Negociación de la alianza desde el terapeuta
Perspectiva del terapeuta acerca de la negociación de la alianza: Un
instrumento para su evaluación
Therapist’s
perspective about alliance negotiation: an instrument’s evaluation
Juan Martín Gómez-Penedo1, Jennifer M.
Doran2 y Andrés Roussos3
1Doctor en Psicología. Becario posdoctoral del Consejo
Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Jefe de trabajos
prácticos en la asignatura Estadística de la Facultad
de Psicología de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Miembro del Equipo de Investigación en Psicología
Clínica (EIPSI) de la Universidad de Belgrano (UB). E.mail:
jmgomezpenedo@gmail.com
2Doctora
en Psicología (PhD.). Miembro del staff
psicológico del Connecticut Healthcare System en West Haven, Connecticut. Académica de la Yale University
School of Medicine.
3Doctor en Psicología. Profesor Titular en la asignatura
Metodología de la Investigación en Psicología en la Facultad de Humanidades de
la Universidad de Belgrano (UB). Profesor Adjunto en la asignatura Metodología
de la Investigación de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos
Aires (UBA). Director del Equipo de Investigación en Psicología Clínica (EIPSI)
en la Universidad de Belgrano (UB). Miembro de la Carrera del Investigador
Científico del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas
(CONICET).
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y
Técnicas (CONICET),
Universidad de Buenos Aires (UBA), Universidad de Belgrano (UB).
Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, Argentina.
Yale University School of
Medicine. Connecticut, EE.UU.
Resumen
La negociación de
alianza es la capacidad que tienen paciente y terapeuta para resolver problemas
vinculares y desacuerdos en terapia. Si bien este concepto es una noción
diádica, con implicancias importantes para el tratamiento, actualmente solo
existe un instrumento, desde la perspectiva del paciente, que permite su
medición. El objetivo de este artículo es presentar el desarrollo y el estudio
de las propiedades psicométricas preliminares de la Escala de Negociación de la
Alianza, versión terapeuta (ANS-T). A estos fines, se convocó una muestra de
188 terapeutas de distintas aproximaciones teóricas que completaron un conjunto
inicial de ítems tentativos del ANS-T junto con el Inventario de Alianza de
Trabajo (WAI, por su sigla en inglés), otra escala para medición de la alianza. Para el análisis de datos se realizó
un análisis de componentes principales, se estudiaron medidas de confiabilidad
como el alfa de Cronbach y correlaciones ítem-total corregidas, así como
también evidencias de validez de criterio a partir de las correlaciones entre
el ANS-T y la WAI. Los resultados del análisis de componentes principales
sugirieron una solución unidimensional integrada por nueve ítems. Los análisis
conducidos sobre la versión final de la ANS-T mostraron una adecuada
consistencia interna (a = .82)
y homogeneidad de sus ítems (r ítem-total
corregidas: entre .34 y .66) junto con evidencias de validez de criterio (r con WAI: .51, p < .001). Las cualidades del instrumento y sus propiedades
psicométricas sugieren que la ANS-T es un recurso valioso tanto para la clínica
como para la investigación.
Palabras clave: Negociación
de la alianza; Terapeuta; Construcción; Validez; Confiabilidad; Propiedades
psicométricas.
Abstract
Alliance negotiation is defined as
the patient and therapist’s ability to solve relational problems and
disagreements (in therapeutic goals and tasks) during therapy. Although this
construct is essentially a dyadic notion, with important clinical implication
for treatments of different theoretical frameworks, currently there is only one
instrument that can measure alliance negotiation and it is only based on the
patients’ perspective about therapy. The aim of this paper is to develop and
examine the preliminary psychometric properties of the Alliance Negotiation
Scale, therapist form. In the context of the importance attributed to analyzing
relational constructs with a dyadic perspective, this instrument will not only
allow to measure the perception of alliance negotiation from therapist’s point
of view, but also it will provide the necessary information to have a dyadic
measurement of alliance negotiation by using both the original Alliance Negotiation Scale and the Alliance
Negotiation Scale, therapist form in the same cases. With this purpose, a
sample of 188 therapists from different theoretical frameworks completed an
initial pool of twenty four preliminary items of the Alliance Negotiation
Scale, therapist form. All the items of Alliance Negotiation Scale, therapist
form, were developed based on the original Alliance Negotiation Scale, adapted
to be completed by the therapist, and scored in a seven point Likert scale
ranging from 1 (Never) to 7 (Always). The sample of therapist also completed
the Working Alliance Inventory, therapist from, a widely spread standard
measure of therapeutic alliance. For both instruments we asked the therapist to
answer the measures thinking about a patient they have recently treated. To
avoid a bias in patients’ selection and ceiling effects in alliance scores,
half of the sample of therapists was randomized to use as a reference a patient
they considered easy, while the other half was asked to select a difficult
patient. For data analyzes we first ran a principal component analysis in order
to find the best factorial solution for the items and to establish the
construct validity of the scale. Based on that factorial solution we analyzed
the internal consistency of the final version of the Alliance Negotiation
Scale, therapist form, using Cronbach’s alphas coefficients and item’s
homogeneity using adjusted item-total correlations. Finally, to test for
criterion validity we explored the associations between the Alliance
Negotiation Scale, therapist form, and the Working Alliance Inventory,
therapist from, using Pearson’s correlations. The principal component analysis
suggested a one-dimensional solution integrated by nine items, explaining a
42.16 % of the total variance. All the items in this solution had factorial
weights above .40. Furthermore, the analysis of reliability on this version of
the scale showed an adequate internal consistency (Cronbach’s a = .82). The adjusted item-total correlations
presented also evidences of homogeneity (r’s
range: between .34 and .66), suggesting that all the items explores different
aspects from a common construct, without being redundant. Finally, the
correlations between the Alliance Negotiation Scale, therapist form, and the
Working Alliance Inventory, therapist from, presented evidences of criterion
validity (r with WAI: .51, p < .001). This result showed an
association between the measures but also indicate that they do not measure the
exact some construct. The specific characteristics and properties of the
Working Alliance Inventory, therapist from, presented in this paper, suggested
that this measure represents an important contribution both for clinical
practice and research. Future studies will need to further explore and confirm
the psychometric properties of the Working Alliance Inventory, therapist from,
and analyze its application for dyadic measures of the therapeutic alliance
negotiation in psychotherapy.
Key words: Alliance
negotiation; Therapist; Validity; Reliability; Psychometric properties.
Introducción
La alianza
terapéutica es la relación de colaboración que se construye entre el paciente y
el terapeuta en el contexto de la psicoterapia (Bordin, 1979). Diversas
postulaciones teóricas e investigaciones empíricas han sugerido que este
constructo es uno de los elementos más importantes de la terapia y el factor
común por excelencia en los abordajes de distintos marcos teóricos (Wampold e Imel, 2015). Una serie de meta-análisis realizados en los últimos
25 años han posicionado a la alianza terapéutica como el predictor más robusto
de resultados en psicoterapia, independientemente del marco referencia de los
tratamientos que se apliquen (Horvath, Del Re, Flückiger, y Symonds, 2011; Horvath y
Symonds, 1991; Martin, Garske, y Davis, 2000).
Una alianza terapéutica más sólida, especialmente en
las fases iniciales del abordaje, está asociada a mayores niveles de cambio
terapéutico al finalizar la terapia y menores probabilidades de abandono
unilateral por parte del paciente (Horvath y Symonds,
1991).
No obstante, en las
últimas décadas se ha acumulado un conjunto de críticas a la noción clásica de alianza,
dando lugar al surgimiento de constructos alternativos que podrían tener una
mayor relevancia para la evaluación del proceso terapéutico y la predicción de los
resultados. La noción clásica de alianza terapéutica como colaboración, no
contempla en su matriz conceptual la existencia de episodios de frustración y
de afectividad negativa de los pacientes respecto de los terapeutas (Brenner, 1979; Curtis
1979), los cuales son experiencias habituales en el contexto de la terapia (Hill, Thompson, y
Corbett, 1992; Rennie, 1994) y que no necesariamente, van en detrimento del
tratamiento (Safran, 1993). Del mismo modo, la
alianza terapéutica definida como colaboración no incluye al fenómeno del
conflicto, un aspecto inherente a los vínculos humanos que es esperable que se
manifieste en la relación entre el paciente y el terapeuta (Mitchell, 1988). Detrás de un alto grado de colaboración entre
paciente y terapeuta (una alianza terapéutica sólida), pueden existir
conflictos o desacuerdos en la relación, que produzcan consecuencias negativas
para la terapia, pero que el paciente no explicite por tener una postura de obediencia
o sumisión hacia la figura del profesional (Hatcher y
Barends, 1996; Safran y Muran, 2006).
Por esos motivos, Safran y Muran (2006) sostienen que lo importante de la
relación terapéutica, no es la ausencia de conflictos o de falta de
colaboración, sino los procesos involucrados en la resolución de esas dificultades
en caso de que surjan. Los autores postulan que lo más relevante en términos
terapéuticos no está determinado por el grado de colaboración entre paciente y
terapeuta, sino por la capacidad de la díada para sobrellevar situaciones en
donde la colaboración y el ajuste en la relación vacilan (Safran y Muran, 2006).
En este contexto, Safran y Muran (2000, 2006) han propuesto el concepto de negociación de la alianza,
como una alternativa conceptual que describe la capacidad del paciente y del
terapeuta para resolver los conflictos que emergen en las sesiones, y solucionar
los desacuerdos surgidos en el proceso terapéutico. Desde esta nueva perspectiva,
la relación terapéutica es un fenómeno dinámico caracterizado por la
negociación constante y la resolución de conflictos entre el paciente y el
terapeuta. Esta visión sugiere que la capacidad de negociación de conflictos a
nivel interpersonal tendría un mayor valor predictivo de los resultados del
tratamiento que la mera colaboración observada entre paciente y terapeuta (Safran, Muran y Eubanks-Carter,
2011).
En el año 2012, Doran, Safran,
Waizmann, Bolger y Muran, crearon la Escala de Negociación de la Alianza
Terapéutica (ANS, por su sigla en inglés), el primer instrumento (y hasta ahora
el único del que se tiene registro) para medir el nivel de negociación de la
alianza entre paciente y terapeuta, desde la perspectiva del paciente. El instrumento
fue, a su vez, traducido al español y adaptado al contexto latinoamericano por Waizmann et al. (2015). Esta versión de la ANS ha mostrado evidencias de
consistencia interna (α escala total: .78; α subescalas: entre .87 y .92), validez de criterio en
relación al Inventario de Alianza de Trabajo (r = .69, p < .001) y
validez de constructo, presentando una estructura factorial de dos dimensiones
(Waizmann et al., 2015).
Investigaciones
empíricas recientes en el área han mostrado resultados prometedores en relación
a la capacidad predictiva de la ANS sobre los resultados de la terapia. Por
ejemplo, Doran, Safran y Muran
(2017) observaron que la ANS, al ser comparada con una medida clásica de
alianza terapéutica, tiene una mayor capacidad predictiva de las mejorías de
los pacientes, en términos de reducción del malestar sintomático e interpersonal.
Del mismo modo, Roussos, Gómez Penedo, Doran, Olivera
y Horowitz (2017) reportaron que mayores niveles de negociación de la alianza
(mayores puntajes en la ANS) en las primeras sesiones de terapia, se asociaban
significativamente a una mayor reducción en problemáticas interpersonales de
sumisión, al finalizar la terapia.
Estos resultados
preliminares resultan ser prometedores acerca del valor de la negociación de la
alianza, aunque éstos cuentan con una limitante: al día de hoy se ha
considerado únicamente la visión del paciente para evaluar dicho proceso de
interacción. Al ser la negociación de la alianza un fenómeno co-construido entre paciente y terapeuta, tener solo la
visión del paciente brinda una evidencia parcial del proceso, dejando por fuera
información relevante para caracterizar los niveles de negociación de la
alianza de una díada.
Objetivos
e hipótesis del trabajo
El presente estudio
tuvo por objetivo la creación de una versión de la ANS en idioma castellano,
para ser completada por el terapeuta (ANS-T), y un posterior análisis de sus
propiedades psicométricas, en una muestra de profesionales argentinos. De esta
forma, este trabajo busca realizar un aporte al campo, poniendo a disposición
de clínicos e investigadores un instrumento para evaluar desde la perspectiva
del terapeuta la negociación de la alianza
en un tratamiento. Del mismo modo, en conjunto con la ya existente versión
de la ANS para ser completada por el paciente, el aporte de este trabajo podría
permitir medir la negociación de la alianza, en contextos clínicos o en el
marco de investigaciones empíricas, utilizando análisis diádicos como los
modelos interdependientes de actor-pareja (APIM,
por su sigla en inglés; Cook y Kenny, 2005;
Kenny, 1996), estimando los niveles de negociación a partir de las visiones tanto
del paciente como del terapeuta. Los modelos APIM permiten analizar la
contribución diferencial de los participantes (paciente y terapeuta) de una
interacción a la variabilidad en una medida de resultados, lidiando con la
violación del supuesto de independencia de las observaciones producto de que
los individuos se encuentran anidados en díadas (siendo esperable una
correlación de sus residuos al ajustar algún modelo predictivo). En los últimos
años, los modelos APIM han permitido analizar los efectos de la convergencia
temporal entre los puntajes de alianza de los pacientes y los terapeutas,
observando una relación directa entre dicha convergencia y el cambio de los
pacientes (Coyne, Constantino, Laws,
Westra, y Antony, 2017; Laws
et al., 2017). Un instrumento como la ANS-T, en conjunto con la ANS versión
paciente, brindará la posibilidad de replicar estos análisis diádicos en el estudio
de la negociación de la alianza.
Respecto de las
hipótesis principales de este estudio, se considera que la versión preliminar
del ANS-T, derivado del análisis factorial exploratorio, presentará evidencias
de: (i) consistencia interna en sus factores, (ii) homogeniedad
de sus ítems y (iii) validez de criterio, respecto de otra medida similar de alianza
(mostrando niveles de asociación moderados).
Creación
de la Escala de Negociación de la Alianza – Versión Terapeuta
Las versiones en
castellano y en inglés de la ANS-T se crearon en forma simultánea y paralela.
Este procedimiento se realizó para crear dos versiones gemelas de la escala en
ambos idiomas, con validez transcultural, en contraposición con la tendencia
generalizada a crear una escala original en un idioma y luego adaptar versiones
para otros contextos. No obstante, este estudio está únicamente referido a la
creación y estudio de las propiedades psicométricas de la versión en
castellano. La versión en inglés del instrumento será presentada en un informe
diferente, en el mismo idioma.
Para la creación
de esta versión, primero se tomaron los doce ítems de la escala original de la
ANS, versión paciente en inglés, y se adaptó el fraseo para que sea completada
por un terapeuta. Esta tarea fue realizada en conjunto por el primer autor (hispanoparlante
bilingüe) y por la segunda autora de este trabajo (angloparlante). Posteriormente,
éstos crearon 12 ítems nuevos que capturaron aspectos de la negociación de la
alianza, desde la perspectiva del terapeuta, que no estuvieran contenidos en
los ítems ya existentes. Para ello, se utilizaron ítems creados y descartados
en el proceso de desarrollo de la ANS paciente, cuyo fraseo fue adaptado a una
versión para ser administrado a terapeutas. Luego, se realizó una traducción al
castellano del pool de 24 ítems mediante el método de traducción inversa.
Primero, una psicóloga y psicoterapeuta hispanoparlante bilingüe tradujo los
ítems del inglés al castellano. Dicha traducción fue chequeada y corregida por
el primer y el tercer autor de este estudio (ambos hispanoparlantes bilingües).
La versión de los ítems en castellano fue nuevamente traducida al inglés por
otra profesional (psicóloga y psicoterapeuta hispanoparlante bilingüe). Luego, la
versión original en inglés, la traducción al castellano y la nueva traducción
al inglés, fueron chequeadas por el primer y tercer autor de este trabajo
(hispanoparlantes bilingües), mientras que la versión original en inglés y la
nueva traducción al inglés, producto de la traducción inversa, fue chequeada por la segunda autora
del trabajo (únicamente angloparlante). A partir de este procedimiento se creó
una versión final del conjunto inicial de 24 ítems de la ANS-T en castellano,
equivalente al conjunto de 24 ítems creados para la versión en inglés de la
escala.
Método
Participantes
Para explorar las
propiedades psicométricas y desarrollar una versión final del instrumento, se
convocó una muestra de 188 terapeutas, mediante un muestreo no probabilístico
con una estrategia de bola de nieve. El
74.3 % de la muestra estuvo conformado por mujeres. El 95.2 % de los participantes
eran psicólogos, mientras que el 4.8 % eran psiquiatras. El 21.4 % de la
muestra había realizado únicamente la carrera de grado, mientras que la mayoría
había realizado una carrera de especialización (45.9 %), una maestría (13.2 %)
o un doctorado en el área (19.5 %). El 79.3 % manifestó ejercer su práctica en
consultorio privado, el 17.6 % en hospitales y el 25.8 % en clínicas o centros
privados (categorías de respuesta no excluyentes).
La media de años
de experiencia clínica de los terapeutas de la muestra fue de 17.80 años (DE =
12.77). El terapeuta con menos experiencia contaba con un año de ejercicio
profesional, mientras que el más experimentado trabajaba en el ámbito clínico
desde hacía 56 años. El 33.1 % de los terapeutas pertenecían al marco
psicoanalítico y el 20.9 % al cognitivo conductual. También, se observaron
terapeutas que adscribían a modelos sistémicos (13.5 %) y
humanístico-existenciales (2.5 %). Un importante número de los terapeutas se
describió, a su vez, como integrativo (23.9 %) o ecléctico (4.3 %). Finalmente,
algunos terapeutas manifestaron trabajar desde marcos teóricos no contemplados
entre las opciones (1.8 %), como terapias gestálticas o análisis bioenergético.
Si bien la muestra
de este estudio estuvo integrada únicamente por terapeutas, a los profesionales
se les pidió en la consigna del instrumento que lo completaran en base a un
paciente seleccionado por ellos. Debido a que la selección espontánea de los
casos por parte de los clínicos podría suscitar sesgos en los resultados de
este estudio (por ejemplo, que los terapeutas tendieran a seleccionar pacientes
con características particulares), a continuación se presentan algunos datos
recabados a partir de los terapeutas, para caracterizar al conjunto de los
pacientes seleccionados para completar la escala. Los pacientes seleccionados por
los terapeutas fueron en su mayoría mujeres (68.9 %) y de una edad inferior a
la del terapeuta (73.1 %). Al consultar por los diagnósticos psiquiátricos de los
pacientes seleccionados, el 24.5 % había sido diagnosticado con un trastorno de
ansiedad, el 18.6 % con trastornos depresivos, el 21.7 % con algún trastorno de
personalidad, el 6.9 % con trastorno adaptativo, el 4.3 % con trastornos
alimenticios, el 2.1 % con trastorno de estrés postraumático u otros trastornos
asociados a traumas y el 0.5 % con un trastorno psicótico. El 3.7 % había sido
diagnosticado con otras categorías no contempladas entre las opciones, como
disfunción eréctil, trastorno bipolar y problemas relacionales. Por otra parte,
el 26.6 % de los terapeutas manifestó no haberle asignado un diagnóstico
psiquiátrico formal al paciente, mientras que el 2.1 % sostuvo que prefería no
comunicar el diagnóstico. En cuanto a los tratamientos de estos pacientes, el
76.8 % de éstos se desarrollaban con una frecuencia semanal, mientras que un 9.1
% de los casos tenían varias sesiones por semana, y un 12.8 % tenían una o dos
sesiones al mes. Su extensión al momento de la toma se observó equilibradamente
distribuida entre tratamientos que tenían menos de 6 meses (25 %), entre seis
meses y un año (20.1 %), entre un año y dos años (28.7 %) y tratamientos que
tenían más de dos años (26.2 %).
Instrumentos
Escala
de Negociación de la Alianza en castellano –Versión Terapeuta (ANS-T).
Al igual que la
escala original para medir la negociación de la alianza desde la perspectiva
del paciente (Doran et al., 2012;
Waizmann et al., 2015), el conjunto preliminar de 24 ítems de la versión
terapeuta de esta escala se construyó con una categoría de respuesta de tipo Likert
en una escala de 7 puntos (1: Nunca, 7: Siempre). A continuación, se presentan
algunos ejemplos de ítems que conformaron el conjunto preliminar y luego no
fueron incluidos en la versión final del instrumento: “Aliento a mi paciente a
expresar cualquier preocupación que tenga sobre nuestro progreso”, “Mi paciente
y yo no somos buenos para encontrar una solución cuando estamos en desacuerdo”
y “No soy directivo con mi paciente y me guío por sus deseos y necesidades”.
Los ítems que componen la versión final del instrumento se presentan en la
Tabla 1.
Tabla 1 Medidas de tendencia central y dispersión, cargas
factoriales y correlaciones ítem-total corregidas de los ítems que componen
la versión final de la Escala de Negociación de la Alianza –Versión Terapeuta
(ANS-T) en castellano. |
|||
Item |
Media (DE) |
Carga Factorial |
Correlación Item-Total
Corregida |
1. Siento que puedo estar en desacuerdo con mi
paciente sin que esto dañe nuestra relación. |
5.77 (1.11) |
.70 |
.50 |
2. Creo que mi paciente se siente cómodo/a expresando
su desilusión hacia mí cuando esta surge. |
4.78 (1.54) |
.63 |
.58 |
3. Creo que mi paciente siente que su opinión sobre
lo que hacemos en terapia tiene valor. |
6.10 (0.92) |
.57 |
.44 |
4. Creo que mi paciente se siente cómodo/a expresando
frustración hacia mí cuando esta surge. |
4.81 (1.41) |
.76 |
.66 |
5. Mi paciente y yo somos capaces de trabajar y
resolver de manera constructiva las tensiones o rupturas en nuestra relación. |
5.59 (1.13) |
.75 |
.62 |
6. Aliento al paciente a expresar cualquier enojo
que pueda sentir hacia mí. |
5.38 (1.61) |
.70 |
.60 |
7. Soy capaz de admitirle a mi paciente cuando estoy
equivocado/a respecto de algo en lo que estamos en desacuerdo. |
5.72 (1.19) |
.60 |
.46 |
8. Evalúo regularmente si mi paciente siente que es
correcta la manera en la que estamos trabajando. |
4.91 (1.53) |
.43 |
.34 |
9. Me siento cómodo escuchando los sentimientos
negativos que tiene el paciente sobre mí o nuestro trabajo. |
4.77 (1.62) |
.64 |
.52 |
Nota: DE: Desvío estándar.
Inventario
de Alianza de Trabajo –Breve (WAI-S; Hatcher y Gillaspy, 2006) adaptado al castellano (Gómez Penedo, Waizmann y Roussos, 2015; Waizmann y
Roussos, 2011).
Este inventario es
un instrumento de 12 ítems que estudia la fortaleza de la alianza terapéutica, desde
una perspectiva clásica. Siguiendo la definición original de Bordin (1979), el
WAI explora las dimensiones de la alianza a partir de tres subescalas: la de
vínculo emocional entre paciente y terapeuta, la de acuerdo respecto de los
objetivos de la terapia y la de acuerdo respecto de las tareas de la terapia.
Cada ítem se puntúa en una escala de 1 (Nunca) a 7 (Siempre). El instrumento en
su versión en castellano ha mostrado evidencias de consistencia interna (a escala total: .89, a
de las tres subescalas: entre .68 y .84), homogeneidad de ítems (rango de r ítem-total corregidas: .40 - .79) y de
validez de constructo mediante un análisis factorial confirmatorio, donde se
observó una bondad de ajuste adecuada para el modelo de tres factores (GFI = .98;
AGFI = .97; NFI = .97; RFI = .96; SRMR = .07; Gómez Penedo et al., 2015).
Además, en su versión paciente, el instrumento ha mostrado evidencias de
validez de criterio, correlacionando con los puntajes del ANS, otra medida
diferente de alianza (r = .69, p < .05; Waizmann
et al., 2015).
En este trabajo se
decidió utilizar esta medida para tener información acerca de la validez
convergente y discriminante de la ANS-T, respecto de una medida clásica de
alianza terapéutica, definida en términos de colaboración, como el WAI.
Procedimiento
Para la recolección
de la muestra, primero se enviaron mails personalizados a terapeutas
pertenecientes a la red de contactos del equipo de investigación.
Posteriormente, se les pidió a los profesionales que recomendaran otros
terapeutas que pudieran participar del estudio. Al mismo tiempo, se enviaron
mails a centros privados de psicoterapia pidiendo que reenviaran la
convocatoria a participar del estudio a aquellos profesionales que formaban
parte de su staff de terapeutas. En los mails se incluía el objetivo de la
investigación junto con un link a una
página online dedicada a la
recolección de encuestas (surveymonkey.com).
Una vez que los
terapeutas ingresaban a la encuesta, en la primera página se presentaban
detalladamente los objetivos y alcances del estudio, solicitando a su vez el
consentimiento informado de los terapeutas para participar. Aquellos terapeutas
que aceptaron formar parte de la investigación fueron asignados aleatoriamente
a dos grupos: en uno se solicitaba al profesional que completara los ítems
presentados, pensando en un paciente que estuviera tratando en la actualidad
“con quien generalmente le resulta fácil trabajar" (Pacientes Fáciles),
mientras que en la otra condición se le solicitaba que pensara en un paciente
“con quien generalmente le resulta difícil trabajar" (Pacientes Difíciles).
Se utilizó esta estrategia para limitar la posibilidad de que existiera un
sesgo sistemático en la selección de los pacientes, por parte de los
terapeutas, a partir de su dificultad. Si a todos los terapeutas se les pedía
que seleccionaran un paciente (sin especificación de su dificultad), existía el
riesgo de que los profesionales tendieran a seleccionar intuitivamente aquellos
pacientes con los que tenían una alianza más sólida o un mejor proceso terapéutico
en general (Waizmann, 2010). Debido a que en
investigaciones previas se han observado que las correlaciones entre la ANS y
el WAI tienden a ser más bajas en pacientes difíciles (Doran et al., 2017), se
intentó controlar ese sesgo potencial, haciendo que existiera una proporción
equilibrada de terapeutas que seleccionaron pacientes fáciles y difíciles para
contestar el instrumento.
Luego de la
consigna, en esa misma página, se presentaban los 36 ítems a contestar (24
correspondientes al conjunto general de ítems de la ANS-T y 12 del WAI, versión
terapeuta), ordenados aleatoriamente, para limitar la probabilidad de subestimar
el grado de correlación entre las escalas, producto de presentarlas en forma diferenciada (Shaughnessy, Zechmeister y Zechmeister, 2006). Siguiendo la estructura de escalamiento
ya descripta de los dos instrumentos, se les pedía a los terapeutas que
contestaran con qué frecuencia sucedían las aseveraciones planteadas en los
reactivos, utilizando una escala de tipo Likert de siete puntos, en el rango
del 1 (Nunca) al 7 (Siempre). Al terminar de contestar los ítems, los
terapeutas pasaban a una página final en donde se les solicitaba información
demográfica general e información de relevancia clínica, tanto respecto de los
pacientes usados como referencia para contestar los ítems, como de su
trayectoria y actualidad profesional como terapeutas.
Resguardos
éticos
Los procedimientos
utilizados en el presente trabajo fueron evaluados y aprobados por el Comité de
Conductas Responsables en Investigación de la Facultad de Psicología de la
Universidad de Buenos Aires. El estudio realizado fue anónimo, sin solicitar a
los terapeutas ningún dato que permitiera identificarlos a ellos o a sus
pacientes. Antes de contestar los reactivos, se les proveyó a los terapeutas un
consentimiento informado online,
incluyendo los objetivos del estudio y detalles acerca del manejo y análisis de
los datos. Para comenzar a completar los ítems, los terapeutas debían clickear previamente en una opción que manifestaba que
habían leído la información del consentimiento, que acordaban con ella y que
aceptaban voluntariamente participar del estudio. Para el resguardo de la
información recolectada, únicamente tuvieron acceso a los datos los
investigadores principales involucrados en el estudio.
Análisis
estadísticos
Todos los análisis
reportados en este este estudio fueron realizados con el programa estadístico
SPSS versión 23. Para determinar la estructura factorial del instrumento, se condujo
un análisis de Componentes Principales con una rotación Varimax
y normalización Kaiser, probando distintas soluciones. Se decidió emplear
dichos métodos, debido a que fueron los mismos aplicados en la construcción de
la ANS paciente (Doran et al., 2012) y su adaptación al castellano (Waizmann et al., 2015), buscando replicar exactamente los
procedimientos usados para la construcción de las versiones originales de la
ANS. Tanto el análisis de Componentes Principales como la rotación Varimax representan dos estrategias ampliamente utilizadas
y vigentes en la realización de análisis factoriales exploratorios en el campo
de la psicología (Ver por ejemplo Mikulic, Crespi y Radusky, 2015; Rodríguez de Behrends
y Brenlla, 2015). Además, la rotación Varimax se recomienda especialmente, cuando se espera
identificar más de un factor en el modelo (Lloret-Segura, Ferreres-Traver,
Hernández-Baeza y Tomás-Marco, 2014), como es el caso de este instrumento, a
partir de su versión del paciente.
Como criterios
para el análisis factorial exploratorio, se estableció que cada factor debía
tener al menos cuatro ítems (Tabachnick y Fidell, 1989) y que los ítems debían presentar cargas
iguales o superiores a .40 en su factor (Valderrey
Sanz, 2010). Debido a que se buscó desarrollar un instrumento breve y sencillo
al igual que el ANS paciente (instrumento de 12 ítems), se probaron únicamente
soluciones sin forzar la cantidad de factores y forzando dos o tres factores.
Se decidió no forzar una mayor cantidad de factores, ya que en función de la
cantidad de ítems mínimos establecidos por factor, eso hubiera implicado
necesariamente incluir una mayor cantidad de ítems que su versión para ser
completada por el paciente. Un instrumento de cuatro o cinco factores, hubiera
implicado un mínimo de 16 y 20 ítems, respectivamente.
Una vez
establecidos los componentes principales del instrumento, se analizó su
consistencia interna mediante el cálculo del estadístico Alfa de Cronbach
(Gregory, 2004) y la homogeneidad de los ítems a partir de correlaciones ítem-total
corregidas (Rattray y Jones, 2007). Se estableció como límite para una adecuada consistencia
interna, un puntaje de .80 en cada factor (Gregory, 2004), mientras que para
determinar una adecuada homogeneidad de los ítems, se estableció como criterio
que las correlaciones ítem-total corregidas entre los ítems de los factores fueran
superiores a .30 e inferiores a .80 (Rattray y Jones, 2007). Para el análisis de la validez de criterio se
realizaron correlaciones de Pearson unilaterales entre los puntajes de la ANS-T
y de la escala total y subescalas del WAI. Como en este caso se esperaban
correlaciones moderadas entre las escalas, por medir constructos similares pero
diferentes, se estableció como criterio de asociación que las correlaciones se encontraran
en el rango de .30 a .70 (Streiner, 1993).
Resultados
Análisis
factorial exploratorio
Las pruebas de
Kaiser-Meyer-Olkin (KMO = .839) y de esfericidad de
Bartlett [χ²(36) = 421.9, p
< .001] mostraron la adecuación de los datos al análisis factorial realizado
(Kline, 1994). Como se mencionó en la sección de Análisis estadísticos, se
realizó un análisis de Componentes Principales con una rotación Varimax y normalización Kaiser, probando distintas
soluciones sin forzar la cantidad de factores, así como también forzándola a
dos y a tres factores. Cabe destacar que los análisis se realizaron en
simultáneo entre la muestra argentina y la muestra estadounidense, buscando crear
un instrumento que presentara una buena solución transcultural.
A partir de estos
análisis y de la revisión de la representación gráfica de los datos mediante el
gráfico de sedimento (scree plot), se
observó que la mejor solución para ambas versiones del instrumento (castellano
e inglés) en ambas muestras, fue una solución de un factor sin rotar. Siguiendo
criterios preestablecidos, se retuvieron únicamente aquellos ítems que
presentaron cargas superiores a .40 en el factor identificado (Valderrey Sanz, 2010). Aquellos ítems con cargas inferiores
a dicho límite fueron excluidos, obteniéndose una versión final del instrumento
integrada por 9 ítems (ver Tabla 1), que explicaron un 42.16 % de la varianza
total. Del conjunto de ítems retenidos, siete eran adaptaciones directas de la
ANS versión paciente. A esos reactivos, se les sumaron los ítems 5 (“Mi
paciente y yo somos capaces de trabajar y resolver de manera constructiva las
tensiones o rupturas en nuestra relación”) y 9 (“Me siento cómodo escuchando
los sentimientos negativos que tiene el paciente sobre mí o nuestro trabajo”),
que habían sido incorporados dentro del conjunto general de ítems, como
alternativas a las adaptaciones de los reactivos ya existentes en la versión
paciente de la ANS.
Consistencia
interna y homogeneidad de los ítems
El factor extraído
presentó un coeficiente Alfa de Cronbach
(a = .82) superior al límite establecido de .80. A su
vez, como se puede observar en la Tabla 1, los ítems mostraron correlaciones
ítem-total corregidas superiores a .30 e inferiores a .80 en todos los casos.
Validez
de criterio
Los resultados de
los análisis mostraron una correlación directa entre la ANS-T y el WAI dentro
del intervalo deseable (r = .51, p < .001). Por otra parte, en un
análisis más específico del grado de solapamiento de la ANS-T con cada una de
las dimensiones exploradas por el WAI, se observaron correlaciones moderadas de
la ANS-T con la subescala vínculo del WAI (r
= .54, p < .001) y la subescala
acuerdo de tareas (r = .52, p < .001). No obstante, la
correlación entre la ANS-T y la subescala de acuerdo de objetivos del WAI,
mostró una magnitud notablemente más baja (r
= .28, p < .001), por debajo del
límite de .30 establecido para constructos asociados (Streiner, 1993).
Discusión
Este estudio tuvo
el objetivo de presentar el desarrollo de la ANS-T, en idioma castellano, junto
con evidencias preliminares acerca de sus propiedades psicométricas. Las versiones
tanto preliminares como finales del instrumento en inglés y castellano fueron
desarrolladas en simultáneo, buscando crear dos versiones gemelas de la escala
en ambos idiomas que tuvieran consistencia transcultural. Es de considerar que
esta metodología de creación conjunta de un instrumento común para culturas
diversas, representa una alternativa valiosa para superar los desafíos que se
presentan en el proceso de creación de instrumentos en una cultura y su
adaptación lingüística y validación en otras, método predominante en la
actualidad para el desarrollo de instrumentos y su proliferación en otros
contextos. Mayores esfuerzos en esta dirección podrían favorecer la creación de
instrumentos equivalentes que permitan una transferencia transcultural más
sencilla de metodologías de investigación y de aplicación de los resultados de
los estudios al ejercicio de la práctica culturas diversas. En la revisión
bibliográfica sobre la que se basó este estudio, no se encontraron trabajos previos
en los que se haya realizado este esfuerzo de construcción conjunta y
simultánea de un instrumento para diferentes contextos. No obstante, es
necesario señalar que en el presente estudio no se realizaron análisis respecto
de la invarianza métrica de los instrumentos en ambas culturas (Steenkamp y Baumgartner, 1998).
Estos análisis que determinan si la carga de los factores es similar en
distintas muestras, mediante el uso de modelos de ecuaciones estructurales y
análisis factoriales confirmatorios, permiten establecer si efectivamente
existe una consistencia transcultural de las escalas. Futuras investigaciones
deberán obtener muestras más grandes de ambas versiones del instrumento para
poder realizar estos análisis y determinar si el procedimiento de construcción
conjunta del instrumento redundó en una invarianza métrica en las versiones de
la escala.
A diferencia de la
versión creada para ser completada por el paciente (Doran et al., 2012;
Waizmann et al., 2015), que presentó
una estructura de dos factores con seis ítems cada uno, los resultados del
análisis de propiedades psicométricas de la ANS-T mostraron una estructura
factorial unidimensional, integrada por 9 ítems (en común con la versión estadounidense),
que explicaron un 42.16 % de la varianza total. Todos los ítems incluidos en
esta versión de la escala tuvieron, a su vez, cargas factoriales superiores al
punto de corte habitual de .40 (Valderrey Sanz, 2010).
La divergencia en
la estructura factorial de las dos versiones de la escala parece indicar que, mientras
que en la ANS del paciente la negociación de la alianza se mide mediante dos
facetas (grado de confort del paciente para presentar sentimientos negativos y
la flexibilidad del terapeuta), la negociación de la alianza desde la
perspectiva del terapeuta se presenta como un fenómeno global e integral sin
aspectos diferenciales. De esta forma, se podría formular la hipótesis de que la
ANS paciente y la ANS-T miden un mismo constructo desde perspectivas diferentes
y (por la naturaleza asimétrica de la relación) necesariamente complementarias.
No obstante, serían necesarios futuros estudios empíricos que administren a una
muestra de díadas paciente-terapeuta ambas versiones de la escala, para
estudiar el grado de asociación de la ANS paciente y la ANS-T.
Por otra parte,
los análisis realizados presentaron diversas evidencias de confiabilidad y
validez del instrumento. Los ítems del factor identificado mostraron una
adecuada consistencia interna (α > .80) y homogeneidad (correlaciones
ítem-total corregidas en el rango de .30 a .80), sugiriendo que dichos ítems exploran
distintas facetas de un mismo constructo sin ser redundantes (Rattray y Jones, 2007).
Además, se
observaron evidencias para establecer la validez de criterio del instrumento, a
partir de las correlaciones entre los puntajes de la ANS-T y el WAI. Los
resultados mostraron asociaciones moderadas entre los instrumentos, sugiriendo
que ambos miden constructos vinculados, pero no idénticos (Streiner, 1993). Estos resultados se ajustan a las expectativas en el
proceso de creación de esta escala, que busca estudiar una faceta de la alianza
terapéutica, al igual que el WAI, pero haciendo foco en un aspecto diferente
del clásico: la negociación de la alianza, en contraste con la alianza como
colaboración. Asimismo, las correlaciones de la ANS-T y el WAI (r = .59, p < .001), fueron inferiores a las observadas en las versiones
del paciente (r = .75, p < .001; Waizmann
et al., 2015). Esto implica que en la versión del terapeuta, se observa un
mayor grado de diferenciación entre la alianza estudiada como colaboración y la
alianza como negociación. Futuras investigaciones deberían explorar si esta mayor
diferenciación entre ambos instrumentos (en sus versiones para el terapeuta)
presenta también un correlato en la predicción de resultados de la terapia. Doran et al. (2017) observaron una mayor capacidad predictiva de la ANS
paciente en comparación con el WAI paciente, respecto de los resultados de la
terapia; sería valioso explorar si dichos efectos diferenciales se mantienen o
incluso aumentan, en el contexto de la discriminación observada entre ambos
instrumentos en sus versiones para terapeutas.
Analizando las
correlaciones de la ANS-T con las subescalas específicas del WAI, únicamente se
observó una correlación inferior a .30 (ligeramente por debajo del límite
establecido) entre la subescala de objetivos del WAI y la ANS-T, lo que
sugeriría una evidencia de discriminación entre ellas. Las otras dos subescalas
del WAI (vínculo emocional y acuerdo respecto de las tareas) tuvieron una
asociación moderada con los puntajes de la ANS-T, indicando evidencias de
validez de criterio de la escala de negociación. Por lo tanto, el constructo de
negociación de la alianza, estudiado a partir de la ANS-T, pareciera estar
asociado en mayor medida al vínculo emocional y al acuerdo respecto de las
tareas entre paciente y terapeuta y, en menor medida, al acuerdo respecto de
los objetivos de la terapia.
En síntesis, las
evidencias de validez de criterio muestran que la ANS-T mide un constructo
cercano al que subyace al WAI, pero presentando una especificidad teórica que
hace que ambos instrumentos no sean redundantes o equivalentes. Ambos
instrumentos tienen por objetivo medir la calidad de la alianza terapéutica; sin
embargo, varían en los aspectos específicos que miden del constructo. Retomando
las teorías planteadas en la introducción, a diferencia del WAI, la ANS-T no
busca analizar a las dimensiones clásicas de la alianza evaluando el grado de
vínculo emocional (positivo), acuerdo de tareas y acuerdo de objetivos (Bordin,
1979). En cambio, este instrumento tiene por objeto medir de qué manera la díada
tiene capacidad para lidiar con problemáticas que pueden ocurrir (y es
esperable que ocurran) en cada una de estas dimensiones de la alianza, durante
el proceso terapéutico (Safran y Muran, 2000,
2006). De esta forma, la negociación de la alianza no apunta a establecer la
ausencia vs. presencia de problemáticas en la relación (por ejemplo, “el
paciente no me agrada”); el aporte específico del concepto de negociación de la
alianza (y de la ANS-T como instrumento para su medición) se enfoca en
describir con qué capacidad cuenta la díada para negociar interpersonalmente
problemáticas que pueden surgir en la relación, ya sea a nivel emocional o en
términos de desacuerdos de tareas u objetivos (Doran et al., 2012).
De esta manera, la
importancia de contar con un instrumento de esta naturaleza, orientado a
evaluar la negociación de la alianza, reside en la posibilidad de evaluar nuevos
aspectos de la alianza terapéutica, que podrían tener una mayor importancia
predictiva respecto de la calidad del proceso y de los resultados del
tratamiento (Safran y Muran, 2006; Safran et al., 2011). Si bien previamente existía un
instrumento para evaluar la negociación de la alianza en castellano, no contaba
con una versión terapeuta. La ANS-T, presentada en este trabajo, brinda la
posibilidad de evaluar este constructo desde la perspectiva complementaria del
terapeuta, visión fundamental para explorar un proceso como la negociación de
la alianza, en donde ambos participantes de la díada terapéutica contribuyen a
su conformación. Un instrumento con estas características puede impulsar y
favorecer dos tendencias recientes y crecientes en el estudio de la alianza
terapéutica: (a) el estudio de la relación desde una perspectiva que
transcienda a los fenómenos puramente de colaboración, centrada en la forma en
la que paciente y terapeuta buscan solucionar sus dificultades relacionales (Doran et al., 2017;
Roussos et al., 2017; Safran y Muran, 2006), y (b) el estudio de la alianza desde una perspectiva
diádica, como un fenómeno no observable en el que tanto paciente como terapeuta
contribuyen a su construcción (Coyne et al., 2017;
Laws et al., 2017).
La posibilidad de
tener un instrumento en castellano de estas características, no solo representa
un aporte a la investigación de nuevas facetas de la alianza, mediante metodologías
innovadoras, sino que también implica un aporte para la práctica clínica en
países hispanoparlantes. La ANS-T puede servir tanto a nivel de los terapeutas,
para que reflexionen y tengan insights respecto
de sus propios procesos terapéuticos, como a nivel de los centros o equipos
clínicos, brindándoles un material que se podría trabajar y discutir dentro de
espacios individuales o colectivos de supervisión.
El trabajo
realizado cuenta con una serie de limitaciones que sería conveniente saldar en
futuras investigaciones, para obtener más evidencias acerca de la confiabilidad
y validez de la ANS-T y de su utilidad clínica. Por ejemplo, la muestra
obtenida para este estudio se convocó mediante un muestreo no probabilístico
con una estrategia de bola de nieve. Esto sugiere la posibilidad de que los
resultados obtenidos se vean asociados a las características específicas de los
terapeutas utilizadas para este estudio, que forman parte, de manera directa o
indirecta, de la red de contactos del equipo de investigación que realizó el
trabajo. Del mismo modo, haber realizado el proceso de recolección de datos
mediante una plataforma online pudo haber
influido sobre los resultados obtenidos. Es esperable que terapeutas con baja
accesibilidad o manejo de recursos digitales, hayan tenido una probabilidad más
baja de contestar el instrumento. Futuras investigaciones se beneficiarían de
estudiar las propiedades de la ANS-T en una muestra más heterogénea, construida
mediante un muestreo probabilístico, que permita asegurar un cierto grado de
representatividad respecto de una población dada (por ejemplo, psicólogos
clínicos matriculados en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires). Asimismo,
sería muy informativo obtener una submuestra de terapeutas que manifiesten un
uso limitado de tecnologías y solicitar que completen una versión impresa de la
escala, para establecer si se observan diferencias sistemáticas en relación a
la versión online del instrumento.
Por otra parte,
debido a que los terapeutas seleccionaron espontáneamente a los pacientes de
referencia para contestar la escala, este procedimiento pudo haber afectado los
resultados del estudio mediante sesgos en el proceso de selección. Por este
motivo, se formaron dos grupos de terapeutas al azar, y se les pidió a uno de
ellos que seleccionaran un caso difícil y al otro, un caso fácil para responder
los ítems. Con esta salvedad se intentó controlar el eventual riesgo de una
selección sistemática de pacientes con los que los profesionales tenían una
buena relación o un buen proceso. Sin embargo, diferencias de los terapeutas en
el criterio para establecer la dificultad o facilidad de sus pacientes, pudieron
representar una fuente de error que haya afectado la validez de los resultados
del estudio. Futuras investigaciones se beneficiarían de estudiar díadas de
pacientes y terapeutas seleccionadas al azar, midiendo en ambos las versiones
respectivas del ANS, controlando de esta manera posibles sesgos de selección
por parte del terapeuta y, a su vez, estudiando la validez de criterio del
instrumento, identificando la asociación de ambas versiones de la escala.
En cuanto al
desarrollo y establecimiento de la versión final de la escala, a partir de la
cual se realizaron los análisis ulteriores, cabe señalar que fue determinada
mediante un análisis factorial exploratorio. Para poder corroborar la
estructura factorial de la escala, debería realizarse un análisis factorial
confirmatorio, lo que requeriría recolectar una muestra más grande, de al menos
200 participantes (Ferrando y Anguiano-Carrasco, 2010).
A pesar de estas
limitaciones, este trabajo presentó una versión en castellano de la ANS-T, junto
con evidencias preliminares de su validez y confiabilidad, que permiten posicionarla
como una escala que podría representar un aporte valioso a la práctica clínica
y a la investigación en procesos y resultados psicoterapéuticos, por lo que
amerita seguir estudiando para determinar sus alcances y limitaciones.
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Recibido: 28 de septiembre de 2017
Aceptado: 12 de agosto de 2019
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