Artículos
Desarrollo del
discurso narrativo en niños ecuatorianos de 6 años
The development of
narrative discourse in Ecuadorian 6-year-old children
Katrushka Burbano maluigabkab71@hotmail.com
Universidad Internacional del Ecuador, Ecuador
Victoria Clara Curia victoriaccuria@gmail.com
Universidad de Buenos Aires,
Argentina
Ana María Borzone anaborzone44@gmail.com
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas
(CONICET), Argentina
Sergio Torres-Rentería tobe1694@gmail.com
Universidad Internacional del Ecuador, Ecuador
Desarrollo del discurso narrativo en niños ecuatorianos de 6
años
Interdisciplinaria,
vol. 39, núm. 3, pp. 57-74,
2022
Centro Interamericano de Investigaciones Psicológicas y Ciencias
Afines
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Recepción:
29
Junio 2021
Aprobación:
22
Agosto 2022
Resumen:
Existe consenso en la literatura acerca
de la importancia del andamiaje del adulto en el desarrollo de la cognición y,
particularmente, de las habilidades lingüísticas de los niños (Bruner, 1986;
Nelson, 1996; Vygotsky, 1978). En este sentido, el presente trabajo tuvo por
objetivo examinar la incidencia de la intervención del adulto, según su
metodología de enseñanza, en el desempeño narrativo de niños de primer grado.
Para ello, se evaluó el rendimiento en una tarea de recuento de relatos de dos
grupos de niños que concurrían a primer grado en escuelas del distrito de Quito
que sostenían una metodología diferente: mientras que una de ellas se atenía
exclusivamente a los lineamientos del diseño curricular planteado por el
Ministerio de Educación, en la otra se incorporaban, además, estrategias de los
libros Letras y sonidos I (Jara de Torres, 2001) y Aprendo
y escribo (Jara de Torres, 2003)
–adaptados de la propuesta integral de la editorial Abeka– y principalmente se
recurría a la lectura dialógica y a la enseñanza explícita de habilidades de
producción de relatos. Se analizaron las narrativas producidas por los niños a
principio y a fin de año y se comparó el desempeño de ambos grupos atendiendo
tanto a la cantidad de información recuperada como al tipo de información y los
recursos lingüísticos puestos en juego. Se observaron diferencias
significativas en las variables mencionadas, lo cual brinda evidencia acerca de
la incidencia positiva de la lectura dialógica y la enseñanza de habilidades de
producción de relatos en el desarrollo narrativo.
Palabras clave: alfabetización,
desarrollo narrativo, lectura dialógica, enseñanza explícita, discurso
infantil.
Abstract: There is a consensus in the literature about the importance of
adult scaffolding in the development of children's cognition and language
skills (Bruner, 1986; Nelson, 1996; Vygotsky, 1978). This document analyzes
first grade children's narrative development in order to verify the incidence
of adult intervention and teaching methodology. For this purpose, the
performance of two groups of children enrolled in first grade of school in the
district of Quito was analyzed. Two different teaching methodologies were
observed: while one of them exclusively adheres to the guidelines of the
curriculum design proposed by the Ministry of Education, the other one
incorporates strategies from the books Letters
and Sounds I (Jara de Torres, 2001) and Learn and Write I
(Jara de Torres, 2003) –adapted from the proposal by editorial Abeka. The
narratives performed by the children at the beginning and at the end of the
school year were analyzed and each performance of both groups was compared
based on the amount of information retrieved and the type of information and
linguistic resources used.
The stories were presented to the children in audiovisual format (steady images and recorded voice). For task administration, the children were instructed to listen and look at the story very carefully because they had to recount it to a friend or family member. The children's remarks were recorded on audio for later analysis. Descriptive and inferential statistical methods were used in order to analyze and compare the linguistic and cognitive performance in the production of stories of the two groups of children in the different evaluation. Significant differences were observed in the variables analyzed, which provides evidence about the positive incidence of dialogic reading and the teaching of story production skills in narrative development.
Differences in the performance of schools, especially in first
graders, cannot be attributed to maturational factors since both groups are
conformed by children of the same chronological age. Neither by the
socioeconomic factors, since, in fact, group A was composed of children who
attend a rural school and most of them happened to have low resources.
Therefore, the significant improvement in the performance of the children of
group A at the end of the school year could be attributed to the intervention
of their teacher's work. It is thought that this advance in retell story skills
is due to an improvement in the understanding of the basic story, however there
are studies that observe that the level reached in this process does not
directly affect the quality of children's narrative performance (Bustos Ibarra
et al., 2014). In consequence, the improvement in the children's narrative
performance of group A can be linked not only to the work carried out by the
teachers with texts but also to the situations of story production involved.
Many investigations have observed that adult scaffolding during
story reading has a positive effect on children's linguistic and discursive
development (Sénechal, Le Fevre, Hudson & Lawson, 1996; Trabasso &
Nickels, 1992; Wasik & Bond, 2001; West et al., 2021). In fact, as Wells
(1988) points out in a pioneering study, while reading stories contributes to
children's linguistic development, the parallel text generated by teachers
through their interventions to explain vocabulary, make inferences explicit,
relate events and post-reading reconstruction has shown a greater effect than
just reading any kind of story aloud.
Thereupon, the results obtained in this work show the relevance
not only of the teacher's texts daily reading but, mainly, of the intervention
strategies and methodologies that they use to promote comprehension and textual
production in the classroom.
Keywords: literacy, narrative
development, dialogic reading, explicit instruction, infant discourse.
Introducción
El presente trabajo tiene por objetivo identificar y describir
diferencias y similitudes, si las hubiera, en el desempeño discursivo de niños
de 6-7 años que concurrían a dos instituciones escolares ecuatorianas que
utilizaban estrategias metodológicas distintas. Se trata de proporcionar
evidencia empírica sobre la incidencia que podría tener una u otra metodología,
en tanto estrategias diferentes de intervención e interacción con los textos,
en la producción de relatos de ficción por parte de los niños.
El estudio se fundamenta en una perspectiva que asume la
interrelación entre la cognición, el lenguaje y el contexto social (Bruner, 1986; Nelson, 1996; Vygotsky, 1978). Desde esta perspectiva,
algunas investigaciones han resaltado el impacto de la interacción con los
adultos en las narrativas producidas por los niños (Fivush y Haden, 2005; Hudson, 1990; Rosemberg y Manrique, 2007, entre otros).
En este sentido, la relevancia de analizar la producción de narrativas se pone
de manifiesto cuando se atiende a los resultados de investigaciones previas
sobre la producción de cuentos en las que se observó la incidencia de las
habilidades discursivas orales en la comprensión y producción de textos
escritos.
Se ha observado que las oportunidades que el adulto le
proporciona al niño para usar el lenguaje y las formas en que andamia su
desempeño incidirán en el grado de avance de su producción discursiva (Rosemberg y Manrique, 2007). Nelson (1996) atribuye al lenguaje, en
tanto mecanismo discursivo, una gran potencialidad para representar el
conocimiento en formatos lingüísticos, para compartir representaciones a través
del diálogo y para construir conocimientos no evidentes en el mundo real, pero
modelados y representados por el lenguaje en el mundo social. El planteo
teórico de Nelson, al centrarse en el carácter representacional del lenguaje,
revela una nueva perspectiva para el análisis y la interpretación de la
interacción verbal en los procesos de enseñanza y aprendizaje, basada en las
consecuencias cognitivas de la interacción. De ahí la importancia de la
interacción entre docente y niños en situaciones de relatos de experiencias
personales (Rosemberg y Manrique, 2007),
de lectura de cuentos cuyo impacto se puede inferir a través del análisis del
desempeño discursivo de los niños.
El propósito de este trabajo fue comparar el desempeño
discursivo, al comenzar y finalizar el año, de dos grupos de niños cuyas
maestras fundamentaban sus prácticas en diferentes propuestas pedagógicas. Se
intenta dilucidar si alguna de estas propuestas pedagógicas favorece el
desarrollo lingüístico de los niños, en la medida en que se observe un avance
significativo en el uso de recursos para recontar un texto de ficción.
Revisión de literatura
Los primeros años de la educación formal abarcan un período
crítico en el desarrollo lingüístico y cognitivo de los niños. El apoyo del
adulto es indispensable para estos procesos tempranos, que son el fundamento de
aprendizajes posteriores, como la lectura y la escritura. El lenguaje oral
tiene una incidencia muy importante en el desarrollo de otros procesos
cognitivos como la formación de conceptos, la memoria y las habilidades
socioemocionales. En este sentido, las formulaciones teóricas de Bruner (1986), Rogoff (2003) y Nelson (1996) postulan una relación
bidireccional entre el lenguaje y la cognición. Asimismo, estos autores,
basados en la teoría sociocultural de Vygotsky
(1978), sostienen que ambos desarrollos se producen en la interacción
social, donde la díada niño-adulto configura un espacio fundamental, y a través
de los instrumentos propios de cada cultura. Bruner
(1986) enfatiza el rol del adulto en la interacción y utiliza el concepto
de andamiaje para explicar las características del proceso de enseñanza y transmisión
de representaciones sociales en lo que Vygotsky
(1978) denominó la zona de desarrollo próximo. Por su parte, Nelson (1996) afirma que las primeras representaciones
mentales que forman los niños son los guiones, eventos rutinarios que
experimentan con otros miembros de su comunidad. Es a partir de estas
representaciones, y con la mediación del lenguaje oral, que se conforma un
contexto cognitivo a partir del cual el niño interpreta toda experiencia
posterior. Los conceptos se desarrollan a partir de los guiones, primero sobre
las características perceptivas y funcionales de los objetos, personas y
acciones, y más adelante, en la edad escolar, se desarrolla progresivamente una
estructura conceptual jerárquica con mayor grado de abstracción. Estas
representaciones son almacenadas en la memoria de largo plazo y manipuladas a
través de diversas operaciones mentales. En este sentido, para Nelson (1996), el sistema cognitivo es
resultado de las prácticas comunicativas que se dan en sociedad.
Parte del conocimiento de la cultura que un niño aprende en
estos procesos es el dominio de su lengua y la capacidad para usarla en
distintas situaciones de comunicación. Puede considerarse que el desarrollo
lingüístico cuenta con dos dimensiones interdependientes: la competencia
lingüística y la competencia comunicativa. La primera consiste en la
adquisición de la gramática oracional, es decir, de los sistemas fonológico,
morfológico, sintáctico y semántico de la lengua materna. Este proceso ocurre
de forma progresiva, desde las primeras etapas de balbuceo y, sobre todo, a
partir de la explosión léxica, caracterizada por una rápida adquisición de una
gran cantidad de vocabulario, alrededor de los 18 meses. La adquisición de la
sintaxis tiene lugar desde el período holofrásico, en el que los niños producen
emisiones de una sola palabra hacia una progresiva complejización de las frases:
entre los 2 y los 3 años aparecen las cláusulas subordinadas en funciones
adjetivas y sustantivas y cerca de los 4 años se observan las primeras
proposiciones adverbiales. De esta manera, a los 5 años todos los niños cuentan
con una gramática oracional constituida. Sin embargo, es importante señalar que
no todos han logrado el dominio de una gramática discursiva (Nelson, 1996). A esta edad todos los
niños que han tenido un desarrollo típico pueden mantener una conversación,
pero persisten las dificultades para producir un texto cohesivo.
En este sentido, la competencia comunicativa depende altamente
del conocimiento de las convenciones lingüísticas y comunicativas propias de la
comunidad, por lo que el rol del adulto en la interacción resulta fundamental
para su aprendizaje. La habilidad para producir textos cohesivos constituye una
parte fundamental de esta competencia. El desarrollo narrativo se caracteriza
por la incorporación de distintos recursos lingüísticos de cohesión y
coherencia como el uso de marcadores temporales, pronombres anafóricos y el
interjuego de planos verbales. Asimismo, implica el conocimiento y manejo de la
superestructura, es decir, el dominio de la organización de este género
discursivo. En este sentido, el rol del adulto en la lectura frecuente de
textos resulta fundamental para presentar al niño las convenciones de cada
género.
Existe evidencia relevante sobre el hecho de que variaciones en
las habilidades en lenguaje oral, medidas a edad temprana, predicen las
diferencias en los logros educativos alcanzados varios años después (Duff et al., 2015; Winstanley et al., 2018). Asimismo,
predicen las habilidades de lectura (Hoff,
2013).
La lectura y la escritura no se desarrollan espontáneamente,
sino que requieren instrucción y se apoyan en las habilidades de lenguaje oral.
De hecho, los estudios de Vellutino et al.
(2007) muestran que las capacidades de comprensión oral tempranas predicen
el desempeño en comprensión escrita de los niños en segundo y tercer grado. En
lo que respecta a la producción, se han abordado extensamente las distinciones
entre lenguaje oral y lenguaje escrito. Existe consenso en la noción del estilo
de lenguaje oral como contextualizado en la situación –en la medida en que
brinda la posibilidad de hacer referencia a elementos del contexto–, mientras
que el estilo de lenguaje escrito se caracteriza por un distanciamiento de la
situación (Chafe y Tannen, 1987). No se
trata de un planteo dicotómico que opone oralidad y escritura, sino de
diferentes tipos de discurso que pueden darse tanto al hablar como al escribir
(Tannen, 1985).
Como señalan Shapiro y
Hudson (1997), producir textos implica adquirir y coordinar varios tipos de
conocimientos: conocimientos sobre los eventos y sobre la estructura del género
para que el relato tenga coherencia y sobre los recursos lingüísticos para
producir un relato cohesivo. Con respecto a la estructura de los relatos de
ficción, estos se organizan según el modelo de Stein y Glenn (1979) en cinco
categorías: escena, evento inicial, intento, consecuencia y reacción. La
información contenida en la respuesta interna y la reacción corresponden, en
términos de Bruner y Lucariello (1989),
al plano psicológico del relato, mientras que el resto constituye el plano
fáctico. El plano psicológico remite a la expresión de sentimientos, emociones
y pensamientos que constituyen la motivación de los personajes. Por su parte,
el plano fáctico incluye los eventos y acciones. Se ha observado que los niños,
según su grado de desarrollo de habilidades relacionadas con la teoría de la
mente, recuperan mayor cantidad de información del plano fáctico que del
psicológico (Díaz Barriga, 2014).
Múltiples investigaciones dan cuenta de la incidencia de la
intervención del adulto, especialmente a través de la lectura de cuentos, en el
desarrollo de estrategias de comprensión de textos escritos y de producción de
textos del género ficcional (Dickinson y De
Temple, 1992; Haden et al., 1996),
como la incorporación de la fórmula de inicio, la presentación de personajes
como información nueva (Kail et al., 1992)
y la atención a la estructura episódica canónica (Stein y Glenn, 1979).
Distintos autores coinciden en plantear que esta actividad
promueve la adquisición de vocabulario y habilidades discursivas, ya que le
permite al niño tener un mayor dominio del estilo de lenguaje escrito. No
obstante, no alcanza con la mera lectura de cuentos. En efecto, los estudios
sobre la incidencia de la intervención temprana sugieren que existen dos
condiciones importantes para promover la comprensión y la producción de cuentos
o relatos de ficción: la exposición frecuente a este género discursivo y la
reconstrucción activa del cuento luego de la lectura (Dickinson y Smith, 1994). En este
sentido, Whitehurst et al. (1994)
muestran cómo un programa de lectura compartida, llamado “lectura dialógica”,
incide en las habilidades lingüísticas de niños preescolares de distintos
niveles socioeconómicos.
Asimismo, es importante señalar que no es suficiente acompañar
los procesos de comprensión en los niños para que luego puedan reconstruir los
relatos mediante textos coherentes. Bustos
Ibarra y Crespo Allende (2014) se propusieron analizar la incidencia de la
comprensión de un relato en su posterior elicitación. Observaron que la
capacidad de comprensión de un cuento, si bien es necesaria para el recontado,
no se correlaciona con la riqueza narrativa del relato.
En este sentido, es fundamental que las intervenciones también
se dirijan a acompañar los procesos de producción de textos. Borzone (2005) evaluó las habilidades
narrativas de tres grupos de niños de distinto nivel socioeconómico (NSE) –bajo
urbano marginado, rural bajo y alto– antes de comenzar la sala de 5 años y al
finalizar el año. La maestra del grupo urbano marginado, NSE bajo, incorporó
estrategias específicas para la enseñanza de la comprensión y producción de
textos. Utilizó la lectura dialógica (Whitehurst
et al., 1994) para andamiar el proceso de comprensión, y realizó
interrupciones para explicar el vocabulario nuevo y explicitar inferencias.
Asimismo, acompañó y guio el proceso de reconstrucción oral de los relatos a
través de estrategias de repetición, reestructuración, continuación y expansión
de las producciones de los niños. Aplicó el programa de alfabetización temprana
Ecos (Borzone y Marro, 1990). Las
docentes de los otros cursos continuaron con sus prácticas habituales basadas
en las sugerencias curriculares.
Los resultados de la investigación muestran que, mientras a
principio de año los niños producían relatos que reflejan el predominio de un
estilo de lenguaje oral (uso de deícticos, dificultad para la incorporación de
recursos de cohesión, inclusión de secuencias descriptivas y narrativas sin
ordenamiento jerárquico), luego de la intervención logran construir relatos con
una organización jerárquica, respetar la estructura canónica, incorporar la
fórmula de ficción, presentar personajes como información nueva, incluir
cláusulas subordinadas y mayor complejidad sintáctica, dominar los planos
verbales e incluir marcadores temporales.
El desempeño narrativo de los niños de NSE bajo fue superior al
de los niños de NSE alto en todos los aspectos mencionados. Este estudio aporta
evidencia empírica sobre la importancia de una intervención sistemática para la
enseñanza de la producción de textos. Asimismo, muestra que las diferencias
iniciales entre los grupos de niños, resultado de entornos diferentes con
respecto al nivel de alfabetización de los padres, pueden comenzar a revertirse
con una intervención adecuada.
La necesidad de cerrar la brecha entre niños provenientes de
sectores empobrecidos y de sectores medios ha dado lugar al desarrollo de
programas de intervención lingüística (Lerväg
et al., 2019). La evaluación de impacto de programas como NELI (Nuffield
Early Language Intervention) de intervención intensiva para la enseñanza de
vocabulario, de recursos lingüísticos narrativos y el uso y práctica de estos
recursos en diferentes situaciones, mostró importantes avances en la producción
discursiva de los niños (West et al., 2021).
Si se toman como referencia los estudios mentados, se puede
pensar que se encontrará una diferencia entre los dos grupos de niños que
participaron de esta investigación en función de la intervención pedagógica.
Resulta también relevante conocer las habilidades lingüísticas de los niños
para producir discursos narrativos a su ingreso a primer grado (en Ecuador, se
corresponde con segundo año de Educación Básica). En la presente investigación
se busca contribuir al conocimiento de estos aspectos a través del análisis
lingüístico del recuento producido por dos grupos de niños de primer grado
(segundo de Básica) antes de comenzar y al finalizar el año escolar.
Dada la incidencia que el dominio de los recursos lingüísticos
para la producción oral de distintos géneros discursivos tiene en la
composición y comprensión de textos escritos, resulta sumamente relevante
conocer el nivel de desempeño discursivo de los niños cuando ingresan a primer
grado y comienza la enseñanza sistemática de la lectura y de la escritura.
Este conocimiento permitiría orientar la adopción, por parte de
los responsables de las propuestas pedagógicas curriculares, de las
metodologías más adecuadas para lograr avances en el desarrollo discursivo de
los niños.
Metodología
Se trata de un estudio de carácter exploratorio (Hernández Sampieri et al., 2010) que
evalúa, a través de un diseño comparativo cuasiexperimental, las diferencias en
los puntajes de una tarea de recuento de relatos, para dos grupos de niños que
concurren a primer grado en escuelas del distrito de Quito, cuya metodología de
enseñanza es diferente. La intención detrás del alcance del presente estudio se
desarrolla y subyace en la necesidad de establecer un preludio del efecto de
las distintas metodologías de enseñanza, con la finalidad de promover el
desarrollo de estudios posteriores con una muestra representativa.
Participantes
Participaron 50 niños de segundo de básica, de 6 años, de dos
escuelas públicas de la ciudad de Quito (Ecuador). La distribución por tipo de
institución (urbana/rural) y sexo (masculino/femenino) fue simétrica, es decir,
25 niños por cada categoría. Todos los niños contaron con el consentimiento y
autorización de sus padres. Para distinguir los dos tipos de instituciones
educativas, se emplearon las etiquetas grupo A y grupo B. El primer grupo
correspondió a una escuela rural de nivel socioeconómico bajo, mientras que el
grupo B, a una escuela urbana de nivel socioeconómico medio. Esta dicotomía al
momento de escoger las instituciones se realizó con la intención de considerar
la dimensión socioeconómica familiar al momento de estudiar las diferencias en
el rendimiento de los estudiantes. Los niños de ambos grupos mostraron
características similares en cuanto a edad y género.
Asimismo, participaron dos maestras a cargo de los grupos
investigados. Se analizaron observaciones áulicas de audio y video del desempeño
de los niños y de los docentes en distintas situaciones de enseñanza. Se
observó que la docente del grupo B (urbana) se guio por el lineamiento del
diseño curricular del Ministerio de Educación. Sus intervenciones a la hora de
trabajar la comprensión y producción de textos consistieron en la lectura de un
cuento de corrido, es decir, sin hacer una introducción al tema ni
interrupciones para aclarar fragmentos, y al finalizar realizó preguntas al
grupo en forma oral acerca de lo leído. Por su parte, la docente del grupo A
(rural), además de seguir los lineamientos del diseño curricular del Ministerio
de Educación, incorporó actividades y estrategias metodológicas de la propuesta
de la editorial Abeka, adaptada por publicaciones Águila (Jara de Torres, 2001, 2003). Este material aporta indicaciones
acerca de cómo trabajar la comprensión y producción de relatos, y también
actividades lúdicas con los textos. De esta manera, se observó que la docente
recurrió a la lectura dialógica (Whitehurst
et al., 1994) para trabajar los cuentos: antes de leer, activó los
conocimientos previos de los niños acerca del tema del cuento, los personajes y
los escenarios, recurriendo a material que sirvió como apoyo concreto y visual.
Durante la lectura, realizó interrupciones para aclarar el vocabulario y
explicitar inferencias; después de leer, realizó una reconstrucción guiada del
cuento en la que participaron todos los niños con el apoyo del adulto, que
incluyó la enseñanza del uso de distintos recursos lingüísticos necesarios para
la narración de un texto de ficción.
Instrumentos
Para evaluar la producción oral de textos, se aplicó una tarea
de renarración oral diseñada ad hoc para este tipo
de estudio (Marder y De Mier, 2018).
Para la evaluación pretest, se adaptó una fábula (El león
y el ratón, La Fontaine) y para la prueba postest, se creó un cuento (El gigante y el enano). Ambos relatos tuvieron una
estructura de dos episodios (Stein y
Glenn, 1979) y estuvieron emparejados en cantidad de unidades de
información y complejidad (ver Anexo 1).
Procedimiento
Los cuentos fueron presentados a los niños en formato
audiovisual (imágenes estáticas y voz grabada). Para la administración de la
tarea, se indicó a los niños que escucharan y miraran muy atentamente el cuento
porque luego iban a contarlo a un amigo o familiar. Las renarraciones de los
niños fueron registradas en audio para su posterior análisis. La recolección de
información se suscitó en dos tomas diferentes para cada grupo. Para el grupo
A, se realizaron el 15 de febrero y el 2 de noviembre de 2019 y para el grupo
B, el 7 de febrero de 2019 y 11 de febrero de 2020.
Tipos de variables y análisis de datos
Se analizó el desempeño lingüístico y cognitivo en la producción
de relatos de ambos grupos de niños a partir de dos tipos de variables: unidades
de recuperación y uso de recursos lingüísticos. Con respecto al primer tipo, se
segmentaron los cuentos en 22 unidades de información y se contabilizó la
cantidad recuperada por cada niño de ambos grupos, en las dos tomas. A partir
de las series obtenidas, se aplicó la prueba de hipótesis . de Student para
comparar el desempeño de las escuelas A y B a principio y a fin de año, así
como para analizar el rendimiento intergrupal. Además, se determinaron los
porcentajes de recuperación de cada una de las 22 unidades de información en
cada instancia de evaluación, lo cual permitió analizar de forma desagregada el
rendimiento de ambas escuelas en las dos tomas. La variable Uso de recursos
lingüísticos se subdividió en dos categorías: continuas y dicotómicas[1].
El primer grupo incluyó las categorías de número de subordinadas, marcadores
temporales, personajes introducidos como información nueva, estrategias de
discurso directo e indirecto, presencia de ambigüedades y el número de palabras
incorporadas, en el análisis de los relatos de niños de ambos grupos tanto al
comenzar como al finalizar el año. Se limitó la aplicación de la prueba . de
Student para diferencia de medias de grupos independientes únicamente a estas
categorías. Con relación a las categorías dicotómicas, se analizó el uso de la
fórmula de ficción, manejo de planos verbales y desarrollo completo de
episodios, estimando el porcentaje de niños que hicieron uso de estos recursos
con el fin de comparar cuantitativamente el desempeño de ambos grupos en las
dos tomas.
Resultados
El análisis cuantitativo de las unidades de información
recuperadas tanto por el grupo de niños de la escuela A como el de la escuela
B, en la primera instancia de evaluación, muestra que ambas instituciones
presentaban, al comienzo del año, un desempeño similar, con una leve ventaja de
la escuela A que no resulta estadísticamente significativa, tal como se expone
en la Tabla 1.
Tabla 1
Porcentaje de unidades
de información recuperadas por grupo en la toma 1
Escuela A |
Escuela B |
León y ratón |
León y ratón |
32 % |
29 % |
.18 |
.15 |
No son
estadísticamente diferentes (t = -.61, p > .2) |
Con respecto a la comparación del desempeño intergrupal en ambas
tomas, en las Tablas 2 y 3 se presentan
los resultados obtenidos. Se observan diferencias significativas a favor de la
segunda instancia de evaluación tanto en el grupo de niños de la escuela A (t =
4.5174, p = .0000) como en el de la escuela B (t = -3.9237, p = .0002).
Tabla 2.
Porcentaje de unidades
de información recuperadas por la escuela A en ambas tomas
Escuela A |
Escuela A |
León y ratón |
Gigante y enano |
32 % |
64 % |
.18 |
.25 |
Diferencias a favor
de la segunda toma (t = 4.5174, p = .0000) |
Tabla 3.
Porcentaje de unidades
de información recuperadas por la escuela B en ambas tomas
Escuela B |
Escuela B |
León y ratón |
Gigante y enano |
2 9% |
53 % |
.15 |
.23 |
Diferencia a favor
de la segunda toma (t = -3.9237, p = .0002) |
No obstante, al finalizar el año, como se observa en la Tabla 4, los resultados del análisis muestran que el desempeño
de la escuela A resulta significativamente superior al de la escuela B (t =
1.5237, p = .00679). Asimismo, se observa que, en esta última instancia de
evaluación, en la escuela A existe una mayor cantidad de niños cuyo desempeño
se encuentra por encima de la media, tal como se evidencia.
Tabla 4.
Porcentaje de unidades
de información recuperadas por las escuelas A y B en la toma 2
Escuela A |
Escuela B |
Gigante y enano |
Gigante y enano |
64 % |
53 % |
.25 |
.23 |
Diferencia a favor
de la Escuela A (t = 1.5237, p = .00679) |
Al analizar el porcentaje de niños que rindieron por encima de
la media en ambas tomas, en el grupo B disminuye en la segunda toma (50 %) con
respecto a la primera (52 %). Por el contrario, en el grupo A este porcentaje
aumenta, ya que en la primera toma menos de la mitad de los niños mostraron un
desempeño superior a la media (41.6 %) y en la segunda instancia de evaluación
este porcentaje aumentó considerablemente (55 %).
Se analizó el desempeño de ambos grupos no solo en relación con
la cantidad de información recuperada sino también con el tipo de información.
Para eso, como se menciona en la sección Metodología, se observó el porcentaje
de recuperación de cada una de las unidades y, para su análisis, se tuvieron en
cuenta las categorías planteadas por la gramática narrativa de Stein y Glenn (1979). En ese sentido, tal
como muestran las Figuras 1 y 2, en la
primera instancia de evaluación el porcentaje de recuperación de la escena
muestra valores inferiores al 50 % en ambos grupos. Las unidades de información
1 y 2 del cuento El león y el ratón, que conforman
la escena, se recuperan en un 33 % y 17 % respectivamente en la escuela A, y en
un 41 % y 32 % respectivamente en la escuela B. Asimismo, las unidades de
información que forman parte de la respuesta interna (unidades 5, 6 y 18) y la
reacción (12, 13, 14 y 22) cuentan con los valores más bajos de recuperación,
en general menores al 25 %. Por el contrario, se observan valores por encima
del 30 % de recuperación en las unidades de información que conforman el evento
inicial (unidades 3, 4, 15 y 16), el intento (unidades 8, 9 y 19) y la
consecuencia (unidades 10, 20 y 21).
Figura 1
Recuperación de unidades de información de la escuela A
en la toma 1
Figura 2
Recuperación de unidades de información de la escuela B
en la toma 1
En la segunda instancia de evaluación, se observa que los
porcentajes de recuperación de la escena aumentan en ambos grupos, tal como se
presenta en las Figuras 3 y 4. Las
unidades de información 1 y 2, que conforman la escena del cuento El león y el ratón, eran recuperadas en un 33 % y 17 %,
respectivamente, por los niños de la escuela A y en un 41 % y 32 %,
respectivamente, por los niños de la escuela B. En el caso del cuento
presentado en la segunda instancia de evaluación, se observa que los niños de
la escuela A recuperan la unidad de información 1, correspondiente a la escena,
en un 90 %, mientras que los niños de la escuela B lo hacen en un 64 %.
Asimismo, se observa que el porcentaje de recuperación de las unidades
correspondientes al evento inicial (unidades 2, 3, 4, 15, 16 y 17), intento
(unidades 7, 9, 10, 19, 20 y 21) y consecuencia (unidades 11 y 22), se mantiene
por sobre el 30 % en ambos grupos. Por su parte, se registra un aumento en los
porcentajes de recuperación de la respuesta interna (unidades 5, 6, 8 y 18) y
la reacción (unidades 12, 13, 14 y 23) en ambos grupos. Mientras en la primera
toma los porcentajes de recuperación de estas categorías en general no
superaban el 25 %, en la segunda instancia de evaluación estos valores se
ubican por encima del 35 % en ambos grupos. Cabe destacar que en todas las
unidades de información correspondientes a la respuesta interna y a la reacción
del cuento El gigante y el enano los porcentajes de
recuperación fueron mayores en la escuela A.
Figura 3
Recuperación de unidades de información de la escuela A
en la toma 2
Figura 4
Recuperación de unidades de información de la escuela B
en la toma 2
Con respecto a las categorías de análisis lingüístico, como se
mencionó anteriormente, se limitó la aplicación de la prueba . de Student para
diferencia de medias de grupos independientes únicamente a aquellas categorías
con información continua, es decir la presencia de subordinadas, el discurso
directo e indirecto, la presencia de ambigüedades, el número de marcadores
temporales, el número de palabras y la presentación de personajes.
Este análisis muestra que, al comenzar el año, el desempeño
resulta similar en ambos grupos. En efecto, como se observa en la Tabla
5, solo se registran diferencias significativas (al 99 % del nivel de
confianza) en la presencia de discurso indirecto a favor de la escuela A (t =
3.4763, p = .000) y de discurso directo a favor de la escuela B (t = -3.8148, p
= .000).
Tabla 5
Uso de recursos
lingüísticos en las escuelas A y B en la toma 1
El león y el ratón |
||
Categoría |
Escuela A |
Escuela B |
Presencia promedio
de discurso indirecto*** |
1.25 |
0.28 |
Presencia promedio
de discurso directo*** |
0.63 |
1.84 |
Número de
estudiantes con más de dos subordinadas |
4.00 |
1.00 |
Proporción de
estudiantes con marcadores temporales por encima de la media |
46 % |
57 % |
Número promedio de
marcadores temporales |
3.17 |
2.68 |
Número promedio de
palabras |
92.04 |
80.20 |
Proporción de estudiantes
con más de dos subordinadas |
.17 |
.05 |
Nota: Diferencia estadísticamente significativa al 99 %***, 95 %** y
90 %* del nivel de confianza.
El análisis del desempeño intergrupal muestra particularidades.
Tal como se observa en la Tabla 6, el grupo de niños de la
escuela B muestra un incremento significativo al 99 % del nivel de confianza
(salvo discurso directo al 90 % y proporción de estudiantes con marcadores
temporales encima de la media al 95 %) en el uso de todos los recursos
lingüísticos analizados. Número de estudiantes que utilizan más de dos
subordinadas es el único que no muestra diferencias significativas (t = -1.1222
y p = .13).
Tabla 6
Uso de recursos
lingüísticos en la escuela B en las tomas 1 y 2
Escuela B |
||
Categoría |
León y ratón |
Gigante y enano |
Presencia promedio
de discurso indirecto*** |
0.28 |
0.68 |
Presencia promedio
de discurso directo* |
1.84 |
1.27 |
Número de
estudiantes con más de dos subordinadas |
1.00 |
4.00 |
Proporción de
estudiantes con marcadores temporales por encima de la media** |
57 % |
36 % |
Número promedio de
marcadores temporales*** |
2.68 |
4.18 |
Número promedio de
palabras*** |
80.20 |
116.73 |
Proporción de
estudiantes con más de dos subordinadas*** |
.05 |
.18 |
Nota: Diferencia estadísticamente significativa al 99 %***, 95 %** y
90 %* del nivel de confianza
Por su parte, como se expone en la Tabla 7,
la escuela A muestra diferencias significativas en el desempeño de los niños a
favor de la segunda toma en todas las variables analizadas al 99 % del nivel de
confianza, excepto en la presencia de discurso indirecto (t = 1.0847 y p =
.14), en el que se observa una disminución.
Tabla 7
Uso de recursos
lingüísticos en la escuela A en las tomas 1 y 2
Escuela A |
||
Categoría |
León y ratón |
Gigante y enano |
Presencia promedio
de discurso indirecto |
1.25 |
0.85 |
Presencia promedio
de discurso directo*** |
0.63 |
1.50 |
Número de
estudiantes con más de dos subordinadas*** |
4.00 |
11.00 |
Proporción de
estudiantes con marcadores temporales por encima de la media*** |
46 % |
50 % |
Número promedio de
marcadores temporales*** |
3.17 |
5.35 |
Número promedio de
palabras*** |
92.04 |
122.95 |
Proporción de
estudiantes con más de dos subordinadas*** |
.17 |
.55 |
Nota: Diferencia estadísticamente significativa al 99 %***, 95 %** y
90 %* del nivel de confianza
Por último, a pesar de las similitudes en el desempeño de ambos
grupos de niños en la primera toma, al finalizar el año, en la escuela A se
observó un mayor uso de todos los recursos lingüísticos analizados. En efecto,
tal como muestra la Tabla 8, el desempeño de la escuela A
fue superior en todas las categorías de análisis y, en particular, en el uso de
subordinadas, en el cual la diferencia es significativa al 99 % de nivel de
confianza, tanto en el caso del número de estudiantes que utilizaron más de dos
subordinadas (t = 2.7688 y p = .000) como en la proporción de estudiantes que
lo hacen.
Tabla 8.
Uso de recursos
lingüísticos en las escuelas A y B en la toma 2
El gigante y el
enano |
||
Categoría |
Escuela A |
Escuela B |
Presencia promedio
de discurso indirecto |
0.85 |
0,68 |
Presencia promedio
de discurso directo |
1.50 |
1,27 |
Número de
estudiantes con más de dos subordinadas*** |
11.00 |
4.00 |
Proporción de
estudiantes con marcadores temporales por encima de la media |
50 % |
36 % |
Número promedio de
marcadores temporales |
5.35 |
4.18 |
Número promedio de
palabras |
122.95 |
116.73 |
Proporción de
estudiantes con más de dos subordinadas*** |
.55 |
.18 |
Nota: Diferencia estadísticamente significativa al 99 %***, 95 %** y
90 %* del nivel de confianza
Con relación a las categorías de análisis lingüístico
dicotómicas, como se mencionó en la sección Metodología, se determinó el
porcentaje de niños que hicieron uso de estos recursos con el fin de comparar
cuantitativamente el desempeño de ambos grupos en las dos tomas. En primer
lugar, en el caso de la incorporación de la fórmula de ficción, la escuela A
mantuvo estable su rendimiento mientras que los niños de la escuela B usaron en
mayor porcentaje este recurso en la segunda instancia de evaluación que en la
primera. En segundo lugar, los niños de la escuela A aumentaron en un 33 % la
habilidad de marcar contraste entre planos verbales entre la primera y la
segunda instancia de evaluación mientras que los niños de la escuela B lo
hicieron en un 4 %. Por último, con respecto a la recuperación completa de los
episodios, se observó que los niños de la escuela A mejoraron en un 42 % su
desempeño mientras que los niños de la escuela B lo hicieron en un 36 %.
Discusión
El discurso narrativo infantil proporciona indicios acerca de
las habilidades ligadas al conocimiento de las convenciones del género del
cuento de ficción, el manejo de recursos lingüísticos, como así también el
reconocimiento de las emociones y el mundo interno de los personajes. En este
sentido, el análisis de los recuentos de narrativas de ficción producidos por
dos grupos de niños de primer grado permitió cuantificar el nivel de desarrollo
de estas capacidades.
Los resultados muestran que, al ingresar a segundo de básica,
ambos grupos de niños pueden recontar un relato de ficción de dos episodios,
aunque solo un porcentaje bajo lo hace de manera completa, como se observa en
los resultados de recuperación de las unidades de información en la primera toma.
Sin embargo, si se tienen en cuenta las categorías de la gramática narrativa
desarrolladas por Stein y Glenn (1979),
es evidente que el grado de recuperación resulta disímil entre los diferentes
tipos de unidades de información del cuento. Particularmente, se observa que
los porcentajes de recuperación de la escena y de la respuesta interna son
ambos muy bajos, hecho que tiene implicancias en la reconstrucción del relato
en su totalidad a la hora de producir oralmente una narración. Por un lado, la
dificultad para recuperar la escena debilita la coherencia causal de los
relatos en tanto en esa categoría se introduce al protagonista y las
condiciones que habilitan la sucesión de eventos (Trabasso y van den Broek, 1985). Por otro
lado, el bajo porcentaje de recuperación de la respuesta interna indica, en
coincidencia con investigaciones anteriores (Shiro, 2003), que los niños a esta edad
tienen mayor facilidad para procesar el plano fáctico de la narrativa que el
psicológico, ya que no es frecuente el recuerdo de las emociones, los
pensamientos y los sentimientos de los protagonistas, sino que se recuperan
principalmente los eventos concretos de la historia.
Al finalizar el año, se observa que ambos grupos avanzan en la
cantidad y el tipo de información que recuperan, y producen relatos más
completos. No obstante, el desempeño del grupo A es superior al del grupo B en
todas las medidas consideradas. En primer lugar, se registra una cantidad
significativamente mayor de unidades de información recuperadas. Los niños del
grupo A logran producir relatos más completos y muestran un avance mayor al del
grupo B en la segunda instancia de evaluación. En segundo lugar, si bien ambos
grupos muestran un incremento en la recuperación de las unidades
correspondientes a la respuesta interna y a la reacción, los porcentajes fueron
mayores en la escuela A. Este aumento puede relacionarse con una mejora en el
procesamiento de información proveniente del plano psicológico del relato, es
decir, la posibilidad de reconocer las motivaciones internas de los personajes
y de incorporarlas en sus narrativas orales (Strasser y Del Río, 2013).
Por su parte, el análisis del uso de recursos lingüísticos
narrativos muestra que a principio de año ambos grupos presentaban un dominio
similar de la inclusión de la fórmula de ficción, el contraste entre planos verbales,
la presentación de al menos uno de los personajes como información nueva, el
discurso directo e indirecto y algunos marcadores temporales. Sin embargo, al
finalizar el año, se observa que el grupo A tuvo un desempeño superior al del
grupo B en la utilización de estos recursos y, particularmente, la diferencia
de rendimiento fue significativa en la incorporación de cláusulas subordinadas
al discurso de los niños. Este avance es relevante ya que muestra que los niños
han logrado producir narrativa con un mayor grado de complejidad sintáctica. El
desarrollo de las habilidades discursivas mencionadas del grupo A indica un
dominio progresivo de un estilo de lenguaje escrito (Chafe y Tannen, 1987).
La diferencia en el desempeño de la escuela A no puede
atribuirse a factores madurativos ya que ambos grupos están constituidos por
niños de la misma edad cronológica. Tampoco puede explicarse por el nivel
socioeconómico de los niños, puesto que, de hecho, el grupo A está conformado
por niños que concurren a una escuela rural de bajos recursos. Por lo tanto, la
mejora significativa en el desempeño de los niños del grupo A, en el recuento
realizado al finalizar el año, podría atribuirse a la intervención de la maestra.
Ahora bien, se podría pensar que este avance en las habilidades
para recontar un cuento se debe a una mejora en la comprensión del relato de
base, pero existen estudios que observan que el nivel alcanzado en este proceso
no afecta directamente la calidad de la producción infantil (Bustos Ibarra y Crespo Allende, 2014). Por
ello, la mejora en las producciones de los niños del grupo A puede vincularse
no solo al trabajo realizado por la docente con los textos sino también con las
situaciones de producción de relatos que genera.
En un número importante de investigaciones se ha observado que
el andamiaje adulto durante la lectura de cuentos tiene un efecto positivo en
el desarrollo lingüístico y discursivo de los niños (Sénechal et al., 1996; Trabasso y Nickels, 1992; Wasik y Bond, 2001). De hecho, como
señala Wells (1988) en un estudio
pionero, si bien la lectura de cuentos favorece el desarrollo lingüístico, el
texto paralelo que genera el docente a través de sus intervenciones para
explicar vocabulario, explicitar inferencias, relacionar causalmente los
eventos y andamiar la reconstrucción posterior a la lectura tiene un efecto
superior a la mera lectura en voz alta del cuento.
En coincidencia con otros estudios (West et al., 2021), en este trabajo se
encuentra nuevamente que las intervenciones pedagógicas sistemáticas y
fundamentadas en la investigación tienen un impacto importante en el desarrollo
infantil.
En síntesis, los resultados obtenidos muestran la relevancia no
solo de la lectura diaria de textos realizada por el docente sino,
principalmente, de las estrategias de intervención a las que recurre para
promover la comprensión y la producción textual en el aula.
Las diferencias observadas al finalizar el año entre los dos grupos
en cuanto al desempeño discursivo indican la importancia de atender –a la hora
de tomar decisiones sobre la práctica educativa– la intervención docente y a la
metodología pedagógica empleada. Esto se debe a que las habilidades discursivas
tienen una incidencia muy relevante en el aprendizaje de la lectura y la
escritura de textos.
Si bien se trata de un estudio exploratorio, el presente trabajo
establece las bases y proporciona instrumentos para una investigación futura
con una muestra más amplia, cuyos resultados fundamenten un cambio en la
enseñanza de la expresión oral en Ecuador.
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