Chile y Argentina, unidos por el lenguaje de los niños

Chile y Argentina, unidos por el lenguaje de los niños

En el marco del Proyecto REDES, titulado Lexicon, Narration and Argumentation: Cognitive Development, Ecological Challenges and Educational Proposals, financiado por el CONICYT (Chile) participaron profesionales chilenos, como Cristián Santibañez de la Universidad Diego Portales y Katherine Strasser de la Universidad Católica de Chile, para compartir datos y experiencias sobre el desarrollo del lenguaje en el contexto de las salas de educación infantil.

Cristian Santibañez, sociólogo y doctor en lingüística, se especializa en las competencias léxicas, narrativas y argumentativas en el infante, el desarrollo cognitivo. Al compartir experiencias con sus pares argentinos, ha podido comparar la situación de la educación inicial en Chile y Argentina.

Santibañez, que también trabaja en la facultad de Psicología de la universidad Diego Portales de Chile y particularmente en el Centro  de estudios de la Argumentación y  el  Razonamiento  -CEAR, hace hincapié en el contexto del niño, el tipo de familia, económicamente hablando, cuál es el centro educacional, tipo de educadoras para las que hay que generar estrategias que las ayuden a generar una buena interacción para desarrollar cognitivamente las competencias.

Por su parte, la doctora Katherine Strasser, psicóloga de la escuela  de Psicología de la Universidad Católica de Chile, investiga el desarrollo del lenguaje en el contexto de la sala de educación infantil, y hace hincapié en ciertos aspectos que hacen al desarrollo del lenguaje de los más pequeños, desde cómo le hablan las maestras a los niños hasta cómo se puede intervenir para usar el aula de educación infantil como oportunidad de estimulación del lenguaje.

“En Chile, por ejemplo, hay pocos libros infantiles en las aulas, cosa que no pasa en Argentina. Eso incide en que los más chiquitos lean poco. En Latinoamérica, en general, también influye la cantidad de niños por sala y por adulto. Es un problema tener más de 20 niños por aula, pero de ser así, se requiere el refuerzo de maestras auxiliares. En Chile la ley permite que en sala de 3 haya hasta 32 niños, dos auxiliares y una maestra o dos maestras con una auxiliar”, explica Katherine Strasser.

La preocupación no es menor, ya que considera que esos aspectos contextuales presentan una dificultad a las maestras al momento de hacer que los niños hablen de a uno y hasta que puedan prestarle atención a lo que ellos dicen.

La importancia de los libros

La investigación de la doctora Strasser ha estado muy centrada en los libros y junto a su equipo ha investigado sobre las formas más efectivas de leer, cómo usar el libro para enseñar palabras o para desarrollar la comprensión.

“En Chile, tanto en pre kínder y kínder hay bibliotecas de aula, pero no considero que sean suficiente”, entiende Stasser.

Y es que, si bien en todos los colegios de Chile hay biblioteca escolar, solo en las salas de pre kínder y kínder –equivalente a las salas de 4 y pre-escolar argentinas- la biblioteca está en el aula. O sea, los libros no están al alcance de los más chicos.

Según un estudio al que hizo referencia esta investigadora chilena, en su país y en varios pertenecientes a Latinoamérica, consideran que es complicado poner libros en salas de niños muy chiquitos porque se pueden romper y son caros. Esto hace que el acceso a los libros lo tenga, solamente la educadora.

Además, en coincidencia con el doctor Santibañez, hay niños que han vivido hasta los 4 años sin ver un libro, por lo que al entrar a un kínder y escuchar que la educadora habla de libros, de lectura, de letras, se encuentran con un mundo nuevo, que no tiene contexto ni significado para ellos.

Actualmente está dando capacitación y ha diseñado un método para que las docentes puedan automonitorearse y determinar si están cumpliendo con ciertos estándares: si están leyendo todos los días, si enseñan palabras nuevas. También ha desarrollado audiovisuales para enseñar a leer cuentos en pre escolar para desarrollar el vocabulario.

Pero como el proyecto se desarrolla en tres ítems: la argumentación, la narración y vocabulario, también se detuvieron a observar qué necesita la maestra para que un niño narre, que puede ser simplemente que ella facilite que los chicos contesten una pregunta, que no se queden callados y den una respuesta extendida.