Ateneo en el Ciipme: Comprensión lectora y desempeños de monolingües y bilingües

Ateneo en el Ciipme: Comprensión lectora y desempeños de monolingües y bilingües

Como todos los meses, se realizó un Ateneo en el Ciipme/Conicet.

En esta oportunidad, se contó con la presencia de la doctora Andrea Junyent, licenciada en Lingüísica en la Universidad Católica de Perú, hizo una maestría en Ciencias del Lenguaje en la Universidad Ca’ Foscari de Venecia y el doctorado en Psicología del Desarrollo en la Universidad de Estudios de Padua.

La doctora JUNYENT, actualmente docente e investigadora, desarrolla estudios sobre “La comprensión lectora en castellano de los niños del Perú y los factores que explican el desempeño de monolingües y bilingües en niños de 8 años”, con el Grupo de Investigación en Adquisición del Lenguaje –Grial- de la Pontificia Universidad Católica de Perú .

La idea fue ver cómo es la comprensión lectora en niños peruanos, pero no solo los que hablan castellano, que son la gran mayoría, sino los hablantes de la lengua originaria, en este caso el quechua que es la lengua originaria más importante del Perú -3 millones y medio de personas hablan quechua en el Perú, lo que equivale al 10% de la población. Si bien no es un porcentaje tan alto como el de Bolivia que llega al 25%, numéricamente es el país que tiene más hablantes de quechua.

Hay que tener en cuenta que un número importante de niños vienen de familias que solo hablan quechua y concurren a una escuela monolingüe –en castellano-, y tienen que ver cómo hacen para integrarse al sistema educativo. Pero para esta investigación, también se trabajó con niños de escuelas interculturales bilingües, creadas justamente para ofrecerles a estos niños un sistema educativo en su propia lengua.

La investigación tuvo dos líneas distintas: una que está finalizada y publicada en Consorcio de Investigación Económica y Social –CIES- (www.cies.org.pe) que es sobre los niños hablantes en castellano. Este centro ofrece fondos a los investigadores para el desarrollo de estudios.

Los datos, en los dos casos provienen de un estudio más grande, llamado Niños del Milenio, dirigido en gran parte a investigar la pobreza infantil. Con objetivos distintos pero muy rigurosos en el estudio longitudinal, se tomaron cinco rondas con un intervalo de dos años cada una, que permitió ver el desarrollo de los niños desde el año de vida hasta los 16, tomados en escuelas públicas y privadas, por lo que se cuenta con una base de datos gigante a disposición de los investigadores.

De ahí provienen los datos del primer estudio como el que estamos finalizando ahora en la Universidad Católica.

Estos trabajos parten por recomendaciones de la política de Perú, que ayudó a contestar preguntas concretas que tiene el estado sobre el sistema educativo.

“El principal problema es que la comprensión lectora en Perú es muy baja en todos los niveles, en alumnos y docentes, lo que representa un grave problema del sistema educativo en sí, o sea, no es exclusivo de estudiantes y es algo que el ministerio de Educación tiene que resolver. Ha llevado a cabo muchas estrategias y ha invertido mucho para solucionar este problema, y si bien se han visto mejoras, pero sucede que a pesar de que la comprensión lectora ha mejorado en un principio, se ha detenido”, explica la doctora Andrea Junyent.

Ello se debe a que, según las hipótesis a las que se refiere Junyent, las primeras mejoras se obtuvieron por resolver situaciones básicas que hasta ese momento no se habían tenido en cuenta: que todas las escuelas cuenten con los servicios básicos, que los docentes empiecen a tiempo el período escolar, que los libros lleguen a principio de clases. Haber modificado esto, ha generado una mejora. Ahora el desafío es distinto.

“Se estima que en un principio estos factores influyeron en la capacidad lectora. Ahora no. Por un lado se entendió que el nivel socioeconómico es el mejor predictor del desempeño escolar, como era de esperarse, pues como recomendación de política se transforma en que una mejora de vida de las familias, no solo traen mejora económica y bienestar, sino que es una forma de invertir en educación. Porque estos niños, al tener un nivel socioeconómico más alto tendrán una mejor comprensión lectora”, aclara.

Si bien la educación de la madre también es importante, el estado hizo hincapié en distintas áreas para ver qué se podía hacer para mejorar. En los monolingües se empezó con la idea de comenzar temprano con vocabulario y comprensión lectora, por ser estos los predictores que indican que la comprensión lectora de los 5 años, se verá reflejada en el desenvolvimiento a los 8.

La ayuda de una buena base de datos

Con esta base de datos tan grandes, se supo que el grupo monolingües era de aproximadamente 1300 niños, y bilingües alrededor de 500.

Esta es una muestra representativa del 95% de todo el Perú –excluye al 5% más rico. Hay muchos factores que influyen: la identidad, la cultura y también el acceso a diferentes zonas, ya que ese país cuenta con la zona andina y la selva amazónica de muy difícil acceso. Solo el centro de Niños del Milenio o el estado, son los que tienen los recursos para acceder y aplicar pruebas que se apliquen en todo el Perú.

Las conclusiones mostraron que en el caso de monolingües la comprensión lectora se predice por el nivel socioeconómico, por la educación de la madre y por el vocabulario, que indica cómo será la comprensión lectora de los 8 años. En el caso de bilingües, lo que se vio es que también influye el nivel socioeconómico, que en este caso es muy bajo, y trae aparejada una baja comprensión lectora en castellano (no hay información sobre la comprensión en quechua).

“Nos importaba mucho conocer la habilidades de comprensión en castellano porque, a pesar de estar convencidos de que el estado debe brindar educación en la lengua nativa, la realidad que enfrentan los niños ahora es que no podrían llevar a cabo estudios universitarios en lenguas originarias, por lo que tienen que tener ahora un dominio alto del castellano para que puedan tener acceso a una educación superior y salir del círculo de pobreza”, analiza Junyent.

La comprensión de texto oral como escrito comparten muchas habilidades: ser capaz de comprender un texto escrito es ser capaz de comprender un texto oral. En un caso la decodificación es de un tipo, en el otro se tiene que aprender, pero las habilidades que se desarrollan en el texto oral, se transfieren a la comprensión de un texto escrito. Por eso es imprescindible que los niños desarrollen habilidades de comprensión de textos orales (un cuento, una historia,  por ejemplo) porque esto se va a transferir en la comprensión del texto escrito.

Siempre se busca ver qué habilidad se mueve con otra. Por ejemplo, los niños que son buenos en adquirir vocabulario, son buenos en comprensión en texto escrito. Muchas veces en educación se hace enfoque en la decodificación, en entender las letras y no necesariamente se da la importancia debida a comprender un texto oral.

“Y desde el plano familiar, volvemos a la importancia de leer al cuento a la noche, volver a tener tiempo y tranquilidad para escuchar al otro, que es una de las maneras de ir adquiriendo el vocabulario”, finaliza la investigadora.