabían cómo proceder. Esta reacción fue
encontrada en tres madres, quienes decidieron asesorarse con libros, películas,
tratar el tema con amigos que hubieran atravesado la misma situación y buscar
ayuda psicológica tanto para ellos como para sus hijos e hijas. Como lo
mencionó Teresa (57 años, madre de Esteban): .Yo ahí empecé también a pedir
ayuda, yo lo llevé donde un psicólogo, amigo pues yo le dije a él, que viera a
ver si él estaba confundido o que si en realidad eso era algo definitivo porque
pues él tan joven”.
La sensación de alivio fue una reacción encontrada en dos
familias, pues la revelación significó la confirmación de las sospechas que
tenían acerca de la orientación sexual de sus hijos. En palabras de Sonia (50
años, madre de Felipe): “No lloré, no me dio angustia y que me voy a cortar las
venas (…) pero si, o sea, sentí un alivio”.
Seis familias aseguraron haber reaccionado con expresiones de
apoyo incondicional hacia sus hijos e hijas, y entendieron la revelación de la
orientación sexual como un proceso normal que no debía ser objeto de
discriminación ni rechazo. Desde el discurso de Miguel (24 años, hijo de Nana):
“Mi mamá apenas se dio cuenta también fue como, como me apoyó mucho y que
igual, ella me apoyaba, como que me amaba, me decía que me amaba, me abrazaba”.
Adicionalmente, Alicia-Cuidadora (63 años, madre de Mateo) representó en su
línea de tiempo el apoyo que brindó a su hijo por medio de palabras como
familiaridad, abrazar y armonía y con colores como el rosado, rojo, azul y
amarillo (Figura 4 y Figura 4 cont.).
Figura 4.
Línea de tiempo de Alicia, sección reacciones frente a la
revelación
Figura 4. (Cont.)
Línea de tiempo de Alicia, sección reacciones frente a la
revelación
Así, el apoyo y las reacciones positivas permitieron que en tres
familias se estrecharan los lazos familiares y la confianza después de la
revelación de la orientación sexual. Como lo expresó Consuelo (58 años, madre
de Adrián): “La relación pues a mejorarse muchísimo, en la casa, todo más
abierto, más unidos, por lo que digo, como que ya no existía en la cabeza de
nosotros que ocultábamos algo entre nosotros, sino que ya éramos un libro
abierto entre todos, entonces la transparencia, la confianza, todo eso se
afianzo muchísimo”.
Microrrevelaciones
Finalmente, como categoría emergente surgieron las
microrevelaciones, es decir, indicios que llevaron a la familia a sospechar
acerca de la orientación sexual de sus hijos e hijas desde la infancia
temprana. Cuatro hijas e hijos manifestaron que atravesaron por un proceso de
descubrimiento y exploración de su sexualidad desde su niñez, relacionado con
señales, actitudes, comentarios e interpretaciones de familiares y agentes
externos que llevaron a que la familia infiriera la orientación sexual desde
una temprana edad. En palabras de Erika (21 años, hija de Isabel): “Y como
¿Mamá y por qué sabías? y me dijo ah, se acuerda cuando, me contaba pues que yo
no sé lloraba por una mejor amiga y cosas así” (Erika, 21 años, hija de
Isabel).
Discusión y
conclusiones
Las familias entrevistadas se encontraban inmersas en un
contexto sociocultural con valores religiosos relacionados con la
heteronormatividad que influían en el proceso de aceptación de la orientación
sexual, especialmente, la forma en que las familias concebían la diversidad
sexogenérica, que era un limitante para algunas y, para otras, una herramienta
de resiliencia para atravesar las distintas etapas de los procesos (Kwon, 2013).
Se corroboró que los procesos atravesados por los participantes
se vivieron de manera diferenciada entre hijos gays, hijas lesbianas y
bisexuales, lo que mostró distintos modos de decidir revelar la orientación
sexual, actitudes y reacciones frente a estos procesos y, en general, formas no
homogéneas de afrontar el desarrollo de su identidad sexual, de revelarla y de
aceptarla.
La mayoría de los familiares entrevistados mostraron dificultad
a lo largo de los procesos de revelación y aceptación de la orientación sexual
de sus hijos e hijas, situación similar a lo ocurrido con otros parientes
cercanos que vivieron los procesos de revelación, lo que va de la mano con lo
hallado en las investigaciones de Galvis,
Gómez, Orcasita y Rueda-Toro (2020); Giddens
(2002) y Giménez (2004). Esto se
relaciona con las vivencias de discriminación, rechazo y estigmatización que
atravesaron la mayoría de las familias y con su dificultad para generar
rupturas con sus creencias y tradiciones.
En algunos hijos e hijas entrevistados se vio reflejado el temor
de enfrentar la situación y las consecuencias que podrían desencadenarse frente
a sus padres y familiares, lo que es acorde con lo expuesto por estudios como
los de Barrientos et al. (2012), Pérez (2014), Solís (2014) y Vargas et al. (2011). De conformidad con
ello, Luján y Tamarit (2012) hacen
referencia a que no siempre es satisfactorio y positivo para los hijos e hijas
decidir revelar su orientación sexual, debido al miedo ante las reacciones
negativas y el rechazo. En diversos casos familiares las experiencias de temor
a la revelación se encuentran asociadas a situaciones de estigma y
discriminación en diversos escenarios de socialización.
Por otro lado, la categoría emergente microrrevelaciones se
deriva de las entrevistas de los hijos e hijas que desde una edad temprana
empezaron a explorar y descubrir su orientación sexual y a relacionarse con
personas de su mismo sexo en el ámbito íntimo, que generaron indicios desde la
perspectiva familiar acerca de su orientación sexual. Esto constituye un
hallazgo importante, pues se pudo observar un periodo de experimentación y
exploración clave para el desarrollo de la identidad sexual, como lo exponen Becerra y Melo (2006) que lo señalan como
un proceso dinámico y cambiante que inicia desde etapas tempranas en la vida.
Se observó que hay quienes desde una edad temprana inician la
fase de exploración y manifestación de su identidad sexual, que permitieron
adquitir elementos configuradores de las nociones que tienen sobre sí mismos
dentro del campo de lo sexual y exteriorizar indicios acerca de sus
preferencias, mientras que otros lo hacen en una etapa más avanzada de su
adolescencia, sin que se pueda definir una edad ideal o generalizada en la que
se dé lugar al reconocimiento y revelación de la orientación sexual, como lo
plantean Guittar y Rayburn (2016),
sobre el proceso de desarrollo de la identidad con la orientación sexual como
una trayectoria compleja.
En relación con los momentos de revelación, en la minoría de las
familias, fue iniciativa de los hijos e hijas revelar su orientación sexual.
Para la mayoría, por el contrario, la revelación fue producto de la
confrontación directa por parte de los familiares para reafirmar la idea que
tenían acerca de su orientación sexual y, en estos casos, los hijos e hijas no
tenían definida totalmente su identidad sexual. Para otras familias, la
revelación ocurrió debido a un hecho externo o a causa de un tercero, sin
sentirse preparados para comunicárselo a los miembros de su entorno cercano.
Algunas familias presentaron una reacción positiva traducida en
apoyo incondicional y otras una reacción neutra de alivio, la cual en algunos
casos era producto de concepciones o construcciones previas que tenían las
familias, o provenían de las sospechas que ya mantenían acerca de la
orientación sexual de sus hijos e hijas, lo que hizo que la revelación no fuera
algo negativo (Henríquez y Tamarit, 2012;Pérez, 2014; Solís, 2014; Vargas et al., 2011).
Autores como y Henríquez y
Tamarit (2012) se refieren a la culpa, fracaso, frustración, duda, miedo,
dolor y vergüenza como los sentimientos más comunes en la etapa del choque
inicial y que estos se presentaron en varios de los familiares entrevistados a
causa de sus creencias, la influencia de la religión y sus concepciones previas
alrededor de la homosexualidad. Lo anterior se encuentra estrechamente ligado
con lo afirmado por Vargas et al. (2011)
acerca de que factores como las creencias, los valores, las normas, los
factores sociales, culturales y contextuales, la estigmatización social y los
estereotipos influyen en los modos y actitudes que la familia adopta ante la
revelación de la orientación sexual homosexual de sus hijos e hijas.
Los hallazgos de este estudio indican que no hay un orden
estricto o secuencial a la hora de vivir la revelación, es decir, se pueden
atravesar distintas etapas sin que sean las mismas para todas las personas. Por
ejemplo, solo cuatro de los quince familiares entrevistados manifestaron haber
vivido el choque inicial como primera fase de tal proceso, mientras las demás
familias presentaron emociones como alivio, apoyo, dolor, ira, engaño y culpa.
Así, no todas las familias atravesaron los mismos momentos, puesto que
manifestaron no haber pasado por algunas de ellas, lo que pone en evidencia una
diferenciación de las etapas señaladas por la literatura (Generelo, 2004;Solís 2014; Vargas et al., 2011).
Por otro lado, se pudo evidenciar que cuando los hijos e hijas
recibieron reacciones positivas y espacios de comunicación y apoyo, esto
permitió su libertad de expresión y despojarse de emociones como culpa,
vergüenza o miedo, y tuvieron un impacto positivo en su bienestar. Esto va de
la mano con lo propuesto por Orcasita et
al. (2020), quienes mencionan que el apoyo social incide positivamente en
el hijo o hija, quien refleja un alto autoconcepto, mayor autoestima,
autoconfianza, control personal y bienestar biopsicosocial. De manera general,
los hijos e hijas homosexuales que obtuvieron una respuesta positiva por parte
de sus familias reforzaron sus relaciones y procesos comunicativos, en
comparación con aquellos que recibieron una respuesta negativa por parte de sus
familiares (Henríquez y Tamarit, 2012;
Pérez, 2014; Vargas et al., 2011).
En relación con la línea de tiempo Mi viaje,
esta permitió que los participantes tuvieran la oportunidad de representar
gráficamente sus temores, inseguridades, miedos y emociones que surgieron a
partir de la revelación de la orientación sexual del hijo o hija. Otras
representaciones consistieron en pintar, subrayar, señalar o escribir
ilustrando sus pensamientos, sentimientos y emociones durante el proceso. Por
ejemplo, algunos utilizaban colores oscuros para representar momentos difíciles
o negativos y otros colores claros para momentos alegres o relacionados con el
amor y el apoyo.
Así se concluye que, resultó pertinente el abordaje de las
dinámicas familiares desde la perspectiva de los padres, madres, hijos e hijas,
pues estos permitieron orientar el análisis desde un criterio distinto al usado
de manera mayoritaria por las investigaciones que se han centrado en las
vivencias de los hijos e hijas.
En la descripción de los procesos de revelación y aceptación de
los hijos e hijas en sus familias, se pudieron encontrar diferencias en las
etapas o momentos que planteaban las investigaciones previas, lo que permite
concluir que no es posible fijar edades, tiempos, situaciones, modos, ni
actitudes determinados, ya que estos son procesos dinámicos, variables y
distintos para cada individuo.
Respecto de las personas a las que se reveló, la madre fue la
primera en enterarse de la orientación sexual en la mayoría de los casos, lo
que abre la posibilidad a estudiar, en clave de masculinidades, aquello que
ocurre con los padres, para quienes el proceso parece dificultarse más.
Si bien la mayoría de los hijos e hijas adoptaron una actitud de
temor y miedo, previa y posterior a la revelación, a medio y largo plazo
permitió que reafirmaran su identidad y fortalecieran su autoconcepto, lo cual
tiene un efecto positivo en su bienestar, por lo que se recomienda hacer
énfasis en este aspecto en otras investigaciones, en aras de fomentar prácticas
que incentiven reacciones positivas en familias con hijos gays e hijas
lesbianas, con el fin de superar los temores y miedos que predominan en los
procesos de revelación.
En cuanto a los alcances del método, se resalta el análisis de
diadas (padre/madre – hijo/hija) y la línea de tiempo Mi
viaje como estrategia que favorece la construcción de historias
alternativas y complementarias frente a los procesos de revelación y aceptación
de la orientación sexual, valiéndose del dibujo y la escritura para el
reconocimiento y reelaboración de las palabras con las que las familias narran
sus experiencias, por lo que se recomienda generar investigaciones sobre la
utilización de técnicas interactivas con esta población.
De acuerdo con las limitaciones del estudio, se recomienda, en
un futuro, incluir participantes con distintas orientaciones sexuales (gays,
lesbianas, bisexuales, pansexuales, asexuales, entre otras) y extender la
exploración a todos los familiares con los que conviven los participantes, es
decir, ambos padres y sus hermanos, hermanas y otros familiares como abuelos,
tías, primos, entre otros, con el fin de tener distintas perspectivas de cómo
se viven las dinámicas familiares ante la revelación de la orientación sexual.
Además, se recomienda explorar la posibilidad de realizar grupos
de discusión entre los diferentes participantes, lo que podría favorecer que
emerja información nueva y procesos de reelaboración de las narrativas
familiares. También se considera pertinente la realización y construcción
conjunta de una línea del tiempo familiar para explorar la experiencia que se
vivió de manera grupal. Adicionalmente, se resalta la importancia de que antes
de la realización de una investigación similar, se incluyan redes de apoyo que
permitan orientar y abordar la diversidad sexogenérica en las familias durante
y después de la investigación.
Los padres entrevistados en esta investigación recomendaron que
las instituciones educativas hagan un acompañamiento durante el proceso de
revelación y aceptación de hijos e hijas con una orientación sexual distinta a
la heterosexual. De igual manera, propusieron que sean profesionales de la salud
quienes acompañen a las familias, para propiciar dinámicas de mayor tolerancia
durante el proceso, además de ayudar en la resignificación de creencias, roles
de género y otros factores que obstaculizan la aceptación.
Tradicionalmente, la evidencia científica se ha centrado en la
presentación de estadísticas de homicidios, discriminación y tasas de
violencias relacionados con personas gays y lesbianas. No obstante, de frente a
las narrativas de los participantes de este estudio, se reconoce la necesidad
de construir una visión en positivo de las dinámicas de familias con hijos e
hijas con orientaciones sexuales diversas, por lo que se sugiere generar
investigaciones e intervenciones a partir del análisis de los recursos y
características que favorecen la tolerancia, el respeto, el apoyo, la
comunicación asertiva, resiliencia, el amor y la comprensión en familias con
hijos e hijas homosexuales de diversas poblaciones, lugares y contextos.
El abordaje de la aceptación en las familias de acuerdo a los
aportes de Paez y Rovella (2019)
implica compromiso y afecto. Los adolescentes que perciben a sus progenitores
como una base de apego segura, disponible emocionalmente y confiable cuando se
la necesita o demanda, experimentan una relación con ellos centrada en la
aceptación, caracterizada por mantener una actitud cálida y sensible a las
necesidades de sus hijos.
Finalmente, se sugiere potenciar las asociaciones de familias y
amigos unidos a favor de la diversidad sexogenérica, de tal manera que se
configuren como elementos para la toma de decisiones en políticas y acciones
públicas, que generen rutas de atención para otras familias que requieren
orientación en cualquiera de las etapas por las cuales estén transitando y que
puedan brindar apoyo social a hijos gays, hijas lesbianas y sus familias.
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