INTERDISCIPLINARIA, 2018, 35, 2, 291-305
La imitación y el entonamiento afectivo
La imitación y el entonamiento afectivo en el juego social temprano*
Imitation and affect attunement in early social play
Silvia Español**, Mariana Bordoni***, Soledad Carretero Pérez****, Mauricio Martínez***** y Rosario Camarasa******
*Trabajo
financiado con el Proyecto PICT-2013-0368 de la ANCyT.
**Doctora en Psicología. Miembro de la Carrera del Investigador Científico del
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). E-mail: silvia.ana.es@gmail.com
***Doctora en Psicología. Becaria Postdoctoral del Consejo Nacional de
Investigaciones Científicas yTécnicas (CONICET).
E-mail: mgbordoni@gmail.com
****Doctora en Psicología. Becaria Postdoctoral del Consejo Nacional de
Investigaciones Científicas yTécnicas (CONICET).
E-mail: solecarretero@gmail.com
*****Magister en Psicología Cognitiva y Aprendizaje y Doctorando en Psicología.
Docente e Investigador enla Universidad Abierta
Interamericana (UAI). E-mail: martinez_ms75@hotmail.com
******Licenciada en Psicología. Investigadora en Universidad Abierta
Interamericana (UAI). E-mail: rosariocamarasa@hotmail.com
Instituto de Investigaciones de Ciencias Sociales de América Latina (IICSAL)
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) Facultad
Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
Argentina.
Resumen
Con el objetivo de estudiar las pautas adultas de imitación y entonamiento afectivo que ocurren en las situaciones de juego social temprano entre adulto y bebé, se realizó un estudio longitudinal de caso único, con una díada adulto-bebé. La edad del bebé en la primera sesión, según la convención piagetiana [año; mes (día)], fue: 00; 3 (05) y en la última sesión: 00; 6 (28). Se filmaron 8 sesiones de interacción espontánea de la díada, en su hogar, cada 15 días. De cada sesión se seleccionaron los primeros 10 minutos de juego social temprano. Con este material se generó una video-secuencia de juego social temprano a la que se le aplicó un código observacional con categorías para las pautas de actividades de coincidencia maternas (imitación y entonamiento afectivo). Los datos obtenidos en este estudio indican que las actividades de coincidencia maternas de imitación y entonamiento afectivo aparecen en todo el período estudiado, con una frecuencia de dos eventos de coincidencia por minuto de juego social temprano. Se observó que las pautas de entonamiento afectivo materno casi duplican a las de imitación entre los 3 y 6 meses de vida del bebé. Asimismo, se registró que la mayoría de los entonamientos afectivos fueron transmodales y que la madre utilizó su voz como modalidad conductual privilegiada para establecer coincidencias comportamentales con su bebé, ya sea a través de la imitación o del entonamiento. Las imitaciones maternas más frecuentes ocurrieron como respuesta a las vocalizaciones del bebé y los entonamientos afectivos fueron provocados principalmente por los movimientos del bebé.
Palabras clave: Reciprocidad; Entonamiento afectivo; Imitación; Juego social; Infancia.
Abstract
This paper focuses on two specific matching activities
of maternal behavior in early social play: imitation and affect attunement. Imitationis a pattern of frequent interaction between adult
and baby, providing a pleasant experience to both participants. In that
context, imitation is not only bi-directional, but it is the adult who imitates
more frequently. Affect attunement is an intuitive and fleeting interaction
pattern, through which the adult attunes to the baby's affective state. It is a
matching activity, where the amodal features of the
infant’s behavior (intensity, temporal organization, spatial pattern and / or
quantity) are reflected through a different conduct. Previous research indicates
that during the first 6 months of the baby’s life, the adult very often uses
imitation as well as affect attunement for interacting (which involves
performing a different behavior than the baby’s in which the adult matches the
intensity, temporal pattern, spatial pattern, and / or the amount of the
child’s original behavior). Maternal affect attunement events have been
observed from 2 months of age, and the frequency ratio between affect
attunement and maternal imitation has been observed to change in ontogenetic
development: between the baby’s 2nd and 6th months the adult's imitative
activity occurs at higher rates; while in the second half of the first year of
life, the relationship is reversed. This paper presents the results of a
longitudinal case study on a mother-infant dyad, about maternal imitation and
affect attunement behaviors in early social play situations between the 3rd and
6th months of the baby’s life. According to Piaget's convention [year; month
(day)], the baby’s age was 00; 3(05) in the first session, and 00; 6 (28) in
the last session. Every 15 days, a total of 8 sessions of the dyad’s
spontaneous interaction, were filmed in their home. From each session, the
first 10 minutes of early social play were selected. With this material a
video-sequence of early social play was generated to which an observational
code with categories for maternal matching activity patterns (imitation and
affect attunement) was applied. The percentage of each category’s occurrence in
each evolutionary period was calculated. The data obtained in this study
indicate that maternal matching activities of imitation and affect attunement
appear from the beginning of the studied period. These results confirm those
previously obtained in other studies that show the early emergence of adult
imitation and affect attunement behavioral patterns. The data also indicate
that matching activities of imitation and affect attunement appear throughout
the studied period with a frequency of two events perminute
of early social play. These results partially confirm those previously obtained
in other studies. The new information obtained in our study concerns the
frequency of both reciprocity patterns, and the type of behavior of the mother
and baby involved in these matching activities. Patterns of maternal affect
attunement almost double those of imitation between the baby’s 3rd and 6th
months. It was also reported that most affect attunements were transmodal and that the mother used her voice as a
privileged way to establish a behavioral match with her baby, either through
imitation or affect attunement. The most frequent maternal imitations occurred
in response to the baby’s vocalizations, and affect attunements were caused
mainly by the baby’s movements. Without detracting from the dyad’s intense
vocal activity already registered in the field’s literature, the high frequency
of affect attunements in response to infant movement highlights a trait less
noticed in previous research: the adult’s mastery in reading the baby’s body and
movement.
Key words: Reciprocity;
Affect attunement; Imitation; Social play; Infancy.
Introducción
El juego ha sido ampliamente explorado por su papel central en el desarrollo del niño (Elkonin, 1985; Español, 2004; Lillard, 1993; Piaget,1946; Stefani, Andrés & Oanes, 2014). En particular, en el caso del juego social o interactivo se ha prestado especial atención al aprendizaje de reglas ya la negociación de roles y metas (Bruner & Sherwood, 1976; Garvey, 1977). Sin embargo, como señalan Fantasia, Fasulo, Costall y López (2014), poco se ha investigado sobre el juego social temprano entre adulto y bebé. Como toda interacción social, el juego entre adulto y bebé es un proceso creativo que surge de la dinámica de interacción entre los diferentes individuos en un contexto cultural específico (Fogel, 1993). Desde la perspectiva de segunda persona en cognición social, se considera que lo que hace un sujeto tiene una respuesta sensible en el otro, de tal suerte que acciones y reacciones tienen los rasgos de la reciprocidad (Gomila, 2002; Pérez, 2013; Reddy, 2008). Para comprender el despliegue de dicha dinámica de interacción es esencial prestar atención a la participación de cada uno de los individuos en ellas, ya que el intercambio social en tiempo presente trasciende, pero no destruye la autonomía de los participantes en tanto que individuos (De Jaegher, Di Paolo & Gallagher, 2010). En las interacciones sociales tempranas suelen observarse múltiples pautas de reciprocidad entre adulto y bebé (miradas mutuas, sonrisas, gestos, ajustes de posturas corporales, vocalizaciones, etcétera). Entre las pautas de reciprocidad se encuentran las actividades de coincidencia, que son momentos de la interacción en los que se establece coincidencia o semejanza entre las conductas de los participantes, las cuales permiten establecer un grado especial de mutualidad (Beebe, Rustin, Sorter & Knoblauch, 2003; Bordoni, 2015; Užgiris, 1999). El estudio realizado exploró el juego social temprano entre adulto y bebé observando, específicamente, dos actividades de coincidencia: la imitación y el entonamiento afectivo.
El juego social temprano
El juego es una de las primeras
manifestaciones de la vida social del bebé. A partir de los 2 ó 3 meses de vida, emergen entre adulto y bebé una variedad
de formas de juego interactivos vocales-kinéticos:
los juegos sociales tempranos. Las madres / padres / cuidadores utilizan un
amplio repertorio de sonidos y movimientos lúdicos para convocar a sus bebés a
la pura interacción social (en el sentido de que se busca la interacción por la
interacción misma sin que se requieran otros objetivos) y los bebés responden a
ellos desde muy temprano con conductas sociales (gorgeos,
sonrisas, vocalizaciones) (Stern, 1974, 1977; Stern, Beebe,
Jaffe & Bennett, 1977).
Los primeros trabajos en el área exploraron la co-construcción
de la interacción de la madre y el bebé en sus juegos libres, entorno a los 3
meses de edad (Stern, 1974; Trevarthen, 1977), la
organización temporal de los juegos de expectativas en la misma edad (Stern,
1977) y la co-regulación diádica en el juego
tradicional de ocultar y desocultar el rostro (peek-a-booo acá está) alrededor
de los 5 meses (Bruner & Sherwood, 1976).
Más allá de estos estudios pioneros, poco se ha investigado en las últimas
décadas sobre los juegos sociales tempranos (Fantasia
et al., 2014; Mehus, 2011). Recientemente, Fantasia y colaboradores (2014) estudiaron el modo de
participación del bebé en los juegos rutinarios sociales a los 3 meses. Schejtman y colaboradores (2009) analizaron la regulación
afectiva en situación de juego libre a los 6 meses. Español (2014) y Carretero
Pérez (2016) describieron las performances adultas dirigidas al bebé, un tipo
de interacción social que ocurre frecuentemente en contexto de juego y está
basada en la repetición variada de sonidos y movimientos. Las performances
aparecen muy temprano en el desarrollo, tienen un pico de frecuencia alrededor
de los 4-5 meses y luego disminuyen (Carretero Pérez, 2016). Pellegrini (2009)
señala que los juegos sociales tempranos suelen desplegarse en medio de otras
formas de interacción social y que en muchas ocasiones no se distingue entre
ambos procesos. Aunque su distinción no siempre es evidente, la primacía de
medios sobre fines y la orientación no funcional son dos rasgos constitutivos
del juego que algunos consideran suficientes para caracterizarlo (Pellegrini,
2009; Fagen, 2011).
Dos pautas de reciprocidad: La imitación y el entonamiento afectivo
La imitación forma parte del
repertorio conductual del adulto y del bebé. Užgiris,
Benson, Kruper y Vasek
(1989) señalaron la naturaleza social y bi-direccional
de la imitación durante el primer año de vida del bebé en sus interacciones
espontáneas con los adultos, la imitación inmediata es frecuentemente utilizada
por los bebés y, más aún, por los adultos como un modo de entrar en contacto y
prolongar los ciclos de interacción. Desde este punto de vista, la imitación (a
través del establecimiento de una coincidencia conductual global) está al
servicio de la mutualidad y del establecimiento de algún tipo de entendimiento
compartido (Užgiris, 1984, 1999). Durante el primer
año de vida se observó que en los intercambios sociales con el bebé, el adulto
utiliza la imitación muy frecuentemente para interactuar con él y que a medida
que crece, comienza a aumentar su actividad imitativa (Kokkinaki
& Kugiumutzakis, 2000; Pawlby,
1977; Užgiris, 1999). Algunos estudios indican que,
en estos momentos tempranos del desarrollo, la actividad imitativa se concentra
fundamentalmente en la expresión facial y en las vocalizaciones (Kokkinaki & Vitalaki, 2013;
Malatesta & Haviland, 1982; Moran, Krupka, Tutton & Simon, 1987; Užgiris, 1984). La
mayoría de los estudios sobre imitación en contexto de interacción social
espontánea o natural madre / padre-bebé, en este momento del desarrollo, se ha
concentrado en analizar la imitación vocálica de la díada (Kokkinaki
& Kugiumutzakis, 2000; Kokkinaki
& Vasdekis, 2003; Kugiumuztakis,
1993; Papoušek, H., Papoušek,
M. & Kestermann, 2000; Malloch
& Trevarthen, 2009). Para una revisión
actualizada sobre la función social de la imitación en la infancia temprana,
ver Bordoni (2018a).
El entonamiento afectivo es una actividad de coincidencia que, al menos en el
primer año de vida no es bidireccional, ya que forma parte solamente del
repertorio conductual adulto. Stern (1991; Stern, Hofer,
Haft & Dore, 1985) lo definió como un tipo
particular de imitación parcial que implica la realización de un comportamiento
abierto distinto al del bebé en la que se mantienen y se hacen coincidir
ciertos rasgos de la conducta infantil original. Los rasgos que se pueden hacer
que coincidan son: la intensidad (absoluta o perfil de intensidad), la pauta
temporal (duración, ritmo, pulsación), la pauta espacial. Éstos tienen la
particularidad de ser propiedades amodales, es decir
que pueden ser percibidos por varias modalidades perceptivas, ya que no
pertenecen a ninguna en especial. Por ejemplo, una beba de 9 meses se excita
mucho con un juguete y extiende la mano para tomarlo. Cuando lo hace, emite un
exuberante aaaaaah, y mira a la madre. Ésta le
devuelve la mirada, junta los hombros y emprende una extraordinaria torsión con
la parte superior del cuerpo, como una bailarina de discoteca. El baile dura lo
mismo que el ‘aaah’ de la niña y es igualmente
excitado, gozoso e intenso. En este caso, la beba vocalizó y la madre entonó o
sintonizó a través de la ejecución de un movimiento a la vista de la bebé, que
mantiene idénticos los rasgos de duración e intensidad (Stern, 1991).
Existen distintos tipos de entonamientos afectivos de acuerdo a la combinación
de modalidades conductuales: transmodal (el
emparejamiento se establece a partir de la coincidencia expresada en
modalidades de conducta diferente, por ejemplo, el ritmo del movimiento se hace
coincidir con el ritmo de las vocalizaciones), intramodal
(se usa la misma modalidad conductual, pero realizando una conducta abierta
diferente) y mixto (se realiza un entonamiento intramodal
y se suma otra modalidad de conducta)(Stern et al., 1985). En cambio, por
definición, la imitación es siempre una coincidencia intramodal
(el movimiento se empareja con movimiento, la vocalización con vocalización).
A diferencia de la imitación que mantiene la atención enfocada en la forma de
la conducta externa o en la acción realizada, las pautas de entonamiento
afectivo llevan el foco de atención al estado subjetivo, al carácter del
sentimiento que se está compartiendo; por tal motivo son una vía privilegiada
para comulgar con estados internos o de indicar que se los comparte
(Stern,1991). Las conductas externas que se aparean pueden diferir en forma y
modo pero son intercambiables como manifestaciones de un estado interno único y
reconocible. La madre toma algo de una expresión del bebé y lo transforma en
otra cosa, generando una conducta abierta novedosa. El entonamiento afectivo se
asemeja a la imitación, así como al contagio afectivo o a la empatía, en tanto
comparte con ellas la posibilidad de establecer una resonancia emocional. Pero
su rasgo diferencial es que hace algo distinto: refunde la experiencia
emocional en otra forma de expresión, reformula un estado subjetivo. Trata al
estado subjetivo como referente y a la conducta abierta como posible expresión
del referente (para una revisión sobre entonamiento afectivo ver Bordoni, 2018b).
Tanto el entonamiento afectivo como la imitación se han estudiado en el
contexto de lo que puede entenderse, al menos en un sentido amplio, como juego
social. Frecuentemente, en los textos no se distingue entre juego social e
interacción social llegando a veces a usarse como sinónimos; sin embargo, los
procedimientos utilizados permiten suponer que las interacciones observadas
fueron prevalentemente de juego social o que al menos incluían episodios de
juego social. En estos estudios, las filmaciones se realizaron ya sea en el
laboratorio o en la casa, cuando el bebé estaba bien descansado, limpio y
tranquilo, y como consigna se les pidió a las madres que jugaran con el bebé
como normalmente lo hacen en su vida cotidiana. Excepto en algunas
investigaciones sobre imitación (e.g., Jones &
Yoshida, 2012; Kokkinaki & Kugiumutzakis,
2000; Kokkinaki & Vasdekis,
2003; Pawlby, 1977), los diseños de investigación
utilizados para estudiar el uso de estas actividades de coincidencia en la
interacción diádica fueron estudios transversales con grupos de bebés de entre
8 y 13 meses, sin interpretación evolutiva de los datos obtenidos (Stern et
al., 1985; Szajnberg, Skrinjaric
& Moore, 1989) o estudios longitudinales transversales (Jonsson, et al.,
2001; Jonsson & Clinton, 2006; Malatesta & Haviland,
1982; Moran, Krupka, Tutton
& Symons, 1987; Užgiris et al., 1989). En estos
estudios se encontró que el entonamiento afectivo y la imitación son conductas
frecuentes en la díada. Se registró que durante el primer año de vida, en
promedio, en las interacciones lúdicas espontáneas madre-bebé ocurre cerca de
un evento de coincidencia por minuto, ya sea de imitación o de entonamiento
afectivo (Jonsson et al., 2001; Pawlby, 1977; Szajnberg et al.,1989). Los eventos de imitación aumentan
con la edad del bebé desde un episodio cada 2 minutos a los 2 meses y medio
hasta los 15 episodios a los 11 meses y medio (Užgiris
et al., 1989). En cuanto al entonamiento afectivo, en situaciones de juego en
el laboratorio con bebés de 8 a 12 meses, las madres promediaron un
entonamiento cada 65 segundos (Stern et al., 1985). A diferencia de la
imitación, que emerge en la díada desde los primeros días de vida del bebé, el
entonamiento no está presente desde las primeras interacciones con los bebés.
Inicialmente, se encontró que las madres empiezan a realizar entonamientos
afectivos a partir de los 9 meses de vida de sus hijos (Stern, 1991). Sin
embargo, en trabajos posteriores, se encontraron pautas de entonamiento
afectivo materno frente a bebés desde los 2 meses. Se observó también que la
relación de frecuencia entre las actividades de coincidencia de imitación y
entonamiento afectivo cambia en el desarrollo ontogenético: entre los 2 y los 6
meses del bebé, los episodios de imitación adulta ocurren en mayor número
comparadas con los entonamientos afectivos; mientras que en la segunda mitad
del primer año de vida, los episodios de entonamiento afectivo prevalecen por
sobre los de imitación (Jonsson et al., 2001).
Existen algunos datos sobre la frecuencia de los diferentes tipos de
entonamiento afectivo. De acuerdo a Stern y colaboradores (1985), la mayor
parte de los entonamientos atraviesan diversos modos sensoriales. En el 39% de
los casos las madres realizaron entonamientos transmodales;
en el 48% de los casos realizaron entonamientos mixtos. Sólo el 13% de los
casos fueron entonamientos intramodales. De modo que
durante el 87% del tiempo de la experiencia, los entonamientos de la madre
fueron parcial o totalmente transmodales; por
ejemplo, ante una vocalización del bebé, lo más probable es que el entonamiento
de la madre sea facial y viceversa. Existen también datos (1) acerca de la
distribución de la frecuencia de los entonamientos maternos de acuerdo a las
conductas del bebé: vocalización 57%, gesto 51%, movimiento de cabeza 31%,
movimiento de cuerpo 28%, expresión facial 47%, respiración 17% (la suma de los
porcentajes supera el 100% porque las madres pueden entonar más de una conducta
al mismo tiempo) y (2) acerca de la distribución de la frecuencia de los
entonamientos maternos de acuerdo a la modalidad de conducta utilizada por la
madre: vocalización 73%, gesto 10%, movimiento de cabeza 17%, movimiento de
cuerpo19%, expresión facial 46%, respiración 15% (la suma de los porcentajes
supera el 100% porque las madres pueden entonar con más de una conducta al mismo
tiempo).
En cuanto a las conductas involucradas en los eventos de imitación en el primer
año de vida, los estudios registran que durante la primera mitad del año
prevalecen las imitaciones de las expresiones faciales, las vocalizaciones y
los movimientos de cabeza (Jones & Yoshida, 2012; Malatesta & Haviland, 1982; Moran, Kupka, Tutton & Simon, 1987; Pawlby, 1977; Užgiris et al.,
1989) y que, en la segunda mitad, aparece la imitación manual y de acciones
sobre objetos (Masur & Rodemaker,
1999; Pawlby, 1977; Užgiris
et al., 1989).
Como puede observarse, el entonamiento afectivo y la imitación se han estudiado
mayormente por medio de estudios transversales sin interpretación evolutiva de
los datos obtenidos o a través de estudios longitudinales transversales en
contexto de juego social en sentido amplio. El objetivo del trabajo que se
informa fue estudiar el entonamiento afectivo y la imitación maternos en el
contexto específico de juego social temprano, con un diseño longitudinal de
caso único, que permite el análisis detallado de los cambios evolutivos,
durante el período 3-6 meses, momento evolutivo en el que ambas pautas de
reciprocidad se encuentran presentes en la interacción diádica y forman parte
de las experiencias de inter-subjetividad primaria (Bråten & Trevarthen, 2007;
Jonsson et al., 2001; Jonsson & Clinton, 2006; Kugiumutzakis,
1999).
Método
Participantes
Se observó una díada adulto-bebé. Se trata de un bebé nacido a término y con un desarrollo típico de acuerdo a lo informado a los padres en las visitas periódicas al pediatra. Es el segundo hijo de una familia de clase media. La edad del bebé en la primera sesión, según la convención piagetiana [año; mes (día)], fue: 00; 3(05); en la última sesión: [00; 6 (28)].
Procedimiento
Se informó a los padres que se trataba de un estudio de interacción social y el procedimiento a seguir. Los padres firmaron un consentimiento informado.
Videofilmación
La díada madre-bebé fue
visitada siempre en su hogar. Se solicitó a la madre que interactuara con su bebé
como normalmente lo hace en su vida cotidiana. Se filmaron 8 sesiones de 45
minutos de duración a intervalos de 15 días, registrándose un total de 360
minutos de interacción espontánea. Se utilizó una filmadora digital SONY
DCR-SR82. Las filmaciones las realizó una camarógrafa (tercera autora de este
trabajo), sin participar de la interacción, exceptuando los casos en los que la
madre le dirigió algún comentario. En tales ocasiones respondió amablemente
cuidando de no perjudicar ni cambiar el fluir de la interacción entre la madre
y el bebé.
Las interacciones entre bebé y adulto incluyeron todo tipo de situaciones de
interacción social (alimentación, baño, cambio de pañales, regulación del
sueño, alivio de dolores, juego social). De cada sesión se seleccionaron los
primeros 10 minutos (no necesariamente continuados) de juego social temprano.
El criterio utilizado para la detección de las escenas de juego social temprano
fue que la conducta involucrada en el evento social no tuviera una orientación
funcional (destinada a satisfacer necesidades básicas del bebé) y que, a través
de la reiteración placentera de la conducta no funcional, se evidenciara la
primacía de medios sobre fines.
Se generó una video-secuencia con las selecciones de los primeros 10 minutos de
juego social temprano de cada sesión y se la incorporó a un software de
video-anotación Anvil 5.1.9 (Kipp,
2008). Como la frecuencia de observación de la díada fue quincenal, se
obtuvieron dos sesiones de observación en cada mes del bebé; es decir que
fueron observados 20 minutos de juego social temprano en cada momento
evolutivo.
Codificación de imitación y entonamiento afectivo
Se generó un código de observación ad hoc con las siguientes categorías:
1.- Tipo de coincidencia establecida
a.- Imitación: la madre
responde al comportamiento inmediatamente anterior del bebé, en un lapso no
mayor de 5 segundos, estableciendo una coincidencia global con la acción del
bebé; responde en la misma modalidad conductual con el mismo contenido de
acción. Por ejemplo, si el bebé abre la boca, ella abre la boca (imitación de
la expresión facial), si el bebé vocaliza, la mamá vocaliza con la misma
alocución (imitación vocálica).
b.- Entonamiento afectivo: la madre responde al comportamiento inmediatamente
anterior del bebé, en un lapso no mayor de 5 segundos, a través de una conducta
diferente a la del bebé en la que establece coincidencias entre la duración,
ritmo, pulso, cantidad, intensidad y/o pauta espacial de las conductas. Puede
hacerlo de diferentes formas. En el entonamiento afectivo intramodal
la madre entona en la misma modalidad conductual (por ejemplo, cuando el bebé
vocaliza aaa aaa, la madre
responde en la misma intensidad y ritmo mmm mmm). En el entonamiento afectivo mixto puede agregar a la
misma modalidad conductual otra modalidad (cuando además de entonar con una
vocalización una conducta esforzada del bebé, la madre, por ejemplo, agrega la
expresión facial de esfuerzo cerrando los ojos y la boca). En el entonamiento
afectivo transmodal la madre cambia completamente de
modalidad conductual (por ejemplo, cuando el bebé muerde o chupa a la mamá en
su mejilla y ella vocaliza al ritmo e intensidad de los movimientos de boca y
lengua del bebé que siente en su rostro).
2.- Tipo de conducta implicada en la coincidencia en el bebé y en la madre
a.- Del bebé
Expresión facial: incluye las expresiones emocionales, sonrisas y gestos
faciales exagerados o inhabituales de la cara. Por ejemplo, apertura de boca,
cierre de ojos o pestañeos exagerados, sacada de legua, etcétera. La sonrisa
fue excluida de la codificación por ser muy frecuente y acompañar muchas de las
situaciones de interacción. Vocalización: incluye cualquier sonido emitido
vocalmente, desde vocalizaciones silábicas o casi-lingüísticas, hasta gruñidos
y onomatopeyas.
Movimiento: son todos los movimientos corporales diferentes a las expresiones
faciales; contempla movimientos que son susceptibles de ser vistos por la madre
(proximales y distales) y movimientos del bebé que ésta percibe únicamente por
contacto (en los que la posición espacial de ambos no permite la percepción
visual).
b.- De la madre
Las categorías del código se incorporaron al software de video-anotación Anvil 5.1.9.
Análisis de los datos
Se realizó una primera
observación global de la video-secuencia para detectar las conductas de
coincidencia. Luego se clasificó cada evento de coincidencia detectado según el
tipo de coincidencia establecida (imitación o entonamiento afectivo) y el tipo
de conducta implicada (expresión facial, vocalización, movimiento) del adulto y
del bebé. Los casos identificados como entonamiento afectivo, fueron
clasificados según su tipo (intramodal, transmodal o mixto). La categorización de cada evento de
coincidencia fue discutida por los cinco autores del trabajo. En los pocos
casos en los que no se logró consenso en la codificación, el evento fue
descartado.
Se calculó la frecuencia de actividades de coincidencia maternas según la edad
del bebé, sumando todos los eventos reconocidos de cada categoría para cada
momento evolutivo del período estudiado. Además, se calcularon las proporciones
que representan los casos de imitación y de entonamiento afectivo en el total
de eventos de coincidencia, durante el período estudiado.
Finalmente, se calcularon las tasas de ocurrencia promedio de eventos de
actividades de coincidencia, de imitación y de entonamiento afectivo por minuto
de juego social temprano para el período 3-6 meses; para hacerlo, la frecuencia
por sesión de cada actividad de coincidencia se dividió por 10 (minutos de
juego social temprano observado) y luego se obtuvieron sus medias para el
período estudiado.
Resultados
Frecuencia de actividades de coincidencia maternas
Se registraron 178 eventos de actividades de coincidencia maternos (imitación y entonamiento afectivo) en el total de tiempo de juego social temprano madre-bebé observado (80 minutos total de juego social temprano correspondientes a los 10 primeros minutos de cada sesión realizada una vez cada 15 días, desde los 3 hasta los 6 meses de vida del bebé). De estos 178 eventos, el 37% son imitaciones (65 episodios) y el 63% restante corresponde a entonamientos afectivos (113 episodios) (ver Tabla 1). En el período 3-6 meses se registró una tasa promedio de 2.22 eventos de coincidencia; .8 eventos de imitación y 1.4 eventos de entonamiento afectivo por minuto de juego social.
Tabla 1. Frecuencia de eventos
de actividades de coincidencia maternas (imitación y entonamiento afectivo)
durante interacciones de juego social temprano por mes de vida del bebé.
Período 3-6 meses.
Se registraron eventos de
actividad de coincidencia materna (de imitación y de entonamiento afectivo)
durante todo el período estudiado. La distribución de las conductas maternas de
coincidencia de acuerdo a la edad del bebé trazan una trayectoria evolutiva en
forma de U invertida: a los tres meses del bebé, se pudieron identificar 36
eventos de actividades de coincidencia (69 a los 4 meses, 51 a los 5 y 22 a los
6; ver Tabla 1).
Con respecto a la distribución de las actividades de coincidencia de
entonamiento afectivo y de imitación durante el período observado, se encontró
que a los 3 y a los 6 meses la diferencia entre las frecuencias de imitación y
entonamiento afectivo maternos es leve (16 entonamientos y 20 imitaciones a los
3 meses; y 12 entonamientos y 10 imitaciones a los 6); en el cuarto y quinto
mes hay una diferencia marcada a favor del entonamiento afectivo (ver Tabla 1).
Las frecuencias de las actividades de coincidencia analizadas muestran
trayectorias evolutivas diferentes en el período 3-6 meses. El entonamiento
afectivo materno describe una trayectoria de U invertida: la frecuencia de los
entonamientos maternos aumenta de los 3 a los 4 meses, desciende levemente a
los 5 y disminuye marcadamente a los 6 (acercándose al valor inicial). En
cambio, la actividad de imitación muestra una trayectoria más estable a lo
largo del período, con una suave tendencia descendente. De todos modos, a los 6
meses la frecuencia de ambas pautas descienden, tomando el valor más bajo del
período (ver Tabla 1).
Frecuencia de tipo de entonamientos afectivos maternos
Del total de entonamientos afectivos maternos, el 83% fueron transmodales (94 eventos de 113), el 6% fueron mixtos (7 eventos) y el 11% intramodales (12 eventos). De estos datos se desprende que la gran mayoría de los entonamientos afectivos maternos implicaron el cambio de modalidad conductual. Esta tendencia se mantuvo constante en todo el período estudiado, registrándose las mayores diferencias a los 4 y 5 meses (ver Tabla 2).
Tabla 2. Frecuencia de tipo de
entonamiento afectivo materno durante juego social temprano por mes de vida del
bebé
De los 65 eventos de imitación materna, el 94% corresponde a vocalizaciones del bebé (61 eventos) y el 6% a expresiones faciales (4 eventos). De los 113 eventos de entonamientos maternos, el 80% corresponde a movimientos del bebé (91 eventos), el 17% a vocalizaciones (19 eventos) y el 3% a expresiones faciales (3 eventos) (ver Tabla 3).
Tabla 3. Frecuencia de
comportamientos del bebé imitados y entonados afectivamente por la madre
durante situaciones de juego social temprano. Período 3-6 meses
Frecuencia de modalidad conductual en la imitación y entonamiento afectivo materno
En la Tabla 4 se puede observar el tipo de comportamiento materno en el establecimiento de coincidencias con su bebé durante interacción de juego social temprano. Se observa que tanto en los casos de imitación como de entonamiento afectivo, la voz es la modalidad conductual más utilizada por la madre (el 94% de los casos de imitación y el 86% en los de entonamiento afectivo); luego las expresiones faciales y sólo utiliza el movimiento en algunos pocos casos de entonamiento.
Tabla 4. Frecuencia de tipo de
comportamiento materno para establecer coincidencias con el bebé durante
situaciones de juego social temprano. Período 3-6 meses
Discusión
Los comportamientos maternos
que establecen coincidencia con los del bebé aparecen en todo el período
estudiado. Nuestros datos confirman la presencia temprana (3 meses del bebé) de
imitación y entonamiento afectivo en el comportamiento materno y señalan a los
4 y 5 meses del bebé como el período de mayor frecuencia de ambas pautas de
reciprocidad.
A diferencia de lo indicado en otros es-tudios, se
encontró que en el comporta-miento materno, las
pautas de entonamientocasi duplican a las de
imitación entre los 3y 6 meses de vida del bebé. Asimismo, latasa
de actividades de coincidencia registrada en este trabajo realizado es mayor
que en los estudios anteriores: se encontraron un poco más de 2 eventos de
coincidencia por minuto de juego social, mientras que los estudios anteriores
registraron un promedio de 1 evento por minuto. Estas diferencias pueden deberse
tanto a la diversidad en el diseño de las investigaciones como al contexto
analizado –de juego social temprano en sentido estricto en nuestra
investigación y de juego social en sentido amplio en las precedentes–, así como
también al estilo de interacción social de esta madre, quien se mostró cálida,
atenta y responsiva a las conductas de su bebé.
El análisis de las trayectorias evolutivas de cada una de las pautas de
coincidencia muestra el mismo fenómeno de inversión descripto previamente en la
literatura pero anticipado: se registraron más imitaciones que entonamientos
afectivos a los 3 meses y un incremento de los entonamientos afectivos sobre la
imitación entre los 4 y los 6 meses. El estilo interactivo de la madre podría
dar cuenta de la cantidad de conductas recíprocas pero no de la diferencia de
frecuencia y de trayectorias evolutivas entre las dos conductas de reciprocidad
estudiadas.Quizá el cambio en el uso de las
actividades de coincidencia pueda deberse, enparte, a
los cambios motores del bebé. Hasta los 3 meses, los movimientos infantiles son
poco armónicos y organizados, así como también su postura es bastante laxa y
requiere de mucho sostén del adulto. Esto podría provocar que, durante estos
primeros meses, la interacción diádica se concentre en las expresiones faciales
y las vocalizaciones del bebé, las cuales –según los estudios consultados
(Jones & Yoshida, 2012; Malatesta & Haviland,
1982; Moran, Krupka, Tutton
& Symons, 1987; Pawlby, 1977; Užgiris
et al., 1989)– suelen ser mayormente respondidas con imitaciones. En cambio,
hacia los 4 meses, el control muscular del bebé aumenta y así también su
capacidad de movimiento y de sostén. Este cambio motor podría provocar en la
madre una disposición a interactuar de forma más distante y al no poder imitar
los movimientos del bebé, por cuestiones posturales, queda a disposición de la
madre seguir esas nuevas capacidades motoras a través de los entonamientos
afectivos, los cuales permiten establecer coincidencias con el estado subjetivo
sin hacer coincidir la conducta total. Estas especulaciones deberían ser
indagadas por estudios que puedan medir la coincidencia establecida entre las
distintas modalidades conductuales; es decir qué tipo de comportamiento materno
establece coincidencia con qué modalidad conductual del bebé.
Llamativamente, hacia los 6 meses ambas conductas de coincidencia (imitación y
entonamiento afectivo) tienden a disminuir. Se trata de una trayectoria de
frecuencia semejante a la indicada en el estudio de las performances dirigidas
al bebé. Éstas, como indica Carretero Pérez (2016) son específicas del período
de intersubjetividad primaria. Tal vez la disminución de ambas pautas de
coincidencia se deba al inicio del tránsito hacia la intersubjetividad
secundaria y auna adecuación materna hacia los
cambios de interés del bebé, que –como novedad–empiezan a incorporar el mundo
de los objetos. En este sentido, supondría una compleja comprensión implícita y
una adecuación dinámica del adulto hacia los cambios evolutivos del bebé y a las
etapas del desarrollo por las que transita.
En relación con los tipos de entonamientos afectivos nuestros datos coinciden
con los obtenidos en otros estudios: la gran mayoría de los entonamientos
maternos fueron transmodales, es decir que implicaron
el cambio de modalidad conductual. Esta tendencia se mantuvo constante durante
todo el período estudiado, registrándose mayor diferencia en la proporción de
los entonamientos a los 4 y 5 meses. Transformar una información temporal (como
la duración o el ritmo) o un contorno de ascenso o descenso de una modalidad
conductual a otra parece ser un recurso frecuente y útil en las interacciones
entre adulto y bebé.
Con respecto a las modalidades conductuales implicadas en las actividades de
coincidencia, -en acuerdo con los estudios anteriores- la mayoría de los
entonamientos afectivos maternos correspondieron a movimientos del bebé (80%).
Esto es un indicador de la maestría en la lectura corporal materna y su
reciprocidad hacia el cuerpo en movimiento del bebé. Por otro lado, la madre
utiliza casi exclusivamente su voz para establecer coincidencias con su bebé,
ya sea realizando imitaciones de las vocalizaciones del bebé, o entonamientos transmodales para seguir sus movimientos. Más
específicamente, cuando el bebé vocaliza, la madre imita con vocalización, y
cuando el bebé se mueve ésta establece coincidencia con la voz, provocando,
entonces, un entonamiento transmodal. La modulación
de la voz se muestra como el recurso principal para establecer pautas de
reciprocidad de coincidencia con el bebé, lo cual puede entenderse como un
indicador del papel relevante en nuestra cultura de la vocalización y el
lenguaje en el establecimiento de las experiencias de reciprocidad.
Ciertamente quedan rasgos relevantes por revelar con respecto a las
trayectorias evolutivas de ambas pautas de reciprocidad, así como también
acerca de sus funciones en los diferentes momentos del desarrollo. En futuras
investigaciones podrían abordarse la frecuencia de la inclusión de objetos en
la realización de imitaciones o entonamientos afectivos, así como también
comparar las frecuencias en que los entonamientos afectivos realizados a través
de vocalizaciones implican habla o sonidos no lingüísticos. Por otro lado,
también sería interesante ampliar este tipo de estudio a nuevas díadas, lo que
permitiría, entre otras cosas, comparar estilos de interacción.
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Recibido: 24 de octubre de 2016
Aceptado:
15 de noviembre de 2017
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"fgzuctl" (2021-10-05)
"markus" (2022-04-18)